Capítulo cinco: No soy tu esclava.

En la misma mañana en la que los cuatro hombres de la Banda de Shane se levantaban temprano para comenzar la búsqueda de su amiga, Trixie había despertado aún más dormida que ellos. ¿La razón? No había pasado una buena noche, gracias a no poder dormir porque se encontraba en un lugar desconocido y las pesadillas que tuvo en los pocos momentos que durmió.

Extrañaba a sus amigos. Extrañaba las bromas de Kord a Pronto, las quejas de Junjie cuando no lo dejaban meditar, los momentos a solas que pasaba con Eli y a las babosas, sobre todo a su fiel babosa tornado, la cual le daba consejos sobre cualquier problema que tuviera, a pesar de que no pueda hablar.

Apenas abrió los ojos, se dio cuenta de que no estaba en el Refugio Shane. Al principio, se asustó, pero al instante recordó que estaba en la mansión de Twist, ya que este la había secuestrado.

Se dirigió al baño y cepilló sus dientes. El rubio, mientras ella dormía, le había dejado un cepillo de dientes, de cabello, pasta dental y tres toallas. Satisfecha con eso, se peinó y salió del baño.

-Aquí tienes el desayuno. -se sobresaltó al escuchar una voz a sus espaldas. El ojiaqua se encontraba apoyado en el marco de la puerta y, al notar que ella lo miraba, le señaló con su cabeza el escritorio, donde estaba la comida. -Cómelo. Luego, te traeré el almuerzo. Te recomiendo que busques algo para entretenerte, porque estarás todo el tiempo aquí. No saldrás para nada. ¡Ah! Y lava las cosas con el jabón y agua del baño. -dicho eso se retiró, con una sonrisa burlona y victoriosa en el rostro.

El chico si que se sentía bien teniendo autoridad sobre la pelirroja. Sobre todo, sin que ningún integrante de la Banda de Shane la protegiera.

La especialista en babosas rodó los ojos y se dirigió al escritorio. Allí, encontró lo que desayunaría el día de hoy: unos huevos con tostadas y jugo de naranja. Al menos me alimenta. Y con un buen desayuno.

Lentamente, empezó a comer. Mientras hacía esto, pensaba en como podía escaparse de aquí.

Debe haber alguna manera. ¿Las ventanas? No, imposible. Twist me dijo que había cámaras filmando todo lo que estaba alrededor de la mansión. ¿Las puertas? Deben estar cerradas con llave, y las cámaras deben filmarlas también. ¡El intercomunicador que me dio Eli!

Con una gran sonrisa en su rostro, dirigió su mano a su oreja. Pero su sonrisa se desvaneció al notar que el aparato no estaba allí. Twist se lo había quitado mientras ella estaba totalmente inconsciente.

-Maldición. -murmuró. El hecho de pensar que, mientras dormía, el rubio le quitó su intercomunicador y no podía comunicarse con la Banda, la hacía ponerse furiosa.

Al instante, recordó que su secuestrador le ordenó que lave el plato y el vaso, que usó para desayunar, con agua y jabón en el baño. Eso, la hacía enfurecer aún más. ¿Quién se creía que era?

Pero, por primera vez, decidió obedecerlo. Cuando apenas terminó de desayunar,se dirigió al baño y lavó todas las cosas. Al terminar dicha tarea, se acostó en la incómoda cama. ¿Qué podría hacer allí?

Cuando se enteró que Twist la había secuestrado, ella creyó que el recién mencionado la iba a tratar peor: pensó que no le daría de comer, a lo sumo de beber y que no la pondría en una habitación. Pero al darse cuenta de que estaba en una, realmente se sorprendió. Al menos, el de ojos aqua estaba siendo algo amable con ella. No, amable no era la palabra. Quizás sentía pena por ella. O, tal vez, no sentía absolutamente nada por ella.

Sin embargo, ¿qué podía hacer en una gran mansión en la cual estaba, solamente, encerrada en una aburrida y simple habitación?

Una idea vino a su mente y se sentó en la cama, para luego pararse. Con paso lento, se dirigió a la estantería que estaba en esa habitación. Entre todos los libros que habían, que eran demasiados, eligió uno basado en una película de Max Jackson.

Al menos, Twist tiene buen gusto en la lectura.

• • •

-Parece que te entretuviste con algo. -comentó una voz, interrumpiendo su tranquilo momento de lectura. Trixie levantó la cabeza y, en la puerta, se encontraba, nada más ni nada menos, que Twist, con un plato y un vaso de agua en sus manos. Antes de que la chica le reprochara por interrumpirla, continuó hablando. -Bien, aquí tienes el almuerzo. Has lo mismo del desayuno, lava las cosas. Con agua y jabón. -se dio media vuelta y, antes de irse...

-No soy tu esclava. -le dijo ella, mas alto que lo pretendía, con los dientes apretados. furiosa. Cuatro palabras, catorce letras, las cuales hicieron que el ojiaqua diera media vuelta de nuevo y la mirara mal.

-No es que lo seas, pero me gusta pensar que lo eres. Aunque eres mi prisionera, por decirlo de alguna manera. ¿Por qué mejor no comes lo que te dejé en ese escritorio y dejas de reprochar? Y de paso, cierras la boca un poco. Es música para mis oídos no escucharte.

-No sería música si no tendría sonido, idiota. ¿O es qué, acaso, alguna vez has escuchado música sin sonido?

-No, nunca escuché música sin sonido. Pero no interesa, ni viene al caso. Cumple con lo que te digo, prisionera. -remarcó la última palabra y sonrió.

-¿Sabes que los chicos vendrán por mí en cualquier momento, no? ¿Y qué caerás? -le preguntó ella, mirándolo mal, como él había hecho anteriormente.

-No seas tan ilusa, Trixie. La babosa versátil tiene sus trucos. El Shane y sus tontos amigos, que a la vez son tuyos, no se darán cuenta que estás aquí. -respondió sonriendo. Antes de volver a irse, la chica pelirroja lo interrumpió una vez más, furiosa.

-Aquí el único iluso eres tú. Y tonto también. Te lo recuerdo por si no te acordabas que ese adjetivo forma parte de tu personalidad.

-¿Cómo dijiste? -preguntó, apretando los puños. Lentamente, fue acercándose a ella, quien, a pesar de comenzar a tener miedo, no lo demostraría frente a él.

-Te dije iluso. Y tonto. ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? -le dijo ella señalando y golpeando su cabeza, donde se encuentra el cerebro.

-Cierra la boca. No te pases de lista. -le dijo, tomándola del mentón. La Sting lo miró con asco e intentó separarse lo más rápido que podía. Falló: el muchacho tenía bastante más fuerza que ella, aunque no la estaba lastimando. -No deberías hablar cuando no te conviene. -le advirtió, con una mirada fría. La de ojos verdes decidió callarse, así que solo se dispuso a rodar los ojos de la manera menos disimulada posible. Acto seguido, comenzó a comer.

Twist se enojó...

Son las 20:26 en Argentina. Espero que terminen de la mejor manera el fin de semana que, en mi opinión, se terminó bastante rápido :(

¡Buen comienzo de semana!

Les gustó el capítulo? Gracias por los comentarios! :)