N/A: Bien, soy una total ingrata con ustedes, mis queridos lectores, probablemente ya nadie se acuerde de esta historia en el fandom...Pero bueno nunca he escrito algo a menos que no me sienta inspirada, sin embargo para todas aquellas personas que disfrutaron los dos primeros capitulos y esperaron la actualización, mis sinceras disculpas.
Me tomó un buen tiempo escribir este episodio, me es díficil el desarrollo lento de las cosas y las historias, espero que les agrade, en serio me gustaria tratar de forma profunda, la relación entre Musashi y Hiruma, y apegarme lo más posible al canon, especulando.
Sin deseo de aburrirlos más, aquí les va el capitulo. Tardó mucho, pero esta escrito con mucho amor (?)
El tren estaba tarde ese día, Kurita miró nervioso al rubio sentado a su lado, al tiempo que miraba su reloj. Tragó saliva, estaría muerto pronto, muy pronto.
La estación de trenes quedaba a unas pocas cuadras de distancia de la preparatoria Deimon.
Luego de insistir bastante, había logrado arrastrar a su amigo lejos del campo de juego.
Compraron los boletos en la caja de la entrada, para luego esperar sentados en una de las corridas de asiento junto al amplio anden. Estuvieron sentados allí bastante tiempo, suficiente como para que el capitán se aburriese y el sol despareciese lentamente sobre el horizonte.
-Y bueno gordo...-Su amigo irrumpió el hilo de sus pensamientos-¿quieres repetirme porque debo acompañarte a Occhiai?-
-Ya te dije que es un encargo.-Sonrió amablemente.- ¡Será divertido!-Agregó juntando sus manos emocionado, aunque no por el motivo que esperaba Hiruma.
El capitán le miro ceñudo unos instantes-estrechó sus ojos- su jugador sudó un poco bajo su camisa.
-Más te vale...-Kurita guardó el aliento ante su mirada-Esta cosa ya se está tardando...-
-Es extraño, usualmente siempre llega alrededor de las 8-
-Son las 8:10-
"...Quenosevayaquenosevayaquenosevaya..." Pensó el Ryoukan desesperado, entre las preguntas y su impaciencia temía que sus motivos ocultos para esto salieran al aire. Maldición, que su amigo era listo...y vengativo.
Le miró un momento, cruzado de brazos sentado sobre uno de los asientos en corrida, mientras movía su pie contra la acera, seguro que se enojaría cuando llegasen allí. Pero si lograse algo, con todo eso, bueno valdría la pena de todos modos. ¡Seguro que sí!
Todo saldría bien.
El tren finalmente llegó cinco minutos después. No compartieron palabras durante el trayecto, uno por estar demasiado enfrascado en sus propios pensamientos, y otro por miedo a dar un paso en falso y ser descubierto.
Finalmente cuando se bajaron, la torre de control habló, mientras caminaban calles arriba hacia la dichosa pastelería.
-Kurita...-Murmuró indeciso, su amigo le escrutó extrañado, él nunca le llamaba por su nombre a menos que fuera importante. Tardó en hablar. Sus manos ocultas en los bolsillos de su chaqueta de la preparatoria se veían tiesas y tensas desde hacía rato, así que espero pacientemente.
-Tú bueno, ¿has seguido hablando con el viejo verdad?...-
Su compañero pareció confundido ante la pregunta, claro que seguían hablando, eran amigos.
-¡Por supuesto, somos amig!-
-¿Cómo está su padre?-Interrumpió bruscamente, como si no hubiese sido capaz de reprimir la pregunta, el linebacker abrió los ojos sorprendido, su amigo lucía triste. El rubio al notar su arrebato giró bruscamente su rostro evitando sus ojos, avergonzado. Su rostro ardía.
-H-hiruma-
El chico negó con su cabeza sacudiendo sus hebras, sin mirarle.
-Olvídalo...No es nada.-
Un silencio incomodo volvió a hacerse presente, Kurita se sintió mal por lo que estaba a punto de hacer, sin embargo ya poco importaba, estaban frente a la famosa tienda. Entraron uno tras otro. Kurita se acercó al mostrador y miró algunos de los dulces y pasteles ordenados bajo los cristales. Había muchos de donde elegir, aquella repostería era famosa en la ciudad, por la variedad y calidad de sus productos.
Fue un tiempo algo tedioso el esperar al chico mientras decidía, este se movía como un niño alrededor de los escaparates, babeando un poco entre la comisura de los labios, cuando se trataba de dulces, era un apasionado. Bueno de la comida en general… Finalmente (luego de un amable puntapié en el trasero por parte del rubio), eligió un par de sabor chocolate con trufas, y otro de limón.
-¿Seguro que no quieres nada?-Inquirió por casi décima vez en ese rato.
-Ya sabes que odio los dulces.-
Suspiró derrotado.
Se acercó a la vidriera y primero pagó por lo que había escogido de la vitrina para luego mencionarle su nombre a la dependienta y solicitar el encargo que había ordenado bajo su nombre alrededor de unos pocos días atrás.
-¿Qué esto no era un maldito encargo para alguien más?-Irrumpió de pronto la voz de Hiruma, tras él.
-Algo así...supongo-
-¿Supongo?-Se acercó intimidante.- ¿Qué demonios ocultas gordo?-
-¡N-nada, nada!-Escupió apresurado. Estaba frito, su plan definitivamente no iba a funcionar. Al menos no mientras Musashi no llegase y el rubio siguiese cuestionando. A este paso sería descubierto en cualquier instante.
Se acercó al otro lado del local, donde se retiraban los pedidos, pasó un poco hasta que la chica de la tienda apareció con una caja algo grande y la puso sobre el mostrador junto con una caja un poco más pequeña (en donde iban los otros pasteles pedidos de ese mismo día.) Sonriente le entregó el paquete junto a una bolsa, y luego la otra.
Kurita las recibió tranquilamente, alcanzando a murmurar a penas un tímido "gracias señorita".
Salieron de la tienda, y al momento de reencaminarse a la estación para que cada uno volviese a casa, el más alto tomó al otro del hombro.
-Espera…¿No deberíamos al menos comernos algunos de los pasteles?-Su voz sonaba nerviosa.
-Ya sabes que no me gustan las cosas dulces.-
-Al menos acompáñame mientras me como uno-Rogó.
-Así pareciera que es una cita.-Rio el rubio, mostrando su afilada hilera de dientes.-Eres un jodido insistente-
Ryoukan sonrió, invadido por un sentimiento que no supo identificar.
-Gracias.-
Pasaron unos minutos hasta que llegaron a un parque un par de calles arriba. El lugar era pequeño, una especie de descanso en medio de la ciudad cubierta de edificios grises. Tenía algunos árboles a penas cubiertos por hojas-estaban en invierno.-Y entre la nieve aun lograban verse algunos brotes de pasto que se resignaba a morir. Al centro había un par de columpios junto a una resbaladilla infantil rodeadas por dos bancas de madera oscura.
Antes iba mucho a este lugar…Incluso antes de conocerse con Hiruma y Musashi, Kurita solía venir aquí desde la escuela Mao, tan sólo a descansar del largo trayecto que emprendía cuando deseaba probar los deliciosos dulces de la tienda. Era un lugar bastante especial para él… Sin embargo cuando se unió al equipo de futbol Americano, muchas cosas comenzaron a cambiar dentro de su vida, incluyendo ese pequeño parque.
Al partir con las prácticas, con ello también creció su relación con sus dos compañeros… No había tenido amigos tan cercanos nunca, él era alguien bastante tímido. Y dado su carácter la gente solía aprovecharse de él. Pero cuando se trataba de ellos dos, aunque nunca dijesen nada, sentía una especie de vínculo más allá del deporte que amaban.
Casualmente empezaron a ir luego de los entrenamientos, a veces hasta tres veces en una semana, no hacían nada en particular, aparte de observarle comer toneladas de azúcar sin atragantarse, pero de todos modos siempre le acompañaban. El rubio usualmente se quejaba y maldecía sus malos hábitos alimenticios antes de aceptar ir, mientras que Gen asentía en silencio junto a un pesado suspiro de resignación. Pasaban las tardes de verano, en ocasiones se quedaban allí hasta altas horas de la noche simplemente compartiendo aquel espacio perdido en medio la urbe.
Hiruma se detuvo al llegar.
-Tú…-Apretó los puños, su flequillo cubría sus ojos.- ¿Porque razón vinimos precisamente aquí?-
-Hiruma yo…-
-¡¿Para quién es el encargo?!-
No hubo tiempo de respuesta, tan sólo apretó el agarre de las bolsas sin enfrentarle directamente. Unos pasos a sus espaldas irrumpieron su discusión. Tras ellos se encontraba su ex compañero de equipo, quién les miraba con sorpresa en sus ojos oscuros.
-No creí que vendrías...-Su voz rasposa sonó dolida.
A la torre de control le tomó un momento reaccionar, estaba sorprendido, chasqueó la lengua resignado. Mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.
-Pues, vaya que para mí también es una sorpresa.-Sus ojos se dirigieron al chico a su lado.-Alguien guarda secretos.-
El juez de línea sonrió culpable, mientras rascaba su nuca.
-¡Sino no vendrías!-Se defendió-¡Que gusto verte Musashi!-Dijo mientras abrazaba brutalmente al moreno entre sus fuertes brazos cortándole al aire al joven de aspecto maduro quien en un último acto de dignidad, duramente palmeó la espalda de Kurita, en un gesto cariñoso.
Se acercó a Hiruma en un acto de cortesía, mas el capitán le ignoró como si no le hubiese visto. Le dio la espalda y caminó hacia una de las bancas y se sentó en el medio, con su cabeza hizo un ademán a que lo siguieran. El defensa, no dudó un segundo para sentarse a su izquierda, al hacerlo la banca se inclinó un poco. Haciendo a Hiruma reír.
-¡Si serás gordo!-
-No es gracioso…-
El moreno ante la escena cerró los ojos con placidez, le gustaba estar con esos idiotas. Era un tiempo sin verlos.
El demonio tomó asiento finalmente posicionándose a la derecha.
El ex pateador sacó un cigarrillo de su chaqueta-Hiruma le recriminó con la mirada, este se encogió de hombros resuelto.-Y con su otra mano sacó su encendedor, lo prendió en silencio, cubriendo con su palma la llama del fuego. Una vez encendido, aspiró profundamente una calada, para luego expulsar una columna grisácea, que fue perdiéndose en un cielo de igual color. Se sentía en calma…
Kurita tomó la bolsa más pequeña mientras sacaba un pastelito de trufa y lo acomodaba en su regazo sobre un platito de cartón, y sacaba un tenedor algo frágil de plástico blanco.
-¿No ofreces?-
El defensa se sonrojó al notar su falta de modales, sacando de la bolsa el otro pastel de limón, se lo extendió a Gen con una sonrisa amable.
-Recordé que no te gustaba el chocolate…-
-Me lo hubiese comido de todos modos.-Admitió evitando su mirada-Gracias.-
Probó el dulce con algo de desánimo, la verdad es que no era un apasionado de las cosas con azúcar sin embargo, la acidez del pie de limón siempre le había llamado la atención. Al probarlo, se sorprendió, hacia un par de años que no comía un dulce que le agradase tanto, dudó un segundo, tal vez…Sólo tal vez, aquello sabía bien debido a que estaba con sus amigos.
Se quedó en ese pensamiento, cuando Kurita le interrumpió.
-¿Te ha gustado?-
-Claro, ¿por qué no?-
El chico más alto rio tímidamente juntando las palmas de sus manos.
-No es nada, es que hiciste una expresión muy particular ¿sabes?-
Gen asintió quedamente.
Hiruma a su lado, había estado callado y sin probar nada, eso no era sorpresa. Lo de callado sí. Probablemente aún se encontraba dolido con él. Demonios, él era tan injusto.
No era su culpa nada de lo que estaba pasando…
-¿Cómo ha estado tu padre?-Su voz sonaba fría, sin emociones al dirigirse a él. Sus ojos verdes parecían un pantano insondable, perdido a la distancia, como si no estuviese con él en ese instante.
-¿Realmente te interesa mi padre?-Devolvió con otra pregunta en tono amargo.
-Chicos…-
El rubio hizo una pausa, enderezándose sobre el banquillo.
-Quiero que vuelvas jodido viejo.-Aseveró seriamente, las últimas palabras habían sonado extrañas.
Musashi frunció los labios, frustrado.
-Sigues sin entender nada…-
Una brisa pasó meciendo el cabello del moreno.
-Entiendo que no debes hacer algo si no quieres.-
Apretó los dientes, con frustración.
-Sabes muy bien que no se trata de lo que quiero…Yo-Le miró a los ojos-Debo hacerme cargo, por el bien de todos.
Hiruma se levantó abruptamente del banquillo, posicionándose frente al moreno, Kurita se removió nervioso, dudando si detenerlo o ver su accionar. El rubio agarró violentamente al pateador de las solapas de su camisa, acercándole a su rostro, que ardía rojo de indignación.
-Hi-hiruma-Tartamudeó incorporándose, el linebacker demasiado tarde para detenerle.
-Dime Musashi…¿Cuándo mierdas te preocuparas por ti?-Gen le observó en silencio, y bajo la vista a sus manos y luego volvió al rostro del rubio, cerró los ojos con indolencia, y chasqueó la lengua, suspirando cansinamente en señal de negación.
-Mi deber ahora es la empresa de mi padre, muchas personas dependen de ello.-Afirmó con determinación- Tú…-Tomó con sus rudas manos los dedos lechosos, delgados y frágiles del quarterback, que contrastaban con sus manos morenas duras y fuertes. Las apretó con gentileza, haciendo al chico abrir los ojos con estupefacción.-No cambias.-Murmuró más para sí mismo que para los demás, al tiempo que se liberaba del agarre de la torre de control y se ponía de pie.
-Creo que ya es hora de irme…-
-¡M-musashi!- Kurita se apresuró, levantándose de la banca para seguir al pateador quien resueltamente, se estaba marchando. El chico alcanzó a apretar uno de sus hombros, para rogarle que se quedase, aunque fuese un momento más.
El chico de aspecto tosco y maduro le miró con algo parecido a la nostalgia, con un tono suave murmuró-Gracias Kurita…Eres un buen amigo.-Sin más, retomó su dirección, y siguió su camino calles abajo alejándose del parque en silencio.
-Como quieras.-Apenas fue susurrado por los labios del rubio que yacía aun de pie en el mismo lugar. Con los ojos perdidos en la distancia. Pateó el polvo del suelo frustrado, levantando una capa de tierra que se dispersó sobre la suave brisa de otoño.
El defensa miró con aprensión a Hiruma.
El chico levanto su rostro y le miró con muchísima ira de pronto, se dirigió a él hasta apenas quedar a unos dos pies de distancia de su cuerpo, con sus manos en sus bolsillos y el ceño fruncido. Sus ojos ardían en silencio mientras veían con indignación.
Ryokan tragó saliva nervioso. La había liado…Más aún. Mierda.
- Jodido Gordo-Siseó entre sus dientes afilados.-No vuelvas a mentirme.- Sentenció terminante.
Notas Finales: Espero que lo hayan disfrutado, la verdad, no se cuando volveré a actualizar, me gustaría que fuese pronto, pero con todo, la verdad es que no lo sé con certeza...Espero que hayan disfrutado el capitulo y de corazón, espero poderos dar un próximo capitulo en la brevedad.
