Saiyajin

La luz del sol no era completamente cubierta por las grandes cortinas y gracias a ello regresó a la realidad. Quería descansar un rato más por sentirse aún cansado, sin embargo deseaba preparar el desayuno de los dos ya que, como segundo elemento para su despertar, tenía hambre. Volteó al buró derecho con flojera y encontró que pasaban de las dos y media de la tarde, generando que su decisión de levantarse fuera unánime.

La pregunta era el cómo levantarse sin despertarla… o mejor aún, despertarla e ir directamente a la cocina, sin entretenerse un poco más.

Él se encontraba cómodamente boca abajo recargando gran parte de su peso en el cuerpo desnudo de Dahia, quien tenía una de sus manos al lado de su rostro apoyado en la almohada y la otra en la espalda de él. El tener a Dahia en su cama después de haberse entregado fue una satisfacción sin límites. Sonrió libremente al disfrutar de ese sueño tan pesado que Dahia no había tenido en mucho tiempo y se sintió tan bien el saberse el causante de ello.

Trunks se apoyó suavemente en su pecho y cuando lo vio realmente tentador, comenzó a besar todo lo que tenía a su vista e intentó abrazarla para estar más juntos y así intentar animarla para preparar ambos su alimento como una buena actividad después de hacer el amor. Se movió de tal manera que su rostro se acurrucó en su cuello mientras que sus manos acariciaban su espalda y cintura, no obstante sus planes fueron frustrados por el hecho de que la única respuesta que recibió fue un sutil suspiro y un movimiento de su rostro. –Te haré el desayuno, amor- Sonrió Trunks derrotado ante el sueño de Dahia y sin más se levantó cuidando sus movimientos.

Al estar fuera de la cama, vistió su bóxer que se localizaban a un lado de todo el reguero de ropa y salió animado a la cocina.

Estaba realmente feliz y no recordaba desde cuando deseó tener ese sentimiento en todo su ser. Realmente había entregado su mente y su corazón a una mujer que le regaló lo más preciado que tenía. Tomó del refrigerador algo de fruta y la cortó para ponerla en un plato de cristal. Supuso que Dahia no querría más que algo ligero, en cambio él se sirvió parte de la cena y otras cosas que encontró. Moría de hambre.

Todo lo colocó en una charola y tranquilamente regresó a la habitación. Entró sigilosamente y cuando dejó las cosas en la mesa al lado de la ventana, volvió la vista a su mujer. Dahia no se había movido para nada. Ni siquiera el sonido de su móvil que comenzó a sonar logró despertarla.

Trunks corrió para tomar el estrepitoso aparato y al colgar sin ver quien marcaba, se quitó la única prenda que le cubría y regresó a su lecho tapándose con las cobijas, se acomodó nuevamente arriba de Dahia y con suaves besos intentó reanimarla. –Dahia, mi cielo… despierta. Está el desayuno listo.- Al principio no logró nada, sin embargo, riendo aún con los labios pegados en esa piel morena, comenzó a recibir pequeñas caricias en su espalda mientras él comenzó a besar el espacio que se encontraba entre el pecho femenino.

-Buenos días- La voz adormilada de Dahia hizo que Trunks riera fuertemente. Aún con todos los actos que él había intentado hacer para motivarla, ella intentaba no despertar.

-Más bien, buenas tardes mi Dahia- Continuó con los besos pero ahora se encontraba por debajo de sus pechos. En verdad podía ser adicto a ese sabor de mujer.

-¿Eeehh? ¿Tardes? ¿Pues, qué hora es?- Cerró los ojos gracias a las deliciosas cargas eléctricas que llenaban su cuerpo gracias los labios de su novio que se encontraban jugando en su ombligo. ¡Qué rica manera de despertar! Para acomodarse mejor y permitir que Trunks hiciera lo que desease, dejó que él se situara entre sus piernas y así ella pudo, mientras él se movía hacia abajo, acomodarse de tal manera que le daba libre acceso a acariciarle su espalda y su cuello.

-Pues… no sé bien.- Trunks, en cambio, no podía pensar en otra cosa que en poseerla nuevamente. Apenas había estado un par de horas unido de ella y necesitaba urgentemente volver a estarlo. -Eres deliciosa… realmente exquisita- Trunks besó lentamente cada parte de su cuerpo y con el propósito de comenzar nuevamente, le enseñó una nueva manera de disfrutar.

El desayuno-comida pudo esperar.

. . . .

Todos y cada uno de los Son estaban asombrados por las palabras anteriormente dichas. ¿En qué momento Pares dejó de ser la hermosa y educada damisela? Milk no dejó de verla con sorpresa mientras que Pan sonreía de un lado a otro.

-¡Lo siento!- Pares se cubrió la boca con ambas manos, completamente aterrada.

-Eso te pasa por ser la pareja de Goten… te lo advertí a tiempo. Ahora es demasiado tarde para remediarlo.- Gohan no pudo más y sonrió como su cuerpo lo solicitó. Ante ello, su hermano le miró enojado, con ganas de golpearle.

Goten no entendió por qué todos pusieron esa cara de asombro si su mujer no dijo nada malo, al contrario. -¡No digas eso hermano!- Cruzó los brazos exasperado. –No tenemos la culpa que Mr. Satán haya hecho de las suyas de nuevo y con ello se le diga como se merece. Así que mejor dejen de molestar a mi Pares y comamos, muero de hambre.

-Pobre de mi papá, pero tienen razón. Con eso de que ahora tiene el ego alzado desde la pelea con Oob, no hace más que tonterías- Videl se resignó nuevamente a ser parte del escándalo que provocó su padre gracias a que retó a todos los mejores peleadores del mundo en el campeonato que él mismo inventó. ¿Qué había hecho mal para ganarse semejante vergüenza? No iba a negarlo, Pares tenía tanta razón.

-Y yo sigo diciendo que es mejor platicar en la mesa. Vengan hijos míos, que es hora de comer. Olvidemos todo lo demás- Milk no había hablado hasta esos momentos. Se levantó de su cómodo sofá y con ello guio a su familia al gran comedor. En la mesa se presentaban los más deliciosos platillos que podía obtener de la montaña Paos, lo cual ella misma fue a buscar y seleccionar.

Al iniciar la comida, se platicó de todo lo vivido por cada uno de los integrantes de la familia y sobretodo los recién casados. ¡Estuvieron un mes entero fuera! Y por lo mismo, tuvieron que contar los 'chismes' generados en las islas de la ciudad del este y en sí lo divertido que estuvo su viaje.

-Abuelita, me encantó tu comida, siempre eres lo máximo- Pan dejó sus palillos y con una gran sonrisa dio un último trago a su vaso. –Eres una experta en la cocina.

-¡Oh Pan!- Milk ante semejante comentario más sincero, se ruborizo y colocó sus manos en sus mejillas.

Al comentario le siguió Pares, de la mano de su amado. -¡Cierto! Me encantó la comida de hoy.- antes de seguir, Goten le besó la mano galantemente, haciendo que una gran sonrisa surgiera en todos. ¿Quién diría que el mujeriego más encaprichado terminaría con una mujer sencilla? -He de confesar que la primera impresión que tuve al saber los ingredientes de cada uno de sus guisos fue horror, sin embargo ahora no puedo dejar de comerlo. En sí quiero pedirle cada una de sus recetas ya que quiero agasajar a mi amado esposo como se merece.

Milk sonrió por el amor que Pares le profesaba a su hijo. Le agradeció a Kamisama que sus hijos encontraran a la mujer que les complementara y ya las tenían. Por un lado Videl fue el primer amor de Gohan y con sus aventuras él creció como persona y como hombre. Ahora tenían una hija excepcional. Por el otro lado estaba Goten y Pares. Gracias a ella él sentó cabeza y ahora esperaba que le dieran un nieto pronto. -Por mi encantada de dártelas.

Y con ello, continuaron con la comida familiar. No fue hasta que pasaron de las siete y media cuando fueron interrumpidos por la llamada de Bulma, quien quería ponerse de acuerdo con la comida que habría al día siguiente con los Son. Ellos tendrían que poner el postre mientras que Milk recibiría a todos con su platillo especial, aprovechando que el lunes sería de asueto por ser día feriado.

Con ello Bulma quedó de avisarles a sus desaparecidos hijos, diciendo que Trunks no contestaba su teléfono de la misma manera que Dahia, y Bra se había escapado nuevamente del cuidado de su amado Vegeta, y así planear todo para verse en la mañana, desayunar juntos e irse con los Son.

La mujer de negocios sonrió tiernamente al colgar y antes de que llamar a Trunks, decidió molestar a Bra. No era nada personal, pero la extraña desaparición de esos dos le daba una excelente espina. Marcó pacientemente el número de su hija y como lo supuso, el grito de desaprobación por la llamada de atención ante su huida no pudo faltar…

Estaba completamente cómoda en el pecho de su amado. Esta vez ambos estaban recostados en el sillón. Habían comido lo que Trunks preparó, sin embargo el canijo vaquero del mal se quedó con hambre después de devorarse todo lo que encontró, así que ella le preparó una pasta con champiñones… pero no contó con que ese pecaminoso novio hiciera de las suyas distrayéndola con deliciosas caricias y por ello terminaran acostados en el sillón después de probar como la crema batida era muy buena para su nueva etapa de relación. -Trunks, no quiero pararme, ¿te molesta si nos quedamos todo el día descansando?

La miró y sonrió por ver esa dulzura de mujer entre sus brazos. Él acariciaba su espalda y se juró tenerla así todo el resto de la tarde. -Pues no lo hagamos, por mí no hay problema.

-Bien.- Y se aferró más a él.

Con lo que no contaron fue el teléfono comenzó a sonar. Hasta eso agradeció Trunks que el aparato lo tenía cerca de él y así no levantarse. La flojera y la compañía eran tan agradables que no deseó romper tan deliciosa atmósfera.

-¿Diga?- Contestó sin muchos ánimos.

-¡Hola hijo! ¿Cómo estás?

-¡Mamá!- Trunks sonrió mientras que Dahia movió su cabeza y así verle. La llamada fue mucho más grata de lo que pensó.

-¿Cómo están? Me tienen preocupada por no saber nada de ustedes…

-Bien madre, estamos disfrutando de este día en casa. ¿Y cómo están ustedes? ¿Todo bien en la reunión de ayer?

-Excelente. Solo nos faltaron ustedes…- Con una voz demasiado traviesa, Bulma se acomodó mejor en su asiento. –Trunks, ¿Si te perdonó Dahia la falta que le hiciste?

-Oh sí. Con decirte que estamos juntos en el sillón.

-¡Hola señora Bulma!- Gritó Dahia para corroborar las palabras de Trunks y saludar, haciendo reír a ambos Brielf.

-¿Cuándo voy a convencer a tu mujer que el término "señora" no va entre nosotras? ¡No me gusta!

-Sabes que es más necia de lo que podemos creer…- Trunks miró a Dahia y acariciando su mejilla, continuó. –Pero le comentaré que no te diga "señora".

-¡Muchas gracias! Y bueno, como no quiero interrumpirles más, hijo mío…

Al escuchar eso, el Sayajin no dejó que su amada madre continuara. Era un hecho que estaba disfrutando a su mujer, sin embargo le daba gusto hablar con ella. -No nos interrumpes, mamá. Al contrario.

-Gracias Trunks. Mi llamada es, aparte de saludar y saber cómo están, es invitarles mañana a una comida en la casa de Milk a las tres. Como no los vimos ayer y los novios están desesperados por darles unos cuantos consejos de pareja, tenemos que estar en su casa a las tres, aprovechando que el lunes no es un día laboral.

-Nos parece perfecto.- Comentó Trunks sin consultarlo con su novia, ganándose una alzada de ceja. – ¿Qué tenemos que llevar?

-El postre.

-¡Bien! Estaremos a las tres en la casa de tía Milk para ver a los novios y convivir con la familia.- Dijo rápido ya que Dahia se había levantado para darles privacidad a su llamada y no deseaba que lo hiciera. Aunque no logró nada con sus palabras ya que, una vez levantada, le sonrió y fue a su habitación para tomar algo para cubrirse. Suspiró ante el rechazo. –Cualquier cosa, te avisamos.

-Claro mi Trunks… y bueno,- Con un tono alegre, complacida. -dime picarón, ¿cómo te fue en la velada?

-De maravilla. Gracias por tu recomendación.

-De nada hijo mío. Para eso estoy.

-Sabes una cosa, eres un encanto.

Ante el inesperado comentario, Bulma sintió como sus mejillas se calentaban. Y sonrió por tener un hijo tan tierno como él. -¡Oh Trunks! Me apenas.

-Nada de eso madre, gracias a ti soy el hombre más feliz del mundo.

-¡Me da tanto gusto escuchar eso! Era lo que necesitabas para ser feliz… y bueno, ya no te interrumpo más y ve con tu mujer. Nos vemos mañana y que disfrutes tú tarde.

-Gracias. Saludos a todos.

-Nos vemos guapo… ¡adiós!

-Adiós.- Y sonrió.

-Veo que tu madre te dio buenas noticias.- Dahia estaba vestida con su camisa y traía sus pantalones en sus manos más una cobija. Se acercó a él y al estar a su lado, sintió como ese hombre la acomodaba entre sus brazos. Ni siquiera le dejó darle su pantalón y plantearla la idea de ver un film ya que este cayó al suelo a unos pasos de su localización junto con todas sus ideas. -¿Entonces nos tocó el postre?

-Así es. Pero no quiero hacerlo ahorita, ya que tengo algo más importante entre manos- tocó la cadera de su amada mientras que con la otra mano acarició esa espalda que se escondía entre su prenda. Saber que ella ocupó su ropa para cubrirse, simplemente era excitante. Sonrió aún más al no encontrar nada más que cubriera la desnudez de Dahia. -¿Te parece que mañana pasemos por algunos litros de ese helado de tentación? Ya que tú y yo tenemos varias cosillas que hacer…

-Me parece estupendo.- Coloco sus brazos alrededor de su cuello y así lo besó a sus anchas. Realmente Trunks podía ser muy tentador. Estaba completamente extasiada y feliz al poder sentir libremente la pasión de él por ella. Hicieron el amor hasta que no les quedó más energía…

. . . . .

-Mhn, aún no…- Bufó fingiendo molestia. Realmente estaba completamente alegre por estar junto con Trunks en ese maravilloso y dulce lugar. ¡Ha! Esta vez no habría nada ni nadie quien dijera que él era su hombre. Ni siquiera las miradas obscenas de esas horrorosas mujeres podrían quitarle la paz sentida.

-No, pero pronto estará. Mientras tanto porque no se sientan, les llamaré cuando esté el helado listo- La vendedora le miró sonriente, generando que ella le contestara de la misma manera.

-Vale, gracias.

Trunks, en cambio, no dejaba ni un segundo sola a Dahia. La abrazaba, besaba o simplemente la tomaba de la mano. Nunca se había sentido tan feliz como en esos momentos. ¡Era un cursi! Y lo peor de todo es que se sentía como un niñato de 18 años con su primera novia. ¿Y desde cuándo importaba eso? Para nada y estaba listo para gritarle al mundo que su soltería había quedado en segundo término.

Cuando ambos se colocaron en sus respectivos lugares, el Sayajin habló en voz baja. -¿Cómo te sientes?

-Con sueño, como nunca.

-¿En verdad?

-Sí, y todo es por tu culpa.- Dahia le miró sonriente. Por nada del mundo perdería el juego con su novio y por semejante respuesta, recibió un beso. –Pero de nada me arrepiento... bueno, sólo de dormir en el sofá ya que causa dolores de espalda.

-Te amo mucho, con todo y tus dolores.

-Y yo a ti.

-¿Crees que les guste el helado? Digo, está haciendo mucho calor, pero no sé si sean de helados.

-¿Acaso estás loco?- Por tan raro comentario, Dahia se separó levemente de él y mirándolo asombrada continuó. -¡Bra va a agradecernos que asaltemos este lugar y le demos del delirio llamado chocolate! En verdad que es un exquisito helado.

-Eso sí.

-Vaquero del mal, ¿cómo encontraste este lugar?

-Pues…- Sonrió mientras cruzaba los brazos. Ante eso, Dahia se acomodó mejor en su lugar para contemplar la pose pensativa de su hombre. -¡Cierto! Lo encontré en un día que me escapé de la oficina y pues, ni loco lo dejo.

-¿En serio te escapas de la oficina?- Dahia sonrió sorprendida. Sabía que Trunks no era de los hombres que les gustaba estar encerrado entre paredes, pero era el colmo que a su edad lo hiciera. Además, ¿cómo lograba escaparse de su asistente si era una fisgona de primera? Ni siquiera le permitía salirse continuamente por todo el trabajo que tenía él. Entrecerró los ojos y acercó más su rostro hacia él. –Trunks…

Mientras eso pasaba por la cabeza de la morena, Trunks tuvo un leve escalofrío, ya que la mirada nada santa estaba dándole a entender que comenzaría con sus juegos sucios. -¿Qué pasa ahora por tu cabeza? ¿Qué malévolos planes t…?

-¿Cómo logras burlarte de tu gran asistente? Conozco a la mujer Trunks y dudo que se le escape el pequeño detalle de que el gran empresario "todo poderoso" huye sin ser ni siquiera ser percibido.

¡Rayos! Él y su bocota. No había encontrado el momento ideal para confesarle su mayor secreto familiar y gracias a ello ahora tendría que sacarlo a flote. Sabía que podía volar, pero jamás profundizaron en el tema. –Bueno yo…

-¿Tú?

-Yo me escapo cuando ella no se encuentra en su lugar.

-Eso es demasiado obvio, la pregunta es ¿cómo?- La mujer recargó sus brazos en la mesa y descansó sus mejillas en su rostro mostrando pura curiosidad.

Trunks literalmente fue salvado por la campana. El pequeño aparato que le había dado la cocinera empezó a sonar indicándoles que ya podían recoger semejante manjar. Se levantó con una gran sonrisa y le extendió su mano a Dahia para que se apoyara en él. Ante una carcajada y amenaza, él logro guardar su secreto que tenía esa noche planeado confesarle. Ya no quería que nada se interpusiera entre ellos.

Se acercaron a la barra para recibir el postre de la reunión. Ante ello Dahia alzó una ceja molesta por la mirada de pocos amigos que le dedicaba la hija de la dueña.

Sin darse cuenta de la rivalidad salida de su hija, Olivia le entregó a Trunks los galones de helado, quien los recibió con una gran sonrisa. -Espero que sea de su agrado.

-Lo será, muchas gracias Oliva.

-No hay de qué joven Trunks, vengan más seguido.

Dahia, quien sonrió victoriosa por haberle ganado a esa mocosa por recibir un beso "robado" de Trunks, comentó. –Definitivamente lo haremos, ¡son tan deliciosos!

-Pues que sean bienvenidos.- Olivia miró extrañada a su hija quien bufó realmente molesta ante el comentario de la morena. ¿Qué le pasaba por esa cabeza juvenil?

-Bueno… nos tenemos que ir, así que aquí tiene…- Trunks sacó de su cartera su tarjeta y cuando estuvo a punto de recibirlo la chef, esta se separó completamente del aparador, dejando sin habla a los presentes.

-¡Oh Kami! Se me olvido decirles que no sirve mi terminal… ¿tienen dinero en efectivo?

-No. No se me ocurrió sacar dinero del cajero…- Trunks miró a Dahia y antes de darle un beso, le dijo. –Ahorita regreso.

-No es necesario amor, yo si traigo suelto.- Dahia tomo su cartera y antes de pagar, él la detuvo. –No hay problema.

-Pero yo quedé en llevarlo.

-Ambos quedamos, así que mejor ve por la hielera mientras yo pago. Así no llegamos tarde a nuestra cita que nos están esperando.

Como supo que ella tenía razón, se alejó de ella lo más rápido que pudo -Te lo pagaré después.

-Mejor vete antes de que te pegue.- Ante la mirada asombrada de los presentes, después de esas palabras ella le robó un beso y le pellizco su pompa derecha, ganándose una risa masculina.

-Eso sí me lo pagarás Dahia…- y sin dejar de reír fue al coche por la hielera.

Sin ni una palabra más Olivia recibió el pago de Dahia y al entregarle el cambio comentó lo más sinceramente posible, haciendo que su propia hija se ruborizara de la envidia. -Me da gusto que usted no sea como las otras. Sí que lo has pescado.

Dahia, ante el sutil comentario alzó una ceja. ¿Qué era eso de pescarlo? -¿Disculpe?

-Si jovencita, jamás le había visto así y que una chica no le buscara por su dinero.

-Ah, era eso. A él lo amo por lo que es, no por lo que tiene.

-Eso se nota…- Se retiró sólo unos pasos para sacar de la nevera una cajita blanca, la cual se la ofreció a Dahia, quien la miró extrañada. –Toma, compártelo con él y no dejes que su hermana te lo robe.

-Muchas gracias- La tomó con una gran sonrisa y dejó ese lindo lugar con la promesa de regresar. Ese helado era un manjar que por nada del mundo iba a desperdiciar jamás…

..Y sí que tuvo que esconderlo ya que fueron directamente hacia el postre y sólo pudo dejarlo dentro de la hielera. Inmediatamente después fue literalmente arrastrada por todas las mujeres de la casa para cuestionarla el cómo le había ido con la "cena romántica con Trunks" a la cocina. Por obvias razones escondió el hecho de que ella ya era de su amado y viceversa, diciendo que todo había salido tan bien y que ahora estaban mucho mejor.

Lastimosamente ninguna de las ya casadas le creyó, mucho menos cuando vieron la cara de "estoy completamente satisfecho sexualmente y me encanta" por parte del Brielf.

-¿Y entonces?- Bulma preguntó con una gran sonrisa. Sabía perfectamente que esos dos no solo habían pasado tiempo juntos y por nada del mundo perdería la oportunidad de molestar a sus hijos. ¡Estaba completamente feliz de ver que su hijo había encontrado a alguien a quien amar!

-Sin comentarios.

Como era de suponer, Dahia eludió cualquier pregunta extra. Inmediatamente pasaron a la mesa y así comenzaron la reunión familiar. La plática se hizo amena tocado muchos temas que sólo hacían reír a cada uno de los presentes. ¡Hasta Gohan no paraba de reír ante las barbaridades que decía su hermano menor en contra de Dahia y Pan! Las traviesas no dejaban de molestar al pobre de Goten.

-¡Déjenme en paz!- Goten cruzó los brazos completamente indignado. Ni siquiera su amada esposa intentó ayudarle ante esas dos mocosas.

Dahia, en cambio no dejaba de reír y disfrutar de las caricias que recibía en su mando de parte de su amado novio debajo de la mesa. -Oh que llorón eres, y tan bien que me caías-

-Mejor no sigas ya que también puedo molestarte… y no creo que te va a gustar.

-¡Nah! No me importa.

-Pero a mí si- Videl, que disfrutaba del espectáculo, no podía dejar de reír. Hace mucho tiempo que necesitaban hacer esta reunión y estaba saliendo a la perfección.

Bulma sonrió antes de hablar. -A mí también. Es mejor seguir nuestras peleas en la sala, tenemos un delicioso postre basado en helado de chocolate proporcionado por mis hijos.

-¡Perfecto!- Tanto Bra como Pan se levantaron alegremente y así se fueron a la gran estancia compuesta por una gran sala de tela color lino, con un sinfín de cojines tejidos por Milk y en el centro tenía una mesa de madera tallada por el propio Goku en su juventud.

Todos se acomodaron de tal manera que la plática siguió su ritmo… Hasta que la pequeña Pan hizo un comentario que a todos les sacó una gran sonrisa, bueno, a casi todos. Dahia alzó una ceja contrariada. Perdió el hilo de la conversación y ante ello continuó como si nada. -¿Qué es un Sayajin?

Todos, realmente todos, miraron con asombro y enojo a Trunks quien simplemente suspiró pesadamente.

-¿No le has comentado nada Trunks?- Pares, que no pudo más ante la decepción, preguntó con un tono de voz demasiado regio. ¡No podía ser! Él quedó muy formalmente enfrente de todos que ella sabría la verdad antes de su llegada de la luna de miel.

-¿Comentarme qué?- Dahia de pronto perdió toda la alegría y se puso realmente seria.

-Yo…- Trunks simplemente no sabía qué hacer. ¡Rayos! Se le adelantaron…

Con lo que ninguno contó fue que Dahia recibió una llamada de emergencia haciendo que se disculpara con todos y saliera corriendo sin siquiera escuchar la esperada explicación de su amado novio. Ya después le sacaría la verdad a ese vaquero del mal.

Para su desgracia la hija menor de uno de sus antiguos clientes, Luisa Taijou, había sido secuestrada para extorsionar a su padre y con ello obtener acceso de droga por medio de su compartimento de exportación y por nada del mundo permitiría que eso pasara…

-Ya voy en camino. ¿En dónde estás?- Dahia tomó el auto y se dirigió a toda velocidad al centro de la ciudad mientras le marcaba a Leon, quien le había informado qué es lo que había sucedido. Le marcó al subir al coche y agradeció que su amigo respondiera al segundo tono.

-Estoy en la calle central, al lado del Marquet hall esperando al equipo y de ahí nos vamos a la oficina por nuestras cosas-

-No tardo, mientras tanto te imploro que agregues en mi maleta mi PSP, lo dejé en mi cajonera-

-¿Tú PSP?- comentó León extrañado.

-Así es, y no me rezongues, que lo necesito-

Y gracias a Kami-sama logró llegar en tiempo récord…

. . . . . .

-¡¿Pero qué pasaba por tu cabeza?!- Bra le preguntó realmente molesta a su hermano, apoyada por todos los presentes. Estaban tan enojados porque él les había prometido que Dahia sabía la verdad, ¿y cuál fue la sorpresa? -¡Quedamos que le dirías todo!

-Lo sé… es solo que no encontré el momento adecuado.- Intentó justificarse Trunks, pero sabía que era tan cierto.

-Esta vez no tienes justificación. Ahora mejor preparemos cómo se lo vamos a decir.- Bulma, a pesar de todo, comprendía completamente a Trunks. Desgraciadamente Dahia había hecho comentarios negativos hacia Mr. Satán y eso, creyéndolo completamente, fue la principal atadura de su hijo mayor.

Suspiró rendido. Conocía a su mujer y tenía que enfrentarle cara a cara. -No, lo tengo que hacer yo. Muchas gracias por su apoyo, sin embargo es algo que tengo que hacer yo. Así que si me disculpan, voy a prepararlo todo. Nos vemos en otro momento.

Tomó su saco, el de Dahia que dejó olvidado y salió con paso lento. Tenía que pensar exactamente como decirle a esa mujer problemática su secreto sin perderla. ¿Pero cómo? Suspirando lentamente se dijo que no tenía de otra más que ir a donde estaba ella y apoyarla en su misión aun cuando sabía que ella se molestaría.

Así que sin más sintió el ki de su mujer y salió volando lo más rápido que pudo al centro de la ciudad. Esperaba fervientemente que esto no arruinara la noche que tenía planeada para los dos.

Sin embargo no contó con que el edificio en donde se encontraba Dahia tuviera daños en su estructura por una potente bomba. Para su desgracia y horror encontró que la policía y agentes de la hermandad hacían una enorme labor para evitar que los chismosos y la prensa hicieran de las suyas… ¡no podía tardar más! Por lo que aprovechó que uno de los techos de los edificios vecinos no tenía vigilancia para aterrizar y moverse ágilmente para poder así entrar y salvar a Dahia…

Tenía que apresurarse. Desgraciadamente la entrada había sido bloqueada por escombros y León quedó atrapado del otro lado.

-¡Ve por la niña! Yo detendré al enemigo.- Le gritó León, quien gracias a Kamisama no tenía ni una sola herida.

-Con cuidado.

-Nos vemos afuera…- y fue lo último que escuchó Dahia antes de salir corriendo evitando que la viera sus atacantes. Corrió por los pasillos lúgubres y, cuando por fin percibió a Luisa, quien estaba inconsciente gracias a que le durmieron con algún químico. Entró sigilosamente, la tomó en sus brazos y le solicitó a León que se preparara porque tenía a su objetivo.

Aunque, dando unos pasos en falso, un hombre barbudo y panzón la encontró gracias a que la niña gritó levemente al despertar y sentirse en movimiento. Para la desgracia de Dahia, no pudo calmar a tiempo a la pequeña y pues, ahora tenía que enfrentarse a ese ser despreciable.

-Lo siento.- Comentó Luisa al darse cuenta del grave error que cometió.

-No te preocupes pequeña… ¿puedes caminar?- Dahia le contestó tranquilamente, evidenciando todo lo contrario a su sentir. Ahora si no tenía de otra más que contra atacar. Bajó suavemente a la pequeña de 5 años y, suspirando fuertemente mientras que el hombre se preparaba para atacar, cerró los ojos ubicando a cuatro sujetos más que iban en su dirección. ¡No podía perder el tiempo!

Y lo logró. Después de un ataque donde ella obviamente fue la ganadora, tomó nuevamente a Luisa de la mano y rápidamente la guio para entrar a un pasillo completamente iluminado, en donde la esperaban los sujetos que ella identificó. Para su real desgracia, ese era el camino para llegar con León y salir de ahí.

-Pero miren qué tenemos aquí…- el más grande de todos comentó, observando como Dahia protegía con su cuerpo a Luisa, quien se escondió detrás de ella. Desgraciadamente Dahia no salió limpia del atacante anterior y le rasguño su brazo.

-Que belleza de mujer, lástima que no tenemos mucho tiempo para divertirnos- otro comentó con una mirada lujuriosa. ¡Tenía ganas de una buena hembra y la habían encontrado!

-¿Qué les parece si nos llevamos estos dos premios? Yo quiero cobrar mi plata por cumplir la misión.

-No eres el único- un último hombre salió a unos cuántos metros de la ubicación de Dahia, quien apenas tuvo tiempo de esquivarle y contra atacar.

Todo estaba bajo su control. Obviamente tuvo que ocupar su habilidad para detenerles y ahí iba, pegando y evitando cualquier ataque…

No obstante un estruendo detuvo el movimiento de todos los presentes, dejando anonadados a todos, especialmente a cierta morena que no tuvo palabras para definir lo que estaba sintiendo. ¡Demonios! Se encontraba completamente desarmada ante la llegada de Trunks. ¿Cómo había llegado hasta ahí?

Estaba más que furioso. ¡4 hombres contra una sola mujer! ¿Pero qué le pasaba a la hermandad? No pudo más con su coraje y al ver como Dahia tenía una cara de asombro, decidió que era mejor terminarlo todo cuanto antes. -¡Llévatela lejos de aquí!- Comentó Trunks realmente molesto. Ahora si nada ni nadie le detendría esta vez.

-Pero Trunks…

-¡Ahora!

Si para ese entonces se sentía asombrada ante la 'extraña' velocidad de su novio, en esos momentos su mundo se le vino abajo al ver cómo, sintiendo una gran energía proveniente de él, comenzó a aparecer a su alrededor una extraña aura dorada. Ni siquiera pudo moverse como sus pies se lo aclamaban. ¿Qué significaba todo eso? Y de pronto, el cabello de Trunks pasó de ser morado a un dorado despeinado y completamente erizado. Con eso él atacó al enemigo de tal manera que éste no duraría ni dos minutos.

No podía ser que… Simplemente no…

Él era uno de esos guerreros dorados.

-Dahia.- La pequeña despertó por una pequeña gota que se resbaló por su rostro. -¿Dahia-san?

Dahia escuchó la voz de la pequeña, sin embargo no podía despegar la mirada de ese hombre completamente desconocido, ni contestarle. Ese ser que, de ser tierno y amable, se transformó en un hombre agresivo, de guerra y sin sentimiento al momento de derrotar a su enemigo. Se levantó como pudo y sintiendo una terrible furia en su interior, observó rápidamente su panorama y encontró, detrás de unos estantes destrozados, la posibilidad de esconder a la pequeña sin que recibiera algún daño mientras ella se desquitaba completamente. Corrió hacia lo hallado y acomodando a Luisa, le sonrió. –No vayas a hacer ni un ruido, prometo regresar cuando termine con esto.

-¿Me lo prometes?- La niña la miró esperanzada.

-Claro, es más…- Sacó de su bolsa su PSP. –Toma, escúchalo y pasando dos canciones completas saldremos de aquí. Te lo prometo,- Le sonrió nuevamente a esa cara infantil. –Pero no hagas trampa.

-Lo prometo.

Y con ello regresó su atención a él. Cerró los ojos para poder identificar la localización del enemigo y pasados algunos segundos, los sobrevivientes del ataque de Trunks cayeron rendidos por un extraño pero potente dolor de cabeza.

-¿Pero qué demonios?- Comentó Trunks extrañado, y cuando encontró a Dahia parada a unos pasos de él, comprendió todo. ¡Rayos! Él intentó todo lo que estuvo a su alcance para esconderle su secreto familiar y así buscar el mejor momento para 'revelarlo', no obstante lo echó todo a perder por su furia. Cuando ella abrió nuevamente sus ojos, intentó que las miradas chocaran, sin embargo no lo logró por dos idiotas que salieron de la nada detrás de Dahia.

-¡Maldita perra!

No se encontraba con el humor para si quiera perder más el tiempo. Deseaba salir urgentemente de ahí y liberarse con ello de tan terrible decepción. Así que, estiró ambas manos a sus extremos y con ello aventó a esos sujetos contra la pared noqueándolos.

Y el mismo destino lo tuvo Trunks, aunque para su propia desgracia no pudo desmayarle.

Ese movimiento no se lo esperó y le tomó desprevenido. Lastimosamente esa era la única manera en que Dahia podía someterle. -¡DAHIA!- Le gritó para liberarse, algo que jamás pasó. Ella simplemente le miró con los ojos llorosos y llenos de dolor.

-Cállate Brielf.

No supo que más decirle. Apretó a los asaltantes hasta asfixiarles sin soltar a Trunks y se acercó a Luisa, la cual estaba pasando por la segunda canción. Miró a su futuro ex novio y sin más salió del edificio, cerciorándose de entretener a Trunks lo suficiente y así no topárselo en un par de horas.

Lastimosamente la vida no le regaló ese tiempo. Ni siquiera se había liberado de la ambulancia y 'los cuidados de esos médicos' después de encontrarse con León cuando el ojos color cielo apareciera a su lado. Se descuidó un momento y ganó una mirada llena de reproche. ¡El desgraciado era más rápido de lo que pensó!

-Tenemos que hablar.

-¿En serio?- Contestó con todo el sentimiento que tenía en su interior. Y como le estaban curando el brazo, ni siquiera le miró. -¿Y si no quiero?

Tenía que aclarar todo antes de que se empeorara su situación más de lo que estaba, y preguntarle el por qué rayos jamás le comentó de ese terrible poder suyo a grandes distancias. ¡No pudo moverse hasta esos momentos! -Ahora.

-Perfecto. Que así sea.- Ella sonrió al médico y alejándose lentamente de él, caminó lo más separada de ese hombre hasta que encontraron el lugar perfecto. Inmediatamente enfrentó a Trunks con una tremenda cachetada, la cual gracias a su poder, sí le causó efecto deseado. –Maldito mentiroso.

Eso sí que dolió.

-No quiero volver a tratar contigo en lo que resta de tu miserable vida Brielf, ¿o debo decir 'guerrero dorado'? ¡¿De qué manera te gusta más?!

-Intenté decírtelo Dahia. En verdad.

-¡Sí claro! Ruin farsante… ¿Y por qué no lo hiciste?

-No supe cómo reaccionarías y no quería perderte.

Tenía que calmar su coraje naciente para no estrangularle en esos precisos momentos. -¿Que cómo…? ¡Que cómo reaccionaría! ¡Maldita sea, Trunks! ¡No ibas a perderme por confesarme esto!

-¡No lo sé!- Él también explotó. Se estaba saliendo todo de control. La amargura de la mirada de ella le calaba realmente el alma. –No quería perderte por tu repudio hacia los míos… que nos vieras como monstruos y te alejaras de mi lado.- Continuó ya que ella no dijo nada. –Al escuchar que odiabas a los que permitieron que Mr. Satán hiciera la fortuna que hizo, yo…

-¡Por Kami!- Ella le miró como si no pudiera hacerlo más. –¿Alejarme de ti por un simple comentario? ¡Qué estupidez llegaste a pensar! No puede ser… ¡te conté todo acerca de mí, de mi herencia y de mi familia! Te he probado con hechos lo que soy y qué hago y tú simplemente callaste por miedo. Abrí las puertas de mi familia a tus estúpidos pies y así me pagas… ¿Tú un monstruo? ¡Entonces qué demonios soy yo!- Calló por algunos segundos. -¡Kami! Eres uno de ellos.- Y se dejó caer, sentándose en esa pequeña jardinera. –No quiero verte… en verdad necesito estar sola.

-Dahia…

-Ahora entiendo la fuerza de Bra o… o tu gran velocidad…- Agachó su mirada, encontrando más entretenido el piso. –Quiero estar sola.

-Lo siento mucho.

-Sólo vete. ¡Ahora!

-¡Dahia-Sempai!- La pequeña voz de Luisa fue la causante de la destrucción del momento de tensión y llamó la atención de los dos adultos. -¿Está bien?

-Si…- Se levantó quitándose algunas lágrimas escapistas. –Es sólo que… olvídalo, no pasa nada.

-Quería agradecerles por salvarme la vida. Sé que no fue fácil pero… pero…- La chiquilla comenzó a jugar con sus dedos, símbolo de nervios. –Pero lo hicieron. Gracias.

-No hay de qué.- Trunks no se movió de su lugar. Simplemente observaba a su mujer y a la recién llegada.

-Tengo que irme ya que mi papi me espera, sólo pedí que me dejara verles por última vez. ¡Adiós!

Y los dejó nuevamente solos con un gran silencio entre ellos. ¿Qué hacer? ¿Qué decirse? Ni uno obtuvo la respuesta.

-Lo siento mucho Dahia, y si, no te lo comenté ya que tuve miedo a que te alejaras por mi secreto.- Por fin comentó Trunks con la mirada gacha, haciendo que ella le mirara. –Pero veo que no valió la pena y que me equivoqué nuevamente.- Suspiró resignado. –Si quieres estar sola, no te molestaré más. Sólo prométeme que te cuidarás tus heridas.- Tomó su silencio como un 'si'. –Adiós.

Y la dejó sola.

Llegó a su departamento realmente sin ganas después de perderse algunas horas por toda la ciudad. ¿Por qué calló? Nuevamente cometió otro error y al parecer este sí le causaría grandes daños a su relación, si es que aún tenía una. Se duchó para quitarse los residuos de la batalla y en el preciso momento en que tomaría una bebida del refrigerador, cuatro horas después de dejarla sola, sonó el timbre. -¿Quién será?- Tan aturdido aún se encontraba que no se dio cuenta del Ki tan conocido, sorprendiéndole por lo mismo.

-Ser parte de ti y estar a tu lado sin importarnos nada ni nadie. ¿Lo recuerdas?- Dahia se encontraba completamente mojada gracias a la lluvia, sonrojada por el frio y temblando por el clima. –Porque no he podido sacar esa promesa de mi cabeza desde que me has dejado sola en el parque.

Ni siquiera pudo moverse. Estaba atónito ante la mujer que tenía enfrente y sus palabras. -Dahia…

-Yo lo lamento Trunks, es sólo que… yo no quiero tener secretos entre nosotros y…- Estaba desesperada por la estúpida actitud que tomó ante el descubrimiento. Cuando él la dejó sola, entendió que necesitaba urgentemente escucharle y no perderlo, ya que le amaba sin importarle nada ni nadie. Lastimosamente esa maldita hija de la chef desgraciada no quiso participar rápidamente y la tuvo esperando en plena lluvia por lo que tenía en sus manos. ¡Cierto! Tomó fuertemente el frasco de plástico blanco y sin aguantar la mirada asombrada de Trunks, se lo ofreció y comentó. -¿Crees que este helado de tan delicioso chocolate sirva para que me perdones y me expliques más tranquilamente del porqué no me dijiste nada?

-¿Y si te digo que con tu presencia era más que suficiente?- La tomó de la cintura y la abrazó fuertemente, importándole un bledo el mojarse por ello. Después la impulsó de tal manera que ella se aferró a él con sus piernas alrededor de su cintura y su pecho se fusionó con el de él. –No necesitabas más que decirme 'Idiota, tenemos que hablar'.

Rio libremente ante tal declaración. -Tenía que tener más armas bajo la manga, por si las dudas.- Sonrió mientras se abrazaba más a él. Colocó sus brazos alrededor de tan varonil cuello, cruzándolos con todo y helado. –Y no te hubiera dicho idiota conscientemente, te amo tanto que no me atrevo.- Dejando todo caer, se lanzó a sus encantos y recibió un beso que calmó cualquier sentimiento negativo.

. . . . .

¿Por qué estando tan deliciosamente dormida tenía que ser despertada por ese estrepitoso aparato? Mejor dicho, ¿por qué tenía que ese estrepitoso aparato el que interrumpió esos deliciosos besos que le regalaba su novio intentando despertarla? Sólo esperaba que Trunks dejara de jugar con su oreja y así poder alcanzar su celular.

-¿Tienes que contestar?- Él comentó en un susurro completamente seductor. Le encantaba amanecer con su mujer entre sus brazos y degustar de su delicioso sabor. Y más después de tener una deliciosa sesión de 'reconciliación' durante toda la noche.

-Sí, lastimosamente es mi jef… ¡Ooh Trunks!- Estando a punto de alcanzar su celular, Trunks succionó la piel localizada en su nuca, enchinando sus cueros y encendiendo su fuego interno nuevamente. Tuvo que agarrarse de la espalda de Trunks para no 'perderse' en la cama.

-No contestes, vamos a…- Y ahora no solo degustaba del sabor de esa piel, sino que acariciaba esa parte delantera tan atractiva de ella que era sólo de él. -…quedarnos todo el…- No conforme con el pequeño suspiro regalado por ella, se colocó encima de ella para besarla a sus anchas, pegando su cuerpo con ella. -…día para disfrutarnos.

¡Ooh Kami! Sí que ese hombre le estaba convenciendo. ¿Desde cuándo Trunks era tan, pero tan fogoso? Ni siquiera pudo estirar su brazo y alcanzar ese teléfono ya que tuvo que colocar sus manos en la nuca de ese hombre que ahora poseía tan deliciosamente uno de sus pechos mientras que con sus manos estimulaba el otro. Ella no pudo más que cumplir los deseos de Trunks, el cual efectuó hasta saciarse. Le hizo el amor hasta que no tuvo energía de contestar ni siquiera el llamado de Lucy.

Pero eso sí, no tuvo de otra más que ir a la oficina el día siguiente, para cumplir con otra misión de esas que nada más le quitaban energía y tiempo con Trunks, salir cuatro días era mucho. Hasta eso no tuvo inconvenientes y llegó al departamento completamente cansada pero satisfecha. Para haber tenido una misión corta, estuvo realmente pesada gracias a todos los inconvenientes para encontrar el sembradío de droga en la ciudad I. Dahia se dejó caer en el sillón y esperaba que Trunks llegara pronto ya que deseaba verle y comentarle que le darían dos semanas de vacaciones que quería aprovechar al máximo. -¡Kami!- Suspiró pausadamente para relajarse. Ahora vería su santa correspondencia que le acababa de dar el portero, después se podría más cómoda y prepararía la cena basada en pasta con verduras y pollo.

No obstante encontró cierto folder rojo que le dejó sin aliento. Lo abrió rápidamente y estando ya ese papelillo rebelde en sus manos, quedó anonadada ante el contenido. –No puede ser…

-¿Qué no puede ser, amor?- Trunks supo que llegaría temprano y sin más se adelantó al departamento para verla, lográndolo con una gran sonrisa. Sin embargo se puso serio al encontrar incredulidad en su murada. -¿Qué ocurre?

-Yo… nada amor, no te preocupes.- Dahia suspiró pesadamente al guardar semejante documento. No había nada que pensar, por lo que se destruiría esa invitación cuanto antes. Primero era lo primero y se levantó rápidamente para ir a los brazos de su amado. Le había extrañado mucho y se lo demostró. Después de regalarse algunas horas, aprovechó que él quedó perdidamente dormido para preparar la cena, la cual fue un rotundo éxito, no sin antes quemar de tal manera semejante invitación que no dejó nada a la evidencia.

¿Por qué tenía que llegarle la postulación de su vida hacia la Sociedad cuando tenía a Trunks? Era un gran paso a su deuda, sin embargo le alejaría de lo que tenía ahora y por nada del mundo abandonaría a Trunks. Era consciente que Jason estaba más que furioso ya que los paparazzi les había dado por fregarles al enterarse de que el soltero más codiciado en todo el mundo dejó el título de "soltero" para ser de "Dahia".

Así que disfrutó de ver como desaparecía, siendo su única confidente Lucybell, quien recibió la orden explícita que eso no iba a salir de esa habitación.

. . . . .

El tiempo pasó volando y estaban los dos trabajando como siempre. Aunque esta vez, Trunks estaba deliberando una gran pelea para poder solventar todos los problemas dentro de la empresa gracias a ese infeliz que decidió vender sus acciones sin consultarle. ¡Estaba colérico! Lo único bueno y agradable a todo su pesar fue que Dahia no había sido llamada por la Hermandad y así se dedicó a su trabajo 'normal'. Separó su vista del monitor para ver como su mujer, sentada en el gran sillón con ambas piernas cruzadas y su clásico chongo despeinado, mordía la goma del lápiz planeando en esa hoja de papel el diseño de unos nuevos departamentos que él mismo le solicitó.

Suspiró cansado y, en el momento en que regresó a su trabajo, colocó su mano derecha en su nuca. Exhausto.

-¿Cansado?- Comentó Dahia sin dejar de hacer su dibujo.

-Frustrado diría yo.

-Tengo la solución a tu problema… ¿Quieres un chocolate caliente?- Ella le miró en esos momentos y encontró fastidio. -¿O lo quieres frío?

-Muchas gracias Dahia, pero prefiero apurarme a esto… mejor después.- Y siguió con lo suyo.

En cambio, Dahia sonrió antes de levantarse e ir hacia él. –Debes de descansar un poco. Has estado trabajando en eso durante todo el día.

-Lo sé, pero tengo demasiadas cosas que hacer. Ese hombre ha parado las inversiones por la venta y…

-Tranquilo mi vida.- Se colocó detrás de él y con sus manos en sus hombros continuó. –Vamos a ver…- Le dio un pequeño masaje y encontró que sus músculos estaban rígidos. –¡Estás tan tenso! Dame cinco minutos y…

-Dahia, no puedo. Yo…

Al encontrar la negativa en él, sonrió sensualmente y no dejando que él se levantara, se agachó de tal manera que sus labios estaban a la altura de su oído. –Son solo cinco minutos. Déjame relajarte un poco.

Y comenzó a masajearle. Primero se fue por sus hombros para pasar a su cuello y, al ver que su respiración se alentó y estaba realmente disfrutándolo, fue bajando lentamente sus manos a su pecho.

-¿Te había dicho que tienes unas manos maravillosas para dar masajes?- Él comentó aún con los ojos cerrados disfrutando de las caricias de Dahia.

-Nop, pero es bueno saberlo.- No conforme con eso, comenzó a desabrocharle la camisa sin despegar sus manos de su cuerpo, botón por botón, besando el cuello y nuca de su novio sin dejar de acariciarle ahora directamente en su piel, intensificando sus actos.

Dahia siguió con su labor, encendiéndole poco a poco. Esa mujer sabía sus puntos débiles y estaba cayendo bajo sus encantos. En el momento en que ella le liberó de su camisa y besó cada parte de sus hombros, supo que si no la paraba en esos momentos, ya nada podría evitarlo. -Dijiste sólo cinco minutos.

Y ella estaba en la misma situación. Sabía perfectamente que los dos tenían trabajo que hacer, ¿pero qué más daba? Trunks la necesitaba realmente en esos momentos, por lo que, aprovechando el espacio libre que quedó entre Trunks y la mesa, detuvo sus besos para acomodarse ahorcadas de la cintura de él. Sonrió ante su gran descubrimiento. –No creo que quieras que pare, ¿o sí?

No, realmente NO deseaba parar. La tomó de la espalda y hombro para besarla pausadamente, recibiendo un abrazo de ella y el cariño que tanto amaba. Inmediatamente, sin separar sus labios, él buscó los botones de su blusa para así dejarla casi en la misma situación… aunque lo que no encontró cubriendo ciertos dotes tan suyos, le dio a conocer que Dahia había preparado esa escena.

Así que, sin más preámbulos, colocó sus manos en sus pechos y con ello atendió a su mujer como era debido. Ella, como acto de reflejo, deshizo el beso y se hizo para atrás, recargándose levemente en la mesa y así darle libre libertad a Trunks para disfrutar de sus pechos. Él succionó uno de ellos mientras atendía el otro.

-Eres tan hermosa.- Comentó Trunks al verla suspirar y con la cabeza hacia atrás. –Vamos a la cama, amor.- Y con el cuidado que ella merecía, la tomó de las caderas haciendo que ella le abrazara y la dirigió a su habitación bajo besos y caricias. Necesitaba de ella tanto que dejó todo por estar a su lado. La acostó sin separarse y la besó a sus anchas, desnudándola con cuidado y sobre todo, deleitándose de su sabor y calor, como si fuera un ritual sagrado. En cambio, él se desnudó rápidamente y se colocó encima de ella para no perderse su ardor.

-Te amo mucho Trunks.- Le sonrió y, dejando que él se colocara donde se debía situar, le besó sus hombros mientras acariciaba su espalda. -Mucho…

Sonrió para ella y al recibir una caricia en su nuca mientras él se dirigía a su cuello, lo besó sutilmente y se apoyó casi en su totalidad en su mujer. –También te amo.- Acarició sus muslos mientras se colocaba en el lugar correcto y haciendo que ella abrazara sus caderas, de una fuerte y certera embestida, se fundió en ella.

-Ooh…- Ella echó la cabeza hacia atrás ante el deleite de recibirle y con ello se perdió en el placer que solo Trunks podía darle.

Él la besó por donde tuvo alcance y la abrazó para quitar todo el espacio que se encontraba entre ellos. Se movió vigorosamente, reflejando que realmente disfrutaba de cada movimiento y ella gemía ante el súbito y creciente poder que crecía en su vientre. Le amó y cuando el divino orgasmo llegó a ellos, les dejó sin movimiento por algunos minutos.

Él se sintió tan bien por tenerla en esa posición que no deseó separarse de ella hasta que la vida se lo permitiese. Entendió que la amó tanto que tenía que estar con ella el resto de su vida… Quería a Dahia como su compañera. La necesitaba como su esposa y como la madre de sus hijos… ¡Ahora sí encontró la respuesta a todas sus preguntas! La empresa tendría que esperar.


Hace tanto tiempo que no me paso por aquí. Espero que les guste la actualización y agradezco que sigan conmigo en esta historia.

Gracias por sus mensajes y nos seguimos leyendo.