CAPITULO 5 – El Retorno a Adela
Kavya caminaba por los pasillos de las instalaciones de G.U.N. seguida muy de cerca por un erizo de color violeta y una joven labradora de 15 años quien había estado en recuperación durante 3 días en la clínica. El erizo iba ataviado con una pesada armadura de acero la cual se negaba a quitarse mientras cargaba con un enorme espadón de diamante cuya empuñadura estaba formada por una roca más negra que la noche. El comandante le encomendó a la cierva buscarlos para que pudiesen declarar antes de llevar a la niña a su hogar donde posiblemente también se quedaría el caballero. Caminaron en silencio hasta una puerta con un pequeño letrero a su izquierda que rezaba "D.I.R.: División de Inteligencia y Rastreo"
- Necesito que la niña me acompañe sola - dijo Kavya mirando seriamente al erizo. El tipo no le caía nada bien
- ¿Por qué razón no puedo acompañarla? - discutió este con desconfianza
- Porque ella es la que tiene que declarar y es más fácil hacerlo sin interrupciones - respondió cortantemente
- Esta bien Linco - lo calmó la cachorra - no me va a pasar nada - el caballero miró brevemente a la niña
- Solo necesitamos que narre los hechos pertinentes a la estatuilla dorada - aportó la cierva con un dejo de impaciencia en la voz - mientras más cooperen, más rápido vamos a poder trasladarlos - el grupo de Kavya había estado estancado 4 días en el cuartel gracias a la aparición de Linco y Ayún, y eso era algo que la cierva no podía soportar. Necesitaba retomar su misión cuanto antes, estar quieta mucho tiempo no era bueno.
El erizo asintió con la cabeza bajando su espadón al piso para dejar descansar su cuerpo en él. Kavya le hizo una seña a Ayún para que la siguiera y juntas atravesaron la puerta. Durante una hora la niña narró nuevamente todos los hechos relacionados con la estatuilla dorada con lujo de detalles y respondió a todas las preguntas que los oficiales le hicieron. Ayún se mostró nerviosa en todo el interrogatorio pero no perdió el hilo en ningún momento. Cuando todo estuvo en orden la cachorra volvió a acompañar a la cierva afuera para reunirse con el erizo y los tres se encaminaron a las oficinas del Grupo Especial de Operaciones. Se reunieron con Kirt y Kárin y se demoraron cerca de una hora y media en recopilar las declaraciones de Linco y Ayún. Para cuando terminaron ya era pasado el mediodía.
- Entonces, eso es todo, ¿verdad? - preguntó la cachorra mientras los cinco salían de las oficinas
- Así es. Ahora les prepararemos un transporte para llevarlos hasta Adela - informó Kárin mirando con simpatía a la niña - vamos a demorar un poco así que les recomiendo que vayan al comedor y almuercen antes de partir ¿Podes acompañarlos vos Kavya mientras nosotros nos hacemos cargo de los preparativos?
La cierva la miró con mala cara antes de asentir con la cabeza. Se despidieron por el momento al fondo del pasillo. Kavya, Ayún y Linco tomaron el camino de la derecha mientras que Kirt y Kárin llamaban al ascensor.
- Oye… Kavya… - la cierva posó la mirada en la niña quien la observaba bastante intimidada - ¿Linco y yo no te agradamos verdad?
La cierva se sorprendió un poco por la pregunta - ¿acaso eso importa? - le respondió bruscamente - Yo hago mi trabajo sin importarme si me guste o no - luego apartó la vista de la cachorra quien guardó silencio algo avergonzada. Kavya no pasó por alto la mirada agresiva que le había lanzado el erizo, pero no le importaba.
Una vez ubicados en una mesa tanto Linco como Ayún comenzaron a comer ávidamente el contenido de su plato. Kavya solo se limitaba a mirarlos con los codos apoyados sobre la mesa, sosteniendo su cabeza con ambas manos en las mejillas y expresión aburrida. Ayún de tanto en tanto la miraba de reojo desde el otro lado de la tabla sin atreverse a hablar, cosa que la cierva agradeció internamente. Sin embargo al parecer el caballero no tenía ese tipo de problema y cuando iba por la mitad de su ración se dirigió a la oficial:
- Dime una cosa Kavya ¿ustedes los oficiales son los encargados de cuidar el orden y la paz de este lugar verdad? - preguntó el erizo
Kavya dirigió la mirada hacia Linco sin cambiar de posición y respondió con una voz aburrida - Así es, somos la ley y el orden de Mobius.
- Yo también tenía esa tarea en Ruten - comentó Linco - cuando no estábamos en alguna campaña de conquista custodiábamos Solto, la ciudad capital.
- Temo que las cosas no son iguales - rebatió la cierva - En tu arcaico tiempo la milicia también se encargaba de cuidar el orden público. Hoy en día existen otras entidades que se encargan de ese trabajo. Muy rara vez se llama a los militares y las veces que se lo hace es para reponer el orden en casos especiales y extremos, sin embargo su principal tarea es proteger la nación.
- Ya veo… - dijo el erizo mirando su plato por unos momentos - dime entonces ¿quién es su rey? ¿Acaso es ese tal "Robotnik" o "Eggman" del que tanto escuché?
- Mobius es un poco más complicado en ese aspecto - explicó Kavya pacientemente - en muchos sitios existe una anarquía generalizada. Sin embargo hay comunidades con los poderes bien organizados. Existen algunas monarquías como la de la familia Acorn en Nueva Mobotropolis, aunque hace algún tiempo cambiaron esa monarquía por un consejo tratando de llegar a una idea de democracia - Linco oía con mucha atención lo que la chica estaba narrando y Kavya no pudo evitar sentir algo de lastima por él, después de todo si lo que había dicho era verdad estaban por lanzarlo a un mundo demasiado diferente al que él estaba acostumbrado - luego también existen gobiernos democráticos aún más organizados donde la gente es capaz de elegir por voto popular entre distintos ideales quién quiere que componga el poder, el cual está organizado por una jerarquía de obligaciones como es el caso de Station Square. Esa ciudad es también nuestra principal jurisdicción o por lo menos la original antes de que nos expandiéramos por todo Mobius…
- Vaya… - exclamó Linco algo angustiado - Realmente las cosas son muy diferentes por aquí…
La chica se incorporó observándolo fijamente - Mirá, si todo lo que nos contaste es cierto, cosa que aún me cuesta creer, vas a encontrarte con una cantidad moustrosa de cambios. La ley es diferente, la sociedad es diferente, la gente es diferente, por lo que te recomiendo que te tomes las cosas con calma y no hagas nada precipitadamente. No quiero tener que ir a detenerte en el futuro porque violaste la ley torpemente - Ayún se mantenía en silencio con las manos en el regazo mirando de manera intermitente a la cierva y al erizo mientras hablaban - Por suerte para vos si decidís quedarte con la madre de la niña vas a poder adaptarte mejor. No se me ocurre nadie mejor para enseñarte las leyes que una abogada después de todo, a pesar de que a veces les guste torcerlas a su conveniencia…
- ¡Hey! - Exclamó Ayún molesta - ¡mi madre es una abogada honesta y nunca haría algo así!
Kavya cambió de foco en la niña unos momentos y luego bajo la vista al su plato viendo que ya estaba vació.
- Si ya terminaron de comer entonces vamos - ordenó evadiendo la queja de la cachorra y levantándose de su asiento
- Tengo una última pregunta - advirtió el caballero mientras se ponía de pie también y tomaba su espadón - ¿Quién es Robotnik?
- Es el enemigo público número uno - Kavya se detuvo un momento y lo escudriñó muy seria - Un loco megalómano con delirios de conquista mundial. Tristemente tiene el potencial para lograrlo así que es una amenaza muy grande y muy real.
- ¿dominio mundial? - preguntó confundido Linco
- Podríamos decir que quiere ser rey del mundo - explicó ayún
- Exactamente lo que dijo la niña - confirmó la cierva
- Entiendo… - el caballero se quedó pensativo un momento - ¿y nunca dio una razón por la cual quería llevar a cabo tal conquista?
- Quiere construir su propio imperio habitado por maquinas - Kavya se cruzó de brazos - yo tengo la teoría de que quiere compensar la falta de otra cosa con ello - agregó despectivamente
Linco sonrió ligeramente con la broma de la chica - así que de hecho podés hacer chistes y no solo tener esa actitud agresiva…
- Así que vos podes sonreír y no estar siempre con apariencia de amargado - le rebatió la cierva ablandando un poco el semblante
- Si, supongo que no he estado actuando de manera muy amistosa yo tampoco - admitió el caballero ablandando el semblante también - vamos entonces
Mientras se ponían en marcha Ayún se acercó rápidamente por detrás - Yo no entendí el chiste, ¿de qué se rieron? - luego miró inquisidoramente a ambos. Kavya y Linco intercambiaron una rápida mirada.
- Cuando crezcas lo vas a entender - le respondió la cierva
- ¡Eso no es justo! - exclamo indignada la cachorra mientras inflaba las mejillas en señal de enojo.
Se reunieron con Karin y Kirt en los hangares. El par de leones ya tenían lista una nave con las turbinas calientes y estaban sentados en el borde de la puerta corrediza charlando entre ellos. Apenas los tres llegaron hasta donde estaban, Kárin les presentó al piloto y al copiloto. Estos a Kavya le dirigieron un saludo militar y al erizo y a la perrita un saludo jovial. En pocos minutos estaba surcando los cielos mobianos en dirección de Adela, una comunidad ubicada 300km al sur formada por 7000 habitantes mixtos entre mobianos y humanos. Kavya calculó que tardarían aproximadamente una hora y quince minutos en llegar a su destino manteniendo la velocidad crucero de la nave.
Después de la charla que habían mantenido en la cafetería de los cuarteles de G.U.N. el hielo se había roto y los cinco pudieron conversar de manera más abierta. La cierva se sentía muy animada por el hecho de poder volver a la acción, eso la hizo bastante comunicativa. Durante más de una hora hablaron de temas diversos y le explicaron muchas cosas de Mobius a Linco. Sin embargo, cuando ya estaban a solo un par de kilómetros de Adela, divisaron una serie de columnas de humo que se elevaban hasta el cielo emanando desde la pequeña ciudad.
- ¿Qué mierda significa eso? - preguntó Kavya algo alarmada. De repente sintieron un gran estruendo y a lo lejos vieron una explosión seguida por una nueva columna de humo.
- ¡Están siendo atacados! - exclamo asustada Kárin - ¡Rápido! ¡Diríjanse a esa zona! - le indicó a los pilotos mientras señalaba la fuente de las explosiones.
Ayún solo miraba horrorizada la escena. Había entrado en estado de shock y Linco estaba intentando hacer que reaccione.
- ¡Voy a pedir refuerzos a la central! - informó el copiloto mientras tomaba el comunicador del vehículo.
- ¡Kárin! ¡Kirt! ¡Tomen cada uno un fusil anti blindaje y síganme! - les ordenó a sus compañeros tratando de organizar sus ideas rápidamente - ¡Apenas toquemos suelo nos movemos a la acción! ¡Tenemos que proteger a los civiles y resistir hasta que lleguen los refuerzos!
El dúo de leones sacó tres fusiles y munición de un armario que se encontraba en el fondo y le acercaron uno a Kavya. Pusieron en punto sus armas y se prepararon para salir disparados apenas fuera seguro. El piloto sobrevoló la zona del ataque y pudieron vislumbrar un escuadrón de robots de importante tamaño de tonos rojos atacando en uno de los barrios privados más importantes de Adela. A Kavya le dio un vuelco el corazón: era donde vivía la madre de Ayún. Miró a Kirt quien le devolvió la mirada con preocupación y luego ambos voltearon para ver a Ayún. La niña sollozaba abrazada a Linco mientras observaba el caos en el que se había convertido su hogar.
- ¡Parecen ser unidades de Robotnik! - exclamó el piloto mientras pegaba un giro y se ubicaba sobre una calle ancha dispuesto a descender - ¡vamos a dejarlos en el suelo y a esperar a los refuerzos mientras ustedes avanzan!
Kárin miró a Linco y Ayún - ¡Ustedes espérenos en la nave! - les ordenó - ¡apenas tengamos controlada la situación les vamos a informar!
- Yo puedo serles de ayuda - rebatió el caballero - ¡mi espadón está sediento de sangre después de tantos años!
- No - lo atajó Kavya - este no es tu tiempo y no sabés a lo que te vas a enfrentar. Además de que tienes que cuidar de la n… - Pero la cierva no pudo terminar de decir la frase cuando Ayún se soltó de Linco y salto de la nave al piso. Ya estaban a dos metros del suelo y la cachorra aterrizó pesadamente cayendo sentada en el suelo. Luego en un movimiento se levantó y se volcó en una desenfrenada carrera - ¡Mamá! ¡Mamá! - gritaba a viva voz desesperada mientras corría en dirección de los robots.
- ¡Mierda! - Exclamó Kavya y salto detrás de la niña. Aterrizo girando sobre su espalda y salió corriendo en persecución. No tardó mucho en acortar la distancia y pudo saltarle encima lanzándola al suelo. La volteó boca arriba - ¡Estás loca! - la recriminó con enojo - ¡Te pueden terminar matando! - la niña la miró desde el suelo con los ojos hechos un mar de lágrimas.
En ese momento una explosión a su derecha las impulso a ambas varios metros hacia el lado opuesto y las separó. Un enorme robot de combate acababa de atravesar una casa de manera muy agresiva. Kavya de reojo pudo ver como la labradora se levantaba y volvía a escapar corriendo en dirección de su hogar. La enorme maquina aparentemente también lo notó y levantó el brazo derecho, el cual terminaba en una minigun, en dirección de la niña. Sin perder ni un segundo la cierva levantó el fusil que había caído medio metro a su izquierda y disparó una ráfaga que atravesó el blindaje del brazo e hizo que es extremidad quedará colgando inertemente al costado del mismo. Esto no le hizo ninguna gracia al coloso y cambio de objetivo hacia Kavya. La chica volvió a levantar su arma, pero solo alcanzó a realizar un par de disparos antes que el enorme brazo robótico que aún estaba entero la impactara de lleno en todo el cuerpo y la lanzara 10 metros en el aire contra una pared. El golpe le generó un dolor agonizante a la chica y pudo sentir como varias costillas se le doblaban hasta el límite pero milagrosamente ninguna se rompió. Una vez en el suelo notó que le chorreaba sangre de la boca y la nariz. Escupió un poco del rojo líquido que se le había juntado y se puso de pie con dificultad mientras tomaba el chuchillo de combate que llevaba colgado en la cintura. El golpe había lanzado su fusil muy lejos en la dirección contraria y no había forma de recuperarlo. El robot comenzó a avanzar rápidamente con el brazo derecho colgando inertemente, lo que era una suerte ya que en el otro no llevaba arma alguna. Por lo menos que pudiera verse a simple vista. La cierva logró esquivar un segundo golpe del coloso girando sobre su espalda y ubicándose detrás del mismo. Sin embargo mientras se preparaba para saltarle encima, del brazo que aun tenia funcional comenzaron a emanar llamas que cubrieron toda la zona. La chica a duras penas pudo escapar a los tropezones y solamente con algunas quemaduras menores. Terminó sentada de espaldas contra un muro en ruinas en una de las casas que habían sido demolidas en el caos. La máquina se le había parado delante. Ya no tenía escapatoria. Volvió a escupir un poco de sangre entre sus piernas mientras su oponente levantaba el pesado brazo verticalmente listo para aplastarla contra el suelo como a un insecto. Tragó pesadamente y cerró los ojos esperando el impacto, pero en su lugar escucho un fuerte estruendo acompañado por el sonido de miles de piezas metálicas partiéndose y el galvánico sonido de un arco eléctrico que escapa de algún sitio. Cuando abrió los ojos se encontró con Linco volviendo a colocarse el espadón al hombro mientras en la distancia que los separaba se encontraba una pila de placas, motores y aceros. El caballero había partido al robot en dos partes de un solo golpe.
- ¿Estas bien? - le preguntó preocupado mientras se acercaba a ella.
Kavya volvió a escupir un poco de sangre mientras guardaba el cuchillo en la funda. Cada vez era menos así que aparentemente no tenía un daño interno considerable - Si, son solo rasguños - mintió mientras se ponía en pie. Con cada movimiento el cuerpo le enviaba terribles señales de dolor, pero la chica las evadía concentrándose en que su rostro y sus movimientos no lo demostraran.
- ¿Estas segura que no necesitas ayuda? - el caballero la miró con una extraña expresión de nostalgia mientras le acercaba el fusil que llevaba en la otra mano.
Kavya se dio cuenta que había empuñado el espadón con una sola mano - Realmente impresionante - pensó para sus adentros, luego agregó en voz alta - no te preocupes por mí, hay que buscar a Ayún. Es muy peligroso que esa niña esté sola en este lugar - tomó el fusil que le pasó Linco y le cambió el magazine guardando el viejo en uno de los bolsillos tácticos que llevaba colgando de la cintura. Tiró del percutor y un sonoro click anunció que estaba listo y ansioso por volver al combate.
Linco la miró brevemente - Me haces recordar a una compañera de batalla. Era igual de obstinada que vos para las heridas - le sonrió ligeramente antes de salir corriendo en busca de la niña. Kavya echó un vistazo a los restos del autómata y notó que la celda de energía se ubicaba en la espalda. Con esta nueva información tomó otro camino esperando encontrar a la cachorra pronto.
Cada movimiento que hacia le generaba fuertes punzadas de dolor en todo el cuerpo, pero a medida que se iba acostumbrando ajustaba el paso. Al poco tiempo sintió varias detonaciones cerca de donde se encontraba. Se acercó a investigar y encontró a Karin y Kirt combatiendo agresivamente un escuadrón de tres robots. Kirt sangraba por la boca y Kárin tenía todas las rastas revueltas y algunas cortadas que yacían en el piso. Más allá de eso estaban en perfectas condiciones. La cierva se ubicó dentro de una casa que estaba prácticamente partida a la mitad. Buscó una ventana en el primer piso con una buena posición de tiro y abrió fuego contra las maquinas. Al igualarlos en número, pero tener la ventaja en la posición los redujeron en poco tiempo, dejándolos desplomados en el suelo convertidos en coladores. La chica bajó deslizándose entre unos escombros. En el piso de abajo encontró tres cuerpos tirados. Había sangre en todas partes y el más pequeño de los tres estaba enterrado hasta la cintura en los escombros que ella estaba utilizando como sustento de sus pies. Atravesó la habitación tratando de evitar pensar en ellos hasta la puerta que daba a la calle en donde estaban sus compañeros. La abrió violentamente con un culatazo del fusil.
- ¡Kavya! - exclamó preocupada Kárin al verla. Kavya pensó que debía tener un aspecto más terrible del que ella creía para que su compañera se preocupara así - ¿Qué te paso? ¿Dónde está la niña? ¡Linco salió corriendo detrás de ustedes también! ¡No lo pudimos detener!
- Alto Kárin - la atajo Kirt - dale un respiro. Son muchas cosas en una sola frase
- Yo estoy bien, solo me rasguñé un poco en una pelea con uno de esos aparatos
- ¿solo te rasguñaste? ¡Pareciera que te pisó un camión! - Kárin la miraba con angustia
- Eso no importa. Linco me salvó y fue tras de Ayún. La niña se me perdió cuando el robot nos cortó el paso.
- Probablemente se dirigieron a la casa de la abogada - razonó Kirt - ¡debemos ir a buscarlos y pronto!
- No va a ser fácil, está plagado de robots - apuntó Kárin mirando hacia el caos que había más adelante - me pregunto que estará buscando Eggman…
Una repentina explosión a unos cuantos metros de donde ellos se encontraban los sobresaltó. Un trozo de auto en llamas paso en arco sobre la calle e impactó en el segundo piso de una edificación. Kavya recordó los tres cadáveres de la casa en la que se había atrincherado y un fuerte sentimiento de ira la invadió - ¡A quién mierda le importa! - dijo entre dientes iracunda y salió corriendo en dirección de las detonación con sus dos compañeros pisándole los talones.
Al poco tiempo se encontró frente a frente con un robot que había acorralado a una joven pareja de ardillas. Se encontraban encogidos contra la esquina de una reja abrazados el uno del otro, completamente aterrados, mientras la maquina les apuntaba con la minigun a punto de girar. Casi instintivamente apuntó a la unión del hombro y disparó una rápida y certera ráfaga que inutilizó el brazo. Luego lo dirigió hacia la espalda y le descargo otra ráfaga destrozándole toda la celda de energía. La máquina cayó pesadamente sobre sus rodillas y dejó de moverse.
- ¡Corran a resguardo! - les gritó Kárin desde atrás de la cierva mientras Kavya se ponía nuevamente en movimiento - ¡salgan de esta zona!
El escuadrón de GEOs recorrió las calles abriéndose paso entre los escombros y las explosiones en dirección de la casa de la abogada. De tanto en tanto cuando se cruzaban con algún ciudadano en peligro se detenían para reducir a los robots y permitían que los mismos escapasen. Cuando ya estaban a una cuadra y media de distancia vieron que desde el punto objetivo de ellos un hombre calvo con un mostacho prominente montado en un extraño vehículo flotante se elevaba varios metros en el aire - ¡Robotnik! - dijo entre dientes Kavya. Eggman apunto con la mano hacia el sitio donde la cierva calculaba que más o menos debía encontrarse el hogar de la abogada. Decenas de robots aparecieron como salidos de la nada y se empezaron a reunir en torno. Los GEO's se vieron repentinamente asediados y superados numéricamente veinte a tres. Tomaron cubierto justo a tiempo dentro de una casa que aún estaba intacta, saltando por las ventanas. Las balas volaron como una sinfonía de destrucción, reduciendo la vivienda tal si fuera de papel. Por todas partes volaban vidrios, trozos de pared, madera y pintura. Kavya estaba tirada con el cuerpo completamente pegado al piso, cubriéndose la cabeza con los brazos. Se había levantado una capa de polvo tan densa que no podía ver más allá de su nariz y ya no vislumbraba que había sido de sus compañeros. Solo le quedaba rezar para que estuvieran bien.
Luego de lo que parecieron horas el fuego cesó y se convirtió en una multitud de ruidos de lucha y ráfagas de fuego aisladas. Kavya levantó la cabeza para ver qué era lo que estaba ocurriendo. La pared de la casa está totalmente destrozada. La sección que le había estado sirviendo de escudo había desaparecido por completo dejando una elevación de apenas unos escasos centímetros del piso. El techo crujió amenazadoramente. Sin pensarlo dos veces se levantó de un salto y se lanzó al jardín delantero en medio de la polvareda. A los pocos segundos de haber abandonado la edificación, el primer piso se desplomó hasta la planta baja con un estrépito ensordecedor levantando un segundo cumulo de polvo. Kavya salió a tientas de la nube. Una vez en la calle se llevó una sorpresa muy grande al ver quienes habían sido sus salvadores. Además de las unidades de G.U.N. que habían arribado pudo ver a un erizo azul con zapatillas rojas derribando robots con mucha facilidad mientras en su rostro se dibujada media sonrisa en un gesto algo burlesco. Aparentemente los Freedom Fighters habían advertido el caos en Adela y acudido al rescate también. Junto a Sonic estaban todos los demás, Tails, Sally, Antoine, Bunny, Amy e incluso Rotor usando su traje de combate hecho a base de nanobots.
- ¡Kavya! - escuchó la cierva a sus espaldas y volteó a ver recordando repentinamente a sus compañeros. Kirt y Kárin salían caminando de la nube también. La leona iba reposando parte de su peso en su compañero y caminaba cojeando, emitiendo leves gemidos de dolor con cada paso. Ambos estaban totalmente cubiertos de suciedad y parecían estatuas vivientes. La cierva se vio rápidamente a sí misma y se dio cuenta que ella tenía la misma apariencia.
- ¿Qué le ocurrió a Kárin? - preguntó mientras iba a auxiliarla.
- Es su pierna. Una de las balas le dio en el muslo izquierdo durante el ataque - le informó Kirt mientras le mostraba la herida. Tenía un hueco de bala que atravesaba la pierna de lado a lado y sangraba copiosamente.
- Tenemos que detener el sangrado y… - comenzó Kavya, pero Kirt la detuvo.
- Yo me hago cargo de Kárin, vos andá a ver si Ayún y Linco están bien - el león dio un rápido vistazo al combate que se llevaba a cabo varios metros más lejos de donde ellos estaban - Llegó la caballería, y más de la que esperábamos, así que nosotros vamos a estar bien.
La cierva le dirigió un gesto de entendimiento y se encaminó al medio trote hacia donde debían estar la niña y el caballero. Por alguna razón le costaba caminar y cada paso que daba le producía un ligero malestar en la cintura, pero todavía tenía el efecto de la adrenalina y no le prestó atención.
Cuando llego hasta la vivienda de la abogada se quedó de piedra con la escena que encontró. Gran parte de la casa estaba hecha pedazos, desgarrada y cortada como si hubiera sido víctima de una serie de explosiones muy grandes. En los jardines se podían ver por lo menos veinticinco robots destrozados claramente por mano de Linco y su espadón. Pero lo que más shockeó a la oficial fue el hecho de encontrar a Linco abrazando a una desconsolada Ayún frente a los restos de lo que parecía ser un cuerpo mutilado al que le faltaba todo desde la cintura para abajo. La niña emitía alaridos desgarradores que se mezclaban con los sonidos del combate que se estaba librando no muy lejos de donde ellos estaban. Kavya comenzó a avanzar lentamente hasta donde estaban ellos para poder discernir bien el rostro del cuerpo. Era la abogada, la madre de Ayún. El estomagó se le encogió al tamaño de una nuez y se dobló por la cintura cayendo de rodillas sobre el maltratado césped. Apoyó una mano sobre el suelo sin saber ni en donde estaba parada. Le estaba costando cada vez más respirar y de repente se dio cuenta que también sangraba. Se miró la cintura en busca de la herida y descubrió que tenía un vidrio clavado en un costado. Lo tocó suavemente con la mano que tenía libre tratando de revisar la gravedad de la misma y sintió un enorme dolor. Tragó saliva pesadamente y se puso de pié ignorándolo.
- L-Linco… ¿qué paso? - preguntó débilmente mientras se acercaba nuevamente donde ellos estaban. El caballero le dirigió una mirada muy afligida abrió la boca como buscando las palabras para describir los hechos y luego la cerró nuevamente sin poder emitir palabra. Repitió dos veces la misma acción sin resultado y solo alcanzó a bajar la vista para posarla en la cachorra - Mierda… - susurró para sus adentros con un nudo en la garganta.
De un momento a otro un robot aterrizó pesadamente detrás de ellos con un estruendo muy fuerte sacándolos del ensimismamiento. Kavya le lanzo una mirada iracunda, tenía la necesidad de hacerlo pedazos con sus propias manos. Miró de reojo a Linco quien se había puesto de pie con Ayún en brazos aun llorando a lagrima viva - Linco, llevatela de acá - le ordenó entre dientes - yo voy a hacerme cargo de estas basuras
- ¿Estas segura? - le preguntó el erizo mirando fijamente al coloso de acero.
A la cierva no le importaba estar segura o no, solo sentía una rabia intensa que la invadía - sí, solo ándate. Esa niña ya perdió mucho hoy… - aseguró mientras el robot empezaba a avanzar hacia donde estaban ellos. El caballero dio media vuelta cargando con la cachorra y empezó a correr en la dirección contraria. La máquina de repente levantó la mano derecha en dirección del par. Kavya le lanzó un trozo de acero buscando llamar su atención, cosa que logró casi instantáneamente. Había sacado el cuchillo de combate que llevaba y lo sostenía con fuerza en su mano derecha - ¡Vamos! - le grito con toda la intensidad que su garganta le permitió. Sintió una punzada de dolor agudo en la cintura como represalia de su esfuerzo pero no se inmutó. El robot cambio la dirección del brazo hacia la cierva pero ella ya se había lanzado a la carrera contra él. Se deslizó rápidamente por entre medio de las piernas y en un rápido movimiento le saltó hacia la espalda clavándole el cuchillo lo más profundo que sus brazos le permitieron en el duro metal. Pudo enterrar la hoja tres cuartos de longitud antes de que se detuviera lo que no era suficiente para alcanzar la celda de poder. El coloso movió ambos codos hacia atrás golpeándola de lleno en el pecho y comprimiéndola brevemente. La hoja del cuchillo se partió por la mitad en la coraza quedándose solo con un trozo en las manos del cual se aferró fuertemente. Los codos mecánicos aflojaron repentinamente y en un segundo todo el torso de su enemigo rotó sobre sí mismo hasta quedar frente a frente con una Kavya que aún estaba suspendida en el aire. Con la mano izquierda la aferró rápidamente y la lanzó hacia atrás violentamente contra el piso. La chica rebotó dos veces contra el césped, los escombros y los restos metálicos antes de quedar tirada inmóvil. Podía sentir su mano aferrando los remanentes del cuchillo, pero también sentía el brazo apoyado sobre algo particularmente duro. Movió la cabeza con dificultad hacia la derecha para ver que objeto era y se encontró con el enorme espadón de Linco. Lo había dejado atrás cuando se llevó a la niña. La oficial intentó ponerse de pie, pero la mano de la maquina la sorprendió a medio camino. La levantó en el aire sosteniéndola frente a él y pudo sentir como esta comenzaba a cerrarse con una fuerza descomunal en torno a su cintura. Quería partirla por la mitad. Kavya dejó escapar un gemido de dolor y los ojos se le llenaron de lágrimas, sin embargo no se dejó entrar en pánico. Consciente de que aún conservaba el cuchillo levantó la mano derecha y lo clavó con todas sus fuerzas en la articulación de la muñeca. Instantáneamente la presión cedió dejando caer a la chica pesadamente sobre sus rodillas. Sin siquiera detenerse a pensar en la fuerza que requería lo que estaba por hacer, tomó el espadón de Linco por la empuñadura. Con un vigor totalmente ajeno a ella lo blandió con brutalidad partiendo a su oponente en pedazos. Luego de destrozar su objetivo el arma se clavó pesadamente en la tierra y quedó completamente inamovible.
Kavya se desplomó unos segundos de espalda en el piso. Su herida había empezado a sangrar copiosamente ya que el vidrio que la tapaba había desaparecido. Llevó ambas manos a ella tratando de detener el flujo infructuosamente. Se volvió a incorporar con intenciones de seguir buscando más oponentes para acabar, para descargar su angustia. Pero esta vez su cuerpo la detuvo y quedó sentada en su lugar sin moverse. Aparentemente la batalla había terminado por que no le llegaban más ecos del combate. Esto hizo que se sintiera frustrada. Había fracasado en su misión y no había podido conseguir descargar ese sentimiento peleando tampoco.
Estuvo aproximadamente cinco minutos sentada perdiendo sangre entre los restos de la casa, solo en compañía del torso mutilado de la madre de Ayún, antes de que alguien la encontrase.
- ¡Sonic! ¡Por aquí! - exclamo alterada una voz femenina. Kavya giro levemente la cabeza hacia la derecha avistando a una eriza rosada de ojos verdes que llevaba un vestido rojo y empuñaba un enorme martillo. La chica miraba a la cierva muy preocupada.
- ¿Quién es, Amy? - preguntó una voz detrás de ella y acto seguido apareció otro erizo, este de color azul.
- No lo sé, pero parece que está muy mal herida - apuntó preocupada mientras ambos se acercaban.
- ¡Ustedes! - emitió Kavya con toda las fuerza que le quedaban - Olvídense de mí. Yo estoy bien - mintió - Deben buscar a Ayún y a Linco - agregó - un erizo violeta que viste una armadura medieval… y carga con una niña labradora… - terminó jadeando dificultosamente. Ambos erizos se miraron el uno al otro muy preocupados - ¡no estoy delirando maldita sea! ¡La niña es la hija de la media mujer que está entre los escombros! - vociferó enojada.
De repente Amy dio un respigo y se llevó ambas manos a la boca horrorizada mientras contemplaba los restos de la abogada - ¡Dios mío! - exclamó por su parte el erizo.
- hay más… en otras casas… - resolló la cierva - es una puta carnicería…
-Amy, quédate con ella - le ordenó Sonic a la eriza rosada - voy a pedirle a Tails que vaya a buscar a ese erizo y a la cachorra de la que habla - luego, en un parpadeo, ya no estaba allí.
- No te preocupes - trató de consolarla Amy - los vamos a encontrar
- No estoy preocupada - respondió Kavya - ¿ves este cementerio de robots? Bueno, es obra de Linco…
La eriza dio un rápido vistazo alrededor - Parece un tipo muy fuerte - luego su vista se detuvo en el enorme espadón que estaba clavado a medio metro de ellas.
- Eso es de él - informó - y es mejor que se lo cuidemos. No suele separarse de su arma - Kavya escupió una buena cantidad de sangre cosa que hizo que Amy se asustara - No… no digas nada - la atajó antes de que pudiera hablar - ¿cuándo venían para acá se cruzaron con un par de leones?
- ¿Los chicos de G.U.N.? ¿Vos también sos parte de ellos? - le preguntó la joven eriza
- Si, son mis compañeros -respondió - ¿están bien ellos?
- Los encontró Rotor. Ya los están atendiendo - le comunicó - pero ellos no estaba ni la mitad de mal de lo que estas vos - agregó aún asustada
- ¡Amy! ¡Donde estas! - se escuchó otra voz
- ¡Rotor! ¡Por aquí! - le indicó la eriza. A los pocos segundos apareció Rotor vestido con su nanotraje.
- Sonic solo alcanzó a decirme que alguien necesitaba mi ayuda aquí y-¡madre santa! ¡Que le ocurrió a esa chica! - exclamó al ver a la cierva
- Tuve un accidente… con una máquina - respondió con sarcasmo entre jadeos - eso me pasa… por no leer el manual…
- veo que por lo menos no tiene herido su sentido del humor - apuntó la morsa mientras se arrodillaba a su lado y la examinaba - Mhh… esto se ve muy mal. Debes haber perdido mucha sangre y con toda la suciedad que tenés encima es casi seguro que se va a infectar… - informó - Temo que yo no puedo hacer nada, vamos a tener que llevarte con los médicos de G.U.N.
- Sería un placer - aceptó la cierva mientras intentaba incorporarse
- No hace falta que te esfuerces, puedo cargarte - ofreció Rotor amagando levantarla
- No - le dijo con voz firme la oficial - Todavía puedo caminar con ayuda. Vamos - se ayudó a pararse con los hombros de rotor y luego paso un brazo por detrás de ellos. Amy tomó el otro brazo de la chica y la ayudó también - Por cierto, lleven también el espadón de Linco - la eriza intentó voltearlo con una mano pero sin éxito. Rotor giró con cuidado para ponerse en una posición cómoda y lo intentó. Logró desclavarlo del piso pero no lo pudo levantar.
- Pesa una tonelada - exclamó algo sorprendido - ¿alguien usa esto de arma?
- Así parece - afirmó Kavya - pero nunca he visto al dueño empuñarla todavía.
Rotor comenzó a arrastrar el enorme trozo de cristal - tendremos que dejarlo aquí y volver más tarde por él, de otro modo vamos a tardar más en llegar a un médico.
- No. Iremos más lento en ese caso. Yo puedo aguantar - aseguró testaruda la oficial
- ¿Siempre sos así de orgullosa? - le preguntó la eriza mientras caminaban.
- No pienso responder a eso - advirtió molesta la cierva
Al poco rato llegaron hasta una unidad médica de G.U.N. que estaba estacionada en una plaza de la localidad. Kavya pasó de brazos del par de Freedom Fighters al de los paramédicos. La acostaron en una camilla y con unas toallas húmedas comenzaron a limpiarle la tierra del pelaje buscando heridas.
- Tiene múltiples hematomas, varios cortes… - comenzó a narrar el médico de cabecera a sus asistentes - una herida punzo-cortante muy profunda en el lado derecho de la cintura por encima de la pelvis… - le palpó las costillas rápidamente lo que le produjo un fuerte dolor - y también un par de costillas rotas - terminó de apuntar - tijeras - pidió. Cortó el traje de Kavya para liberar espacio y se puso a trabajar en cada herida rápidamente.
Al cabo de treinta minutos tenía medio cuerpo cubierto de vendajes. Solo una manta blanca cubría su pecho y su camilla se encontraba junto con otras al aire libre en medio de la plaza. No le importaba en lo absoluto estar semidesnuda a la intemperie ni tener medio cuerpo destrozado, pero el sabor del fracaso se negaba a abandonarla y en el tiempo en el que estuvo acostada sumida en sus pensamientos no pudo hacer más que rumiarlo lentamente.
- ¡Kavya! - se oyó después de otra media hora - ¡estas con vida! - Kárin y Kirt se acercaban hacia la camilla de su compañera. Kárin tenía vendada y entablillada la pierna cosa que le impedía caminar normalmente. Por su parte Kirt solo tenía un par de vendajes en el brazo y un parche de vendas sobre el ojo izquierdo.
- ¡Pero estas completamente destrozada! - agregó el león mientras observaba sus vendajes - ¿qué ocurrió?
La oficial no se sentía muy cómoda hablando mientras estaba acostada, así que haciendo caso omiso a las peticiones del médico decidió sentarse. Le pidió con un gesto a Kirt que se volteara un momento. Se incorporó, acomodó la manta sobre sus hombros y la ató en el centro improvisando una especie de remera - Estaba muerta - les contó con amargura. Kirt volvió a posar la vista en la chica con incredulidad mientras Kárin emitía un leve gemido de decepción - no sé cómo pasó, pero cuando llegue solo encontré a Ayún llorando desesperada mientras Linco la abrazaba… frente al torso mutilado de la abogada…
- Mierda… - exclamó con amargura Kirt - Eso explica por qué todavía no ha logrado emitir ni una palabra
- Y Linco se niega a hablar también - agregó Kárin
- ¿Ya los encontraron? - preguntó atropelladamente la cierva.
- Tails los trajo hace aproximadamente media hora - comentó la leona - aparentemente tuvo problemas para que Linco aceptase.
- Porque no me sorprende… - rio Kavya con un dejo de sarcasmo mientras se volteaba para dejar las piernas colgando por el borde de la camilla y se disponía a bajar.
- ¿Qué crees que estás haciendo? - lo atajó Kirt
- Voy a hacerles una visita. Quiero hablar con ellos - respondió y bajó al suelo de un salto. Ese movimiento brusco le produjo una puntada de dolor que la obligó a hacer una mueca.
- ¿Vos crees que es una idea inteligente dado el estado en el que estás? - la recriminó su compañero
- No creo que Kárin deba estar caminando y a ella no le decís nada - Kirt puso cara de enojo dejando en claro que también había intentado detenerla sin éxito - convivo con las dos mujeres más tercas del planeta… - refunfuñó mientras le ofrecía el otro hombro para ayudarla a caminar.
Linco y Ayún estaban sentados en unas cajas cerca de una carpa de primeros auxilios. Los dos estaba ilesos, pero la cachorrita tenía la mirada vacía, clavada en el suelo bajo sus pies y no se movía ni un ápice. Linco había recuperado su espadón el cual descansaba a su lado mientras él observaba a su acompañante muy afligido. No muy lejos de ellos dos se encontraba Amy, que al ver a la cierva se sorprendió bastante.
- No deberías estar caminando por ahí en ese estado - la retó la eriza mientras se le acercaba.
- No me fastidies - dijo agresivamente Kavya - No es que no esté agradecida de que me hayan encontrado - agregó sin cambiar el tono de voz - Pero no necesito que alguien controle que carajo hago o no con mi salud - Acto seguido se dirigió hacia donde estaban el caballero y la niña. Amy trató de cortarle el paso pero Linco al ver a Kavya la llamo por su nombre y la eriza desistió pero decidió acompañarlos.
- ¿Cómo se encuentran? - le preguntó apenas llegó hasta donde estaban sentados. El caballero miró de reojo a Ayún y solo movió la cabeza con un gesto negativo - seguime, necesito preguntarte algunas cosas - le pidió la oficial. El erizo le frotó levemente la espalda a la niña quién desvió un momento la vista para verlo. Luego se puso de pie y siguió a la cierva apartándose de los oídos de la labradora.
- ¿Qué ocurrió? - volvió a formular por enésima vez mientras Karin y Kirt escuchaban atentamente.
- No estoy seguro - dudo el caballero - En el momento que nosotros nos separamos me aboqué a la búsqueda de la niña, pero esos golems de hierro me cortaban el paso continuamente. Me vi obligado a combatir a todos y cada uno de ellos para abrirme paso. A Ayún la… - en ese momento trago saliva y su voz se tornó amarga - A Ayún la encontré frente a esa casa… su casa… llorando sobre el cuerpo de su madre…
- ¿Entonces cuando vos llegaste ya estaba así? - preguntó Kárin con la voz afligida
- Sí. Lo primero que vi fue a Ayún, pero luego me fijé que ligeramente por encima estaba volando ese hechicero obeso. El que controlaba a los golems. Al que todos ustedes llaman Robotnik - en ese momento Amy, que había estado aparentando ignorar la conversación, no pudo evitar volver la cabeza ligeramente para escuchar mejor - le pedía a la niña esa estatuilla dorada de la que me hablaron antes. Ella no lo escuchaba. Dudo que haya escuchado nada o a nadie. Era una escena realmente desagradable - un dejo de ira invadió la voz del caballero mientras narraba - Amenazaba a Ayún con acabar con ella también si no le daba lo que buscaba. Yo me acerque hacia donde estaban y le grité una advertencia al hombre obeso, pero él, en lugar de retroceder, se quedó observando mi arma y me exigió que se la entregase. Yo me negué a hacerlo y comenzó a actuar, a intentar convencerme mediante palabras de que se la diese. Yo le respondí que la única forma en la que se la iba a dar seria si se la ensartaba por el… - en ese momento Amy emitió una ligera tos interrumpiéndolo. Linco la miró brevemente. Trató de calmarse un poco antes de seguir - No le gustó para nada que me negara así que envió a dos de sus criaturas para atacarme. Siendo tan débiles no me costó mucho destrozarlos.
- Cuando nosotros llegamos él se estaba elevando - recordó Kavya - parecía como si algo lo hubiese asustado ¿Qué fue?
- Usé mis poderes psíquicos con él - explicó el erizo dejando pasmados a los cuatro oyentes - lo hice ver a una horda de necrófagos aparecidos de la nada que lo empezaba a atacar. Luego de eso salió huyendo y todos los golems comenzaron a atacar como unos dementes. Fue una pelea bastante reñida.
- ¿Ósea que vos tenés poderes? - preguntó Kárin con curiosidad
- Sí, soy psíquico - admitió Linco - Pero no sé cómo los obtuve. Solamente estoy seguro de que nací sin ellos ¿es eso importante ahora?
- Lo siento - se disculpó la Leona algo ruborizada - solo me sorprendí un poco
El caballero le dirigió una rápida mirada a la cierva de arriba a abajo - ¿qué te ocurrió a ti?
- Digamos que para alguien como yo no le es tan fácil combatir cuerpo a cuerpo contra un robot y salir victorioso - comentó Kavya - Aun así tuve algo de suerte y pude ganar.
- Dime… Según la morsa mi arma estaba clavada en el piso, pero yo recuerdo haberla dejado reposando en la hierba… - Linco la miró inquisidoramente - ¿Quién blandió mi espadón?
- No entremos en detalles - evadió la cierva - Pero te aseguró que no fue una de esas maquinas
- ¿Entonces había alguien más allí? Por qué dudo que vos fueses capaz de levantarlo - apuntó el erizo
- Te sorprenderías de los que es capaz la gente en un momento desesperado… - sin esperar respuesta la cierva se alejó de grupo y se fue a sentar juntó a Ayún.
Tardó unos momentos en hablar - Lo siento - se disculpó con tristeza evitando su mirada- te fallé…
Cuando se fue a poner de pie la mano de la niña la detuvo agarrándole la suya. Kavya la observó algo sorprendida - No me fallaste… - dijo con la voz tomada y quebradiza - ya era muy tarde cuando llegamos… - Ayún le dirigió una triste mirada con los ojos rojos e hinchados después de haber llorado tanto - pero escuché cuando le pediste a Linco que me llevase para protegernos a los dos… - su voz era débil - para que yo no me quedara sola…
La cierva quedó muy sorprendida por las palabras de la cachorrita, sin embargo lo que hizo luego superó todo. Ayún suavemente la abrazó y susurró - gracias… - Kavya sin saber que hacer le devolvió el abrazo.
- Solo hice mi trabajo - le dijo - para eso estoy, para ayudar a la gente…
Kárin y Kirt miraban con la boca abierta completamente anonadados la escena. Linco le dedico una sonrisa a la cierva. La eriza que se empezaba a sentir como una intrusa le dedicó una tímida sonrisa también y se alejó en dirección de sus camaradas.
Continuará…
