Un capítulo preludio, una recreación de favorita y mas cursi que... eso.


"Luego de tener a Cosima en mis brazos me di cuenta que se estaba desmayando" "Me asusté muchísimo al sentir su cuerpo desfallecer contra mi cuerpo pero me armé de valor para no hacer un escándalo, sólo pedí una manta para cubrir el cuerpo congelado de mi chérie y con ayuda de los hombres del campamento la trasladé de regreso a mi yurta" "El clima dentro de la yurta estaba caliente y fui desnudando de su ropa a Cosima mientras pedía a la gente que me ayudaba los vitales de ella, su presión sanguínea y su temperatura corporal" "No me faltaron más diagnósticos para saber que estaba hipotérmica" "La llamé para quitarle los gafas y revisé sus pupilas, sus ojos reaccionaban con la luz pero apenas"

- "Vale" - llamé a la gente que acompañaba sin mirarlos - "Dejadnos por favor, gracias"

"Esperé hasta que se marcharon y cerraron la puerta de la yurta para dejar a Cosima cubierta con las mantas"

- "Sigue respirando" - pedí en un susurro nervioso - "Sigue respirando"

"Me alejé de su cama y comencé a desvestirme lo más rápido que pude" "Si quería ayudar a Cosima con su temperatura y a combatir el frío que padecía, tenía que moverme rápido"

- "Estoy aquí..." murmuré en voz baja con un dejo de verguenza cuando la descubrí mirándome mientras me quitaba la camiseta gris y me quedaba en sujetador. Siguieron los zapatos y los pantalones - "Voy a darte calor"

Regresé al camastro y me subí con mucho cuidado encima de ella tratando de no poner demasiado de mi peso sobre su cuerpo delicado" "Su piel fría casi me hace estremecer pero yo me quedé ahí intentando darle el calor que había perdido fuera en la nieve"

- "Creo que me estoy muriendo..." - Cosima susurró y yo negué con la cabeza fervientemente, me miraba como si no creyera que estaba junto a ella.

- "No, no te estás muriendo" - yo le respondí con emoción al mismo tiempo que acariciaba su rostro con ternura - "No dejaré que te mueras"

- "He acabado nuestro trabajo" - Cosima dijo de pronto y yo la miré a los ojos sin entender a qué se refería.

- "¿Qué?" - le pregunté tratando de entender sus palabras.

"Volví a mirarla pero ella sólo alzó su cabeza tratando de besarme y yo la besé de vuelta cuando entendí lo que necesitaba"

"Besé a mi chérie profundamente" "Un beso largo y tierno que valió todo lo que había vivido hasta ahora en esa maldita isla" "En ese momento supe que estaba dispuesta a vivir lo del tiroteo y todo que pasé después mil veces si eso significaba tenerla así entre mis brazos de nuevo" "Cosima era mi tesoro y tendrían que acribillarme primero antes de permitir volver a perderla" "La besé aun cuando tuve que coger su rostro tembloroso con delicadeza y en el beso las dos temblamos" "Después de besarla acaricié su rostro mirándola con devoción, toda la que pude reunir y la insté a que descansara"

"No pasó mucho tiempo antes que apareciera El Mensajero pidiendo saber de Cosima" "Yo sólo le dije que estaba enferma y que necesitaba descanso y él me dijo que Percival ya estaba enterado de que Cosima estaba en el campamento"

"Le expliqué que debía tener más cuidados para Cosima y él negó con la cabeza"

- "¿Qué más se supone que tengo que hacer?" - yo le pregunté mirándolo con seriedad - "¿Qué tiene él que decir sobre esto?"

- "No le va a gustar nada de esto" - él dijo con la misma seriedad intentando echar un vistazo a la cama de Cosima, yo no se lo permití"

- "Por supuesto" - me burlé - "El altruismo es un reto para el evolucionista"

- "Su altruismo te salvó" - el anciano tuvo la osadía de echarme en cara mi deuda y yo negué con la cabeza.

- "Ese no fue el motivo" - le respondí lo que él sabía muy bien.

- "No dejarán que te quedes con ella" - el hombre trataba de intimidarme pero yo estaba cansada de tener miedo. "Estaba aterrada de saber que me apartarían de Cosima pero no le demostré lo aterrorizada que estaba".

- "Lo sé" - mi expresión desafiante no le dejó dudas que sabía en lo que me estaba metiendo - "Pero es mi paciente" "Así que si nos disculpas, por favor"

"Le vi alzar una ceja a mi tono osado y salió de la yurta sin conseguir ninguna otra información de mí" "Cuando estuve segura que estábamos a solas volví al lado de Cosima quedándome de rodillas a un costado de su cama" "Ella estaba despierta"

- "¿Cosima?" - la llamé para verificar que estaba alerta y ella me respondió con un oye entre susurros - "Tenemos que tener mucho cuidado aquí" "No es seguro"

"Cosima asintió y yo busqué en el bolso las muestras en las placas de Petri" "Era la cura pero yo quería oírselo decir"

- "¿Es nuestro trabajo lo que creo que es?" - le pregunté con un dejo de sorpresa y casi cerré los ojos cuando sentí una caricia de su mano en mi mejilla - "Encontraste la cura"

"Yo me emocioné porque no podía creer que por fin tenía en mis manos lo que salvaría la vida de mi pequeño amor"

- "Puedes ponerme una inyección como en los viejos tiempos" - ella bromeó con una sonrisa hermosa y yo me reí porque estaba feliz por primera vez en mucho tiempo.

- "Lo haré" - le prometí imitando su sonrisa que luego dejé para mirarla con seriedad - "Pero no puedes decírselo a nadie" - le advertí - "¿Vale?"

- "Vale" - ella me respondió con suavidad pero vi en su rostro la duda ante mis palabras.

"Yo no quería asustarla pero no estábamos precisamente entre amigos" "Le pedí que volviera a descansar y besé sus labios con suavidad sin dejar de acariciar su rostro preparada para una larga noche de vigilia..."

- ¡Oh merde...!

Cosima que se había atrevido a leer el cuaderno de Delphine sin tener a la rubia presente, saltó de su lugar en el sofá cuando escuchó un estruendo y un grito de dolor en francés proveniente de la cocina. La morena dejó el cuaderno sobre el sofá y corrió a la cocina para saber lo que había ocurrido.

- ¿Delphine? - ella preguntó cuándo entró y no vio a su chica. Cuando se acercó más hasta donde estaban las estanterías se llevó la mano a la boca mirando muy asustada a Delphine con el cuerpo desparramado en el suelo gimiendo de dolor apoyada sobre una banca de madera caída. - ¡Santa cuenca Delphine! ¿Qué te pasó?

La rubia miró a su amor con expresión dolorida y negó con la cabeza. Lo que había sucedido era bastante vergonzoso de explicar porque fue un descuido de su parte y Delphine podía ser todo menos una mujer descuidada. Pero en su propia defensa lo que pasó fue accidente. Ella estaba planeado hornear un pastel para Cosima y se había quedado sin harina. El saco de repuesto estaba en la estantería más alta y ella ni con su altura lo podía alcanzar así que decidió subirse a una banca de madera para sacar la harina del lugar alto y casi lo consiguió. Había estirado los brazos para alcanzar el elemento pero ese estiramiento forzado también había forzado los músculos de su herida en el vientre y ese dolor la hizo trastabillar. Ella no entendía por qué la maldita herida todavía le dolía. La cicatriz de la bala ya no era muy sensible al tacto pero los músculos de alrededor todavía estaban curándose. Ella sabía que las capas de tejidos y músculos dañados tardarían un tiempo en curarse pero con toda la actividad que Delphine hacía todo los días, (sobre todo los ejercicios físicos que hacía junto a Cosima en su cama por las noches) ella pensó que eso también estaba solucionado. Su tonta caída le dio a entender que no.

- ¿Dónde te has golpeado cachorrito? - Cosima estaba asustada por el accidente de la rubia pero se hizo la valiente tal y como había tenido que aprender a hacerlo durante su corta estancia en la isla - ¿La cabeza?

- Yo quería harina... - Delphine se lamentó haciendo un mohín y gimiendo cuando sintió las manos de su chica revisando su cuerpo en busca de heridas - El saco estaba muy alto y me subí a la banca pero... mi estómago... sentí un tirón en la herida de bala y perdí el equilibrio... Mi cabeza está bien pero... mi espalda, mi coxis... mi trasero...todo mi lado derecho no... Duele...

- Oh pobrecita mi pequeño cachorrito - Cosima sonrió enternecida a las palabras de su amor, Delphine en esos momentos parecía en realidad un cachorrito apaleado y estaba que se moría por besarla pero sabía que no podía dejarla en esa incómoda posición por más tiempo. Tenía que cuidar de sus lesiones - ¿Crees que puedes ponerte de pie ahora Del?

Delphine suspiró mirando a Cosima con el rostro sonrojado de pena. Sin embargo catalogó las molestias en su cuerpo y dedujo que podía intentarlo. Tenía que ponerse de pie en algún momento.

- Si me echas una mano chérie, creo que puedo intentarlo - respondió en tono inseguro - Pero tendremos que hacerlo despacio sino...

- Iremos a paso de tortuga mi amor - Cosima le aseguró a su chica con una sonrisa suave. Con la misma delicadeza maniobró para coger a Delphine por uno de sus brazos obligándola a rodear su cuello y con la otra mano la impulsó hacia arriba. Cumpliendo la promesa Cosima se había movido despacio pero el movimiento brusco causó en Delphine un tremendo dolor que no pudo evitar dejar salir en voz alta.

- Lo siento cariño, lo siento... - se disculpó con la voz temblorosa al ver a su amada en tanto dolor. Besó su sien con ternura y la ayudó a estabilizarse. Cuando estaba segura y firme sobre sus dos pies se quedaron un par de minutos descansando para tomar un nuevo impulso y salir de la cocina. - Cuando estés lista nos moveremos, ¿Está bien amor?

Delphine asintió porque todavía se estaba recuperando del nuevo trauma. Intentó forzar su cuerpo para comenzar a moverse y asintió una vez más.

- ¿Estás segura? - Cosima no quería arriesgar más a su chica - Podemos seguir descansando si no estás a la altura...

- Necesito descansar en un lugar más cómodo chérie, mientras más rápido... - Delphine suspiró, el dolor la tenía agotada - ¿Ayúdame a volver a la habitación?

- Está bien bebé - Cosima sonrió esta vez para animar a Delphine que se atrevió a moverse y tuvo que aguantar un par de gemidos. Las zonas que se había golpeado con la caída le dolían bastante pero decidió que no servía de nada perder su energía quejándose por algo que fue en parte su culpa.

A un real paso de tortuga Cosima logró llevar a Delphine de regreso a la habitación cargando casi todo el cuerpo de la chica más alta sobre su hombro.

No le fue difícil moverse pero se agotó un poco cuando logró dejarla sobre la superficie blanda del colchón de su cama.

A pesar de la suavidad de los movimientos Delphine todavía se quejó un poco y tuvo que tomar un par de respiraciones profundas para recobrar el aliento. Estaba recostada y sólo podía ver a Cosima agachada mientras le quitaba un zapato y luego el otro. La vio volver de pie para desabrochar el botón de sus pantalones vaqueros azules y reprimió un gemido cuando Cosima la obligó a levantar las caderas para quitarle el pantalón. Se había tenido que quedar en su ropa interior deportiva simple de color negro. Luego Cosima se subió al colchón para ayudarla con su suéter. Delphine vestía un suéter negro de cuello en V estampado con cachorros fox terrier de color rojo y huesos blancos a un lado. Fue un regalo sorpresa de Cosima cuando la morena se vio obligada a ir al centro comercial y Alison junto a Kristal tuvieron que llevársela casi a la fuerza. Necesitaba un cambio de ropa porque la que tenía le estaba quedando pequeña. Vio el suéter de cachorritos en un aparador y fue lo primero que compró pensando en Delphine. Ella también había tenido comprar mucha ropa y como siempre decidió que los colores neutros eran mejor para ella.

Cuando Cosima le entregó el suéter ese mismo día en la noche a Delphine le encantó. Se emocionó mucho con el regalo porque además Cosima sabía que a Delphine le gustaba la ropa estampada con animales.

- ¿Cachorritos chérie? - Delphine preguntó con un dejo de sonrisa en su rostro

- Por supuesto Del - Cosima se encogió de hombros por toda respuesta - Un cachorro vestida con cachorritos, ¿Genial verdad?

Delphine asintió con el rostro ruborizado y se puso el suéter encima de su camiseta blanca sin mangas. Le quedaba a la perfección y la textura era tan suave que no quería quitárselo.

- Gracias mon amour - Delphine abrazó a Cosima con todas sus fuerzas y le llenó la cara de pequeños besos - Gracias, gracias, gracias... me ha gustado mucho, es un regalo muy bonito. Cosima se vio en vuelta en un nuevo abrazo y llenada con miles de besos de agradecimiento que la hicieron reír.

- Calma mi amor es sólo un suéter - Cosima intentó explicar en medio de los besos - No es nada tan grande ni costoso.

- Hacía mucho tiempo que nadie me regalaba nada - Delphine se encogió de hombros y sonrió con tristeza - Al menos sin tener que pagarlo después, ya sabes...

Cosima asintió maldiciendo con toda el alma otra vez por siempre al hijo de su puta madre de Westmorland y su gente.

Cosima recordó esa charla y luego miró a Delphine con una sonrisa.

- Brazos arriba Cormier - le dijo fingiendo seriedad y Delphine obedeció, levantó ambos brazos por arriba de su cabeza y dejó que Cosima le quitase el suéter. Volvió a quejarse un poco con el roce del algodón en su piel lastimada pero se dejó hacer mansamente. Ella sólo vio a Cosima maniobrar para dejarla en su sujetador deportivo negro y suspiró. Delphine no se había movido pero el ajetreo de desnudarse la había dejado agotada.

- Creo que ahora tendremos que voltearte bebé - Cosima expresó con un dejó inquietud - Tengo que ver cuán lastimada tienes la espalda, ¿Está bien?

- Está bien... - Delphine respondió en tono apagado pero nuevamente se dejó hacer. Apretó los dientes cuando Cosima obligó a su cuerpo a voltearse por su costado izquierdo hasta dejarla boca abajo sobre el colchón.

- Oh por Dios Del... - Cosima negó con la cabeza y tragó saliva con fuerza. Su pobre cachorrito tenía un gran moretón en todo el lado derecho de su cuerpo. La espalda había recibido un gran golpe pero el costado, el coxis y la nalga derecha recibieron la peor parte. La mala fortuna que tenía Delphine de tener una piel tan pálida era que hacían ver el hematoma aún peor de lo que era, pero este sin duda era muy malo.

- Es muy malo, ¿verdad chérie? - Delphine tragó saliva con fuerza todavía estaba muy afectada con la caída y había comenzado a tiritar - ¿Qué tan malo...?

- Es malo como si tu lado derecho le haya servido a Helena como saco de boxeo cariño - Cosima lamentó con suavidad - El cuerpo te dolerá por un tiempo pero pasará. Yo me encargaré de cuidarte.

- ¿Pero qué pasará con mi trabajo chérie? ¿Y el tuyo? - Delphine estaba nerviosa porque su accidente significaba que quizás tendría que faltar a su trabajo. Ella y Cosima tenían un puesto en la Universidad de Toronto. Delphine como segunda jefa de la cátedra de inmunología y Cosima alternaba la finalización de su doctorado con charlas sobre desarrollo evolutivo en la misma universidad. - No podemos faltar al trabajo, acabarán por corrernos y no nos podemos dar ese lujo.

- Lo sé pero no podemos hacer nada al respecto hasta que baje un poco la inflamación de tus golpes cariño - Cosima suspiró - Voy a buscar compresas de hielo, necesitarás unas tres por lo menos. Enseguida regreso.

Delphine suspiró. Estaba conmocionada por todo lo que había ocurrido y al mismo tiempo muy enojada consigo misma por no ser más precavida. Ella había decidido no tomar un tiempo luego de lo sucedido en la isla y se puso a trabajar de inmediato cuando consiguió su puesto en la Universidad. No quiso detenerse a recuperar el tiempo perdido, a sanarse de los traumas e incluso tomar un buen cuidado de su herida de bala. Delphine había pospuesto todo a cambio de olvidarse de toda esa maldita pesadilla pero esa falta de cuidado con ella misma ahora le estaba pasando la cuenta con creces. Guardarse todo dentro no era una buena forma de vivir porque acababa explotando todo al final y las consecuencias de ello, su cuerpo ya las estaba sufriendo.

Delphine dio un respingo cuando sintió un par de manos heladas hacerse cargo de sus bragas y su sujetador, pero luego gritó cuando la frialdad de las bolsas de hielo tocaron su piel lastimada y enrojecida.

- ¡Ay merde...! - Delphine no pudo evitar el lloriqueo - ¡Cosima esto está muy frío...!

- Lo sé mi amor y lo siento pero es necesario - Cosima suspiró con cansancio - Tendrás que aguantar el frío por un tiempo, es la única manera de bajar tanta hinchazón.

- Ya lo sé pero ¿Me dejarás así con el trasero al aire? - la voz ronca de Delphine sonó angustiada - ¿Podrías cubrir un poco mis piernas y mi lado bueno? Tengo tanto frío chérie...

- Tus deseos son mis órdenes cariño - Cosima no pudo evitar sonreír y besar la piel de la nalga izquierda de Delphine haciendo reír a su chica.

- ¡Cosima! - se ruborizó - No seas tan mocosa.

- No lo siento bebé - Cosima se encogió de hombros quedándose en el rango visual de la rubia - Tienes un lindo culo Del.

Delphine se rió y se puso roja, gimió con placer cuando sintió el calor de una manta cubriendo sus piernas y su costado izquierdo y sonrió cuando vio a Cosima recostarse a su lado. Cerró los ojos cuando sintió las caricias de su alma gemela en su rostro y volvió a suspirar al sentir la calidez de un beso de Cosima en sus labios fríos.

- Gracias por cuidar de mí Cosima - Delphine expresó con la voz quebrada - Yo no sé lo que haría sino te tuviera a mi lado, no-

- Shhh... - Cosima hizo callar a su chica con ternura - Sin hablar más mi amor, tienes que descansar.

- Non... - Delphine negó fervientemente - No quiero descansar, no estoy cansada... quiero estar así contigo, no quiero dejar de mirarte.

- Has pasado por un trauma Delphine - Cosima no estuvo de acuerdo y no dejó de acariciar el cabello de su amor tratando de calmarla - Además se nota que estás cansada, tu cara me lo dice todo.

- ¿Qué te está diciendo?

- Me dice que desea descansar porque ha pasado un susto de mierda y que se muere por cerrar los ojos pero que aquí el cachorrito no quiere ayudar. - Cosima respondió con suavidad - Cierra tus ojos bebé, vamos.

- No Cosima, no quiero... - Delphine volvió a negar con la cabeza y su cuerpo entero se tensó. Ella no sabía por qué estaba tan asustada de cerrar los ojos - Tengo miedo...

- ¿De qué tienes miedo? - Cosima entendía el comportamiento asustadizo de su novia pero tenía que ayudarla a exteriorizarlo - Háblame mi amor.

- No sé... - Delphine se encogió de hombros con cuidado y suspiró - Sólo sé que tengo miedo de cerrar los ojos y despertar de nuevo en esa isla chérie... tengo miedo de despertar de nuevo allí. Sola, herida y sin ti. No me obligues a dormir por favor... no quiero.

- Está bien cachorrito, no te obligaré a dormir ahora - Cosima sonrió con tristeza a los miedos de su amor - Pero tendrás que aguantar un tratamiento de nuevas caricias y muchos, muchos, muchos besitos ¿Te gusta eso mejor?

- Sí... - esta vez Delphine asintió con fervor - Me gusta mucho sí...

Cosima sonrió con la lengua entre los dientes y cumplió sus deseos de cuidar de su cachorrito herido y asustado como ella quería. Tenían tiempo a pesar de todo pero Cosima no tenía nada más en su cabeza que cuidar de su chica por una vez, una de todas las veces que Delphine la cuidó y se sacrificó por ella.


El suéter de cachorritos es el suéter de la imagen promocional que el personaje de Évelyne Brochu lleva en la película Le Passé Devant Nous.