Inseguridades
Ya habían pasado dos semanas desde el Grand Prix Final, Yuuri regresó a Japón y Victor lo siguió sin consultarle nada. Se habían tomado todos esos días para descansar, nada de entrenamiento, aunque iban a patinar un rato de vez en cuando solo para divertirse.
Después de la sesión de fotos Victor había estado comportándose igual que siempre, más allá de que ande gritando a los cuatro vientos de que estaban comprometidos, pero Yuuri sí había cambiado sus pensamientos, había deseado que pasaran a algo más que el simple trato de entrenador-alumno, aunque claro, nunca lo admitiría en voz alta porque el gran Victor Nikiforov seguía siendo como una deidad para él.
Los últimos días Yuuri había vuelto a tener una actitud sombría y un poco depresiva hasta el punto de que había decidido esquivar al mayor con todas sus fuerzas, pese a que éste iba cada noche a su cuarto a buscarlo para ir a las aguas termales, el japonés se excusaba con cualquier cosa.
Al quinto día de las excusas, Victor se cansó y entró al cuarto del chico de lentes sin llamar antes, encontrándolo semidesnudo frente al espejo, solo con un boxer.
- ¡Vi-Victor! –corrió hasta su cama y de un tirón arrancó el acolchado para taparse- ¡No entres sin llamar!
- Yuuri… -su rostro estaba serio, muy rara vez se lo veía así al alegre ruso. Ingresó al cuarto y cerró tras de sí la puerta- ¿Qué sucede contigo?
- ¿A qué… te refieres? –lo vio caminar con calma hasta la cama para sentarse.
- Me hice el tonto estos días, pero ya me estoy cansando.
- ¿De qué hablas?
- De tu actitud. ¿Crees que no me doy cuenta que me estás esquivando y que casi ni me miras a los ojos? Además estuviste comiendo el doble de katsudon, eso lo haces solo cuando estás deprimido
- Ah… solo…
- Deja de inventar excusas y dime la verdad –golpeó sobre el colchón a su lado para que se sentara, el japonés dudó un momento pero luego lo hizo aunque a una prudente distancia- ¿No te agrada que esté en Japón?
- ¡Nada de eso! Todo lo contrario, me encanta… es solo que… -se mordió el interior de la mejilla en un intento desesperado para encontrar las palabras.
- Estoy en Japón solo por ti, pero lo único que veo en tus actitudes es que no me quieres aquí, entonces, ¿Qué hago en Hasetsu, Yuuri?
- Lo siento… -bajó la mirada al suelo- me encanta que estés aquí, en serio, es solo que… tengo ciertas inseguridades.
- Me gustaría que me contaras sobre eso.
- Victor… ¿Tú dijiste que estamos comprometidos, cierto? –el peliplata asintió- ósea que nos casaremos…
- Así es.
- Entonces… -se sonrojó- ¿Por qué no me has vuelto a besar?
- ¿Ah?
- Le di vueltas a este tema durante todo este tiempo y siempre llego a la conclusión de que solo te sientes obligado a estar conmigo –miró su mano, donde estaba la sortija- si yo no te hubiera dado ese anillo no tendrías la obligación de estar conmigo…
- No sé porqué llegas a esas conclusiones. Estamos en el siglo XXI, nadie me obliga a casarme con nadie, yo decidí por mí mismo que quería hacerlo.
- ¿Puedo hacer una pregunta más directa? –con una mano se acomodó mejor el acolchado para cubrirse lo más que podía.
- Claro.
- ¿Te gusta el sexo? –esa pregunta generó un gran silencio incómodo en la habitación, las mejillas de Yuuri se encendían cada vez más y Victor seguía sin responder.
- ¿A qué viene esa pregunta? –preguntó por fin, ladeando su cabeza confundido.
- Tengo 24 años, nunca tuve una novia ni nada cercano con alguien, pero pensé que al estar tú y yo comprometidos pasaría algo pero… no veo que tengas intenciones ni de mirarme con… ¿Deseo?
- ¿Quieres que lo hagamos, Yuuri?
- ¡No! Bueno, sí… -se tapó el rostro con ambas manos, avergonzado- pero no parece que te atraiga de ese modo.
- ¿Por qué lo crees? –por fin una pequeña sonrisa asomó en el rostro del ruso.
- Está claro que tú en ese tema tienes mucha experiencia y estaba esperando a que dieras el primer paso –bajó sus manos con calma y luego lo miró con los ojos llorosos, haciendo que el pecho de Victor se contrajera- No sé con cuantas personas has estado en el pasado, pero con solo saber que antes te acostabas con Chris… me queda claro que no puedo pretender ponerme a la altura de alguien que tiene un cuerpo perfecto como él. Solo soy un "cerdito" –dijo remarcando esa palabra como Victor lo había hecho algunas veces para referirse a él- que no tiene ningún atractivo, que engorda con facilidad y por más ejercicio que haga siempre quedan marcas que demuestran como es mi cuerpo realmente…
- ¡Yuuri! –se acercó a él y le tomó el rostro con ambas manos para que lo mire- ¡No digas tonterías! –lo miró con reproche- primero que nada: el físico no importa, solo importa lo que tienes dentro, ese corazón tan maravilloso que logra acelerarme el pulso. Y segundo: gordito o delgado, eres la persona más maravillosa que vi en mi vida, me vuelves loco y sí, lo admito, me dan ganas de manosearte todo el tiempo.
- ¿Eh?
- Mi intención era ir lento, sé que no tienes ningún tipo de experiencia en este tema y por eso no quería que te sintieras presionado, pero no me imaginé que llegaras hasta el punto en pensar que tu físico no es lo suficientemente bueno para mí –lo abrazó ocultando su rostro en el cuello del japonés- perdóname, Yuuri. Sí te deseo. Te deseo tanto que cada mañana despierto con ganas de hacerte el amor por haber estado soñando contigo.
- ¿Qué… qué dices? –Yuuri, quien no podía ver los ojos celestes de su entrenador, comenzó a mirar para todos lados, nervioso.
- Que cada mañana no puedo evitar jugar un poquito conmigo pensando que eres tú –se alejó lo suficiente para verlo a los ojos con una gran sonrisa- claro que te deseo… te deseo con locura –Yuuri se mordió el labio inferior- ¿Quieres tener tu primera vez conmigo?
Yuuri tragó pesado sintiendo un calor recorrerlo de arriba abajo. Asintió con calma y Victor sonrió aún más.
- ¿Qué te parece sí… -la mano que tenía el anillo bajó para encontrar la contraria y entrelazar los dedos- tenemos una cita mañana, vamos al cine, a cenar, y luego a un hotel donde podamos estar solos y que nadie nos interrumpa?
Yuuri sonrió apenas y asintió con suavidad. Victor, orgulloso de su pequeño cerdito, se atrevió a darle el tan ansiado beso que ambos estaban esperando, pero éste no era un simple beso como el primero que se habían dado, este era un poco más apasionado para darle un adelanto de lo que le esperaba al siguiente día. Si fuera por el ruso, le haría el amor ahí mismo, pero los Katsuki seguían despiertos y podrían oírlos, además de que quería que la primera vez de Yuuri fuera especial.
Al separarse le dio un beso en la frente y se puso de pie.
- Ahora quiero que descanses, yo me encargaré de las reservas y todo lo demás. Estoy ansioso –fue hasta la puerta pero antes de abrirla lo miró de reojo- Y Yuuri, tu cuerpo me vuelve loco. ¡Ciao!
Victor salió de ahí dejando a Yuuri muchísimo más tranquilo sobre sus inseguridades y con ansias de que las horas pasaran para poder estar con su prometido. Lejos de estar nervioso, estaba más que listo para entregarse a él.
-.-.-.-
NOTAS: decidí continuar "Fotografías" porque vi que se quedaron con ganas de un Lemon jajajaja, y aunque no lo puse en este capítulo, lo voy a agregar al que sigue (hace años que no escribo un Lemon, no sé que pueda salir de eso).
Y con respecto a lo de Chris, eso se conecta con el fic que subí antes que se llama "Fidelidad". Decidí conectarlos porque está claro que Victor a sus 28 años no es ningún santo y con lo cercano que se ve con Giacometti siempre pensé que hubo algo entre los dos. (Todo carnal, nada sentimental).
Vamos a ver si Victor logra sacar a relucir nuevamente el Eros que hay en Yuuri.
PD: Acabo de escribirlo y no sé ni cómo habrá quedado, estaba ansiosa por subirlo así que no me di la oportunidad de ver si agregaba o quitaba algo de este cap. Espero que les haya gustado.
¡Da svidániya!
