PRÓLOGO THINKING OF YOU
Caroline alzo la vista leyendo el gran anuncio "SALVATORE INDUSTRIES", el cual había visto ya innumerables veces, se adentró por las puertas de cristal templado saludando a todos los empleados amablemente como cada vez que visitaba a su novio. El guapo y exitoso empresario Damon Salvatore. Llevaban dos años juntos, desde que el regreso de Londres, Inglaterra, donde se encontraba estudiando la carrera de Negocios Internacionales.
Se conocían desde pequeños, crecieron juntos ya que sus respectivas familias eran muy amigas. Estuvieron enamorados el uno del otro desde siempre. Pero nunca tuvieron el suficiente valor para expresar sus sentimientos. El tiempo pasó y ambos estudiaron fuera de Chicago, Caroline se mudó a Nueva York para estudiar diseño de interiores en una prestigiosa Universidad.
Cuando ambos volvieron a reencontrarse en una cena de año nuevo que festejaron sus familias, los sentimientos salieron a flote de nuevo. Y entonces el, se armó de valor y se dedicó a conquistarla hasta que iniciaron una relación formal.
–Buenos días, Bon – saludo la rubia a su amiga y secretaria de su novio Bonnie Bennett cuando salió del ascensor – Esta Damon?
–Hola Care. Si, ¿quieres que te anuncie? – Caroline negó con la cabeza mientras le guiñaba un ojo a la morena. Ella quería sorprenderlo, la chica entendió muy bien y asintiendo riendo.
Camino hasta la puerta de la oficina de su novio la cual tenía plasmado su nombre en ella con letras doradas. DAMON SALVATORE – PRESIDENTE. Sonrió entusiasmada, acomodo su cabello suelto sobre sus hombros y arreglo un poco su ajustado y elegante vestido rojo. El cual sabia era el favorito de su novio, cada vez que se lo veía puesto sus ojos brillaban con un destello de deseo. Giro suavemente el pomo de la puerta y la grabe voz de Damon, inundo sus oídos. Amaba su voz tan varonil, la volvía loca.
Él estaba recargado sobre su asiento hablando por teléfono con algún cliente- ella imagino- debido a su expresión molesta con el ceño fruncido. Cuando se percató de la presencia de su chica, rápidamente sonrió mientras sus ojos azules se clavaban en los de ella. Enseguida y como de costumbre Damon se perdió en ella, admirándola de arriba abajo. Nunca se cansaría de deleitarse con la belleza de mujer que tenía por novia, se sentía el hombre más suertudo del mundo. Sus ojos se iluminaron e instantáneamente relajo su expresión.
Caroline se deslizo dentro de la habitación, tomando asiento frente a él, indicándole que esperaría a que terminara su llamada. Unos minutos después, por fin finalizo de hablar y en seguida se levantó hasta ella. Se inclinó a su altura y estampo sus labios con los suyos en un delicado y apasionado beso al que ella respondió envolviendo los brazos alrededor de su cuello.
–Hola hermosa – Susurro contra sus labios mientras se apartaba lentamente. – ¿A que debo su maravillosa presencia Señorita Forbes? – Caroline sonrió dulcemente ante sus palabras, siempre era tan amoroso con ella.
–Quería invitarlo almorzar, Señor Salvatore – explico con una sonrisa ladina plasmada en su rostro. – ¿Me haría el honor de acompañarme para el almuerzo, Señor Presidente? – El soltó una risita ladeando la cabeza.
–Me encantaría, Señorita – Beso la suave y delicada mano de su novia para enseguida entrelazarla con la suya. Se despidieron de Bonnie con la mano caminando por el pasillo con sus manos entrelazadas. Para todo el mundo, ellos eran la pareja perfecta, el uno para el otro. Siempre eran tan cariñosos. Demostrando cuando se amaban a cada momento y en cada situación. En los ojos de Damon, se podía ver el amor por su chica, y obviamente también en los de Caroline.
