NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.
GRACIAS A TODOS POR LOS COMENTARIOS, SON ESPECTACULARES!
DE NUEVO AGRADEZCO EL APOYO DE TODOS POR ESTAR ATENTOS Y AVISARME Y DEFENDERME COMO AUTOR DE MIS OBRAS ANTE UN NUEVO CASO DE PLAGIO O SI SE QUIERE MAL USO DE MI HISTORIA DE MIKO DE MI CORAZON. LAS HISTORIAS DE UN AUTOR DEBEN, REITERO, SIEMPRE DEBEN, PERMANECER PARA SE LEÍDAS Y DISFURTADAS POR TODOS EN LOS SITIOS DONDE LOS POSTEA EL PROPIO AUTOR. NADIE TIENE DERECHO A PONER SUS MANOS SOBRE LOS TRABAJOS DE OTROS, APROPIARSE DE ELLOS, CAMBIARLES EL NOMBRE, RE-SUBIRLOS O CUALQUIER OTRA MANIOBRA Y MUCHO MENOS SIN LA DEBIDA AUTORIZACIÓN DE SUS PROPIOS AUTORES/DUEÑOS.
ETERNAMENTE AGRADEZCO SU AFECTO Y CARIÑO
ABRAZO ENORME.
Capitulo 83
Sesshomaru respiraba agitado. La cercanía de su amada le dificultaba mantener el control.
Kagome sabía que él no la tocaría hasta que ella diera el primer paso. Ella estaba muy avergonzada, pero necesitaba hacer esto y el deseo intenso que sentía por Sesshomaru no le facilitaba las cosas. El Lord apenas le había apoyado las garras en la cadera en una leve caricia.
La joven sostenía el rostro del macho entre sus manos mientras asaltaba su boca con apetito voraz. El Daiyoukai lentamente se animaba a responder las caricias de su lengua atrevida y deliciosa. Moviendo sus cabezas para coincidir en los apasionados besos sugerentemente la sacerdotisa le tomó las manos al Lord, las presionó contra su cuerpo y las arrastró lentamente desde su cadera hacia su cintura.
-"Tócame, Sesshomaru"
La intensa mirada dorada del macho húmeda por la emoción y la tristeza seguían los movimientos de sus labios y observaba meticulosamente las reacciones de la mujer.
-"Saiai…"
-"Ámame mi Lord, como solo tú sabes hacerlo…"
Y con eso subió las manos del Inu a sus pechos y echó la cabeza hacia atrás.
El perfume de su excitación golpeó furiosamente al macho derrumbando sus muros
Con sus fosas nasales abriéndose embriagado de pasión Sesshomaru se incorporó y besó con desesperación los carnosos labios de Kagome…
Las bestias se soltaban a pastar sus dientes en la delicada piel de la hembra a su merced. Mirai estiraba las manos para acunar esos magníficos pechos deliciosos que tanto anhelaba, Sesshomaru completo besaba el cuello y los hombros de Kagome mientras ella jadeaba y se retorcía de placer.
Manteniéndose en su sillón, Sesshomaru resistía la presión de su carne potente dentro de su hakama negro. Tarea más que complicada dadas las insistentes acciones de la hembra que se restregaba seductoramente contra él.
Bajándose lentamente sin quitar los ojos de él, Kagome osada y valiente, fue descendiendo hasta quedar de rodillas frente al Lord.
Sesshomaru no podía creer la magnífica y erótica vista que se presentaba frente a él.
La hermosa mujer de sus sueños estiraba sus manos temblorosas y desataba su hakama.
La fuerte y palpitante carne masculina encontraba un refugio impensado entre esas manos que comenzaban a brindarle placer.
Los brillantes soles dorados estaban fijos en las acciones de la Miko debatiéndose entre creer o despertar del maravilloso sueño de experimentar acciones tan eróticas y estimulantes.
Los afinados ojos comenzaban a abrirse hasta lo imposible frente a los movimientos decididos de Kagome que ahora mientras lo miraba a esos mismos ojos iba acercando sus labios para encontrarse con el suave y poderoso tesoro que sostenía entre las manos.
La masculina potencia, ahora en la cavernosa boca de la Señora del Oeste.
Las garras del macho se hundían en los posa brazos del sillón cada vez más. El sonido crepitante de la madera maltratada contrastaba con los siseos y jadeos de Sesshomaru que intentaba mantener la vista en Kagome, pero las intensas sensaciones lo obligaban a cerrar los ojos perdido en el éxtasis del momento.
-"Ka…K….Kagome…"
Arrastrando las palabras como si se tratara de un lamento, el Inu sucumbía a las apasionadas atenciones de su esposa humana.
Ella se mantenía devorando, besando, lamiendo, mordiendo de vez en cuando, acompañando los movimientos de ascenso y descenso de sus labios y de sus manos, sacando los más deliciosos gemidos del poderoso macho ahora entregado al dominio de una salvaje boca apasionada.
Los dientes apretados, las garras triturando la madera, el final tan cercano…
El youki desbocado buscando romance con el reiki sagrado, esta vez enredándose, enamorándose…
La mujer deteniendo sus asaltos sensuales regresó a su posición a horcajadas del macho. Sesshomaru agitado la tomaba de las caderas y se alimentaba de su boca, mientras con una de sus manos buscaba refugio entre los muslos de la joven
-"Te deseo tanto Mi Lord…"
El macho resistiendo su urgencia permanecía sentado esperando que ella tomara el control, se sentía mareado de pasión y temía excederse de alguna manera.
Las hábiles manos del macho obraban maravillosas sensaciones en el cuerpo de la mujer, los gemidos extasiados y los ojos turbios de deseo arrastraban al Daiyoukai a llevarse los dedos a la boca y alimentar sus bestias con la esencia de su perdición.
La joven se acomodaba con dificultad para comenzar a descender sobre el enorme y masculino sexo de su marido.
El sudor ardiente que corría por los brazos y espalda del macho provocaban sonidos sugerentes en contacto con el cuero y la madera del sillón.
La suave cadencia de los femeninos movimientos enloquecían al Lord que se retorcía resistiendo sus ganas de asaltarla a su gusto y necesidad, verdadero placer.
Kagome sosteniéndose de los plateados cabellos a los costados de la cabeza del Inu apresuraba sus agónicos movimientos sintiendo la desesperación apoderarse de sus acciones.
-"Ssssaiai…"
Manteniendo la mirada firme compenetrados en sus respectivas miradas, Kagome lo instó a atreverse a amarla libremente otra vez.
-"Sessh…Sesshomaru…Yo c-confío en ti…"
Para perderse en un beso ardiente y desesperado, provocando al macho levantarse de su asiento, sujetarla de las caderas para recostarla sobre el escritorio y perderse en su interior con premura y hambre pasional más allá de las palabras. Guiado por el calor de la sangre youkai que respondía al llamado de la sagrada energía, los veloces y profundos movimientos arrancaban los gritos y gemidos más deliciosos, mientras el sufrido escritorio era víctima y testigo del encuentro sexual y erótico más apasionado que se llevaba a cabo en ese despacho, en siglos.
Las garras hundidas en la crujiente y antigua madera, la boca masculina alimentándose de la carne, el reiki punzando en su piel. La energía se liberaba y el llanto enamorado llenó el aire con su música secreta. Kagome arrastraba las uñas desesperada en la pálida espalda de Sesshomaru. Los hambrientos colmillos encontrando las marcas de apareamiento y aferrándose hasta marcar una vez más.
La dolorosa descarga de éxtasis de la joven emocionaba al macho que con renovadas fuerzas la levantaba del escritorio para llevarla contra la pared del despacho y continuar embistiendo por su vida y por su amor, hasta que sus rodillas se agotaban.
La potente culminación de su romántico encuentro "alimenticio" se liberó con un rugido profundo y los dientes apretados al límite de estallar.
Kagome gritaba su placer jalando los cabellos y atrayendo la cara de Sesshomaru a su boca para besarlo con desesperación.
Lentamente mientras sus corazones latían aún en sus gargantas las piernas del poderoso macho Inu se doblaban vencidas por el esfuerzo de la pasión y su intento de controlarse.
Eso lo había agotado al extremo. Sujetarse dentro de lo que pudo, que fue poco, ya que Kagome le hizo difícil no participar de la deliciosa cena que ella tan amablemente le ofreció.
Respirando agitados, se besaban, se acariciaban mirándose a los ojos, sus cabellos adheridos a su rostro por el sudor. Sonreían y compartían mimos y caricias.
-"Deberás alimentarme con mucha frecuencia, sacerdotisa"
Kagome sonrojada giraba la cabeza. Sesshomaru sonriendo, con su dedo índice dirigía su rostro a enfrentarlo una vez más.
-"Tus…Alimentos me apasionan… Continuarás haciéndolo? Vas a alimentarme? Este Sesshomaru es un Lord hambriento…"
De nuevo apartaba el rostro hacia un costado avergonzada, pero sonriente
-"Haré lo que pueda…Youkai"
-"Idaina Daiyoukai…Miko"
El Lord, con su mirada brillante seduciendo a la joven continuaba sus juegos románticos. Kagome deleitada con el momento de relax y ternura
-"Shikkon No Miko"
-"Ah… Es verdad…Poderosa y deliciosa Shikkon No Miko…"
Sesshomaru hundía su nariz en el cuello de Kagome y sus besos llegaban hasta las marcas que sangraban y les prodigaba lamidas profundas conduciendo a la extasiada mujer a temblar mientras sentía crecer el deseo una vez más. Su voz luchaba por salir pero solo un susurro lo lograba
-"Qué- Qué haces Sesshomaru?"
Echaba su cabeza a un lado exponiendo su latiente yugular a las mortales fauces del demonio perro
-"Sano tus heridas… Por qué?"
La muy baja y vibrante voz del Inu terminó por derrumbar la resistencia de la joven que sin poder contenerse rodeó la cintura de su esposo con sus piernas y buscó la comodidad de su musculoso abrazo
Sesshomaru apartó su cara de ella y la vio a los ojos húmedos y brillantes. Las feromonas de su atracción mortífera danzaban en sus fosas nasales, el hambre se despertaba una vez más.
Sin pestañear la alzó de debajo de los brazos, rodeó su cintura con las piernas de la mujer y la llevó hacia el enorme sofá del estudio. Allí devorando la boca femenina con besos hambrientos se adentraba en su anhelado escondrijo y embestía profunda y lentamente a la Dama, mientras Kagome sentía perderse en el placer incontrolable. Aferrada a los fuertes hombros de Sesshomaru resistía como podía los embistes del amor.
Los dorados ojos no se perdían ni una sola reacción de la hermosa sacerdotisa. Disfrutaba de ver todo el placer que él le provocaba, tan diferente al dolor y a la tristeza que le hizo sentir cuando perdió frente a la ira…
Su preciosa hembra le brindaba el espectáculo más hermoso y sensual mientras se retorcía extasiada entre sus brazos.
La urgencia y el calor de su propio éxtasis comenzaban a cosquillearle la piel y sus entrañas ardían de deseo desesperado
-"Miko…"
Kagome apenas podía sostener su voz ante el golpe de placer que la invadía
-"Sesshomaru…"
El Lord apresuraba sus movimientos apoyándose en la resistencia del frágil sofá y ella clavaba sus uñas en la pálida y musculosa espalda agregando más marcas a las anteriores.
Jadeando en sus bocas y mordiendo sus labios se dejaban llevar por el éxtasis. Los gritos acallados por los besos. Los músculos tensos casi al límite. La simiente ardiente buscando su destino final y la intimidad sagrada albergando hasta la última gota de fogosa pasión.
Ambos sentían en fuego interior emerger violentamente y envolverlos hasta desfallecer para permanecer con sus frentes unidas intentando respirar más calmadamente y conseguir un poco más de aire.
Enamorados y sin decir palabra apenas se sonreían y se mantenían en el mismo lugar.
Unos golpes en los portales los alertaron
-"Sesshomaru Sama!"
La voz del kappa sonaba preocupada
Sesshomaru ayudaba a Kagome a ponerse de pie y suavemente procedía a envolverla en su yukata una vez más.
Por detrás de los portales se oía ahora la voz de Inuyasha
-"DESAPARECE SAPO!"
-"Pero es muy urgente!"
-"Espera aquí y no te muevas de este lugar, si te asomas te arrancaré la cabeza"
Kagome cubría su boca y Sesshomaru levantaba una ceja mientras se miraban. Las ocurrencias de Inuyasha les eran muy cómicas
-"OI! Sesshomaru! Voy a entrar!"
Las puertas comenzaban a abrirse para permitir el ingreso de un Inuyasha muy colorado y que sostenía en su mano su túnica rata de fuego hacia su amiga. Con su otra mano rascaba su nuca
-"Jaken espera afuera y dice que es urgente"
Sesshomaru observaba a Kagome aceptar la rata de fuego y a su medio hermano ayudarla a ponérsela. Caminando hacia el mestizo el Lord puso una mano en su hombro.
-"Lord Inuyasha, dígale a mi asistente que pase"
-"Seguro…"
Inuyasha aún avergonzado, sin decir nada se alejó y detrás de él ingresó un kappa muy alterado
Sesshomaru tomando asiento en su sillón servía una taza de té frío ya, a su esposa
-"Habla"
-"Los ancianos…No respondieron la citación de urgencia, el emisario regresó sin palabra alguna"
Los ancianos del concejo continuaban renuentes a reunirse con él en el Oeste.
Kagome se alteraba
-"Sesshomaru…Ni se te ocurra ir dónde ellos te citen…Te encarcelarán y todo se repetirá…Onegai!"
Sesshomaru acariciaba la cabeza de su esposa para calmarla
-"Gracias Jaken"
El Kappa reverenció y se retiraba cuando Sesshomaru lo detuvo
-"Diles a Danaka y Lord Kleinez que quiero hablar con ellos"
-"Sí, Sesshomaru Sama!"
Y quedando solos los Señores del Oeste Kagome volvió a mirarlo y a repetirle
-"Sabes lo que pasó, Mirai debe haberte mostrado algunas cosas, mirai no permitiría que sucediera de nuevo!"
-"Hn."
-"Entonces, no cedas ante esos malnacidos, Sesshomaru!"
Sesshomaru sonreía y le acariciaba ahora la mejilla con un dedo.
-"Dime que no lo harás"
-"Hn."
-"Sesshomaru!"
-"Miko…Pareces confiar demasiado en mirai y poco en este Sesshomaru… Eso…De alguna manera… Me molesta "
Kagome tomaba su rostro entre las manos
-"Qué? A qué te refieres? Tú también eres mirai"
-"Este Sesshomaru alberga la conciencia de su otro yo, no es su otro yo, es… todo, Todo Sesshomaru"
-"Mmm? Si no te conociera diría que estás…Celoso?"
El Inu torcía un poco la cabeza como preguntando
-"Y si así fuera…"
-"Celos de ti? Jajaja"
Kagome echaba la cabeza hacia atrás riendo
El Lord la tomaba de sus cabellos de la nuca y la sostenía fuertemente frente a él.
-"Tengo celos…Has condenado a este Sesshomaru a tener celos de sí mismo, una y otra vez…"
Para encontrar sus hinchados labios y comenzar a devorarlos sin piedad
-"Eres mía…"
Despojaba a la sacerdotisa de la rata de fuego y sus vestiduras
-"Mía, MI Mujer, mi sacerdotisa, mi pareja, mi ESPOSA…MÍA!"
Y besaba su cuello, sus hombros, mientras Kagome respiraba y cerraba los ojos dejándose llevar
-"Tan celoso…Lord Youkai…"
-"Idaina Daiyoukai"
Ella reía mientras las fauces pastaban por sus clavículas
-"Y ahora voy a hacerte más mía, Kagome"
Violentamente la volteó sobre el escritorio y echó el peso de su cuerpo sobre ella inmovilizándola.
En su interior las bestias y mirai se removían preocupados
La misma posición del asalto en el onsen…Sus celos…
Con sus enormes manos separaba los brazos de Kagome y los sostenía contra el escritorio para comenzar a juguetear con su apasionada virilidad hasta que se adentró en la mujer…
Kagome sintió su corazón casi paralizarse, pero a pesar de todo no era miedo, era excitación. Sesshomaru esperaba su pánico, su temor pero fue recibido con su confianza y su anhelo, la hembra sagrada no le temía, después de sufrir tanto… No le temía…
No había planeado hacer esto, simplemente sucedió y continuó el peligroso juego
Interiormente pensó que ella se aterraría, ni siquiera supo por qué lo hizo, tal vez buscando castigo.
Pero ella… maravillosa. No temía. Lo amaba. Verdaderamente era suya, por siempre y para siempre.
Acercando su boca al oído de Kagome le susurró palabras románticas mientras comenzó a moverse muy lentamente llenando de placer a la joven
-"Tan hermosa…"
-"Deja que este Sesshomaru te de todo el placer que tu cuerpo desee y…Resista…"
Sonriendo apenas le mordió el pabellón de la oreja
-"Tan tierna y peligrosa…Tan mía"
Hundiéndose en ella una y otra vez con una cadencia lenta y tortuosa pero muy profunda enloqueciendo a la sacerdotisa que jadeaba y se retorcía de placer.
Con su boca ahora besaba los hombros, iba liberando las manos de Kagome y la sujetaba de la sensual y marcada cintura.
Con las garras apenas rozaba la piel de la espalda adornada con marcas, sus marcas provocándole más culpa.
Lamiendo la piel se deslizaba por toda la superficie de esa hermosa espalda que tanto amaba.
Manteniendo el lento y profundo ritmo de amor. Ella ya no podía resistirlo más, ya estaba casi a su límite…
"Toc, toc, toc!"
Violentamente Sesshomaru giró su cabeza hacia los portales.
Sabía quiénes eran.
Separándose de Kagome y ayudándola a vestirse una vez más la invitó a quedarse y sentarse a su lado en la reunión, mientras abría los ventanales para asomarse a tomar aire fresco junto a ella.
Necesitaba aclararse y focalizarse, tomando unas cuantas respiraciones mientras besaba la frente de Kagome
-"Adelante"
Danaka seguido de Kleinez reverenciaban a los Señores.
Danaka se había mantenido en general, lejos del Lord, cumpliendo con su trabajo.
Su rostro serio le demostraba al Daiyoukai que aún estaba furioso. Pero Danaka poseía un férreo control de sus emociones, lo que siempre le permitió desempeñar su trabajo con extrema eficiencia, separado de sus propias situaciones personales.
Los azulados ojos de ambos felinos se encontraban con la Dama de la Luna cubierta con la túnica del segundo de Occidente y a Sesshomaru muy tranquilo a su lado
Sus cerebros sólo podían articular una idea
?
Sin embargo mantuvieron sus mentes en averiguar el motivo por el que Sesshomaru los citaba a estas horas en el despacho
-"Usted dirá, Lord Sesshomaru"
Sesshomaru les hizo la invitación con la mano de que tomaran asiento y luego se dirigió junto a Kagome a sentarse en su sillón y ella en una silla a su lado.
Kagome al pasar tomó la mano del tigre y le sonrió.
Sonriendo también al príncipe leopardo
Una vez sentados Sesshomaru elevó su aura muy fuertemente unos segundos y luego comenzó a hablar
-"Los ancianos del concejo nuevamente se han negado a responder al llamado del Oeste"
-"Ambos han cumplido sus etapas de cortejo. Ya es tiempo de emparejar a sus pretendidas"
Danaka en silencio, Kleinez desconcertado
-"Y…Eso es relevante en qué sentido mi Lord?"
Los golpes en la puerta y Kibò trayendo té reverenció una vez y procedió a servir cuatro tazas que ofreció gentilmente a cada uno de los presentes para luego reverenciar de nuevo y retirarse
Danaka con la mirada firme en los ojos del Lord del Oeste.
Sesshomaru detrás de su taza sosteniendo la mirada con fuerza y apenas sonriendo
-"Ya es tiempo de emparejarse y eso es algo que este Sesshomaru quisiera discutir con ustedes"
Mientras terminaban el té y dejaban sus tazas
-"El Oeste se regocija con la unión y emparejamiento de su más fiel y poderoso General, Danaka sama…"
Danaka asentía
-"Sin embargo por más que es un acontecimiento más que importante para el Oeste…A los ancianos del concejo, no les atraerá demasiado…"
Los ojos del tora se afinaban comenzaba a comprender a donde iba el Lord Inu con todo aquello.
-"Pero el emparejamiento de un Lord Cardinal y la hija de otro Lord Cardinal…Ese, es un acontecimiento que los ancianos decrépitos no podrán resistir, no hay manera de que ellos falten a tremendo emparejamiento, político"
El joven leopardo de las nieves rascaba su barbilla
-"El único problema es que no podremos actuar de ninguna manera frente al concejo, si la ceremonia se realiza en el Sur, es tierra foránea y es el Oeste quien llamó a los ancianos a reunirse y parlamentar"
-"Hn."
Kagome estaba molesta
-" Debe existir una manera de atraer a los muy malditos!"
Los machos levantaban una ceja y sonreían ante el exabrupto de la "Dama" de Occidente
-"Y si realizamos la ceremonia aquí? En el Oeste me refiero…Ellos si o si deberán asistir"
-"Sería maravilloso, pero un Lord cardinal de la envergadura de Kleinez Sama debe emparejarse en su tierra frente a sus súbditos"
El General tigre finalmente rompía el silencio y agregaba
-"El Sur ha sufrido demasiado, necesita la felicidad que esta esperanza le pueda brindar"
La mirada vítrea de los felinos, denotaban una vez más a Kagome que lo sucedido en el Sur había sido tremendo y las heridas causadas por aquello aún sangraban.
Kagome muy consternada sonreía leve y comprensivamente al tora
-"Danaka Sama…Tal vez…Tal vez…"
Los machos la miraron con atención
-"Kagome Sama…"
La joven bajaba la cabeza, de pronto se sentía tonta por pensar acerca de una fiesta cuando el clan de su padrastro ahora futuro ancestro, aún no lograba recuperarse de los ataques de Náraku, pero su idea era realmente buena. Su mirada lo reflejaba, el brillo, la esperanza en sus ojos profundos, Sesshomaru notó ese brillo
-"Dínos Saiai, qué pensaste?"
La media sonrisa y las palabras rápidamente pronunciadas en un deseo incontenible de ayudar, de detener a los indignos ancianos
-"Si se realizara la unión en el Sur, pero los festejos protocolares se realizaran aquí en el Oeste…Los ancianos vendrían y los súbditos de Kleinez Sama, tendrían sus festejos propios en sus tierras…Lo único es…cómo"
Danaka la miraba sorprendido
-"Es una muy buena idea Mi Lady, sólo que los cambios de locación de los festejos protocolares se realizan sí o sí por motivos de fuerza mayor"
El leopardo era más negativo
-"Pero cómo lograremos encontrar un motivo para realizar los festejos aquí?, Los ancianos se negarán ellos necesitan más que un motivo poderoso, un motivo indiscutible."
Sesshomaru caminando hacia los antiguos pergaminos tomó uno relativamente nuevo y se lo extendió a Kleinez
Sin perder tiempo el macho hyò rompió el sello de lacre y lo desenrolló para extenderlo y leer su contenido.
Sus ojos se abrían y su sonrisa se ampliaba
-"Sesshomaru Sama…Sin dudas… Usted es brillante…"
