Hola! Espero que se encuentren muy bien, diablos soné como esa señora de los bordados que suele ver mi mamá en p you tube-.- bueno aquí les traigo la continuación, tardé mucho, la razón de mi demora es que pasaron muchas cosas amargas en estos meses y estuve triste pero ahora me encuentro mejor y ya puedo traer los capítulos que esperaban. Por demorar tanto les traigo capítulos extras.
Bueno, les dejo leer.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Capítulo Cuarenta
Era un día soleado en Konoha, las personas caminaban por aquí y por allá, mientras que una pelimorada se encontraba en el supermercado haciendo compras, la pelimorada se encontraba en el área de cereales, como estaba embarazada, últimamente comía cereal por los antojos que le daba su embarazo. Konan, trataba de alcanzar la caja de cereal azucarado que estaba hasta arriba, hasta que una mano tomó la caja de cereal.
-Gracias…-Dijo Konan al tomar la caja de las manos del hombre.
-De nada.-Respondió el chico y Konan alzó la mirada al reconocer aquella voz, era Pain.
-Pain.-Logró decir Konan al verlo después de varios días sin verlo y Pain sonrió como respuesta, provocando que Konan se sonrojara al verlo sonreír.
Konan pudo notar a Pain más guapo, más alto y arrebatadoramente sexy, después de la última vez que Pain había intentado recuperarla, Konan pensó que Pain se había dado por vencido, lo que para Konan había sido como un gran alivio el ya no ver a Pain, pero para su corazón era un gran dolor porque ya no podía soportar seguir fingiendo. Lo amaba. Y lo seguirá haciendo. Ella no pudo dejar de amarlo y más ahora que iba a tener un hijo de él, del hombre que ama. Quería deirle a Pain que lo ama, pero primero tendría que ver lo que él es capaz de hacer por ella.
-Konan, ¿Cómo han estado?-Preguntó Pain.
-Es-Estoy bien, digo estamos bien.-Respondió Konan, con un leve sonrojo al ver que Pain la miraba.
Pain rió y Konan se sonrojó aun más, sintiéndose una completa tonta ante Pain.
-Veo que haces las compras, ¿Quieres ayuda? Yo también vine a comprar.-Dijo Pain.
-¿A-A sí?-Preguntó Konan en un tartamudeo.
-Si…-Respondió Pain.-Vine a comprar algunas cosas que necesito.-
-Ah.-Logró decir Konan.
-Entonces, ¿Te ayudo?-Volvió a preguntar Pain.
-Si, claro.-Respondió Konan y Pain sonrió ante la respuesta de Konan, Pain estuvo ayudando a la pelimorada con las compras, compraron todo lo que Konan necesitaba y luego pagaron sus cosas y se marcharon del supermercado, Pain llevó a Konan hasta su departamento. Cuando Konan iba a salir del auto de Pain, vio que en los asientos traseros había una bolsa con papel de colores, pegamento y tijeras.
-Voy a hacer algo para una chica que amo.-Respondió Pain al ver la mirada interrogante de Konan, Konan al oír eso, se sintió mal, sintió que su corazón se partía, nuevamente.
-Ah…-Logró decir Konan, para luego bajar del auto. Pain y Konan subieron al departamento de la pelimorada, Konan invitó a Pain a pasar a su departamento y estuvieron hablando hasta que Pain se retiró.
Pasaron las semanas y Konan no volvió a ver a Pain, Nagato ya casi no la visitaba, pues el pelirrojo estaba con mucho trabajo últimamente y sus demás amigos estaban igual o peor que Nagato. Después, un sábado en que Konan se encontraba viendo tv, recibió la visita de Pain.
-Hola, Konan.-Saludó Pain al entrar al departamento de Konan.
-Hola, Pain.-Respondió Konan.
-Venía a traerte esto.-Pain le extendió una bolsa de regalo a Konan y Konan tomó la bolsa.-Es un presente para mi hijo.-
-Gracias, Pain.-Dijo Konan al ver que se trataba de un perrito de peluche. *PorPor lo menos se acuerda de que tendrá un hijo*
De repente, no sabían cómo pero los dos ya se encontraban en el sofá de Konan devorándose a besos, las manos de Pain comenzaron a acariciar las largas piernas de Konan por debajo de su vestido, mientras le besaba el cuello a la pelimorada, Konan solo gemía al sentir los besos húmedos de Pain por su cuello. Las caricias y besos de Pain la volvían loca hasta gemir. Extrañaba sentir a Pain, Konan lo había extrañado, había extrañado sentirlo cerca de ella y ahora lo volvía a sentir de junto a ella. Tan pronto como empezaron los besos y caricias, el momento se esfumó cuando Pain se separó de ella.
-¿Q-Qué occurre?-Preguntó Konan.
-Lo lamento, Konan, pero… No puedo hacerte esto, aun te amo, pero…-
-¿Pero no quieres estar conmigo?...-Comenzó a decir Konan.-¿Aún amas a la pelirrosa?-
-¿Qué? No, yo solo…-
-Eres un idiota, lárgate y déjame sola.-Dijo Konan, comenzando a llorar. Y Pain no hiso otra cosa más que irse.
Pasaron varias semanas después de eso y Konan comenzó a sentirse una estúpida al reaccionar así ante Pain, comenzó a pensar que tal vez el no quería hacerlo con ella porque estaba embarazada y no quería hacerle daño a ella o al bebé. Y Konan quería disculparse con Pain, así que una martes por la tarde salió de su departamento para ir al de Pain y cuando salió Konan de su departamento, en la entrada vio treinta floreros llenos de flores de papel de colores.
Konan estaba tan sorprendida que no podía ni hablar.
-Perdóname…-Dijo Pain apareciendo en el corredor.-Por favor, Konan, perdóname, fui un gran idiota al no ver que tu me amabas y que te hacía daño cuando me mirabas con otra… Te amo y si tu ya no me amas, por lo menos te pido que me perdones por todo.-
Konan comenzó a sollozar y Pain se acercó a la pelimorada.
-¿T-Tu hiciste las flores?-Preguntó en un sollozo Konan.
-Recordé lo mucho que a ti te gusta hacer flores de papel, así que comencé a practicar para darte esta sorpresa. Por eso no me viste en meses.-Explicó Pain.
-Es lo más lindo que alguien ha hecho para mí.-Dijo Konan y besó a Pain, beso que fue correspondido por Pain, el beso era húmedo pero tierno, con cariño y con amor. Se besaban demostrándose lo mucho que se amaban y necesitaban.-Te perdono, te perdono porque también te amo y nunca dejé de hacerlo, Pain.-Dijo Konan.
-No sabes lo feliz que soy al oírte decir eso…-Pain besó a Konan nuevamente.-Te prometo que nunca más te haré daño, te amaré a ti y a nuestro hijo, te demostraré lo mucho que te amo día y noche.-Dijo Pain y nuevamente los dos se fundieron en un beso.
Ahora estaban juntos. Y nada ni nadie los separará.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
En uno de los parques de Konohagakure, una pelirroja se encontraba caminando mientras miraba a las demás personas, la pelirroja comenzaba a sentirse sola pues extrañaba a cierto rubio de ojos azules, así que para distraerse salió a dar un paseo por el parque nacional de Konoha.
-Tayuya…-La pelirroja se volteó a ver a la persona que la nombraba, era Hinata.
-Hinata…-Respondió Tayuya al ver a la ojos perla.
-¿Qué haces por aquí?-Preguntó Hinata.
-Solo vine a distraerme.-Respondió Tayuya.
-Tayuya, yo… Lamento el como te he tratado.-Comenzó a decir Hinata, sorprendiendo a la pelirroja.-Yo no debí tratarte mal, es sólo que…-
-Amas a Naruto y te daban celos verme con él.-Completó Tayuya.
-Si.-Respondió Hinata.
-Descuida, te perdono.-Dijo Tayuya y Hinata sonrió, las dos chicas estuvieron hablando y ambas se sorprendieron al ver lo bien que se podían llevar. Estuvieron juntas todo el día, fueron al cine como si fueran amigas de toda la vida. Hasta que se hiso tarde y ambas fueron a un café y después se marcharon juntas.
-Eres muy divertida, Tayuya-chan.-Dijo Hinata.
-Tu también, Hinata-chan.-
De repente, unos hombres se acercaron a las dos chicas y tomaron a Hinata.
-¡Suéltenla!-Gritó Tayuya al ver que se llevaban a Hinata.
-¡Tayuya, ayudarme!-Gritaba Hinata.
-¡Suéltenla!-De pronto los mismos hombres tomaron a Tayuya y la subieron al auto en donde habían subido a Hinata.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Un rubio se encontraba en su departamento, sus pensamientos estaban ocupados en la decisión que iba a tomar a partir de hoy.
Su corazón ya no estaba dudoso, ya no estaba confuso… Ahora ya sabía cual chica era con la que quería estar por el resto de su vida. Ella sin duda era la indicada, lo sabía, su corazón se lo decía cada vez que pensaba en ella. Era ella a la que amaba, a la que quería junto con él… La que sin duda necesitaba, ella lo había enamorado con su carácter, su frágil forma de ser…
No había día ni noche en que no dejara de pensar en ella, Naruto sabía que por ella daría hasta su propia vida para verla sonreír y protegerla.
-Es ella…-Dijo Naruto viendo las estrellas por la ventana.-Es ella la que ilumina mi felicidad.- Así que tomó su chamarra Y salió de su departamento en busca de ella.
Lo que Naruto no sabía era que su amada estaba desaparecida.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
En París…
Un pelinegro caminaba junto con una pelirrosa hasta su habitación, Sasuke quería entrar ya en su cuarto para estar a solas con su ahora prometida. Sasuke y Sakura llegaron a su habitación y entraron en ella, mientras se devoraban a besos.
-Te amo.-Dijo Sasuke, mientras besaba a Sakura.
-Yo igual.-Respondió Sakura.
Comenzaron a besarse comí si nunca lo hubiesen hecho. Sasuke comenzó a besar el cuello de Sakura, la pelirrosa gemía al se y los besos húmedos de su amado. Sasuke comenzó a acariciar las largas piernas de Sakura, mientras la besaba con desenfreno.
Se amaban tanto que a cada momento se lo demostraban con besos y caricias. Se amaban tanto que no podían esperar para demostrar su amor. Parecían unos calenturientos como solía decirles Itachi, pero es que se amaban que no se aguantaban las ganas de estar a solas.
Siguieron besándose, hasta que Sasuke se quitó la camisa y la mirada de Sakura lo recorrió entero.
-¿Te gusta lo que vez?-Preguntó Sasuke con voz sensual.
-Mucho.-Respondió Sakura excitada.
-Tranquila, verás más de tu Sasuke-kun.-Dijo Sasuke y volvió a besar el cuello de Sakura. Pero la burbuja de amor se reventó al oír la voz de Itachi.
-Sasuke, abre.-
-Diablos…-Murmuró Sasuke molesto.
-Sasuke, es urgente.-Dijo Itachi y Sasuke de mala gana fue a abrir.
-¿Qué quieres, idiota?-Dijo Sasuke.
-Empaquen sus cosas, no marchamos.-Dijo Itachi seriamente.
-¿Qué ocurre?-Preguntó Sasuke al ver la seriedad de Itachi.
-Necesito que sean fuertes…-Dijo Itachi.
-¿Pasa algo malo, Itachi-san?-Preguntó Sakura.
Itachi miró a Sakura y luego se mordió el labio inferior, lo que estaba por decir le iba a afectar a Sakura.
-Entraron a la mansión de tu hermano y le dispararon.-Comenzó Itachi.
-¿Qué?-Logró decir Sakura al sentir que perdía fuerzas.
-Hay más…-Dijo Itachi.-Secuestraron a Sarada.-
Y Sakura no pudo más, se desmayó al oír la gran noticia que una madre puede enfrentar.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
En seguida los capítulos extras.
