Hola.

Free! Iwatobi Swim Club / Eternal Summer no me pertenecen.


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Se dice del amor no correspondido

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Resumen: Serie de historias de desamor, tragedia, malentendidos, peripecias dolorosas, desgracias y amores no correspondidos.

En otras palabras: yo imaginando que ningún amor es correspondido.

Advertencias: Excesivas notas de autor. Esto está en mi cabeza desde julio. Quería que no tuviera OoC, pero me cuesta mucho captar las personalidades de otros personajes. Al final escribí lo que quise y es como que todo el mundo está hablando y nadie sabe quién dice qué. Lo siento. Y además hay un abuso de chistes malos y soeces. Es como un popurrí de fetiches en boca de los chicos de Iwatobi.

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Se dice del amor no correspondido

Tan claro como el agua

Resumen: Es claro como el agua que nadie se quiere.


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Tan claro como el agua

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Tendrían su momento.

Catorce años de amistad florecerían en muchos más años de relación romántica.

Haruka Nanase sabía que pronto sucedería algo físico, que él tanto anhelaba con Makoto. Con cierta frialdad habían superado su adolescencia y ahora que iniciarían la vida adulta, más independiente –en especial para Makoto-, alcanzarían el placer corporal.

Cuando fuera el momento adecuado, Makoto y él se besarían.

Sus amigos dejarían de decir que actuaban como una pareja, porque, en efecto, serían una pareja.

Lo importante, se decía a sí mismo Haru, era que Makoto lo amaba y él amaba a Makoto; tendrían un momento especial para expresar sus sentimientos y dejarían esa amistad llena de afecto y formas discretas y solapadas de decirse te amo, para repartirse besos a cada momento del día.

Haruka estaba seguro de que ese día llegaría.

.O.o.O.

—En las vacaciones, todo el mundo tiene pareja—dijo Nagisa, con un puchero.

—No todo el mundo—repuso Rei. Se ajustó las gafas y observó hacia los lados. Estaban rodeados de parejas, como si el mundo se hubiera puesto de acuerdo para reunir personas –en par. Carraspeó—. Nosotros no tenemos pareja—aclaró, con obviedad.

—¿Quién necesita una pareja cuando estamos en búsqueda de una medalla olímpica, cierto Haru? —dijo Rin, irguiéndose—. Es mucho más importante convertirse en un atleta profesional, y si lo eres, no tienes tiempo para parejas.

Haru no dijo nada.

—Sería bonito estar en vacaciones y tener una pareja—insistió Nagisa, en voz baja.

—Ah, Nagisa—le sonrió Makoto—. Nos tenemos a nosotros. Y esas personas probablemente hayan dejado a sus amigos para compartir solo con una persona, y nosotros estamos todos juntos y podemos disfrutar...

—Machos solteros y solos, machos solteros y disponibles—murmuró por lo bajo Nagisa no muy convencido; pero el muchacho no quería depresión en su vida, así que cambió –sutilmente- el tema—. ¿Si tuvieran una pareja, qué les gustaría hacer juntos?

—Que entre conmigo a la bañera—dijo Haru, inmediatamente.

—¡Haru-chan! ¡Pervertido! ¡Ya estás pensando en sexo en la bañera!

Y, como era cierto, Haru asintió.

—Haruka-sempai—exclamó Rei, apenado—. Creo que la pregunta de Nagisa se refería a planes normales…

—Entrar a la bañera es normal—repuso Haru, arrugando un poco la nariz.

—No… no exactamente cómo lo hace usted—tartamudeó Rei.

—Entrar a la bañera es importante—insistió Haru.

—Esto es típico de Haru—intervino Rin. Volteó los ojos—. Y después vas a querer que cenen macarela—Haruka asintió—. Cielos, Haru, se supone que tenías que contestar algo que te gustaría hacer con tu pareja, si tuvieras una, no lo que haces todos los días.

—Makoto no entra a la bañera.

Tres pares de ojos se giraron hacia Makoto, quien, atormentado, tardó uno o dos segundos en captar toda la connotación del comentario. Tosió, y se puso tan rojo que debió taparse el rostro con las manos, mientras Nagisa y Rei se reían, uno más fuerte que otro.

Haru intervino y le ordenó a Nagisa, que era el que entre risas soltaba comentarios soeces, que le comprara una bebida a Makoto.

—Ahora que Makoto está más tranquilo… y ya sabe qué hacer la próxima vez que vea a Haru en la bañera…—dijo Nagisa después de que Makoto se tomara su refresco de un sorbo a la espera de otro exabrupto avergonzado del muchacho, quien con la cara roja, continuó simulando que bebía—. Es hora de que yo les cuente lo que me gustaría hacer con mi pareja: ¡ponernos nuestro uniforme de secundaria y entrar a hurtadillas a la cafetería del colegio y comprar pan de Iwatobi!

Haru y Rin pensaron que, probablemente, Nagisa haría algo así. Con o sin pareja. Después de todo, Gou les había hablado a los dos sobre su preocupación por el posible síndrome de abstinencia que podría sufrir Nagisa cuando saliera del instituto y no tuviera su dosis diaria de pan de Iwatobi. Según ella, las consecuencias podrían ser fatales…

—Estás suponiendo que tu pareja también tendrá uniforme y que haría esa locura.

—No estoy suponiendo, Rei-chan—replicó Nagisa con seriedad, sus ojos clavados en Rei.

Rei se sonrojó levemente. Carraspeó.

—Tu pareja tendría que ser un loco para aceptar ingresar a un colegio lleno de personas menores de edad, vestidos como un colegial, solo para gastar tanto dinero en una comida tan poco nutritiva.

—Me gustaría que mi pareja estuviera así de demente para hacer eso conmigo—devolvió Nagisa, y hasta Makoto que todavía estaba algo acalorado se dio cuenta de que ocurría otra conversación—. ¿A ti cómo te gustaría que fuera tu pareja?

Rei se acomodó las gafas y como si estuviera explicando las maravillas del código binario, dijo:

—Pues, respetuosa, consciente de las necesidades de una dieta balanceada, inteligente, que trabaje duro y encuentre placer en la resolución de complejos problemas matemáticos.

—Eso suena aburrido. Apuesto que quieres hacerlo con una persona con anteojos en una biblioteca, solo porque sería hermoso estar con una pareja que parece inteligente.

—Nagisa, no digas eso—trató de calmar las aguas Makoto.

—Una persona con anteojos en una biblioteca se parece a alguien que me gustaría a mí. Y me gustaría estar con una persona como yo.

—¿Te excitas cuándo te ves al espejo?

—¿Por qué esta conversación es tan sexual? —gimió Makoto.

—Haruka empezó: es él quien habló de hombres desnudos en la tina.

—No tiene que ser siempre en la bañera.

—¿Qué tiene de malo verse en el espejo? En especial, si es un cuerpo hermoso.

—Ya suenas como Gou.

—No metas a mi hermana en esta conversación.

—¡Las relaciones incestuosas son ilegales! Estamos hablando de cosas normales.

—¡Cállate! Y deja a mi hermana fuera de esto.

—Excitarse por un uniforme de colegio no es normal, Nagisa. ¿Por qué quieres que tu pareja tenga un uniforme?

—De hecho, es una fantasía bastante normal.

—¡Solo dije lo del uniforme para disfrazarnos y pasar desapercibidos en el colegio, cuando vayamos a comer pan!

—¿Cómo pasarías desapercibido en un lugar donde siempre están las mismas personas y pasan lista todos los días? ¡Todo el mundo se conoce!

—No tienes que pensar tanto las cosas, Rei. Solo hay que hacer lo necesario para conseguir pan de Iwatobi.

—Ese pan ni siquiera es sano. La obesidad afecta la vida sexual, Nagisa. La diabetes también.

—Espero que a mi pareja le encante el pan de Iwatobi.

—¿A caso estás hablando de gordofilia?

—¿Esa palabra existe?

—¡No me importa si le gusta comer! A mí me gusta comer.

—A mí me gusta comer macarela.

—Ya sabemos, aliento de pescado.

—No tengo aliento de pescado.

—¿Quieres apostar?

—Makoto.

—Eh, Rin. Haru siempre lava sus dientes.

—¿Por qué tienes que saber todos los rituales de higiene de Haru? ¿A caso no hay intimidad entre ustedes?

—Makoto observa todas las cosas íntimas de Haru-chan. ¿Eres de los que les gusta observar, Mako-chan?

—¿Por qué me preguntas eso? Es solo que Haru tarda mucho aseándose y lavándose los dientes.

—Ah, entonces es de los que se toman su tiempo. Al menos no defraudarás a tu pareja en ese sentido.

—¿Hay algún sentido en que sí los defraudaría?

—En todos los demás. Estás obsesionado con el agua. Ya sabes, watersports. Suerte encontrando a alguien que le guste eso.

—No quiero orinar a nadie.

—¿Sí sabes lo que significa?

—Por supuesto, me gusta la natación, que es un deporte en el agua. Y no es mi culpa que la computadora de Makoto no tenga búsqueda restringida. Googlear watersports es una mala idea.

—¿Usas la compu de Makoto para ver porno?

—Nadie ha dicho eso—replicó Makoto, pero realmente el que pudo poner fin al parloteo sinsentido, fue Rin.

—Volviendo al tema original. A mí me gustaría estar con alguien que admire mucho, que sea capaz de ayudarme cuando esté pasando un mal momento y con quien pueda compartir mis logros.

—Eso suena bien—estuvieron de acuerdo Rei y Nagisa, quienes se sintieron más sosegados. Después de todo, incriminarse unos a otros por extrañas prácticas sexuales era agotador.

—Me gustaría conocer lugares nuevos y descubrir nuestros sueños juntos—agregó Rin, quien una vez en confianza era una máquina del romanticismo—. Además, ambos nos impulsaríamos a ser mejores cada día en lo que hagamos. Estoy seguro. De alguna forma, nos convertiríamos en una fuente de inspiración del uno para el otro. Yo encendería una llama en esa persona especial, y esa persona sería una luz para mí.

—Suena a que harías hasta lo imposible por esa persona.

—Faltas tú, Makoto.

—Supongo que mientras estemos juntos y nos divirtamos, está bien cualquier cosa que hagamos.

—Wishy-washy.

—Haru.

—Tienes que decir algo concreto. Todos hemos dicho nuestros verdaderos sentimientos.

—¿Sus verdaderos sentimientos fue hablar sinsentidos sobre temas sexuales?

—No seas aburrido, Rin-chan. Nadie se está quejando por si quieres morder a tu pareja.

—¡No mordería a mi pareja! Sería una situación comprometedora para cuando nade.

—¿Tan seguro estás de que tu pareja nadaría, Rin-san?

—Obviamente. Competiríamos juntos.

—¿Aunque la piscina esté vacía?—exclamó Nagisa, como si tuviera una revelación.

—Eso no importa, mientras queramos competir.

—Entonces, no quieres una pareja; quieres un rival.

—¡Pueden ser lo mismo!

—Sería como esas películas en las que el héroe y el villano, en realidad, están enamorados desde el principio.

—¿Me estás llamando villano?

—¿Asumes que serías el peligroso?

—Por favor, no inicien otra discusión así… No creo poder soportar una discusión sobre arquetipos de personas.

—Ah, Mako-chan. No creas que nos hemos olvidamos de ti—la atención de todos se dirigió hacia el más alto—. Vamos, ¿cómo imaginas a tu pareja?

Makoto suspiró, medio resignado.

Y Haru supo que no se rendía ante Nagisa, sino ante la pared que mantenía oculto algo secreto.

Algo que ni siquiera Haru conocía. Algo que ni él mismo Makoto se atrevía a aceptar, pero que era su anhelo.

—-Supongo que... me gustaría que sea mayor que yo.

—¿Y? —insistió Nagisa—. ¿Qué más, Mako-chan? Que sea mayor que tú, puede ser Haru, Rin, Sousuke. Puede ser ¡la profesora Miho!

—Sí, supongo que sí.

—¿Qué?

—Sí, creo que me gustaría que fuera más... que tuviera más edad.

—¿Tienes algún fetiche con las personas viejas? ¿O con tus profesores?

—¡No! Cielos. Nagisa. No. Nagisa. No—Makoto parecía perdido en el mundo del vergonzoso malentendido. Después de negarlo muchas veces, trató de aclararlo—. Solo digo que me gustaría estar con alguien que no tenga que cuidar todo el tiempo.

—Ya entiendo. Una persona con más edad que nosotros no requiere tanta atención. Es una consideración válida, lejos de los fetiches que hemos… han mostrado, en especial, tú Nagisa—intercedió Rei a favor de Makoto y en contra del gusto por las personas mayores.

Esta conversación de los cinco amigos, en el muelle de Iwatobi, mientras estaban rodeados de adorables parejas de novios, fue especialmente importante para dos corazones.

El corazón de Rin dejó de latir aprisionado. Por mucho tiempo, pensó que nunca podría estar con Haru, por Makoto. Pero era un alivio saber que Makoto no veía a Haru de esa forma. Las tonteras de sus amigos, que en un inicio lo habían obligado a revelar tantos de sus sentimientos hacia Haru, ahora le aliviaba el alma al descubrir que Makoto no se interponía en sus aspiraciones románticas.

Para Haru fue doloroso el rechazo implícito de Makoto; y su corazón, que siempre había sido silencioso, se rompió con la verdad… con la verdad de Makoto.

Alguien que no tuviera que cuidar.

Alguien que no tuviera que decirle que cerrara la puerta de su casa, que no tuviera que sacar de la bañera, secarle el cabello, recordarle que existen otras comidas, que debe ir a clases, que las cuentas deben pagarse, que prestarle abrigo y guantes, que compartirle comida, que evitar que salte a piscinas ajenas…

Alguien que no tuviera que cuidar…

Alguien que no fuera Haru…

Llegó el momento en que Haru se dio cuenta de que Makoto, realmente, lo veía como un hermano… como si fuera su hermano menor. Y, sus catorce años de conocerse, no era amistad que florecería en amor; era simple convivencia fraterna.

...

Esta historia continúa...


Hola.

Gracias por leer.

La idea era que Makoto sabe que Haru está enamorado de él; y una parte de él, también lo quiere; pero a su verdadero ser le horroriza pensar que siempre deberá cuidar de Haru, porque en el fondo está cansado de cuidar, de ser cuidado y de mostrar siempre esa parte de su personalidad, él es mucho más que un simple buen hermano mayor, y está deseoso por demostrarlo, pero Haru ha estado con él por tanto tiempo que es como su familia y no se atreve... y no quiere.

En fin... Espero les haya gustado y me cuenten qué opinan.

Muchas gracias a las personas que han leído y dejado comentario. Son geniales :)

Nos leemos