Capítulo I
Harry se encontraba sentado en uno de los sillones del número 12 de Grimmauld Place. Su casa gracias al testamento de Sirius. Ya hacía 6 meses desde que la gran guerra había ocurrido y él había salido victorioso. Pero resulta que no todo había terminado tan bien para él, gracias a que uno de los seguidores del señor tenebroso al ver a su señor derrotado decidió vengarlo en un último intento de que su lado gane. Si bien el hechizo no fue mortal, los daños si fueron irreparables. Pues cuatro días después de eso se despertó en San Mungo con nada más que una total negrura ante sus ojos. Una total y absoluta negrura.
Desde ese entonces todo cambio. Y aunque le hicieron miles de estudios y análisis nadie pudo encontrar la forma de reparar el daño. Nadie pudo hacer que vea de nuevo.
-Quien está ahí?- Pregunta de repente Harry al escuchar como las llamas de la chimenea delataban la llegada de alguien por la red flu.
-Como te atreviste a hacerle eso?- La acusadora voz que le respondió no necesita presentación alguna. Hermione, pensó con una mueca mental.
-Que haces aquí? Creí que estarías en la madriguera festejando- Le responde el ignorado la pregunta de la su amiga.
-Yo podría hacerte la misma pregunta Harry Potter- Le espeta ella escuchándose molesta –Que haces aquí en lugar de estar en la madriguera festejando el cumple de Ginny?-
Harry se quedo en silencio, si saber cómo responder a esa pregunta. Pues hoy era el cumple de Ginny y tal como había apuntado su amiga él no había ido. Aunque era lo que más quería, estar ahí mientras Ginny festejaba su mayoría de edad en el mundo mágico.
-Sabes porque Hermione- Le responde final mente Harry con la mandíbula apretada por tener que hablar nuevamente del tema.
-Y también se que estas siendo de lo más absurdo- Le reprende un poco más calmada –Cuando entenderás que estas siendo irracional?- Le cuestiona.
-No quiero volver a hablar de esto- Dice el firme levantándose del sillón y desplegando su bastón para ir hacia las escaleras con la clara intención de subirlas y dejar a su amiga sola en el salón.
-Harry, espera- Suplica ella alcanzándolo a los pies de la escalera.
-Qué?- Pregunta medio molesto porque su amiga se halla presentado en su casa con la sola intención de criticar sus acciones.
-Lo siento, no quería enfadarte- Le dice en tono más calmado –Es solo que no puedo quedarme tranquila mientras tu estas tirando a la basura la oportunidad de ser feliz-
-Yo no estoy tirando nada a la basura- Le dice con tono neutral –Porque simplemente tal oportunidad no existe- Aclara apretando la mandíbula-
-Eso no es cierto- Le responde ella- Tienes la perfecta oportunidad de ser feliz con Ginny, no la desaproveches-
-Se que YO tengo esa oportunidad- Concede derrotado luego de pensarlo un minuto –Pero ella no-
-De que estás hablando?- Pregunta desconcertada Hermione.
-Vamos Hermione, creí que eras inteligente- Le espeta el.
-Harry no se de lo que estás hablando-
-Ginny jamás podrá ser feliz a mi lado- Dice desanimado.
-Harry eso no es cierto- Dice horroriza su amiga –Ginny te ama, estaría más que feliz de estar a tu lado. Solo tienes que pedírselo- Le aclara.
-Yo jamás le aria eso a ella- Dice negando con la cabeza él.
-Qué?- Exclama ella.
-Jamás la ataría a mí de esa manera- Dice desanimado –Ella se merece a alguien que le pueda ofrecer más de lo que yo puedo-
-Ella se merece ser feliz- Dice simplemente Hermione –No importa a quien elija. Pero da la casualidad de que ella te elije a ti Harry-
-Ella me eligió cuando podía ofrecerle todo lo que se merecía, no ahora que ni siquiera pudo ofrecerle un cumplido de lo linda que se ve- Dice sintiendo que le falla la voz. Gamas se avía sincerado tanto con su amiga.
-No Harry- Dice ella negando con la cabeza –Ella te eligió cuando tú tenías 11 años y ni siquiera sabias como ingresar al mundo mágico. No puedes venir con esta mierda ahora solo por estupideces-
-Mis razones no son estúpidas- Espeta el molesto
-Si lo son y lo sabes- Le retruca ella –Tienes la oportunidad de ser feliz después de todo lo que has pasado. No la desaproveches-
-Tú no entiendes- Le dice el girándose para que su amiga no o vea a la cara.
-No Harry, eres tu quien no entiende- Le dice poniéndole una mano sobre el hombro de su amigo –Tienes que saber que no eres el único que está sufriendo con tus acciones. Ginny se encuentra destruida, ella no sabe que más hacer para que comprendas que tú eres lo que ella quiere, que tú eres a quien ella elige-
-Ginny es fuerte, podrá superarlo- Dice luego de un momento de meditación.
-No estoy tan segura de eso- Le comenta su amiga –Ella se está deprimiendo cada vez más. Sé que quiso venir ayer a la noche para volver a hablar contigo y tú no se lo permitiste- Le acusa.
-Que pretendes que hiciera? Que la dejara entrar? Que la atara a tener que vivir con alguien que no puede hacer la mitad de las cosas solo?- Le dice desesperado porque alguien entienda lo que siente, porque desde que hecho a Ginny de su habitación en el hospital nadie hacia más que decirle lo equivocado que estaba.
-Que la escuches- Le dice simplemente –Ni siquiera sabes para que vino anoche porque ni siquiera te molestas en saber que quería. Y sabes que quería? Quería hablar contigo y hacerte entender que la haces feliz a pesar de todo. Y después de eso quería quedarse contigo hasta pasar sus primeras horas como adulta a tu lado, porque solo eso le basta para festejar su cumpleaños, estar a tu lado- Termina preguntándose si hacia bien en revelar esta información, pues su amiga se la había dicho entre un mar de lagrimas anoche después de llegar de ser nueva mente rechazada por Harry.
-Hermione yo…no se qué…- Trata de articular Harry pero se queda sin saber que decir después de semejante revelación.
-No digas nada- Le advierte ella –Porque no era algo que tendrías que saber por mí, te lo tendría que a ver dicho Ginny si hubieses tenido la decencia de atenderla anoche y no simplemente botarla-
-Lo hice para protegerla- Dice con la mandíbula apretada.
-Acaso le preguntaste si quería ser protegida? No- Le dice sin esperar respuesta de su amigo –A demás si no mal recuerdo tu odias que los demás hagan cosas con la intención de protegerte, lo que hace todo esto peor, porque a ti te molesta que te lo hagan pero no tienes problemas en hacerlo, verdad?-
Harry se quedo callado asimilando esas palabras.
-Escucha Harry- Dice rompiendo el hielo que sus palabras había creado –Ginny sabe bien que quiere y aunque me gusta ver como se esfuerza en conseguirlo esto se volvió simplemente ridículo-
-Y tú qué dices que haga?- Pregunta derrotado, tal vez era hora de hacerle caso a lo que todos decían e ignorar lo que él creía.
-Ahora mismo subirás a ponerte algo más presentable y después tú y yo iremos a la madriguera a que hables con Ginny para arreglar el desastre que has hecho-
-Está bien- Dice resignando mientras sube la escalera.
Mientras busca una camisa limpia se pone a pensar en lo que está a punto de hacer. Esto está mal, piensa una parte de él. Pero logra calmar sus nervios decretando que él no aria nada, simplemente iría a hablar con Ginny y dejaría que fuese su decisión. Ella seria quien decidiera todo a partir de ahora, dado su desastroso historial en la toma de decisiones.
Una vez listo toma su bastón y sus anteojos y se dispone a ir a la sala donde Hermione lo espera.
-Listo?- Pregunta al ver a su amigo metido en unos pantalones de vestir negros con una camisa blanca que tiene los primeros botones desprendidos.
-Si- Dice el nervioso. Y ambos se disponen a marcharse por la red flu.
Cuan aparecen en la cocina de los Weasley se encuentran con un asombrado señor Weasley que se queda mudo al ver al joven aparecer tan de repente.
-Harry? Que…Que haces aquí?- Logra preguntar.
-Vine a hablar con Ginny?- Dice algo incomodo, vale hace 10 minutos le pareció una buena idea, ahora no tanto.
-Qué?- Pregunta confundido mientras mira a la novia de su hijo por una confirmación –Enserio?- Pregunta contento al ver como esta haciende mudamente.
Ok, como el padre de la chica a la que el vino a ver no debería estar tan contento en que venga a robarle a su princesa, y es que era ingenuo si creía que el solo venia a hablar con ella, porque si esos dos hablaban y las cosas salían bien era más que probable que su niña desapareciera el resto de la noche con él para volver recién mañana. Lo único que lo consolaba era que él prácticamente había visto y ayudado a criar al joven que ahora tenía delante, por lo que sabía la clase de persona que era y no podía estar más contento con eso.
Además, Ginny no es la misma desde su pelea en el hospital. Aunque se esfuerza en parecer fuerte frente a ellos, no pueden notar lo desanimada que se encuentra su hija y como día a día se hunde un poco más.
-Sí, yo quiero hablar con ella y arreglar las cosas- Le dice agachando un poco la cabeza.
-Ella debe estar en el patio, hace un rato se corto el pastel y la mayoría todavía sigue aquí- Le dice a modo de explicación, lo que hace que Harry trague duro, no le gusto como sonó eso de "la mayoría sigue aquí".
-Gracias señor- Dice enfilando hacia la puerta del fondo si su memoria no lo engaña, y al parecer no lo hace porque a medida que camina escucha cada vez más fuerte el bullicio característico de una fiesta. Cuando logra llegar a la puerta la abre y sale hacia el jardín donde una corriente de aire fresco lo recibe.
Luego de dar el segundo paso vacilante con su bastón el ruido seca de apoco hasta que todo queda en absoluto silencio. Mierda, piensa. Y recién recuerda que desde que la guerra había terminado el solo salió de su casa para unos pocos almuerzos en la madriguera que no había podido eludir.
-Harry?.
-Es Harry?-
-Mira, es Harry Potter-
Los murmullos comienzan a esparcirse de apoco haciendo que se ponga cada vez más nervioso. Luego de avanzar unos cuantos pasos cae en la cuenta de que no sabe ha donde cornos se dirige ni a donde se tiene que dirigir y un suspiro desanimado sale de sus labios.
-Harry, muchacho- Se escucha la voz de la señora Weasley y Harry se siente de inmediato apretujado por el gran abraso que esta le da.
-Hola señora Weasley, siento no haber avisado antes de venir- Dice a modo de disculpa sin saber que mas decir.
-No seas tonto mi niño no tienes que avisar, esta siempre será tu casa- Dice soltándolo solo para darle un par de besos en los cachetes.
-Gracias- Dice sonrojándose por el recibimiento.
-Ginny mira quién es- Dice en voz alta la matriarca de los Weasley haciendo que el corazón de Harry se acelere.
-Harry?- se escucha la inconfundible voz de Ginny, aunque él no puede precisar bien de donde procede.
-Vamos Ginny, ven aquí- Le dice su madre en tono cariñoso, asiendo caso omiso del silencio que reinaba –Estoy bastante segura de que no vino por mi esta vez- Agrega riendo un poco por la situación.
-Harry- Exclama Ginny caminado hasta quedar frente a él –Has venido-
-Claro, es tu cumpleaños- Le dice él a modo de explicación.
-Has venido por mi cumpleaños?- Pregunta asombrada, ayer no la quería ni ver y hoy venia a su cumpleaños.
-Claro que si Ginny, yo…-De pronto se queda callado y parece recordar algo –Podemos hablar-
-Quieres hablar?- Pregunta ella viendo hacia los costados, donde todos sus invitados los observaban en completo silencio, hasta que su mirada cae en su mejor amiga quien le asiente animadamente –Vale, vamos a habar-
-Gracias- dice el estirando la mano hacia donde esta ella, y Ginny no puede hacer más que tomar encantada esa mano sintiendo como una descarga eléctrica recorre su cuerpo.
-Ven- Dice ella tirando suavemente de el comenzando a caminar hacia la casa.
Harry la sigue mansamente escuchando como los murmullos se vuelven cada vez más altos. Pronto se encuentran entrando a la casa donde un sonriente Señor Weasley observa sus manos entrelazadas.
-Papa yo y Harry iremos a hablar a su casa, volveremos en un rato- Le dice sin una pisca de nerviosismo por estar dirigiéndose a su padre.
-Vale, solo cuídense- Dice con voz misteriosa haciendo que su hija se sonroje por la interpretación que le dio a sus palabras.
-Vale papa- Logra decir antes de que ambos desaparezcan por la red flu.
Una vez a sola Harry se pone nervioso, hay tanta cosas que le quiere decir que no sabe por dónde comenzar.
-Ginny yo…lo siento- Logra decir final mente.
O - O - O - O - O - O - O - O
