Capítulo II

"Una vez a sola Harry se pone nervioso, hay tanta cosas que le quiere decir que no sabe por dónde comenzar.

-Ginny yo…lo siento- Logra decir final mente."

-Qué?- Pregunta desconcertada esta, una disculpa de Harry era lo último que se esperaba.

-Lo siento, fui un idiota al alegarte de esa manera sin siquiera consultarte- Le dice rápidamente –Yo creí que estaba haciendo lo correcto, en verdad lo siento-

-Asiendo lo correcto?- Exclama ella con indignación –Desde cuando borrarme total mente de tu vida es hacer lo correcto Harry James Potter?-

El nombre completo siempre es una mala señal, piensa momentánea mente Harry, si que debe estar molesta.

-Lo sé y lo siento- Comienza el –Creí que te está protegiendo. Pensé que no era justo dejar que te ataras a una vida conmigo, a una vida incompleta, eterna mente limitada por mi condición. Tú te mereces más de lo que yo puedo ofrecerte y pensé que alegándome de ti te dejaba libertad para vivir la vida que en verdad mereces-

-No sé que me enfurece más- Espeta finalmente Ginny –Que te hallas sentido de esa manera y no me lo dijeras o que pensaras que era tan básica como para dejar que un pequeño percance cambie lo que siento por ti-

-No Ginny, yo jamás pensé que a ti te importaría, todo lo contrario- Se apresura a contestarle –Es porque precisa mente sabía que a ti no te importaría por lo que te he estado evitando. Sabía que si dejaba que siguieras a mi lado luego no tendría la fuerza para apartarte, aunque fuera por tu bien. Es por eso que preferí apartarte desde un principio a dejar que estés a mi lado y hacerlo más difícil luego-

-Hoo Harry- Dice Ginny emocionada arrogándose a sus brazos, quienes la estrechan rápidamente contra el cuerpo del moreno.

-Ginny- Dice el apretando el cuerpo de la joven contra el suyo mientras ella se prende de su cuello –Estas llorando?- Pregunta asombrado sintiendo como algo caliente se deslizaba por su cuello.

-Lo siento- Se disculpa ella alejándose un poco para secarse las lagrimas.

-No princesa, soy yo quien lo siente- Dice el alzando su mano para depositarla suave mente sobre su mejilla y limpiar con su pulgar algunas de las lagrimas que ella derramo –Fui tan estúpido- Murmura al sentir en esas lagrimas todo el daño que le había causada a la persona que más amaba en el mundo.

-Eso es cierto- Dice ella riendo ante el comentario –Fuiste un tonto-

-Lo sé- Dice el suspirando ruidosa mente –Pero gracias adiós me he dado cuenta de mi error. Solo espero que no sea demasiado tarde- Agrega.

-Demasiado tarde?- Pregunta desconcertada Ginny sin saber a qué se refiere.

-Si Ginny. A caso puedes perdonarme todo el daño que nos e causado con mi egoísmo o a caso es demasiado tarde? Puedes volver a aceptarme en tu vida- Dice aguantando la respiración ante la espera de la repuesta.

-Hoo Harry, claro que puedo perdonarte- Dice riendo Ginny mientras se prende nueva mente del cuello.

-Te amo princesa- Dice el simple mente mientras la abraza y deposita un beso en su pelo

-Y yo a ti- Le responde ella buscando sus labios para por fin tener el beso por el que ha esperado casi un año y medio. Y Ginny no puede evitarlo, las lagrimas comienzan a caer libremente por su rosto sin que pueda hacer nada.

-Ssh princesa, no llores- Dice Harry separándose un poco al sentir el sabor salado de las lagrimas mezclándose con su beso.

-Lo siento- Dice nueva mente Ginny subiendo sus manos hasta enredarlas en el pelo eterna mente rebelde de Harry –Es que no puedo evitarlo. Está comenzando a pensar que tu resolución a mantenerme legos siempre se impondría a lo que sientes por mí-

-Gracias a dios no soy tan fuerte- Dice el sonriendo ampliamente.

-Tienes razón- Concede ella riendo antes de atacar nueva mente esos labios que la traen loca.

Pronto los besos suben de nivel y Ginny toma los hombros de el comenzando a empujarlo hacia uno de los sofás que había en salón. Harry cae sentado sobre el sillón y en seguida siente el dulce peso del cuerpo de Ginny sobre él. Casi por voluntad propia sus manos encuentran sus piernas a cada lado de su cuerpo y comienzan a acariciarlas.

-Sabes Harry- Le comenta ella sacándole los anteojos oscuros que lleva puesto para encontrarse unos brillantes ojos verdes, que aunque no la miran al ella fijamente logran transmitir lo que el moreno siente –He esperado este momento desde hace mucho, mucho tiempo- Dice comenzando a besarle la barbilla para ir descendiendo así su cuello.

-Ginny- Logra decir Harry, aunque no sabe si para advertirle que pare o para instarla a que continúe.

-Acepte que me dejaras en el funeral de Dumbledore porque sabía que era algo que tenias que hacer. No por mí o por el mundo mágico, sino por ti- Le dice dejando de besarlo y simplemente apoyando la cabeza en su hombro –Sabia que no podrías seguir viviendo contigo mismo si estaba en tus manos terminar con toda esa mierda y ni siquiera lo intentaras-

-Tienes razón, jamás podría a ver seguido adelante sin intentar detenerlo- Dice suspirando Harry mientras acaricia su espalda lentamente.

-Por eso te deje partir con la esperanza de que todo terminara pronto y así poder estar juntos de nuevo- Continua ella derramando una única lagrima al recordar las noche en su cuarto cuando dejaba que todo el dolor por estar lejos de el saliera afuera y el amanecer la encontraba acurrucada entre sus sabanas rendida de tanto llorar –Pero jamás acepte otro final que no incluyera a nosotros dos juntos, terminara como terminara todo-

-Ginny- Espeta el alarmado por la implicación de lo dicho por la pelirroja. Y de pronto un recuero viene a la mente de ambos, el de Remus y Tonks descansando entre las filas de caídos con las manos entrelazadas.

-Lo sé, no estoy orgullosa de eso- Dice y el siente como se encoge de hombros a modo de disculpa –Pero en las noches más oscuras era lo único que lograba calmarme, el saber que pasara lo que pasara al final estaría a tu lado -

-Sabes- Comienza el depositando un dulce beso sobre el pelo de ella –Durante el tiempo que estuvimos afuera nunca deje de tener la esperanza de terminar todo y volver a tu lado, solía pasar las noche mirando el mapa del merodeador contemplando la nota con tu nombre-

Después de esas confesiones ninguno de los dos vuelve a hablar por un largo rato. Solo se dedican a sostenerse mutuamente mientras dejan que todos esos largos y oscuros mese queden atrás, quedando solamente ellos dos sentados solos sin ningún tipo de apuro que los obligue a separarse. Y Ginny no pudo evitar volver a besar esos labios tan dulces que le pedían a gritos que los besara.

-Hoo, Ginny- Gime el totalmente inverso en el beso mientras que sus manos se pasean por las piernas de ellas hasta que por propia voluntad comienzan a subirle con las mismas carisias la pollera que ella lleva.

-Harry- Jadea ella extasiada por el momentáneo momento de desinhibición de él. Pues siente como una corriente eléctrica recorre todo su cuerpo comenzando por el lujar exacto donde las manos de el acariciaban la parte externa de sus muslos.

-Lo siento- Dice tragando duro Harry subiendo sus manos hasta dejarlas a los costados de sus caderas haciendo círculos distraídamente con sus pulgares.

-Qué? No…- Dice Ginny poniéndose inmediata mente colorada por el hecho de estar sentada a caballito sobre Harry besándolo mientras el acariciaba sus muslos. Sin duda esto era mejor que los castos besos que se daban en Hogwarts.

-Si- Dice el cariñosamente, luego sube las manos hasta agarrarle la cara y se inclina hasta depositar un casto besos sobre sus labios –No estuvo bien de mi parte-

-Que no estuvo bien?- Dice confundida ella sin entender.

-No quiero aprovecharme de ti Ginny- Dice finalmente el luego de meditar un poco sus palabras.

-Tú no te aprovechas de mi Harry. Porque yo…- Comienza ella pero enseguida se calla con la cara colorada de vergüenza al caer en la cuenta de que estaba a punto de largarle que quería que siguiera.

-Tú qué?- Pregunta el levantando una ceja intrigado por el súbito callar de ella.

-Yo…- Comienza pero se calla al no poder seguir con la frase que pensaba decirle, mejor opta por una forma menos violenta de expresar lo que quiere –Yo te amo Harry-

-Yo también te amo- Dice automáticamente el acariciándole cariñosamente una meguilla.

Ginny se muerde el labio sin saber cómo conseguir lo que quiere, porque sentada sobre el regazo de él se termina de convencer de que esto es lo que quiere y de que no quiere seguir esperando para conseguirlo, entonces se le ocurre una gran idea, aria que Harry cayera por sus propias palabras. Con esa idea en mente se inclina y besa apasionadamente a su novio, como su cerebro ya lo había catalogado –En serio me amas?-

-Claro que si princesa- Le responde el extrañado por su pregunta –Te he amado desde hace años-

-Así que me amas- Dice divertida mientras continua besándolo hasta que decide dejar sus labios para dirigirse despacio hacia su cuello -Entonces tu…- Agrega callándose deliberada mente para seguir con su misión.

-Yo qué?- Murmura Harry cerrando los ojos ante las sensaciones que los labios de Ginny le causaba sobre su piel caliente.

-Que si me amas, entonces tú querías…-Dice ella inclinándose hacia adelante hasta pegar su labios al oído del pelinegro –Amarme-

-Qué?- Dice congelándose Harry, seguro había escuchado mal.

-Eso- Dice ella alejándose para ver su rostro confundido, tomando valor en el hecho de que el no puede ver su cara colorada por la vergüenza –Que si me amas querrás amarme-

-Yo…- Comienza el pero enseguida se calla al sentir el peso del cuerpo de Ginny de forma diferente sobre el suyo –Yo…-

-Yo te amo Harry- Le dice ella poniendo un dedo sobre los labios de él para evitar que hablara –Te amo y quiero estar contigo-

-No- Murmura el asustado por la connotación de las palabras de ella.

-No?- Pregunta bajito –No quieres estar conmigo?-

-Claro que quiero estar contigo Ginny- Le aclara el rápidamente –Es solo que no puedo evitar seguir pensando que mereces algo mejor que lo que yo puedo ofrecerte-

-Pero tú me amas- Dice con voz dolida, no podía creer que sus esperanzas se estén derrumbando tan fácilmente –No puedes volver a ignorarme después de esto-

-No Ginny, yo quiero estar a tu lado- Le dice el pensando bien las palabras –Es solo que no soy la persona correcta para ti-

-No- Dice ella aferrándose a su cuello –Tu eres la persona para mi Harry, tu eres quien me hace feliz-

-Tal vez, pero no soy quien debería serlo- Dice sintiendo como su corazón se rompe por sus palabras. Porque aunque una parte de él quería que Ginny finalmente entendiera la verdad de sus palabras, otra mucho más grande y egoísta quería que ella se quedara a su lado a pesar de la verdad de sus palabras.

-Basta- Dice ella rotundamente, pues toda esa mierda la tenía más que cansada –Deja esa mierda ahora, eso es algo que solo yo puedo decidir y ya lo he hecho- Dice suspirando a la vez que apoyaba su cabeza en el hombro de el –Yo ya te elegí hace muchos año y no pienso renunciar a ti ahora que tenemos la oportunidad de ser completamente felices juntos-

-Yo no soy bueno para ti- Continua el ignorando totalmente esa voz en su cabeza que le decía que se callara la boca y abrazara la felicidad que tenía entre sus brazos –Jamás podre amarte como te mereces-

-Ven- Le dice luego de meditar un poco sus palabras haciendo que ambos se levantaran del sofá y comenzaran a caminar. Harry necesitaba entender que ellos podían ser completamente felices a pesar de su ceguera –Guarda con las escaleras- Le advierte comenzando a subir las escaleras llevando al pelinegro con ella.

-A donde vamos?- Pregunta el nervioso, pues el camino era fácilmente reconocible y eso no tranquilizaba sus miedos.

-Ya lo veras- Se limita a contestar ella, una vez que llegaron al final de la escalera sigue el pasillo hasta que entra en la habitación que el pelinegro había declarado como suya.

-Ginny- Advierte el al no poder engañarse en el hecho de que se encontraban los dos solos entrando a su habitación.

-Calla- dice ella dándole un último tirón para hacerlo entrar a la pieza.

Una vez adentro Ginny cierra la puerta firmemente y se güira. La pieza esta pulcramente ordenada, lo cual la sorprende por saber que Harry no es una persona ordenada precisamente, claro lo más probable es que este se haya visto obligado a mantener todo en orden ante la perspectiva de chocarse las cosas 500 veces al día.

La cama era enorme y estaba arrinconada contra la esquina contaría a la puerta, con la ventana comenzando a los pies de esta. También había en la habitación una mesita de noche, una cómoda de cuatro grandes cajones y un gran ropero estratégicamente colocados para dejar el centro vacio.

-Que hacemos en mi habitación Ginny?- Pregunta nervioso él.

-Te demostrare que puedes amarme como merezco- Responde simplemente ella acercándose despacio a él hasta quedar frente a frente, entonces lo ve tragar duro.

O - O - O - O - O - O - O - O