Bien, a peticion de "Aura94", publico el segundo capitulo de la historia en español. Ojala lo disfrutes, Aura94, y aquellas otras personas que prefieren leer esta historia en español ^^ Esten atentos para los futuros capitulos en ambos idiomas. Saludos!
-¡Celos! –sonrió Raven, emocionado-. La princesa celosa de un montón de fanáticas, ¿eh? Debió ser digno de verse.
Judith asintió.
-Me pregunto si Estelle se habrá percatado de que eran celos… -murmuró la krytian, y Rita intervino:
-Conociendo a Estelle, seguro que no. Además, esas admiradoras eran muy atrevidas. Besando y abrazando a Yuri como si nada… ¡Si serán…!
De repente, los tres amigos fueron interrumpidos por el rechinar de la puerta al abrise.
¿chicos? ¿Alguien sabe dopreguntó un tímido Karol al sentir que había interrumpido una conversación importante. Un brillo de malicia atravesó la mirada de Raven sin que nadie se percatara.
-Bueno, verás mi joven amigo, hay ocasiones en que dos adultos quieren pasar tiempo juntos, y para eso, se van a un lugar donde puedan estar solos y en… -comenzó el arquero, pero fue interrumpido por un golpe tajante en la cabeza propiciado por Rita. Raven ahogó un grito de dolor-. Ayyyy, Rita querida, no tenías que ser tan cruel…
-No le metas ideas tontas al niño, viejo. –dijo ella, cortante, mientras se sacudía las manos. Judith miró a Karol, y éste tenía una cara de asombro con las mejillas ligeramente ruborizadas.
-Nosotros tampoco sabemos dónde están, Karol, lo lamento. –contestó la krytian suavemente mientras Raven intentaba reponerse del inesperado golpe. Karol parpadeó, perplejo.
-Eh… bueno… pero ellos no están… uh… -comenzó el chico, pero se contuvo cuando una quinta voz resonó en la habitación:
-Hey, ¿por qué tienen todos esa cara? –preguntó Yuri, que acababa de llegar junto a Estelle y Repede, mientras cerraba la puerta de la habitación. Rita, Raven y Judith observaban, ligeramente asustados, a los recién llegados, sin saber muy bien qué decir o cómo recibirlos. Yuri encarnó una ceja y observó a todos y cada uno de sus amigos, confundido.
-¡Yuri, Estelle, aquí están! –Karol fue el primero en romper el incómodo silencio.
-Sí, aquí estamos. ¿Pasa algo? –volvió a cuestionar el espadachín. Estelle inclinó la cabeza ligeramente.
-¿Será qué… les habrá comido la lengua el gato? –preguntó la princesa ingenuamente. Yuri la miró unos instantes, ligeramente incrédulo, y después suspiró.
-Bueno, no sé ustedes chicos, pero yo tengo mucho sueño. –mencionó el joven mientras recargaba su espada junto a la pared y se dirigía a su respectiva cama. Todos los presentes lo observaron, aún confusos. De repente, Estelle se llevó una mano a su boca y corrió hasta su cajón para sacar algo. Instantes después, se acercó a Yuri, que yacía en su cama descansando, y le ofreció un guante rojo con negro.
-Yuri, lo había olvidado, pero esto es tuyo. Lo olvidaste en mi habitación la última vez que fuiste al castillo. –dijo ella inocentemente. Yuri abrió un solo ojo, observando la prenda, y después se sentó en la cama y tomó el guante.
-Gracias, creí que ya no lo podría encontrar. –mencionó él, con su semblante reflejando cansancio después de un día en el Coliseo. El resto del equipo, a excepción de Repede, observaban, aún más perplejos, la escena frente a ellos. Incómodos, se miraron los unos a los otros, pero ni Yuri ni Estelle parecían darse cuenta del extraño aire que rodeaba a los cuatro.
-¿Chicos… es enserio…? –susurró Karol, esperando que su voz solo fuera percibida por Rita, Judith o Raven.
-Espero que no, porque si es así… Ese tonto estará frito para mañana. –refunfuñó entre dientes la joven maga con el ceño fruncido.
-Parece que ninguno de los dos se ha dado cuenta de la ambigüedad de esa conversación… -murmuró Judith, posando su codo derecho sobre su mano izquierda, pensativa. Raven se acariciaba la barbilla con una discreta sonrisa de triunfo.
-Vaya, después de todo, esos dos sí tuvieron su tiempo a solas… heh, nada mal, nada mal, no me lo esperaba. –decía Raven para sí mismo. Yuri los miró de repente con su cara de indiferencia, agarrándolos por sorpresa.
-¿Qué hacen todos ahí de pie? ¿Qué nadie piensa descansar? Porque si es así, pueden salirse de la habitación, que yo quiero dormir tranquilo. –refunfuñó Yuri, ligeramente irritado. Estelle se había sentado en la cama de al lado.
-Uh, no, está bien, nos dormiremos también, ¿verdad chicos? Heh… -dijo Karol nervioso mientras agitaba sus manos frente a él. Rita, que tenía un ligero color rojo en sus mejillas, asintió rápidamente.
-Dormiré en la misma cama que Estelle. –manifestó la maga mientras veía a Yuri seriamente. Estelle parpadeó.
-Uh… ¡claro! –dijo la joven princesa.
-Vamos chicos, es nuestro turno de salir a tomar aire, ¿no creen? –preguntó Raven, divertido, a los otros tres nerviosos acompañantes. Judith lo miró con el ceño fruncido, con esa mirada que solía callar a Raven sin necesidad de palabras.
Y así fue.
-Estelle, simple curiosidad, ¿por qué estaba ese guante en tu habitación? –preguntó Judith amablemente, y Yuri frunció el ceño ligeramente ante la forma en que estaba planteada la pregunta de la krytian. Sin embargo, Estelle, desconociendo la incómoda situación, observó el guante unos instantes, como recordando los eventos que sucedieron.
-Pues… esa vez Yuri fue a visitarnos a mí y a Flynn al castillo, y lo invité a mi habitación para mostrarle algunas de las historias que había escrito. –explicó la pelirrosada con una sonrisa en su rostro.
-Seguro que quitarse el guante era indispensable para leer mejor, ¿no es cierto? –continuó Raven mientras colocaba sus manos detrás de la nuca, más divertido que antes.
-Eh, bueno… -comenzó Estelle, pero Yuri la interrumpió.
-El guante se ensució de té, Estelle insistió en quedárselo para lavarlo, y olvidé recogerlo. ¿Es eso lo que querías escuchar, anciano? –murmuró Yuri, ligeramente irritado al darse cuenta de la idea errónea que tenían sus amigos y de que no podía dormir aún. Raven lo observó unos instantes:
La diversión había terminado.
-Eh, no exactamente.
-¿Qué era entonces, Raven? –preguntó una inocente y curiosa Estelle. Entonces, Rita suspiró y caminó hacia ella.
-Nada importante, Estelle. Ahora, durmamos todos, que hoy fue un día bastante agotador.
-Dímelo a mí. –añadió Yuri, aún más irritado, mientras retomaba su cómoda posición, listo para dormir.
-Sí, ya tengo mucho sueño yo también… -bostezó Karol. Judith sonrió, satisfecha.
-A dormir se ha dicho. Buenas noches a todos. –mencionó la krytian mientras se dirigía a su cama.
-¡Buenas noches! –respondió Estelle.
Raven los observó a todos y suspiró, decepcionado.
-Apenas que iban a comenzar las preguntas incómodas para Yuri… bueno, supongo que algún día lo podré hacer. –murmuró Raven para sí mismo con una sonrisa, y acto seguido, se dirigió a su cama por igual.
...
-Hey, Flynn. –llamó un aburrido Yuri desde la silla donde estaba sentado, en la cocina del castillo de Zaphias mientras visitaba a su amigo Comandante. La residencia estaba rebosante de gente, pues más tarde habría una fiesta en honor al emperador Ioder para festejar su cumpleaños. La cocina estaba igual de animada, pues todos los cocineros y sirvientes estaban muy ocupados preparando la cena. Repede estaba descansando a un lado de Yuri; al parecer, el alboroto de la gente no le importaba al can, o ya estaba acostumbrado.
-¿Dime, Yuri? –preguntó el Comandante frente a el sin dejar de leer un importante papel referente a su brigada. Yuri, con su barbilla descansando sobre la palma de su mano derecha, observaba el movimiento de las sirvientas y de los cocineros que iban de un lado al otro cargando un montón de utensilios de cocina, apresurados por tener lista la cena que tendrían que servir en un par de horas más. Instantes después, el joven respondió sin mucho ánimo:
-Esto es aburrido.
Flynn suspiró, dobló la hoja que estaba leyendo lentamente y la guardó en el bolsillo de su pantalón; el rubio se había quitado la armadura para después ir a ponerse un traje de gala para más tarde; por lo tanto, llevaba únicamente las ropas sencillas que iban debajo de la armadura, como en sus tiempos de caballero en potencia junto a Yuri.
-Perdón Yuri, creí que terminaría este asunto más pronto. –se disculpó el rubio. Yuri agitó su mano libre con lentitud como hacía comúnmente, dando a entender que no le importaba.
-Nah, yo vine demasiado pronto. Eso de terminar tus pendientes del día antes de tiempo tampoco es totalmente bueno. –sonrió, divertido, el espadachín. Flynn imitó el gesto.
-¿No irías a Dahngrest hoy para reunirte con Karol y Raven?
Yuri sacudió la cabeza y suspiró, aburrido, después.
-Se cambió la reunión para dentro de tres días. Resulta que el líder se resfrió tras caerse en una fuente. –Flynn encarnó una ceja.
-Un poco distraído, ¿huh? –Yuri asintió con los ojos cerrados.
-Y yo terminé mi parte más pronto que de costumbre, y me sobraba tiempo libre…
-…Así que decidiste venir a visitar.
-Así es. –Flynn volvió a suspirar, ligeramente apenado.
-Disculpa, Yuri, enserio…
-Calla, Flynn, ya te dije que está bien, fue mi decisión. Además, ¿por qué tenemos que charlar en un lugar tan ruidoso como éste?
-Bueno, están preparando el resto del castillo para la fiesta de esta noche.
Yuri abrió sus ojos y esbozó una media sonrisa.
-¿Así que el emperador tendrá su gran fiesta, eh? No creí que fuera del tipo alborotador.
-No lo es, pero el Consejo le pidió que hiciera una celebración en grande para festejar su primer cumpleaños como emperador oficial.
-Siempre buscando excusas. –murmuró Yuri para sí, y Flynn lo observó. Después, el rubio retomó el habla:
-¿Te quedarás? Su alteza Ioder me pidió que invitara a Brave Vesperia al evento.
-Bueno, pues la invitación llegó un poco tarde, Comandante. –murmuró Yuri, cerrando sus ojos nuevamente. Flynn frunció el ceño; sabía que su amigo Yuri solo trataba de molestarlo al llamarlo "Comandante". Ignoró el comentario y prosiguó:
-Todo el asunto de la fiesta fue muy inesperado. Mira a toda esta gente, apenas ayer tuvieron que empezar los preparativos para la fiesta, por eso hoy están tan apurados.
-No creo que los otros puedan venir, no alcanzarán a llegar. Bueno, quizá Judy, ya que está con Ba'ul… -respondió Yuri cerrando los ojos, igual de indiferente que siempre. Flynn lo observó atentamente.
-Estará la señorita Estellise. –se limitó a decir el rubio. Yuri no cambió su semblante, y así se quedaron unos instantes, el Comandante observando a su amigo fijamente, y éste con los ojos cerrados en su posición de comodidad. Instantes después, los cuales parecieron eternos para Flynn, Yuri abrió los ojos y dijo:
Tiene que estar, es parte de la realeza... ¿o quizá ya lo olvidaste?
-No lo he olvidado, y seguro se pondrá muy feliz si te ve ahí.
Yuri lo observó con su mirada despreocupada. Tras analizar el rostro del rubio unos segundos, desvió su mirada y suspiró.
-Vendrán nobles únicamente. No es un lugar apto para mí. –explicó el espadachín con su sarcástico tono de voz.
-No vienes por los nobles, Yuri. Vienes por Ioder, por Estellise y por mí. –Yuri frunció el ceño, comenzaba a desesperarse.
-Lo pensaré. Mientras tanto, iré a ver si Hanks necesita ayuda con algo. –dijo el joven mientras se levantaba de su silla y tomaba su espada. Repede se levantó, se estiró y lo siguió. Flynn, sin cambiar su posición, lo observó alejarse.
-Nunca puedes quedarte quieto, ¿verdad Yuri? –preguntó Flynn sin mover su cabeza. Yuri, sin molestarse en girarse, agitó su mano en señal de despedida desde la puerta del comedor, y en compañía de Repede, salió de la sala con paso lento. Flynn lo observó de reojo, y dejó escapar una pequeña sonrisa.
Ese era su buen amigo Yuri.
...
La noche había caído sobre la ciudad imperial de Zaphias, y mientras la mayoría del los ciudadanos descansaban en sus casas, en el castillo imperial se estaba llevando a cabo una emocionante y elegante fiesta por el cumpleaños del nuevo emperador Ioder. Nobles de todas partes de Terca Lumireis habían sido invitados al evento, que ofrecía música en vivo, exquisita comida con los mejores ingredientes de toda la región, entretenimiento para todos los visitantes, excelentes bebidas y buena compañía. El emperador Ioder estaba muy ocupado en esa noche, andando de un lado para el otro sin darse la oportunidad de descansar; todos los invitados querían saludarlo y felicitarlo personalmente, tanto por su cumpleaños como por su ascensión al trono. El Comandante Flynn vigilaba todo al lado de la puerta principal junto a su Segundo en Comando, Sodia, y su diminuto ayudante mago, Witcher. Ioder les había dicho a los tres que quería que ellos se relajaran y disfrutaran de la fiesta por igual, pero Flynn no podía permitirse ese lujo, al menos no del todo.
-Señor, ¿quiere otra bebida, señor? –preguntó Sodia tímidamente, que estaba a un lado de él y ya había notado la copa vacía de su Comandante desde hace unos minutos. Flynn miró a su compañera y después a la copa, negando con la cabeza momentos después.
-No, gracias, Sodia, estoy bien. Tú y Witcher deberían ir a disfrutar de la fiesta. –dijo Flynn con una pequeña sonrisa. Sodia frunció el ceño ligeramente.
-No señor, no podemos dejarlo aquí. –refutó la joven.
-Si el Comandante no viene con nosotros, no nos moveremos. –añadió Witcher. Flynn parpadeó, asombrado por la lealtad que profesaba su brigada por él. Después, sonrió.
-Vale, tratemos de disfrutar más este importante momento para el emperador, pero no le quitemos los ojos de encima tampoco, ¿de acuerdo?
-¡Señor, sí señor! –respondieron los otros dos caballeros al unísono.
-¡Flynn! –exclamó una voz que el rubio conocía muy bien. El Comandante se giró para observar a la persona que lo había llamado.
-Señorita Estellise, ¿en qué puedo servirle? –preguntó el joven cordialmente. Estelle llevaba puesto su elegante vestido color turquesa con su corta cabellera recogida. Sus orbes color verde observaron a los lados antes de preguntar:
-¿Vendrán Yuri y los otros?
Flynn bajó la mirada por unos segundos. Después, le respondió:
-No lo sé, señorita Estellise.
Estelle bajó la cabeza, evidentemente decepcionada. Flynn no sabía qué decirle; no podía darle falsas esperanzas, porque si nadie iba, después sería peor para ella, así que el Comandante decidió permanecer en silencio.
Momentos después, Estelle alzó la cabeza, e hizo un intento por verse feliz.
-Gracias de todas formas, Flynn. –agradeció la chica con una ligera inclinación. Flynn asintió con la cabeza mientras le compartía una cálida sonrisa tranquilizadora. En eso, un joven noble de cabello rojo corto con penetrantes ojos verdes se acercó a ellos y tosió un poco para llamar su atención. Ambos lo miraron.
-Perdón por interrumpir, pero, si no me equivoco, es usted la princesa Estellise, ¿estoy en lo correcto? –preguntó el recién llegado. Estelle asintió con una triste sonrisa.
-En carne y hueso. –respondió. El noble encarnó una ceja ante la inesperada elección de palabras informales de la princesa, y Flynn no pudo evitar sonreír ante el recuerdo de su amigo Yuri; era evidente que Estelle pasaba mucho tiempo con el espadachín, al grado de que a la princesa a veces se le escapaban palabras o frases que sólo las había escuchado en su mejor amigo.
preguntó amablemente el joven noble mientras ofrecía su mano abierta. Estelle lo observó por unos segundos, y después colocó su mano sobre la del hombre, aceptando el gesto.
murmuró ella, aún con esa sonrisa triste. El noble sonrió y le ofreció su brazo esta vez; Estelle lo aceptó, y antes de retirarse a bailar con el hombre, la princesa le dedicó una rápida mirada a su amigo Flynn a manera de despedida y el rubio le sonrió nuevamente. Cuando ambos desaparecieron de la visión del Comandante, éste suspiró.
¿Quizá ella quería estar con otra persona?
Y si era así, cierta persona parecía muy terca como para venir a mezclarse con nobles aunque fuera una noche.
-Eh, Señor, yo… -La voz de Sodia resonó en Flynn, sacándolo de sus reflexiones. El joven observó a su Segunda en Comando, extrañándose al verla un poco más roja que de costumbre al estar intentado comunicarle algo.
-¿Qué sucede, Sodia?
-Yo… quería saber si usted… querría… uhm… -murmuraba ella cada vez más bajo mientras jugaba con sus dedos, haciendo más difícil el entendimiento para Flynn. Witcher se pegó en la frente con la palma de la mano, desesperado-. Si querría…bai….bai… migo…
-Perdona Sodia, pero no he entendido bien eso último. –dijo Flynn, ligeramente apenado. Sodia iba a decir otra cosa, pero en eso, fue interrumpida por una noble joven de cabellos oscuros y rizados que se acercó al rubio y le preguntó sin preámbulos:
-Comandante Flynn Scifo, ¿le gustaría bailar la siguiente pieza conmigo?
Flynn parpadeó, claramente no esperaba esa propuesta. Sodia abrió más los ojos, perpleja. El rubio, nervioso, respondió:
-Eh, c-claro señorita, será todo un placer para mí.
La joven le compartió una coqueta sonrisa, y Flynn le ofreció su brazo al igual que el chico noble de antes.
-Vuelvo en unos momentos, vigilen al emperador mientras tanto por favor. –le murmuró el Comandante a sus fieles compañeros antes de retirarse. Sodia y Witcher asintieron, no totalmente convencidos. Después, Flynn se adentró a la pista de baile con su noble acompañante.
-…Te tardaste demasiado, Sodia. –mencionó Witcher instantes después, una vez solos. Las manos de la joven se hicieron puños y se puso todavía más roja que antes, pero ya no por la misma razón.
-Esa chica… me las pagará… -murmuró entre dientes la pelirroja. Witcher suspiró, lamentando la carencia de seguridad en su compañera en esas situaciones.
...
Yuri y Repede se detuvieron frente a las escaleras del castillo imperial de Zaphias. El lugar se veía claramente animado desde afuera, con todo ese ruido y las luces iluminando casi todo el Barrio Alto mientras unos cuantos guardias vigilaban la entrada. El espadachín suspiró. ¿Qué estaba haciendo él ahí? Aún no podía creer que, tras reflexionarlo un rato echado en su cama, decidiera acudir a la fiesta de Ioder para visitar a Flynn y a Estelle. Sin embargo, ahora que había llegado, comenzaba a arrepentirse.
Quizá sea mejor regresar, amigo. Este no es lugar para nosotros; ¿…
En eso, un par de voces se escucharon no muy lejos de ellos, y Yuri, por instinto, corrió a esconderse. Repede lo imitó.
-No, está bien, no es necesario, pero gracias. –decía una voz de mujer.
-Enserio, me gustaría obsequiártelo a ti, que eres una mujer tan bella y esplendorosa. –comentó la segunda voz; era un hombre.
-Eh, pero yo… no puedo aceptar esto, Brian.
Yuri comenzaba a sentir que estaba escuchando una conversación que no le incumbía. Estaba dispuesto a regresar a casa cuando escuchó un nombre familiar…
-Pero princesa Estellise, me he enamorado de usted a primera vista. Es usted encantadora, e irradia belleza y amabilidad a todo aquel que se le acerca. –dijo el hombre. Yuri frunció el ceño al escuchar el nombre de la inocente princesa, concentrándose para escuchar mejor la conversación.
murmuró Estelle. "Mmm? No escuché eso último" pensó Yuri.
entonces, ¿Usted ama a alguien más, princesa? porque si es así, haré lo posible por ganarme su corazón.
Era suficiente.
Cuando Repede se dio cuenta, Yuri ya había desaparecido de su lado.
-¿Eh? ¿Amar…a alguien? Bueno, yo… -comenzó Estelle, pero fue interrumpida por una muy conocida voz:
Así Estelle abrió los ojos como platos y se giró hacia las escaleras, viendo la silueta de su apreciado amigo Yuri no muy lejos de ella.
-¡Yuri…! –suspiró Estelle, aliviada y feliz al verlo ahí. El duque Brian los observó a ambos con una ceja encarnada.
-¿Y este hombre tan desdeñoso quién se cree que es…? –preguntó el noble, pero Estelle lo ignoró y corrió al encuentro del espadachín.
-¡Yuri! ¡Estoy tan contenta de verte! –exclamó la princesa entre risas mientras se abalanzaba sobre el espadachín y lo abrazaba con fuerza; estaba muy feliz de verlo ahí esa noche. El corazón de la joven se paró unos instantes al sentir que el hombre correspondía a su abrazo por primera vez, y no pudo evitar sonrojarse entre los brazos del espadachín. Yuri dirigió una fulminante pero penetrante mirada al duque antes de regresar su atención a la princesa. El hombre de cabellera roja frunció el ceño y pataleó unas cuantas veces en el lugar antes de regresar al castillo, insatisfecho con el desenlace de su cortejo. Instantes después, la joven liberó al espadachín de su fuerte abrazo para mirarlo a los ojos bajo la luz de la luna.
-Creí que no vendrías. –murmuró ella. Yuri desvió la mirada.
-Bueno, no tenía intenciones de venir, pero no tenía nada mejor que hacer…
Estelle lo observó unos instantes, y después, sonrió suavemente.
-Gracias. –susurró la chica, la sonrisa aún en sus labios. Yuri solo la observó, curioso-. ¿Quieres entrar? Flynn y Ioder estarán felices de verte también.
-Nah, así estoy bien. Planeaba regresarme ya, pero te escuché hablar con ese tipo y… las cosas no parecían ir muy bien.
Estelle bajó la mirada.
-No… ese duque me invitó a bailar y después me pidió que le siguiera. No creí que me diría esas palabras… no sabía qué hacer.
Yuri sonrió, satisfecho.
-Llegué a tiempo, entonces.
-Sí… gracias Yuri.
En eso, Repede se acercó a ellos a paso lento. Estelle lo miró y se puso en cuclillas para saludarlo felizmente, y el can se dejó acariciar levemente, para el asombro de la chica. Yuri dirigió su mirada a la entrada del castillo, entonces. Ya tendría tiempo para hablar con Flynn con calma.
-¿Nos sentamos? –le preguntó Estelle, sacándolo de sus pensamientos. Yuri parpadeó, procesando sus palabras.
-Seguro, ¿por qué no?
Después de eso, los tres se sentaron en las escaleras que daban al barrio público de Zaphias, un poco más alejados del castillo, mientras charlaban un poco.
-…Y estaba delicioso, ¡debiste probarlo, Yuri! –contaba Estelle. Yuri rio levemente.
-Suena bien, Estelle, Se ve que te estabas divirtiendo. ¿No quieres volver?
La princesa negó vigorosamente con la cabeza.
-¡Estoy bien, Yuri! Tenía ganas de hablar contigo.
-Heh, eso está bien, pero si no regresas, conseguirás que Flynn comience a pensar lo peor.
-Estoy contigo Yuri, estaré bien.
Yuri suspiró; esa era Estelle, obstinada como siempre.
-Como quieras. –sonrió el espadachín.
-Cuéntame, Yuri, ¿qué has hecho tú?
-Bueno, hay mucho trabajo para Brave Vesperia, pero nada que no podamos realizar.
-Eso es maravilloso, Yuri, me alegro por ustedes.
Yuri la observó sonreír.
-Pareces más tranquila que el día que fuimos al Coliseo. –comentó el hombre. Los ojos de Estelle parecieron evocar un recuerdo, pues su mirada se entristeció discretamente y ella bajó la mirada.
-Sí… todo está bien, Yuri. –respondió ella. Después, silencio. Instantes después, Estelle preguntó con notoria dificultad:
-El… club de fans… ¿lo has vuelto a ver?
-¿Huh? –expresó Yuri, no muy seguro de que ella siguiera en el mismo tema-. ¿Las chicas del Coliseo, dices?
Estelle asintió lentamente mientras lo observaba intensamente. Yuri miró la luna, pensativo.
-Nah. Ni siquiera sabía que tenía un club de fans.
Silencio.
-Uhm… Yuri… -murmuró Estelle mientras jugueteaba con sus manos, nerviosa.
-¿Mmh?
-Esas chicas… ¿crees que eran lindas?
Yuri encarnó una ceja y dirigió su mirada a la chica que tenía al lado; ¿había escuchado bien?
-¿Por qué la pregunta?
Un ligero color carmesí apareció en las blancas mejillas de la princesa.
-Yo…bueno… uh…
Yuri frunció el ceño, atando cabos; ¿acaso Estelle estaba…?
De repente, el espadachín sonrió maliciosamente.
-Vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Acaso nuestra querida princesa está… celosa? –preguntó Yuri, juguetón, mientras observaba atentamente la reacción de la joven; Estelle abrió los ojos como platos, aún más nerviosa.
-¿C-celosa, yo? ¡Por supuesto que no! –refutó Estelle, enojada. Yuri sonrió aún más, juguetón.
-Entonces, ¿por qué tan interesada, huh?
-Pues, eso es porque yo…yo…
Yuri acarició su barbilla, aparentando reflexionar.
-Pues… nah, ninguna me llamó la atención.
-¿Huh? ¿Ninguna?
El espadachín la miró aún con su sonrisa juguetona.
-Ninguna. Es una pena.
-Oh… -murmuró Estelle mientras bajaba la mirada, ya más seria. Yuri suspiró.
-Hey, Estelle, creo que es hora de que regreses al castillo. Espero que ese noble amigo tuyo no haya inventado algo, sino…
-No te preocupes, Yuri. –Le interrumpió la princesa-. Me encargaré de que no pase nada. Muchas gracias por acompañarme esta noche, Yuri, enserio disfruté mucho tu presencia. Espero verte más seguido.
Yuri encarnó una ceja; evidentemente no se esperaba esa respuesta.
-Trataré de venir con más frecuencia, y sirve que de paso traigo a Rita, Karol o Raven a saludar.
Estelle se levantó, y Yuri le imitó.
-Eso sería magnífico, gracias.
-¿Segura que no tienes problemas regresando sola?
-Estaré bien. Además, si Flynn o Ioder te ven, no les gustará saber que no planeabas quedarte.
Yuri desvió la mirada.
-Buen punto.
Estelle evocó una triste sonrisa y caminó hasta las escaleras frente al castillo. Yuri le siguió, y de repente, la princesa se detuvo, sin girarse, y preguntó:
-¿Permanecerás mañana en Zaphias, Yuri?
-Planeo regresar a Dahngrest antes del mediodía. –contestó él. La princesa tardó unos segundos antes de responder:
-Entiendo. –Murmuró ella, y después se giró lentamente con una determinada mirada-.¿Puedo verte antes de que te vayas? Intentaré ser rápida.
Yuri la observó, y colocó su mano sobre su cintura.
-De acuerdo. Vendré a al barrio alto poco antes del mediodía.
-Preferiría verte en el barrio bajo, si es posible.
Yuri parpadeó.
-Como quieras.
Estelle asintió con la cabeza.
-Que así sea, entonces. Hasta mañana, Yuri. Descansa.
-Hasta mañana.
Estelle le compartió una última y nostálgica sonrisa al espadachín antes de girarse nuevamente y comenzar a subir las escaleras que la llevarían de regreso al castillo lentamente. Yuri la observó partir hasta que se adentró en el aún animado castillo, y no pudo evitar sonreír al recordar el día en que la conoció, con ese mismo vestuario, en ese mismo lugar pero en unas circunstancias completamente distintas…
El espadachín sacudió la cabeza, ligeramente extrañado por el rumbo que había tomado sus pensamientos, y posteriormente se dirigió junto a Repede al barrio bajo para regresar a su habitación y descansar. Después de todo, el regreso a Dahngrest no era un viaje corto.
Solo la luna descubrió a la princesa Estellise observando la partida de su valiente amigo desde las escaleras del castillo.
...
