Fotografía.

Todos los competidores ya estaban en Barcelona para la gran final, hospedados en el mismo hotel.

Esa tarde, cada competidor tenía una sesión fotográfica para que salieran en televisión al momento de presentarlos.

- Bien, Yuuri, comenzaremos con el traje de "Yuuri on ice" para liberar tensiones, te será más sencillo –dijo Victor en el vestuario sacando el traje de su funda protectora, el japonés, ya semidesnudo, tomó el traje y se lo puso con cuidado, siendo ayudado por el ruso para que quede perfecto- ya estamos listos, Alfred –sonrió, saliendo de ahí con su alumno.

- Muy bien, ponte aquí en el medio de la tela blanca, Katsuki.

- Sí… - había una plataforma cuadrada bastante grande y de un material que resistiría el filo de las cuchillas de los patines. Les sacó las protecciones para pasárselas a Victor y luego se subió.

- ¿Qué representa esta rutina? –preguntó el fotógrafo poniéndose en posición.

- A Yuuri –Victor sonrió.

- Entonces, sé tú mismo –el hombre ya estaba preparado pero al ver al patinador simplemente parado mirando a la cámara con una sonrisa tímida ladeó la cabeza. Esa no era una pose, era simplemente un chico asustado- ¿Katsuki?

- N-no soy bueno en esto… no sé que pose hacer…

- Solo has alguna pose de tu rutina. Mira, así –Victor apoyó todo su peso en una pierna, la otra la dejó en punta detrás y abrió sus brazos como si volara, echando su cabeza un poco hacia atrás.

Yuuri lo imitó pero un poco más sonrojado. Alfred aprovechó y tomó un par de fotos en esa pose. El ruso fue indicándole poses pero no estaba contento con eso, necesitaba que Yuuri fuese él mismo ya que esa rutina era eso: Yuuri.

- Vamos, Yuuri, puedes hacerlo. Muéstrame al verdadero tú. No tengas miedo de quien eres, siéntete orgulloso de ti mismo.

Las palabras de Victor hicieron sentir al cerdito con más confianza. Asintió y por su propia cuenta terminó haciendo algunas poses más.

- Bien, bien, perfecto –Alfred sonrió satisfecho- ahora ve y ponte el otro traje.

- S-sí… -Victor se acercó para pasarle el protector de los patines. Bajó de la tarima y fueron nuevamente hasta los vestuarios. Nikiforov guardó con cuidado el traje que recién se sacó mientras el otro se iba vistiendo con el siguiente.

- Yuuri, sé que eres muy tímido, pero ahora debes representar a un verdadero Eros –Yuuri se sentó para que Victor acomodara su cabello hacia atrás- quiero que te diviertas, que juegues, que lo disfrutes tanto como lo haces en la pista.

- Lo intentaré…

- Si puedes ser Eros sobre el hielo con tanta gente mirándote, puedes serlo aquí, en la intimidad entre tú y yo.

- Y Alfred…

- No pienses en que él está aquí –se puso delante de él y le tomó ambas manos para que se pusiera de pie y juntó ambas frentes- somos solo tú y yo.

El menor sonrió y asintió. Regresaron y Yuuri volvió a subir a la tarima.

- Continuemos –dijo el fotógrafo poniéndose en posición con la cámara. Katsuki suspiró, cerró sus ojos un momento y luego comenzó con la primera pose: la que abría su rutina.

Victor lo observó muy atento, dándose golpecitos en los labios con un dedo. Aún se lo veía tenso.

- Un segundo, Alfred –caminó hasta el chico y subió a la tarima, Yuuri estaba de perfil a la cámara y Victor se acomodó detrás de él rodeando su cintura con sus brazos con sus labios cerca de su oído- deja salir a ese chico seductor. Sé que está escondido y que cuando sale es lo más sexy que puede haber sobre la tierra –acarició su pecho y con una suave caricia bajó hasta su abdomen- déjate llevar…

Katsuki cerró sus ojos y entreabrió sus labios dejando salir un leve quejido placentero. El tercero en la habitación, siendo ignorado, aprovechó a tomar algunas fotografías del momento. Incluso cuando Victor se acomodó delante del chico con una rodilla en el suelo y sus manos en la cadera de su alumno.

- Mírame, estoy a tus pies, sedúceme… enamórame… -Yuuri lo miró con sus ojos oscurecidos y una sonrisa con más confianza. Movió lentamente una mano hasta la cabeza del peliplata y la bajó en una suave caricia hasta su mejilla, dejando su pulgar en el labio inferior del ruso- eres Eros, te gusta seducir, tener al mundo a tus pies y saber que puedes tener a quien quieras. Puedes desnudar a quien quieras, tienes una mirada que le puede hacer el amor hasta a la persona más difícil de alcanzar…

- Quiero seducirte…

- Ponme a tu merced… -se puso de pie y juntó sus frentes nuevamente. Cuando Yuuri tenía los patines puestos era apenas un poco más alto que el ruso- la recompensa de lograr lo que más deseas es muy satisfactorio –Yuuri tembló un poco y Victor sonrió. Depositó un suave beso en su frente y se bajó de ahí, volviendo a ponerse detrás del fotógrafo- hazle el amor a la cámara. Imagina que la cámara es la persona que más deseas en el mundo.

Yuuri sentía su pecho acelerado. La historia de Eros trataba de un hombre que iba seduciendo a todas las mujeres a su paso hasta que se encontraba con una que parecía imposible. Eso es lo que Victor era para Yuuri hasta hace unos meses: alguien inalcanzable. Pero ahora lo tenía, sabía de su existencia y podía seducirlo.

Volvió a mirar la cámara como si en el lente pudiera ver los ojos de Victor y comenzó a posar. Alfred silbó impresionado por el cambio repentino de Katsuki y Victor… bueno, Victor estaba embelesado por lo que veía. Había convertido al chico más tímido e inseguro de la historia en una máquina que no hacía más que soltar hormonas y enloquecerlo.

Yuuri le sonrió a la cámara de manera altanera y pasó su lengua por sus labios, instintivamente Victor repitió la acción sintiendo que perdería la cordura en cualquier momento, afortunadamente el fotógrafo anunció el final de la sesión.

- Eso estuvo increíble, muy bien, chico –miró en la pantalla de la cámara las fotos que había tomado, orgulloso con su trabajo- ya puedes ir a cambiarte.

- Gracias –Yuuri hizo una pequeña reverencia. Nikiforov le alcanzó los protectores de la cuchilla y lo ayudó a ponérselos.

- En seguida te alcanzo, Yuuri –el chico asintió y fue hasta los vestidores. Victor se volteó hacia el otro hombre- Alfred, quiero una copia de todas las fotos que has tomado.

- Con mucho gusto, Victor, te haré un álbum y también te las enviaré por e-mail por si quieres mandar a agrandar alguna.

- Eso sería fantástico.

Victor se despidió del hombre y fue hasta donde Yuuri estaba cambiándose. Lo agarró dándole la espalda con su trasero en alto al estar bajándose los pantalones. Se mordió el labio y se quedó en silencio disfrutando de la vista hasta que Yuuri se enderezó al haberse puesto nuevamente su pantalón de ejercicio.

- Muy bien, Eros –Katsuki dio un brinco al escucharlo- no solo estoy seguro que te llevarás el oro, sino que también te llevarás muchos corazones de los espectadores y habrá varios embarazos psicológicos en la tribuna.

- Eeehh.. ehhh.. yoo… -Victor caminó hasta él. Con su dedo índice tocó en el medio del pecho aún desnudo del japonés y lo bajó en una suave caricia hasta el borde del pantalón.

- Después de lo que vi, creo que ya estoy embarazado.

- No digas eso… tú eres el que puede lograr esas cosas, no yo… -el sonrojo que portaba el chico era monumental.

- ¿Sigues sin ser conciente de lo que eres capaz? Confía en esa sensualidad que irradias y no habrá nadie que pueda ganarte…

Yuuri asintió. Volvía a ser el chico tímido y ahora estaba abochornado porque no recordaba nada de la sesión luego de que Victor lo excitara. Había quedado en blanco.

- Bien –se separó de él con su típica sonrisa- es hora de regresar a la pista para ensayar –comenzó a guardar el traje nuevamente en su funda que iba colgado en una percha. Yuuri se puso sus lentes, terminó de vestirse, se colgó los patines al cuello y Victor rodeó con su mano libre la cintura del chico, acariciando un poco la cadera y ambos salieron de ahí, uno demasiado feliz y el otro avergonzado pero con ganas de más…