Hola a todos.
Esta historia participa en el reto Jukebox, del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Yo participo con el grupo "The Killers" y la canción que me inspiró fue Just Another Girl, la cual recomiendo ampliamente escuchen, les va dar un background genial.
Disclaimer: Todo el potterverso pertenece a JK, obviamente.
Just Another Girl
Lo recordaba claramente, como una película de terror que se repetía una y otra vez en su cabeza, dejándolo completamente agotado. Recordaba cada detalle. El entusiasmo se veía en la cara de su amigo en cuanto entró a la habitación, simplemente no podía evitarlo. Aún traía el uniforme de quidditch puesto y la multitud no lo dejaba avanzar, dándole sus felicitaciones por el triunfo del partido. Blaise se encontraba pegado a la pared con un whisky de fuego en la mano, y desde que vio a Draco entrar por la puerta tan ansioso buscado a alguien, casi con desesperación, supo que algo no muy bueno estaba por pasar, al menos para su conveniencia. Dejó de ponerle atención a Theo y Daphne y siguió con la mirada al rubio.
Draco encontró a su objetivo con facilidad: esa chica delgada, bajita, de piel increíblemente blanca, cabello negro tan oscuro como la noche que hacía que las pecas de sus mejillas resaltaran, esa era Pansy Parkinson. Ella le dedicó una sonrisa ancha y contagiosa, haciendo que le aparecieran hoyuelos en las mejillas, jodidamente adorable. Draco llegó a ella corriendo y la alzó en brazos sacándole una risita mientras la multitud aplaudía. La besó castamente en los labios y se separó de ella con una sonrisa ladina. Definitivamente tramaba algo. Lo peor que pudo haber pasado sucedió después.
Draco sacó de su bolsillo la snitch que atrapó en el juego y se la dio a Pansy, quien sonriente la tomó. De pronto la snitch se abrió en la palma de su mano dejando ver un singular resplandor desde el interior. Draco puso una rodilla en el suelo mientras Pansy lo miraba completamente anonadada.
— Cásate conmigo— Le dijo mientras sacaba el anillo de diamantes de la snitch. Esperó la respuesta de Pansy. Ella sin dudarlo un segundo asintió, incapaz de pronunciar palabra. Draco le puso el anillo en el dedo corazón y la gente enloqueció.
Blaise se quedó mirando la escena, estático, como si alguien le hubiera lanzado un Petrificus. Las piernas no le respondían, apenas podía respirar y había tirado el vaso de whisky rompiéndolo escandalosamente. De pronto todo parecía girar demasiado rápido, Theo le hablaba, pero él parecía incapaz de usar cualquiera de sus sentidos, incluidos el oído. Pansy llegó corriendo a enseñar el anillo, que era enorme, y fue la cara de Pansy, con sonrisa en los labios y ojos brillantes, lo que lo despertó de su trance. Llegó su turno de felicitar a la feliz pareja y se limitó a estrechar la mano de Draco, quien lo jaló del brazo y lo abrazó inesperadamente. Pansy se puso frente a él con esa cara de felicidad inigualable y prácticamente se le echó encima y lo abrazó con toda la fuerza que tenía. A Blaise no le quedó otra que estrecharla en sus brazos, sintiendo como su piel ardía, ahí donde las manos de ella tocaban su piel.
Habían pasado semanas antes de que Theo lo convenciera de salir de su soledad y convivir con la gente, como normalmente hacía. Lo que Theo no entendía es que nada volvería a la normalidad, jamás. Iba y venía del trabajo en automático, acudía a reuniones sociales solo para que Daphne no lo fastidiara después. Aun así el tiempo había pasado volando, y la boda se acercaba peligrosamente. Se acercó a la ventana de su habitación donde una lechuza café picoteaba desesperada el vidrio. Se trataba de una pequeña nota.
Blaise:
No olvides ir a la cena de ensayo el viernes a las 7 en la Mansión Malfoy. ¡No llegues tarde!
Besos. Pansy Parkinson (por última vez)
Casi podía escuchar el chiste en su oído junto con la risita singular de la morena. Tomó su ropa sin ganas y se cambió para lo que sería un largo día. La oficina estaba repleta de pendientes, "Gracias Merlín" pensó Blaise, eso lo distraería de sus pensamientos destructivos por un rato. Para la hora del almuerzo se encontró con Theo.
—Deberías usar un poco de maquillaje— Le dijo Theo al llegar a la mesa—. Esas ojeras no te quedan nada bien. Le diré a Daphne que te preste el suyo.
—Muy chistoso Nott.
—¿Nott?— preguntó con el ceño fruncido— No seas tan aguafiestas Zabini. Mañana será un gran día, en especial para Draco y Pansy— Blaise ni siquiera se molestó en mirarlo y siguió revolviendo su pasta—. Blaise, sabes que no soy una persona muy sentimental, así que lo diré de la única forma que se hacerlo… ¡Quita es maldita cara de suicidio andante y ve a tu alrededor! Mira, ella— le dijo señalando a una chica rubia que entraba al restaurante—. Es linda, la podrías llevar a la boda mañana… ¿No? Bueno, talvez alguna morena, o ¿qué tal esa pelirroja de allá? No, espera. Es la chica Weasley, olvídalo. No sé, escoge a quien quieras, solo lleva a alguien, haz un poco la vida más fácil, amigo.
—No es tan fácil Theodore— Le dijo antes de meterse un buen bocado —. No es lo mismo.
—¡Claro que es lo mismo! ¡Todas tienen la misma voz aguda y el mismo par de senos! Algunos mejores que otros pero… bueno, estoy seguro encontrarás a alguien— Le contestó Theodore haciendo que apareciera una triste sonrisa en los labios del moreno, pero al menos era una sonrisa.
La boda era en octubre y los árboles adornaban la ciudad de colores dorados y cafés. El aire era fresco y por fortuna no llovía, aunque las nubes oscuras se veían a lo lejos. Blaise se puso el mejor traje que tenía, con los gemelos de oro que habían pertenecido a su padre, y salió de la casa. El automóvil mágico lo dejó frente a unas rejas negras muy adornadas que se abrieron al instante. Se trataba de un cementerio, todas las lápidas eran de mármol e iban del más blanco al color más oscuro. No había flores ni figuras angelicales suavizando el ambiente, solo lápidas rodeadas de pasto donde ahora descansaban hojas secas típicas del otoño. Blaise caminó casi hasta el final del lugar, hasta que encontró una piedra rectangular de negra que recitaba "Gaspare Zabini". Se dejó caer frente a ella, recargando la cabeza en la piedra, derrotado.
—Todos mis amigos dicen que debería superarlo. Theo dice que ella es solo cualquier otra chica— Le dijo en tono amargo al nombre de la lápida—. Como si fuera igual a todas las demás. Dice que incluso hay chicas más bellas que ella— No pudo evitar la risa que soltó con ironía— Como si alguien pudiera igualar el café de sus ojos, el negro de su cabello que huele deliciosamente a cereza, o su piel tan blanca y suave, o su altura, que es perfecta, y se exactamente cuánto debo agacharme para besarla, o su cintura, tan pequeña que puedo rodearla con un solo brazo, su complexión tan perfecta que encaja tan bien en mis brazos. El sonido de su voz, y la manera en que pronuncia mi nombre. Ella no es igual que las demás, es inteligente, astuta, intrépida, divertida. Es tantas cosas que parece mentira, pero es verdad. Ella existe, ella es la mujer perfecta— seguía hablando como si su lengua no pudiera parar—. Daphne solo me repite "No dejes que se te clave tan fuerte en el corazón" pero si la tengo clavada desde hace tanto tiempo…
Levantó la cabeza de la piedra, mirando fijamente al nombre de su padre. Como deseaba que estuviera aquí con él, contestando a todas las estupideces que solo se atrevía a decir por que llevaba tomando whisky de fuego desde el mediodía. Su padre es el único hombre que conoció que estaba tan enloquecidamente enamorado como él.
—¿Cómo pueden decir que es como cualquier otra chica? ¿Cómo se atreven a pensar que yo soy le exagerado?— preguntó con voz ronca y el ceño fruncido— ¿Entonces por qué no puedo dormir por la noche?y no puedo pensar en otra cosa más que en ella todo el maldito día.
La botella ya estaba casi por acabarse, dándole a Blaise la valentía de decir todo, tal cual lo sentía.
— Todos mis amigos dicen que no estaba destinado a ser— soltaba ya con la voz quebrada, tomó la botella de whisky y le dio un buen trago—. Tal vez sea verdad, ella es tan feliz que es imposible no verlo en su rostro, en su voz y me mata saber que no soy yo quien lo provoca, ¡Maldita sea, me mata! ¡Estoy casi tan muerto como tú!—Terminó, gritándole al pedazo de mármol con los ojos hinchados y enrojecidos.
Sin una palabra más se levantó del suelo, sacudió la tierra de sus pantalones y acabó de otro trago la botella, tirándola en el césped. Se arregló el saco y ajustó la corbata, y regresó al coche, tenía una boda a la cual asistir. Y si llegaba tarde, Pansy lo mataría.
Fin
N/A: Las frases de la canción fueron traducidas al español.
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