11. Tormento
Llegaron a un elegante edificio, ubicado en la zona más lujosa de la ciudad. Serena se quedó sin palabras, observando todo a su alrededor.
Era realmente increíble como la tecnología y la majestuosidad podían combinarse creando un ambiente único y elegante, algo que, aunque había estado acostumbrada, pues Diamante siempre la trató como la reina que era, nunca imaginó que en su planeta natal existiera.
Y es que le sorprendía cuánto había pasado el tiempo y cuanto había cambiado todo.
Seiya le ofreció galantemente la mano, brindándole una encantadora sonrisa que ella correspondió.
Entraron al edificio, dirigiéndose al ascensor. El pelinegro introdujo una tarjeta que sacó del bolsillo de su saco en una pequeña ranura y el elevador cerró sus puertas, poniéndose en movimiento.
- Pensé que iríamos a cenar – dijo la rubia, sin despegar la vista de la pantalla donde pasaban los números de los pisos.
- A eso vamos – le respondió
- Seiya, este lugar debe tener un costo muy elevado.
- No te preocupes. Son algunas pequeñas ventajas de ser un idol – el hombre la volteó a ver – ya no tan joven, pero un idol al fin.
La puerta del ascensor se abrió en un pasillo con paredes de cristal, perfectamente iluminados. La pareja comenzó a caminar, en dirección a la terraza del lugar, ubicada en el piso 40.
La rubia se quedó estupefacta al observar la exquisitez del ambiente de aquel restaurante privado; una conjunción perfecta entre lo antiguo y lo moderno con un toque futurista donde solo los más selectos comensales podían degustar los platillos que ahí se preparaban.
Enseguida un mesero los abordó, dándoles la bienvenida y dirigiéndolos a la mesa que Seiya había reservado; iluminada por un sutil candelabro, la reservación se encontraba junto a un gran ventanal desde donde se podía observar la ciudad completa, y no solo eso, el techo era de cristal y estaba estratégicamente construido para que la luna y las estrellas siempre se observaran desde esa posición. Por eso era el mejor lugar del pequeño restaurante, y el que le hacía honor a su nombre: Luz de Luna.
El mesero comenzó a servir los platillos que Serena y Seiya degustaban con verdadero placer, platicando de cosas triviales. El hombre amaba ver a la mujer reír y charlar amenamente, olvidándose un poco de la carga que llevaba sobre sus hombros.
Era como si de pronto dejara de ser la Princesa, la Reina, la Guerrera, para ser simplemente Serena Tsukino.
- Bombón, no sabes el gusto que me da verte tan relajada esta noche – dijo él, con una media sonrisa.
- Todo se debe gracias a ti. Es como si volviera a ser quien era antes de descubrir mi responsabilidad como Sailor Moon, y bueno, tu sabes, después de todo lo que he vivido.
- ¿Tan pesadas son las alas que llevas sobre tus hombros? – el tono de Seiya fue dulce y paternal.
La rubia entristeció el gesto, encogiéndose de hombros. Era obvio que toda aquella responsabilidad y los actos causantes de su nuevo destino le pesaban.
- Hay cosas que no podemos cambiar. Nacemos con una misión y debemos cumplirla. – intentó sonreír algo melancólica.
- Sin embargo, cambiaste tu destino.
Al escuchar aquello, Serena giró el rostro, dolida. Seiya decidió cambiar de tema.
- Bombón, ¿Cómo te has sentido con nosotros?
- Muy bien Seiya. Estoy muy agradecida con tus hermanos y contigo por acogernos a mi hija y a mí – la mujer sonrió
- Sabes, desde la primera vez que vine, pude sentir tu resplandor. Deseaba mucho conocerte porque sabía que eras alguien muy especial – el hombre sonrió – siempre has estado en mi pensamiento, y siempre quise ser la estrella que iluminara tu camino.
- Seiya, yo… - Serena estaba sonrojada
- La vida ha sido injusta contigo, pero dime algo, ¿lo amaste? ¿amaste a quien fue tu esposo?
La rubia guardó silencia, recordando sus años de vida en Némesis. Aspiró profundamente antes de responder.
- Yo nunca lo amé. Me acostumbré a él, porque me resigné a estar con él hasta el final de mis días, y le tomé cariño por ser el padre de mi hija. Pero Diamante, debo reconocer, era un hombre cruel.
- ¿Piensas contárselo a tu hija? – el pelinegro clavó su mirada en ella
- Algún día tiene que saber la verdad, pero no creo que sea el momento. Aun es pequeña y su poder no ha despertado. Mi pobre hija ha sufrido tanto sin siquiera saberlo.
- Y Darien, ¿aún lo amas? – Seiya tensó el gesto
- Darien está con Rei ahora y ellos tienen un futuro juntos. Además, se perfectamente que él no acepta a Hikari. Por mucho que lo ame, sé que nuestros destinos se han separado, y acepto eso.
El pelinegro extendió ambas manos sobre la mesa, tomándole las manos entre las suyas.
- Bombón, quiero confesarte algo.
Serena lo miró, sorprendida, y un leve sonrojo cubrió sus mejillas.
- Yo te amé desde la primera vez que percibí tu resplandor, sin siquiera conocerte. A mí no me importa tu pasado ni tu futuro, sino tu presente. Si yo puedo ayudarte a cargar tus alas, si yo puedo ser tu luz… - la miró, ansioso – déjame reemplazarlo, por favor. Sé que no soy más que una humilde guerrera, pero te juro que voy a protegerte con mi vida hasta que la luz que ilumina mi existencia se apague.
Serena no sabía que decir. Aquella repentina confesión la había tomado por sorpresa. Sin embargo, ella ya comenzaba a sentir algo por aquel hombre que la tomara bajo su protección.
Cuando llegó a la Tierra, esperaba que Darien curara todas aquellas heridas que Diamante dejara en ella, por todos esos años de abusos, celos enfermizos y posesividad que había sufrido. Sin embargo, cuando más lo necesitaba, el moreno le dio la espalda, y fue cuando, como un bálsamo, aquella estrella de ojos zafiros apareció en su vida, demostrándole que el amor era muy diferente a lo que ella había conocido hasta ahora.
"La sailor que nace del amor derrotará a la muerte…" las palabras de Saturn resonaron en su cabeza, otra vez.
Quizá había llegado el momento de dejar el pasado en el pasado. Las sensaciones que Seiya le brindaba la hacían sentirse amada, y al mismo tiempo le asustaba. Pero él, ella, no era como Darien ni como Diamante. Él le brindaba un nuevo comienzo, y una nueva posibilidad de reescribir la Historia.
Se iba a dar la oportunidad con alguien que, por vez primera, le mostraba su alma desnuda y ella, aceptó por fin, que había comenzado a enamorarse.
- Sabes, yo… tú te has convertido en una persona muy importante para mí, y siento algo, aquí – la rubia se tocó el pecho – Seiya me has demostrado algo tan diferente y especial, y sé que contigo, todo estará bien. Si – dijo en un suave siseo – te permito reemplazarlo.
Moonlight Destiny
Darien estaba de pie en medio de su jardín, observando el firmamento. Sus ojos parecían opacos.
El aire comenzó a mecer las hojas de los árboles y una opresión se apoderó de su pecho. Algo estaba sucediendo. Su cabello empezó a danzar al viento mientras negros nubarrones encapotaban aquella noche estrellada.
Sintió la presencia llegar justo detrás de él, pero no se inmutó. Siguió con la mirada fija en el cielo.
- La llama de su amor se ha comenzado a extinguir, Príncipe. Se está forjando un nuevo destino.
Al oír aquello, el moreno apretó los puños.
- Imposible. No otra vez.
- Tú sabes de quien es el resplandor que está alterando todo, lo conoces bien, y ella ha comenzado a corresponder.
Como un frágil cristal, algo en el interior del hombre se rompió, produciendo un ruido sordo que retumbaba en su cabeza. Se llevó las manos al pecho, abriendo bastante los ojos.
- Serena – susurró
- Lo que sientes son los últimos remanentes de Tokio de Cristal, desmoronándose, porque ella ha comenzado a amar a otro.
- ¡No!
El Ángel de la Muerte caminó hasta él, situándose a su lado
- Es hora, príncipe Endymion. Debemos restablecer el destino. Mata a la hija de la Luna Oscura y tráeme el Cristal de Plata para que la Historia vuelva a su cauce.
Dicho esto, la cruel mujer depositó un frío beso sobre la mejilla del moreno.
Mientras tanto, desde el balcón de su habitación, Rei lo observaba.
Cubierta tan solo con una fina bata de dormir, notó como de pronto la temperatura había descendido, captando en el aire una energía negativa.
Miró a su esposo, quien observaba en actitud altiva y desafiante la noche, y no pudo evitar sentir un escalofrío. Sabía que algo andaba mal.
La mujer se abrazó a sí misma, frotándose los brazos.
- ¿Qué está pasando Darien? ¿Cómo puedo ayudarte?
Jamás vio a la espectral mujer junto a él, pero si pudo sentirla.
- El futuro está en peligro. Tokio de Cristal no existe pero sí Neo Tokio. Debo hacer algo. Ya es tiempo que actúe porque sé que algo te está sucediendo, querido Darien.
Y dicho esto, entró a la habitación.
Moonlight Destiny
Yaten se encontraba sentado en la orilla de la cama de Mina, desnudo.
Afuera, el viento había comenzado a soplar de manera repentina y ese no era buen presagio.
Estaba sumido en sus pensamientos cuando escuchó los finos pasos de la rubia entrar a la habitación, llevando consigo una taza de té. Sabía que su compañero no estaba bien.
Mina colocó la taza en el buró que se encontraba junto a la cama y se retrepó en ella, desembrazándose de la camisilla que portaba, quedando completamente desnuda y acercándose a él. Pasó sus manos por los hombros del platinado y depósito un tierno beso en su nuca.
- Ya ha empezado todo – la delgada voz le llegó hasta sus oídos como un suave silbido.
Mina abrió los ojos, retirándose un poco, observando el cuerpo que otrora fuera masculino, ahora poseía cadenciosas formas. La larga cabellera platinada aún caía decorosamente sobre uno de sus hombros, dándole un aspecto áureo.
Yaten se había transformado en Healer.
- Vamos a estar bien. Vamos a luchar, como siempre – comentó la rubia, acercándose de nuevo a la platinada y rodeándole la cintura, pegando sus senos contra la blanca y femenina espalda.
- No Mina, esto es diferente. La muerte ya está aquí, puedo sentirla – la platinada seguía con la vista clavada en la ventana – Sailor Moon es la única que puede derrotarla, pero ni ella ni la niña han despertado.
La guerrera de Venus la soltó, sentándose a su lado para confrontarla, mientras la platinada seguía hablando.
- Si Sailor Moon no despierta, estaremos perdidos – hizo una pausa, observando a su mujer – Hikari posee un poder increíble, una dualidad por su condición de ser hija de la luz y la oscuridad, y al mismo tiempo, ella es la debilidad de Sailor Moon.
- ¡Pero vamos a protegerlas! – rebatió la rubia, con una evidente angustia reflejada en sus ojos.
- Aun protegiéndolas, si el Ángel de la Muerte daña a la niña o la toma en su poder, será el fin.
Mina se llevó las manos a la boca, cubriéndosela. Healer la miró fijamente.
- Estoy segura que quiere a la niña como presa, para manipular a Serena y arrancarle el Cristal de Plata. La única que puede proteger a Hikari es su propia madre.
Al escuchar aquello, un escalofrío recorrió el cuerpo de Mina. Tal vez Healer tenía razón; si Serena no despertaba lo antes posible, ni ellas ni nadie podrían salvar el universo.
Moonlight Destiny
Serena y Seiya recién llegaban al departamento. Antes de abrir la puerta, el pelinegro se situó frente a la rubia, tomando delicadamente el femenino rostro entre sus manos y depositando un tierno beso sobre sus labios, el cuál fue correspondido poco a poco.
Los brazos de Serena le rodearon el cuello, mientras sus finos dedos se hundían en la mata de cabello negro, al tiempo que Seiya le envolvía la cintura y la atraía más contra sí.
En ese instante, el viento que soplaba afuera se tornó violento, agitando los cristales de la pared del pasillo de aquel edificio.
Serena y Seiya se separaron, aun sin soltarse.
- Es como si Haruka nos hubiera visto y se hubiera molestado – sonrió divertida la rubia
- Tenoh es demasiado obstinada, pero tendrá que aceptarlo – el pelinegro depositó un tierno beso en la punta de la nariz de la mujer.
Por fin abrió la puerta y ambos entraron al lugar, el cual se encontraba a oscuras, pues hacía horas que Taiki había arropado a Hikari y se había acostado a dormir.
Seiya le echó llave a la puerta mientras Serena se descalzaba, dirigiéndose a su habitación.
El pelinegro estaba dispuesto a pasar la noche con ella, amándola como ella lo merecía; se le infló el pecho de solo pensar que por fin su amor era correspondido, y echó a andar detrás de ella, con la mirada lobuna fija en las caderas de su presa, cuando sintió el llamado.
Se detuvo en seco, mientras su corazón palpitaba rápidamente. El hombre se llevó la mano al pecho, sintiendo una creciente inquietud.
Sabía quién lo estaba buscando, y dónde encontrarlo. No pudo evitar fruncir el ceño.
- Seiya – Serena lo llamó desde el umbral de su habitación - ¿ocurre algo?
- No Bombón, no pasa nada – el pelinegro se llevó ambas manos a las bolsas – debo arreglar unos asuntos.
- ¿A esta hora? – la mujer ladeó la cabeza
- Si – le respondió serio – al rato vuelvo.
Y sin decir más, el hombre dio media vuelta, dirigiéndose a la puerta.
Serena entró a su cuarto, encerrándose. Se dirigió a la ventana, encarando la pálida luz de la luna que sobresalía de vez en vez en aquella espesa negrura que ahora cubría la noche de Tokio.
- Protégelo, por favor – rezó con fervor - ¿es que acaso estoy destinada a una vida triste y solitaria? Ahora que vuelvo a sentirme amada, esa sensación de desasosiego se anida en mi pecho. Sé que ya no soy quien debía ser, sé que tal vez me estás castigando por haber traicionado el Milenio de Plata, pero por favor, ¡que el amor de Seiya Kou me ayude a despertar como Eternal Sailor Moon!
Moonlight Destiny
Haruka se encontraba parada en la puerta que daba al jardín de su casa en Tokio. Tenía el ceño adusto y los brazos cruzados. Sabía que algo no andaba bien.
- ¿Qué sucede? – preguntó Michiru, acercándose a su esposa.
- El viento trae consigo un mal presagio.
- ¿Un mal presagio? – la peliaguamarina se situó junto a ella, observando las hojas de los árboles mecerse.
- La batalla final está cerca.
- No puede ser. Yo no he sentido nada – replicó Michiru, pero en ese momento, pudo escuchar el rugir de las olas del mar.
Haruka la miró fijamente, evidentemente preocupada.
- El mar está agitado – dijo con pesar la peliaguamarina – Haruka, ¿qué haremos?
La rubia ceniza alzó el rostro, dibujándosele una media sonrisa sarcástica.
- Creo que lo mejor que podemos hacer en encerrarnos. Se avecina una tormenta.
La rubia estiró su mano, alcanzado el rostro de la peliaguamarina, acariciándolo con ternura, pero fueron interrumpidas por Hotaru.
- El viento es el presagio de la muerte. La tempestad la cubre como un sudario. La princesa debe ser Eternal para poder llegar a Cosmos.
- ¿Qué? – Haruka y Michiru miraron fijamente a la pelinegra, que había recitado aquello como una profecía.
- No se cómo, pero el Ángel de la Muerte está aquí – dijo Setsuna, posando sus manos sobre los hombros de la muchacha – el tiempo comienza a alterarse. Yo también lo sentí.
- ¿Entonces? – preguntó la rubia - ¿la barrera que pusimos no sirvió de nada?
- Algo sucedió que altero uno de los flujos de energía del campo de la barrera. Debemos averiguar que está pasando cuanto antes – comentó la peliverde.
- Eternal Sailor Moon debe despertar – les dijo Hotaru – de lo contrario, la Hoz será blandida y no podré hacer nada para detenerlo.
Moonlight Destiny
Darien lo esperaba en medio de su jardín, lleno de árboles que ahora se mecían con mayor violencia ante el viento que cada vez incrementaba más y más.
Pronto vio, entre la oscuridad, el destello que se arremolinaba entre las hojas que danzaban sueltas entre el aire. Lo conocía muy bien.
Ante él apareció Seiya, con su flamante traje rojo, bien plantado, con las manos en los bolsillos, mirándolo fijamente. Darien le sostuvo la mirada.
- ¿Para qué me has llamado? – le preguntó el pelinegro, serio.
- Muéstrate como en verdad eres – le demandó.
Sin decir palabra, una ráfaga de aire se llevó la personalidad de Seiya Kou, dejando ante él a Sailor Star Fighter. Su actitud era la misma que la de su alter ego masculino.
- Eres una traidora – le reclamó – creí que serías siempre fiel a mí, pero veo que te has metido con lo que más amo en este mundo.
- El futuro que conocías cambió desde hace mucho. Tu destino está con Sailor Mars porque fue la decisión que tomaste. Yo no te he traicionado, porque no te quité nada.
- ¡Eres una simple sailor scout! No puedes darle absolutamente nada, porque tú ya tienes una princesa por quien vivir, porque eres mujer y deberías serme fiel a mi – Darien la miraba con ira, manipulado por el ángel.
- ¡No puedo serte fiel porque entre nosotros no hubo más que amistad! Siempre has sabido que jamás he sentido afecto por los hombres.
- ¡Eres una ilusa al pensar que tu amor la hará despertar! No eres más que una patética estrella que no tiene la suficiente luz propia para brillar y quieres vivir a la sombra del resplandor de Serenity – sentenció Darien.
- ¡Yo la amo y ella me corresponde! Y si debo cantar para ella, como lo hice hace mucho tiempo, lo haré.
- ¡Basta, Sailor Star Fighter! – el ambiente estaba bastante tenso entre ellos – Serena y yo estamos destinados desde el Milenio de Plata, y encontraré la manera de volver todo a su cauce original.
- Deberías de preocuparte por la batalla que se avecina, en vez de destruir el nuevo futuro que has construido con Rei Hino.
Y dicho esto, Sailor Star Fighter se convirtió en estrella y voló hacia el firmamento.
Darien empuñó las manos, lleno de odio y furia.
- Ya es hora príncipe – escuchó la voz del ángel en su cabeza – es hora que todo regrese a su orden original.
Buenas noches Bombones! Aquí actualizando su melodrama alterno favorito!
Les ha pasado que tienen toda la historia en su cabeza, con diálogos y todo, pero cuando la escriben no fluye como habían pensado? Algo así me ocurrió aqui xD pero creo que quedó bastante bien.
Nos estamos acercando a la recta final, si acaso dos capitulos más y terminamos esta historia.
Qué locura creen que haga Darien, manipulado por el Ángel? Creen que Seiya logre hacer que Eternal Sailor Moon despierte? Hikari conocerá la verdad?
Rossy Kou: A mi me encantó esa historia cuando la vi, y creí que podía quedar bien. Aunque, realmente, tenía otra cosa en mente, al final decidí dejarlo como un amor frustrado :p
Arel Kaede: Amiga gracias por tu rw. Que bueno que te está gustando, y pues ya sabes, es Darien, qué se puede esperar. Besos!
Sonia V: Haruka siempre tan linda y amable xD y pues si, Darien es muy manipulable, pero, es que el Ángel se aprovecha del dolor y frustración por su destino perdido :( aunque estoy de acuerdo, a Darien siempre lo aprisiona el enemigo xD
Me despido Bombones, no se olviden de darle like a la página Gabiusa Kou, donde podrán encontrar contenido sobre SM y Three Lights y obvio ponerse en contacto conmigo, y tambien los invito a unirse a nuestro grupo Constelación estelar, un grupo de Ladies Kou para Ladies Kou.
Besos estelares! :*
