Uno solo
Y ahí iban de nuevo. El decir que realmente el haberse hecho novio de una mujer como Dahia fue sin más una real aventura. Eran ya las 4 de la tarde y esos dos ya le habían generado cuatro travesuras –que por cierto, aún escupía un poco de tierra gracias a ese pastel que NO era de chocolate- y un regaño medio dado de Bahdra ante la 'ruptura' del jarrón de cristal cortado. Para la mayor de las Ritller, ver como su hermana tomó en sus brazos a su hijo y ambos salieron disparados hacia el jardín evitando sus palabras, era del diario.
-Estoy tan impresionado por la capacidad de esos dos juntos.- Trunks comentó con una gran sonrisa.
-¿Estás seguro que te aventurarás ante esas travesuras? Ni creas que va a cambiarlas.- Bahdra sonreía mientras traía un vaso de agua de limón para Trunks y Herman, los cuales estaban cómodamente sentados en el camastro del jardín.
¿Por qué dudaba del sentimiento que le generaba Dahia en su ser y que él mismo sentía? Trunks la miró serio. -Ni lo dudes. Dahia sin esas 'cosas', no es ella y aunque sea increíble, la amo con todo y sus problemas.
-Trunks, entonces bienvenido a la familia Ritller.- Miró a su mujer antes de tomar su bebida. -Aunque debo de aclarar algo importante.- Herman sonrió de lado a lado. –Amor, tú eres más traviesa que mi cuñada… ¿acaso tengo que recordártelo?- Recibió una mirada asesina, haciéndole reír fuertemente. –Te lo dije Trunks, las dos sin igualitas.
-¡HERMAN!- Bahdra se contuvo por la bebé, pero ya tendría la posibilidad de vengarse.
-Vamos mi amor, no te enojes.- Se levantó y ante la risa de Trunks, intentó fallidamente acercarse a su esposa, la cual le soltó un tremendo golpe en su estómago. -¡OUCH!
-Y es lo mínimo que te mereces.
Bajo esas palabras, los tres rieron y se acomodaron de tal manera que observaron tranquilamente como Dahia era embarrada de lodo gracias a Kahn.
. . . . .
¿Desde cuándo necesitaba de esa problemática amiga suya para salir de problemas? Tame se encontraba realmente perdida entre esas odiosas y apestosas coladeras. ¡Estaba enojadísima! Por una parte, el maldito de James no le permitió más equipo que una pequeña máscara de tela y una lámpara; y por el otro, el comandante en curso se estaba tardando tiempo oro en encontrar los verdaderos planos para ayudarle a entrar a ese edificio.
-¿Aún no?- La pobre casi se cae al agua sucia.
- No. no logro encontrar los mapas que me pides. La voz detrás del comunicador sufriría graves consecuencias. De eso se encargaría ella misma.
-Te recuerdo que…
-¡Lo encontré! Lo siento águila blanca, pero…
-¡Cállate y dime por donde ir! Hemos perdido mucho tiempo por tu ineptitud.- Juró que ese desgraciado estaba sudando frío. Suspiró resignada y al escuchar las indicaciones requeridas, logró entrar por debajo del rascacielos SATAN. Tendría solo dos minutos para llegar a la puerta principal y darle entrada a su grupo y tomar 'prestado' los papeles que culpaban a uno de los trabajadores del presidente con el narcotráfico.
Y lo peor de todo fue que, estando ya dentro del edificio, encontró que uno de los guardias la interceptó gracias al horrible olor a cloaca… ¡mataría a todos! Incluido a Joe por burlarse de ella cuando la tuvo enfrente...
. . . . .
-Eso es inexplicable.
No era eso lo que quería escuchar. ¿Por qué Bahdra miró con cierta melancolía a Dahia? Simplemente preguntó por la extraña pero fuerte conexión que Dahia presentó con Kahn y recibió esa respuesta.
Herman, por su parte, sonrió tristemente. -Solamente podemos decirte que gracias a esa conexión, hoy podemos estar todos juntos.
-No entiendo.
-Digamos que… bueno, Kahn le regaló la alegría de la vida mucho antes de nacer. Por ello Dahia siempre dice que es como su 'hijo'.- Bahdra miró a los nombrados y encontró que ambos requerían urgentemente un baño gracias a que el lodo les cubrió por completo simplemente porque se dedicaron a 'construir un castillo de arena'. ¿De dónde sacaron la idea de la arena? –Aunque yo puedo decir que parecen más bien mis hijos. ¡Hacen más travesuras juntos que bonanzas!
-¿En serio? ¿No me digas?- Trunks estaba completamente asombrado. –Es impresionante y si, tienes razón, no se puede explicar.- Se acomodó mejor en su asiento para poder continuar. -Lástima que Dahia no me lo haya contado con ese lujo de detalle. Hubiera sido más fá…
-Trunks, esa etapa oficialmente Dahia no la recuerda. Es por ello que no te lo dijo y te pedimos que ni lo menciones.
-¿No lo recuerda?
Herman se puso serio y se aventuró a contestarle con la mayor sinceridad posible. -Como sabes, ella estuvo años atrás encerrada en un hospital psiquiátrico. Al parecer cuando mi hermana postiza fue encontrada en ese lugar nefasto arrodillada enfrente de Thom, tuvo una severa crisis emocional. Tuvieron que dormirla para tranquilizarla y estando ya en el hospital, presentó un tipo de esquizofrenia inflexible gracias al ser testigo de cómo mataron a casi todo su equipo. Literalmente estaba en su propio mundo, ausente de todos los que la rodeábamos.
Bahdra en cambio, tomó más de su limonada intentando que sus hormonas no reaccionaran ante el recuerdo. -Y eso fue aumentando los tres primeros meses. Nosotros no supimos qué hacer o a quién recurrir. Por un lado estaba mi bisabuelo, pero él simplemente desconocía del trabajo de Dahia y el advertirle causaría muchos problemas dentro de la familia. Ahora bien, por el otro nos enteramos en esos días que estábamos embarazados de un mes, generando que mis estadías fueran más duras que antes.
-Entonces, ¿la…?
-No Trunks.- Herman miró a Trunks melancólico. -No nos atrevimos a alejarnos de ella. Yo pedí algunas semanas de vacaciones y me quedaba con ella mientras que Bahdra intentaba relevarme cuando yo no aguanté más o tenía que ir a la oficina.
-Fue realmente agotador.- Bahdra miró con melancolía a su cuñado y le puso su mano en su hombro. Descubrió el amor que tenía por su hermana en sus ojos preocupados. –Y nada fácil. Estando yo en el quinto mes de embarazo, Dahia tuvo una fuerte recaída por la visita inesperada de León y llegó a un grado tal que ni siquiera la enfermera podía acercarse. Tenía un pánico catastral… y si no fue porque sintió a Kahn, no sé qué hubiera pasado.- Sonrió ante esos zafiros atónitos. –Si Trunks, ella se acercó a él…
Estaba acomodada como siempre en ese gran ventanal observando el jardín central del hospital. Bahdra entró tranquilamente intentando no llamar la atención de Dahia y alertarla. Logrando su objetivo, se fue acercando de tal manera que las dos se encontraban casi de frente.
-Hola hermanita, ¿cómo te encuentras hoy?- Bahdra dejó pasar algunos minutos para comenzar a hablarse. El doctor Hito le comentó que era excelente para ella el que la acercaran un poco, no obstante estaba tan preocupada por la desnutrición de Dahia y su aspecto tan desfavorable. –Me dijeron que hoy quisiste comer gelatina.
Nada. Como siempre el silencio entre las dos estuvo presente. Lastimosamente esa recaída había causado que ni siquiera ella le mirara y que la única cosa que le interesaba a su hermana fuera ver el nada a través de esa gran ventana. No comía y a duras penas aceptaba algo de agua.
Intentó no llorar. Tuvo que ser fuerte para su hermana y para su bebé. Se acomodó mejor en la pared recargándose de tal manera que su vientre estuviera cómodo y que el bebé dentro de su ser pudiera tener el espacio suficiente para su libre movimiento. A los segundos, sintió nuevamente como su pequeñín se movía, perdiéndose en esa gran felicidad. Bahdra cerró los ojos mientras que se llenaba de esa fortaleza que tanto necesitó.
-Ni-niño…
Bahdra abrió los ojos de sorpresa y encontró que Dahia había cruzado sus pies y los había abrazado con sus brazos para poderla ver mejor. Cuando ambas miradas chocaron, la mano de su hermana se separó lentamente de su posición para acercarse a ese gran vientre y lo acarició tan suavemente como pudo.
-…gracias a Kahn, ella poco a poco fue recuperando la consciencia. Recuerdo que, tres semanas después de eso, amanecí gracias a las caricias que Dahia me regaló en mi rostro y me sonrió bajo su: 'Hola monstruo'.
-Y desde ahí, ni siquiera separados por dos horas de camino y por vivir varias ciudades entre nuestros respectivos hogares, pueden estar desconectados. Normalmente tenemos que aguantar que esos dos 'hablen' por horas y sabes lo más sorprendente, es que mientras Dahia hablaba, Kahn balbuceaba.
-Sí, lo noté ayer. Tuve que amenazarla que vendría sola para que me hiciera caso.- Trunks miró a su novia y sonrió orgullecido. Después de todo lo que sufrió, siempre le regalaba esa sonrisa tan franca.
-Pero eso es algo que no recuerda.
-No importa Herman, no pienso mencionarlo. Lo prometo. Gracias por la confianza.
-No lo agradezcas. Es bueno que sepas de la vida de nuestra hermana… Aunque más te vale mantener sigilo con lo que te dijimos, ya que como su cuñado, te haré sufrir si lo sueltas.
Trunks se sintió súbitamente amenazado por esa miradita llena de furia de esos dos. ¡¿No que no mordían? Bahdra se unió a su marido. -Y ni quiero comentarte lo que YO te puedo hacer, cuñado.
-Bahdra, con todo el respeto que te tengo por ser la mayor, ¡no amenaces a mi novio! Soy la única que puede hacerlo.- Dahia llegó con Kahn en brazos.
-¡Lo siento! Pero eso es casi imposible. Será de ahora en adelante uno de mis pasatiempos favoritos.- La mayor se justificó, ganándose miradas entre asombradas, resignadas y alegres.
-¿En qué problema me he metido? ¡Dahia ayúdame!- Trunks se preguntó una vez más, recibiendo un beso de lejos por su comentario. Y liberó su sonrisa ante la alegría de esas dos mujeres problemáticas.
-No sé de qué hablaban y supongo que no me van a decir, pero…- Dahia dejó que Kahn corriera para ensuciar a su padre mientras que ella abrazó a Trunks y hacer que él hiciera lo mismo con ella gracias al pequeño beso que le dio. –Te amo y no creo que eso sea un problema. De todas maneras, para estar precavidos ante esa amenaza, no te separes de mí y verás que estarás protegido siempre.
-Yo también te amo y prometo jamás separarme de ti, aunque me manches con lodo.
-Y con gusanos también.- Kahn sonrió al ver la cara de horror de su madre. -¿Mami te enojaste conmigo? Es que tía Dahia me…
-¡Váyanse a bañar! No los quiero ver mugrosos por toda la casa.- Sintió unas fuertes nauseas. Ante eso, corrió para tomar su vaso de jugo y se lo tomó de un solo golpe. Inmediatamente miró a todos los presentes que la observaban extrañados. -¿Qué? ¿Acaso no habían visto antes a una embarazada exigente?
-Sí, es sólo que tus humores cambian de un segundo a otro. Eso nunca lo había visto en ti.- Dahia no se separó de Trunks y le manchó más sin querer.
-Solo váyanse a quitarse esa mugre.- Sonrió victoriosa ante su ocurrencia. Desde hace algunos días tenía ganas de sacarle cierta información a su hermana con respecto a su relación y qué mejor oportunidad que esta. –Métanse a bañar tú y Trunks mientras que…
-¡EHHHH!- Los dos se separaron completamente ruborizados. Ante eso, Herman movió la cabeza negativamente al sospechar la razón de ese comentario.
Bahdra logró su cometido. Sonrió victoriosa y comentó como si nada. -¿Qué tiene de malo lo que dije?
-Bueno, es que no… nosotros…- Trunks estaba completamente ruborizado. Era un hecho que eran pareja, pero aún no… ¡Kamisama! Odió en esos momentos al maestro Roshi por recordar exactamente sus palabras en el instante que vio a Dahia en la boda de Goten: 'Ahora entiendo el por qué rompiste tu celibato, ¡felicidades!'. Su mente comenzó a jugarle realmente mal…
-Eres una… ¡Chismosa! Vamos a tomar una ducha en regaderas SEPA… ¡Eso no te importa! ¡Vámonos Trunks!- Sintiéndose desfallecer por el comentario de su hermana, tomó la mano de su novio e intentó alejarlo. Ese aspecto en su relación sería solo de ellos.
-Papi, ¿por qué se enojó tía Dahia con mamá?- Kahn, en cambio, no entendió nada. ¿Qué tenía de malo que sus tíos se bañaran juntos? Él lo hacía con su papi o mami y se la pasaban de lo lindo por todos los juegos que desarrollaban gracias a la espuma del jabón.
Herman besó la cabeza de su pequeño y dejando a Bahdra muriéndose de la risa, llevó a su primogénito a su habitación y preparar así su ducha. -No se enojó. Es problema de mujeres, ya las entenderás cuando seas grande.
-Yo ya soy grande.
-Cierto, pero te falta crecer mucho más.
-¿Cómo tú papi?
-Así es.- Y se llevó a su hijo.
No obstante tuvo que salir corriendo para perseguirlo algunos minutos después. Su muy condenado hijo salió completamente desnudo en búsqueda de su nuevo tío ya que deseaba bañarse con él para conocerle mejor. ¡Estaba en problemas! En el preciso momento en que Kahn abrió la puerta de la recámara de su tía, ambos encontraron con que Dahia estaba muy abrazada a su novio y Trunks intentaba fallidamente pegarla más a él por tenerla sostenida de la espalda y cintura. Los dos no portaban ningún tipo de blusa o playera. Aunque ella aún portaba su sostén, le dio a entender a Herman que esos dos si querían ducharse juntos… y algo más.
-¡Tío Trunks!- Tomando en cuenta que Kahn era demasiado inocente y desconocedor de esos 'aspectos' de pareja, gritó fuertemente, generando que Dahia brincara dos pasos hacia atrás y que Trunks cayera fuertemente al suelo.
-¡KAHN!- Ooh Kamisama. Estaban los dos a punto de… Dahia tomó la camisa de Trunks y se la puso mientras que el nombrado intentaba respirar profundamente y calmar sus hormonas.
-¡Lo siento!- Herman, en cambio, intentó huir con su hijo, pero este era muy hábil y se escabulló de tal manera que abrazó a Trunks.
-¿Quieres bañarte conmigo? ¡Así te presento a mi patito!
¡Kamisama! ¡Les cachó en una escena nada favorable! Quería que la tierra se lo tragase. -S-si, claro.
-¡SI!
Dahia estaba respirando más de la cuenta. ¡La culpa la tenía Bahdra! Después de ese comentario tan 'seductor', ella lo alejó de todos e intentó calmarse bajo un abrazo, pero después de un delicioso beso y sus propias palabras: '¿Y si le hacemos caso?', desató tanta pasión que por poco… ¡Quería desquitar su pena! Se acercó a Herman y viendo como el pobre de Trunks estaba en las mismas condiciones que ella, decidió que no intentaría nada en la casa de su hermana.
Ahora sí que se pasó Kahn. Herman simplemente la miró y encontró esa sonrisa que hace mucho no veía. -Lo lamento en verdad, pero se me escapó de mis manos.
Suspiró alegremente. Aunque Kahn interrumpió ese momento, estaba feliz de ver a Trunks intentando fallidamente cubrir a Kahn con una toalla, el cual comenzó a correr por toda la habitación. -No importa.
-¿Quieres que me lo lleve?
-Ooh sí, claro. ¿Qué no te das cuenta de que tiene tan entretenido a mi novio? Déjalo, así nos calmamos todos.
-Como digas. Los esperamos a cenar.- Y salió con Dahia.
-Dios, por poco es mío.- Después de ducharse en la recámara de sus hermanos, disfrutaba de la vista del bello jardín estando recargada en el gran ventanal. Se sentía tan feliz ya que había encontrado lo que pensó que jamás tendría: amor de una gran familia y el amor de un gran hombre. Era un hecho que sus padres y hermanos las querían mucho, pero el saber que sus cuñados y ahora sobrinos la recibían con los brazos abiertos, le llenó de tanta paz… y Trunks, ¿cómo un chico tan distinguido y elegante se fijó en una mujer que apenas se interesaba en la moda y era tan sencilla? ¿Qué le habrá visto? Y lo más importante… ¿realmente querrá seguir con ella?
-Preciosa, nuestros hombres están listos para la cena.- Bahdra entró lentamente y notó la atmósfera melancólica que tenía Dahia. -¿Vienes?
-Claro.- Se separó de la ventana y le sonrió a su hermana. -¿Quieres que te ayude en algo?
-No te preocupes, ya todo está listo… aunque la verdad tengo que decirte algo, aprovechando que estás sola.- Se colocó a su lado y poniendo su mano en el hombro de la menor, continuó. –Preciosa, tienes que decírselo hoy si no quieres que el abuelo lo haga.
-Lo sé, pero no sé cómo hablar con él… ¡tengo tanto miedo!
Comprendió el desasosiego de Dahia ya que ella pasó por ello. –No puedo decir cómo reaccione Trunks, pero lo que sí te puedo comentar es que confíes en lo que ambos sienten. Eso te ayudará.
-Ese es el problema.
-¿Qué problema?- Para cuando ellas lograron ver al pequeño chismoso, Kahn corrió a los brazos de su madre. -¿Tienen problemas?
-No mi vida, no tenemos ningún problema.
-Entonces, ¿por qué lo mencionaron?- Kahn las miró serio, con duda, enterneciendo a las mujeres.
-No debes de preocuparte mi cielo, tía Dahia tiene que solucionar un pequeño detalle antes del baby shower de mañana.
-¿Segura? Porque sabes que cuentas conmigo, tía.
-Gracias mi amor.- Besó su frente y le abrazó, estando completamente feliz. –Vamos a cenar que ya es tarde.
Y con ello todos cenaron panqué de naranja con un atole de vainilla. Estuvieron juntos hasta que, acostando a Kahn y a Bahdra, la cual quedó perdidamente dormida en el sillón a la mitad de una plática, Trunks le pidió a Herman si le daba permiso de llevar a Dahia al jardín para hablar con ella. Obviamente recibió un sí y ante ello, tomó la mano de su amada y se dirigieron al jardín.
-Es hermoso este lugar.- Trunks comentó con una gran sonrisa. Aunque por dentro se sentía realmente mal por presenciar esos nervios de punta que se exteriorizaron desde que pasó lo que… ¡rayos!
-Sí, lo es.- en cambio, Dahia estaba nerviosa, demasiado para ser verdad.
-¿Qué tienes? Te he notado rara desde hace rato.- Trunks la abrazó fuertemente y la estrechó en su regazo.
-Trunks, yo…- Se dejó abrazar, intentando no temblar ante sus nervios. –Tengo que hablar contigo…
-Lo siento Dahia.- La abrazó más fuerte, interpretando de otro modo los nervios de su novia. –Lo lamento tanto.
-¿Perdona?
-No quise apresurar las cosas, es sólo que yo no…
-¿De qué estás hablándome?- Se separó de él y encontró tristeza en sus ojos. –No te entiendo.
Suspiró pesadamente antes de contestarle. No supo cómo logró verla a los ojos recibiendo asombro en esos chocolates. -Me dejé llevar y no debí de apresurar las cosas y yo no…
-¡No Trunks!- Ella, interpretando hacia dónde iban esas palabras, le interrumpió rápidamente colocando ambas manos en el rostro de él y le besó, primeramente lento y después degustó de ese sabor masculino. –Lo que pasó hoy no fue nada malo, al contrario…- Agachó la mirada apenada, provocando que Trunks sonriera tranquilo. -…yo quiero que pase, pero no ahora.- Le volvió a mirar y aún con el gran rubor en su rostro, continuó preocupada por el gran suspiro que dio su novio. -¡Pero no me mal interpretes! Digo que nosotros vamos a… cuando tengamos que hacerlo… y yo… bueno…
-Tranquila, te comprendo perfectamente.- Ahora él la besó tranquilamente. Cuando se separó de ella, apoyó su frente en la de ella y le besó la nariz. –Será en otro lugar y otro momento, dejándonos llevar. No corro prisa, en verdad.
-Gracias por entenderme.
-Para eso estoy, mi preciosa.
Le abrazó fuertemente, sintiéndose bendecida por la pareja que tenía entre sus brazos. –La verdad, no quiero que Bahdra tenga armas para que nos moleste como lo hizo hoy.
-¡Cierto! Seremos la comedilla de la familia completa.- Serio. –Si no es eso lo que te aflige… ¿qué tienes?
-Pues yo…- Se volvió a separar de él y, mirando la pequeña banca, decidió que lo mejor era hablar tranquilamente con él. Tomó su mano y entrecruzándola, se dirigieron a ese lugar. Fue hasta que se sentaron cuando continuó. –Trunks, tengo que decirte algo muy importante…- y le puso un dedo en su boca antes de que él comentara algo. -…y necesito que no me interrumpas hasta que termine.
-De acuerdo.
-Pues bien.- Guardó silencio y acarició la mano blanca que tuvo a su merced. –Cuando te dije que no era una chica normal… fue en serio y literalmente. Es gracias a la herencia que he obtenido gracias a mi padre.–Notó que Trunks quiso comentarle algo, por lo que continuó rápidamente, ya no hubo paso atrás a su confesión. –Mi tátara, tátara, tátara, tátara abuela llegó a la Tierra por problemas en su familia cuando tenía 17 años y…- suspiró antes de continuar. –…y se casó con Frank Bieber algunos años después. Con ello comenzó esta herencia de la que tengo que hablarte.
-¿A sí?
-Si… es una herencia, cómo decirlo, fuera de lo normal. Por lo menos en este planeta.
-Dahia, sé que te prometí que no interrumpiría, sin embargo no tienes que ser tan seria. Entiendo que eres demasiado libre y que…
-Trunks, no me interrumpas.- Ella le miró con reproche, haciéndole reír fuertemente. -¡No te rías! Estoy hablando en serio.
-Y yo también hermosa. ¿Qué puede ser ese 'secreto familiar' para que te ponga de esa manera? Dudo que sea algo que temer.
Le miró seria, moviendo la cabeza negativamente. -¿Puedes dejarme continuar?-
-Lo siento, perdona.
-Bien. Amor, como te iba diciendo, ella tiene ciertos dones que pasó a sus hijos y a la generación que hoy vive… que me afectan a mí y lo hará con mis hijos.- Se sintió frustrada al ver incredulidad en esos ojos masculinos. –Digamos que mi carácter nació gracias a ella.
-¿Dones? ¿Tu carácter? No te entiendo.
-Soy una… cómo decirlo, soy una br…
-¡Oh vamos Dahia! Entiendo que tienes un carácter explosivo y que tu enojo puede llegar a unos límites extraordinarios, pero así te amo y no tienes que decirte de esa manera. Está fuera de lugar.
No le creyó. ¿Por qué su vida era tan difícil? Se levantó realmente frustrada y molesta. –Entonces no me crees…- Se agachó para tomar unas cuantas piedras y al estirar su mano para dejarla a la vista de Trunks, continuó lo más seria que pudo, asombrando al Saiyajin. –Espero que te des una pequeña idea de lo que realmente soy. Pero antes, tengo que aclarar algo. En mi caso, no tengo todas las características que deben de tener los míos… digamos que me he dedicado a desarrollar otras partes que realmente me agradan y son más prácticos. Odio hacer pócimas y por lo tanto no puedo catalogarme con ese título, es demasiado para mí.
Y sin más, logró mover lentamente esas piedras de tal manera que generaron una bella danza a unos centímetros de su mano.
¡Por Dende! No pudo esconder su asombro. La única persona que logró asombrarle de esa manera fue Uranai-baba cuando tenía 11 años al intentar hacerle una travesura junto con Goten, saliendo volando por la ventana a una gran velocidad, pero era realmente imposible. -E… eres… e…- Trunks tenía los ojos bien abiertos, observando incrédulo lo que Dahia estaba haciendo. -…una…-
-Sí, lo soy.- Ella quitó la mano y dejó que las piedras cayeran libremente al suelo. –Aunque mi tátara abuela lo es completamente.- Se sentó a su lado y como si nada continuó, sin percatarse del caos que se encontraba Trunks. –Digo, mis poderes se basan únicamente en la telequinesis y la telepatía. Bahdra es mejor en eso de las pócimas más todo lo demás. La verdad eso no se me da para nada.
-…Bruja.
-Trunks, ese término sí que es anticuado y feo, aunque lo acepto, al final de cuentas no encuentro otra palabra que lo defina mejor. Además la mera verdad, la única 'bruja' real es Uranai-baba. Nosotros somos, cómo decirlo…- Le miró sonriente, detonando una caída en su pareja ante la impresión. -…aprendices de magia.
La miró anonadado, entendiendo los nervios de ella ante la revelación de ese secreto. –Ooh, Kami.
Se acercó para levantarle, pero él estiró su mano. -¿Trunks?
-Dahia, yo…- Se levantó como pudo. –No puedo creerlo.
-Lo sé y necesitaba explicártelo antes de que conocieras a toda mi familia.
-¡Eres una bruja!- Se levantó rápidamente y la miraba como si no la conociera. Estaba realmente asombrado y atontado ante tal relevación.
-Sí, Trunks, lo soy.
-No… no puedo creerlo.
De pronto comprendió algunos aspectos extraños en Dahia. Por un lado estaba esa raro Ki que ella tenía. Era más fuerte que otros humanos normales, pero a la vez, era más tenue con respecto a su intensidad, la cual aumentaba en pocos momentos, tales como el día en que ella le invitó un café por primera vez… o cuando Milk se iba a caer por las escaleras en la boda de Goten y Pares, la cual logró llegar al piso sin alguna herida aun teniendo el cuchillo del pastel en manos.
Ahora entendió todos esos cambios, sintiéndose realmente molesto consigo mismo por no darse cuenta de eso y por conocer cierta desconfianza de ella por no habérselo dicho antes… aunque pensándolo bien, nunca hubo desconfianza por parte de ella, más bien…
Dahia, observó detenidamente el rostro de Trunks. Primeramente estaba completamente asombrado por el recién descubrimiento y pasó de sorpresa a seriedad y por último a disgusto, algo que realmente no le gustó. ¿Entonces él realmente no aceptó su secreto familiar? No le dejó de mirar, intentando descifrar algo en su rostro, pero nada. ¿Leer su mente? No, eso no.
Se sentía a punto de llorar. ¿Cuántos minutos habían pasado? Para cuando ella agachó la mirada completamente derrotada, decidió que era mejor alejarse y así darle tiempo a que pensara y meditara lo recién revelado. Lo que no se esperó, fue que él la alcanzara a los pasos abrazándola por la espada. Inmediatamente escuchó una gran carcajada, dejándola con un mayor caos mental del que se encontraba.
-¿A dónde crees que vas? No hemos terminado esta plática. Tengo muchas preguntas que hacerte… y bueno, yo también tengo algo muy importante que confesarte.
Suspiró satisfecha. Bahdra le comentó que Herman reaccionó de la misma manera. ¡Hurra! -¿Confesarme?
-Sí, pero será en otro momento.- Se separó de ella y no dejando que Dahia dijera algo más, la besó fugazmente, dándole a entender que pasara lo que pasara y confesara lo que confesara, la amaba y estaría con ella. ¿No se lo había prometido ya? -¿y bueno, cómo es eso de que Uranai-baba es una verdadera bruja? Que yo sepa, no tiene la capacidad de leer la mente, por eso utiliza su esfera de cristal.
-Lo es ya que tiene l…- ¡Un momento! ¿Cómo sabía eso? -¡¿Cómo sabes de eso?
-Porque la conozco muy bien. Es la hermana del maestro de artes marciales del papá de Goten y en mi niñez me encantaba molestarla. Estoy asombrado de que la conozcas.
El universo era demasiado pequeño. ¿Qué cosas no? Le sonrió antes de abrazarle. No había nada que temer. -Al parecer, ambos tenemos que confesarnos ciertas cosas…
Y se la pasaron gran parte de la noche degustando de su compañía, asombrándose por cada cosa hablada. No obstante, Trunks decidió guardar para después el legado Saiyajin. No era el tiempo ni el lugar para confesarlo.
Se fueron a acostar y a las 10 de la mañana estaban en camino hacia la casa de los abuelos 'Ritller'. Trunks manejó mientras que Dahia era la copiloto estrella, siendo molestada por su hermana que estaba exactamente detrás de ella, cuidando a Kahn, el cual estaba entre ella y Herman.
-Te lo advertimos Trunks, el tío Bob es realmente pesado. Así que no le hagas caso.
-De acuerdo- Él sonrió ante todos los 'consejos' de Bahdra y Herman.
-¡Pero nada como el abuelo!- Ahora fue el turno de Herman. –Me da gusto que Dahia fue la que te informó de la familia antes.
-¿Y eso?
-Pues, digamos que el viejo es muy selectivo y si no hubieras reaccionado bien, lo más probable es que estarías soltero en estos momentos.
-¡Herman! Ni lo menciones.- Bahdra comentó rápidamente, haciendo reír a su hermana y que Trunks levantara una ceja.
-No digas eso hermanita, no pasó y lo agradezco de verdad.
En cambio, Trunks se sintió completamente desorientado al no entender nada de nada. -¿Por qué dicen eso?-
-Trunks,- Herman tomó la mano de un pequeño Kahn que cayó dormido. Su amado hijo caía siempre al subir al auto. –No soportaría que rechazaras a Dahia, por lo que hubiera borrado tu memoria.
-¿Borrar mi memoria?
-¡Eso es horrible!- Bahdra comentó espantada. –Si, ya que harías sufrir a mi hermanita, aunque la verdad no lo hubiera permitido. Te hubiera convencido que la aceptaras, así que no te preocupes.
Sonrió por tanta preocupación. Tanto Herman como Bahdra eran los mejores cuñados que pudo haber tenido, sin olvidar a su nuevo sobrino y el próximo en camino. –No hubiera pasado eso. ¿Qué no quedó claro lo que siento por mi chica?- Comentó de tal manera que Dahia le tomó la mano que tenía en la palanca de velocidades y le sonrió.
. . . . .
Pasaron algunas horas y ahora sí estuvo satisfecha de lo logrado y obtenido. Hasta eso ir de compras con su madre era lo mejor de cada semana.
-¿En qué piensas, hija?- Bulma estacionó la nave en el patio central, de tal manera que los sirvientes estaban a punto de recibir todas las mercancías recién adquiridas.
-Mami, ¡me encanta ir de compras contigo!- Y la abrazó fuertemente.
-¿En verdad?- Bulma abrazó fuertemente a esa chica rebelde con causa. –Pensé que amabas más ir con tu padre.
-Eso no es cierto. Mami, papá es demasiado sobreprotector y sobretodo me espanta a cualquier chico que me ve.
-¡Cierto!- Rió fuertemente. –Hace dos semanas llegó tan enojado porque un 'terrícola' se te acercó para darte una simple rosa.
-Es un hecho que mi papi tiene el mejor gusto por la moda, sin embargo, cuando quiero comprar algo más 'sexy', lo bota y me obliga a quitármelo.
-Y es por ello que lo compras.
-Obvio.- Sonrió cómplice y ambas entraron tranquilamente a su hogar. Se dirigieron a la cocina y mientras que Bra sacó los pequeños parquecillos de nuez, Bulma preparó el café.
Bra estuvo a punto de terminar de poner las cosas en la mesa, cuando recordó cierta pregunta que tenía desde la mañana. Miró a su madre y le preguntó con voz suave. -¿Crees que le esté yendo bien a Trunks con la familia de Dahia?
-Yo creo que sí, Bra- Bulma sonrió ante la idea de que esos dos pasaran más tiempo juntos. –Además, eso era lo que quería él después de la boda de Goten.
-Sip, lo recuerdo perfectamente. 'No voy a descansar hasta conocer a los padres de una enigmática Dahia'. Espero que lo acepten y sobre todo que lo molesten muchísimo.
-Lo harán, ya lo verás.
-Además, tengo que decirte algo, mamita adorada- Bulma alzó una ceja ante la voz curiosa de su hija. –Goten y Pares están más que felices gracias al regalo que le has hecho. ¡No han salido de la suite!
-¡Bra!- ¡Kami-sama! ¿Cómo pudo enterarse de esas cosas esa traviesa mujer? -¡Déjalos tranquilos!
-Y lo hago, pero es impresionante la manera en que esos dos…
-¿No piensas dejarlos en paz? Bra, no pierdas tú tiempo en estupideces… ¡DEBERIAS ENTRENAR!- El rey de la casa, como siempre, entraba a la cocina en busca de esos panecillos especiales mientras distraía a esas mujeres compulsivas ante 'lo lindo'. Esta vez, el tema sería 'ejercicio'.
-¿De qué hablas papá? ¡Yo no soy una bárbara Saiyajin… soy una dama!- Dejó todo lo que tenía en manos para colocarlas en su cintura. ¿Por qué su padre siempre la molestaba exactamente en esos momentos de paz con su madre?
Vegeta, en cambio, sonrió mentalmente ante su próxima victoria. –Pues…- observó a su hija sin sentimiento, ganándose una gran carcajada de Bulma. –Por lo menos, las mujeres Saiyajin, no tenían lo que tú tienes por tu falta de ejercicio… g-r-a-s-a c-o-r-p-o-r-a-l…
Tomó el paquete completo y sin más salió victorioso. El gran grito de Bra más su 'no volveré a comer esas galletas', le dio a entender que ahora si aceptaría entrenar.
Y eso fue lo que deseó fuertemente Trunks. ¿Cómo era posible que un hombre de más de 250 años pudiera darle vuelta? ¡No era posible! Estaba el gran equipo de 'los nuevos' y resultaba que no solo el tátara abuelo de Dahia –el cual tenía esa edad y no lo aparentaba- sino que su cuñado Drake, el hermano menor de su amada, le habían dado vuelta completa sin que él pudiera hacer algo.
-¡Trunks, corre!- Dahia, quien estaba en su equipo, no dejaría que su familia arrasara a su hombre. ¡Utilizaría sus habilidades al máximo! Todos se aprovecharon de 'bah, tu hombre sabe lo que somos' y no dejaron de utilizar sus poderes. Por una parte, su hermano menor Drake, estaba tan acostumbrado a la telequinesis que podía moverse más rápido por ello, agregando que detenía de alguna manera el avanzar de Trunks.
¡Eso quería hacer! Pero, teniendo el balón en sus manos, le era casi imposible. Apenas tenía control de sus dedos del pie. –No puedo… moverme.- Y para el susto de todos, cayó de rodillas fuertemente. No pudo soportarlo más…
-¡JORDAN!- Todos, entendiendo la torpeza inesperada del nuevo integrante de la familia, encontraron que el primo lejano de solo 15 años estaba completamente feliz por causarle la travesura al novio de su molesta prima.
-¿Qué?- El mencionado sonrió como si nada. Aunque la amenazadora mirada del 'abuelo', logró detener cualquier ataque en contra y liberó a Trunks de su poder.
-¿En qué demonios estás pensando Jordan del mal?- Dahia, completamente enojada, se acercó a su novio y le abrazó fuertemente, notando que este comenzó a respirar con normalidad. -¿Te encuentras bien, Trunks?- Y le abrazó fuertemente. Intentó romper todo "control" extra de cualquiera de sus familiares. Y sin más, le pidió a su abuelo que se alejara de esos traviesos del mal.
Él le contestó sin mucho ánimo. ¿Qué tipo de poder era ese? -Si… bueno, eso creo.
El abuelo, en cambio, estaba tan sorprendido por el poder del nuevo novio de su nieta. Nadie, diciendo que nadie, había podido resistir más de 10 minutos con el poder de parálisis de ese travieso. -Jordan, quedamos en que respetarías a los nuevos. Ellos no pueden defenderse como nosotros.- Se acomodó al lado del mencionado y movió la cabeza negativamente.
–Pero ni se quejes abuelito querido, ya que me ha costado mucho trabajo. ¡El condenado es muy fuerte! Lo puedo sentir en su sangre. El poder que tiene es demasiado poderoso y lo demostró hasta estos momentos. Sólo quería comprobar su resistencia y lo hice. Tuve que utilizar hasta mis últimas fuerzas… ¡yo también estoy cansado!
Completamente cierto. Cuando Trunks fue presentado por Dahia ante toda la familia, sintió una gran energía en su sangre. Hasta Polly –su gata inseparable- salió corriendo por no aguantar ese extraño poder. ¿Por qué se le hacía demasiado conocido ese poder agresivo y salvaje? Tenía que investigar su origen. -Lo sé hijo, lo sé. Sólo deja que tu prima se dé cuenta.
-Es demasiado mensa para eso.
¡Ahora resultaba! Se metió a la casa para tomar un poco de agua antes de dar inicio al baby shower y salió que su adorado primo estaba haciendo de las suyas con el pobre de Trunks, haciendo que su hermana se preocupara por nada. -Vuelves a decirle mensa, y te voy a poner el pañal de mi bebé ya que tendrás los pensamientos de una niña de 4 años… ¿entendido?
Ambos hombres guardaron silencio. Tenían a una poderosa mujer embarazada y con las hormonas a flor de piel…
-Como digas, primita divina… ¡lo siento Trunks!
-Más te vale tonto.- Ese mocoso salió corriendo y su abuelo, con una sonrisota, le abrazó sin olvidar acariciar su vientre.
-Bahdra, gracias por dejar que todos se reunieran en esta casa.
-Abuelito, estoy orgullosa de que me dejes celebrarlo contigo y los demás… además tengo que agregar que también quería que Dahia se atreviera a confesarle nuestro secreto a Trunks y tener así una verdadera relación.
-Eso sí. Es un buen mozo y sobre todo noto el gran amor que siente por Dahia. Estoy seguro que era lo que necesitaba tu hermana…- Sonrió antes de pellizcarle suavemente la nariz a Bahdra, haciéndola reír por ese gesto tan familiar. -…para ser feliz.
-¿Él es el adecuado?
-Pues, preguntémoselo a la abuela, ella sabrá la respuesta.
Con ello se metieron a la casa y así, dieron inicio a la celebración de la bienvenida a ese nuevo integrante de la familia.
Trunks descansaba cómodamente en esa gran cama, junto a una cansada y perdidamente dormida Dahia. Ambos habían regresado a su habitación a las 3 de la mañana y aunque ella, después de provocar una pelea de almohadas donde obviamente él ganó, llenándose de un sinfín de besos y abrazos, cayó como piedra en el momento en que tocó la almohada –sin olvidar que a los tres minutos, él fue su almohada-.
Sin embargo, él no pudo dormir por estar tan asombrado por la familia de su novia. Por una parte, no estaba acostumbrado a una gran familia –es decir, más de 100 miembros como era con Dahia- ni a que todos le rodearan de tantas preguntas y demás cosas familiares, ni mucho menos que chiquillos de todas las edades jugaran por los alrededores de la gran mansión, y lo más importante, fue que ese 'abuelo' era más bien tátara-tatara-tatara-tatara abuelo y parecía que tenía solo 60 años de edad.
¿Quiénes eran realmente? ¿Desde cuándo habitaban la Tierra? ¿Acaso él podría ser parte de ellos? Agachó la mirada y sonrió al notar a Dahia. Dormitaba en su pecho y eso fue lo mejor de todo el día. La amó en tiempo récord y deseaba estar con ella por tiempo ilimitado. Sin embargo, él también tenía que ser sincero y contarle la verdad de su familia. Ella se abrió completamente y lo hizo parte de su mundo y, prometiéndose que al regreso le confesaría todo, se perdió ante el poder de Morfeo…
…Varias semanas después…
Él nuevamente estaba molesto, de la misma manera que ella. No quería enojarse con Trunks, pero él no ponía de su parte para que su trabajo le pareciera menos pesado y así terminarlo rápidamente. Se perdió en sus pensamientos, siendo liberada de ellos gracias a un joven rubio con una gran sonrisa.
-¿Pasa algo Dahia?
-No, nada, lo siento… ¿qué les pareció el recorrido?- Le contestó rápidamente, intentando fallidamente olvidar esa discusión matutina. Tenía que terminar su misión y así prepararse para la fiesta que habría hoy en la casa de su suegra por la llegada de ese par de recién casados. ¡Estaba tan emocionada por ver a Pares y a Goten! Esa gran noticia provocó que no se derrumbara en su oficina a llorar como magdalena. Odiaba llorar, como odiaba pelearse con Trunks por el amor que sentía por él…
Estando ya arreglada, tomó sus llaves y, como ya había pasado desde que comenzó a 'vivir' con Trunks, se acercó a la puerta del baño mientras él se duchaba. –Amor, tengo que irme, nos vemos en la noche.
Trunks, en cambio, tenía que detenerla un poco más, deseaba urgentemente alejarla de ese horrible trabajo.-¡Espera Dahia! No tardo.
-Pero se me hace tarde, ya me tengo que ir.
-¡Sólo dame cinco minutos!- Trunks en eso cerró la llave de la regadera.
Así que ella no tuvo de otra más que tomar asiento en la cama y esperar que Trunks saliera. Y así fue, tres minutos más tarde, él salió cubierto en su bata. Hasta eso el pasar parte de su ropa al departamento de ella –y hacer lo mismo con lo de ella en el departamento de él- fue una excelente idea. Ahora sí, ya parecían una verdadera familia.–No puedes irte sin desayunar.
-Amor, en verdad tengo que irme. No me da tiempo, así que lo haré en la oficina…
-Dahia. No porque estés completamente curada de tus heridas, tienes que sobrepasarte.
-No lo hago.- Se levantó de la cama para darle privacidad a su novio y se vistiera a gusto. Aunque vivían juntos, no había pasado 'nada' entre ellos. –Nos vemos más tarde, ¿vale?
-No.- Él sabía que estaba mal intentar detenerla, sin embargo necesitaba sacarla de ese trabajo. Cuando regresaron del baby shower, ella tuvo una misión exprés. ¡¿Cómo era posible que la llamaran aún herida? Estaba tan indignado ante eso que no le importaría las quejas y molestias que Dahia tendría… pagaría su deuda y así liberarla de ese molesto y odioso trabajo. –NO quiero que vayas.
-Eso no está en discusión, amor. Es mi trabajo y lo tengo que hacer, te guste o no.
-Vamos Dahia, ¿acaso no quieres quedarte conmigo? ¡Es más! Escapémonos todo el día.
-No Trunks, me tengo que ir y como tú, tengo muchas cosas que hacer y resolver.- Guardándose las ganas de besar ese cuerpo recién bañado, se alejó hacia la puerta. Era urgente salir corriendo para llegar a tiempo. ¿Me llam…?
Se sentía furiosamente frustrado. Suspiró pesadamente y dejándola de ver, sacó su ira con su tono de voz. -Olvídalo, haz lo que quieras. Tengo que vestirme. ¡AH! Y la verdad, no creo que sea necesario llamarte ya que tienes tan fijas tus prioridades, así que nos vemos en la casa de mi madre. Adiós Dahia.
-Adiós Trunks.
Y cerró fuertemente la puerta. Ante eso Trunks suspiró fuertemente, dándose cuenta del gran error que había tenido.
-Excelente. La hermandad ha crecido a pasos agigantados y eso nos gusta mucho. Fuiste una maravillosa guía. Muchas gracias Dahia.- y él le tomó la mano dulcemente para besarla.
Dahia, en cambio, se sintió asqueada. ¿Acaso no sabía que ella no era soltera? Con todo y todo, ¡Tenía novio!-Fue un placer.
-Pues, nosotros nos retiramos.- Ahora, una mujer morena, habló. –Te lo agradecemos.
-Mi jefe los espera en el vestíbulo para arreglar los papeles, ¿quieren que l…?- No pudo terminar su pregunta ya que entró una llamada a su celular. Al tenerlo en vibrador, lo tomó sin ganas y se sintió frustrada al reconocer el número. Era nada más ni nada menos que su brujillo. -¿Me disculpan?
El mismo chico le sonrió para darse media vuelta. -Claro y no te preocupes, sabemos el camino. Nos vemos después, hermosa.
Y la dejaron sola. Contestó sin ganas, ¿no que no le iba a llamar? –¿Qué pasó?
-Antes de que me digas algo o que pase más tiempo, lamento lo que te dije en la mañana… es sólo que me da pánico que te pase algo. Sé que no es justificación, pero no quiero perderte.- Ambos guardaron silencio por algunos momentos y sintiéndose realmente mal, Trunks prosiguió. -¿Me perdonas?
-Trunks yo…- Dahia se sentó en la pequeña banca que estaba cerca. –No me gusta pelear contigo, pero tampoco que te pongas así. Aceptaste estar conmigo a pesar de saber en lo que trabajo y no se me hace justo que me reclames a cada momento…
-Lo sé y lamento tanto lo que pasó. Es sólo que…
-No sé Trunks.- Sonrió levemente ante la poca duración que tuvo su coraje… ¡Kami-sama bendito! -En verdad te amo y… ¡no es justo! Yo tengo que soportar que esas presumidas operadas se te lancen y no digo nada. ¿Acaso es mucho pedir que me apoyes como se debe?
-¿Me perdonas?- Preguntó nuevamente, imaginándose la sonrisa de su amada. Ese reclamo era el esperado y por ello, supo que el coraje ya se le había pasado.
-Pues, tendrás que convencerme… ¡y no te será fácil! Así que piensa de qué man…-
-Ya tengo ese asunto arreglado, así que te aviso que mi chofer te está esperando en la puerta principal del edificio. Tienes 20 minutos como máximo para ir con él, ya que espera en casa una gran sorpresa.
-¿Qué?
-Amor, y si no llegas a las 9 como lo tengo planeado, iré yo personalmente por ti y te traeré cargándote como un costal de papas, algo que te agradará demasiado. Así que, ¿qué decides?
¡Kami! Esto sí que fue sorpresivo y sobretodo irreal. El ser novia de un millonario podría ser contraproducente. -¡TRUNKS!
Ah y antes de que se me olvide, te ves preciosa con ese traje. Si alguien te dice o te ha dicho algo, no debes escondérmelo ya que lo pagará caro, tú eres mía, solamente mía. Nos vemos en cuarenta minutos, hermosa.
Y colgó.
No supo cuánto tiempo miró como idiota su celular, pero cuando asimiló todo lo anteriormente dicho, corrió como pudo hacia su oficina y tomó su bolso, se despidió gritando de sus compañeros y salió como bólido hacia la entrada principal. Y como lo dijo Trunks, ahí estaba Jar.
-Siempre tan puntual, señorita. ¿Nos vamos?
-Sí, no hagamos esperar más a ese dirigente tuyo.
Estaba algo cansada, gracias a ese jefecito llamado James que siempre le daba misiones extrañas y fuera de lugar. Y ese cansancio apareció mientras era llevada a su hogar. Sonrió melancólicamente mientras observaba el camino. Las calles estaban iluminadas por la luz de esa luna y toda la gente caminaba contenta, deleitándose del excelente clima.
Amaba a Trunks y estos actos de él, la desarmaban por completo. Recordó el momento en que él le ofreció su departamento como su segundo hogar, ya que se la pasaba gran parte del día con él y pues, siendo altas horas de la noche, tenía que regresar a su departamento. También tenía presente como él la respetó todo ese tiempo, siendo ella la 'pecaminosa' ¡Pero cómo no serlo cuando tienes a un hombre como él a tu lado! ¡Kami! Trunks era sexy y esos besos que le daba, deseaba pasar a otra fase en su relación. Sin embargo le gustó esperar, así valoró más a su hombre y deseó estar con él. Cuando llegó a su edificio, se despidió del chofer y se encaminó hacia Trunks.
¿Qué había preparado? ¿Recordará la cita que tenía con su madre y los recién casados? Tomó las llaves de su bolso dentro del elevador y, en el preciso momento en que este llegó a su piso, percibió un delicioso aroma. Hipnotizada ante su gran descubrimiento, salió rápidamente del elevador y en el instante en que abrió la puerta del departamento de Trunks –recordando su preciso mensaje-, lo primero que le llamó la atención fue el exquisito olor a pescado que percibió su nariz. Sin duda alguna, su novio tuvo que ver en ello.
No había esperado esto, realmente no. Estaba acostumbrada hasta cierto punto de la quietud y la oscuridad que siempre se encontraba el departamento de Trunks. Sin embargo, esta vez la sala estaba rodeada de velas, seguido de un gran camino de rosas marcando los pasos que debía seguir hacia el comedor.
-¿Mi vida?- Preguntó conducida por tantas señales, cuando encontró algo que le dejó una gran visión que jamás se le olvidaría. Estaba perfectamente colocada la mesa de cristal con detalles metálicos, iluminada con más velas dando la única iluminación del lugar, agregando la deliciosa cena que Trunks había preparado. Pero eso no fue todo, su novio estaba esperándola pulcramente vestido con un traje gris Oxford y una camisa blanca con corbata del mismo color del traje. ¡Estaba guapísimo!
Agregando esa mirada ardiente. ¡Ooh Kamisama bendito! Sin duda alguna fue la causante de su gran excitación. ¿Por qué de pronto sintió que necesitaba el calor de Trunks para deshacerse de ese frío por falta de su contacto? Intentó disimular su sentir mientras se acercaba a la mesa. Ella sonrió delicadamente en el momento en que él le ofreció sentarse. Si él buscaba su perdón, ya lo tenía completamente asegurado.
-Buenas noches, hermosa.- Trunks comentó en el momento en que la ayudó a sentarse. Acarició su espalda y la besó detrás de la oreja.
-Buenas noches Trunks.- Se estremeció ante el contacto tan sensual de Trunks. ¡Le derritió por completo! La sensación tan placentera que cruzó por su cuerpo aumentó considerablemente las ganas de… besarle. -¿Cómo te fue hoy?
-Hasta ahora, de maravilla.- Trunks le sonrió. ¡Kami! ¡Qué maravillosa sonrisa! –¿Y a ti?
-No me puedo quejar.- Suspiró embriagada por tan maravilloso hombre. –No salí de la oficina, pero tuve que llevar a dos de los grandes clientes por las instalaciones y explicarles TODO… ¡Estoy muerta!
-Ooh… eso suena a que te tuvieron en muchos problemas.
-Sí, algo así…- Ahora podía agregar a su 'calor' esa gran sonrisa. ¡Kami! Lo único que se le ocurrió para calmarse un poco fue degustar de su adicción. -¿Tienes una cerveza que me regales?
Sonrió por generar ese gran rubor en Dahia. Suspiró calmadamente mientras analizaba perfectamente ese cuerpo de mujer. -No, por esta noche hermosa, tengo solo dos opciones de bebida: ¿vino o brandy? Quiero ganarme tu perdón completamente.
Se encontraba asombrada por el detalle que le daba Trunks. Él sabía perfectamente que el brandy no era su mejor amigo. Estando tan perdida ante la sensación embriagadoramente sensual que le presentaba, supuso que el camino que estaba llevando esa cena se cumpliría –y no pararía nada, absolutamente nada-. -¿Buscas algo con ello?
Él sonrió otra vez, lleno de alegría por lograr su cometido. –¿Tiene algo de malo que lo intente?
-No.- Dahia rió ante su osadía. –Para nada Trunks, así que dame Brandy. ¡Cierto! Y tengo que decirte que todo está tan maravilloso y que vas en buen camino… ¡ya casi te perdono!
Rió fuertemente ante sus palabras. –Me da mucho gusto saber eso…- Tomó los vasos y sonriendo le comentó. -¿Con o sin hielos?
La deliciosa cena, basada en langosta con vegetales hervidos y arroz, se llevó con cierta normalidad. Y se especificó 'cierta' ya que se podía notar la tensión sexual que se respiraba entre los dos. Por un lado Dahia no dejaba de ver lo sexy que se veía Trunks y este no dejaba de observarla, deleitándose ante la belleza femenina que estaba a unos cuantos pasos de él.
-En verdad que eres un excelente chef. Estuvo deliciosa la cena.- Dahia se intentó levantar de la mesa para ayudarle a recoger, sin embargo no pudo ya que, de la nada, Trunks la abrazó y besó sutilmente. -¿Trunks?
-Ayúdame mejor a llevar las copas hacia el balcón. Así llevo el champagne.
-De acuerdo.
Y así lo hizo. Esperó a que él llegara, después de sentarse en su camastro favorito. Lo que más le causó gracia fue que él se tardó más de lo esperado. ¿No que nada más iba por la botella?
-Lamento la tardanza.- Trunks se acercó a ella con un pequeño sonrojo. -El corcho no se dejaba sacar.- El hombre no dejó de ver a su mujer, la cual sonrió ante la idea de tenerlo a él peleando contra una botella.
-No importa.- Ella se levantó y le abrazó después de tomar la bebida y ayudarle a servir. -¿Entonces, cuál es el plan de esta noche? Tu madre casi me mata cuando le dije que no iríamos y la verdad ni quiero pensar en lo que nos dirán esos dos Son cuando nos vean.
-Pues, eso no me importa. Tengo que ganarme tu perdón y he decidido que voy a robarte toda la noche para jugar.
-¿Jugar?- ¿De qué estaba hablando ese vaquero suyo? -¿A qué?
-¿Conoces el juego de 'verdad o reto'?
Y ambos sonrieron cómplices.
. . . . .
Llevaba ya seis llamadas y nada. ¿Por qué ni Trunks ni Dahia le contestaban? Bra estaba segura que esos dos andaban en casa, sobre todo por la receta que le consiguió a su enigmático hermano. ¿Dónde andaban? ¡Les tenía el chisme del año y esos dos no le contestaban! Tenía que hablarles antes de que se fuera a cenar con la familia Son…
-¡BRA!- La voz de Vegeta sonó por todos los rincones de la casa.-¡¿Cuánto tiempo vamos a tener que esperarte? ¡Ya me quiero ir!
Demasiado tarde. Dejó su teléfono en la mesita de centro y salió corriendo para evitar que su padre se enojara más de lo que ya estaba.
. . . . .
-Vamos mi vaquero, ¿no has apostado nunca?
-No.
La risa de Dahia se escuchó en todo el balcón. –No sé por qué, pero no te creo absolutamente nada de nada.
-En verdad. Siempre he preferido darme mi propia suerte con trabajo, no dejándoselo al destino.
-Eso no basta.- Estiró sus piernas y dejando que las zapatillas de tacón alto cayeran a unos centímetros de ella, continuó con una gran sonrisa. –De vez en cuando hacer algo así te libera.- Se quitó el molesto collar y deseó en esos momentos deshacerse de ese saco pero era imposible por no llevar nada más abajo… le diría a James que nada de formalidades para la siguiente misión.
-¿Y perder solo por perder?
-No es sólo por perder Trunks.- Miró al hombre que en esos momentos se encontraba muy cerca de ella, su corbata tenía ya tiempo tirada en el suelo. Su camisa blanca estaba abierta de los tres primeros botones, el olor masculino era tan perceptible y esa sonrisa… ¡Kamisama! El alcohol la afectaba, y mucho. –Es darle rienda suelta a la diversión.
-¿Cómo es que te diviertes?
-¡Ooh! Pues de muchas maneras… como bien ya sabes.- Suspiró. –Trato de vivir el momento como se me presenta y verle el lado agradable, no importa las consecuencia…- Riendo se dio cuenta de un pequeño detalle. -¡Un momento! Se supone que estamos jugando, así que nada de preguntas hasta mi turno. ¡Tramposo!
-Lo siento…- Dándole un sorbo a su copa. –Nunca he apostado.
-De acuerdo, algún día te llevaré con Mickey, es un excelente amigo y sabe todo lo que necesites acerca de las apuestas.
-¿Verdad o reto?- Trunks dejó su copa en la mesita que se encontraba enfrente suyo.
Sonrió buscando esos cielos. –Reto.
-Vamos a ver qué puedes hacer.- Trunks se enderezó y al levantarse no pudo quitarle la vista a su novia. Ella vestía un elegante traje sastre compuesto por un saco negro que tenía una gran abertura en "V" que la hacía lucir realmente sexy, además esa falda que se amoldaba a su figura le daba el complemento perfecto. Su cabello suelto un poco despeinado por el aire y su fleco de lado hacía que su rostro enmarcara una sensualidad infalible. ¡Por qué no podía dejar de pensar en ella! La deseaba, realmente.
-¿Ya tienes mi reto, Trunks?- Sonrió y volvió a tomar champagne.
-¿Qué es lo que no has hecho en tu vida?
-A eso no le llamo reto, ¿acaso tengo que ponerte un castigo por no seguir el juego?
-Pero… de acuerdo.- Se recargó en el barandal y con una gran sonrisa. –Ven.
-¿Qué tramas vaquero?- Se levantó y poco a poco se fue acercando. -¿Qué es lo que voy a hacer?
-¿Ves a esa pareja que se encuentra ahí?- Señaló a unos jóvenes que disfrutaban de su compañía acostados en la pequeña jardinera del condominio. –Trata de lanzarles esto.- Sacó el corcho de la botella. –Dales exactamente en la cabeza.
-¿En serio quieres que lo haga?- Sonrió ante el 'supuesto reto'. –No quiero, mira cómo se están comiendo… ¡Kami!- Dejó de verlos ya que empezaron a besarse de una manera que… la tensión sexual que se encontraba con Trunks no era la más adecuada y mucho menos viendo eso.
-¿Acaso vas a tener un castigo por desobedecer?
-Trunks, no seas malo, pobres chicos. Deja que se diviertan a su modo.
-Creo que voy a tener que castigarte.- Acercó su mano al rostro de ella y le quitó suavemente algunos cabellos que caían en las mejillas ruborizadas.
-Bueno, ¿cuál… será mi castigo?- Para ella ese roce fue electrizante. Suspiró sin poderlo evitar y dejó su copa lejos de su alcance. No más alcohol.
-En estos momentos, la verdad no se me ocurre ninguno.- Acercando su rostro al de ella, por el hecho que esos labios rojos un poco abiertos le incitaron a saborearlos hasta quedar satisfecho. –Aunque creo saber lo que me va a tocar a mí de premio…
Y la besó. De algo que jamás se arrepentiría en su vida era el degustar de tan dulce sabor. Nunca había encontrado tanta delicia en una mujer. Ella como respuesta colocó sus brazos en el cuello de él y permitió que Trunks aumentara la intensidad del beso, inspeccionando con lujo de detalle esa caverna tan deliciosa.
Jamás había recibido de él un beso como el de esos momentos. Era cierto que no era el primer beso que se daban, pero este era completamente diferente. Su cuerpo se derretía ante la deliciosa sensación que le regalaba Trunks. ¡Le estaba haciendo el amor con su boca! Ni siquiera la necesidad de aire los hizo que se separaran y ante la premura de entregarse más a esa unión, Trunks caminó lentamente con dirección al interior.
-Trunks… es… espera- Dahia intentaba controlar esta nueva sensación que empezaba a quemarla por dentro. Se separó un poco de él, sólo un poco.
-¿Qué pasa?- Su voz apenas era eludible y ronca. Sin más tiempo que perder volvió a atacar esos pétalos rojos que respondieron inmediatamente.
-Yo… Mh yo…- Tuvo que callar por el hecho que el siguiente beso estaba cargado de una sensualidad tal que la dejó sin habla.
-Lo sé… tranquila.- Comenzó a acariciar su cintura. Para cuando estuvo consciente de donde se encontraban, la había aprisionado a la pared cercana al ventanal. Continuó con el beso hasta que necesitó buscar esos ojos chocolate. La miró y lo que encontró paró por un segundo su respiración: esos deliciosos labios un poco hinchados y esa mirada completamente diferente con un brillo tan especial, le heló la sangre... mejor dicho, se la evaporó.
-Sí, pero…- Intentó alejarse de él, buscando calmar el fuego que le hizo sentir con su cercanía. -Kami. Esto no está bien, nada bien.
Trunks la miró apasionadamente. Cómo la amaba y cómo deseaba demostrárselo. –Yo no lo veo así… ¿Acaso estás huyendo de mí, pequeña Dahia?
-No es huir.- Desgraciadamente no podía pensar bien gracias a esos besos que estaba dándole su novio. No quería que… momento. ¿No querer qué? ¡Qué demonios! Estaba deseosa de experimentar el amor que sólo él podría mostrarle. –Trunks, ¿quieres… quieres apostar por… primera vez?
-¿Y qué es lo que voy a ganar?- Empezó a saborear el rostro de Dahia, para ir bajando poco a poco a su cuello, ganándose un pequeño suspiro al entrar en contacto con la piel cercana al lóbulo.
-¿Acaso no lo estás besando?- Sonrió un poco para después juntar sus labios con los de él y responderle como era debido.
Trunks se derritió por el amor de Dahia y su decisión de regalarle su inocencia. Esta vez ni siquiera lo pensó dos veces y la besó lo más apasionadamente posible, comenzando una danza interna que le desarmó por completo por disfrutar de ese néctar excitante y embriagante, causante de hacerle adicto con tan solo probarlo. ¡Kamisama! Sus labios eran tan vehementes, y deseando conocer el resto de su cuerpo, le animó el tomarla por la cintura para que, en un solo momento después de levantarle lentamente la falda sin dejar de acariciarla, ella le abrazara con sus piernas alrededor de su cintura, la tomó de sus glúteos y le apoyo en su centro. Ante eso ella gimió, mientras colocaba sus brazos por su nuca, atrapándolo incluso más a su boca.
La sensación de tener a Trunks tan cerca de su piel era excelsa, sin alguna comparación. Amaba a ese hombre más que a su propia vida y saberse deseada por él, generó un placer nuevo en ella. Cuando pudo abrazarle completamente y sentir como su pecho era aplastado por el fuerte pectoral de él, dejó que Trunks la llevara aún más adentro de la habitación.
Los besos no pararon y en el preciso momento en que Trunks llegó a la orilla de la cama, sus cuerpos tuvieron una ficción tan deliciosa –e insoportable- que causó que Dahia echara la cabeza hacia atrás ante la pasión tan real, dejándole un acceso directo a Trunks a sus pechos. Con ello el deseo de Trunks se disparó, con lo que intentó calmarse y así no arruinar el momento. Besándola pausadamente, la acostó en la amplia cama.
Dahia era una mujer única y perfecta, no solo en su carácter. En estos momentos él se deleitaba ante esas caderas anchas, cintura pequeña y esos pechos que eran apetecibles, su cabello castaño oscuro esparcido por toda la almohada y esa mirada que estaba contaminado por deseo… ella era lo que tanto había buscado. Se acomodó encima de ella y la besó con todo lo que sentía en su interior.
Durante los siguientes minutos no hubo palabra alguna. Ahora se encontraban en la cama, él aún arriba de ella. El saco que portaba Dahia había quedado tirado a unos pasos y la camisa de Trunks se encontraba completamente abierta, dándole a esa mujer una vista exquisita. No era la primera vez que le vio así, pero esta ocasión se sentía libre de desear tocar y probar esa piel blanca… ¡Kami! La vista de Dahia no descansó en esa parte de su cuerpo... ¡Claro que no! Se sentía tan embriagada por tanta masculinidad y, aumentando su fuego interno, su vista siguió bajando hasta que encontró las caderas masculinas. El enorme bulto que se presentaba ante su escrutinio, generó que se sintiera más deseosa de él, buscando de alguna manera el deshacerse de ese pantalón y conocer ese cuerpo aún más. Por eso, logró detener los deliciosos besos de Trunks que le daba en su cuello, consiguió quitarle la camisa con un poco de problemas por los nervios y con ello pudo acercar sus manos temblorosas hacia el botón del pantalón.
Trunks, en cambio, estaba atento ante las acciones que realizaba ella, esperando a que ella se acostumbrara a su desnudez. Lastimosamente él no aguantaría lo suficiente con su tacto, así que detuvo sus manos a la mitad del camino hacia su pantalón, las colocó en su propia nuca y besándola nuevamente, deslizó sus manos por su espalda y desabrochó con agilidad el sostén y lo quitó lentamente, pasando sus manos primeramente por sus pechos por debajo de esa prenda y, dirigiendo sus labios hacia esa parte recién descubierta, acarició lentamente las costillas para encaminarse al vientre plano. Terminó de despojarle el sostén con sus labios Totalmente perfecta.
-Ooh… Trunks.- Estaba extasiada por las caricias que ahora recibía en su cuerpo. Echó la cabeza hacia atrás por el placer que nacía por él. Su deseo líquido aumentó con cada caricia y con cada beso recibido en sus pechos libres de esa prenda molesta.
La motivación que tuvo ella, pasó de la misma manera en él. Desesperado inhóspitamente por no ver su cuerpo completo, velozmente se deshizo de esa falda y la mandó a volar. Tenía que ver personalmente, además de esos pechos firmes y apetitosos, sus piernas y la demás parte de su cuerpo, descubriendo una cintura apetecible y unas piernas que deseaba urgentemente tener alrededor de su cintura.
En esos momentos supo que estaba perdido. La amaba más que su propia vida y deseaba demostrárselo.
Esa noche fue, sin más que decir, la mejor que habían tenido en mucho tiempo, si no la mejor hasta el momento. Cada uno conoció el cuerpo desnudo del otro con caricias y, cuando lo vieron necesario, utilizaron sus propios labios para complementar esa labor. Aunque eso no fue suficiente. Trunks recorrió con sus manos la intimidad de Dahia, encontrándola lista para él… ya era tiempo.
Se colocó nuevamente arriba de ella con los codos apoyados en la cama a sus costados y le abrió más las piernas con las rodillas.
-Trunks…- Ella le miró sonriente. –Te amo.
-Yo también.- Apenas podía hablar. Necesitaba estar seguro que esta experiencia sería inolvidable para ella. En esos momentos dejó de importarle su propio placer, buscando sólo el de ella. El negar que se sentía nervioso por poseer por primera vez a una virgen era imposible, sin embargo el amor que sentía por ella era más grande y por lo mismo colocó su gran erección en la entrada de ella para mostrarle lo que venía. Juntó sus intimidades para penetrarla, haciendo que un gran gemido saliera de esos labios femeninos.
-Trunks… por favor.- Ese contacto íntimo la estimuló más de lo que estaba. Besó el cuello y hombros de Trunks suplicándole que siguiera. Lo necesitó, deseando unirse a él eternamente.
Sin más actos, un gruñido masculino ronco se escuchó por toda la habitación el momento en el que Trunks comenzó a adentrarse en la ajustada feminidad de Dahia. Era tan estrecha y caliente… completamente perfecta y enteramente suya.
Kamisama bendito… en el preciso momento en que él la invadió, un ligero dolor apareció en su entrepierna, aumentando en el momento en que él traspasó la prueba de su castidad con un fuerte y certero movimiento de su cadera. Con ello Dahia se aferró más a su espalda. Lo que más le sorprendió fue que no fue tan doloroso como le habían dicho, agregando que sentía un gran placer mezclado con esa molestia.
Ante eso, Trunks no hizo algún movimiento en falso y así provocarle más dolor, calmándola con besos y caricias suaves. Buscó distraerla y relajarla para que olvidara el dolor, lográndolo en el momento en que la expresión de Dahia se relajó y le regaló un casto beso en su nariz, él se adentró hasta lo más profundo de ella para salir casi totalmente. Y ese acto lo repitió primeramente lento, instruyéndola y acostumbrándola a él, para después pasar a movimientos fuertes y certeros que desaparecieron casi en su totalidad el dolor, dejando la entrada al placer.
Ella fue solamente de él, siendo poseída tan tiernamente, marcando esa primera experiencia que un hombre puede darle a una mujer como exquisita. Comprobó el amor que él le profesaba con cada caricia, beso e inclusive movimiento certero, llevándola paso a paso al placer máximo. Trunks se bebió su pasión, disfrutando de ella y guiándola hacia el mismo Cielo. Sus cuerpos se acoplaron perfectamente, uniéndose divinamente al compás de sus movimientos, deleitándose del ardor del otro.
Sin más que decir, ambos hicieron el amor por primera vez. Y cayeron del cielo en el momento en que su cuerpo se recuperó del gran espasmo de placer por su unión. Siguieron un ritmo tal, que les hizo terminar casi al mismo tiempo, generando que él apoyara en ella, mientras que Dahia intentó abrazarle y no separarse de él.
Para Dahia fue una experiencia inolvidable y única; y para Trunks fue extraordinario e inigualable. Era un hecho que él había tenido a varias mujeres en el lugar donde estuvo Dahia, no obstante esto fue único… mágico. Jamás imaginó sentir tanto placer con la mujer amada, explicándole lo que hacía el verdadero sentimiento de 'hacer el amor'.
Ni siquiera Kara logró crearle ese amor que Dahia llenó en él.
Dahia le curó todas las heridas que tenía en su alma y corazón. -Deliciosamente… mágico.- Comentó Trunks con un poco más de lucidez. Se separó de ella levemente y acostándose, la abrazó de tal manera que ella quedó arriba de él.
-Si.- Respondió Dahia algunos segundos después. –Fue… mágico.
-Cierto… Dahia, ¿no te lastimé?
-No… para nada.
-Yo…
En esos momentos se sintió una mujer completa. El entregarse a Trunks fue una de las experiencias más gratificantes y excitantes de su vida. Sobre todo porque él le perteneció desde esos momentos. -Fuiste mío Trunks.
-¿En verdad?- Él sonrió ante las palabras. ¿Por qué siempre le ganaba? Tendría que idear un plan para ser el primero. –Pero he de informarte que tú fuiste mía también. No es junto que sólo tú tengas el derecho de decir eso.
-Tienes razón. Tú eres mío como yo soy tuya… ¿está mejor eso?
Le acarició la espalda mientras que ella se acomodó en su regazo. Nunca, y decir que nunca era algo realmente significativo, había sentido tanto placer con una mujer. Dahia era su 'cordura y su perdición'. -Mucho mejor.
-Trunks…- Dahia acariciaba su pecho y, con un poco de timidez, comenzó a besarle levemente para pasar después a besos poderosos, ganándose un fuerte ronquido de ese hombre.
-Dime.
¿Se lo preguntaba o no? –¿Tú…?
-¿Yo qué?
-¿Te gustó hacer el amor conmigo?
-Demasiado.
-Y…- Para esos momentos, su rubor era el más grande que Trunks había visto en ella, conmoviéndole. -¿Y te gustó más que… el escaparte de la oficina y volar?
Única e inigualable. Detuvo sus caricias y atrayéndola a él, le sonrió mientras acariciaba su rostro. -Sí, mucho más.- Miró esos chocolates que le regalaban tanta tranquilidad y la besó. –No hay comparación. Muchas gracias.
-Aah bueno.
-¿Ya me perdonaste?
-Sí, mi Trunks, estás completamente perdonado.
La besó pausadamente y, con el amor y la energía de poseerla nuevamente, le enseñó la manera de cómo él la amaría siempre. Cuando se robó toda la energía de Dahia y disfrutó de su recién despertada pasión, la acurrucó en su regazo y la acarició suavemente para disfrutar de su descanso. Y sin más, la acompañó a los minutos, sintiéndose satisfecho y lleno, como nunca había estado.
Hola!
Espero que les haya gustado la continuación.
Hasta la próxima :D
