Capítulo 2
Se estaba mirando en un charco de agua, era ella misma, hasta tenía la marca de su Teigu en el pecho, con su típica ropa, salvo su sombrero, que sinceramente no echaba de menos, sólo había un problema...¡Había vuelto a los séis putos años!
- Maldito viejo, esto es cosa suya...- y siguió despotricando mientras avanzaba por la aldea, era plena noche, por lo cuál casi no había gente en la calle, así que el extrañó oír un gran griterío, por alguna razón tuvo un mal presentimiento y se dirigió hacia el lugar del que provenía el escándalo.
Grande fue su sorpresa al ver cómo aquel escándalo era ni más ni menos que la sesión de tortura que los aldeanos le daban al desvergonzado que se hacía pasar por hijo del Yondaime; el pequeño rubio los miraba con ira desde el suelo, que estaba empapado con su sangre; probablemente tendría algunos huesos rotos y cortes, además de múltiples contusiones debidas a los golpes que había recibido.
El ambiente en ese momento bajó de temperatura bruscamente, causando que todos los aldeanos se girasen para ver a una pequeña niña de pelo azul celeste y un extraño uniforme blanco y negro mirándolos de mala manera, de forma que su ojo no cubierto por el cabello brillase de un color rojizo demoníaco, intimidando levemente a la multitud, si no causó el efecto deseado fue porque ella ya no era una adulta, sino que era una niña pequeña.
- ¿Qué haces aquí mocosa? ¡Lárgate antes de que te pase lo mismo que al impostor!- gritó uno de los aldeanos reponiéndose del leve susto, enfadando aún más a la "niña".
- ¡Alto amigo! ¿Acaso no la has visto?- lo detuvo uno de los aldeanos- ¡Podremos divertirnos mucho con ella!- gritó con una mirada nada santa que dirigía a Esdeath.
Ella enfocó su mirada al niño rubio tirado en el suelo, el odio en sus ojos se había esfumado, ahora sólo había una silenciosa súplica "Lárgate", eso junto a la preocupación hizo sonreír levemente a la chica, nunca nadie se había preocupado por ella, menos aún sin conocerla, pero disfrutaría de sorprenderlo acabando con todas esas escorias.
Uno de los aldeanos dió un paso adelante mientras la miraba con lujuria patente en sus ojos y se relamió los labios, gavre error.
- Weisschnabel- gritó la niña, un aura gélida salió de su cuerpo y se crearon numerosos carámbanos de hielo, que salieron disparados contra la turba, empalando a todos los aldeanos presentes, sin excepción.
Una vez eliminó a todas esas molestias, se acercó al chico, que la miraba impresionado y con algo de desconfianza, algo normal si vives en una aldea ninja y de la nada aparece una niña de tu edad capaz de masacrar a tal cantidad de gente.
- ¿Q-quién eres?- preguntó con dificultad mientras trataba de levantarse, apenas se puso de pie pareció que iba a caer, así que la peliazul trató de ayudarlo, pero fue detenida por el chico- P-puedo sólo-.
Era oficial, este chico le agradaba, a pesar de sus heridas él no dejaría que su orgullo fuese dañado al ser ayudado cuándo aún podía caminar por su pie, por muy difícil que le fuera.
- Me llamo Esdeath Partas, acabo de llegar a la aldea- se presentó la "niña", tal vez esto no fuese tan malo cómo había creído en un principio y de verdad las cosas pudiesen ser interesantes.
- Naruto Uzumaki- se presentó él de forma seria, antes de darle una leve sonrisa, aunque la chica pudo decir que era completamente falsa- gracias por eso, no sé que hubieran hecho, nunca habían llegado tan lejos- la peliceleste asintió, podía notar desde el principio que esos animales salvajes que se hacían pasar por humanos no tenían intención de detenerse.
- No hay de que, no podía permitir que esas basuras siguieran haciendo eso, ya que supongo que quién sea el líder de este lugar no hace nada contra ello- respondió ella, en verdad era raro que un líder permitiera hacer esas cosas a la población civil, más aún un líder militar.
El rostro del rubio cambio a uno de desprecio y resentimiento, antes de negar con la cabeza.
- No creo ni que se enteren, después de todo están celebrando la fiesta de los "Héroes" de Konoha- dijo entre comillándolo con las manos, haciendo recordar a Esdeath cómo humillo al "Héroe" de las tribus del norte tras su victoria, lo obligó a desnudarse y lamer sus botas antes de matarlo, dió un suspiro, eran buenos tiempos.
- Según mi experiencia los "héroes" son los más patéticos de todos al final- comentó, provocando una risa entre dientes del rubio, que le envió una mirada de complicidad.
- Y eso que no has conocido a estos- comentó con algo de diversión, definitivamente le caía bien la chica nueva, no le importaría relacionarse más con ella, y ahora que que lo pensaba, dijo que era nueva, y siendo una niña no debía tener dinero- ¿Tienes dónde quedarte?- preguntó el rubio.
- La verdad es que no, llegué ya caída la noche, así que no he podido buscar un sitio para dormir- respondió con total sinceridad la niña, no veía el caso a mentirle sobre esto.
- Puedes quedarte en mi apartamento si quieres, no es demasiado grande, pero hay espacio para los dos- ofreció con una sonrisa, y esta vez, sí que era sincera, por un segundo le pareció ver un reflejo de Tatsumi en él, por un segundo una sensación de desagrado cruzó por su mente, pero inmediatamente fue sustituida por unos fuertes latidos de su corazón y un tenue sonrojo adornó sus mejillas, pero enseguida se sacudió esa sensación y aceptó la propuesta, sonriendo imperceptiblemente.
Por el camino tuvieron que pasar por la fiesta que celebraba la familia del Hokage, y, para evitar ser vistos, a petición de Naruto, atravesaron el patio al amparo de unos pequeños arbustos, pero el rubio se detuvo en seco al ver a un niño pelirrojo de su edad, parado frente a una pelinegra de ojos también negros, y Esdeath supo que algo iba mal, lo que oyó después sólo confirmó sus sospechas.
- Vamos Menma-kun ¿cuánto tiempo más debo fingir que me gusta ese inútil de Naruto?- en ese momento Esdeath tuvo que reprimir sus ganas de matar a esa niña, ella había hecho cosas horribles, pero mentir sobre algo cómo el amor era lo peor que se podía hacer en sus estándares, pero se reprimió al ver a su compañero.
Tuvo que ahogar un grito de sorpresa al ver que entre las copiosas lágrimas que caían de sus ojos sus iris ya no eran de ese color azul zafiro tan expresivo que había visto en su primer encuentro, sino que ahora eran rojos con dos comas en cada uno.
- Na-Naruto, tus ojos- le dijo sorprendida, el chico se acercó a un pequeño charco, sin salir del amparo de los arbustos.
- Sharingan- susurró, la chica lo escuchó, pero decidió preguntarle después.
- Naruto ¿ella era...?- preguntó con delicadeza, ella era sádica, pero sabía que había que tener cuidado con esas cuestiones, y podía deducir por su reacción que había algo entre él y esa chica.
- Era mi novia- respondió seco- Esdeath-san, vámonos ya...- pidió, y en el tono del chico pudo distinguir una leve súplica.
- Claro, vamos- respondió la chica, ella quería ayudarlo a caminar, pues con sus heridas le costaba mucho, pero sabía que no la dejaría, y aún si lo hiciera, sólo resentiría su confianza en sí mismo.
Una vez llegaron al apartamento el rubio este le mostró la que sería su habitación el chico se encerró en su cuarto, dejando fuera a la niña que, sin saber porque, sentía una opresión muy grande en su pecho, ya que podía oír los sollozos de su nuevo compañero de apartamento.
Cuándo la opresión aumentó dejó de contenerse y abrió la puerta, para encontrar a Naruto llorando de rodillas en el suelo, y apretando tanto sus puños que sus uñas se clavaron en su palma, provocándole unos cuántos cortes y que la sangre brotara.
Ella no sabía muy bien cómo debía actuar en esa situación, pero decidió hacer caso a su instinto y abrazó a su compañero de apartamento, dejando que llorase en su hombro y sin importarle que su traje blanco pulcro se manchase con la sangre de las manos y las heridas del ojiazul cuándo este respondió a su abrazo; tuvo que ahogar un jadeo cuándo el llanto del chico aumentó y apretó aún más el abrazo, pegándola todo lo posible a él.
Siguiendo nuevamente su instinto, ella comenzó a acariciarle el cabello, sorprendiéndose de que aquel pelo tan picudo fuese tan suave, pero dejó eso de lado y siguió acariciando su pelo mientras le murmuraba palabras de ánimo, cuándo el chico por din dejó de llorar y cayó dormido, ella sintió una extraña paz, así que lo tumbó en la cama, lo cubrió con las sábanas y se marchó a su propia habitación.
De camino a ella pasó frente a una pequeña estantería ubicada en lo que sería el salón, en la que no había reparado antes, y vió que tenía un par de libros, entre los cuáles había uno que hablaba sobre técnicas oculares; en ese momento recordó el nombre que había dicho Naruto al ver sus ojos "Sharingan".
Abrió el libro y comenzó a leer sobre los llamados Dōjutsu:
"Los Dōjutsu (瞳術, Técnica Ocular) Son habilidades ninja genéticas que se manifiestan en los ojos, lo que les permite percibir chakra de una forma u otra. Al ser un subproducto del Kekkei Genkai, los dōjutsus no se clasifican como uno de los principales tipos de jutsu. No requieren el uso de sellos y a veces facilita el uso o la defensa contra el genjutsu, taijutsu y ninjutsu para derrotar al oponente. Todos los dōjutsu son conocidos también por proporcionar al usuario algunas habilidades únicas, como un campo ampliado de las capacidades de visión o como forma de predecir movimientos enemigos, etc. El uso de dōjutsu consume chakra mínimo, dependiendo de la experiencia de usuario y del jutsu que es usado; incluso al tener una fuerte emoción o una gran cantidad de chakra en batalla el dojutsu brilla manifestando más su poder, peligrosidad y/o habilidad.
Entre los principales Dojutsu hay tres que han sido nombrados como los "Tres Grandes Dōjutsu" (大三瞳術, Daisan Dōjutsu)."
- Interesante, parece bastante útil- dijo con un brillo de interés en la mirada, antes de comenzar a buscar el llamado "Sharingan".
"El Sharingan (写輪眼, Sharingan, literalmente Ojo Copiador Giratorio) es uno de los tres grandes Dōjutsu, y Kekkei Genkai del Clan Uchiha de Konohagakure. Según Tobirama Senju, el Sharingan es el ojo que refleja el corazón (心を写す瞳, Kokoro o utsusu hitomi).
Obtención
A diferencia de otros Dōjutsu como el Byakugan del Clan Hyūga este no se obtiene en el momento del nacimiento, ya que heredar el Sharingan es raro incluso entre los miembros del propio Clan Uchiha. En vez de eso, este se activa cuando un Uchiha sufre emociones intensas luego de experimentar la perdida del amor o desesperación, haciendo que un cierto chakra brote en su cerebro que afecta el nervio óptico, y provoca un cambio en sus ojos, ese es el ojo que refleja los sentimientos, el Sharingan."
Iba a seguir pero el sueño la golpeó, así que cerró el libro y se retiró a su cuarto, esta nueva vida iba a ser muy interesante.
