CAPITULO 34
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Nos sentamos lo bastante alejados de la orilla como para ver toda la ensenada bajo la luz dorada del atardecer. En un extremo, la cascada se derramaba sobre el acantilado en cámara lenta, con sus corrientes dando vueltas y saltando hasta la arena, donde se unían y mezclaban con las olas que se precipitan a la playa. En el otro extremo estaban las escaleras donde Hinata estuvo de pie mirándome en el agua en aquel día de tormenta. El día que considere que lo que había sucedido era un daño irreversible, pero sabiendo de alguna manera que no era así, que estar juntos tenia todo el sentido del mundo, que lo tiene.
—Este es el día que quiero, una y otra vez. —Dije detrás de ella en el kayak.
Hinata se dio vuelta para mirarme. —Yo también.
Sonreí embelesado, sacudí mi cabeza y miré con apreciación todo lo que había preparado para nosotros: kayak, tienda, campamento, galletas con bombones y chocolate, todo… —No puedo creer que hayas hecho esto…
—Tu hermana me ayudo. —Dijo encogiéndose de hombros.
—Es perfecto.
—Que te hayan dado de alta, merece un día perfecto.
Sonreí. —Igual que ser la corredora novata más rápida del equipo.
Su risa avergonzada y a la vez satisfecha, reflejaban con mucha transparencia su felicidad de tener un plan, aunque solo fuera correr y tomar unas cuentas clases.
Una vez que abrimos por completo nuestras vidas el uno al otro, comprendí mucho de lo que me confundía en la vida de Hinata, escucharla decir que fue a buscar el corazón de Kiba —un nombre que ahora no olvidaría jamás—, para tener una conexión con el pasado, una manera de conservarlo cerca de ella, pues cuando lo perdió, paso a ser alguien en pausa, con miedo, sin saber que rumbo tomar.
Pero lo que obtuvo cuando me encontró fue una razón para dejarlo ir. Para seguir. Por lo que ingresar a la universidad y ver a donde la llevaba todo eso era un gran paso para ella, y saberme actor en su vida era para mí básicamente lo máximo.
—No sé si eso va bien con lo tuyo, pero lo aceptare, así como te aceptare si vienes conmigo.
—Debes hacerlo.
Hundí mi remo en el agua y nos abrimos camino hasta la playa mientras la luz del sol se desvanecía a nuestras espaldas.
Nos bañamos bajo la cascada, encendí la fogata y miré como el humo formaba volutas ascendiendo al cielo nocturno, hasta llegar a las estrellas. Asamos malvaviscos y hablamos acerca de cuantos días perfectos más podíamos pasar juntos, todos los lugares que veríamos y las cosas que haríamos en ellos. Todas las posibilidades que nos aguardan para el futuro.
Más tarde, cuando empezó a hacer frio, sacamos nuestras bolsas de dormir de la tienda y las unimos con el cierre. Las extendimos en la arena y nos tiramos allí, uno al lado del otro, mirando satélites y estrellas fugaces que cruzaban el cielo.
Para ese momento me sentía un poco cansado por el sol y el océano, pero no quería cerrar los ojos. No quería que este día terminara nunca, por lo que seguía hablando, contándole a Hinata historias de las estrellas y el mar. Solo me detuve para girarme y atraer a Hinata para darle un beso. Y ese beso era uno de esos momentos como el que tuvimos en el hospital… Un momento que lo es todo. Un momento en que podía sentir la profundidad de la conexión entre Hinata y yo, entre todo.
Podía sentir los ritmos interminables de la luz y oscuridad, las mareas y los vientos. La vida y la muerte, la culpa y el perdón. Y el amor, siempre el amor.
Estábamos recostados juntos, callados, bajo el cielo interminable, junto a un océano sin fondo, sin hablar acerca de que esas son las cosas que nos han unido. Sin decir que no cambiaríamos ninguna de ellas.
No teníamos que hacerlo, porque esas eran las cosas que pasaban por nuestro corazón.
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¡Hola!
Bueno, primero que nada, quiero disculparme. Porque me tarde 1200 años en terminar esta historia y la vdd es que detesto demasiado que hagan eso con historias que yo estoy leyendo por lo que creo que aplica decir "sé lo que se siente" u.u
Ahora que, sinceramente no fue a propósito. En verdad estuve super ocupada, incluso aún estoy con mil cosas encima, pero me tome el tiempo en este instante para subir los capis que faltaban para todos ustedes. Pero particularmente este es el regalo de cumple que le prometí a mi bonita amiga Marce, ¡ya sé! un año atrás jeje, en verdad que vergüenza. Pero niña aquí te lo dejo para que lo leas mañana en tu cumple o el fin o cuando gustes ¿okis? Una de las cosas más padres que me paso de entrar a FF fue conocerte y todas las platicas que se han derivado a raíz de eso. ¡Te envió un abrazototote!
Por otro lado, a todos los que se cruzaron por aquí, muchas muchas gracias, por leerme y por su paciencia en verdad, de corazón se los digo. sus comentarios son los que peor me hacían sentir, no en el mal sentido sino por hecho de no haber podido continuar antes, muchas gracias en serio.
En fin, por el momento me despido, pero nos seguimos leyendo ¿vale?
¡Cuídense un montón!
