Disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto.
497 palabras.
Una gotera sonaba por la habitación, y sin embargo, no había ninguna fuente de agua que la provocara. La mirada de Hidan, tan gélida y cínica se había perdido en el techo, y ahora le mostraba a Hinata su lado más vulnerable. La luna orgullosa había perdido su esplendor poco a poco, y menguaba en un cuarto, con la forma de una sonrisa, o de un cuerno largo y afilado de un demonio que soñaba. La forma del satélite dependía de la perspectiva con que se le viera.
—Mi madre se prostituía para sostenernos. Yo era un chiquillo delgado y sin músculos, de esos que los niños mayores empujan y golpean con saña. Se burlaban… Me decían que habían estado con mi madre, que ella hacía las mejores mamadas del mundo.
Hinata aspiró fuerte, tratando de no hacer muecas por la palabra tan vulgar que había usado el recluso. Asintió, dejando de escribir para ver al paciente, quien seguía buscando figuras en las pocas sombras que tiraba la luz sobre el ventanal. Su cara, sus manos, su postura; todo en su lenguaje corporal le decía a la psiquiatra que al fin estaba avanzando. Sin duda, que le hablara de una época tan dolorosa, significaba que le tenía un poco de confianza y que se abriría progresivamente a ella.
—Me metía en problemas, y a nadie le importaba. Hasta que llegó él.
—¿Jashin?
Los ojos de Hidan se dirigieron hacia Hinata, una pequeña sonrisa se dibujó en su boca, movió los dedos, haciendo sonar las esposas. La joven se tensó en su lugar, pero sostuvo la dura mirada.
—Es una manera de decirlo. Él sacó a mamá del prostíbulo. Y me contó sobre Jashin. Se convirtió en mi padrastro.
—Tu padrastro es un jashinista…
—Era. Está muerto.
El cabello plateado se deslizó por su frente, y el asesino cerró los ojos, mientras escuchaba a Hinata escribir en su libreta. Su conducta ese día era especialmente tranquila, jamás lo había visto así, y Hinata se sintió feliz por ello, creyendo que la terapia estaba haciendo efecto. Al menos, ya había durado más que sus antecesores.
—Me gustaría que me hablaras más de tu padrastro, si quieres… Y de Jashin. Pero por hoy hemos terminado.
Hinata salió de la habitación, y los guardias lo llevaron de regreso a su celda. La psiquiatra estaba feliz, se dirigió a la pequeña oficina que le habían otorgado y se sentó en el escritorio de madera pulida, analizando brevemente lo que había escrito ese día. De pronto, una alarma comenzó a sonar, y Hinata corrió hacia la puerta para echarle el pestillo. Asustada, se dio cuenta de que en el pasillo había un policía en el piso con la garganta desgarrada, tres guardias sostenían a su paciente, quien tenía la boca llena de sangre y se reía de manera escandalosa. Una fina película de lágrimas apareció en los ojos de Hinata, sus miradas se entrelazaron a través del vidrio.
Y Hidan dejó de reír.
¡Hola!
Pues... No tengo mucho para decir xD Quiero agradecer a todos los que me dejaron comentario, y a los que agregaron a favoritos. Sin duda, me pone feliz el buen recibimiento que obtuvo el primer drabble. Espero que este les haya gustado también. :D
Nadie me lo ha preguntado (?), pero este fic es M por una muy buena razón, así que sí, habrá lemon, pero no quiero apresurarlo. No coman ansias. ¡Hasta la próxima, dejen su comentario!
