Posdata.
Múnich, Alemania.
7 de diciembre.
El día de su cumpleaños, Genzo recibió una llamada de una mujer de quien no esperaba volver a tener noticias. A pesar de todo lo ocurrido entre ellos, el portero sonrió al saber de quién se trataba; sin importar cuánto tiempo pasara, él continuaría guardándole cariño, era imposible no hacerlo después de todo lo que habían vivido juntos.
– Hola, Genzo, ¿cómo estás?.- era la voz de Akari, fuerte, firme y conocida.- Espero que no te moleste que me haya atrevido a llamarte después de tantos años.
– Hola, Aki.- respondió él, con calidez.- No me molesta en lo absoluto, todo lo contrario, es bueno saber que sigues acordándote de mí.
– Sería imposible olvidarte.- replicó ella, con ternura.- Hace tiempo que quería hablarte pero no me animaba a hacerlo, no sabía cómo tomarías mi llamada, pero he aprovechado que es tu cumpleaños para darme al fin un buen pretexto. Felicidades, de todo corazón deseo que cumplas muchos más.
– Gracias.- contestó Genzo, tras sonreír.- No tendría por qué tomarme a mal tu llamada. No quedamos en malos términos, realmente.
– Eres un amor por pretender que no fui una desgraciada contigo.- Akari se escuchaba avergonzada.- Sé que me porté muy mal y lo lamento… De hecho, ésa era una de las muchas razones por las cuales quería hablar contigo… Fui injusta y te culpé de todo cuando yo también hice las cosas mal. Perdóname, no quería herirte así, es sólo que me sentía cansada y derrotada y llegué a creer que ya no me querías.
– No tienes por qué disculparte, yo no te guardo rencor.- replicó Wakabayashi.- Tuviste razón al decir que yo no estaba esforzándome tanto como tú, pero eso no significaba que yo no te quisiera.
– Lo sé bien, simplemente no lo supe ver.- ella habló con tristeza aunque después se recompuso.- Otro de los motivos por los que te he llamado es para saber si habrá la oportunidad de que me vuelvas a aceptar en tu vida. No te estoy pidiendo que vuelvas conmigo, eso no porque creo que a estas alturas ya sabemos bien que lo nuestro ha quedado atrás, pero sí que me permitas ser tu amiga. ¿Es mucho pedir?
– No, no lo es.- Genzo volvió a sonreír.
– Gracias, Genzo.- Aki se escuchaba aliviada.
Ahora que ese capítulo tormentoso estaba definitivamente cerrado para ambos, la conversación se desvió hacia temas más agradables. Akari le hizo saber a Genzo que ya era gerente general de la sucursal que las empresas Yamazaki tenían en Okinawa, la cual iba incrementando sus ganancias de manera paulatina. Así también, la joven conoció allí al gerente de una de las compañías distribuidoras, un hombre serio y responsable de nombre Yamato, quien se había abierto paso por la vida a base de puro esfuerzo. Al principio, la relación entre Yamato y Akari era meramente de negocios, pero una noche en la que ambos se quedaron trabajando hasta tarde, tratando asuntos de la compañía, él la invitó a salir y ahí comenzó una relación que seguía perdurando hasta el momento.
– Yamato es todo lo opuesto a ti, Genzo, aunque comparten esa férrea determinación que los impulsa a conseguir sus metas.- dijo Akari.- Si no te resulta extraño, me gustaría que ustedes se conocieran.
– Para mí no lo sería pero no vayas a obligarlo a él.- Wakabayashi se echó a reír.- No a todos los hombres les agrada la idea de conocer a los ex novios de sus actuales parejas.
– Si la idea de que los presente es de él, ¡es un gran fan tuyo!.- Aki rio también.- ¡Si a veces hasta sospecho que está conmigo por ser la ex del Super Great GoalKeeper!
– En ese caso, no hay problema.- aceptó Genzo, divertido.- Entonces, Akari, ¿eres feliz?
– Sí, Genzo, lo soy.- repuso ella, en voz baja.- Yamato me ha pedido matrimonio, pensamos casarnos en junio próximo. Eso… ¿te afecta de alguna manera?
– No.- contestó Genzo, con sinceridad.- Desde que te fuiste de Alemania, deseé que pudieras encontrar a alguien que te diese lo que buscabas y que yo no conseguí darte. Después de tanto tiempo me he dado cuenta de que no ha sido culpa de alguien sino que simplemente tus necesidades no eran compatibles con las mías.
– Dejemos eso atrás, por favor.- pidió Akari.- Me alegra saber que no te quedan sentimientos románticos por mí, Genzo.
Ambos se quedaron callados durante algunos minutos; Genzo se preguntó si ese tal Yamato estaría a su lado o si dejaría que su prometida resolviera sola sus asuntos con su ex.
– Por cierto que no te he felicitado por tu actuación en el Mundial, ¡hiciste un magnífico trabajo!.- comentó Aki, cortando el silencio.- Yamato y yo vimos todos los partidos del Mundial por televisión, ¡jugaste increíble!
– Pero aun así no fue suficiente.- Genzo esbozó una mueca agria.- Por mi culpa Bélgica nos empató y le dio la vuelta al partido; si no hubiese sido por mi pésima actuación, es seguro que habríamos podido llegar más lejos.
– Sabía que te culparías de ese error.- Akari suspiró; Genzo podría jurar que incluso puso los ojos en blanco.- En Qatar llegarás más lejos, estoy segura. De cualquier manera, los japoneses siempre estuvimos orgullosos de nuestra Selección y siempre lo estaremos.
– Gracias.- él suspiró también.- Es bueno saberlo.
– Y por cierto, ¿qué fue de la chica con la que andabas en Rusia?.- preguntó Aki, como quien no quiere la cosa.- La doctora que formaba parte de la Selección de México. ¿Sigues estando con ella?
– No.- a pesar de la respuesta negativa, Genzo no pudo evitar sonreír al ver la pulsera tricolor que seguía firmemente atada a su muñeca. No se la quitó al volver de Rusia y no pensaba hacerlo nunca.- Lo nuestro sólo fue un "amor de verano", ella regresó a su país y yo a Alemania, ya lo habíamos acordado así, que al finalizar el Mundial cada quien volvería a su vida normal.
– Ya veo.- Akari no se escuchaba conforme.- ¿Te digo algo? Creo que es una verdadera lástima que se hayan separado porque vi las fotos que les sacaron allá y ambos se veían muy felices estando juntos. No sé, no me parece a mí que esa felicidad sea la de alguien que disfruta de un "amor de verano" sino la de una persona que se ha enamorado de verdad, tenía la esperanza de que me dijeras que sigues en contacto con ella.
– Lamento romper tus ilusiones pero no es así.- Genzo habló casi sin darse cuenta.- No he vuelto a saber de la doctora Del Valle desde entonces pero voy a confesarte que la extraño más de lo que debería.
– Si es así, deberías de buscarla.- sugirió Aki, con voz maternal.- Quizás ella también está pensando en ti.
El portero ya había pensado en esa opción pero no estaba seguro de si debía llevarla a cabo o no. Lily y él habían hecho el acuerdo mutuo de no volverse a buscar, por razones que en ese momento Genzo ya no recordaba, razones que quizás eran idiotas pero que en aquel entonces fueron un buen pretexto para evitar que ambos salieran lastimados. Wakabayashi pensaba que cuando las cosas regresaran a la normalidad, ella saldría de su mente y podría continuar con su vida pero no fue así, Lily Del Valle seguía presente en sus pensamientos, persiguiéndolo a cada paso que daba; habitualmente, Genzo conseguía encerrar esos deseos reprimidos y aceptar su realidad, pero cada vez con mayor frecuencia le llegaba a la mente la idea de tomar un avión con rumbo a México para buscarla y decirle que, a pesar de todos sus esfuerzos, no había conseguido dejar de amarla.
– Lo pensaré.- fue lo que respondió Genzo, dándole a entender a Akari que no deseaba seguir con ese tema.
Cuando terminó la llamada, Genzo se sintió mejor consigo mismo. Si bien era un hombre con cierta tendencia a guardar rencores, sí creía que se podía ser amigo de una ex pareja así que le agradaba el poder haber restablecido comunicación con Aki; además, realmente le daba gusto el saber que Akari había seguido adelante con su vida y se había vuelto a enamorar ya que él había hecho exactamente lo mismo.
No bien acababa de colgar el teléfono cuando alguien tocó el timbre de su departamento. Sorprendido porque no esperaba visitas a esa hora (la reunión que Elieth le organizaba todos los años por su cumpleaños no empezaría sino hasta mucho más tarde), Genzo se preguntó quién habría ido a visitarlo hasta su departamento, considerando que la mayoría de sus amigos lo habían felicitado ya. La mirilla de la puerta sólo le mostró el borroso contorno de persona de cabello largo, a quien él no reconoció de primera intención.
– ¿En qué puedo ayudarle… ?.- comenzó a preguntar el portero pero se detuvo abruptamente a media frase, al darse cuenta de ella se le había adelantado.- ¡Ah! ¡Yuri!
– Hola, Gen.- dijo Lily, con una sonrisa temerosa; a su lado había una maleta de viaje y en las manos llevaba un paquete envuelto para regalo.- ¡Feliz cumpleaños!
Fueron muchas las preguntas que se le formaron a Genzo en la cabeza, pero recordó que Lily había confesado que volvería a Europa cuando encontrara algo por lo que valiera la pena regresar. Así pues, por el momento bastaba con sonreír y aceptar la verdad, que ella era su destino y que eso no cambiaría jamás.
Notas:
– El dibujo que tengo de portada del fanfic representa lo que pasó después de que Lily llegara al departamento de Genzo. Para verlo completo, ir a mi cuenta de Deviantart.
– Ya no me pregunten cuántos fics he escrito para el cumpleaños de Genzo Wakabayashi (creo que con éste van quince, si los cálculos no me fallan), es una tradición que ya no puedo dejar atrás y que me encanta seguir realizando, año con año. ¡Espero seguir haciéndolo durante mucho tiempo más! Aunque tengo que admitir que cada vez me cuesta más trabajo encontrar una trama diferente para esta ocasión tan especial (cada año me quejo de lo mismo, jaja). En cualquier caso: ¡Feliz cumpleaños, Genzo mi amor! ¡Eres mi amor platónico y siempre lo serás!
