NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, SON ESPECTACULARES!

ABRAZO ENORME.

Capitulo 75

Dos días pasaron rápidamente…

Sesshomaru estaba bastante emocionado a pesar de su rostro inexpresivo.

Todo su trabajo acumulado había sido solucionado.

Sus entrenamientos eran intensivos, su frustración crecía conforme pasaban las horas. Para un ser humano dos días no eran nada, para un macho Inu de su temperamento la falta de intimidad con su pareja, lo llevaba al límite.

Desde la proposición, Kagome no permitía que la toque, argumentando la tradicional separación de los novios hasta el matrimonio. Un beso y ya.

El Lord estaba muy presionado por el tema, pero al parecer era importante para su pareja, lo menos que podía hacer era respetarla… Aunque las visitas al estanque del jardín boscoso eran cada vez más frecuentes, cuatro o cinco veces al día sumergía su ardiente cuerpo en las frías aguas de la laguna cercana a palacio. Agua fría, muy fría…Demonios…

Los preparativos, enloquecedores. Nada parecía salir bien.

Inuyasha no perdía oportunidad de molestar a su hermano con comentarios burlescos, y chistes que el Daiyoukai realmente no deseaba escuchar. Las expresiones de molestia por parte del Señor del Oeste hacían las delicias del mestizo que no escatimaba bromas y comentarios sarcásticos. A pesar de las molestias, golpear a Inuyasha había probado ser una salida más que conveniente ante los nervios del Daiyoukai que sin darse cuenta había comenzado a esperar los ataques del hanyou para desquitarse y liberar algo de tensión prenupcial.

Ahora estaba en el día cero, el día de su boda y no sabía qué hacer. Si bien ya estaba vestido acorde al evento, no tenía en claro los pasos a seguir.

Una vez de pie en el salón principal, un vistazo generalizado le dio una leve idea de lo importante que era el matrimonio para los humanos.

Las hembras estaban preparadas, vestidas, maquilladas hermosamente… Los hombres de la manada muy pulcros y finamente vestidos y con todas sus armas pulidas y brillantes, Miroku relucía con su atavío impecable, Danaka espléndido, Noriko deslumbrante.

Sesshomaru de pronto se dio cuenta de la verdadera importancia del evento… Y los nervios, verdaderos nervios comenzaron a carcomerlo por dentro.

Los escasos invitados, y la manada del Oeste se reunirían en la tierra insular.

Poco personal en palacio, los ausentes ya se encontraban en la isla.

Todos en la entrada del palacio prestos a partir, Kagome aún descansaba en su recámara.

Pensaba que la boda sería a la noche, en palacio, y eso le daba tiempo sobrado para descansar junto a Yashamaru y lucir espléndida, pero…

-"Kirara!"

-"Ah Un!"

-"Todos, al aire ahora!"

Y así la manada partió rauda hacia la hasta ahora secreta locación, que luego de la ceremonia y la celebración con todos los invitados, dejaría de serlo.

Sólo quedaron los "padres de los contrayentes, Inu No Taisho e Irasue, Danaka y Noriko quienes presentarían a la novia…

-Flash Back-

Kagome se encontraba amamantando al Pequeño Yashamaru, sentada en su mecedora frente al enorme ventanal en su habitación

Los sonidos de la puerta la alertaron

-"Quién es?"

-"Noriko, hija, puedo pasar?"

-"Sí, por supuesto pasa!"

La enorme puerta se abría permitiendo el ingreso de la antigua sacerdotisa Higurashi

Sentada frente a Kagome se deleitaba ante la maravillosa escena

-"Ah…Si alguien me hubiese dicho que esto sucedería y que yo lo disfrutaría tanto…No lo hubiese creído ni en un millón de años"

-"Esto?"

-"Sí, presenciar el nacimiento de mi linaje y verlo mezclado con youkai… Idaina Daiyoukai para ser más exacta…Increíblemente maravilloso…"

Kagome sonreía mientras cambiaba al pequeño de seno.

Sesshomaru ingresaba al dormitorio y reverenciaba apenas a la antigua Miko

-"Agradezco sus cumplidos, Higurashi Sama"

Ambas mujeres giraron para verlo de pie observando con un muy sonrojado Danaka parado detrás.

-"Oto…mmmm…Danaka Sama…"

-"Mi Lady…Buenos días…"

El Daiyoukai se acercaba a Kagome besaba su cabeza y apenas rozaba los nudillos de su dedo índice en la mejilla de su cachorro.

-"Buenos días, Saiai… Y también a ti, hijo"

Los cuatro permanecieron silenciosos unos minutos mientas Yashamaru terminaba de alimentarse. La joven Miko le alcanzaba el bebé a su ancestro, y ella lo paseaba por la habitación para hacerlo eructar.

Los machos salieron al balcón y Kagome los alcanzó, llevándoles una bandeja con té caliente que había en el dormitorio.

Sesshomaru tomaba a la mujer y la guiaba a sentarse también.

Mirar el enorme sillón blanco le traía recuerdos muy excitantes, por lo que cambiaba la mirada antes de pasar momentos vergonzosos frente a su general.

-"Danaka San se encuentra aquí para hacerte una solicitud…"

Terminando su taza de té, el Lord se levantó y se retiró a su despacho despidiéndose cortésmente de todos.

-"Danaka Sama…"

-"Mi Lady…

-"Tengo entendido…Mmmm. Noriko Sama, me dijo que es costumbre ningen que el padre de la novia la acompañe al altar y la entregue al esposo…Es así?"

Kagome lo veía a los ojos y pensaba en las costumbres de su tiempo y de su raza

-"Mmm.Sí…Pero…"

-"Usted me dijo Mi Lady una vez…Usted me llamó…Padre"

Sonrojada la mujer asentía emocionada recordando al esposo de su madre que tanto apoyo le brindó al regresar al futuro en aquél entonces.

-"Eran buenos tiempos"

-"Yo quiero aprovechar para pedirle la mano de Noriko sama…Y convertirme en su esposo y pareja"

Kagome muy feliz se volteaba a ver a una Noriko muy avergonzada que escondía su rostro apenas detrás del bebé que aprovechaba a besuquear en su frente.

-"Nada me haría más feliz, Danaka Sama"

Kagome sollozaba y cubría su boca

La antigua sacerdotisa se acercaba a la Señora del Oeste y le entregaba al pequeño para abrazarla y sollozar con ella.

-"No llores, Kagome, yo seré tu madre ahora y Akira Sama será tu padre…Además, tienes una hermosa familia que te ama…Ya nunca más estarás sola"

Danaka incómodo con los sentimientos que lo abrumaban suavemente se puso de pie y reverenciando ante la Dama de Occidente le dijo

-"Quiero pedir también el honor de entregarla a su futuro esposo, como su padre, Mi Señora"

En ese momento Kagome soltó el llanto que guardaba dentro desde hace tanto tiempo.

Danaka le tomaba la mano intentando calmarla.

Noriko por su parte le repetía que su cara se hincharía y necesitaba estar hermosa para la ceremonia.

De a poco y lentamente, los sollozos fueron reemplazados por sonrisas y la joven mujer se encontró rodeada de seres que la amaban y se sintió feliz.

-"Vamos Mi Lady, vamos a ponerte hermosa para tu boda"

-"Más hermosa"

Los brillantes ojos del general Tora fijos en la sacerdotisa que ahora atesoraba como su propia hija

-"Danaka Sama, me da vergüenza"

-"Está bien, Akira Sama, más hermosa, si eso fuese posible…"

Muy felices comenzaron los preparativos para vestir y preparar a la hermosa sacerdotisa de Shikkon, para encontrarse con su amado en la isla lejana y unirse a él el matrimonio. Aunque por supuesto, Kagome no sabía.

-Fin flash back-

Sesshomaru intentaba ir a buscar a Kagome y llevarla engañada a la isla, pero Irasue y Touga le recordaban a al Daiyoukai que era de mala suerte ver a la novia antes de la boda, Sesshomaru se resistía a partir sin su Miko.

-"Sesshomaru! Es la costumbre!"

-"…"

-"Touga San! Haz algo…Dile!"

-"Vamos, vamos…Ambos tienen el mismo carácter y si ninguno cede, esto será realmente difícil…"

Sesshomaru se encontraba de pie cerca de la cabecera de la enorme mesa donde siempre se realizaban los banquetes familiares, se veía majestuoso y gallardo. Su madre se emocionaba al verlo tan poderoso y parecido a su padre.

Caminando hacia él, se paró delante e instintivamente acomodó una de sus solapas,

-"Eres todo un líder…Ese líder que siempre soñé que serías, Sesshomaru"

El Lord miraba a su madre a los ojos. Dorados, tanto o casi tan dorados como los suyos.

Ella se veía hermosa, siempre estaba hermosa, eso era algo que a Sesshomaru lo llenaba de orgullo. Podía pelear con ella, podía haberle pasado muchas cosas en la vida, pero ella siempre se veía hermosa y poderosa.

La hembra se enorgullecía de mirar a su muy apuesto hijo.

Vestía un traje tradicional en color peltre, finamente adornado con bordados en plata, sus katanas en la cadera, su cabello en una cola alta, sus marcas muy visibles. Moko Moko pendía de su hombro, su porte Imponente emocionaba a la Señora madre.

-"Vas a casarte…"

-"Hn."

-"Haces bien, hijo mío…La Miko merece eso y mucho más"

-"Lo sé…"

Touga se les unía

-"Y ahora deberás partir"

Sesshomaru arrugaba el ceño, pero asentía de todos modos

-"Hn."

Mientras conversaban, la joven Dra. Youkai, ingresó con el pequeño Yashamaru.

-"Sanadora, tu vendrás con este Sesshomaru y te encargarás del cachorro"

-"Hai, Mi Lord"

Inu No Taisho se sumaba a la conversación

-"No seas impaciente, Sesshomaru o ella lo descubrirá. Inukimi sama, es mejor que partan ya"

-"Vendrás con nosotros madre?"

-"Si, Tu padre distraerá a la Miko mientras terminamos de arreglar todo…Vamos"

Asintiendo el joven Lord, el cachorro con Krisstal y su abuela, montaron una gran nube de youki y partieron velozmente hacia la lejana isla.

Inu No Taisho miraba a su familia alejarse.

-"Arigatou Kami Sama… Por esta segunda oportunidad"

Su seño duro, y sus rasgos perfectos, el poderoso Señor del Inframundo, ex Señor del Oeste se alegraba de su suerte y se disponía a vivir cada día con toda la intensidad del último, haría de su vida, una completa vida de provecho y felicidad. Tenía todo lo que siempre anheló y más, y pensaba aprovecharlo al máximo.

La voz de Danaka lo sacó de sus ensueños

-"Taisho Sama…La Miko está lista"

-"Ah, Akira Sama…Amigo Tora…Gracias"

-"Mi Lord?"

Touga se acercaba y lo tomaba de los antebrazos costumbre de saludo Inu

-"Has hecho un excelente trabajo asistiendo a Sesshomaru y cuidando de todo en el Oeste"

-"Mi Lord…Fue mi primer obligación…Luego mi único deber…Finalmente mi felicidad más grande, sin darme cuenta, el Oeste se había transformado en mi hogar"

Hogar…Palabra similar a Casa, sin embargo con un significado mucho más profundo.

-"Te confieso que hasta yo temí dejarte a cargo de mi hijo y de mi legado…Eres sólo doscientos años mayor que Sesshomaru, jamás pensé que podrías lograr tanto siendo tan joven."

-"No ha sido fácil…Sin embargo Sesshomaru Sama ha hecho cosas realmente extraordinarias, ha hecho que el Oeste prospere y siga fuerte, más fuerte que nunca"

Dándose la vuelta y caminando hacia el ventanal, Touga reflexionaba

-"Si, mi hijo lo ha hecho de manera espléndida, como era de esperarse…Temí que no lo lograra, pero afortunadamente él nunca necesitó de nadie."

-"Te equivocas…Nadie puede leer a tu hijo como yo, y déjame decirte amigo mío, que Sesshomaru te ha necesitado desesperadamente"

Touga giró muy rápido a ver a su amigo a los ojos

-"Pero su valentía y entereza, su fortaleza y determinación sin igual, lograron que se pusiera de pie y siguiera adelante. Cuando pensé que tocaba fondo, Kagome Sama apareció y la vida, Sesshomaru y todo el Oeste, se llenó de luz"

El general Inu sonreía y acomodaba su cola de caballo

-"Sí, mi nueva hija… Nuestra nueva hija es todo un caso eh?"

-"Así es"

En eso las puertas se abrieron para revelar a la novia más hermosa que ha habido en todo el Oeste.

Si bien era una boda humana, ella optó por un traje tradicional japonés antiguo. Un kimono de tres capas blanco adornado con flores de sakura bordadas en rojo y plata, su cabello, muy crecido ya, suelto adornado a lo largo de su caída con pequeñas flores de sakura blancas en sus manos un delicado ramo de flores blancas que caían como una pequeña cascada. En su sencillez se denotaba la extrema belleza que la joven poseía.

Ambos machos permanecieron estáticos al verla

-"Vamos, vamos cierren la boca o se les van a meter las moscas"

Las risas se corrieron por el aire. Ya todo estaba listo. Pero Kagome no comprendía por qué no había nadie.

-"No te preocupes, te llevaremos con Sesshomaru"

-"Si, Kagome Sama, tu asegúrate de llevar el anillo de mi hijo y nosotros te llevaremos junto a él en un abrir y cerrar de ojos, jajaja"

Touga imaginaba el disgusto de Sesshomaru al tener que usar una alianza. La habían diseñado junto al anciano herrero y no era pequeña.

Era grande y muy vistosa. Era un anillo sello con la cresta de Occidente, como el de Kagome pero grande y solo que en vez de estrellas de fondo había un Inu en su forma completa en oro blanco, dos rubíes sus ojos y detrás de él la luna creciente de oro azul. Era espléndido, digno de un Lord de la importancia de Sesshomaru, pero seguía siendo un anillo.

Touga estaba seguro que de ser un medallón, un shòtò o un tanto, los luciría orgulloso, pero esto era una boda y lo tradicional era una sortija.

A pesar de todo, el general perro reía a carcajadas por dentro. Imaginaba la cara de desagrado de su hijo y la obligación de quedarse callado, con eso tenía para reírse un tiempo.

Inu No Taisho internamente consideraba la posibilidad de conseguirse un par similar para compartir con Irasue, aunque no fuese a causa de una boda, pero un reencuentro gracias a la providencia de Kami y de un toro traidor. Pero esa era otra historia.

Lo cierto es que el herrero había hecho un muy buen trabajo elaborándolo y Kagome, pues su diseño era exquisito, realmente debía amar mucho a Sesshomaru y al Oeste, para haber podido captar la esencia de todo aquello con sólo dos imágenes, un Inu y la Luna.

El reflejo del sol a través de la ventana les dio a saber la hora y era tarde ya

-"Bien, mejor nos apresuramos antes de que al "novio "le dé un ataque de ansiedad"

Kagome sonreía

-"Ataque de ansiedad? Creí que era solo un mal de mi tiempo, Touga Sama"

-"Pues no, mi niña, es de todas las épocas como verás"

Las risas y los nervios, Noriko Higurashi con su traje de Miko tradicional apenas maquillada rindiendo homenaje a su linaje sagrado y Danaka ataviado de verde profundo, de seda típico de su tierra, con la cresta del tigre bordada detrás en oro y plata, su pecho semi descubierto, su cabello atado en una cola, sus ojos brillantes como joyas admirando a la hermosa Miko que lo acompañaba.

Touga con un sus ropas en seda blanca y flores de sakura rojas en su hombro izquierdo, hakama negro, la estola de dos colas sobre el hombro, sus katanas a la cadera como el legendario Daiyoukai que era.

-"Estamos todos listos"

-"Sí, Mi Lord"

-"Hai"

-"Muy bien entonces…Partamos"

Ya en la isla, los invitados contados con una mano parecieron multiplicarse. Señores del Norte, Sur y Este con sus respectivas comitivas estaban presentes, sirvientes del palacio, familiares y allegados, amigos y manada…Una multitud.

Sesshomaru casi había colapsado ante semejante despliegue. Su padre había invitado a medio Japón, por supuesto sin su permiso.

Si bien todo se veía espléndidamente preparado para una unión digna de la realeza, él había esperado algo más tranquilo e íntimo… Reminiscencias de otra vida quizás…

-Flash Back-

Horas antes de su "matrimonio "con Kagome, Sesshomaru estaba en la isla revisando que su obra estuviese a la altura de sus expectativas.

Mientras revisaba los pormenores de su regalo terminado, se encontró mirando la construcción vacía sin exactamente ver nada en especial. Su mirada estaba perdida. Sentía un extraño tirón en su alma.

Sólo pudo dejar el balde de barniz marino en el suelo arenoso y caminar hasta la playa a darse un refrescante chapuzón.

Quitándose su hakama, con su prístina piel, enfrentaba las olas del cálido océano intentando sacudirse el sopor. Regocijándose en la sensación de alivio y placentera caricia de las turquesas aguas salinas.

Sumergido hasta sentir que el aire se calentaba en sus pulmones para luego emprender el ascenso hacia el oxígeno reparador.

Saliendo a la superficie con sus cabellos peinados hacia atrás pegados a su musculosa espalda, con sus dedos gordo e índice se quitaba el agua salada que bajaba por la punta de su nariz y resoplaba con la boca. Detestaba el sabor salado del agua de mar. La soledad lo envolvía y lo convencía cada vez más de que no era buena consejera… O tal vez sí.

Debería estar más que feliz, tenía como pareja a una mujer maravillosa, fruto de su unión tenía un hijo, un cachorro poderoso y bello, simplemente perfecto, tenía sus padres juntos una vez más, Inuyasha…Había cambiado para bien, su manada era de las mejores, no, la mejor y honrando la procedencia de su bellísima pareja sagrada, hoy se casaría con ella, con ceremonia, invitados, banquete y demás, pero…Se sentía extraño, inseguro.

Shimaru gozaba de extrema felicidad y calma, por lo que ultimadamente no sentía mucha necesidad de hablar, compartía casi todo con su amo acariciando la superficie de su conciencia, compartía las vivencias, el día a día y formar un solo ser tenía sus beneficios, pero su amo se sentía diferente a él, y a veces mientras la bestia estaba calma, Sesshomaru no se hallaba…

"Habla"

"No tengo nada que decir"

"Estás seguro?"

"Hn."

Olfateando el aire, la bestia continuaba presionando al Daiyoukai para que confesara su verdadero pensamiento

"Es…Inseguridad lo que percibo?"

Sesshomaru estaba más que frustrado. Realmente estaba inseguro, se sentía muy inseguro acerca de su actual situación. Todo era perfecto salvo por el mínimo detalle de que sentía que estaba intentando llenar los zapatos de mirai Sesshomaru, y no sabía cuánto hasta que el poderoso Daiyoukai del futuro, hasta ahora esquivo, había comenzado a aparecerse en sus sueños. Solo lo veía de pie en las dunas de la isla mirándolo para darse la vuelta y mirar el sol desaparecer en el horizonte sobre el mar.

Siempre era lo mismo.

Majestuoso e inalcanzable, como si estuviese a kilómetros de él.

Mientras se paraba a su lado, tan cerca que podría sentir la brisa que producían los cabellos del mayor al juguetear en el viento cerca de su rostro.

Su mirada dorada fija en la suya. Las apenas visibles casi ínfimas líneas debajo de los párpados y a los costados de los ojos, alguna cicatriz, el semblante duro, típico de un macho Inu entrado en años. La seriedad de su gesto, las marcas de su linaje, la cresta familiar en su frente, el youki tan pesado que apenas le dejaba respirar. En su corazón y su mente el orgullo y respeto que verse convertido en semejante ejemplar masculino le provocaba…Pero de nuevo ese no era él, tal vez lo fue, o lo será, pero hoy por hoy, no lo es.

-"Mirai Sesshomaru"

-"Sesshomaru Sama, para ti, cachorro"

Y la horrenda sensación de no saber el motivo por el que se encuentra allí, en ese lugar, en ese momento.

La necesidad de preguntarle de todo y sobre todo, saber el porqué de cada cosa, el camino a seguir, Kagome…

Pero de nuevo el inmenso orgullo de ser él mismo, más joven, pero el poderoso Daiyoukai del Oeste, Taisho Sesshomaru Sama, y su necesidad de escribir una nueva historia junto a la hermosa mujer que Kami puso en su camino, tres veces ya.

La primera intentando asesinarla, la segunda vez a su par del futuro tomándola como esposa por poder para luego enamorarse y la tercera vez de nuevo con él en el Sengoku emparejándose con ella, teniendo juntos un hijo y ahora convirtiéndola en su legítima esposa…

No, No cambiaría ni un solo detalle de su actual vida junto a ella.

Comenzando a retirarse dejando al macho adulto detrás, la necesidad de voltearse a verlo una vez más, para encontrarlo viéndolo fijamente como si estuviese reprochándole algo, pero sin decir nada

- "Vas a casarte?"

Siempre la misma pregunta

-"Hn."

Siempre la misma respuesta

Para luego verlo desvanecerse hacerse uno con el horizonte, dejándolo con mil preguntas en la boca, para luego despertar bañado en sudor y dirigirse al onsen intentando no despertar a Kagome y a Yashamaru.

No deseaba compartir esos pensamientos con nadie, pero su bestia sabía que algo no estaba del todo tranquilo con él.

"Cierras tu mente a mí, amo"

"Calla"

"Te asusta casarte con la Miko?"

"Ridículo"

"Entonces?"

"…"

"No importa cuánto intentes callar tus temores, yo soy parte de ti y también veo a nuestro poderoso ser del futuro, ahora inexistente, presentarse ante ti cada noche"

"Este Sesshomaru no comprende…Se acerca al poderoso, el poderoso pregunta, pero luego se desvanece y calla"

Caminando hacia la construcción con el hakama en la mano, Sesshomaru se dispuso a guardar todo y dar una última mirada a su creación antes de partir al Oeste y prepararse para la ceremonia .

Llevaría consigo la incógnita de sus sueños extraños, tal vez debería hablarlo con su padre, tal vez debería simplemente olvidarlo

-Fin flash back-

Vestido para la ceremonia ya, su porte masculino y poderoso atraía la mirada de las invitadas y algunos invitados, más de lo que le gustaría en realidad.

Solo los miembros de la manada se mantenían ordenados y emocionados a más no poder, mas las comitivas de los Señores Cardinales eran otra cosa.

A pesar de todo el despliegue de asistentes, Inu No Taisho no mandó preparar alojamientos para ellos, la idea era celebrar y desaparecer, dándoles a su hijo y su nuera la tranquilidad e intimidad que deseaban y sabía muy bien que la deseaban.

El alboroto seguía a Inuyasha, donde fuera que iba algo sucedía.

Kikyo no escatimaba en llamarle la atención inútilmente.

Miroku con más tino, observaba al Señor del Oeste perder su mirada en el horizonte. Algo andaba mal. Su aura se sentía muy pesada. Caminando lentamente permitiendo al Inu sentir su cercanía, el monje comenzó a conversar con Sesshomaru

-"Nervioso Mi Lord?"

-"Este Sesshomaru no conoce el significado de ese término Monje"

-"Gomennasai…Es lo usual en estos casos que el "novio" se encuentre un poco…Ansioso. De ninguna manera quise faltarle el respeto, Mi Lord"

-"Hn."

Detrás de ellos se acercaba Irasue. Ella podía sentir también el aura notablemente alterada de su hijo, al ver que el monje intentaba calmarlo sin tener mucho éxito, decidió intervenir.

-"Houshi Sama, permítame unas palabras con mi hijo"

Cortez pero demandante la hembra fijaba la vista en su crecido cachorro.

Miroku sabía lo que debía hacer. Asintiendo a la inu que mantenía una mirada preocupada

-"Oh Por supuesto Lady Irasue, con el permiso de ambos, iré a ultimar detalles"

Sesshomaru no quitaba la vista del horizonte. Su cabello recogido se hamacaba apaciblemente con el ritmo caprichoso de la brisa marina, su madre sentía gran curiosidad acerca de su extraño comportamiento.

-"Qué te atribula mi cachorro…"

El silencio para luego apenas susurrar

-"Hace muchos siglos que este Sesshomaru dejó de ser un cachorro"

-"A los ojos de una madre sus cachorros siempre serán cachorros, y velará por ellos, y más si algo los preocupa como para dejar volar su mente tan lejos como tú lo haces ahora"

Al no recibir respuestas por parte de su hijo la hembra rodeó su brazo suavemente y le pidió que la acompañara a ver el regalo de Kagome

-"Aún no puedo creer que tú hicieras todo esto…"

-"Hn."

-"Y de dónde sacaste las ideas para lograrlo?"

-"…"

Ahí estaba el problema, Sesshomaru había plasmado con sus propias manos un recuerdo que no había sido suyo desde el principio.

Esa Isla tan remota había sido MUY importante en su vida y la de Kagome, tanto en el futuro, como en este tiempo. La necesidad de realizar esa idea se había transformado de urgencia y qué mejor que obsequiarla como regalo de bodas a su pareja, para demostrarle lo importante que es desde siempre y para siempre.

-"Es maravilloso, pero…Aún así, estás atribulado, malherido, por qué?"

-"No fueron mis ideas, ni siquiera mis propios recuerdos, no sé cómo me hace sentir eso"

Los ojos enormes de Irasue en comprensión de lo que su cachorro se refería, su hijo del futuro.

-"Mirai Sesshomaru"

-"Hn."

Al parecer mirai Sesshomaru al estar íntimamente fusionado con él, le transmitía pequeños destellos de memoria y otras cosas que le habían sido de cierta utilidad en su vida, así como la imagen de la cabaña que se había construido en la isla tantos siglos en el futuro. Sin embargo, Sesshomaru se sentía inseguro, como si estuviese llenando los zapatos de alguien más. Ya lo habían hablado mil veces con Kagome, pero él continuaba sintiéndose extraño ante aquellos sucesos.

Lo viese como lo viese estaban en pugna constante por dominar al otro, no podía más que admitir que mirai, intentaba asomarse más de lo conveniente.

Y allí estaba a punto de "casarse" con su amada Kagome y teniendo estos inconvenientes con su par del futuro

-"Sesshomaru"

-"Dime madre"

-"Permíteme ayudarte"

-"…"

Ambos mirándose. El silencio, un arma filosa ajustada a sus gargantas.

Antes de permitirle hablar y negarse, Irasue lo atropelló

-"Ella no se merece esto. Ella se merece el macho formidable con el que se emparejó. Siempre te eligió, antes, ahora y siempre te elegirá"

La verdad en sus palabras lo azotaban directo en la cara.

No pudo otra cosa que asentir

-"Ven cachorro, esto solo puede hacerse una vez"

Caminando un poco más cerca de la construcción Irasue se quitó el collar con la piedra Meidou y la colocó en el suelo frente a ellos. Krisstal y el cachorro emergían de la fronda, habían estado paseando por los alrededores disfrutando de la naturaleza, por detrás de ellos emergió un muy avergonzado Señor del Sur, que también había estado de paseo con la sanadora y el cachorro, por si las cosas se tornaran extrañas con alguna criatura salvaje o algo por el estilo.

Ambos notaron la seriedad en las miradas de los inu, asintieron y se retiraron. Kleinez susurró antes de partir hacia la playa con los demás

-"Veré que nadie los interrumpa Sesshomaru Sama"

Y sin más tomó a la sanadora del antebrazo y la condujo suavemente junto al bebé hacia la reunión

-"Meidou…Ábrete y convoca a aquél que es de otro tiempo y cohabita consigo mismo en el presente…"

Sin más después de una luz enceguecedora, Mirai Sesshomaru estaba de pie frente a ellos.

-"Bienvenido, cachorro"

-"Okasan"

-"Hn."

-"Creo que debo dejarlos solos para que puedan solucionar esto, pero antes…"

La hembra caminó hacia su crecido y muy adulto hijo, y sin aviso previo lo abrazó fuerte, muy fuerte, tanto que sus lágrimas asomaron sin poder detenerlas

-"Eres magnífico, tal como te soñé, cachorro mío"

Las enormes manos más acostumbradas a demostrar afecto se dirigieron a sostener a su madre contra su pecho y acunar su cabeza contra sí. El joven Sesshomaru levantaba una ceja ante el despliegue sentimental frente a él.

Evidentemente Kagome era responsable de eso y de muchas cosas más.

-"Te ves tan hermosa como siempre madre"

-"Ahora los dejaré mis queridos hijos"

Y caminando lentamente pasó junto al joven Sesshomaru y le rozó la mejilla con la mano para continuar en dirección a la playa

-"Tienen 10 minutos…Aprovéchenlos"