Hola a todo el mundoo! si lo se, me quieren asesinar porque tarde SIGLOS :'D y más porque dije que esto lo publicaría AYER, pero bueno(? cosas que pasan! muchas tareas y ademas estoy en época de exámenes :c así que voy a tardar bastante en actualizar..pero voy a tratar de hacerlo pronto! y si tarde un poco más, fue porque le hice unos cambios :3 bueno, en fin, disfruten el tan esperado capitulo 3! jaja. Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a la grandiosa mangaka Rumiko Takahashi!

Más allá de la noche:

Capitulo 3: Conviviendo Juntos

Ya había dejado todo en la habitación que Miroku le había dado para alojarse, esta era bastante lujosa cosa que incomodaba un poco a la joven ya que estaba acostumbrada a las cosas simples, sencillas.

La habitación estaba compuesta por una cama grande del tipo matrimonial donde podría dormir perfectamente con su pequeño hermanito, un armario tallado a mano de forma delicada como lo hacían antiguamente, una mesita de noche con un velador y compuesta por 2 cajones para guardar sus cosas, un baño privado y un ventanal con un escalón para poder sentarse y ver si quería perfectamente el bosque iluminado por la luna.

Suspiro sentándose en la cama donde estaba su pequeño hermanito dormido, vaya que se había cansado con el viaje, apenas llegaron lo alimento y cambio recostándolo en la cama y al instante se quedo dormido, no como otras veces que ella tenía que cantarle miles de canciones de cuna para que se duerma, pequeño diablillo que era.

Suspiro una vez más, pero ahora por una razón diferente, una razón que exactamente tenía un par de hermosos ojos dorados que la dejaban sin aliento cada vez que ellos se posaban en los suyos hipnotizándola con la mirada.

''Porque me siento así?..realmente hice bien en aceptar la propuesta del joven Miroku? Realmente..le molestara tanto que me quede aquí?..''Pensó mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia la ventana mirando el paisaje nocturno apoyando una mano suavemente el frió vidrio susurrando.- InuYasha..-

Y así se quedo perdida en sus pensamientos susurrando su nombre de manera inaudible para que nadie pueda escucharla, pero lo que no sabía, era que el hombre que había nombrado por su nombre estaba parado en la puerta observándola y que por sus sentidos aun más desarrollados que los de ella, pudo escuchar como susurraba su nombre cargado de mucho sentimiento, haciendo que se estremeciera y sintiera un agudo dolor en su corazón.

"Porque tienes que parecerte a ella? será que dios me puso como castigo no solo esta condena de vivir eternamente con el dolor y la culpa de haberla asesinado..sino que también tener a su reencarnación para recordarme que ella ya no está y que jamás podre tenerla entre mis brazos?" Pensó el oji dorado mirándola con tristeza, resentimiento y dolor, por ser la causante de su tormento.- sea lo que sea..no descansare hasta sacarte de aquí, para que dejes de atormentarme y de hacerme sentir esto que jamás había sentido -susurro con firmeza mirándola detenidamente, mientras que desaparecía entre las sombras de la casa, como si jamás hubiera estado ahí parado observándola en primer lugar.

La noche había transcurrido con lentitud para Kagome, ya que no pudo dormir y se quedo observando la ventana por horas y horas hasta ver los primeros rayos del amanecer, con solo una cosa en su mente, o mejor dicho, con un solo hombre en su mente.

Se levanto del escalón de la ventana sosteniéndose de este al sentir entumecidos sus músculos por estar tantas horas en la misma posición, cuando pudo ya pararse y caminar con normalidad, se dirigió a la cama donde lo esperaba su pequeño hermanito, que aun estaba dormido respirando con tranquilidad, como hace mucho que no lo hacía, desde que su madre se había ido.

Se arrodillo a su lado contemplándolo y sonrío, realmente era muy parecido a su padre, era su misma imagen, mientras que ella, era la viva imagen de su madre, y entre recuerdos amorosos y dulces con su querida familia, se quedo profundamente dormida al lado de su pequeño tesoro.

Al otro lado del pasillo unas cuantas habitaciones más lejos, se encontraba el mismo hombre que no había dejado dormir a la joven, acostado en su ataúd mirando fijamente el techo, pensando en aquella mujer que no solo atormentaba su alma al recordarle a su antiguo amor, si no, que atormentaba sus pensamientos, sus sentidos, sin poder despegar su imagen, esa imagen que le quedo grabada como fuego, al contemplarla ayer en la noche sin su consentimiento, viéndola sentada en ese banquito cerca de la ventana, mientras era iluminada por la luna dejándolo sin habla, casi hipnotizado, deseoso de poder ponerse detrás de ella acariciando esas curvas que pudo distinguir con aquel diminuto pijama blanco, retenerla entre sus brazos para que nunca escapara de su alcance, acariciar entre besos su dulce cuello para luego con su lengua lamer la longitud de este, preparando el lugar para encajarle sus colmillos y..

-Grrrr pero qué demonios estoy PENSANDO?! -Bramo alterado por sus pensamientos tan poco decorosos y sacudió fuerte la cabeza gruñéndose a sí mismo. Como era posible que esa mujer le dañara tanto la cabeza? maldita sea, maldita ella, maldito él y maldita su vendita suerte!.

-No, no, no y NO! esa niña va a matarme, no puedo estar pensando en eso..-Se paso la mano por sus cabellos aclarando su garganta- Pero..porque pienso y siento estas cosas y deseos? Yo jamás sentí esto por Eli..o si? grr -Sacudió nuevamente su cabeza, aun mas frustrado que antes- Mierda! ya ni sé que estoy pensando, siento estoy porque extraño a Eli! Si! eso es! La extraño tanto..-Su mirada se volvió melancólica y la desvió hacia la ventana, viendo los primeros rayos del amanecer.- Te extraño tanto que veo todo lo que hubiera deseado contigo en ella..pero esto terminara hoy -Su mirada se puso totalmente seria y sus ojos se iluminaron cual llamas en una hoguera- Lo terminare antes de que empiece.-

Y con esto último lo único que se escucho en aquella habitación, fue el sonido de la ventana abrirse y el de las cortinas balancearse por la brisa, sin ningún rastro del joven vampiro, que anteriormente estuvo peleando consigo mismo internamente.

Luego de una refrescante ducha matutina, de alimentar y cambiar a su pequeño Sota dejándolo en la cunita que había traído de su casa, bajo rápidamente por las escaleras aun que a su vez teniendo cuidado, ya que aun recordaba lo que había pasado el día anterior, cuando se había caído y fue salvada por InuYasha, recordaba el calor que emanaban sus fuertes brazos a su alrededor, mientras la sujetaban con fuerza contra él y sus penetrantes ojos dorados que la miraban con enojo, pero a la vez preocupación, como también la sensación tan cálida cuando el..

Sacudió la cabeza con fuerza tratando de olvidar aquellos recuerdos que la atacaban y atormentaban a su pobre corazón, que en el mismísimo instante en el que recordó su rostro empezó una loca carrera en su pecho, tan rápido que podía escucharlo con claridad mientras un furioso sonrojo adornaba sus mejillas igual que un singular pero dulce brillo sus ojos chocolate.

-Porque me está pasando esto? porque me desconcierta tanto! si es un tonto! -Frunció el ceño recordando cómo se comporto con ella en el bosque hace semanas, como la amenazó cuando sin querer lo descubrió en su ataúd.- Si eso es, un tonto y petulante hombre, agresivo, impulsivo y sobre todo MALHUMORADO!-

Y con ese pensamiento se dirigió a la cocina, encontrándose al entrar en ella, al joven Miroku, vestido elegantemente con un traje gris tomando una tasa con un liquido extraño que no pudo reconocer, pero al saber lo que ese muchacho en realidad era, lo supo al instante, dejándola algo pálida y nerviosa

-Buenos días Señorita Kagome -Le sonrío Miroku al verla ahí parada, mientras tomaba un sorbo más de su tasa.

-Bu-Buenos días -Susurro casi inaudible para una persona normal, pero como el no lo era, pudo escucharla perfectamente.

-Seguramente viene a prepararse el desayuno no es así? -Pregunto mientras la veía asentir tímidamente con la cabeza- en ese caso -se levanto lentamente sin dejar de mirarla con una tenía sonrisa dirigiéndose al refrigerador- Aquí está todo lo que necesita, lo llene ayer mientras usted ''dormía'' y por allá -apunto la alacena - encontrara los utensilios necesarios para prepararlo -Termino de explicarle mientras se dirigía a la puerta pasando a su lado.

-Muchas gracias Joven Miroku -Le sonrío más calmada y con dulzura, mientras caminaba directamente al refrigerador para sacar algo de leche y mermelada de frambuesa, caminando a la alacena para sacar un vaso, una tostadora y un poco de pan para hacer unas tostadas con mermelada y leche, pero en medio de su tarea, fue interrumpida por la potente vos del hombre detrás de ella.

-Y una cosa más Kagome -Deteniéndose antes de salir de la cocina, mientras se volteaba para mirarla más serio que antes.- Como sabrás estas aquí porque has descubierto nuestro secreto, además de que estas contratada para limpiar la casa no es así?-

-Por supuesto Joven Miroku, esa fue la única condición por la cual acepte quedarme aquí bajo su techo. -Respondió ella-

-Bien, en ese caso, te molestaría empezar ahora mismo después de que desayunes?, te deje todo lo que necesitas en la puerta de entrada.-Aclaro mientras sonreía al verla entusiasmada.

-Por supuesto! lo haré inmediatamente joven!.-Respondió sonriendo levemente, sin apartar su mirada de la suya.

-Muy bien, entonces me retiro, hoy saldré, tengo algunas cosa que hacer -Dándose la vuelta para salir de la habitación.

-Espere Joven Miroku! -Lo detuvo antes de que saliera viendo como el se volteaba mientras la miraba una vez más, solo que esta vez con un tinte de curiosidad y desconcierto en sus ojos.

-Si señorita Kagome? susede algo?. -Pregunto el joven levantando una ceja-

Es que..yo..em..-Balbuceo apenada, ya que no sabía si era correcto lo que iba a preguntarle o no.

-Dilo Kagome, si tienes alguna duda sobre algo, puedes preguntarme tranquilamente.-Le insistió Miroku mientras le regalaba una sonrisa para tranquilizarla.

-De acuerdo joven, es que..pensaba que los vampiros no podían salir bajo el sol, porque se quemaban y cosas así..-Se sonrojo al terminar la oración y lo hizo aun más al escuchar la suave carcajada de Miroku, que la miraba con diversión.

-Jajaja si, era de esperarse, no todo lo que se cuenta de nosotros es cierto señorita, solo son inventos para asustar y entretener a la gente, solo eso -Respondió tratando de controlar su risa, tratando de contestarle con seriedad, aun que, con mucho esfuerzo que le dedicara, no lo lograba en absoluto.

-Es un tanto verdad que nos ''afecta'' la luz del sol, pero no exageradamente como cuentan, podemos salir perfectamente cuando esté presente, solo que necesitamos un buen protector solar, ya que nos da mucha molestia, y somos muy débiles, pero no nos mata, ni nos quema tanto, pero preferimos salir en las noches, ya que de igual forma usamos el día para descansar, ya que al anochecer, nuestros poderes se despiertan con más fuerza, además de tener mejor visión, etc -Dijo el Miroku respondiendo la duda de la chica.- Aun que tampoco voy a salir tanto, solo voy a salir para llegar a un lugar donde tengo que hacer unos trámites importantes, y me quedare ahí hasta que baje el sol, volveré en la noche -Sonrío al terminar el relato, mirándola fijamente.- espero haber saciado su curiosidad Señorita-

-Claro que si Joven Miroku! muchas gracias por explicármelo y perdón por lo que dije -Contesto sonrojada bajando un poco la cabeza.

-No pasa nada Señorita, es normal que piense eso, después de todo, usted es humana -Le sonrío para reconfortarla y giro para salir de la habitación caminando a la salida mientras hablaba y su vos se escuchaba como eco en el pasillo.- Bueno! ya me voy, espero que disfrute el desayuno y el día, hasta la noche Señorita Kagome! -Y con ese último comentario, cerró la puerta tras de sí, marchándose.

-Hasta la noche Joven Miroku -Susurro levemente mientras sonreía y volvía a su tarea de preparar su desayuno, ya que debía comer bien, para tener energía suficiente para hacer sus quehaceres.

Al terminar de desayunar y limpiar todo lo que utilizo para prepararlo, se marcho directamente a la puerta de entrada, donde encontró, como anteriormente le dijo Miroku, lo necesario para empezar a limpiar la casa.

Se puso un delantal blanco sobre el vestido celeste que se había puesto el día de hoy, uno sencillo, no muy escotado y largo hasta por debajo de las rodillas, con unas pequeñas sandalias del mismo color.

-Muy bien! a trabajar! voy a dejar tan limpio esto, que no va a haber ningún lugar sin brillo -Sonrío decidida mientras tomaba sus cosas, para salir al patio y empezar con el primer lugar que debía limpiar para criterio de ella, el patio, sin darse cuenta, de que un intruso la vigilaba entre las sombras y que sonreía con malicia mientras la veía salir hacia el patio.

-Con que ''Voy a dejar tan limpio esto, que no va a haber ningún lugar sin brillo''? eso ya lo veremos -Sentenció sonriendo con malicia mientras caminaba en la misma dirección en la cual había desaparecido la chica anteriormente.- esto será divertido.-

Kagome barría las hojas tiradas en el sueño, dejando un camino limpio detrás de si, hasta llegar hasta llegar a la pila que había armado, secando un poco de sudor en su frente, sonriendo satisfecha por lograrlo.- muy bien, ahora solo debo ir por una bolsa para meterlas y dejarlas afuera en el bote de basura! -Camino hacia donde se encontraba la bolsa para agarrarla, pero antes de poder llegar a tocara, sintió un estruendo detrás de ella, obligándola a girar mirando sorprendida e indignada lo que tenía en frente.-

La pila, la pila de hojas que formo anteriormente dejando todo limpio, ahora estaba totalmente destruida, haciendo que algunas hojas cayeran por todo el patio, que anteriormente, había limpiado cuidadosamente.

-Pero qué..-No pudo articular palabra ya que aun no salía de su asombro, hasta que sintió una hoja resbalar por su cabeza hasta llegar al piso, haciéndola reaccionar.- Como demonios paso esto!? no tiene sentido! ni siquiera hay viento..-Mirando a todos lados resignada suspiro.- Ay no, ahora tengo que juntar todo OTRA VEZ! porque me pasa esto a mi?..-susurro mientras agarraba de nuevo la escoba irritada y molesta para empezar a barrer y recoger las hojas, OTRA VEZ.

Y mientras ella volvía a hacer todo de nuevo, una sombra la miraba sentado desde la ventana de su habitación bajo la sombra, tapando su boca para retener la potente carcajada que luchaba por salir de su garganta, sonriendo con diversión y malicia sin sacarle la mirada de encima.- espero que no te canses tan pronto..porque esto acaba de comenzar.

Y así, durante toda la tarde, el saboteo cada tarea que tenía que hacer Kagome, obligándola a hacerla, una y otra vez, sintiéndose como un niño haciendo travesuras. Mientras que ella se agobiaba al ver como cada vez que terminaba de hacer algún quehacer, con solo distraerse un segundo todo volvía a estar desordenado, pensando severamente en que eso no era normal, buscando al culpable de semejante desastre, descubriéndolo sospechando de alguien, que no había visto en todo el día y que sabía con certeza que sería capaz de hacer algo así contra ella.-

"Con que si..maldito idiota" Pensó mientras se dirigía al ante último lugar que tenía que limpiar luego de terminar con los otros luego de horas y horas." Con que quieres guerra eh? Muy bien, entonces la tendrás."

InuYasha esperaba impaciente en un rincón de la escalera mientras la veía trapear el piso, la verdad es que aun que no quería admitirlo, le sorprendida la persistencia de esa mujer, después de todo lo que hizo para fastidiarla y hacer que se vaya..aun permanecía ahí? cualquier otra mujer se hubiera ido a las primeras 4 veces!.

Se quedo hipnotizado al contemplarla, ''es tan hermosa como testaruda, se parece tanto a Eli..'' pensaba mientras inconscientemente mientras se asomaba a desde su escondite para verla mejor, quedando al descubierto cosa que Kagome no ignora.

-Sabía que eras tú! -Le grita enojada al detenerse y mirarlo fijamente, haciendo que el chico reaccionara e hiciera una mueca al saberse descubierto.-

-Keh! y si fui yo qué? -Rápidamente termino parado frente a ella alejado solamente por unos escaso 10 pasos sin desviar la mirada de la suya, dejando que lo viera con más claridad, su cabello negro suelto algo despeinado, haciéndolo ver salvaje, su camisa blanca desabrochada en los primeros botones dejando ver su bien formado pecho, pantalones negros de vestir y zapatos negros, la hubiera dejado totalmente sin habla, de no ser que estaba tan enojada con el por haberle estropeado su trabajo toda la tarde.

-Porque lo haces!? Tanto te molesta que me quede aquí! -Le volvió a gritar enfurecida mirándolo con rabia por lo que le había echo mientras el solo hacia una mueca divertida, mirándola con frialdad.

-Sí, me molesta enormemente el hecho de que vivamos en la misma casa, que respiremos el mismo aire, no te soporto en lo mas mínimo, así que lárgate de una vez, porque te juro que no me detendré hasta que lo hagas -Respondió con frialdad y arrogancia, mientras veía que la chica enfrente suyo aflojaba su semblante que anteriormente estaba endurecido y el olor salino de sus lagrimas era percatado por su agudo olfato, haciendo que se estremeciera, sintiéndose por primera vez en toda la tarde un maldito desgraciado, por haberle hecho llorar.

-T-Tanto me desprecias?..-Sollozo con dolor soltando el trapeador que anteriormente uso para trapear el piso de la sala, mientras daba un paso para marcharse a su cuarto y así marcharse a su cuarto, agarrar sus cosas junto con su hermano y marcharse de una buena vez, si tanto la despreciaba se marcharía ahora mismo! no soportaría ni un minuto más sus maltratos! y mucho menos sus palabras..que le dolieron en lo más profundo de su corazón.

Pero al dar un solo paso, extasiada por lo que acababa de escuchar, no se percato de que el piso estaba mojado, haciendo que se resbalara y perdiera el equilibro, dejando salir un pequeño grito de sorpresa de su garganta mientras cerraba los ojos para recibir el duro impacto del suelo, algo que jamás llego.

En vez de sentir el duro y frió suelo, sintió unos cálidos y fuertes brazos que la tomaban por la cintura con rapidez impidiendo que cayera y se lastimare, quedando atrapada en aquella prisión que la hacía sentirse tranquila y protegida.

Abrió los ojos encontrándose con los dorados de InuYasha, que la miraban de manera penetrante, dejándola sin aliento, incapaz de articular palabra, quedando totalmente hipnotizada por él.

Poco a poco, InuYasha levanto una de sus manos que tenían firmemente la cintura de la chica, apretando el su aguaré para dejarla pegada contra su fornido pecho, para posarla en su mejilla en una leve caricia, llena de sentimiento.

Kagome quedo impactada por el gesto lleno de cariño que había tenido, dejándose llevar por aquella magia que poco a poco empezaba a rodearlos, sintiendo como su corazón empezaba a latir con fuerza, logrando que sus mejillas se volvieran rosadas, sin despegar su mirada de la suya, notando algo contrariada, como esta pasaba de un dorado intenso, a uno opaco y sin brillo.

-Te pareces..tanto a ella..-Susurro mientras seguía acariciando su mejilla con suma delicadeza y ternura, pero no exactamente a Kagome, si no a su amada Elizabeth, aquella mujer que cautivo su corazón con su inocencia y testarudez.

Ella a pesar de que lo susurro casi inaudible, pudo escucharlo, entonces un agudo dolor se apodero de su corazón y toda la magia que anteriormente los rodeaba, se desvaneció.

-E-Ella?..Quien es ella? -Dijo temerosa mirándolo fijamente, esperando una respuesta, ''acaso..el está mirando a otra mujer..en mi? acaso la ve a ''ella'' en mi?''-Pensó con tristeza y confusión, mientras el agudo dolor que ataco su corazón crecía más con su silencio.

Al escucharla, InuYasha despertó de su ensoñación, volviendo a la realidad, entrecerrando los ojos, para dejar de ver a Eli entre sus brazos, si no a Kagome, mirándolo con insistencia, confusión y..tristeza?

-E-Eso no te incumbe en lo absoluto -Dijo nervioso mientras la soltaba sin ninguna delicadeza, dejándola caer sentada en el suelo escuchando el pequeño gritito de dolor que salía de su garganta, para luego apartarse de ella con una velocidad sobrenatural, quedando a un metro de distancia.- ya lárgate de una vez y no vuelvas.

Kagome, adolorida por el golpe que había recibido al caer, se levanto con lentitud y lo miro desafiante y enojada, agarrando sus cosas de limpieza que había dejado en el suelo caminando hacia el parándose a su lado, mirándolo de reojo con rencor.- No me iré, me quedare aquí y me importa un comino si te molesta o NO! ahora si me disculpas tengo que seguir limpiando, ADIOS! -Sentencio mientras caminaba hacia la puerta que estaba por debajo de la escalera, que era la única habitación que le quedaba por limpiar, pero no pudo siquiera tocar la perilla para abrirla ya que de la nada, InuYasha agarro su mano con fuerza, deteniéndola antes de lograr su cometido.

-Qué crees que haces?! -Bramo de forma sombría mientras apretaba un poco el agarre que tenía en su mano, obligándolo a alejarse de la puerta.

-Qué crees que haces tú!? esa es la ultima habitación que me toca limpiar, y ya suéltame! -Se movió inquieta tratando de zafarse de su agarre, logrando solamente que él lo apretara aun más haciendo que un leve gemido de dolor saliera de su boca.- M-Me estas lastimando!-

-Nunca..-Susurro para luego acorralarla contra la misma puerta sujetando sus manos con fuerza sin importarle que la estuviera lastimando, sintiendo como sus poderes de vampiro se despertaban, haciendo que sus ojos dorados pasaran a un color carmesí intenso, y sus largos colmillos crecieran por su boca, haciéndolo ver de manera aterradora.- Nunca vuelvas a intentar entrar al sótano, porque te juro que te arrepentirás..ESCUCHASTE?! -Rugió mientras apretaba su cuerpo contra el pequeño de ella, dejándola indefensa y temblorosa , como una pequeña y temerosa presa siendo acorralada por un depredador.

Kagome tembló de miedo, jamás había visto a InuYasha tan enfadado, le dolían las muñecas por las fuerza que ejercía al presionarlas contra la puerta, sintió como su corazón se aceleraba por el pánico y las lagrimas se acumulaban en sus ojos, sintiéndose pequeña, indefensa ante él.

-S-Si..l-lo..P-Prometo..-Tartamudeo mirándolo aterrada, sintiendo como su sangre se congelaba al ver esos ojos carmesí que la miraban con odio y rencor, pero a la vez..tristeza y soledad.

-Más te vale niña estúpida -La soltó con de manera violenta, haciéndola gritar del miedo, largándose rápidamente a su habitación cerrándola de un portazo, que ella escucho perfectamente.-

Al ya no sentir su presencia, se dejo caer sentada en el suelo, sin despegar la espalda de la puerta, dejando que las lagrimas cayeran sin control por sus mejillas, empezando a sollozar y luego a llorar descontrolada abrazándose a sí misma para tratar de sentirse protegida, murmurando su nombre una y otra vez.

-E-El no era m-mi I-InuYasha, n-no, no lo era..-sollozaba temblando aun el piso, sin poder creer lo que había sucedido.

Ese no era el InuYasha que conocía, no era el chico molesto, que la hacía enojar y que a pesar de todo la protegía y la miraba algunas veces con ternura, no era aquel chico que hace tan solo unos momentos la tenía entre sus brazos y acariciaba su mejilla con ternura y cariño, no era el que la había salvado innumerables veces de lastimarse o de la misma muerte con Kouga, no..no lo era, el que había visto recién era un monstruo..el verdadero vampiro..

Temblando, lentamente comenzó a pararse, para luego empezar a correr desesperadamente las escaleras y encerrarse en su habitación con cerrojo, donde Sota lo esperaba, llorando por el ruido ocasionado por el portazo que no solo pego ella, si no también InuYasha.

Aun agitada y asustada, tomo entre sus brazos a su pequeño hermanito, para empezar a mecerlo, tratando de calmar su llanto.-

-T-Todo estará bien..pequeño, todo estará bien..-Susurro sin parar de mecerlo mientras poco a poco se calmaba, dejando caer las lagrimas por sus pálidas mejillas- Todo estará bien..-

Le dio de comer a Sota y lo dejo recostado en la cama, para luego ir a la ventana y sentarse en el mismo escalón de ayer, para darle rienda suelta a su llanto una vez más mordiéndose el labio para no sollozar con fuerza, y así no despertar a Sota, siendo la luna testigo de su llanto, iluminándola en el proceso.

Por otro lado, InuYasha golpeaba con fuerza la pared de su cuarto, sin pensar siquiera en el dolor y las heridas que estas tenían, colérico y frustrado por lo que acababa de hacer, por escucharla llorar y sollozar por su culpa..su maldita culpa.

-Soy un maldito idiota...NO TENIA QUE ASUSTARLA DE ESA MENERA! -Rugió golpeando una vez más la pared, dejando rastros de sangre que sobresalía de sus heridas.- No..tenía que ser..así.-

Se dejo caer de rodillas agarrándose la cabeza enredando sus dedos en su largo cabello negro, cerrando los ojos con fuerza, sintiendo un agudo dolor en el su corazón que pensaba que estaba muerto desde hace siglos y que ahora despertaba con sentimientos nuevos, solo..por ella.

-Me..me miraba con tanto..terror..-Susurro entreabriendo los ojos para dirigir su mirada a la ventana.- realmente debe pensar..que soy un monstruo..-

Desganado se levanto para luego caminar hacia la ventana y apoyar su mano en el frio vidrio, mientras miraba el paisaje, repudiándose a sí mismo por lo que acababa de cometer.

-No tenía que ser tan violento..estaba..estaba tan enfurecido de solo pensar que viera lo que hay en el sótano, porque me desafiaba, por lo que me hace sentir..-susurro mientras deslizaba sus dedos por el frio cristal- La hice llorar..y si hay algo que odio es ver a una mujer llorar..y aun más..-Levanto su mirada dorada sin brillo hacia la luna, contemplándola- a ella..y si el motivo de su llanto soy yo, pero porque?-

Contrariado abrió las ventana, parándose en ella dispuesto a saltar y salir de esa maldita casa, alejándose de ella, de una buena vez, lejos del tormento que le causaba a su corazón y su conciencia, saltando por la ventana caminando hacia la de la chica, para ver como lloraba y era iluminada por la luna, causando aun más dolor y agonía en su pecho, conteniéndose de ir por ella y abrazarla, rogándole su perdón.

-Pero, es mejor, tal vez así de una buena vez se marche de aquí, y deje de atormentarme tanto -Y con esto último se fue perdiéndose en la inmensidad de la noche, dejando que algunas hojas danzaran por el aire al ser levantadas por el viento que creo al desaparecer a gran velocidad.

Ya habían pasado 2 largos días desde aquel acontecimiento, y Miroku, realmente estaba muy preocupado por la joven, ya que ella no había bajado ni una sola vez, ni a desayunar, comer o cenar, ni siquiera había probado la comida que le había dejado en la puerta al ver que no bajaba, siempre metiendo una excusa como que le dolía el estomago, o tenia nauseas.

Y por otro lado, InuYasha estaba casi igual a ella, no salía de su habitación por nada en el mundo, se quedaba horas y horas parado en la ventana, sin decir ni una sola palabra, o simplemente se quedaba recostado en su ataúd mirando el techo pensativo.

Realmente para él eso era preocupante, ya que a pesar de conocer poco a la señorita Kagome, sabía que era una mujer alegre y se notaba a simple vista que no le gustaba estar encerrada entre cuatro paredes, que era una persona a la cual le gustaba la libertad y el aire libre.

Y por los largos siglos en los cuales conocía a InuYasha, sabía que él era exactamente o casi igual a ella, ambos, espíritus libres que no soportaban estar encerrados, que deseaban vivir la aventura de un nuevo día.

Ya harto de la situación, al anochecer fue directo a la habitación de InuYasha, tocando la puerta primero, para ver si estaba despierto y al recibir como respuesta un -''adelante''- se adentro en la habitación viendo como su amigo, estaba tirado en el ataúd con la camisa sin abrochar y unos pantalones de vestir negros, con el cabello desordenado y una mirada opaca, llena de resentimiento y a la vez tristeza.

-Se puede saber que fue lo que paso mientras yo no estaba? -Pregunto mirándolo seriamente, esperando una pronta respuesta de este, pero lo único que recibió fue una pequeña exclamación.

-No te incumbe Miroku, y si eso es todo, te pido que te largues de una vez de mi habitación y me dejes solo -Susurro casi inaudible pero potente, mientras se acomodaba en su ataúd para mirar la noche poblada de estrellas junto con el poco pedazo de luna que se dejaba notar.

-Sí que me incumbe InuYasha, porque esto ya fe demasiado, estas actuando realmente raro, no sales por ninguna razón, casi ni te alimentas!, y encima de todo estas decaído, Y estoy seguro de que la razón es la señorita Kagome, ya que ella tampoco sale y no a comido bocado desde hace dos días, desde que llegue. -Reclamo Miroku mirándolo aun con seriedad, notando como su amigo al solo nombrar el nombre de la señorita, se tensaba y se paraba con rapidez para mirarlo con preocupación y a la vez remordimiento.

-No ah salido ni comido bocado? -Lo miro serio sintiéndose una basura por lo que había causado, tanto miedo le había dado a esa pequeña para que ahora no quiera salir ni comer?.

-Si InuYasha, no ella, ni tú y espero que te prepares para contarme qué demonios paso mientras yo no estaba -Se sentó en la silla que había en el escritorio de la habitación y espero a que el empezara su relato.

-De acuerdo..Lo que paso fue que..-Y así empezó a contar todo lo sucedido hace dos días atrás, de como la había espiado mientras estaba sentada mirando la luna, de los sentimientos y las confusiones que le causaba, de como había planeado sabotear sus quehaceres para que se largué, de cómo lo descubrió, de la pequeña discusión que tuvieron donde ella se resbaló y el la sujeto, de la caricia pensando en Eli y de lo sucedido cuando intento abrir el sótano, absolutamente todo, con lujo de detalles.

-Ya veo, realmente pienso que eras un tremendo imbécil -Lo miro con el ceño fruncido mientras se levantaba de la silla y veía que él, le apartaba la mirada.- Te comportaste como uno y encima la asustaste!-

-No fue mi intención! realmente piensas que quería llegar a ese extremo? mis poderes demoniacos junto con la ira que sentía, me hicieron perder el control! yo jamás haría algo para lastimarla! -Le grito colérico, sorprendiéndose a sí mismo por lo que acababa de decir.

-Vaya, no pensé que llegarías a decirme eso -Lo miro sorprendido, ya que jamás había dicho algo con tanta seguridad y devoción hacia una persona, o tal vez sí, pero que había dejado de existir hace ya varios siglos.- Aun que no me sorprende, mi punto es, que realmente te pasaste con tu plan InuYasha, ella no tiene la culpa de lo que sucedió con Elizabeth y el hecho de que te traiga sentimientos extraños o te afecte su parecido a ella tampoco, ya que ella ni siquiera lo sabe y no es consciente de lo que te causa -Sentencio seriamente para luego levantarse y emprender el camino hacia la puerta para abrirla y poder marcharse, pero antes de hacerlo, se volteo para mirarlo una vez más y agregar.- No merece ese trato por tu parte InuYasha, merece una disculpa y estoy completamente seguro, de que te mueres por ir y rogarle que te perdone, pero eres lo suficientemente orgulloso como para no hacerlo, espero que hagas lo correcto querido amigo, buenas noches -Y con esto último salió de la habitación, dejando solo al oji dorado pensativo y sintiéndose aun más culpable.

Se recargo contra la pared mientras apoyaba su cabeza en ella, mirando el techo pensativo, tratando de analizar las palabras de su amigo, que a pesar de ser un idiota pervertido que cada vez que encontraba a una hermosa mujer le pedía que tuviera descendencia con él, era una persona muy sabia.

-Tal vez..tenga razón -susurro mientras recargaba aun más la espalda contra la pared, mirando fijamente la puerta.- ella no merecía que la tratara así.-

Se levanto de su posición para ir directo a la puerta, estirando su mano para tomar la perilla y abrirla, pero antes de poder siquiera tocarla, se detuvo en seco, meditando un poco más lo que debía o no debería hacer.

-Y..si no me perdona? -Murmuro para sí mismo dejando que la pregunta vagara en el aire.- me lo tendría bien merecido por haberla asustado tanto -suspiro y miro su mano, que estaba a pocos centímetros de la perilla, para luego entrecerrar los ojos y tomarla de una buena vez.- pero debo intentarlo, realmente deseo que me perdone.-

Y con eso ultimo salió de la habitación dejando todos los prejuicios, malos pensamientos, culpas y resentimientos que tenia hacía ella, dejando absolutamente todos sus planes de sacarla de la casa tirados en la basura, para darle lugar a una nuevo pensamiento y a su vez, una nueva decisión al respecto.

En la habitación de Kagome, ella se encontraba sentada en el escalón junto a la ventana, mirando con tristeza el paisaje, aun que no quisiera admitirlo, deseaba verlo, deseaba volver a ver aquellos ojos dorados que le hacían sentir tantas cosas totalmente desconocidas y nuevas para ella, pero recordaba la manera en la que le había gritado y sujetado fuertemente sin importar que la lastimara y sus ojos volvían a llenarse de aquellas salinas lagrimas que desde aquella noche no paraban de salir.

-No..No quiero verlo así -Se tapo el rostro con ambas manos, ahogando un sollozo en sus labios - debería odiarte..odiarte por haberme hecho eso..-Levanto la mirada opacada por el dolor y la tristeza que la consumían, para mirar fijamente la puerta.- pero..no puedo..deseo verte..-se levanto lentamente, caminando hacia la puerta pero se detuvo a mitad de camino, bajando la mirada, dejando caer algunas lagrimas en la alfombra.- p-pero..tengo miedo..-

Se abrazo a sí misma, luchando internamente, contra su conciencia y el deseo de su corazón, el deseo de odiarlo y irse de una buena vez o el de quedarse y correr a su lado, para entender porque se había puesto así, porque a pesar de el odio y el rencor en su mirada, pudo notar también..la tristeza y la soledad, sentir el dolor que había en su interior, anhelando sanarlo, descubrir que era eso que lo perturbaba tanto.

-No puedo controlar esto que siento, ni siquiera sé lo que es..-Susurro llevándose las manos al corazón, que latía desbocado al solo recordar su rostro, no aquel que la había asustado, si no, aquel lleno de preocupación y ternura, cada vez que la salvaba de hacerse algún daño.- pero deseo verlo..una vez más..-sollozo y miro la puerta fijamente, sintiendo como su corazón se llenaba de dolor por su ausencia y a la vez calidez por su recuerdo.- Deseo ver..a InuYasha..-

Camino decidida hacia la puerta, iría a buscarlo, lo encararía, le pediría que le explicara porque de su reacción, y calmaría ese deseo que nacía de su interior, clamando ver sus hechizantes ojos dorados.

Del otro lado de la puerta, se encontraba el, mirando la perilla dudoso, pensando '' Y si me mira con desprecio y no quiere verme? y si me mira con terror? y si empieza a llorar por el miedo?..'' aquellos pensamientos, hicieron que su pecho doliera y que naciera en él la duda; No, no quería asuntarla más de lo que ya lo había echo, lo mejor era marcharse de una vez y dejarla en paz, tranquila, sin que pasara un mal momento por su maldita culpa.

Resignado, se dio vuelta para marcharse, de no ser que escucho como la puerta se abría detrás de él, dejando ver la silueta de la pequeña niña que atormentaba sus pensamientos, estremeciéndose con solo escuchar su nombre siendo pronunciado por sus labios.

-Inu..Yasha..-Dijo Kagome sorprendida, mientras sus mejillas se volvían de un color rosado pasado a rojo, con el corazón acelerado y sintiendo la fuerte necesidad de abrazarlo, de volver a sentirse presa entre aquellos brazos que la hacían sentir tan tranquila..protegida.

-Kagome..-Susurro dándose la vuelta, sintiendo un vuelco en su corazón al verla así, vestida solamente por aquel pijama blanco que había visto anteriormente, con el pelo levemente despeinado, las mejillas rosadas y sus ojos chocolates ahora rojos por las lagrimas acumuladas, notando como una de ellas bajaba lentamente por su mejilla.-

Con ternura desmedida, llevo su mano a la mejilla de la chica, secando esa lagrima que se había escapado de sus ojos, sintiéndola temblar, para luego relajarse, sumisa ante su tenue caricia.

Sentía que su corazón saldría de su pecho, cuando había acercado su mano hacia ella, tembló de solo pensar que le haría daño, pero no, en cambio, sintió una dulce caricia mientras retiraba aquella lagrima que se le había escapado, sintiéndose por primera vez en estos largos días, completamente feliz, ya que él había ido a buscarla, había vuelto su InuYasha.

Al verla tan indefensa, no pudo controlar el impulso de abrazarla, estrechándola contra su pecho, para demostrarle..hacerle sentir que nunca jamás volverían a lastimarla, ni mucho menos él, que la protegería con su vida de ser necesario, sintiendo por primera vez en tantos años, paz y tranquilidad al tener a esa pequeña entre sus brazos.

Extasiada por aquel abrazo, cerró los ojos disfrutando de aquella calidez que solo él le transmitía, sintiendo sus mejillas arder como su corazón latir mucho más que antes, dejándose llevar por aquel inesperado abrazo.

-Te pareces tanto a ella..tanto..-Susurro inconscientemente en su oído, sintiéndola trenzarse entre sus brazos, haciéndolo reaccionar y darse cuenta de lo que había dicho y para que había venido, separándola un poco de su pecho para mirarla fijamente a los ojos- Perdóname..juro que jamás volveré a ponerte una mano encima para lastimarte..realmente perdóname Kagome - Y con eso, antes de que pudiera contestarle, desapareció en la obscuridad del pasillo encerrándose en su cuarto, caminando directamente hacia la ventana, mirando una vez más al paisaje y a la luna de por medio.

-No sé que me está pasando contigo Kagome, pero juro porque me llamo InuYasha Taisho, que no te dejare escapar hasta entenderlo y que te protegeré con mi vida, de ahora en adelante -Sentencio como un juramento para sí mismo mientras abría las ventanas y dejaba que la brisa jugará con su cabello negro como el mismo manto nocturno.

Mientras que Kagome, aun exaltada por lo que acababa de suceder, cerraba la puerta detrás de sí, llevando una mano a su alocado corazón, tratando de calmarlo, junto a las sensaciones que él le había causado.

-No sé quien es ella..ni lo que estas ocultando en ese sótano y mucho menos en tu interior..-Susurro mientras levantaba la mirada decidida mirando el paisaje nocturno a través de la ventana.- pero juro porque me llamo Kagome Higurashi, que mientras estemos conviviendo juntos, lo averiguare.

Y así, ambos en silencio hicieron un juramente con respecto al otro, dejando a las estrellas y a la luna, como únicos testigos.

Continuara..

Espero que les haya gustado :3 y muchas gracias por cada R! la verdad los aprecio mucho! muchas gracias también por tenerme paciencia! y bueno, me voy a dormir jajaja espero que lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo, y bueno los dejo, en el capitulo 4 Kagome por fin descubrirá que hay en el sótano que ocultara InuYasha? se volverá violento una vez más?, eso lo verán en el próximo cap! hasta pronto!

Lαdу Ƙααgσмє