13. Luz
Hikari fue presa del pánico que le producía el saber lo que Tuxedo Mask le haría; a pesar de intentar salvarse y gritar, nada pudo hacer.
El terror se reflejó en sus ojos cuando sintió el insoportable dolor que le quebraba el pecho y le partía el corazón, al tiempo que su ropa comenzaba a teñirse de sangre. Vio con horror como en los ojos del hombre, una ira asesina y una sed de venganza se apoderaba de él.
El moreno clavó cuanto pudo el estilete en la niña, disfrutando de la agonía de la pequeña, porque, si su hija no estaba viva, tampoco debía estarlo la hija de ese miserable que le arruinó la existencia.
Vida por vida y la afrenta estaría saldada, además, claro estaba, muy pronto todo regresaría a la normalidad.
El Ángel de la Muerte disfrutaba con sádico placer aquella escena, observando cómo se le extinguía la vida a la pequeña, jurándose llevar con ella su alma hasta lo más profundo de los infiernos.
Las Sailors miraban con horror aquella escena, impotentes, al tiempo que las espinas se clavan en su piel, haciéndolas sangrar.
- ¡Hikari! – gritó Serena llena de dolor, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
De pronto, de la frente de la rubia brotó una inmensa luz que llamó la atención de todos, cegándolos por completo.
La mujer cerró los ojos, dejándose envolver por una gran fuerza que destruía las enredaderas que la apresaban, regenerándola por completo. La luna creciente había aparecido en su frente.
- ¿Qué? – el Ángel estaba contrariado - Imposible
- ¡Eternal Sailor Moon, transformación!
Una luz poderosa la envolvió, mientras blancas plumas revoloteaban a su alrededor. Poco a poco, la rubia se transformaba de nuevo en Sailor Moon. Cuando abrió los ojos, su mirada había cambiado; luciendo un precioso traje con falda tricolor y unas inmensas alas, Serena lucía más fuerte que nunca.
- La Sailor que nace del amor ha despertado – dijo Sailor Saturn – Eternal Sailor Moon.
- El amor hacia su hija fue lo que la hizo despertar – comentó Healer – su dolor de madre y el querer protegerla.
Sailor Venus volteó a verla, con las mejillas empapadas de lágrimas. Sabía perfectamente lo que Serena sentía en aquellos momentos y una gran impotencia la inundó. Sailor Healer trató de mantenerse ecuánime, pero aquello era demasiado. La situación de Hikari y Serena le recordaba perfectamente lo que ella y Venus habían sufrido al perder a su pequeño hijo.
Tuxedo Mask volteó a verla. Aún estaba cegado por la ira.
- ¿Cómo? ¡No! ¡Eternal Sailor Moon! – chilló el Ángel de la Muerte
- No voy a permitir que destruyas el universo ni que acabes con las personas que más amo en la vida. Chicas, préstenme su poder.
Al decir aquello, las scouts reunieron el poder que les quedaba para que Eternal pudiera utilizarlo, y así obtener el Poder de la Tiara Lunar, un magnífico cetro que le confería el grado Eternal.
- ¡Dulce Luz de Estrella de las Sailor Scouts! – gritó la rubia, cubriendo todo de una inmensa y dulce luz.
Moonlight Destiny
En una especie de limbo, Serena y la Muerte se encontraban, ambas desnudas, sostenidas por sus grandes alas; unas blancas y otras negras.
El cuerpo del ángel estaba podrido en gran parte, sus manos, antebrazos y una pierna estaban descarnados. La miraba con mezcla de sorpresa, ira y dolor.
- Te desviaste de tu misión – dijo Serena
- No puedes reprocharme nada. Tú hiciste lo mismo
- Pero, ¿es que no entiendes que tu poder es diferente al mío? Perteneces al Orden del Cosmos; hay cosas que no estan en tus manos.
Los ojos de la espectral mujer se llenaron de lágrimas, mientras se llevaba las manos al pecho.
- Mira tu cuerpo, está pudriéndose – dijo maternalmente la rubia – no se supone que deba estar así, pero tu sola comenzaste a envenenarlo. ¿Por qué?
- Yo solo quería tener una labor importante, como todos los demás – la mujer se limpió las lágrimas – incluso creí que siendo la Muerte, Selene me tomaría en cuenta para formar parte de su corte, pero eligió al Silencio en vez de a mí. Y luego – levantó la mirada - ¿acaso no tengo derecho de amar a nadie? ¿Por qué todos pueden estar con la persona que aman, menos yo?
- Él aun te ama…
- No es verdad – el ángel movió la cabeza – yo lo eché del Castillo de la Muerte, le dije cosas terribles – se cubrió el rostro con las manos – él me enviaba regalos que yo atesoraba por siempre, pero realmente yo quería estar con él, porque lo amo. Creí que teniendo todo el poder del universo, podría tenerlo a mi lado.
- El poder es una gran carga – Serena posó una mano sobre un hombro de la mujer – tu misión es tan importante como la de todos los demás. Das paz en los últimos momentos a un ser vivo. Debes ser misericordiosa y guiar esas almas hasta el Rio donde por fin irán al Caldero y podrán renacer. Tienes el poder de llevar con tus propias manos lo más hermoso y preciado de cada uno de los seres que habitan este planeta tiene.
- ¿Y qué es eso? – preguntó aún si entender.
- Sus almas – respondió Serena, mientras envolvía al ángel en una cálida luz.
Moonlight Destiny
La joven abrió lentamente los ojos, observando todo a su alrededor. Se descubrió en su alcoba de paredes agrietadas y semi derrumbadas, en aquel castillo que moraba en las penumbras.
Se sentó abruptamente en su cama, sintiendo una paz que desde hacía siglos no tenía.
En ese momento, se percató que sus manos ya no estaban descarnadas y su cuerpo no estaba putrefacto. Llevaba un corto vestido blanco y sus grandes y negras alas la cubrían, manteniendo su temperatura corporal.
La joven saltó de la cama, dirigiéndose a la ventana. Era como si nada hubiera ocurrido, como si todo hubiera regresado a la normalidad.
De pronto lo vio, de pie a orillas del Aqueronte. No pudo evitar abrir mucho los ojos, sintiendo como su corazón latía con fuerza.
Sin pensarlo dos veces, corrió hacia su puerta y se apresuró a bajar.
Moonlight Destiny
Hizo el menor ruido posible cuando sus inmensas alas se batían en vuelo, tocando tierra delicadamente con la punta del pie, recogiéndolas tras su espalda y caminando hacia él.
Temerosa, el Ángel no sabía qué esperar o el por qué Vida se encontraba ahí, pero necesitaba hablar con él. Antes que pudiera tocarlo, él sintió su presencia.
La mujer contuvo el aliento cuando el rubio la encaró, temerosa de lo que pudiera reprocharle. Trató de inhalar todo el aire que pudo antes de poder hablar.
Ambos estuvieron mirándose, sin emitir palabra, hasta que por fin, ella pudo romper el silencio.
- Vida, ¿qué haces aquí?
- Ya todo acabó – le respondió, extendiéndole los brazos.
Al ver aquello, el ángel se precipitó a los brazos de la Vida, mientras las lágrimas corrían copiosas por sus mejillas.
- Perdóname – gimió – perdóname por todo lo que hice – la mujer restregó su rostro contra el masculino pecho.
- No tengo nada que perdonarte – le respondió, acariciándole el cabello.
- Yo fui muy cruel… creí que si me volvía poderosa, si cambiaba las cosas, podríamos estar juntos – las lágrimas se congregaron en la punta de su nariz.
- Ya todo está bien – dijo él, levantándole el mentón y acariciándola tiernamente – ella ha salvado el universo.
- Eternal – susurró – fue quien con su poder pudo liberarme del odio que me cegaba.
Vida le sonrió
- ¿Aún sigues pensando que fue ella?
- ¿Qué?
- La única que tiene el poder para hacer un cambio así es Cosmos.
Muerte abrió mucho los ojos
- ¡Pero yo la vi! Era Eternal.
- Solo viste su penúltima apariencia, porque aún no ha despertado por completo. Eternal será Cosmos cuando comprenda su lugar en el Universo. Ella y el Creador fueron los que hicieron todo.
La mujer lo miró fijamente. Vida tenía razón. Un poder como ese nadie podría tenerlo a no ser que fuera la gran Cosmos. De pronto, se sintió completamente avergonzada por su comportamiento.
- Todo va a estar bien, no te preocupes – le dijo el rubio, al notar su semblante – ella no juzga. Ni ella ni el Creador lo hacen.
- Vida, te amo tanto, pero tengo miedo que al volver a nuestras misiones, seamos separados. ¡Me rehusó a alejarme de ti!
- ¿Seguirás atesorando todo lo que yo te mande? – el hombre tomó el fino rostro entre sus manos.
- Si – respondió ella un tanto inconforme
- Entonces nunca estaremos alejados. Además, vendré a verte cada que pueda.
- ¡Pero eso no está en las reglas!
- No te preocupes, el amor no necesita reglas.
Vida y Muerte se fundieron en un abrazo de amor verdadero, disfrutando de la cercanía de sus cuerpos cuando una estrella fugaz cruzó el cielo.
- Una semilla estelar
- Tú sabes que quienes están bendecidos por las estrellas, no llegan a mi rio – comentó el ángel
- Es la niña, ¿verdad?
Ella asintió
- La única que puede hacer algo por el alma de esa pequeña es ella misma – el ángel se encogió de hombros – lo siento mucho.
- No te preocupes – Vida la abrazó – la va a salvar. Ahora ven.
Él la tomó de la mano, dirigiéndola al interior del castillo. De pronto, algo llamó la atención de la joven.
Parados a la orilla del Rio Aqueronte, se encontraban Zafiro y Diamante. El ángel sintió una profunda pena por ellos, mientras Vida la miraba algo confuso.
- ¿Qué ocurre?
- No pueden cruzar – dijo ella – yo me encargué de que no pudieran hacerlo – bajó la cabeza, sumamente avergonzada.
- Entonces tú puedes hacer algo por ellos – le dijo amorosamente el rubio.
El Ángel de la Muerte camino hasta donde se encontraban los hermanos, mirándolos misericordiosamente.
- Perdónenme por el daño que les hice – les dijo – esa no era mi tarea.
Diamante y Zafiro la observaron, un tanto adoloridos.
- Por favor, tomen esto – de su bolsillo, la mujer sacó dos monedas de oro que depositó en la mano de cada uno – con ellas podrán pagarle al barquero para que crucen y llegaran al Caldero Primordial donde podrán renacer – les explico.
El ángel se dirigió a Diamante
- Príncipe, puedes estar tranquilo y descansar en paz, que ellas se encuentran bien.
Al oír aquello, el platinado asomó una media sonrisa, al tiempo que una lágrima corría por su mejilla. Zafiro le apretó el brazo a modo de apoyo.
Dicho esto, la mujer se retiró hacia donde Vida la estaba esperando.
- ¿Qué te dijeron? – preguntó el rubio, tomando a la mujer de la mano y caminando en dirección al castillo.
- Nada. Las almas no hablan – respondió – pero ahora podrán cruzar el rio y estarán en paz.
Ambos seres se abrazaron, perdiéndose en la lóbrega oscuridad de aquel ruinoso castillo mientras Zafiro y Diamante, ahora tranquilos, podrían pagar el cruce del rio obteniendo al fin el descanso eterno.
Moonlight Destiny
La luz que había envuelto a Eternal Sailor Moon y al Ángel de la Muerte las había cegado por completo, pero comprendieron que ella lo había vencido cuando aquellas enredaderas de filosas espinas desaparecieron y la calma volvió a reinar en la Línea Internacional del Cambio de Tiempo.
Tuxedo Mask se había desmayado cuando Serena liberó su poder, por lo que no se dio cuenta de la batalla. Cuando despertó le dolía mucho la cabeza y no comprendió lo que había ocurrido hasta que vio en su mano el estilete manchado de sangre y el cuerpecito de la niña destrozado a sus pies.
- No – dijo, aterrorizado de lo que había hecho – Dios mío, ¿qué he hecho?
En ese instante, Eternal Sailor Moon se situó a su lado. Las demás sailors observaban en silencio aquella escena sin interferir.
- Serena, despertaste.
- Si, Darien. Pude liberar mi poder.
- Serena, perdóname. Yo no sabía lo que hacía, yo no… - el hombre no pudo continuar hablando, pues el llanto lo traicionó.
- Darien, no tengo que perdonarte. Estabas manipulado por el Ángel.
- Si pero… - el moreno no dejaba de llorar - ¿por qué todo tuvo que ser así? No soy un asesino, pero me convertí en uno. Lo único que deseaba era que todo volviera a la normalidad y que Rini estuviera con nosotros.
La rubia guerrera lo miró con benevolencia.
- Debes aceptar que las cosas no serán como debían haber sido. Nuestro destino cambió hace mucho tiempo y tu tienes una nueva vida. Rini siempre vivirá en nuestros corazones y tu… te aseguro que en algún momento tu esposa dará a luz y te convertirás en padre, y será magnifico. Por favor, deja el pasado atrás – ella le acarició dulcemente el rostro.
Tímidamente, Rei se acercó a la pareja. Serena le extendió la mano.
- Por favor, deseo que sean felices, en verdad lo deseo, y Darien, sigue con tu vida y ama a tu esposa. Ella merece todo tu cariño.
- Si Serena, eso haré – le respondió el hombre, abrazando fuertemente a la pelinegra – te amo – le susurró al oído – y perdóname por ser tan necio.
- Yo también te amo Darien – dijo Rei, mientras las lágrimas escurrían por sus mejillas.
Serena sonrió al ver aquella escena, y tomó entre sus brazos el cuerpo de su hija.
- Mi pobre niña – le dio un beso en la frente – perdóname por todo lo que has sufrido.
Al decir esto, la mujer acercó el Cristal de Plata a Hikari, envolviéndola con su plateada luz. Poco a poco, la niña fue recuperando el color y comenzó a respirar.
Las scouts abrieron mucho los ojos al presenciar el milagro de Eternal Sailor Moon.
La niña se movió entre los brazos de su madre, abriendo poco a poco los ojos.
- ¿Mamá?
Eternal Sailor Moon la miraba sonriente
- Hola, mi amada Luz
La platinada abrazó fuertemente a su madre.
- Mamá, mamá eres tu, mamá. Despertaste con el Cristal de Plata.
- Si mi amor, si lo hice – Serena abrazó fuertemente a su hija.
- Mamá, ¿papá regresará con nosotros?
- No mi amor. Tu debes saber la verdad – Serena endureció el gesto – tu padre fue un hombre que te amó demasiado, y jamás debes dudar eso, pero no fue un hombre bueno. Él me llevó con él a Némesis por la fuerza, amenazando con destruir todo. Yo iba a casarme con este caballero – la rubia señaló a Tuxedo Mask – pero no pude porque tuve que hacerlo con Diamante. Él era malo.
Hikari observó a Darien, aun con miedo. No podía creer que su padre fuera como su mamá decía, y menos que se fuera a casar con ese señor que le daba miedo. Pero vio como el moreno la miraba muy triste.
- Hija, él y yo estábamos a destinados a casarnos, a ser reyes y a tener una hija, pero cuando tu papá me llevó con él, nuestro destino se alteró y nuestra pequeña nunca nació. Es por ello que Darien está tan afectado.
- Hikari, perdóname por todo el daño que te causé. El dolor por mi hija me cegó, pero tú no tienes la culpa de nada. Nunca quise lastimarte – el hombre tomó a la niña en brazos, quien procesaba toda aquella información.
- Nosotras debemos comenzar una nueva vida, hija. Némesis ya no existe y tu eres heredera de la Luna Llena.
En ese momento, todas las scouts se acercaron, hincándose a los pies de Eternal Sailor Moon, Tuxedo Mask, Hikari y Sailor Mars.
- Nuestra batalla ha terminado. Debemos regresar a casa – dijo Sailor Moon.
Moonlight Destiny
3 meses después.
Haruka y Michiru se encontraban su habitación en la casa de Japón. Era entrada la noche y ambas descansaban desnudas en su gran cama.
- ¿Qué crees que Serena haga ahora?
- Tal vez restablezca el Milenio de Plata. Al final de cuentas, ella sigue siendo la heredera del reino, aunque no esté casada con Darien.
- Pero, ¿lo hará desde la Luna? ¿Y Seiya?
- No lo sé y no me interesa. Honestamente, no veo la hora de regresar a Londres – dijo la rubia ceniza, acariciando el brazo de su esposa.
- Pensé que te gustaba estar aquí.
- Me gusta cualquier lugar mientras estés a mi lado – le contestó, atrayéndola contra sí – pero para serte sincera, ya quiero retomar nuestras vidas. Además, Hotaru ha perdido casi todo el semestre.
- Ya pronto estaremos en casa mi amor – dijo la peliaguamarina, situándose sobre la rubia.
- Michiru, ¿qué haces? – preguntó sorprendida
- ¿Qué crees que hago? – respondió pícaramente la mujer, mordiéndose un labio.
- ¿Por qué tienes que volverme loca? – dijo Haruka, tomando a Michiru de la cadera - ¿es que eres insaciable?
La peliaguamarina soltó una leve risilla
- Ah, mujercita mía. Pues entonces, vamos por el segundo round – dijo Haruka, comenzando a moverse debajo de Michiru.
Moonlight Destiny
Rei estaba frente al espejo del baño, observándose. Llevaba días sintiéndose rara y su sexto sentido le indicaba algo diferente en ella.
Estaba impaciente. La cajita decía que en 3 minutos ella conocería el resultado, pero eran los minutos más largos de su vida.
Lo sabía, sabía cuál sería el resultado, pero deseaba asegurarse. Tamborileó la cómoda sobre la que se encontraba el lavamanos, cerrando los ojos.
Cuando los abrió, vio las dos líneas azules marcadas: - "Una es negativo, dos positivo" repitió mentalmente. Con manos temblorosas, se llevó la prueba cerca de los ojos.
- ¡Darien! – gritó, tocándose el vientre.
El moreno acudió al llamado de su esposa
- ¿Qué ocurre? – preguntó al preocupado
La mujer sostuvo la prueba frente a él.
Darien abrió mucho los ojos, tomándola entre sus manos sin poder creer lo que observaba. Rei sonreía complacida, tocándose el vientre mientras los ojos del moreno se llenaban de lágrimas.
- Es… ¿es verdad?
Ella asintió
- Oh por Dios.
El hombre se hincó frente a ella, rodeándole la cadera y depositando su cabeza sobre el vientre.
- Te amo tanto Rei – susurró, entre lágrimas
- Yo también te amo, Darien – respondió ella, acariciándole el cabello.
- Gracias Rini. Yo sé que vivirás en mi hijo – dijo, feliz.
Moonlight Destiny
Maker estaba en el departamento, guardando todo en cajas. Ya no tenía por qué seguir conservando su apariencia masculina, pues la batalla había terminado.
Deseaba lo más pronto posible regresar a Kinmoku y seguir con su vida adelante. No sabía a ciencia cierta qué harían sus hermanas, pero ella ya estaba decidida; no tenía nada que hacer en la Tierra.
Procedió a guardar un poco de ropa que donaría a la caridad y cerrarla con cinta adhesiva cuando tocaron el timbre. Contrariada, a castaña fue a abrir.
- Mi… ¡Mizuno! – exclamó la mujer al ver la menuda figura de la peliazul de pie, mirándola de arriba abajo con un leve sonrojo en las mejillas.
- Bue… buenas noches, Maker – dijo titubeando, pues aunque quien la estaba recibiendo era la sailor, tenía que reconocer que le imponía.
La mujer no pudo evitar apreciar las bien formadas curvas de la castaña bajo esa delicada falda entubada y la blusa ceñida que le daba un aspecto profesional pero relajado al mismo tiempo.
Maker alzó una ceja, observando a la mujercita de aspecto tímido y pequeño, pero no por eso menos atractivo que se encontraba de pie frente a ella.
- Disculpa, que descortés soy. Pasa por favor – la invitó.
Amy entró al departamento, observando los muebles cubiertos con sábanas y las cajas apiladas.
- ¿Se van? – preguntó curiosa
- Ellos no sé, pero yo si. Regresaré a Kinmoku
- Pero, ¿por qué?
- La princesa me necesita y yo no tengo nada que hacer aquí – respondió con naturalidad castaña, mientras se dirigía a seguir guardando algunas cosas.
- Ah – en la expresión de Amy se pudo sentir algo de decepción
- Mizuno, ¿ocurre algo? – preguntó Maker
- No, nada. Creo que no debí haber venido – la peliazul dio media vuelta, dirigiéndose a la puerta.
- Si esperabas ver a Taiki, entonces sí creo que fue mala idea que vinieras – dijo Maker, un tanto molesta.
- ¿Por qué me tratas así?
- ¿Tú por qué me tratas así? Crees que no me doy cuenta que quieres estar con mi yo masculino, sin embargo, esto que vez, es quien soy en realidad – la castaña se señaló, adolorida – si tu no me aceptas como soy, no creo que puedas estar con él.
- ¿Por qué dices eso? ¿Acaso no te das cuenta de lo que me provocas, incluso ahora? – por fin Amy había decidido expresarse – Todo este tiempo me sentí atraía por ti, incluso desde la primera vez que vinieron a este planeta, pero nunca fui capaz de decirlo. Ahora somos adultos y creí que podíamos intentar algo. Maker, me gustas, fue muy difícil aceptar que me gustabas como mujer, pero esa es la verdad. Estoy convencida de eso pero tu te vas, sin más. No esperaba ver a Taiki, o tal vez si, porque también me gusta él, pero ahora yo… - la mujer tomó su bolso, dirigiéndose a la puerta – tal vez no estamos destinadas a estar juntas.
La castaña no podía creer lo que escuchaba en aquella confesión. Nunca pensó que Amy Mizuno fuera bisexual, pero bueno, ella misma no sabía que lo era hasta que la conoció, y ahora simplemente estaba a punto de perder a la mujer que amaba.
Adelantó unos pasos rápidamente, tomándola de los brazos.
- Amy, espera
- ¿Eh? – la peliazul se sonrojó violentamente al escuchar su nombre en labios de la castaña.
- Soy una idiota. Yo siempre he estado enamorada de ti pero jamás te lo expresé por temor a que me rechazaras – Maker pegó su cuerpo a la espalda de Amy, rodeándole los hombros – Te amo – le susurró al oído.
La peliazul no podía creer aquello, y volteó rápidamente para toparse con la dulce mirada de Maker.
La castaña la tomó delicadamente del rostro y posó sus labios sobre los de ella.
Amy correspondió el beso, rodeándole el cuello con los brazos mientras disfrutaba de aquella danza húmeda que se habría paso en sus bocas.
Maker dio cortos besos en la mejilla de la peliazul hasta bajar a su cuello.
- Maker – gimió Amy
- ¿Has estado alguna vez con una mujer? – preguntó en un susurro la castaña
- Nunca – la voz de la peliazul era entre cortada.
- Yo tampoco – respondió Maker, volviendo a concentrarse en los labios de Amy y tomándola de la cintura, para dirigirla al sofá más próximo.
Moonlight Destiny
Yaten y Mina se encontraban en el puente de la ciudad, observando las luces que iluminaban Tokio. Ninguno de los dos emitió palabra alguna.
- ¿Se van a ir? – Mina por fin rompió el silencio
- Tal vez.
- Pensé que te quedarías esta vez.
- Debemos arreglar unos pendientes con la princesa. Hay nuevas sailors que debemos entrenar.
- Ah – respondió la rubia, sin voltear a ver al platinado.
El silencio reinó entre ellos, mientras el frescor de la noche golpeaba su rostro. A veces no eran necesarias las palabras entre ellos, bastaba su compañía.
- Voy a volver contigo, Mina – Yaten por fin hablo.
Sorprendida, la mujer volteó a verlo.
- ¿Qué?
- Lo que oíste. Cuando el entrenamiento de esas nuevas guardianas termine, vendré a estar contigo.
La rubia no dijo nada, y tampoco era necesario hacerlo. Esta vez, quería confiar en él.
- ¿Qué harán Seiya y Taiki?
- Taiki regresará también, y Seiya, bueno, lo conoces. Por fin está con la persona que amó desde hace mucho tiempo, y si ella piensa restablecer el Milenio de Plata en la Luna, no creo que é desee regresar a Kinmoku.
- Bien – respondió Mina, mirando de nuevo al frente. Esta vez, fue Yaten quien la volteo a ver.
- ¿Qué tienes, Mina?
- Nada, es solo que, no quisiera que te fueras – los ojos de la mujer se cristalizaron.
- Oh Mina – el platinado se acercó a ella, abrazándola - te juro por el amor que te tengo, que esta vez volveré.
- ¿De verdad? – preguntó ella, alzando la mirada
- Te lo prometo – respondió él con una sonrisa.
Moonlight Destiny
Seiya estacionó el auto frente a la casa marcada con el 345 en la calle número 3, en Osaka. Serena miró aquella casa, con los ojos cristalinos.
El pelinegro posó su mano sobre la de la rubia, a manera de apoyo.
- ¿Estás bien? – preguntó gentilmente
- Si – respondió ella – por favor, espérenme aquí. Hikari, pórtate bien
- Si mamá.
La rubia descendió el auto y caminó con paso seguro hacia el timbre de la casa. Sabía que los habitantes se encontraban en ella, porque las luces estaban prendidas.
Por un momento, cruzó por su mente salir corriendo y huir, pero todo aquél arrebato se desvaneció cuando la puerta se abrió.
- ¿Si? ¿En qué puedo ayudarle?
El corazón de la rubia latió con fuerza al ver frente a ella a su padre. No había cambiado casi nada en esos diez años, salvo que su aspecto era más maduro.
- Buenas noches señor. Mi nombre es Serena Kou y… se qué es muy tarde pero mi familia y yo acabamos de llegar a la ciudad y mi pequeña hija quería conocer la casa donde yo pasé mi infancia.
Kenji Tsukino observó el automóvil donde se encontraban Seiya y Hikari. Esta le sonreía, entusiasmada.
- Ah, no te preocupes, no es ninguna molestia – dijo el hombre
- ¿Quién es, cielo? – en ese momento, Ikuko Tsukino hizo acto de presencia.
- Es solo una joven que desea que su esposo y su hija conozca la casa donde creció. Es hija de los antiguos dueños.
Serena sentía que el alma abandonaba su cuerpo cuando vio a su madre, y no pudo evitar derramar unas lágrimas.
- Señorita, ¿está bien? – preguntó la mujer
- Si, si, disculpen. Es solo que me recuerdan tanto a mis padres.
- Oh por Dios, no pasa nada – habló maternalmente Ikuko - ¿por qué no pasas? Y dile a tu esposo y la niña que entren. Estamos a punto de cenar.
Serena agradeció la invitación y con un gesto, les indicó a Seiya y Hikari que fueran hacia donde estaba ella.
- ¡Qué casa tan bonita! – dijo la niña, observando todo a su alrededor.
- ¡Pero que nenita tan linda! – observó Ikuko – ojalá cuando Sammy se case, tenga una pequeñita así.
Al escuchar el nombre de su hermano, el corazón de Serena volvió a latir con violencia.
- ¿Su hijo está aquí?
- Si, claro. De hecho él…
En ese momento, el joven rubio bajó las escaleras.
- Buenas noches – saludó
- Buenas noches – respondieron Serena, Seiya y la niña
- ¿Y ellos quienes…? – preguntó el muchacho
- ¡Ah Sammy! Mira ella es Serena, era hija de los antiguos dueños de esta casa. Él es su esposo, Seiya y ella es su hija. Estan de paso porque la pequeña quería conocer la casa donde creció su madre y los invitamos a cenar – explicó alegremente Kenji.
- Pues mucho gusto y bienvenidos – dijo el joven, estrechando la mano de los recién llegados – disculpa, ¿te conozco? – preguntó el muchacho cuando tuvo la mano de Serena entre la suyas.
- No lo creo – respondió la mujer con una sonrisa melancólica.
- Es que estoy casi seguro que te he visto en algún lado.
- No, nunca nos habíamos visto – mintió Serena, con el corazón adolorido.
- Pasen al comedor por favor, que la cena se enfría – invitó Ikuko mientras Serena recordaba viejos tiempos.
No cabía duda que estaba en casa.
FIN
Que tal Bombones! Pues por fin he terminado este fic que espero haya sido de su agrado!
Muchas gracias por haberlo leído, por haber aceptado este Post Stars muy alternativo y de verdad que disfrute escribirlo mucho.
Gracias a todos por sus reviews, por sus comentarios en la página, en el grupo, de verdad gracias! Esta vez no contesto rws, ando un poquito a las prisas, pero de nuevo muchas gracias! Gracias a Elenmar, Andrea Tsukino, Starligt, Kamisumi, Rossy Kou, Kitty 1999, Alejasmin Kou, Tomo chan, Tatistus, Amely 614 y a Génesis por sus rws!
Ya pronto actualizaré El destino de las estrellas, lo prometo! :D
Me despido Bombones! No se olviden pasar por mi pagina en FB, me encuentran como Gabiusa Kou y recuerden mandar su solicitud a Constelación estelar, nuestro grupo! (Tomen en cuenta que siempre se les mandará un inbox para corroborar datos antes de ingresar al grupo)
Besos estelares!
