En la sala del trono había un gran alboroto, pues hoy era el solsticio de invierno y los dioses se encontraban discutiendo temas importantes.
Zeus y Poseidón discutían sobre cual de sus dos reinos era el mejor, el cielo o el mar.
Ares coqueteaba con Afrodita, mientras esta miraba a Hefesto para ver su relación, pero estaba demasiado ocupado jugando con dos trozos de metal que tenía en el regazo.
Apolo y Hermes hablaban sobre las últimas conquistas que habían conseguido mientras esquivaban las flechas que Artemisa les disparaba.
Deméter estaba dándole un discurso a Hades sobre las propiedades que tienen, mientras le echaba la bronca por haber secuestrado a su hija.
Dionisio se encontraba leyendo una revista de vinos medio borracho, junto a él Hera se quejaba sobre maridos infieles e hijos desagradecidos.
Y desde un esquina de la sala Hestia miraba a toda su familia discutir sobre temas variados, mientras que con un palo avivaba las brasas de la chimenea.
De la nada apareció una carta en medio de la sala, pero como seguían discutiendo sólo Hestia lo vio. Se levantó y recogió la carta. Luego llamó la atención de los otros dioses.
- ¿Qué es eso? - preguntó Zeus.
- Hay hermanito, es que no ves que es una carta - se burló Poseidón.
- Ya lo sé, Hestia leela.
Dioses del Olimpo.
Les enviamos esta carta para comunicarles que deben leer unos libros sobre el futuro de vuestros hijos.
Junto con vosotros también estarán las cazadores de Artemisa, todos los dioses menores y héroes del pasado y del futuro que irán llegando durante la lectura.
El primer libro aparecerá en cuanto estén todos juntos. Cuando acabéis un libro aparecerá otro.
Atentamente:
Las Moiras
Tras leer la carta los dioses se quedaron estupefactos, nunca en todos sus milenios hubieran imaginado que esto fuera posible. La voz de Zeus los sacó de su estado.
- ¿A que estáis esperando? No podemos desobedecer a las Moiras, ir a buscar a los que faltan.
Una hora después todos se encontraban en la sala del trono. Habían hecho aparecer tronos más pequeños para que los dioses menores se sentarán. Mientras que las cazadoras se encontraban sentadas a los pies del trono de su señora, menos Zoë, que estaba sentada en el reposabrazos derecho del trono de Artemisa.
Una vez que estaban todos posicionados aparecieron los héroes del pasado. Y se sentaron a los pies del trono de su padre piadoso. Teseo y Orión (para gran desagrado de Artemisa y sus cazadoras) con Poseidón. Perseo con Zeus. Mientras que Aquiles, Odiseo y Jasón se sentaron junto a la chimenea de Hestia.
Justo después la carta desapareció y en su lugar apareció un libro.
