Capítulo 1 - La figura dorada

Una taberna oculta en una comunidad de ladrones y contrabandistas, encontramos a dos personajes particulares bebiendo y festejando un trabajo bien realizado. Un gato grande de color blanco con parches rojo pardo y una comadreja de color café. En las manos del segundo reposa una estatua dorada cuya base se extiende unos centímetros extra en forma de cruz.

-Jajaja te dije que si alguien la podía tener era esa mocosa! Te lo dije o no Nimble? –Exclamó mientras agitaba la estatua frente a ellos.

-¡Oh vamos! – Replicó Nimble- ¿A quién se le habría ocurrido dejar semejante tesoro en las manos de una niña? Vos solo tuviste suerte Colt

-¡Bah! ¿Cuándo se tiene un cerebro como el mío, quien necesita suerte? –Aseguró Colt –¡Ahora pidamos otra ronda! ¡Festejemos que mañana vamos a ser ricos!

Mientras la comadreja llamada Colt le hacía señas al barman para que les acercase otra botella, una solitaria figura los observaba desde una mesa cercana. Llevaba puesto un ridículo sombrero que le tapaba la cara, pero dado el tipo de gente que frecuentaba ese lugar, no llamaba demasiado la atención. Mientras Colt y Nimble bebían su décima cerveza, la figura se levantó de su asiento y se les acercó con cuidado por detrás.

- ¿Qué es lo primero que vamos a comprar con el dinero? Yo había pensado en un enorme tanque de guerra – propuso Nimble mientras la misteriosa figura se posicionaba detrás de Colt con cuidado.

-No seas ridículo, ¿para que queremos un tanque? Con la cantidad que nos van a pagar no nos va a hacer falta, ¡mejor un barco para poder irnos a alguna de esas islas paradisiacas y pasar el resto de nuestras vidas rodeados de mujeres y todo lo que podamos beber! – Replicó Colt mientras pegaba un trago de su vaso. En ese preciso momento la figura salto hacia la mano en la cual estaba colgando la estatuilla y se la arrebató en un movimiento. Durante el salto el sombrero salió disparado en otra dirección dejando a la vista la cara de la ladrona.

-¿Pero que mierda? –Exclamó la comadreja sin entender lo que ocurría hasta que sus ojos se posaron en la nueva dueña de la figura – ¿¡Vos!? ¿Cómo demonios nos encontraste pendeja de mierda?

Una joven labradora de pelaje color dorado y ojos verdes yacía sobre la mesa aferrada a la estatuilla, mirando con enojo a los dos bandidos. Estaba vestida con un chaleco de color negro con franjas rosadas, una falda corta también de color negro y guantes sin dedos y botas Rosadas.

-¿Acaso se pensaron que los iba a dejar escapar con la figura de mi padre? – Les grito – ¡Están muy equivocados si es así! – gritó dando un giro sobre la mesa, poniéndose de pie.

- ¡Agarrála imbécil! – exclamó Colt a Nimble mientras se lanzaba sobre la chica. Esta logró evadir a la comadreja y comenzó a correr hacia la puerta. Sin embargo la misma estaba siendo bloqueada por otros clientes del bar.

- muy bien niña, danos la estatua pacíficamente y quizá no te hagamos sufrir demasiado – le dijo un buey de gran tamaño mientras se le acercaba poco a poco de manera amenazadora.

La niña retrocedió un par de pasos aferrándose con más fuerza a la figura dorada.

- ¡Uf! Gracias muchachos, creímos que se nos escapaba – agradeció Nimble mientras llegaba a donde estaban todos.

- ¿Gracias decís? ¡Jajajajaja! ¡Yo quiero la estatua para mí! –Dijo el buey mientras el grupo que lo rodeaba se reía junto – ¡ustedes par de basuras no merecen el dinero que vale!

- ¡Hijo de puta! –Rugió Colt – ¡lo único que vas a llevarte es un tiro en la cabeza! –agrego mientras sacaba una Glock de la funda que llevaba colgada en el cinturón.

La niña miraba asustada a ambos bandos. Estaba en medio de la línea de fuego y tenía lo que todos querían, no sabía qué hacer. De un momento a otro el arma que empuñaba el bandido abrió fuego contra el buey abriendo un agujero en la pared fallando por unos centímetros con lo que todos se abalanzaron contra la comadreja y el gato. La joven en un movimiento involuntario salto a un costado saliendo de la línea de fuego quedando sentada en el piso observando la trifulca.

- ¿Estoy bien? –se preguntó a sí misma, se tocó rápidamente la cintura y el pecho para asegurarse de no tener ninguna herida. Se levantó en un movimiento tomando dirección al fondo del bar. Como la salida estaba bloqueada por la batalla que se estaba librando tenía que buscar otra forma de escapar. Agarró una silla y la lanzo con fuerza contra una ventana trisándola por completo, acto seguido tomó impulso y saltó por la misma.

Salió corriendo por las calles de la comunidad de ladrones hasta que logró llegar al bosque que la ocultaba. Sin saber qué dirección tomar, se detuvo un momento para recuperar aliento y poder decidirse.

- ¡Ahh! ¿¡Pero en que estaba pensando!? – se dijo a si misma – ¡podría haber terminado muerta!

Justo en ese momento un pedazo de corteza salto en mil pedazos cerca de donde estaba Ayun. Al parecer Colt y Nimble habían logrado zafarse rápidamente de sus atacantes y se habían volcado en la caza de la perrita.

- ¡Pendeja de mierda! ¡Vení para acá con nuestro dinero! -Gritó furioso Colt

Ayun volvió a retomar la carrera escapando de sus cazadores.

- ¡Puta madre, guardá eso y vamos tras ella! -le ordenó la comadreja a Nimble y guardando sus armas ambos se lanzaron en persecución. Ayun corría sin rumbo, zigzagueaba entre los arboles tratando de perderlos pero sin éxito. Cada tanto podía oír las maldiciones que le lanzaban los malandras. En un momento de desesperación, la niña da un giro rápido en plena carrera y les lanza una esfera de luz que detona brillando fuertemente dejando ciegos a sus perseguidores.

- ¡Mierda! ¡No puedo ver! -exclamó Nimble

-Esa pendeja tiene un par de trucos en la manga - dijo colt entre dientes - ¡se acabó! - agregó mientras volvía a sacar el arma que este cargaba de su funda - ¡Va a ser mucho más fácil sacarle la estatua a un cadáver que a una fenómeno!

Nimble también sacó su arma y comenzaron a disparar en dirección de la labradora como locos. Las balas silbaban pasando al ras sobre la cabeza de Ayun, golpeando árboles y rocas a su alrededor.

- ¡Me van a matar! ¡Me van a matar! ¡Por favor no! -pensaba la niña con pánico mientras no dejaba de correr desenfrenadamente hasta que se le ocurrió una idea, nunca lo había intentado, pero creía que podía funcionar. Sin dejar de correr empezó a concentrarse con fuerza hasta que lentamente comenzó a hacerse invisible, o algo similar. Era translucida, pero no totalmente invisible, más bien como si se tratase de una distorsión de la luz, sin embargo gracias al frondoso paisaje que la rodeaba se logró camuflar fácilmente con el entorno.

Colt y Nimble, que habían visto como su objetivo se desvanecía paulatinamente, se habían detenido en seco, pasmados por la situación.

- ¿Qué carajo pasó? -preguntó muy confundido el gato

- Debe ser otro de sus trucos - contestó violentamente la comadreja - Hacé silencio que estoy seguro que todavía está por acá...

Ayun estaba escondida a unos pocos metros del dúo, agachada sin moverse demasiado. Apenas vio la oportunidad comenzó a alejarse despacio de estos, pero sin darse cuenta piso una rama seca que produjo un fuerte y seco Crack.

- ¡Ahí está! - Exclamó Nimble abriendo fuego en dirección de la niña. La bala le rozo el brazo izquierdo haciendo que perdiese la concentración y su camuflaje se esfumara. Automáticamente salto a un costado cubriéndose detrás de unos arbustos y comenzó a correr frenéticamente agachada, esquivando las balas que impactaban a su alrededor hasta que volvió a ganar distancia y retomó la huida. En medio del pandemonio, Ayun corrió sin darse cuenta hasta un claro sin árboles que le sirvieran de protección.

- ¡Oh no! - se dijo a si misma asustada.

- No... No tenés... ¡a donde ir! - jadeó Colt llegando al claro – Ahora danos la figura y vamos a hacer que tu muerte sea rápida y sin dolor... quizás...

Los ojos Ayun recorrían el lugar tratando de buscar una salida. Estaba muerta de miedo y no dejaba de pensar "voy a morir, ¡en que estaba pensando cuando me escapé así de mi casa!". En un ataque de pánico levantó la mano derecha por arriba de su cabeza y produjo un destello que volvió a cegar a Colt y a Nimble.

- ¡Puta madre! ¡No de nuevo! - Maldijo Nimble mientras la perrita daba media vuelta e intentaba escapar por el claro. Pero lo que no esperaba era que el piso bajo sus pies cediera. De un momento a otro Ayun se encontró cayendo al vacío, acompañada por varios trozos de suelo. Durante unos instantes su mente se quedó totalmente en blanco, contemplando el cielo azul que se alejaba rápidamente mientras se adentraba en la oscuridad, hasta que su espalda chocó con una superficie liquida y terminó sumergida en ella. Se hundió varios metros en el fluido hasta que reaccionó y dando patadas y brazadas abruptas subió a la superficie para tomar una bocanada de un aire húmedo y embotado.

- ¿D-dónde estoy? - se preguntó a si misma confundida. Miró para todos lados pero lo único que alcanzaba a ver era agua y oscuridad. Aparentemente había encontrado una especie de lago subterráneo bajo el claro en el que se había encontrado hasta hace unos momentos.

- ¿¡Podés ver algo!? - se escuchó débilmente desde la abertura de arriba - ¿Creés que esté muerta? - preguntó otra voz - Hacéte un par de disparos para asegurarte - casi instantáneamente una bala impactó en la superficie del lago, cerca de donde se encontraba la niña haciendo que la niña decida que ya era hora de salir de allí. Tomó una gran bocanada de aire y se sumergió en las oscuras aguas. Iba a dirigirse hacia la derecha, pero repentinamente tuvo la urgente necesidad de ir hacia el otro lado. Sin perder más tiempo, sobre todo porque aún seguían cayendo balas desde el cielo, comenzó a bucear rápidamente en esa dirección.

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Después de nadar un corto tramo, llegó a una costa subterránea hecha completamente de piedra. Se agarró con ambos brazos del borde y dejó descansar su cabeza sobre la piedra unos momentos.

-Mi mamá va a matarme cuando vuelva - pensó algo preocupada, acto seguido saco el resto de su cuerpo del agua. Se paró chorreando por todas partes mientras trataba de escudriñar algo en la oscuridad sin éxito alguno.

- ¡Pero que tonta que soy! - rió algo divertida levantando la mano izquierda y casteando una pequeña pero intensa luz que alumbró toda la caverna.

- ¡Wow! ¡Esto es enorme! - exclamó observando el lugar. El techo de la cavidad se perdía en la oscuridad aún con la potente luz que había hecho aparecer la niña. De repente Ayun sintió una extraña presión en el estómago, como una ansiedad repentina.

- ¿Qué pasa? me siento... rara... - dijo mientras se llevaba una mano al estómago donde la presión se sentía con más fuerza. De repente la luz que se había mantenido suspendida levemente sobre la cabeza de la cachorra salió disparada velozmente adentrándose en la costa pedregosa.

- ¡Hey! ¡Esperáme! - Le gritó la labradora corriendo detrá luz trazó un camino zigzagueante hasta detenerse frente a unas enormes puertas de oro.

- ¡Es impresionante! - soltó con asombro mientras se acercaba a observar los detalles esculpidos en el oro. Sus manos recorrieron cada hendidura de las puertas. Le resultaba algo tan curioso y tan hermoso al mismo tiempo. Hasta que se detuvieron en un detalle particular en el centro de las mismas. Había una ranura con una extraña forma de cruz que le hacía recordar vagamente algo. La observó por unos momentos hasta que cayó en cuenta lo que era.

- Esto es... - susurró. Luego tomó la figura de oro que le había dejado su padre y miró la base comparándola con la hendidura: eran completamente coincidentes - ¡No puedo creerlo!

La cachorra desbordaba emoción. Insertó la estatuilla en la cerradura y haciendo fuerza con ambas manos la giró. Las puertas hicieron un fuerte ruido y comenzaron a abrirse. Avanzaban lentamente pero constante, hasta que a la mitad del movimiento se escuchó un ruido sordo y se detuvieron.

- ¿Qué... qué pasó? - se preguntó mientras atravesaba el umbral. Las puertas habían hecho tope en lo que parecía un piso de piedra negra muy extraño que sobresalía para arriba desde el suelo. La roca negra desentonaba con el resto del lugar, parecía como si hubiese llegado allí tiempo después de construido. Ayun trepó la negra formación que le llegaba a la altura de la cintura y caminó hasta el centro.

- Esto es muy raro... - apuntó algo confundida. Su vista recorrió cada esquina hasta detenerse en una extraña estatua que se encontraba en una de las aristas de la plataforma. Se acercó para observar mejor de que se trataba y se encontró cara a cara con lo que parecía ser un erizo de piedra vestido con una armadura medieval sin yelmo. Las púas de este erizo tenían una ondulación muy marcada, pero aparte de ese detalle el resto parecía completamente normal.

- ¿Quién habrá sido este tipo que tiene una estatua tan rara? - la estatua estaba en una extraña postura, como si viese algo con una mezcla de miedo e ira. Un poco más lejos de la estatua había otra cosa que llamo la atención de la labradora, algo que brillaba intensamente. Al investigar descubrió que se trataba de una espada muy grande y algo deforme. Estaba totalmente hecha de diamante salvo por la empuñadura que era de una roca más negra que la noche, incluso más negra que la que formaba la extraña plataforma en la que estaba parada. Con mucha curiosidad trató de levantarla. Con todas sus fuerzas logro elevar ligeramente un lado, pero su peso era demasiado y se le terminó resbalando de las manos. Cayó en el piso haciendo un ruido estrepitoso, pero no fue el único sonido que escuchó, lo acompañó el sonido de algo que se resquebraja. A la estatua le habían salido varias fisuras. Ayun entrando en pánico se acercó a la misma agachandose para ver si podía hacer algo para repararla pero justo en ese momento escuchó un Click y sintió algo frio que se le apoyaba en la nuca.

- Realmente sos una de las cosas más fastidiosas con las que jamás me crucé pendeja - gruñó una voz familiar - ¡de pié y sin trucos! ¡AHORA!

La labradora se puso en pie lentamente. Apenas estuvo totalmente incorporada Colt la agarró con fuerza de un hombro y la volteó con violencia. Luego le propinó una trompada directamente en el hocico haciendo que un pequeño chorro de sangre volara por el aire y tirando a la chica al suelo.

- ¿Te gusta joderme verdad? ¿Te encanta ver como pierdo la paciencia, no? - Vociferaba Colt mientras Nimble miraba detrás con una risa burlona en su rostro.

- No... no, por favor - lloró Ayun desde el suelo con la nariz destrozada levantando los brazos por delante de su rostro.

- Claro, ahora si te arrepentís... ¡ahora que te diste cuenta que ESTO NO ES UN PUTO JUEGO! - Rugió la comadreja mientras le propinaba una patada en el centro del estómago empujándola unos metros hacia atrás mientras la niña gritaba de dolor

- ¿¡AHORA YA NO TE HACES LA VALIENTE NO!? - le propinó un salvaje pisotón en la cabeza rematado por otro puntapié que le niña alcanzó a cubrir con sus manos que se llevaron parte del daño que alcanzó su rostro de todos modos.

- Te voy a matar lentamente donde estás pedazo de mierda... - masculló el criminal mientras se arrodillaba encima de ella. La tomó de la cabeza levantándola un poco y luego impactándola con fuerza en la plataforma. El rostro de Ayun era una mezcla de sangre y lágrimas, solo alcanzaba a gimotear de vez en cuando pero estaba demasiado aturdida por los golpes. Justo cuando Colt levantaba el puño para arremeter nuevamente contra la cachorra fue interrumpido por Nimble.

- ¡Hey Colt! ¡mirá esta cosa! - exclamó el gato mientras levantaba con esfuerzo el espadón.

- ¿Qué carajo es eso? - Preguntó Colt levantándose de encima de Ayun, dejándola tirada en el piso manchado por su sangre.

- Creo que es una espada muy deforme... ¡Pero está totalmente hecha de diamante! - estalló Nimble - ¡SOMOS AÚN MÁS RICOS QUE ANTES!

Mientras los criminales festejaban, Ayun trataba de arrastrarse hasta la puerta llorando en silencio para que no la escucharan, sin embargo no tuvo tanta suerte

- ¿A donde te creés que vas vos? - un pie le dio un pisotón en la espalda - todavía no terminamos lo nuestro pendeja, ahora vas a venir con nosotros y te vas a quedar quietita mientras vemos como nos llevamos nuestros nuevos tesoros - la agarró con violencia del pelo y de un tirón la volteó y la arrastró hasta donde estaba Nimble mientras lloraba a gritos - ¡Ya cerrá el orto de una puta VEZ! - rugió mientras la lanzaba con fuerza contra la estatua haciendo que el cuerpo de la chica rebote en la misma y quede tendida en el piso - volvamos a lo nuestro...

Ayun se encogió en el piso llorando - mamá... perdón mamá... - sin darse cuenta que la estatua se seguía resquebrajando. Justo cuando el dúo logró levantar la espada después de mucho forcejear, se escuchó un estrepito y una nube de polvo cubrió la zona donde estaba tirada la labradora. Tanto Colt como Nimble miraron confundidos, buscando la fuente del estrepito. Ayun en medio del polvo sintió unos sonidos metálicos como de placas de acero y cadenas y tuvo la certeza de que había alguien detrás de ella. Estaba demasiado adolorida para voltear a ver, sin embargo no hizo falta ya sintió una mano recubierta por un guante de acero que le tocaba el hombro y la volteaba boca arriba. De un momento a otro se encontró frente a frente con un erizo de color violeta y ojos amarillos que la examinaba atentamente. Ayun trataba de enfocarlo pero las lágrimas le nublaban la visión y no pudo distinguir nada más. Cuando el polvo se dispersó Colt y Nimble avistaron al erizo vestido de armadura mirándolos con el ceño fruncido de manera amenazadora. Soltaron rápidamente el espadón, pero antes de poder hacer nada ya se les había ido encima propinándole una trompada con el guantelete a la comadreja que lo mandó a volar al otro lado de la habitación, rápidamente y en un movimiento atestó una patada en la cabeza al gato haciéndolo girar en el aire para luego caer con fuerza en el suelo. El erizo levantó con esfuerzo el espadón usando un solo brazo y se lo cargó al hombro. Se paró sobre el gato y con ambas manos levantó su arma, listo para partirlo por la mitad, pero en ese momento escucho la débil voz de la cachorra.

- Ayuda... me... ¡me duele! - gemía débilmente en el suelo. El erizo bajo la espada con un gesto de desprecio total hacia el gato y se dirigió velozmente hasta donde estaba la niña. Ayun desde el suelo vislumbró como este acomodaba el espadón en su hombro con una mano antes de agacharse nuevamente sobre ella.

- Estas muy malherida niña, tengo que llevarte con un curandero rápido - le dijo mientras la levantaba y la acomodaba con dificultad en un solo brazo. Ayun se sintió extrañamente segura con aquel erizo, cálida. Pero mientras ese pensamiento cruzaba por su mente perdió el conocimiento en brazos de aquel.

CONTINUARA...