7. Verdades I

Serena regresó al templo con su hija en brazos, escoltada por Haruka y Michiru. En el patio, las esperaban las demás scouts junto con Darien.

- ¿Está todo bien, Serena? – preguntó cortésmente Lita

- Si Lita, gracias – la rubia miró al hombre con dolor, mientras abrazaba a su hija.

Darien no dijo nada, simplemente observaba serio a Serena, y cuando la niña giró el rostro hacia él, endureció el gesto, lo que hizo que a la pequeña se le humedecieran los ojos y enterrara el rostro en el cuello de su madre.

Al ver aquello, una punzada de dolor atravesó el pecho de Serena, pero hasta cierto punto lo comprendía; Hikari representaba todo aquello que jamás pasó, todos sus sueños frustrados por culpa de Diamante y el hecho que Rini nunca naciera. Sin embargo, era su hija, la amaba y la protegería de todos, inclusive de Darien si fuera necesario.

- Discúlpenme chicas, ¿sí? Necesito descansar – la mujer se abrió paso entre la comitiva

- Serena – Darien la tomó del brazo – aún no hemos terminado de hablar.

Al ver aquello, Haruka y Michiru se miraron en complicidad. Debían comenzar a actuar ya, y sabían que Setsuna y Hotaru las seguirían.

- Perdone, Príncipe, pero la Princesa Cabeza de Bombón ha dicho que está cansada

Al oír la manera en la que Haruka llamaba a Serena, todos voltearon a verla, sorprendidos.

- Y aprovechando que estamos todos reunidos, Príncipe, le comunicamos que nosotras, las Outers senshi, hemos decidido jurarle lealtad a la Princesa de la Luna Llena y a su hija, la Princesa Hikari de Némesis – dijo Michiru, postrándose ante Serena, quien la miraba sorprendida.

- ¿Qué? Pero…

- Príncipe Endymion – lo interrumpió Setsuna – la princesa y la niña son las más vulnerables de todos. Lo mejor es que nosotras nos encarguemos de su seguridad y las inners de la suya y… bueno, usted sabe.

El pecho de Rei subía y bajaba, impaciente. Odiaba que no le dieran su lugar solo porque Serena no sabía que ella era la esposa de Darien.

- Está bien. También pienso que es lo mejor- respondió el moreno

- Si me permiten, estoy muy cansada. Con permiso.

Y sin esperar más, Serena se dirigió a su habitación con su hija en brazos, mientras todos la miraban irse.

- Han sido muchas emociones para ella en tan poco tiempo – comentó Hotaru

- Lo mejor será que mañana nos reunamos de nuevo y hablemos todos, tranquilamente – dijo Mina, observando a Darien.

- Pues entonces hasta mañana – comentó Haruka, dando media vuelta seguida de sus compañeras.

- Darien – Rei lo llamó

- Vámonos. Mañana nos volveremos a reunir entonces.

Moonligth Destiny

Era de noche cuando por fin Mina estaba en casa, después de un largo día. Tenía solo una playera delgada de algodón puesta y unas pantaletas, mientras iba y venía en su habitación, ordenando una maleta de ropa y hablando por Skype con Amy y Lita.

- Gracias al cielo Serena y yo tenemos las mismas medidas. Estoy segura que agradecerá que le lleve un poco de ropa – comentó, mientras doblaba unas blusas.

- Al menos estará más cómoda y dejará de usar esa ropa de sacerdotisa – dijo Lita.

- ¿Ya vieron los hermosos vestidos que le compré a Hikari? – la rubia mostró a la pantalla de la computadora un bonito vestido con flores y otro rosado – estoy segura le van a encantar – dijo entusiasmada.

Lita y Amy se miraron, haciendo una mueca. Sabían el porqué del entusiasmo de su amiga, y les dolía.

- Están hermosos Mina. Tienes un excelente sentido de la moda infantil – comentó con gentileza Amy.

- Por cierto, ¿ya se comunicaron contigo? Escuché en las noticias que Three Lights ha regresado a los escenarios.

- No, aun no – respondió displicente la rubia – pero tal vez pronto lo hagan. Oigan chicas, ¿creen que es suficiente ropa o empaco más? – la mujer se salió por la tangente.

- Creo que así está bien de ropa Mina. Bueno, es hora de descansar- dijo la peliazul.

- ¿Artemis está con Luna y Serena en el templo Hikawa, verdad? – preguntó la castaña.

- Así es. Estaré sola esta noche, pero ya debería estar acostumbrada – Mina soltó una escandalosa carcajada.

Las mujeres no dijeron nada ante la actitud sarcástica de su amiga, simplemente, soltaron un suspiro. Terminaron de despedirse y Mina apagó la computadora, las luces y cerró la ventana, dispuesta a dormir.

Se encontraba destendiendo su cama cuando sintió una brisa, por lo que volteó a hacía la ventana, percatándose que estaba abierta.

- Pero, si yo la cerré – dijo, dirigiéndose hasta esta.

Sin embargo, antes de llegar, un escalofrió recorrió su cuello y espalda, haciéndola cerrar los ojos. Pronto, sintió como unas manos la tomaron de los brazos.

- Sabía que eras tú – dijo, con voz apenas audible.

- Hola, Mina.

La mujer se volteó, topándose con un par de ojos verde esmeralda que la miraban profundamente, tratando de enmascarar emociones, como siempre.

- Hola Yaten. Pensé que jamás volverías.

El hombre caminó hacia el haz de luz que emitía la farola de la calle, mostrándose por completo ante ella.

- Ha pasado tanto tiempo desde la última vez y tú sigues igual de hermosa – le dijo, tomándola entre sus brazos y acariciando su mentón – me prefieres así, o así.

Y dicho esto, Yaten cambió su cuerpo al de una exuberante mujer platinada de curvas bien delineadas y actitudes felinas.

- Te ves preciosa – Mina se mordió un labio – tú sabes que nunca me ha importado eso.

- Me alegra escucharlo – Healer se acercó a ella, tomándola entre sus brazos y dejándole sentir su cálido aliento sobre sus labios.

La rubia cerró los ojos, esperando el beso de la platinada, pero antes de que éste se diera, la estrella volvió a cambiar de forma, transformándose en Yaten de nuevo y besándola con pasión.

Al sentir que se encontraba envuelta en brazos masculinos, la guerrera de Venus dio rienda suelta a sus pasiones.

El platinado la tomó en vilo, dirigiéndola a la cama, desesperado por tomarla y ella correspondiendo a cada una de sus exigencias. El hombre hizo a un lado la pantaleta y entró en ella, disfrutando de la Diosa que se unía a él después de muchos años.

La rubia amó cada momento, cada instante en el que él le demostraba que a pesar del tiempo y la distancia, jamás la había olvidado.

Satisfechos, envueltos entre las sábanas, Mina y Yaten disfrutaban de su compañía, intentando recuperar el tiempo perdido.

- Perdóname por no haber regresado antes – el hombre acariciaba la espalda de Mina – fui un cobarde.

- No tengo nada que reprocharte. Tú tienes una misión diferente a la mía. Debías cumplir tu deber.

- ¿Hace cuánto que no estoy contigo?

- Cinco años… los mismos que tuviera él ahorita.

Yaten no dijo nada, simplemente, endureció el gesto, tratando de enmascarar el dolor.

- Fui un idiota.

- No, Yaten. Nada podíamos hacer. Mi misión es luchar, siempre luchar – recordó aquella vieja profecía – tal vez ese fue mi castigo por creer que podía cambiar mi destino, tal vez por eso Sora murió poco después de haber nacido.

- No te culpes – el platinado le dio un tierno beso en la frente, intentando contener las lágrimas.

Le atormentaba pensar que si su pequeño hijo hubiera vivido, ahora serían una feliz familia. Pero las cosas no fueron así y a él le había dolido demasiado todo aquello, por eso había regresado a Kinmoku con el objetivo de nunca volver a pisar el planeta Tierra ni tener que convertirse en hombre, porque no quería revivir esos momentos angustiantes. Su plan era enterrar a Yaten Kou junto a su hijo y lo que sentía por Mina y olvidar que ese momento de su vida alguna vez había pasado.

Pero ahora estaba ahí, de vuelta, transformada en hombre, en la cama de la mujer que amaba hasta la locura y quien era la madre de su pequeño fallecido.

Aspiró profundamente, cerrando los ojos y derramando una lágrima. Lo mejor era concentrarse en el presente y dejar el pasado atrás.

- ¿Aún te duele? – preguntó casi en un susurro

- Ya no tanto – respondió ella - ¿y a ti?

- Nunca va a dejar de dolerme la pérdida de nuestro hijo.

La mujer se incorporó, acunando el masculino rostro entre sus manos

- ¿Qué está pasando, Mina? La Princesa nos dijo que hay una nueva amenaza en el universo.

- Así es – la rubia guardó silencio unos instantes, pensativa – Serena regresó. Y ella nos dijo que éste ser puede destruir un planeta entero en segundos. Al parecer es peor que Sailor Galaxia.

- ¿Serena? – Yaten estaba confundido

- Sailor Moon. La legendaria Sailor Moon está de vuelta.

Moonligth Destiny

Rei estaba sentada frente a su tocador, cepillándose el cabello cuando Darien entró a la habitación. Se limitó a observarlo, hosca, a través del espejo.

Él permaneció parado, detrás de ella, manteniéndole la mirada.

- ¿Qué tanto hablaste con ella?

- No mucho. Esa niña nos interrumpió. Solo me dijo que ese maldito está muerto gracias al Ángel de la Muerte.

La pelinegra colocó el cepillo en el tocador y se levantó, dirigiéndose hacia su esposo.

- Aún la amas, ¿verdad?

- ¿Qué?

- Puedo verlo en tus ojos, en la rabia con la que te expresas de Diamante y el rechazo que sientes hacia su hija – los ojos de Rei se cristalizaron

- ¡Por supuesto que siento rabia contra ese malnacido engendro! Por su culpa toda mi vida cambió, Tokio de Cristal no existe y en vez de que mi hija viva, existe esa maldita niña que por sus venas corre la sangre de la Luna Negra.

Rei se volteó rápidamente, dolida, dejando escapar unas lágrimas.

- Rei, perdóname, yo no…- el hombre la tomó de los hombros, atrayéndola contra sí – entiéndeme. Las cosas fueron muy distintas a lo que debieron ser.

- Pero ahora el destino es otro y yo soy tu esposa – la mujer se giró, encarándolo.

Darien no dijo nada. Miró aquél rostro bañado en lágrimas, percibiendo el dolor y la furia natural contenida en la pelinegra, comprendiendo el error que había estado cometiendo.

- Rei – él adelantó unos pasos hacia ella.

- A mí también me duele todo esto, Darien. Yo también perdí a mi mejor amiga y créeme que el saber que está bien y con vida me da alegría, pero temo por nosotros, porque te amo, porque ya no sé qué sería de mí sin ti, porque tengo tanto miedo.

La mujer se derrumbó frente a su esposo, quien la miraba, sorprendido. Ella tenía razón en pensar de esa manera. La quería, por supuesto, pero Serena… él mismo ni siquiera sabía qué pensar, pero algo tenía claro: merecía darle su lugar a Rei.

- Mi amor – Darien tomó el rostro de Rei con dulzura - yo estoy contigo y entiendo tu malestar. Mañana que hablemos, le diré a Serena toda la verdad. Solo te pido que me comprendas, por favor.

- Lo siento – Rei se precipitó contra él, abrazándolo – no debí ponerme celosa.

- Tranquila, todo va a estar bien, Consorte de Marte – le dijo, dándole un tierno beso en la frente.

Moonlight Destiny

El departamento que ocupaban los Kou se encontraba a oscuras. Seiya estaba en el balcón, mirando las estrellas, pensativo, cuando Taiki llegó a la terraza.

- ¿Aún no regresa? – preguntó el castaño

- No creo que lo haga. No creo que puede desenredarse tan fácilmente de las sábanas de Mina – respondió Seiya, con una media sonrisa en los labios.

- Tienes razón. Ellos necesitan tener su tiempo juntos después de todo este tiempo.

- Así es. El problema es que yo no puedo esperar tanto – el pelinegro se recargó sobre el barandal, mirando a Taiki

- Pues creo que deberás hacerlo. Seguramente mañana nos reuniremos con las demás scout y descubriremos qué está pasando.

- Si pero…- Seiya volvió su vista al frente, tomando el barandal con ambas manos – está esa mujer misteriosa, y su resplandor es tan extraño y familiar…

- Seiya…

- Voy a ir a verlo, Taiki. Tal vez él me dé respuestas.

El castaño hizo una mueca

- Ten cuidado, Seiya. Recuerda que sus guardianas no son muy amistosas.

- No te preocupes, Taiki. Y creo que también deberías aprovechar "esta noche libre" para ver a Amy Mizuno.- y diciendo esto, Seiya desapareció por el balcón del departamento.

Moonlight Destiny

- Amy Mizuno – susurró Taiki, sintiendo un cosquilleo en sus labios provocado por el aire que había dejado escapar al pronunciar aquel nombre.

La última vez que la había visto fue cuando se despidieron en aquella terraza de la preparatoria, hacía 10 años.

No, no había vuelto, como Yaten. Él había preferido quedase en Kinmoku aunque supiera que aquella muchacha peliazul no le era indiferente, y es que había un pequeño problema: a él no le gustaba mucho ser hombre y Amy era heterosexual.

Taiki prefería su forma femenina, porque realmente siempre estuvo a gusto con ella. No era como Seiya, que a toda costa quería ser hombre, o como Yaten, que le daba igual ser mujer u hombre, si al final de cuentas era bisexual.

Maker siempre había sido muy reservada en cuanto a gustos o preferencias, inclinándose obviamente hacia la heterosexualidad. Sin embargo, como Taiki Kou, algo había despertado cierto interés en la guardiana de mercurio, y le sorprendió darse cuenta que, como Maker, seguía sintiendo esa misma atracción por la chica. Hasta ahí no había problema, el problema era que, cuando era hombre, Amy parecía completamente interesada en él, no así siendo mujer, y eso le dolía.

Al final de cuentas era una estrella, y podía tomar la forma que le conviniera más, pero deseaba que Amy lo aceptara tal cual era, como Mina con Yaten. Y si Amy no estaba dispuesta a aceptarla como Maker, entonces tampoco merecía tenerlo como Taiki, por lo que, a pesar de sus sentimientos, había decidido poner distancia de por medio y evitar salir lastimada por el rechazo que pudiera tener.

Y ahora estaba aquí, de nuevo, lejos de su hogar, cerca de la mujer que podía sacar todos sus sentimientos a flote. Tal vez lo mejor era ir a buscarla, confrontarla y decirle que la quería, que quería estar con ella pero que aceptara su verdadera forma.

Pero Taiki no lo hizo, prefirió quedarse sentado en el sofá, cavilando la situación, en medio de aquel departamento a oscuras en uno de los edificios más lujosos de Tokio.

Moonlight Destiny

Darien no podía dormir. Había estado pensando la forma en la que le diría a Serena que Rei era su esposa, y no encontraba la manera de hacerlo.

Se sentó en la cama, mirando a la pelinegra que dormía apaciblemente. Sonrió al verla y le acarició la larga melena, mientras ella se removía entre las sábanas.

Era hermosa, y era su esposa. Rei no merecía sufrir, Serena no merecía sufrir y él tampoco lo merecía. Se preguntó por qué el destino había sido tan cruel y le había llevado de vuelta a la mujer que había sido su gran amor, o mejor aún, por qué se la había arrebatado hacía 10 años atrás.

El hombre se levantó, tomó una bata y salió al balcón. Necesitaba tomar un poco de aire para poder pensar con claridad.

Fue entonces cuando lo vio, entre las sombras de un gran árbol que se encontraba en su jardín. Darien esbozó una sonrisa al mirar a su amigo y rápidamente bajó a su encuentro.

- Seiya, jamás pensé volverte a ver – le dijo, fundiéndose con él en un abrazo.

- Pues yo si sabía que volvería a verte – le respondió el pelinegro, guiñándole un ojo coquetamente – espero no incomodarte con esta forma, o prefieres que me convierta en mujer.

- Tú nunca me has incomodado – le respondió el moreno, con una sonrisa galante.

Seiya esbozó una media sonrisa, moviendo la cabeza, divertido, mientras se transformaba en Fighter.

- Listo. Ahora si puedo hacer las observaciones necesarias hacia tu porte galante y masculino sin que suene raro – comentó la pelinegra.

- Quien la escuchara diría que usted me está coqueteando, Sailor Star Fighter - comentó Darien, siguiéndole el juego a su amiga

- Ojalá viniera a coquetear, Darien, pero ese no es el motivo que nos ha traído a mis hermanas y a mí a la Tierra – la mujer adoptó un aire serio.

- Han venido por la nueva amenaza, ¿cierto? – Darien adoptó el mismo aire que Fighter.

- Tus guardianas nos llamaron. La princesa está preocupada, dice que es peor que Galaxia. ¿Qué ocurre?

- Se trata de una entidad conocida como El Ángel de la Muerte. A ciencia cierta aún no se bien de qué se trata, puesto que vengo llegando de Francia y bueno, tuve unos problemas personales – el hombre desvió la mirada.

- Entiendo. Espero que Rei se encuentre bien

- Si, lo está. Solo fueron unos malos entendidos, eso es todo. Pero mañana, tendremos una reunión en el templo Hikawa con todas las scouts y ahí tomaremos medidas para proteger al universo.

Fighter lo miró fijamente, un tanto pensativa.

- Además, hay algo que debo decirte.

- ¿Qué cosa?

- Sailor Moon ha regresado.


Que tal Bombones! Les traigo un capítulo más de esta novela, digo fic!

Quise salir un poquito de la historia central de Serena para que conocieramos más a fondo lo que ocurre con Three Lights y las chicas, y bueno, la relación que hay entre Darien y Seiya.

No, no se espanten, no hay yaoi. Ellos son muy buenos amigos (por ahora) y todos sabemos como es de coqueto Seiya, y bueno, creo que Darien cuando quiere puede llegar tambien a ser un tanto jugueton y coqueto, por eso le sigue la corriente, pero nada que ver.

Génesis: Es normal el actuar de Darien. Está dolido y por culpa de Diamante, su hija no nació, y con Hikari, pues si, la niña es la que menos culpa tiene en todo esto, por eso es la más afectada. Gracias por tu review!

Liz Vara: Gracias! Y gracias por tu review!

Alejasmin: Si obvio Darien ni sabía de la existencia de Hikari; es normal para ella que su papá haya sido magnifico, al final de cuentas es su padre, y pues para Serena será una gran sorpresa cuando se entere de todo. Gracias por tu review Bombón!

Coni: Así es, Darien se quedó en "el hubiera" y es comprensible, pero eso es algo que ya no puede ser, Rei es si esposa ahora y ni modo. Hikari no es hija del amor xD es hija del "ya ni modo" jaja y lo siento si sueno cruel pero es que Serena tampoco ama a Diamante. Lo quiso por ser su esposo, pero jamás lo amó y obvio ama a su hija porque ella la parió, pero no porque de verdad la hayan concebido por amor. La relación Diamante-Serena era más bien lujuriosa y enfermiza. Gracias por tu review, saludos!

Nadia: Gracias por tu review! Serena está en una etapa en la que está muy confundida, puesto que aun no sabe bien lo que ocurrió con Darien y Rei. La actitud de Rei es normal, ella ama a Darien y él añora algo que nunca pudo existir. Y pues si, Serena tiene sindrome de Estocolmo.

Yu: No te preocupes, Darien es Rey de Neo Tokio, y eso no ha cambiado en el futuro, segun lo dijo Plut. Gracias por tu review.

Curiosa: Obviamente Hikari tiene parecido a Rini porque al final de cuentas su madre es Serena. La actitud de Darien pues es normal, creo que todos nos alteraríamos con una situación así. El cristal de Plata no funciona desde que ella sse fue a Nemesis, de hecho por eso no puede convertirse en Sailor Moon y necesitan ver la manera de hacerlo reaccionar. Rei y Darien son reyes de Neo Tokio así que las cosas no han cambiado en el futuro, por lo que todo depende del presente. Gracias por tu review!

Bueno Bombones, me despido. No se pierdan el próximo final e Dulce tentación y los invito a unirse al grupo en Facebook Constelación estelar! Un grupo de Ladies Kou para Ladies Kou. Los espero también en mi página, recuerden que me encuentran como Gabiusa Kou.

Besos estelares!