Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Akira Toriyama.


¡A leer!


VALS

Miro como su padre ordenaba a los ayudantes que organizaran todo lo necesario para la boda. Se veía emocionado. Ella también lo estaba. ¿Quién no? Después de todo, estuvo esperando tantos años este día, que ahora, por fin, había llegado. Volteo la vista a su prometido. El observaba asombrado como hacía el trabajo la gente. Se acercó a él y apoyo la cabeza en su hombro. Él la miro sonrojado. Todavía no se acostumbrado a los acercamientos de Milk. Un carraspeo detrás les llamo la atención, haciéndoles dar vuelta, era un hombre de edad y de pequeña altura.

— ¿Ustedes son los novios? —preguntó. La pareja, ahora confundida, confirmo con un movimiento de cabezas. El hombre los miró por un segundo y asintió. —Soy su instructor de baile.

"¿Baile?" el futuro matrimonio se sorprendió, especialmente el novio. Fueron llevados a un rincón lejos de los trabajadores, para no molestar. —Comenzaremos con el más importante: el Vals. —el hombre le pidió a Gokú que tomara de la mano a su esposa y que con la otra, la posara en la espalda. Con nerviosismo, él obedeció. Se le subieron todos los colores a la cara a ambos al sentir el contacto. Gokú sintió un cosquilleo en el estómago cuando Milk entrelazo los dedos con los suyos. Milk supuso que tendría que tomar la iniciativa, así que comenzó a moverse de un lado a otro. Él quedó estático, no tenía la más mínima idea de que hacer.

—Tienes que hacer lo mismo que ella, vamos… ¡Síguele el ritmo! —animó el instructor. Gokú no muy convencido, asintió. Para el hombre más fuerte del mundo le era dificultoso "seguir el ritmo", aun así cada torpe paso era reemplazado por uno con más seguridad. Uno, dos, tres, cuatro, vuelta. Luego de unos minutos bailando lentamente, el profesor de baile les pidió que aumentaran un poco la velocidad. Lamentablemente, Gokú tomo muy apecho esa petición. En segundos se veía a la pareja bailar por todos los rincones del gran salón. Milk reía al ver la cara de nerviosismo de su futuro esposo, quien intentaba no chocar con un empleado y no pisarla a ella. Cada paso era más eficaz para el instructor.

—¡Bravo, bravo, bravo! —aplaudía caminando detrás de ellos. A una empleada, quien era la encargada de colocar los globos en el salón, se le "escapó" uno, cayendo lastimosamente entre los pies de Gokú, haciéndole caer de espalda con su esposa encima. Toda la gente que estaba en el salón, a excepción de Ox Satán quien estaba entretenido mirando un gran cuadro familiar, se dio vuelta a ver el "espectáculo". A Gokú le ardía la cara. No solo la respiración de Milk le hacía cosquillas en el rostro, en sus pectorales sentía los pechos de Milk. Se sorprendió al darse cuenta de eso, en otro momento no le hubiese importado, siquiera se hubiese dado cuenta. Sintió el latido de corazón acelerado de Milk, ¿o era él? Mientras tanto Milk, estaba roja de pena, ¿cómo pudo caerse arriba de su esposo frente a todos? Lo miro a los ojos, él la miraba sorprendido. No sabían que hacer, ¿se levantaban y dejara como si no pasó nada? ¿Se quedaban allí, en el suelo? Instintivamente, fijó sus ojos en los labios de su prometido. ¿Lo besaba? Un rubor cubrió sus mejillas. ¿Por qué no? Al fin y al cabo se iban a casar y eso pasaría, ¿verdad? Lentamente acercó el rostro con el de su esposo, quien a tan acercamiento, abrió los ojos como platos. Apunto de rozar sus labios, un temblor se hace presente en todo el lugar. Milk detuvo su acercamiento y miro confundida a Gokú. Otro temblor, más grande aun, se presentó. Ella se alejó rápidamente del rostro de su prometido. Él la miro con el ceño fruncido, ¿Qué eran esos temblores? ¿Acaso volvió Piccolo para vengarse? No sentía su presencia. De nuevo, otro temblor. Milk se levantó y le tendió la mano para que él también lo haga. Ya los dos parados, miraron el panorama del castillo, todo temblaba. Tomó la mano de su esposo y buscó con la vista a su padre, quien se veía alterado en el escenario.

—Gokú —susurro pegada al hombro de su prometido. Tenía un mal presentimiento. Algo andaba mal. ¡El castillo estaba en llamas! ¡Su vestido!


Palabras: 716.


N/A: Aquí termina el segundo drabble. Espero que les haya gustado :)

Nos vemos en la próxima! Adiós!