Perdón por la demora, no tengo escusas, lo único que puedo decir en mi defensa es que he estado muy ocupada y con tiempo apenas para respirar, espero que les guste este nuevo capítulo, aunque sea corto. Tengo pensado terminar el fic en el próximo capítulo y quizás un epílogo, aunque nada es seguro. Ahora sí, que disfruten la lectura y por favor dejen sus comentarios, sé que me desvíe un poco del tema original, pero sentía que era necesario para el desenlace.
Una semana después de terminada la guerra Harry seguía preguntándose cómo sobrevivió a la marea de sucesos que ocurrieron luego de que abandonara Hogwars.
A penas se aparecieron en las afueras de la madriguera se vieron rodeados de personas, a Harry le tomó un minuto darse cuenta de que eran periodistas. Si no hubiera sido porque aun dirigía el cuerpo de Remus y Ginny lo cogía de la mano estaba seguro de que hubiera cubierto a maldiciones a esas personas. Gracias a Merlín la Madriguera continuaba protegida con el encantamiento Fidelio, por lo que apenas atravesaron la barrera imaginaria dejaron atrás a todos y sin posibilidad de que los atosigaran.
-Esa gente no tiene respeto por nada - dijo enojada la señora Weasley.
Es señor Weasley depositó amorosamente el cuerpo de Fred sobre el único sofá de la sala, lo que hizo que Harry y Bill, que llevaba el cuerpo de Tonks, se miraran sin saber qué hacer.
No había más sillones en los que dejar los cuerpos que transportaban, y, a pesar de que en Hogwars habían estado horas sobre el frío suelo, sentían que no era correcto dejarlos sobre el piso. Hermione pareció entender el dilema, porque con una sacudida de su varita hizo aparecer dos futones blancos en los que pudiesen dejarlos.
Una vez Lupin estuvo acostado Harry sacudió su varita e hizo que ambos futones se juntaran, le parecía que lo correcto es que el matrimonio estuviera junto, tal y como habían muerto.
Durante unos segundos se hizo el silencio, hasta que este fue roto por Charlie.
-Iré a casa de Andrómeda. Tengo que contarle que... bueno, ya me entienden - claro que entendían, y todos pensaban que era muy valiente, no cualquiera se atrevería a decirle a una madre que su única hija está muerta.
Después de eso todo se volvió confuso, Harry no recordaba la ceremonia de entierro, sólo sabía que Andrómeda aceptó enterrar a su hija junto a Fred y Remus. Tenía escenas del entierro grabadas en la mente, imágenes que estaba seguro que jamás olvidaría.
Andrómeda llorando mientras su hija era bajada a su descanso eterno, aferrada a Teddy como si su vida dependiera de ello, y Harry creyó que así era. Ella perdió todo por lo que le dio la espalda a su familia, y lo único que le quedaba para seguir viviendo era ese pequeño con cabello de colores.
La familia Weasley llorando la pérdida de Fred, cada uno apoyado en otro y Ginny aferrada a él. La señora Weasley abrazándose fuertemente a sí misma, como si temiera romperse en pedazos.
Había algunos miembros de la orden, algunos de ellos lloraban a Lupin y también a Tonos.
Y la imagen que jamás olvidaría. George parado junto a la tumba de Fred, sin llorar, mirando fijamente el nombre de su hermano grabado en aquella lápida. Justo en el momento en el que la tumba bajaba al fondo de la fosa en la que desde ese momento descansarían los restos mortales de Fred, George cerró los ojos y una única lágrima corrió por su mejilla, y Harry no sabía si se lo imaginó, pero podría jurar que la lágrima brillaba con un resplandor nacarado, q no era producto del sol que los acompañaba en aquella oscura jornada.
Poco a poco la gente fue abandonando el cementerio. Kingsley se disculpó alegando que debía presentarse en otros eventos del mismo tipo, como un reconocimiento a los caídos el nuevo primer ministro estaría en casi veinte funerales aquel día, y aun así no asistiría ni a la mitad.
-Nosotros deberíamos volver a casa - dijo con voz ronca el señor Weasley - ya no podemos hacer nada más aquí.
-¿Y si mi pequeño se siente solo? - dijo la señora Weasley acongojada - quisiera quedarme un poco más para acompañarlo.
-No es necesario - dijo Harry, hablando por primera vez en el día. Todos lo miraron interrogantes.
-¿Por qué lo dices? - preguntó Ron, que durante todo el día había estado aferrado a la mano de Hermione.
Antes de responder Harry cerró los ojos y respiró profundamente para prepararse para lo que iba a decir.
-Cuando fui al bosque para entregarme a Voldemort - todos hicieron muecas ante eso, pero Harry se dio cuenta de que por primera vez no era producida por la pronunciación del nombre, si no por el recordatorio de que él se había entregado, casi sonríe ante eso, pensando en la reprimenda que le darían luego de que volvieran a casa - pude abrir la snitch que me dejó Dumbledore - cuando la mayoría de los Weasley parecieron confundidos, Harry explico lo de la memoria táctil y el mensaje me abro al cierre -, en ese momento me di cuenta de que el cierre era la muerte - lo que no se esperó Harry fue que tanto Molly como Fleur y Bill parecieran enfurecidos.
-¿Nos estas diciendo que Dumbledore sabía que podías morir y aun así te dio aquella misión tan peligrosa?
Ginny parecía furiosa, al igual que el resto, a excepción de Ron y Hermione, que ya conocían la historia completa. Harry decidió que ya que estaba siendo dinero, mejor lo fuera totalmente.
-No es que pudiera morir, es que debía morir - dijo enfatizando en las dos últimas dos palabras, no hizo caso de las exclamaciones horrorizadas y decidió seguir hablando antes de que lo interrumpieran - pero eso no es lo importante, el tema es que dentro de la snitch se encontraba una piedra, la piedra de la resurrección.
-Pero eso es un mito - dijo Bill de inmediato.
-No, no lo es, la leyenda de los hermanos Peverel, y por lo tanto las tres posesiones, son reales - los Weasley lo miraban impresionados y un poco incrédulos -. Todos ustedes escucharon muy conversación con Voldemort sobre la varita de saúco, esa es una de las reliquias.
-Pero aunque la varita de saúco exista no significa que la capa y la piedra sean reales - dijo Charlie contrariado.
-La piedra existe, yo mismo la use - dijo Harry dejando a todos impresionados - justo antes de entrar al bosque prohibido la saqué de la snitch y la hice girar en mi mano - dijo Harry tristemente, el silencio se había apoderado de ese trozo de cementerio, justo frente a la tumba de Fred -, ante mi aparecieron mis padres, Sirius y Remus - Ginny sollozó quedamente, sabiendo cuán difícil habrá sido eso para Harry -, no volvieron a la vida, eran meras quimeras de lo que un día fueron, más reales que un fantasma, pero no lo suficiente para que estuvieran vivos - todos escuchaban absortos, el pelinegro parecía estar en trance, contando su vivencia con voz ronca, sin mirar a nadie ni nada, con su vista enfocada en la tumba de Fred, pero sin verla -, me acompañaron y me dijeron lo orgullosos que estaban de mí, que no tuviera miedo, que ellos estarían conmigo - sonrió tristemente - cuando pregunté si dolía morir Sirius me dijo que no, que era más fácil y rápido que quedarse dormido - la señora Weasley dejó escapar un sollozo estrangulado, esa era una pregunta que la atormentaba, Harry salió de su trance y miro fijamente al matrimonio Weasley -, si algo me quedó claro es que siempre estuvieron conmigo, dijeron que estaban orgullosos de todo lo que había hecho, y sabían lo que he hecho porque estaban conmigo, de alguna forma en ese momento comprendí que los que mueren no desaparecen, sólo continúan con la siguiente gran aventura, pero siempre están con nosotros, aunque no los veamos, aunque ni siquiera los sintamos, ellos están ahí para nosotros - silenciosas lágrimas corrían por sus mejillas y no se molestó en secárselas -. Puede que el hecho de saber que están aquí no haga que duela menos ni que los extrañemos menos, pero me da esperanza, sé que cuando yo muera los volveré a ver, y no solo eso - apretó la mano de Ginny y ella hizo lo mismo en repuesta -, también sé que aunque muera seguiré velando por las personas que amo y que deje atrás. Fred fue una de las primeras personas que conocí cuando entré a Hogwars, siempre riendo e intentando hacer reír al resto, él era vida en sí mismo - miro a George que tenía los ojos rojos pero secos - sé que a él no le hubiera gustado que dejaran de vivir porque él ya no esté, querría que siguieran adelante, e incluso que disfrutaran el máximo, para suplir lo que él habría disfrutado. Pero sé que eso es imposible, y puede que ustedes crean que mis palabras son vacías - al ver que el señor Weasley parecía dispuesto a interrumpirlo decidió seguir hablando -, yo sé lo que se siente perder a alguien que amas, el sentir que todo lo que te dicen es un intento inútil de animarte. Yo nunca tuve hermanos, y mucho menos un gemelo - le dijo directamente a George -, pero conozco tu dolor y el deseo de que hubiese sido preferible morir tú a que lo hiciera otro, lo he sentido muchas veces. Todo lo que les dije respecto a la muerte y lo que pienso en verdad lo creo.
George se acercó a Harry y lo abrazó nuevamente, con fuerza.
-Gracias - dijo George -, puede que en este momento no lo comprenda totalmente, pero sé que dices la verdad, y me alivia saber que algún día lo veré de nuevo.
Luego de unos segundos se separaron y el resto de los Weasley también abrazaron a Harry y luego entre ellos, luego de terminar los abrazos todos se sentían con la fuerza necesaria para abandonar el lugar, sin darse cuenta se habían estado aferrando a los restos carnales de Fred, pero con las palabras de Harry pudieron entender que siempre estarían junto a Fred, quizás más unidos que antes. Ya nadie lloraba, aunque seguían sintiendo ese enorme dolor, ya estaban más tranquilos, y supieron que, a pesar de no superarlo jamás, lo podrían aceptar de a poco.
-Míralo de esta forma - dijo de pronto Harry - esto es un dolor que no le desearías a nadie, al menos lo sufrimos nosotros y se lo ahorramos a Fred - por un momento a Harry le pareció que George estuvo a punto de sonreír.
Y fue en ese momento, cuando estaban a punto de desaparecer en rumbo a la Madriguera, que u a brisa cruzó la explanada, moviendo los cabellos de los Weasley y de Harry y Hermione, acariciando sus mejillas y enredando juguetonamente sus cabellos.
Ninguno lo dijo en voz alta, pero a todos les pareció oír una risa en el viento, una risa alegre y despreocupada.
La risa de Fred.
Segundos después todos desaparecieron, todos a excepción de George, que se quedó un momento más, respiro profundamente y cerrando los ojos le dijo al viento.
-Hasta pronto hermano - y girándose desapareció.
Rumbo a la madriguera, dispuesto a comenzar una nueva vida, una sin guerra, sin Voldemort y, lo más importante, sin Fred.
