Capítulo 4: Invitación

-¿Me invitas?- el asombro bajo ese repentino cambio de humor no pudo faltar. ¿Acaso había escuchado bien?

-Vamos Vaquero…- primero se sentó a su lado, pero se separó bruscamente al pensar que era una negativa, especulando que era un hombre realmente extraño. Primero la molestaba con no ver ese Film, y ahora se quería quedar a verla -¿quieres ver la película? Según tú es muy fem…

-¡NO!- soltó rápidamente Trunks. –No… es que, ¿quieres invitarme a salir?

-No quiero, te estoy invitando- rió levemente -¿acaso Trunks Brielf tiene miedo de ser invitado por una chica?

-Nunca tendría miedo ante eso… sólo que es raro.

-¿Raro? ¡Nel! Tú eres el raro.

-En serio… invitar a un hombre suena muy inaudito.

-No deseo saber el porqué dices eso- se levantó –y me vale. Así que levántate y en 5 minutos te veo en el elevador- suspiró al ver esa cara de "¿estás hablando en serio?"- ¡Ah! Y antes de que se me olvide… amarra a tu cosa esa… no creo que le agrade la sorpresa que le tiene Lucybell esta vez

-¿Me has llamado Dahia? la tercera voz generó una gran risa en Trunks y un sonrojo a Dahia. ¡No de nuevo! Ya le había pasado muchas veces y aún seguía con lo mismo. Llamar sin querer a su agenda personal enfrente del vecino ya era una costumbre del diario…

-No… no Lucybell… lamento el molestarte- tomó un cojín y se lo lanzó a su visitante, pero no contó con que él tenía buenos reflejos y le regresó el ataque… impactándole su proyectil en su rostro.

-No hay problema-

-¡Hahahahaha!- Trunks estaba que se moría de la risa… sí que Dahia era graciosa.

-¡No te rías!- se acercó rápidamente y golpeándolo fuertemente con otro cojín, logró acertarle un buen golpe en su costado -¡A cualquiera le pasa!

-Dahia… Dahia… Dahia…- la miró y nuevamente se puso a reír –Si "cualquiera" se llama como tú, te creo.

Como respuesta, obviamente, fue una guerra campal con las almohadas y cojines. Esta vez, Dahia fue la ganadora… ¿la razón? Logró derrumbar el hombre que estaba sostenido en una de las sillas de la mesa. ¡Gran error! Un fuerte cojinazo logró mover la silla y con eso Trunks cayó de espaldas.

Después de levantar a su nuevo amigo, arreglar el desastre que hicieron con tanto juego y prepararse, salieron del departamento hacia la ciudad. Hasta eso fue bueno que Trunks viviera en esa ciudad por tanto tiempo. Así pudieron visitar algunos lugares tan entretenidos: en el parque nacional, Dahia aventó a un distraído Trunks hacia el reluciente pasto, ganándose una de las tantas corretizas de la vida, aunque esta no duró lo suficiente por el hecho de que ella fue golpeada por un platillo volador para perro… el pobre hombre la tuvo que cargar algunos minutos antes de que ella recobrara la conciencia.

Con ello su hambre se hizo presente y fueron a comer unas hamburguesas con papas fritas… ¡y ahí Trunks conoció la primera y espeluznante vez cuando una mujer le invita algo y no paga nada!

Esa vez no hubo molestias de ninguno, ya que decidieron criticar a todos los que pasaban por la ventana… desde solteros con cara de "no me hables" hasta la bella pareja de ancianos.

-¡Mira ese!- comentó Trunks después de comerse una papa.

-¿Cuál?- recibió una respuesta con algo de cola en su boca.

-El chico de la chaqueta negra- le señaló disimuladamente.

-¡Por Dios!- aterrada comentó –¡Tiene la cara de Satán! ¡Mira sus chinos!- el tono de espanto hizo reír fuertemente al Brielf.

-¿Tanto le odias?-

-No te imaginas cuánto- terminó todas sus papas –se tomó como suya una victoria que no se merecía.

-¿A qué te refieres?- tenía que esconder perfectamente su asombro ante esas palabras.

-No sé la verdad quienes fueron esas personas que salvaron a la tierra en todas esas ocasiones, pero escúchame cuando te digo que él no hizo nada. Es un debilucho que ahora se cree el mortal más fuerte del mundo… si supiera que conozco hombres y mujeres que le patearían el trasero sin piedad…- rió fuertemente –y no solo eso.

-Me da miedo pensar en lo que le pueden hacer a Mr. Satán.

-Pues, que miedoso eres- ella le miró con recelo… ¿acaso este hombre estaba loco? –y lo peor de todo es que me caes tan bien…

-¡Oye! No es… bueno, sí es miedo. Entiendo que no aguantes a Mr. Satán por lo que ha hecho pero sin él el mundo sería otro… por esa razón yo no puedo odiarle.

-Dime que no escuché eso- la mirada asesina de ella le hizo reír de nuevo -¡no es gracioso! ¿Por qué no puedes odiarle?

-Porque una de mis mejores amigas es nada más ni nada menos que su hija… y ni hablar de su nieta.

-¿Hi… hija? ¿Nieta?- estaba completamente desconcertada –No cabe duda que me he hecho amiga de un lunático.

-¡No soy ningún lunático!- se debatía ante una gran risa o un gran bufido… ¿desde cuándo ella hacía pucheros por las personas que él conocía?

-Sí lo eres… pero igual, ahora eso no importa, todos tenemos defectos… aunque los tuyos son mucho mayores que los míos.

-Eres imposible- de acuerdo, reiría… Dahia era única, ya no había duda.

-Bien, ya que lo has entendido, ahora vamos por un café.

-De acuerdo.

Tiraron su basura y se dirigieron a la cafetería más cercana. En el camino disfrutaron del maravilloso clima que se presentaba en esas tardes de primavera. Caminaron lentamente disfrutando del espectáculo que estaba a sus alrededores y por fin encontraron su destino final… un Cofeehaus.

Se adentraron rápidamente y estando enfrente del mostrador decidieron por algo caliente: un mocha y un cappuccino.

-Son 6 dólares- les dijo la cajera. Realmente habían sido 7, pero al ver a tan maravilloso espécimen masculino…

Molesta. Realmente no podía estar ni un minuto con Trunks sin que alguna mujer le mirara y se le insinuara. ¿Acaso él no se daba cuenta? Conociendo su inocencia en esos casos encontró la respuesta correcta. ¿Por qué se sentía así? No lo sabía, pero eso si… ¡odiaba a todas! Aunque no las culpaba, realmente Trunks era demasiado guapo… agregando su sencillez y calidez humana. Sonrió internamente al darse cuenta que él era su amigo.

-Aquí…- la morena estuvo a punto de pagar gustosa… ¡otra cosa le invitaría a ese hombre! Pero una mano blanca se interpuso entre ella y la cajera.

-No, cóbrese de aquí- Trunks no dejaría que ella pagara, ya había hecho mucho con sacarle y divertirse de lo lindo... además le debía las 3 hamburguesas que se comió. La cajera ni chistó ante ese acto y tomó rozando la mano del Brielf la tarjeta de crédito.

Ahora estaba molesta con él. ¿Cuándo Kami-sama le ofrecería un hombre (amigo o pareja) que entendiera que ELLA invitaba? -Momento… ¡¿QUÉ DEMONIOS CREES QUE HACES?!- Ante el grito molesto de Dahia, todos los presentes la miraron con asombro.

-Da…- Trunks quedó atónito ante la extraña reacción de su vecina… ¿Qué era todo eso?

-¡Tú!- mirando al ojiazul –Ni se te ocurra pagar- mirando con furia a la cajera –Y tu… ¡REGRESA ESO QUE TIENES EN LA MANO!

-Pero señorita yo tengo que…- calló ante la mirada fulminante de Dahia, regresó la tarjeta a su propietario.

-Aquí tienes lo de los cafés- Dahia sacó 10 dólares de su cartera y pagó. Segundos después de recibir el cambio de unas temblorosas manos miró a Trunks con reproche, incrédula ante la acción del hombre -¿Por qué demonios has hecho eso?

-¿Hacer qué?- aún no entendía nada de lo pasado.

-Ash… todos los hombres son igualitos… ¡Qué horror!- tomó los cafés de la barra e indicándole con la mirada, hizo que él le siguiera. Cuando encontraron un lugar libre para dos en la parte de afuera del local, le dio el café a su dueño y miró fijamente esos ojos azules tan confundidos. –Vaquero, no tengo ni la menor idea con qué tipo de "amigas" normalmente te rodeas ni mucho menos lo que les das…- agachó la mirada, perdiéndose en su frappé –pero no quiero que pagues cuando te digo "te invito"- vio a Trunks de nuevo y se sorprendió por el asombro de él -¿Somos amigos, no? Entonces entiende de una buena vez que a mí no me importa si puedes pagar o no un café… si tienes o no tienes dinero y…- mirando a unas chicas que se insinuaban a su amigo de una manera que generó rabia en su ser –que un par de estúpidas operadas crean que les vas a hacer caso con esos movimientos tan ridículos y obscenos- rió al ver las muecas de desprecio de esas, antes de alejarse –lo único que espero de tu parte es tu amistad... así que hazte a la idea de que te invitaré muy seguido.- Sonriéndole –Como el amigo que eres, olvida un poco tu cartera y págame con tu sonrisa… ¿Acaso es mucho pedir?

-Como mucho- no tenía palabras ni siquiera para contestarle.

-Y yo tomo mucha cerveza- sentenció con el mismo tono de voz -¿Y? Vamos vaquero, acepta que una mujer puede ver algo más en ti que tus millones o la cara bonita que tienes… lo único que quiero que sepas es que en estas semanas te has vuelto un gran amigo mío. Así que quita esa cara de idiota que tienes y disfruta lo que te he invitado…- tomó un gran sorbo a su café y sonriéndole -¡tómate tu café! Ya que soy también adicta a la cafeína y te lo puedo robar.

¡Y cómo quería que quitara esa cara si nunca se esperó esas palabras! No supo qué contestarle… simplemente era demasiado fuerte saber que ella lo único que buscaba era amistad. ¡Wow! Nunca cambiaría a su vecina por nada… en verdad se sentía bien con ella, deseando ser su amigo por mucho tiempo.

-Si te tomas mi café tendrás que comprarme otro.

-No me importaría, al fin y al cabo, yo soy la que te lo pagaría.- Le buscó con la mirada para sonreírle después –Me da gusto que entendieras.

-Entendí… sólo que no me voy a dejar invitar tan fácil- ahora le demostraría lo agradecido que estaba por esas palabras –déjame llevarte a cenar.

-No. Hoy es el día de "Dahia invita".

-Hm… pues te puedo decir que no- le quitó a Dahia su mocha y con gusto le dio un gran sorbo, haciendo que ella abriera sus ojos con asombro. ¡¿Estaba tomándose su deliciosa bebida?!

-¡TRUNKS!- se levantó "molesta" y sonriendo con malicia se encaró a Trunks, el cual había dejado de robarle para ofrecerle nuevamente su bebida –Con que quieres un mocha.

-Se me antojó el tuyo…- se extraño al verla con esa risa que le indicaba que no planeaba cosas tan sanas… -Espera… Dahia, era broma…- entendió de pronto sus planes, pero lo hizo demasiado tarde. Dahia se había acercado a la cafetería de nuevo y cerrándole la puerta en su cara, vio con horror que pediría otro café -¡Regresa inmediatamente mujer!- intentó abrirla pero por una extraña razón no pudo. Ni siquiera una pareja que deseaba salir logró abrirla… ¡Esa Dahia se saldría con la suya! ¡No era posible!

5 minutos después, ambos se encontraban caminando, Trunks con su segundo café y… ella con su segundo café, completamente feliz porque se salió con la suya.

-Ahhh…- suspiró resignado Trunks.

-¿Qué ocurre?- ella no dejó de ver el camino, deleitándose de ese manjar líquido.

-Nada.

-Pues ese nada no sonó a "nada"- se detuvo, haciendo que él también lo hiciera. Desde que salieron de la cafetería se comportaba de una manera extraña, distante… ¿habrá dicho algo malo?

-¿A qué "sonó"?

-A algo- se colocó enfrente de él y con una mirada seria -¿Qué tienes?

-Planeaba a qué lugar puedo llevarte a cenar- se acercó a ella y cubriéndole su boca con su mano derecha –Y no aceptaré un no por respuesta.

-¿Acaso no vas a dejar el asunto en paz?

-No.

-¡Ash!- tomó rápidamente el residuo de su café y mirándolo con desgana –tú ganas. Me invitarás a cenar.

-¡SI! ¡Lo sabía!- la pose que él tomó para celebrar, hizo que Dahia mirara feo a cuanta mujer pasaba… ¿Por qué tenía que levantar su saco por tener las manos arriba y mostrar su trasero?

Bufó resignada y tirando el envase en un bote de basura cercano a su posición, se le acercó nuevamente y con toda la paz del mundo le miró. -Pero con estos dos cafés he quedado llena… así que, antes de que me pongas esa cara de "mentirosa" vamos a dar una vuelta y con eso nos dará hambre.

-¿Prometes que cenaremos?

-¡Claro!

Y así disfrutaron de la bella noche que se presentaba ante ellos. Visitaron una gran plaza y caminaron por las calles tan concurridas de la ciudad. Ahora fue diferente ya que las luces nocturnas hacían un compás de magnificencia. La gente se dirigía a sus respectivos objetivos de una manera alegre, llena de paz.

¡Cuánto necesitaba eso! Realmente sentirse en paz y disfrutar por lo menos unas horas de la belleza de la ciudad, agregando la grata compañía de Trunks.

Él la llevó por lugares que eran realmente geniales y cuando llegaron a una pequeña plaza, disfrutaron de un rato de patinaje. Las últimas dos semanas el clima se había enfriado lo suficiente como para generar que todos los jóvenes amantes del patinaje, organizaran algunas actividades con ese deporte.

Aún no había hielo, pero eso no fue estorbo para que esos dos se divirtieran de lo lindo…

-Parecemos dos mocosos de esos- Dahia se había sentado en una de las bancas… ¡tenía mucho tiempo de no patinar!

-Eso no me importa…- se acomodó a su lado –ya que nos hemos entretenido mucho.

-Tienes razón- se encontraba un poco cansada y el dolor en su espalda comenzaba a dolerle… que molesto. Miró su reloj y con una gran sonrisa se dio cuenta que eran las 10:15 pm -¡UFF! ¡Qué tarde es!

-¿Qué hora es?

-Las 10 más quince.

-¡En serio!- se sentía tan satisfecho –no pensé que fuera tan tarde.

-Yo tampoco.

-¿Ahora si vamos a cenar?- era perfecto… sábado en la noche y podría llevarla a donde había planeado, demostrándole lo agradecido por toda esa tarde.

-¿Podemos hacerlo en casa? Estoy muerta- ¿Acaso él no… hmmm, era más que evidente que no la dejaría en paz hasta que pagara su deuda.

-Okay- de acuerdo… tenían servicio a domicilio.

Pasaron 40 minutos para que llegaran a su hogar. Si no hubiera sido que él insistió en ir caminando, estaría ya en casa. Saludaron a los vigilantes y mirándose con una gran risa, ambos, como niños pequeños a punto de hacer una travesura, corrieron para ver quien llegaba primero al elevador. Trunks fue el ganador esta vez. Así que apretó el botón e inmediatamente se abrieron las puertas del ascensor.

-¡Ganaste!- Dahia se recargó en un lado de la cabina, teniendo enfrente a Trunks.

-Si.

Y rieron.

Cuando llegaron a su destino, salieron de lo más tranquilos, pero fue en el preciso instante en que Trunks vio que ella se alejaba a su puerta, frunció el ceño y con una voz seria le preguntó: "¿a dónde crees que vas?".

-Trunks, en verdad estoy cansada… te recuerdo que me levantaste hoy muy temprano. Así que, mañana nos vemos.

-¡A no!- se acercó a ella -¿Y la cena que te debo?

-Verás, hoy comí mucho: comida china, hamburguesas y dos cafés…- acariciando su panza -¡Es mucho! Así que… por hoy no más comida.

-¡¿Qué?!- esta vez le había jugado sucio… ¡Dahia era una tramposa! -¡Me engañaste!

-No, no lo hice- abrió la puerta de su hogar bajo una gran sonrisa –Yo te prometí que dejaría que me invitaras a cenar… pero jamás afirmé que sería hoy. Aprende a escuchar vaquero

"¡Tramposa!" fue el único pensamiento de Trunks. Por primera vez en toda su existencia le habían jugado tan sucio y de esa manera... aunque fue cierto, él creyó inocentemente que ella había caído, ¡qué ingenuo!

-Me engañaste, pero como quieras… al fin y al cabo te perderás de una excelente cena.

-Deja de ser orgulloso- se acercó a él y con un beso en su mejilla –Descansa, y muchas gracias por lo de la tarde.

-Ahora estoy seguro que no la merecías.

-¡Lero, lero! Lo siento vaquero… hasta mañana.

-Hasta mañana Dahia- dejó que ella se alejara y con una gran sonrisa –Pasaré por ti para desayunar.

-Me parece perfecto.

Y así adentró a su hogar. No cabía duda que era el mejor día desde que llegó a la ciudad. Aventó sus zapatos al cerrar la puerta y con una pereza sin igual, movió su mano al interruptor… pero no logró encender las luces.

-¿Lucybell?- la morena caminaba entre la oscuridad preocupada ante esa falta de luz. -¿Lucybell?

-Buenas noches Dahia, ¿qué tal tu día?- la mencionada pudo calmarse después de escuchar esa voz.

-¿Por qué no hay… aaaaaaaaaahhhhhhhhh!-

¡PAZ! Un fuelte golpe se escuchó. Sin saber el porqué, Dahia tocó el duro y firme piso al tener en su pié una cosa desconocida. Al principio quedó acostada por el dolor que se presentó en su hombro, espalda y cuello… sin embargo gritó como loca al entender la razón de la falta de luz.

-¡Giru!- y como lo supuso, tomó a un desmayado, achicarrado e inmovible robot. "estoy en problemas" pensó ella al darse cuenta de lo que había causado.

Como pudo se levantó y con la mayor pena del mundo, se acercó al centro de carga y logró activar nuevamente la energía en su departamento. Tomo nuevamente sus zapatos y corriendo a la puerta de al lado tocó fuertemente.

-¿Acaso te arrepentiste de la cena?- la voz masculina sonaba realmente alegre.

No, no es eso… verás- Brielf abrió la puerta, haciendo que ella escondiera al robot detrás -¿Te acuerdas que te dije que mantuvieras alejado a cierto amigo tuyo de Lucy?

-¿A Giru? Sí, si me acuerdo.

-Pues…- le puso enfrente de Trunks a Giru, absorbiendo una cara de espanto y horror -¡Se le ocurrió meterse con Lucybell! Le cayeron 2000 volts… lo siento.

-¡¿2000 volts?!- de acuerdo, esa sí que era único y problemático. Pero no podía negar que realmente ese pingo se lo había ganado –Dahia, ¿sabes lo que te va a costar esto?

-No, pero lo pagaré. En verdad lo siento- suspiró resignada, esperando que Trunks no se enojara con ella.

-Nunca me esperé ver esto y mucho menos contigo mujer- la miró con reproche –Pero ahora tengo que solucionar todo esto.- suspiró resignado -Vamos a ver…- la invitó a entrar y con eso ambos se sentaron en lasala –Tengo que confesarte algo. Giru no es un robot normal, así que…- sacó de su pantalón su juego de llaves y tomando un llavero en forma de cristal, se lo colocó en "su boca". –Dahia, júrame que me vas a pagar lo que has hecho-

-Lo juro- realmente se encontraba preocupada.

-¿Vas a acatar todo lo que yo te diga?- siguió para evitar cualquier mal entendido –Con respecto al pago que vas a darme por lo que Lucybell le hizo a Giru.

-Completamente.

-Bien- Con ello ese cristal se iluminó y a los segundos Giru dio señales de vida.

-Giru con mucha energía… mucha energía- el condenado comenzó a volar por toda la estancia, girando y tratando de ubicarse –Energía restaurada al 300%... Giru con energía.

-¡¿QQQQQUUUUUEEEEEÉ?!- a la pobre mujer no podía creer lo que estaba viendo. Por una parte la risota de ese ojiazul y por el otro los movimientos torpes del robot la sacaron de onda… estaba completamente desarmada.

-Dahia, el pago que me vas a dar… es que vas a vestirte formal que saldremos a cenar en 15 minutos- la miró aún sonriendo –Y esta vez no habrá un "no" por respuesta.

-¡TRAMPOSO!

-Llámese revancha. Giru no puede morir por algo por el estilo. En sí puede aguantar más de 6000 volts… ¡Iremos a cenar después de todo!

No había duda alguna: Le mataría y realmente disfrutaría hacerlo sufrir…

Y sin decir ni una sola palabra salió completamente enojada a su departamento. Realmente ese hombre le había ganado pero buscaría la mejor oportunidad para vengarse… y al parecer la encontró en su clóset. Se arregló como pudo por la falta de tiempo y si, a los 15 minutos fue tocado el timbre.

Así que dejó que su cabello luciera una sencilla cola de caballo, luciendo el vestido ajustado y "destapado" color negro que había elegido. Sus zapatillas tenían poco tacón, el suficiente para darle más altura y comodidad en caso de caminar mucho. El chal que tomo era del mismo tono y ahora sí, luciendo una sonrisa de venganza, dejó las indicaciones correspondientes a Lucy y abrió la puerta. -¿Nos vamos?

Venganza. Eso era vil y cruel venganza. ¡Sabía ella que le descuadraban esos vestidos! Y en específico ese. Recordaba cuándo la acompañó a comprarse una serie de vestidos para la reunión de arquitectura de la semana pasada y ese era el específico que a él le había gustado. Con una sesión de pasarela, él quedo impactado por… bueno, ese vestido le había encantado.

Asintiendo con una gran sonrisa se fueron. Esta vez Trunks la llevó a uno de sus restoranes favoritos: Le Cousin. Era un maravilloso restaurante en donde se servía comida francesa exquisita. Lo bueno de todo era que no necesitaba alguna reservación y esa vez podía disfrutar de ese lugar acompañado.

Y como lo predijo en el camino, 15 minutos después estaban sentados en la terraza de la primera planta, degustando de tan bella vista y de la grata compañía.

-Lo admito vaquero… este lugar es hermoso.

-Sí. Es uno de mis restoranes favoritos.

-Claro, entendiendo que te encantan los lugares lujosos y altos, no negaría del porqué de tu felicidad aquí- ella sonreía por estar con él de nuevo. No había sido malo dejarse invitar después de todo.

-Y esta vez, yo pago la cena.

-De acuerdo, pero so…

-Buenas noches- se acercó el mesero, interrumpiéndoles –Aquí les ofrecemos la carta…-

-Muchas gracias- Tanto Dahia como Trunks contestaron tomando la carpeta. Y cuando ella comenzaría nuevamente la plática, sonó el teléfono de su acompañante…

-¿Hola?- Tenía marcando más de 5 veces y apenas se dignaban en contestar… ¡que raros eran todos! Primero le marcan y cuando contesta le cuelgan, y ahora esto.

-Ah, eres tú Trunks… ¡Dónde demonios te has metido!

-¿Eh?- ¿Cómo que en donde? –Papá yo…

-Entiendo, sólo espero que por lo menos ya tengas la noticia de que seré abuelo pronto, o por lo menos que ya tienes a tu hembra humana lista para eso.

-¡PAPÁ!- si que ese hombre no entendía nada. Lo bueno es que Dahia estaba perdida en la carta, ya que no quería darle explicaciones.

-¿Qué?- comentó como si nada –Espero que salgas mejor que el hijo de esa sabandija de Kakaroto… ¡Aún no quieren hijos! Que tontos son.

-Tienes que respetarles, no todos piensan en ser padres… o abuelos.

-¡No me importa! Eres mi hijo y tienes que darme herederos… hablando de eso, déjame advertirte que si vuelves a ayudar a tu hermana a salir con cualquier sabandija de mierda, además de que yo me encargue personalmente de ese insecto, te haré cosas mucho peores con las que te arrepentirás el resto de tu vida por ayudar a tu hermana- se escuchó un pequeño "¡Glup!" desde el otro lado de la bocina -¿Entendiste?

-Completamente.

-Como te decía y antes de que recordarte de mi nieto… tienes que venir a la casa la siguiente semana. Tu madre tiene la estúpida idea de hacer una estúpida fiesta para celebrar la próxima unión de Goten. Así que tienes que estar presente… con tu hembra y mi futuro nieto en camino.

-¡Qué no tengo hembra papá!- no se dio cuenta que el grito que dio generó que todas las féminas presentes le miraran de muchas maneras. Dahia por su parte, dejó de leer la carta para poner atención a semejante plática.

-¡Pues la consigues!- ahora él gritaba molesto –Así que déjate de jueguitos y vienes acompañado… ¡o no respondo!

Y colgó.

-Veo que estás en serios problemas- Dahia le comentó con una gran sonrisa.

Apenas podía aguantar el enojo con su papá. ¿Por qué no le dejaba tranquilo con ese tema? -¿Explícate?

¿En verdad era uno de los hombres más inteligentes del mundo? Pues no se notaba. –Verás, cada una de las mujeres que se encuentran aquí no han dejado de verte desde que aclaraste que no tenías ninguna hembra… aunque eso tiene algo bueno en tu causa.

-¿Y qué se supone que es esa "buena causa"?

-Que vas a ir acompañado.

-¿De todas las que me miran como "yo soy la mejor para ti"?- Alzó la ceja y observando la cara alegre de su amiga se le ocurrió una excelente idea… -¿Por qué no vienes conmigo?