Hellsing y sus personajes le pertenecen a K. Hirano (blablá).

Fic participante en el Reto Anual 2017 del foro La Mansión Hellsing.

Fic 1/14(?)

Actividad 11: Un drabble en primera persona del estilo "un día en la vida de" de tu personaje favorito.

Personaje: Pip.

Palabras: 381.

N. Autora: ¡Por fin me pongo con este reto! Esta será mi carta de entrada a mi propia perdición. Está escrito "a la rápida" así que debe tener varios errores, me disculpo por ello. En fin, Pip es mi personaje favorito y era mi deber centrar este drabble en él. Pero el tema se me complicaba (y la escritura en primera persona también) así que acabé pensando "¿si Pip tuviese un día libre, qué haría?" y la respuesta es simple (para mí): mujeres y cerveza :)

Que tengan un buen día/tarde/noche/loquesea.


Día libre.

Los rayos del sol entrando a gajos entre las cortinas corridas chocaron contra mis pestañas, despertándome. Con genuina pereza me incorporo en la cama, tratando de enfocar mi vista en la habitación ajena; el espejo en la mesa adosada a la pared refleja mi cabello desaliñado y mi cerebro punzante comienza a trabajar en la ardua tarea de recordar qué hice y dónde diablos estoy. Examino el cuarto en un afán de ayudarle.

Unos pasos más allá, regadas con descuido sobre el piso, mis ropas me dan los buenos días. Hay una tanga negra también, y un corpiño que hace juego. Claramente no son míos, aunque debo ser el responsable de haberlos tirado. O eso espero… en la mesa de noche el cenicero rebosa de colillas y cenizas, hay latas de cerveza vacías. Mi reloj descansa junto a ellas.

Escucho el agua de una ducha salpicando contra la loza. Alguien tararea una canción. Una mujer.

Las imágenes tras mis párpados comienzan a tomar forma detallada: la calle, el bar, mis gansos contando chistes en la mesa, jarras de buena cerveza, la chica hermosa sentada al otro lado de la barra…y luego la calle de nuevo, pero esta vez hay una mano delicada que va enredada con la mía, y una risa alegre rebota contra las ventanas de luces apagadas mientras su dueña me conduce por un laberinto de escaleras.

Imágenes de la cabellera oscura de una silueta tratando de abrir la puerta del departamento se cuelan en mi cerebro; humo de cigarros en el ambiente, cerveza en mi garganta, y un par de manos itinerantes que van reconociendo cada una de las cicatrices que me cruzan el pecho. Y la boca pequeña de labios suaves que me ha marcado más de un moretón amoroso.

Me tumbo de espaldas, meneo la cabeza y le sonrío a mi buena fortuna. El reloj en la mesa marca las diez de la mañana…

Por un momento, mi cuerpo quiere saltar como resorte y correr fuera, con la idea fija de que voy a llegar tarde a la mansión y que mi jefa estará esperándome con sus fríos ojos azules velados de reproche; pero luego recuerdo que es domingo, y eso significa día libre. Me río bajito, sinceramente aliviado: aún tengo tiempo para una ducha acompañado.

.

Fin.

PD: A la efímera OC sin nombre ni forma en mi imaginación: te envidio profundamente.