2.- Lotte

-¿Desde hace cuanto esta así? —Preguntó preocupada Akko.

-No lo sé, desde hace una semana quizás. Nos tardamos un poco en notar este cambió de actitud.—Amanda observaba preocupada de reojo a Jazminka con una misma expresión— Me di cuenta de que pasaba más tiempo en su laboratorio de lo normal y que andaba cabizbaja en muchas ocasiones. También note que no le gustaba ir sola al baño.

Las brujas se habían reunido durante la tarde en la habitación de Akko, Lotte y Sucy. Hablaban acerca de las actitudes extrañas que había tomado Constanze desde hacía un tiempo, e intentaban encontrar una solución. Les preocupaba de que fuera algo grave.

-¿Podría tratarse de algún maleficio o hechizo?—Sugirió Sucy.

-Creo que deberíamos hablar con ella, estoy segura de que le haría muy bien hablar con sus amigas. —Comentó Lotte.

-Ya lo hemos intentado. Pero cada vez que preguntamos que es lo que le sucede, va a encerrarse a su laboratorio. No me gustaría tener que recurrir a alguna maestra para solucionar esto. —Contestó Amanda.

-Si no quiere hablar con ustedes, quizás pueda intentar algo.—Akko se encontraba algo pensativa— ¿Que les parece si intentó hablar con ella? Logré convencerla de recibir mi ayuda antes, creo que puedo tratar de decirme que le sucede.

Amanda rascó su cabeza por un instante, no se veía muy convencida por esta idea. Pero no quería que Sucy le rociara pócimas encima a Constanze si aceptaban sus soluciones, así que no había mucho que perder si dejaba que Akko lo intentase.

-De acuerdo Akko. Puedes ir a verla si quieres, no te aseguro de que se alegrara al verte.—Cedió finalmente la americana.

-¡Bien! ¡Me asegurare de que me diga que es lo que pasa con ella y que juntas podamos encontrar una solución!—La muchacha se veía muy determinada. Inmediatamente abandonó la habitación y se dirigió al laboratorio de Constanze a través de su entrada secreta en el cuarto que le pertenecía.

Una vez la japonesa se fue del lugar, Amanda le dirigió la palabra a Sucy.

-Y... ¿Que maleficio crees que pudo recaer sobre Constanze?—Sucy se alegró de que preguntara.

-Hay muchos hechizos que podrían haberle hecho algún mal, lo que tenemos que descubrir primero es quien lo ocasiono. Si descubrimos quien esta detrás de todo esto quizás podamos preparar un antídoto o repeler la maldición con un conjuro.

-La verdad es que dudo mucho que alguien quisiera perjudicar a Constanze, no es alguien que desee hacerle algún mal a las personas, ¿cierto?—Lotte estaba algo alarmada de que su compañera estuviese maldita, no le gustaba que esa sea considerada una probabilidad.

-Sí, no creo que pueda haber alguien que se le ocurra hacerle daño a Constanze. Aunque no me gustaría descartar ninguna posibilidad. ¿Hay alguna forma de descubrir quien le esta ocasionando esto sin tener que preguntarle, Sucy?—Era muy notorio que para Amanda ver a su amiga de esta forma no le agradaba para nada.

-Hay una alternativa, pero creo que no les va agradar mucho.—Que Sucy no sonriera al decir esto ultimo ya era algo alarmante.

-Sea lo que sea, si nos ayuda a descubrir que sucede con Constanze, estoy dispuesto a hacerlo.—Amanda tragó algo de saliva al terminar la oración.

-Bien, espero que mantengas esa determinación por un largo tiempo. La manera alterna de descubrir si Constanze sufre de alguna maldición es con algo de su esencia, a la cual le puedo hacer un hechizo para determinar de donde proviene el conjuro que recibió. Y cuando digo que con algo de su esencia, me refiero a algún pelo, sudor, lagrima... —Sucy abrió los ojos un poco antes de decir lo ultimo, como si deseara que prestasen atención a la parte final de sus indicaciones— o cualquier cosa que salga de su cuerpo.

Ahora mismo Amanda deseaba que Akko averiguara por sus propios métodos que es lo que estaba pasando con Constanze antes de pasar a tomar las medidas drásticas que Sucy comentaba.


El escándalo que hizo Akko al llegar a su laboratorio era fácilmente reconocible para ella, pues lo había hecho incontables veces antes. Ni siquiera se molestó en voltear para dirigir la mirada, simplemente continuó trabajando en los planos que estaba organizando en su pizarra. Atsuko se sacudió la cabeza un poco para liberarse del aturdimiento por la caída antes de ponerse de pie nuevamente. Lo primero que notó al llegar al laboratorio fueron los cientos de dibujos y garabatos esparcidos por todo el suelo, y la clara ausencia de los Stambots que usualmente eran quienes la recibían de mala manera.

Se dirigió con lentitud a las espaldas de Constanze, esto la asustaba un poco, esa actitud indiferente ante su llegada al laboratorio no tan secreto no era algo que presenciase muy seguido.

-¿Constanze? ¿Podemos hablar?—La muchacha silenciosa no respondió. Akko detuvo su caminata a medio camino, realmente era una actitud preocupante— Por favor, Constanze. Somos amigas, necesito saber que es lo que te sucede. Puedes hablar conmigo.

Tras lo dicho, la Alemana le dirigió una mirada indiferente a Kagari, quien se sorprendió al ver las grande ojeras alrededor de sus ojos, señal de que no había estado durmiendo muy bien. Akko estaba dispuesta a hablar con ella y solucionar todos los problemas que esta tuviera, sabía de que si le decía que sucedía podrían arreglar las cosas juntas, solo necesitaba convencerla.

-Amanda y Jazminka están preocupadas por lo que te esta sucediendo. Y sé que te importan, no quieres preocuparlas más. ¿Verdad? —Seguía sin recibir una respuesta, aunque al menos ahora Constanze la observaba, estaba progresando en parte— Puedes hablar conmigo, vamos, sé que encontraremos una solución a tu problema. Solo tienes que decirme que sucede.

No contestó, mas tuvo una reacción distinta a la que esperaba. La pequeña chica posó su vista entre los cientos de planos regados por el suelo, hasta que centró su atención sobre uno en concreto. Se dirigió a él y lo tomó, leyendo con atención lo que este decía, después de unos segundos de silencio, le extendió el gran pedazo de papel a Akko, quien lo tomó con algo de dudas, sin entender muy bien que es lo que intentaba decirle. Leyó que es lo que decía el plano que tenía entre sus manos, algo que no comprendió muy bien, puesto a que no sabía a quien o que se refería.

"Quiero encontrarlo"

Esa frase se repetía varias veces en la hoja que tenía en sus manos. ¿Que quería decirle con esto?

-¿A quien quieres encontrar, Constanze? —La chica sacudió la cabeza de lado a lado, negándose a responder. Akko sabia que iba a costar, pero la haría hablar, tarde o temprano tendría que ceder— Sé que puedo ayudar, encontrare lo que sea que estés buscando. Solo tienes que decirme que es...

Tras las palabras pronunciadas por la japonesa, Constanze reaccionó de mala manera. Vio a Akko ahora con los ojos aun más abiertos y con mucha más preocupación que antes, como si temiese por lo que acababa de decir. Negó con la cabeza varias veces al mismo tiempo en que se acercaba a la más alta y le daba algunos empujones para que se alejase, haciendo entender que quería que se retirase de su laboratorio de una vez.

-¡Espera! ¿Que sucede? ¿Dije algo malo? —Para Akko era sencillo soportar los débiles empujones de Constanze. La pequeña no respondía, solamente quería que se fuera del lugar, quería estar sola. No quería que esa muchacha se metiese en sus asuntos de nuevo, no la necesitaba. Y no deseaba para nada que ella encontrara primero a ese extraño.


Habían acordado de que no podían perder más tiempo esperando a Akko, así que tomarían la ruta que Sucy sugería. Decidieron ir de inmediato a comprar los ingredientes y materiales necesarios a la ciudad, a excepción de Lotte, quien ofreció a quedarse en caso de que Akko regresase a la habitación. Eran demasiados objetos, y algunos muy raros, por lo cual Sucy advirtió que podrían regresar muy tarde por la noche, que traería como consecuencia ser regañadas duramente por las maestras, Amanda y Jazminka decidieron correr el riesgo por su amiga en mal estado.

Lotte estaba en el baño, terminando de lavarse las manos, y tratando de pensar en que todo saldría bien. Estaba algo preocupada de que ni una de sus amigas había regresado aun, y se preguntaba si debería ir a la habitación de Constanze, Jazminka y Amanda para asegurarse de que todo se encontrara en orden. Aun tenia puesto su uniforme, una vez que terminase de cepillarse volvería a su habitación y se colocaría su pijama para dormir.

El pequeño baño era iluminado por una pequeña lampara de luz, pues la noche ya había llegado, y los pasillos de la Academia ahora mismo deberían estar desiertos con excepción de algunas hadas y maestras que hacían vigilancia para asegurarse de que todo se encontrase en orden. Claro, Akko había llegado a encontrar puntos ciegos para transportarse en el lugar sin ser descubierta, cosa que le había enseñado Amanda. Cualquier persona que conociera las instalaciones del interior podría movilizarse sin que nadie se diera cuenta siquiera. Cualquiera.

De repente, Lotte escuchó golpes suaves en la puerta del baño. Ella intuyó de que se trataba de alguna compañera que deseaba ingresar o tenia alguna emergencia.

-¡Salgo en un momento! —Se terminó de enjuagar las manos y se secó rápidamente con una toalla. Inmediatamente abrió la puerta para dejar pasar a quien estuviese tocando. Con lo único que se encontró fue con la misma nada, una total ausencia. Observó por el pasillo para verificar si no había alguien por los alrededores, ¿podría tratarse de alguna broma?

Nadie. ¿Acaso habría imaginado el golpeteo? No tuvo tiempo de pensar más en el momento en el que sintió una mano desconocida tapar su boca y arrastrarla hacia atrás, cerrando la puerta del baño y encerrándola dentro. Ella se sacudió lo más fuerte que podía, intentando escapar del agarre del desconocido. Fuese quien fuese, también la tenia sujetada fuertemente del estomago desde atrás, también trató de gritar pero la mano sobre su boca la mantenía callada. La única luz que iluminaba el lugar se había apagado gracias a la ráfaga de viento que ingreso por la puerta al cerrarla fuertemente, por lo que estaban a oscuras, y Lotte no era capaz de observar quien era su atacante a pesar de tener un espejo delante.

-Deja de pelear, solo lo harás más difícil para los dos. —Esa extraña voz ligeramente grave la había escuchado antes, mas no recordaba en donde. De todas formas, no tenia pensado obedecer a ese tipo. Seguía sacudiéndose y moviéndose, esperando a que el tipo se descuidase y ella pudiera escapar o gritar para pedir ayuda. El sujeto era delgado, pero lo suficientemente fuerte como para elevarla en el aire. El desconocido detrás de ella no era tan alto tampoco, pues la elevó justo a una altura exacta en la cual su trasero chocaba con la entrepierna del sujeto, se notaba que era a propósito. Lotte se sacudió con más fuerza y desesperación, completamente aterrada, sabiendo cuales eran las intenciones del intruso. Cada vez que se movía, podía sentir algo creciendo en su espalda baja, algo que alegraba al extraño.

-Por otro lado, resistirse también lo hace divertido. —Dicho esto, Lotte sintió como es que algo con una contextura dura pasaba a través de sus muslos, levantando su falda y rozando con su entrepierna. El tipo se movía hacia atrás y delante intencionalmente endureciendo aun más lo que Lotte ahora temía, y comenzaba a olfatear por momentos el cabello pelinaranja de la pobre muchacha. La chica dejó de moverse debido al cansancio, tenía demasiado miedo como para hacerlo, estaba completamente a la merced del intruso, solo quedaba rezar para que alguien viniese en su ayuda. Por alguno motivo, el desconocido soltó su torso al ver que no se movía, y con velocidad traslado su mano libre hacia la delantera de la bruja, frotando el lugar, y dejándola caer un poco sobre su miembro ahora completamente erecto. Su cuerpo comenzaba reaccionar a la frotada del hombre, el pánico comenzaba a invadirla otra vez, pues sentía como es que aumentaba su temperatura y tenia pequeños espasmos a pese de que los dedos del sujeto frotaran suavemente su órgano a través de su ropa interior. Era como si supiese exactamente que puntos tocar para que Lotte sintiese un hormigueo intenso escalando por su entrepierna hasta su pecho. Ella no quería esto, no lo buscaba, pero no podía controlar sus reacciones. El cuerpo no obedecía las ordenes que su cerebro mandaba. No imaginó que algo así le pudiera suceder a ella o alguna de sus amigas, creía que nunca tendría que pasar por una terrible experiencia como esta. No quería que sucediese, quería pedirle al desconocido que se detuviese, que pare. Suplicaba a través de su boca callada que no lo hiciera. El tipo probablemente no se dio cuenta que por los ojos de Lotte se deslizaban un par de lágrimas, o quizás le dio igual al sentir algo de humedad en la mano que le tapaba la boca.

En un momento dado, el cosquilleo se volvió aun más fuerte, algo húmedo comenzaba a brotar de su entrepierna, empezaba a sudar aun más, la calentura llegaba a su cabeza, y los espasmos se hacían cada vez más continuos y largos. La mano dejó de frotar su intimidad, el desconocido se había detenido y río un poco, al menos le había dado un respiro a la muchacha agitada. Aunque la mano ya no tocaba su entrepierna ahora un poco húmeda, estaba colocada ahora sobre su muslo muy cerca de esta, pues había llegado el momento del acto principal. El muchacho no perdió el tiempo en quitarle la ropa interior, simplemente jaló con su dedo índice el calzón hasta hacer un espacio suficiente como para dejar expuesto el órgano reproductor de la víctima. Lotte volvió a desesperarse al saber que es lo que se acercaba, quiso volver a sacudirse e intentar sorprender al tipo para que la soltase, él no le dio ninguna oportunidad. Sin aviso alguno, sin cuidado, y probablemente con un gran deseo por satisfacer un deseo mundano, introdujo todo su pene erecto directo en la vagina de Lotte, dejando que todo el peso de la muchacha ayudase a que llegara más profundo y siempre sujetando su boca con fuerza para evitar que dijera algo.

El dolor que invadió todo el cuerpo de Lotte fue suficiente como para hacerla gritar y levantar la cabeza, si no fuese por la mano que cubría su boca probablemente toda la Academia la hubiese escuchado. Ya era muy tarde como para que hiciera algo, el dolor intenso evitaba que se moviese, varios líquidos salían mezclados d su entrepierna, y el sujeto ahora usaba la mano que no la callaba sujetando su pecho izquierdo con suavidad. Estuvo quieto por varios segundos, disfrutando cada segundo de su sexo dentro de la pelinaraja, con una sensación inexplicable pues una calentura invadía todo su pene al ser apretujado en el interior de la muchacha, era un cosquilleo que lo excitaba aun más. Levantó un poco a la muchacha, separando sus miembros lentamente, el dolor de Lotte no desaparecía a pesar de esta acción. De la nada, la dejó caer de nuevo sobre su miembro, él volvió a sentir el placer incrementado, mas ella solo fue invadida por una sensación de dolor multiplicado que repasaba todo su cuerpo. El muchacho comenzó con su asedio, gradualmente sacaba y metía su miembro repetidas veces, aumentando la velocidad e intensidad en variad ocasiones, casi llegando más profundo cada vez. También frotaba y apretaba regularmente el seno de la muchacha con anteojos, esto solo hacia que la chica sudase aun más pero no desaparecía el dolor. Lotte ya no gritaba, solo respiraba con dificultad, y no podía pensar con claridad, mientras más liquido salía desde su entrepierna. El tipo aumentaba la rapidez de sus embestidas, acercándose cada vez más al punto más alto, haciendo que el cuerpo de la muchacha siguiese reaccionando con espasmos. De repente, cuando ya estaba a punto de llegar al climax, el sujeto dejó el pecho de la muchacha, y con dos de sus dedos libres comenzó a frotar con brusquedad el clítoris de Lotte. Reaccionó nuevamente, esta vez no fue por el dolor, sino por la sensación diferente que recorría todo su cuerpo, como si miles de hormigas estuviesen caminando sobre ella y el punto central de origen fuese su estomago. El tipo no detenía sus embestidas, quería llegar al orgasmo al mismo tiempo en que ella lo haría. Los cuerpos, ambos llenos de sudor y otras sustancias, chocando el uno contra el otro manteniendo relaciones, llegaron pronto al punto más alto. Lotte sintió una gran sensación de satisfacción liberada desde su entrepierna incapaz de ser controlada al mismo tiempo en que su cuerpo entero temblaba debido a un largo espasmo, al mismo tiempo en que el sujeto que la mantenía capturada vaciaba su deseo de lujuria dentro de ella y en su punto más profundo, embistiendo ahora con mucha más lentitud llenando el interior caliente de la chica.

Por unos instantes, Lotte perdió algo de sensibilidad en su entrepierna, ya que sentía algo tibio en su estómago, y muy cansada. Creyó que ya había terminado y que el tipo también estaba cansado, lamentablemente sus esperanzas de pedir ayuda fueron nuevamente arruinadas gracias a que el sujeto dejó su pecho y dirigió su mano hacia el muslo de la muchacha, elevando una de sus piernas y obligándola a separarlas. Las embestidas comenzaron a ganar velocidad, el cosquilleo volvía al cuerpo de la bruja indefensa otra vez, pero los ojos de la atacada comenzaban a ser recubiertos por unos pesados parpados. Estaba perdiendo su consciencia.

Probablemente era lo mejor, así no experimentaría todas las cosas por la cual su cuerpo tendría que pasar a manos del misterioso asaltante.