NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.
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ABRAZO ENORME.
Capitulo 80
Dos horas más tarde y una vez que quedaron solos, con la joven sanadora a su lado, terminada de sanar a Kagome la hermosa Krisstal ofreció sanar las heridas del Lord.
-"No es necesario Sanadora"
Kagome apenas con un hilo de voz
-"Si lo es"
Sesshomaru ahora se dirigía a verla y a besar su frente
-"Saiai, debes descansar"
-"Mi reiki te agredió de manera salvaje, estás en carne viva"
-"Este Sesshomaru…No es nada que no pueda manejar"
Una vez que Kagome dormía otra vez, Sesshomaru caminó hasta el onsen se quitó la sangre y trozos de piel quemados, cambió su ropa y salió para ver a su esposa que continuaba descansando junto a la sanadora.
-"Lady Kagome ha sanado bastante bien, Mi Lord"
-"Hn."
-"Su cuerpo y poder de recuperación son asombrosos"
-"Hn."
Calzando sus katanas en su cadera se alistaba para asistir al salón y a la cena.
-"El reiki, las lociones curativas y su saliva, han hecho un gran trabajo. Difícilmente queden cicatrices visibles. La espalda y sus heridas sangrantes casi han sanado por completo, ya no soy necesaria aquí, mi Lord"
-"Está bien, puedes retirarte"
-"Hai Sesshomaru Sama"
Reverenciando la sanadora emprendía su retirada, pero el Lord la detenía
-"Esta noche habrá una cena para los Señores Cardinales, eres la ahijada de este Sesshomaru y la cortejada del Señor del Sur…"
-"Mi Señor?"
-"Habrá un lugar para ti en la mesa de este Sesshomaru, futura Señora de la Casa Cardinal del Sur"
Su mirada le decía muchas cosas, la sanadora se emocionaba con la actitud paternal de su padrino y protector
-"Arigato, Sesshomaru Sama, allí estaré…Con su permiso"
Reverenciando y retirándose de prisa a prepararse para la gran noche.
Una vez solo en la habitación, Sesshomaru besaba levemente en los labios a Kagome que se acomodaba suspirando.
Su corazón adolorido no le permitía olvidar el escarnio con el que había atacado a Kagome horas atrás. Las lágrimas caían secretamente por sus mejillas. Solamente él sabría que las derramaba.
-"Kagome…Perdóname"
Susurraba mientras acariciaba la cabellera de la joven dormida
No sabía cómo enmendar lo que había hecho, ni por qué lo había hecho. Menos aún, por qué mirai no intervino y Shimaru en sus dos versiones no retrocedió ante el aroma de la sangre de la joven. Inspirando para tomar valor, se ponía de pie para alejarse de la enorme cama.
Comenzaba a dirigirse a la puerta, cuando un suspiro lo distrajo. La sacerdotisa giraba en su sueño para acomodarse mejor.
-"Descansa saiai"
Saliendo del dormitorio encontró a los dos guardias a cada lado de los portales que de inmediato reaccionaron encuadrándose y acomodando sus lanzas a su lado.
-"Mi Lord!"
Al unísono.
Asintiendo apenas, emprendió su camino hacia el salón.
Sabía que todos habían sentido las tremendas fluctuaciones en las energías y gran parte de los habitantes de palacio intuían que se debía a la potencia de la pareja de Occidente, pero de nuevo, eran las maneras youkai, a nadie le asombraría demasiado, una lucha de energías entre una Miko y un Daiyoukai, que fueran pareja.
Ellos eran MUY apasionados y eso agradaba al personal.
Pero esta vez había sido demasiado. La causa había sido otra. Por supuesto habían visto salir raudamente al zorro del Este. No era difícil comprender la disputa de potencias. Los acontecimientos recientes, seguramente se debieron a la molestia de su Señor con el anciano Kitsune. La Dama de Occidente, seguramente estaba alterada también.
Ver caminar a Sesshomaru serenamente por el pasillo hacia el gran comedor los tranquilizaba y los alegraba sobremanera. Espiando a través de los cortinados los sirvientes se regocijaban al ver a su Señor desplazarse con su gracia acostumbrada. La Señora no lo acompañaba, eso era extraño pero si el Lord estaba tranquilo, ellos también.
Al ingresar en el salón todos se pusieron de pie, a excepción de Inuyasha que se mantuvo sentado con un brazo sobre su pierna doblada, cenarían en la mesa baja y los invitados sentados en el suelo para su mayor comodidad. Al ser una cena informal, Sesshomaru intentaba que los Señores se acercaran al Oeste y compartieran intereses en su afán de detener a los ancianos y a sus seguidores.
Una cena relajada y casi familiar sería lo mejor.
Los Lores Cardinales asistentes e Inu No Taisho, tomaban sus lugares; en lo que las puertas se abrieron para permitirle el paso a la sanadora. Kleinez de inmediato se puso de pie y fue a buscarla.
Hiroki hizo lo propio y al llegar a su hermana le besó la frente.
-"Hola huesitos"
-"Hola llorón"
Sobrenombres que se pusieron cuando eran pequeños, ella siempre en busca de huesitos en el bosque y él por detrás llorando porque no podía alcanzarla.
-"Buenas noches"
Reverenciaba la bella youkai a los presentes y se acomodaba junto a su hermano, frente a su pareja.
Sesshomaru bebía de su copa de sake y comenzaban todos a comer.
El Daiyoukai mantenía la mirada fija en un punto equis de la mesa. Inuyasha comía con poco apetito sin mirar a su hermano. El resto de la manada murmuraba conversando para ellos mismos. Inu no Taisho vio el extraño comportamiento de los asistentes a la cena, los sitios destinados a las hembras vacíos y se preguntó acerca del porqué.
Acercándose a Inuyasha le susurró algo en el oído a lo que el mestizo bufó y miró hacia otro lado.
En instantes los portales se abrieron una vez más revelando a la Señora de Occidente, a su cachorro en brazos, junto a Lady Irasue y al resto de las hembras que reverenciaban, se dispersaban y tomaban sus lugares junto a sus parejas… Lo que dejaba a los machos del Oeste, con la boca abierta a modo de sorpresa.
-Flash Back-
En la recámara de Inuyasha, el mestizo estaba lívido.
Toda la manada estaba con él.
Miroku, Sango con Yashamaru, Kikyo, Noriko, y hasta Kouga
-"Mataré a ese hijo de puta! No me importa lo que diga Danaka!"
-"Inuyasha, tranquilízate"
-"NO! Me tiene podrido! Estoy harto de su carácter de mierda!"
-"Piensa que no es fácil para él manejar todo lo que el orbe de mirai Sesshomaru le trajo. Piensa lo poderoso que es para llevar la conciencia de mirai y la otra bestia también…Ver la amenaza sobre este mundo…Debe haberse vuelto loco"
Miroku intentaba justificar al Lord.
-"Keh! Pero desquitarse con Kagome? Eso está fuera de discusión!"
-Kagome Sama no pudo defenderse por culpa del youki tan denso que Lord Sesshomaru le inyectó"
Kouga agregaba mientras caminaba hacia la ventana. Inuyasha continuaba maldiciendo
-"Cobarde hijo de puta!"
Las mujeres besuqueaban y mimaban al cachorro.
Sango interrumpía
-"Yo No iré a la cena, me quedaré con Kagome y el pequeño Yashamaru"
-"En ese caso…Sesshomaru y yo nunca hemos congeniado…Me quedaré con ella también"
Kikyo se acercaba al bebé y le acariciaba la cabecita plateada.
Golpes en la puerta los hacía callar
La joven ardilla, traía los trajes planchados y perfectos
-"La cena estará en una media hora, Lord Inuyasha"
-"Está bien, Kìbo chan, gracias"
La ardilla sonreía ante el trato simpático que siempre tenía Inuyasha hacia ella y en general hacia todos los del servicio.
-"Está bien quédense con Kagome, cualquier cosa estaremos pendientes de sus energías "
Habían aprendido a elevar su youki, los humanos a percibirlo y también al reiki alterado para comunicarse, en momentos de necesidad, si algo sucediera con Kagome, los machos estarían atentos.
Noriko no articulaba palabra. Estaba afectada no sólo por el despliegue de poder de Sesshomaru, sino por la actitud de su cortejante, Danaka, al defender a su Señor.
Por el momento estaba reconsiderando su emparejamiento con el tigre. Sentía su corazón romperse en pedazos.
Una vez que las mujeres partieron hacia el dormitorio real, los machos hicieron lo propio hacia el gran comedor.
Mientras caminaban pensaban en los pasos a seguir ahora que una gran tormenta se avecinaba y se cernía sobre el Oeste y el mundo conocido.
Antes de ingresar al salón un vórtice de energía se arremolinaba permitiendo la llegada del General Perro y su dama, Lady Irasue
-"Bienvenido Taisho, Sama, Irasue Sama"
-"Muchas gracias"
La hermosa Inu reconocía la bienvenida
-"A qué se debe la ausencia de las damas? Acaso no estamos invitadas?"
Inuyasha miró hacia el piso y los demás carraspearon nerviosamente
-"Las mujeres están en la habitación de Lady Kagome, Irasue Sama"
El extraño comportamiento de los machos causó curiosidad en la hembra que se dispuso a unirse a ellas en el dormitorio real
-"Luego te alcanzaré en el salón, Touga Sama"
El gran Inu asintió y se encaminó con los otros machos al salón. Mientras caminaba con su cabeza en alto y sin mirarlo se dirigió a Inuyasha
-"Después del banquete me explicarás con lujo de detalles, Inuyasha"
Inuyasha bufó pero no se negó
En instantes los portales del gran salón se abrieron y cada asistente se fue a ubicar en sus lugares asignados. En cada puesto había una distinción con el nombre del comensal.
Se acomodaban y conversaban entre sí. Hasta que un potente youki los llamó a ponerse de pie.
Los portales se abrieron dándole paso al Señor de Occidente, para lo que los presentes reverenciaron.
Touga se dio vuelta para encontrarse con que Inuyasha se mantenía sentado en el piso con su rodilla doblada y su mano descansando lánguida sobre ella, negándose a reconocer a su hermano. De nuevo susurrando
-"Me darás explicaciones de este comportamiento, cachorro"
A lo que Inuyasha de nuevo simplemente bufó.
-Fin del flashback-
Kagome encabezaba el grupo de mujeres seguida de Irasue, Sango y Kikyo, y detrás Noriko. Cada una fue a acomodarse junto a su pareja.
Los machos les acercaban alimentos y bebidas.
Inuyasha susurrando en el oído de Kikyo
-"Qué mierda está sucediendo? Acaso no se quedaban con Kagome en su dormitorio?"
-"Luego te explico"
La bella sacerdotisa sonriendo apenas comenzaba a alimentarse mientras frotaba su vientre.
Sango hacía lo propio pero era Miroku quien frotaba el abultado vientre en formación.
Inu No Taisho miraba el despliegue extraño y luego a su pareja, que se bebía una copa de mirin y le hablaba oculta detrás de la copa
-"No preguntes"
El general sabía de las habilidades diplomáticas de su pareja por lo que simplemente respondió
-"Hm."
Vaciando en su garganta la copa de sake enseguida se sirvió más.
-Flash Back-
En el dormitorio Kagome se desperezaba en la cama. Su cuerpo se sentía como si hubiese sido aplastado por una muralla de rocas. Las imágenes de lo ocurrido se amontonaban en su mente.
El terror que debió haber sentido Sesshomaru por revivir los acontecimientos pasados y su frustración ante la exaltada respuesta del zorro, causaron una reacción en cadena que se transformó en un desastre. Y después más terror al ver los resultados de esa reacción.
Afortunadamente no pasó a mayores, según su pensamiento. Claro, ella no se había visto destrozada y ensangrentada sobre la cama como la habían visto los demás.
Apenas caminando como pudo se sentó en la mesita que siempre tiene una charola de plata con una tetera caliente y dos tazas. En lo que se servía una taza y la bebía, las demás hembras y mujeres de la manada ingresaban al dormitorio
-"Kagome Chan!"
-"Kagome!"
-"Kagome!"
Ella les sonreía y recibía los abrazos de todas y a Yashamaru que le tiraba los brazos para que lo alzara.
-"Deberías estar descansando!"
-"Recuéstate"
En eso Irasue ingresaba
-"Se puede?"
-"Irasue Sama! Pase"
Las mujeres inquietas se arremolinaban cerca de la joven. La poderosa hembra intuía algo extraño.
-"Acaso no piensan asistir al banquete?"
Sango se adelantaba a responder
-"No, me quedaré aquí junto a Kagome Chan"
Las demás asintieron. El pequeño observaba serio el rostro de su abuela. Inukimi acariciaba con su garra la media luna de su frente causando la risa del cachorro.
-"Y puedo preguntar a qué se debe esa decisión?"
Kagome abrazaba fuerte a su bebé y sonreía para tranquilizar a las demás mujeres y a Irasue
-"Hubo una reunión de Señores Cardinales y Lord Kokatsuna, causó un revuelo molestando a todos en palacio"
Sango indignada interrumpía
-"Kokatsuna? Revuelo? Pero Kagome! Fue Sesshomaru el que causó un estrago!"
Irasue se alteraba
-"Sesshomaru?"
Las mujeres se apresuraban a relatarle lo acontecido. Kagome se ocupaba de atender a su cachorro.
Irasue abría los ojos grandes y se sentaba para recibir una taza de té de manos de Noriko Higurashi.
Si bien, ninguna había estado dentro del Onsen, imaginaban lo sucedido.
Entre los comentarios estaba la inseguridad acerca de las cosas pero sí sabían que él había inyectado youki en ella y además habían visto la sangre brotar a borbotones en la espalda muy lacerada y el interior de los muslos de la joven Miko.
Uno más uno…Y dio el resultado.
Irasue suspiraba y bajaba su taza de té.
-"Y tú Kagome, cómo estás al respecto"
-"Triste, abrumada, pero me encuentro bien"
-"Sientes rechazo hacia mi cachorro?"
Los dorados ojos fijos en ella, manteniendo firme la esperanza de que la joven no deseara apartarse de Sesshomaru.
-"No"
Kagome no sentía rechazo, ni rencor hacia su pareja, simplemente dolor y pena, por saber lo que mirai le pudo haber mostrado, hacerlo sufrir su misma pena mostrándole el final de un tiempo y toda su manada, era demasiado, para cualquiera, Sesshomaru había resistido bastante bien. Su asalto sexual no fue algo que no pudo haber manejado si no fuese por el miasma que comenzó a circular por su sistema. Hábilmente a pesar de su fuerza brutal, había estimulado correctamente a la mujer para que alcanzara su satisfacción personal, pero también la había sometido a dolor intenso y a su trato despiadadamente posesivo.
Sesshomaru solo había utilizado un poco más de fuerza de lo habitual, pero el veneno de su youki le había causado un dolor profundo en su alma, y su cuerpo colapsó debido a la inyección intensa de la venenosa energía. También sentía pesar por la desesperación de Sesshomaru al ver lo que había hecho.
Amaba a Sesshomaru y eso no cambiaría, ahora ni nunca.
Comprendía a sus amigas, ella también castigaría a sus parejas si cayeran en una descarga de adrenalina similar, por lo que no intervendría a futuro ante las reacciones de las mujeres hacia su marido.
Algunas preguntas que Irasue formulaba para sacarse dudas eran respondidas por las mujeres.
Una vez terminado el relato, la hermosa Inu carraspeó intentando tragar el nudo que tenía en la garganta para comenzar a hablar.
-"La situación no justifica el accionar de mi hijo."
Las mujeres observaban a la Poderosa hembra Inu. Ella no lo defendió. Eso les llamó la atención a las damas.
Una a una fueron acercándose y sentándose junto a la antigua Dama de Occidente.
-"Pero es esperable, en la cultura youkai"
-"Yo he pasado cosas terribles en mi juventud. Hasta el alejamiento de mi pareja y la elección de una hembra de otra especie por sobre mí y mi hijo"
-"He debido gobernar el Oeste sola, y enfrentarme a un mundo especialmente preparado para que los machos gobiernen, demostrar fortaleza y frialdad ante las situaciones más duras. Mis reacciones ayudaron al Oeste, y a esta Irasue a resistir, prosperar y así, pude entregarle a mi hijo en sus propias garras su legado intacto, glorioso y pujante. Crié a Sesshomaru hasta sus 90 años, luego Touga se encargó de él hasta su muerte. Danaka se hizo cargo después, y debo admitir que ha hecho un excelente trabajo"
-"Irasue Sama, cómo murió el General?
La bella Inu ayudaba a Kagome a colocarse su traje de Miko, y mientras les relataba los acontecimientos a las hembras del Oeste.
-"Luego de que el clan Ryu terminara con la vida de Touga…"
-"Pero no había sido Takemaru quien lo asesinó?"
-"Tajilla, veo que estás bien informada, pero no, no fue Takemaru quien terminó con él. El General fue herido en la batalla con el clan dragón, Touga logró asesinar y sellar al maligno Ryukotsussei, no sin antes recibir una estocada fatal en su corazón a manos del asqueroso reptil. Herido como estaba fue a ver a Danaka para encargarle que velara por Sesshomaru y el Oeste, a Sesshomaru, para asegurarse que se ocupara del gobierno de sus tierras y ver que protegiera al hanyou que iba a nacer, a su madre y al Oeste, luego fue al castillo de Takemaru, se enfrentó a los soldados, resistió sus flechas, sus ataques, puso a salvo a Izayoi y a Inuyasha, regresó, asesinó a Takemaru, pero cuando el palacio en llamas colapsó y lo atrapó debajo…Él estaba verdaderamente muy malherido, por eso es que no logró salir del infierno en llamas"
Ninguna dijo nada, sus sollozos y asombro acompañaban las palabras de la hembra Inu.
-"Luego la bendición de Kami, nos alcanzó a pesar de ser demonios, nos dio una segunda oportunidad"
Ninguna decía nada, escuchaban las palabras de la sabia pareja del general perro.
-"No siempre el camino estará lleno de flores, siempre habrá cosas desagradables y retos realmente duros para sortear…"
-"Pero en esos momentos duros y difíciles es cuando más fuerte, la hembra o mujer debe aparecer junto a su macho. Demostrarle que no tiene una hembra cualquiera, ni débil, ni indigna, sino la única para él, la mejor"
-"El carácter de un macho youkai, es indomable. Es como un volcán en erupción. Una tormenta tropical que arrasa con todo a su paso. Kagome Sama, estoy segura de que lo sabes, te has emparejado dos veces con mi hijo. Sabiendo lo duro que es, volviste a elegirlo en esta era también..."
Kagome sonreía
-"Y lo elegiría otra vez"
-"Esto lo digo en especial para ti, Miko Higurashi, que eres la cortejada del tora"
Noriko miró a la Inu
-"Por Mi?"
-"Así es, no tanto por ti Kikyo Sama, ya que el carácter del mestizo está impregnado de humanidad volviéndolo dulce si se quiere"
Kikyo sonreía, era verdad, Inuyasha era muy dulce entre las paredes de su habitación.
-"Pero el tora, es un youkai pura sangre y muy potente, él necesita una hembra equilibrada y firme a su lado. Tú debes estar dispuesta a acompañarlo a pesar de todo"
Noriko aferraba el borde de su casaca ¿Estaba realmente dispuesta a ello?
Recordando a su hermoso y romántico tigre su corazón esquivó un latido, por un instante se puso en lugar de Kagome, y de Sesshomaru. ¿Qué haría en su lugar?
Sus ojos se enrojecían y las lágrimas brotaban mientras la mano de Kagome acariciaba la mejilla de su tátara tátara abuela, ahora su madre.
-"Los Higurashi, jamás han sido débiles de carácter"
Higurashi sólo quedaban ellas dos. Los ojos de Kagome brillaban con una intensidad deslumbrante, Noriko comprendió, que el amor lo podía todo.
Ella también lo intentaría todo por disminuir el dolor de su amor. Si Danaka hubiese estado sufriendo, ella sin pensarlo hubiese corrido a su rescate y si salía herida, lo intentaría una y otra vez.
Apenas sonriendo y asintiéndole a la joven Señora del Oeste, la poderosa Miko se puso de pie.
-"Bien…Tenemos una cena a la que asistir y tenemos que lucir hermosas"
Apartando sus lágrimas, la Miko comenzó a acomodarse los cabellos.
Sango detestaba los modos de los youkai y adoraba a su hermana del corazón, pero conocía la nobleza y el honor de Sesshomaru, él jamás hubiese herido a Kagome adrede. La ira contra una situación horrenda había podido más. De todas maneras se aseguraría de que el Lord no se saliera del camino ni un ápice o lo lastimaría verdaderamente y mucho. Suspirando secundó a Noriko
-"Bellas ya somos, pero vamos a iluminar una cena aburrida y lúgubre"
Kikyo comenzaba a desatar su kimono y miraba a las demás.
-"Iremos con nuestros atuendos característicos y el día que enfrentemos a los ancianos los usaremos también, el Oeste se enorgullece de su alianza con el clan sagrado y el clan Exterminador. Las mujeres de Occidente son las más fuertes de todas y eso quedará en evidencia hoy"
La sonrisa amplia de Irasue. Su mensaje fue de indulgencia hacia la estirpe youkai y la brutalidad que lo caracteriza, la respuesta humana a su tácito pedido de disculpas y apoyo hacia su Casa Cardinal del Oeste había sido escuchado y respondido. Las mujeres más potentes de Japón caminaban ahora a su lado para apoyar al Oeste en su gestión, por el pasado, por el presente, por el futuro. Tres poderosas Miko, una Exterminadora, un cachorro Idaina Daiyoukai Sagrado y la princesa Inu de más fina estirpe se dirigían al recinto donde una cena muy importante se desarrollaba. Ellas apoyarían al Clan Taisho en este y todos los retos que deban atravesar en pos de lograr el futuro soñado para ellos y los que vendrán.
Frente a los portales del salón las damas inspiraban y se acomodaban sus atuendos, a su ingreso los rostros asombrados de los machos fueron la recompensa jamás soñada por ellas. En sus miradas se notaba la admiración, el respeto, el orgullo y el amor. Cada una a su paso se dirigió a sus lugares asignados para compartir una cena y comenzar a forjar una nueva vida, un nuevo futuro, seguro, pacífico, perfecto para todos…
-Fin Flashback-
