NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, SON ESPECTACULARES! NO ABANDONARÉ LA HISTORIA, SOLO ME ATRASO DE VEZ EN CUANDO. MIS DISCULPAS POR LAS DEMORAS EN ACTUALIZAR. ETERNAS GRACIASPOR SU PACIENCIA Y APOYO.

ABRAZO ENORME.

Capitulo 72

Apenas salidos del inframundo Sesshomaru voló tomando altura y velocidad con su preciada carga en los brazos. Su objetivo, los sanadores, por Kagome y Yashamaru.

Volaba desesperado exigido al máximo. Kagome perdía la conciencia de a ratos, por el cansancio y la pérdida de sangre. Sesshomaru experimentaba el terror una vez más. Los que aguardaban en palacio lo vislumbraron desde sus lugares, el vigía los alertó sobre su regreso

-"El Señor del Oeste se aproxima! Y trae a Lady Kagome en brazos!"

La manada se apresuraba a buscar a los sanadores. Las corridas y preparativos se generalizaron en palacio.

Noriko Higurashi y Kikyo esperaban muy nerviosas, Kagome llegaba con su cabeza desvanecida sobre un pequeño bulto

-"Oh Kami!"

Jaken llevaba a los niños adentro, los sirvientes se preparaban para asistir a las necesidades de sus Señores

Sesshomaru enseguida estuvo sobre ellos, pasó de largo raudamente por los pasillos hasta llegar al ala médica.

Allí el equipo de sanadores esperaba por ellos.

-"Aquí Mi Lord, recuéstela"

Enseguida Kagome se acomodó mejor y todos se quedaron estáticos ante la vista del pequeño príncipe que los observaba muy serio desde el regazo de su madre.

La viva imagen de su Señor, pero con rasgos humanos. Las marcas de la Casa de la Luna estaban muy firmes en su frente, mejillas y cuerpo, demostrando su poderío. Un hermoso humano marcado…Temible desde sus comienzos…

-"Oh! Qué hermoso es el cachorro!"

Krisstal se acercaba para tomar el bebé y revisarlo

-"Permítame Mi Lady"

Kagome apenas consciente, asentía y la joven youkai, lo llevaba para controlar su estado. El macho sanador, se acercaba al Lord, que tenía sus ojos ensangrentados. Shimaru estaba alterado.

-"Mi Señor…Permítame revisar a la Señora de Occidente…"

Los guturales gruñidos cesaban a medida que Sesshomaru se sentía más en su hogar. Apartándose para permitirles a sus doctores trabajar, se apoyaba en el marco de una puerta interna del recinto.

Se mantenía sobre sus preciados seres cambiando su mirada de uno al otro, sin perder detalle.

Luego de interminables minutos, le fue entregado el cachorro.

La sanadora le explicaba el estado de su pequeño heredero

-"Mi Señor…El cachorro está en perfectas condiciones… Su brazo sólo tiene una pequeñísima cicatriz. Es poseedor de un gran poder de auto-curación, al parecer… Sólo necesita alimentarse y descansar"

Torpemente Sesshomaru tomaba a su hijo, pero el pequeño no se molestaba por su trato.

Sabía del poder de su padre, su aura lo tranquilizaba, el regazo duro de su progenitor era muy seguro, enseguida el sueño lo reclamó, y el pequeño Yashamaru se durmió.

Mientras Kagome era estabilizada, el sanador, le comunicaba al lord de su estado resultante.

-"La Señora del Oeste, si bien está en buen estado, necesitará descansar y reponer energías… Ha perdido mucha sangre, y tiene un centenar de marcas y heridas, que al parecer, se han ido curando por sí solas…Mmmm….Es sin dudas, para ser una hembra ningen… Extremadamente fuerte, y su espíritu poderoso al extremo, tanto así que deberé tratar mis manos después de atenderla…"

El honorable sanador, exhibía en sus manos laceraciones importantes por la purificación sufrida al tratar a Kagome de sus dolencias.

Sin embargo, no cesó en sus ministraciones hasta verla completamente restituida, segura y descansando.

La sanadora sin embargo tenía más información para el orgulloso padre.

-"Etto…Mi Lord…El príncipe del Oeste, es sin duda un cachorro, mmmm. Un ser muy poderoso…Demo, no puedo decir que es un hanyou, tampoco un youkai o ningen purasangre…Él es… Lo que es. No puedo describirlo de otra manera, ya sabe, no hay antecedentes de la unión de un Idaina Daiyoukai y una hembra sagrada… Una Miko me atrevería a decir, más potente que Midoriko…"

El Lord miraba a su pequeño que dormía plácidamente.

Yashamaru…Era lo que era… Mucho para pensar por parte de ese padre, que se encontraba con que en sus brazos sostenía a la rareza más grande de todos los tiempos…

Debería entrenarlo de la mejor manera…Brindarle la mejor educación…Bueno eso lo haría con ayuda de Kagome, con todos los conocimientos del futuro, preparándolo para defenderse y protegerse, ya que sin dudas iba a sobresalir y destacar sobre todos los demás.

No faltaría aquél que por envidia o desidia lo intentara atacar, vivían en un mundo de guerreros y Yashamaru debería demostrar que él era su líder. El más fuerte, el mejor, el Señor de Señores.

Sesshomaru se sabía poderoso y hábil en la lucha…Más si de defenderse del entorno se trataba, Inuyasha era el mejor…

Su medio hermano había sobrevivido a un entrono desfavorable para los de su condición, en un mundo que no estaba a favor del mestizaje, al rechazo por parte de sus dos herencias y se había convertido en un macho poderoso, fuerte, hábil y muy astuto. El segundo Lord de occidente y eso, no era poca cosa.

En cuanto a él… La sanadora lo había llamado Idaina Daiyoukai…Gran gran youkai…Y Su cachorro era más poderoso aún…Él lo sabía, lo sentía en sus manos al sostenerlo cerca de su pecho…

Tan precioso, tan poderosos y se veía tan indefenso…

-"Precioso Yashamaru…"

Kagome abría los ojos y le sonreía al verlo con el bebé en brazos.

-"Sesshomaru…"

El Lord sentía el alma regresar a su cuerpo y volver salir, al ver esos ojos tan profundos y brillantes mirarlo con tanto amor.

Enseguida se acercaba para darle el bebé a su madre.

-"Es tan hermoso…"

Yashamaru se removía un poco pero enseguida encontraba el camino a su deleite, el pecho de su mamá.

-"Lo has hecho muy bien Saiai… "

-"Estás feliz Sesshomaru?"

El temor evidente en la pregunta de la joven. El Inu sintió la necesidad de responder con más que un simple HN.

-"Orgulloso, y feliz"

Kagome sonreía, pero las lágrimas caían por fuera de sus mejillas.

Sesshomaru estaba visiblemente feliz por Yashamaru, a pesar de todo lo vivido.

A pesar de ser y no ser él, el padre del joven cachorro. Experimentaba felicidad plena por primera vez en su vida.

Caliente, seguro y alimentándose, el príncipe del Oeste descansaba junto a sus padres.

Krisstal ingresaba al ala médica a controlar a la Señora del Oeste una vez más, y quedaba atónita con la vista.

Sesshomaru se encontraba dormido sentado sobre el futón, apoyado contra la pared, Kagome y Yashamaru sobre su pecho envueltos protectoramente por los brazos del poderoso Daiyoukai.

Guardando una tierna sonrisa para sí, la joven médica regresaba sobre sus pasos para salir sin hacer ruido, dejándolos solos para que se repusieran.

Se merecían su respeto y el de todo el mundo conocido, ellos habían destruido el mal y lo habían erradicado y reducido a simples cenizas que volaron con los vientos del averno.

Silenciosamente reverenció a sus Señores susurrando

-" Domo Arigatogozaimashita …"

Cerrando las puertas del Sanatorio se retiraba caminando y reflexionando acerca del curioso cachorro del Oeste. No humano, no Youkai, no hanyou… Poderoso, fuerte, mágico…

Taisho Yashamaru…El heredero del Oeste.

En la entrada al inframundo…

Irasue caminaba temblorosamente hacia los portales donde Touga estaba de pie.

Sus manos se estiraban incrédulas para acariciar al hermoso macho que una vez fue su pareja.

El padre de su hijo, su protector y amigo, su amante y compañero de vida. Touga esperaba por ella en su lugar. También se sentía inquieto, esperaba a que ella se acercara ya que él había faltado a su palabra de emparejamiento y había buscado el amor de otra hembra, una princesa humana. Cancelando y ensuciando sus votos de unión youkai.

Su necesidad de amor y demostraciones afectivas, lo habían arrastrado hacia la bellísima princesa Izayoi, cariñosa, cálida, compañera y muy afectuosa, en sus brazos había sentido por primera vez la calidez del amor. Sin embargo, Irasue había sido la dueña absoluta de su corazón desde la primera vez que la vio. Su belleza y poder sólo competían con su frialdad.

Cuánto había anhelado que Irasue fuese capaz de expresar afecto por él. Siempre se había preguntado si de verdad lo quiso, si alguna vez lo amó, si le importó que se apartara y se dejara amar por otra mujer. Sabía a ciencia cierta que él siempre había sido un muy buen partido y muy codiciado como pareja, y padre de descendencia poderosa.

Irasue había cautivado no solo sus ojos y su atención, sino también su corazón. Nunca en su vida la vio demostrar interés alguno por algo, por él, o afecto o cariño, ni siquiera demostró interés por Sesshomaru cuando nació, no se mostró molesta por la existencia de Izayoi, ni de Inuyasha…

Pero ahora…Esa hembra que caminaba hacia él, con sus cabellos despeinados, el rostro sucio de tierra y lágrimas, las manos temblando, esa, era la misma hembra que emparejó hacía setecientos años, y que no demostraba nada, ni un sentimiento, ni pena, ni dolor.

Esta hembra que lo intentaba alcanzar era la misma, sólo que sus sentimientos ahora estaban a flor de piel.

Cuántas cosas tuvieron que pasar, cuánto tuvo que sufrir para llegar a este punto de ver a su bellísima pareja derrumbarse por desesperación, dolor, por amor…

-"Irasue…Al fin vienes a mi… Al fin te veo tal como eres…"

-"To-Touga…Eres tú…"

Haciendo unos pasos, el General se acercó a ella y la tomó de sus antebrazos. Quiso ayudarla a llegar hasta él, quiso achicar distancias, quiso abrazarla y sostenerla como ella necesitaba, por fin necesitaba algo, necesitaba de él.

Los dos viéndose a los ojos sin decir palabra, el resto de la manada alejándose para darles privacidad, pero no mucho, deseaban ver ese mágico momento.

-"Te ha costado mucho, Inukimi llegar a este punto…Pero lo has hecho muy bien."

Ella lo veía embelesada y apenas sonreía. Su cuerpo no cesaba de temblar. Sus brazos se tensaban, su corazón latía tan fuerte que parecía que se saldría de su pecho.

-"Has regresado…Watashi No Saiai…"

-"He esperado demasiado para escucharte decirme amado, abrázame Irasue y esta vez no me dejes ir"

Fundiéndose en un abrazo sin fin, los Señores del Oeste, aquellos que comenzaron todo hace tanto tiempo, frente a la extraña pero muy leal, manada del Oeste, conformada por youkai, hanyou y humanos, exterminadores, Sagrados.

Extraña manada sin duda, pero ninguna mejor que esa.

En medio del tierno momento un potente rayo espantó a todos… El viejo Totosai se presentaba y bajando del buey se adelantaba presentando sus respetos al legendario General, su amigo y confidente de hace siglos.

-"Taisho Sama…"

-"Totosai, viejo amigo…Siglos de no verte"

Inu No Taisho acercándose a él extendió su mano al anciano.

Éste reverenciando extendió la suya y tomó lo que el General le daba

-"Con éste colmillo fórjale una espada a mi nieto Yashamaru…Bakusseiga"

-"Mmmm. Explosión Inmortal…Así lo haré, de inmediato Mi Lord"

Y así, el anciano comenzó la forja en un rincón de la caverna.

La pareja Inu se acercó a la manada. Sango y Miroku se abrazaban casi llorando emocionados, por haber sobrevivido.

Inuyasha y Danaka estrechaban sus antebrazos para felicitarse

-"Lord Inuyasha"

-"Akira Sama"

Touga orgulloso se unió a ellos

-"Han luchado valerosamente, washi no Tachi, estoy muy orgulloso de todos ustedes"

Reverenciando, el antiguo Lord del Oeste reconocía el esfuerzo y la fiereza con que la variopinta manada defendió la Casa de la Luna y toda la vida conocida por ellos asegurándose el futuro y el de la dinastía Taisho.

Inuyasha se adelantaba y respondía

-"General, fue un honor pelear a su lado"

-"Padre, así debes llamarme, Inuyasha"

El poderosos hanyou le presentaba Tessaiga a su padre

-"Creo que esto te pertenece"

-"No, le pertenece al menor de los príncipes del Oeste, Taisho Inuyasha Sama, yo lo he dispuesto así y así permanecerá"

Con su mano en la nuca del mestizo, Touga lo saludaba fraternalmente chocando su frente con la de su hijo avergonzando a Inuyasha, haciendo que el color de su Rata de Fuego compitiera con los colores de sus mejillas.

Luego su vista fue a parar al magullado y bastante malherido Danaka Akira, General del ejército del Oeste. Que se mantenía de pie, gallardo y poderoso, sangrando por todas partes. Sus ojos entre verde y azul brillaban con el orgullo de ver a un padre, a un viejo amigo.

-"Akira san… Amigo mío…Domo, domo arigato!"

Inu No Taisho abrazaba fuerte al tigre blanco que hacía esfuerzos indecibles para no llorar.

Su mentor y ejemplo a seguir, estaba de regreso y lo felicitaba por proteger y asistir a su hijo.

-"Taisho Sama…"

-"Has hecho un trabajo excepcional! No tengo palabras para agradecerte. Tu padre estará más que orgulloso de ti"

-"N-no lo sé señor, mi padre falleció hace muchos siglos ya. No lo he visto más usted sabe"

-"Keh! Eso se puede arreglar Jajaja"

El rostro sorprendido de la manada, el Poderoso Taisho utilizaba las expresiones de Inuyasha provocando la risa de todos.

-"Ahora vayan a descansar, pronto nos veremos"

El Inutachi lo saludó y se quedaron de pie mientras el Legendario se retiraba hacia el inframundo

Dirigiéndose hacia los portales el General caminó junto a Irasue

-"Ahora debo regresar. Soy el amo del inframundo y hay mucho que ordenar ahí dentro"

-"Vas a dejarme otra vez?"

Volteándose a verla al rostro Touga acarició las mejillas de Irasue.

-"Aún no comprendo por qué he regresado, algún milagro relacionado a la sangre de ese maravilloso cachorro que es el Hijo de Sesshomaru, debo acomodar lo que quedó desordenado y reorganizar todo, para poder dedicarme a mi familia una vez más…"

-"Te veré de nuevo?"

-"Puedes venir cuando quieras, acompañarme si así lo deseas…Yo lo deseo, mas quisiera que las cosas estuviesen encaminadas para poder gobernar el inframundo tranquilamente contigo a mi lado."

-"Esta Inukimi puede ingresar y vivir allí…Salir si así lo desea, cuando quiera?"

-"Hn. Sólo necesitas el consentimiento del amo del inframundo…"

Sonriendo Toga le apartó unos cabellos de la frente con una garra

-"Y tú me lo permitirás?"

-"No lo sé, tenerte a mi lado de nuevo y permitirte salir…"

-"Pero querré visitar a Yashamaru y a los demás…"

-"Tal vez si me persuades de alguna manera…"

La sonrisa seductora del increíble Inu No Taisho derretía a la hermosa hembra Inu.

-"Veré que así sea, Mi Señor…"

La poderosa carcajada del Lord mientras la manada lo reverenciaba.

El romance en el aire, el cansancio, los cuerpos heridos, pero la satisfacción interior de haber triunfado en la batalla, de haber ganado la guerra, una guerra tan larga, como cruenta y sangrienta.

Ahora mientras los portales se cerraban los rostros cansados de los luchadores se adornaban con una sonrisa franca y desenfadada, ya era tiempo de regresar, tiempo de reconstruir sus vidas, tiempo de recomenzar.