Disclaimer: Naruto no me pertenece, ni sus personajes.

Quinientas palabras.


—Escuché un chiste en las canchas de básquetbol esta mañana, ¿sabes? Es sobre una pequeña niña en medio del bosque, sentada frente a un lago.

Hinata escuchaba atenta a Hidan, quien con una gran sonrisa le contaba la broma. Ella le regresaba el gesto, emocionada por ver al hombre después de varias semanas. La libreta donde anotaba sus avances estaba a su lado sin abrir. La pluma que le había regalado Neji aún tenía la tapa puesta, aunque habían estado platicando durante más de media hora.

—Llega un hombre y la ve, y se da cuenta de que la cría está llorando, así que se acerca, se sienta a su lado y le pregunta qué es lo que le sucede. Ella entre hipidos le dice: mi perro saltó al agua y no sabe nadar, así que mi padre se lanzó tras él para rescatarlo. Pero parece que no tuvo suerte, no han salido del agua y por el tiempo que ha pasado, sé que ambos están muertos. Entonces el hombre se levanta y niega con la cabeza, serio, con una mirada de compasión, se desabrocha la bragueta y le comenta a la niña: parece que este no es tu día de suerte.

Hidan y Hinata se echaron a reír a carcajadas, la mujer abrazó su estómago con los brazos, soltando lágrimas de risa. Hasta que paró, analizando la broma.

—No es un chiste gracioso, ¿cierto? ¿Es por eso que te has detenido? ¿Por qué reíste, en primer lugar?

La mueca de felicidad se curvó, dando paso a un mohín de verdadera tristeza. Hidan también había dejado de reír, y la observó atento, su mirada melancólica estaba clavada en las manos del asesino.

—Para no llorar, tal vez... No lo sé. ¿A ti no te pone triste?

La risotada histérica de Hidan resonó por la habitación, haciendo que Hinata se encogiera sobre sí misma. La burla en la risa le quemó la piel, se sintió tan pequeña y tan estúpida. Después de todo, estaba frente a un asesino en serie. Él no sentía compasión. Se recordó a sí misma que debía sacar su perfil psicológico en lugar de seguir sus juegos. Abrió su libreta y destapó la pluma, esperando paciente a que Hidan terminara de mofarse.

—¡Esos hijos de puta, asquerosos y malditos violadores, los aborrezco! ¡Cabrones desleales a Jashin! ¡Los mataré con mis propias manos! Kakuzu no quiere que mate a nadie más, pero me sacan de quicio, quiero arrancarles la lengua y metérselas por el culo.

La exaltación de Hidan hacía que las esposas vibraran. Hinata se mantuvo atenta a ellas, esperando que no se desatara. Hidan paró de gritar de pronto, y la mujer notó cómo se quedaba quieto. Las palmas de sus manos se apretaron en puños, y ella decidió mirarlo a los ojos. No esperó ver lágrimas cayendo por las mejillas de Hidan. Ahogó un pequeño grito y sacó un pañuelo para limpiarlas.

—Eres demasiado buena —susurró antes de levantar la cara y morderle el cuello.


Hola. No me maten.

He estado un poco ocupada y un poco sin saber qué escribir. Así que hoy saqué toda mi fuerza y decidí hacer el drabble. Es probable que tarde para el siguiente, porque estoy haciendo otras cosas. Espero que hayan disfrutado este capítulo y muchas gracias por sus comentarios. Son los que me animan a escribir.

El chiste me lo contaron por ahí. No me dio nada de risa. Sé que tal vez haya un poco de OoC. Díganlo si les parece así. ¿Qué creen que vaya a pasar?

Hasta luego, espero sus reviews con mucha felicidad. Dudas, correcciones, ya saben, sin pena.