Capítulo 8. It must have been love.

Sin quererlo ni pretenderlo, las lágrimas comenzaron a brotar por los ojos del color del chocolate derretido de Lily... Genzo le había roto el corazón en mil pedazos... Parecía imposible, pero la grabación no mentía...

- Lo lamento mucho, en verdad.- Marlene se sintió genuinamente como una miserable.- De verdad que quise advertírtelo...

- Lo sé.- murmuró Lily.- Y no te preocupes, que no fue culpa tuya...

- Pero sabes que cuentas con nuestro apoyo.- continuó Marlene.- Nosotros somos tus amigos...

- Sí, lo sé...

- No te pongas así, por favor.- Marlene iba sintiéndose cada vez peor conforme Lily derramaba más lágrimas silenciosas.- Mira, vamos a la cafetería, te sentirás mejor...

- No, muchas gracias.- con mucha dignidad, Lily levantó el rostro, pero sin secarse las lágrimas.- Prefiero estar sola...

- Como gustes.- Marlene suspiró.- Estaremos esperándote de cualquier manera...

- Sí...

Marlene volteó a ver a sus compañeros. Ellos se sentían tan mal como ella, eso era seguro, pero ya era demasiado tarde como para deshacer el daño... Los muchachos salieron del laboratorio de Química y dejaron a Lily sola, la cual fue a asomarse a la ventana, no sin antes apagar la laptop... Ahí, desde ese sitio, ella vio a la escuela entera dándole ánimos a los jugadores del Hamburgo, los cuales estaban a un paso de ganar el campeonato... Genzo estaba con sus amigos y compañeros, festejando y celebrando con todos los demás...

- Quise creer que estábamos hechos el uno para el otro.- murmuró Lily.- Qué equivocada estaba...

Ella seguía llorando. Genzo estaba muy campante y campechano, sin darse cuenta de que sus palabras habían herido gravemente a alguien que lo adoraba con todo su corazón. Sin embargo, Lily no iba a dejar que eso le afectara... Había heredado el orgullo de su madre, quien siempre frente a la adversidad ponía su mejor cara para no darle el gusto a su mala fortuna de burlarse de ella, de manera que la chica no dejaría que nadie la viera llorar... Lily respiró hondo y comenzó a cantar suavemente...

Era como si de pronto el amor se hubiera esfumado de repente. Las palabras del portero, duras y frías como el acero de un cuchillo, habían dejado una herida mortal en el corazón de Lily y muy difícil de reparar...

It must have been love but it's over now.- Lily continuó cantando.

Lily salió del laboratorio y caminó a los pasillos. Cuando ella y Genzo cantaron juntos, la chica sintió que los unía un lazo fuerte y hermoso que bien podría convertirse en amor. Lily siempre pensó que eso sería más que suficiente como para superar las barreras que los separaban, pero desgraciadamente no era así... Lily miró en el pasillo un cartel del equipo de Hamburgo, en donde Genzo aparecía en primer plano. Se veía fuerte y apuesto, y Lily se recargó un momento contra él, al tiempo que continuaba cantando:

And it's a hard winters day, I dream away…

Lily terminó de derramar todas sus lágrimas. Ya era suficiente. Su corazón tardaría mucho en sanar, pero ella no dejaría que nadie, mucho menos Genzo Wakabayashi, se diera cuenta... Lily se secó las lágrimas con furia y se decidió. Debió de haberle hecho caso a Marlene, pero ya no tenía caso quejarse. Lily enfocaría a partir de ese momento todas sus energías en ganar las Olimpiadas del Conocimiento y mandaría a la goma la segunda prueba para los papeles estelares de la obra. La pasión por la música no había sido nada más que una efímera ilusión, opacada por la pasión por el fútbol... Era obvio que no iban juntos...

Genzo, por supuesto, no se esperaba la reacción de fiera herida que Lily tomó. Al final de las clases, él se acercó a ella, la cual guardaba a Cridhe, su violín, en su casillero y sacaba su libro de Física.

- ¿Ya estás lista?.- preguntó Genzo, con una sonrisa.- Shanks nos espera.

- ¿Para qué?.- había desaparecido toda calidez de la mirada de Lily, ahora solo se veía frialdad.

- ¿Bromeas?.- Genzo rió.- Pues para la segunda prueba, ¿para qué más?

- No habrá segunda prueba.- replicó Lily, muy seria.

- ¿Qué?.- la sonrisa se esfumó del rostro del portero nipón.- ¿De qué hablas?

- De que no habrá prueba.- repitió Lily, sin darle a Genzo ni una sonrisa de piedad.- Ya basta de tonterías.

- ¿Por qué estás diciendo esto?.- Genzo comenzó a preocuparse.- ¿Te sientes bien?

- Perfectamente.- Lily cerró su casillero.- Lamento haberte quitado tu tiempo con estas idioteces, ahora estarás completamente libre para dedicarte a lo que realmente te gusta.

La chica le dio la espalda al muchacho y echó a andar. Genzo estaba atónito, de manera que no pudo reaccionar a tiempo, pero cuando lo consiguió, se dio prisa y tomó a Lily por un brazo.

- ¿Qué es lo que te sucede?.- preguntó él.- ¿Por qué me estás diciendo todo esto?

Porque fue una tontería creer que tú o yo nos podíamos salir de nuestros roles.- respondió Lily, sin inmutarse.- Tú eres futbolista. Yo, una científica. Ninguno es cantante, no tiene caso pretender que somos algo que no somos ni tampoco podemos fingir que podemos estar juntos. Y por supuesto, no quiero obligarte a que participes en algo que solo te quitará tu tiempo.

- ¡No digas eso!.- protestó Genzo, enojado.- Yo quiero participar contigo...

- Pues yo no.- Lily se zafó de la mano de Genzo.- Y perdona, pero tengo asuntos más importantes por atender.

Genzo sintió que su corazón se congelaba ante la dura expresión de Lily y la dejó marchar. ¿Qué había pasado? ¿Por qué de repente ella había cambiado tan radicalmente de parecer? No tenía ningún sentido, si apenas la tarde anterior él la había besado y al parecer a ella le había gustado ese beso tanto como a él...

Sin embargo, al parecer la chica mexicana estaba decidida, y se dedicó a ignorar a Genzo en todas partes. Él tenía el corazón roto, pero no ella no le dio ninguna alternativa... Pasaron algunos días. Genzo se dedicó completamente a entrenar para el campeonato, y Lily para las olimpiadas. Los dos eran excelentes, los mejores en su área, pero ninguno de ellos se veía feliz... Genzo intentó muchas veces, después de ese día, el hablar con Lily para aclarar las cosas, pero para empezar él no sabía qué era lo que había hecho mal, y en segunda ella no le concedía ni siquiera un segundo para hablar. La mexicana pasaba por los pasillos sin mirarlo siquiera, y Genzo era lo suficientemente orgulloso como para no insistir demasiado, de manera que a los dos se les iba el alma en un malentendido que ni siquiera había sido causado por ellos... Estaba, además, el hecho de que Leonardo de repente dejó de hablarle a Genzo sin causa aparente (sí, como no). El japonés había comenzado a apreciar al mexicano como amigo, y al parecer éste estaba pensando en lo mismo, pero desde que Lily dejó plantado a Genzo en el pasillo, Leonardo se limitaba a decirle un "hola" muy seco cuando se encontraba con el portero en la escuela. Obvio era que Lily le había contado todo a su hermano...

Marie Schneider y Jean Lacoste, que no tardaron en enterarse de que se había fragmentado la unión Wakabayashi-Del Valle, se sintieron muy relajados y felices, aunque no por eso dejaron de ensayar.

- Te dije que no iban a durar mucho.- dijo Marie, triunfal.- Esos dos no tienen nada en común y además, ella no es digna de confianza.

- Se ve que es buena chica.- comentó Jean.- Pero me da gusto de que al fin haya entendido cuál es "su lugar".

- A eso me refiero, esa chiquilla no es digna de alguien como Genzo.- Marie suspiró al tiempo que agitaba su cabellera rubia.- Así es como deben ser las cosas, cada uno por su lado.

- Exactamente.

Por supuesto, nadie más estaba a gusto con esto. Marlene y Kaltz se sentían tremendamente miserables y muy, pero muy malos amigos. Se suponía que cada uno era el correspondiente mejor amigo de Lily y de Genzo, y en vez de apoyarlos, habían empeorado las cosas, todo por sus deseos egoístas de ganar sus respectivas competencias... Bueno, el sueño en sí no era egoísta, pero sí lo habían sido sus actitudes...

Lily se veía deprimida y muy distraída, contestaba como autómata en los ensayos y se veía que lloraba a escondidas, cuando nadie podía verla... Marlene se cansaba de preguntarle qué era lo que tenía, pero la mexicana siempre evadía con pretextos sus preguntas...

- Estoy bien, es solo que estoy cansada.- era la respuesta que Lily siempre daba.- No te preocupes.

Genzo, por su parte, se volvió más cerrado y taciturno que de costumbre. Se encerró en sí mismo, y ya no festejaba con sus compañeros la cercanía de la final del campeonato, como siempre había acostumbrado a hacer desde que era portero titular. Kaltz le había rogado hasta el cansancio para que le dijera qué era lo que le pasaba.

- No es nada.- respondía Genzo, simplemente.- Me quiero concentrar para el partido.

Pero era obvio que no era eso lo que los tenía mal a los dos... En algún momento, después de hablar con sus respectivos compañeros, Marlene y Kaltz se reunieron en un pequeño café situado cerca de la escuela. De no haber sido por las circunstancias, ambos se hubieran dado cuenta de que esa reunión se parecía mucho a una primera cita.

- Esto no está saliendo como me lo imaginé.- comentó Marlene, jugueteando con el popote de su malteada.- Lily se ve muy mal...

- Lo sé.- Kaltz suspiró, al tiempo que mordisqueaba el palillo que siempre traía en la boca.- Wakabayashi está más o menos igual...

- Creo que lo arruinamos.- comentó Marlene.- Ellos de verdad querían presentarse a esa audición...

- Más que nada, creo que querían estar juntos, y les arruinamos eso.- musitó Kaltz.

- Me siento fatal.- Marlene se llevó las manos al pelo.- Lily es mi mejor amiga...

- Y Genzo es mi mejor amigo.- añadió Kaltz.

Ninguno de los supo qué más decir. Ambos se habían dado cuenta de que habían actuado muy mal...

- Debemos corregir esto.- dijo Kaltz.- Debemos decirles la verdad...

- Sin duda.- asintió Marlene.- No importa si ganamos las olimpiadas, o ustedes ganan el campeonato. Lo importante, es lo que nuestros amigos sienten...

Kaltz asintió. No iba a ser fácil, pero tendrían que intentarlo...

Por su parte, Elieth se había cansado de buscar a Lily y a Genzo en la escuela al terminar las clases. Ninguno de los dos se había presentado a los ensayos, y la chica francesa se preguntaba qué rayos había sucedido... Un día, sin embargo, Elieth se topó con Schneider en una de sus tantas vueltas por la escuela. El alemán sonrió en cuanto vio venir a la chica.

- Hola.- saludó Karl.- Me da gusto verte.

- Hola.- Elieth trató de no ponerse roja.- ¿Has visto a Genzo o a Lily?

- ¿Hablas de Genzo Wakabayashi y de Lily Del Valle?

- De los mismos.

- Bueno, Wakabayashi debe estar entrenando.- respondió Schneider.- Y Lily debe estar estudiando...

- Fabuloso.- suspiró Elieth.- Mis dos protagonistas han olvidado la obra...

- Ah... .- Schneider titubeó.- Creo que nosotros tenemos la culpa de eso...

- ¿Qué quieres decir?.- Elieth enarcó las cejas.

- Bueno...

Schneider no sabía si decirle o no la verdad la chica. Él dudaba mucho de que Elieth pudiera comprender sus motivos para apoyar a Kaltz en su plan de separar a la pareja conformada por Lily y Genzo.

- Ustedes tuvieron algo que ver.- Elieth se puso muy seria y miró acusadoramente al rubio alemán.

- Algo así.- Karl se tocó levemente la cabeza.- No es que esté orgulloso de eso...

- ¿Qué hicieron?.- Elieth comenzaba a enojarse.

- Mira, antes de que nos juzgues, ojalá pudieras comprender cuánto ansiamos ganar este campeonato.- dijo Schneider, de manera apresurada.- Llevamos años entrenando juntos, esperando el momento, y de repente...

- Y de repente, aparece esta obra de teatro y sus planes de ganar aquello por lo que tanto habían estado luchando amenaza con venirse abajo.- completó Elieth.- ¿Cierto?

- Muy cierto.- Karl se veía avergonzado.- Así que les tendimos una trampa a Del Valle y a Wakabayashi para que ella se decepcionara de él y no quisiera presentar la segunda prueba y así ambos se enfocaran en sus proyectos principales.

- Lo que uno puede llegar a hacer en un momento de desesperación.- suspiró Elieth.

- Ya te dije que no estoy orgulloso de eso... .- replicó Schneider.

- Está bien. Aunque no lo creas, te comprendo.

- ¿En verdad?.- Schneider miró a Elieth, muy sorprendido.

- Sí, yo me sentiría igual si de repente alguien quisiera dar al traste con la obra con la que tanto me he estado esforzando.- asintió Elieth.- De hecho, estoy bajo esa misma amenaza, ya que tu hermana, Marie, quiere hacerle cambios a las canciones que me costaron tanto tiempo y esfuerzo componer.

- Ah, así es Marie.- Karl movió la cabeza de un lado a otro.

- Bueno, no todo está perdido.- replicó Marie.- Si Genzo y Lily presentan la segunda prueba y ganan, tu hermana no le hará cambios a mis canciones. Y si tú convences a tu amigo Kaltz de decirles a ambos la verdad, Genzo y Lily se reconciliarán.

- Eso es cierto.- asintió Karl.

Schneider sonrió. De verdad que le gustaba esa chica, tanto por su aplomo y ecuanimidad como por su hermosa mirada... Y Elieth comenzaba a sentirse muy atraída por el alemán... Quizás algo bueno podía salir de todo eso...

- ¿Una galleta?.- ofreció el alemán, sacando un paquete envuelto en una servilleta.- Están recién horneadas.

- Me encantaría.- aceptó Elieth.- ¿Las hizo tu hermana?

- No, las hice yo.- replicó Schneider, con una sonrisa.

- Vaya, están deliciosas.- exclamó Elieth, con sinceridad.

- Muchas gracias.

Ambos se miraron y sonrieron. Sí, definitivamente algo bueno saldría de todo eso...

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Genzo se encontraba en la colina privada en donde besó a Lily, contemplando la puesta de sol. Se sentía tremendamente triste, no fue sino hasta que ella no le habló cuando él se dio cuenta de que había comenzado a quererla... Sin embargo, Lily no quería ni ver a Genzo y él no sabía por qué...

- Así que aquí estás.- dijo Schneider en esos momentos, quien llegaba en compañía de Kaltz.- Te hemos estado buscando por todas partes.

- El entrenamiento terminó.- replicó Genzo, sin mirarlos.

- No es por eso.- musitó Kaltz.- Tenemos que decirte algo...

- ¿Qué cosa?

- Toma esto.- Karl le tendió a Genzo una bolsa con galletas.- Las vas a necesitar...

Kaltz suspiró. Su amigo iba a enojarse, y mucho, eso era seguro. Pero el alemán también estaba seguro de que Genzo comprendería y terminaría por perdonarlos... Así pues, Kaltz le contó a Genzo todo lo que se había planeado en conjunto con Marlene y el Club de Ciencias para separarlo de Lily. Genzo apretó los labios y los puños conforme iba escuchando el relato.

- Sabíamos que ibas a reaccionar así si te presionábamos para ganar el campeonato.- concluyó Kaltz.- Sabíamos que dirías algo similar a lo que dijiste de que Lily y la segunda prueba son secundarios para ti, y por eso hicimos lo que hicimos. Lily no iba a perdonarte si te escuchaba decir eso...

- Tienes todo el derecho de estar enojado, Wakabayashi.- dijo Karl, cuando Kaltz terminó.- Nos comportamos como los peores amigos.

- Eso es muy poco.- replicó Genzo, tratando de controlar su ira.- Lo que hicieron es de no tener madr...

- Lo sabemos, y lo lamentamos.- musitó Kaltz.- No tenemos justificación. Es solo que te veías tan entusiasmado con Lily y con la obra que...

- Pensaron que me olvidaría del campeonato.- finalizó Genzo.

- Lo mismo...

- De verdad, lo lamentamos...

Genzo no dijo nada, solo se puso de pie.

- ¿A dónde vas?.- quiso saber Kaltz, aunque ya se lo imaginaba.

- A buscar a Lily.- respondió Genzo.- Mi pareja para la segunda audición.

Schneider y Kaltz asintieron. Si era lo que su amigo quería, iban a apoyarlo sin dudarlo.

Notas:

- Ya por mucho quedarían sólo tres capítulos para finalizar esta historia ñoña.