Capítulo 9. I can't take my eyes off of you.
Lily trataba de terminar la ecuación que tenía apuntada en su libro cuando Marlene se acercó a ella, junto con todos sus compañeros del Club de Ciencias.
- Lily, tenemos que hablar.- dijo la brasileña.
- ¿Sobre qué?.- la mexicana no levantó la mirada.
- Sobre algo que hicimos... .- murmuró Marlene, quien miró a sus compañeros por un fugaz momento.- ¿Sabes? Les tendimos una trampa a Wakabayashi y a ti...
- ¿Qué quieres decir?.- Lily al fin miró a su amiga a los ojos.
- Pues es que, verás... .- Marlene no sabía como decirlo.- La verdad es que estábamos preocupados de que te distrajeras tanto con Genzo y la obra de teatro que te olvidaras de las olimpiadas, así como Kaltz y sus compañeros estaban preocupados de que Wakabayashi se olvidara del campeonato y pues... Nos unimos y les tendimos una trampa a ambos para que los dos se separaran.
- No entiendo.- la mirada de Lily era inescrutable.
- Que Genzo no sabía que lo estábamos grabando.- explicó Marlene.- Kaltz y sus compañeros lo presionaron y pues él dijo lo que dijo, pero no sabía que estábamos grabando todas sus palabras.
- ¿Y eso qué?.- Lily parecía no comprender.
- Que en realidad todo fue culpa nuestra.- suspiró Marlene.- Lo lamentamos mucho, fuimos egoístas, únicamente nos interesaba el que ustedes no se distrajeran de las competencias y no nos importó lo que ustedes sentían. Lo lamentamos mucho...
Los demás compañeros de las chicas suspiraron y asintieron. Lily, sin embargo, regresó su atención al libro y a la ecuación que estaba haciendo.
- ¿No me entendiste?.- se sorprendió Marlene.- Todo fue una trampa...
- Quizás, pero nadie obligó a Genzo a decir lo que dijo.- replicó Lily.- Quizás él no supo que lo estaban grabando, pero eso resulta mucho peor ya que significa que pensaba hablar a mis espaldas. Da lo mismo si fue una trampa de ustedes o no, de cualquier manera él piensa que no soy importante.
Marlene miró a sus compañeros, atónita. La verdad, lo que Lily había dicho tenía mucho de verdad...
- Creo que deberías hablar con Genzo.- sugirió Marlene.
- No lo creo.- negó Lily.- Ya dejémoslo así, ¿quieren? Volvamos a la competencia, es lo importante.
Marlene suspiró. No tenía caso seguir insistiendo...
Sin embargo, ya en la noche, a las afueras de la casa de los Del Valle se encontraba un muchacho vestido con un traje deportivo blanco y una gorra, paseándose nervioso por el jardín. No sabía qué iba a decir, él nunca titubeaba ni en las situaciones más difíciles, pero en esos momentos estaba más nervioso e inseguro que nunca...
- Lo lamento, Lily, de verdad... .- murmuró Genzo.- No, eso suena demasiado trillado... Perdóname, Lily, soy un idiota... No, demasiado patético...
Había una luz encendida en una de las ventanas del piso superior. Una figura se vislumbraba a través de las cortinas azuladas y Genzo supo que se trataba de Lily. ¿Lo perdonaría ella acaso? Él había dicho cosas duras, y no culpaba a la chica por no querer dirigirle la palabra, pero Genzo no quería estar sin ella, así que tendría que arriesgarse a que ella le diera con la puerta en las narices...
- ¿Quién está ahí?.- Emily Del Valle abrió la puerta.
- ¡Ah!.- Genzo se puso muy serio.- Buenas noches, señora Del Valle… Soy Genzo Wakabayashi, amigo de Leonardo y de Lily… O bueno, al menos solía serlo antes de abrir mi bocota...
- Mucho gusto.- Emily esbozó una sonrisa.- ¿Quieres hablar con alguno de ellos?
- La verdad, me gustaría.- asintió Genzo.
- Lily no quiere hablar con nadie, mamá.- dijo Leonardo, a espaldas de la señora Del Valle, en español.- Mucho menos con él.
Emily miró a su hijo por un momento y después miró a Genzo, mordiéndose los labios. Leo tenía cara de "ese tipo es un desgraciado", pero Genzo tenía cara de cachorro abandonado...
- Lo siento mucho.- se disculpó Emily.- Lily está algo indispuesta... Quizás puedas hablar mañana con ella en la escuela.
- Sí, gracias señora.- asintió Genzo, cabizbajo.- Perdone la molestia.
Emily cerró la puerta con cierto remordimiento, pero Leonardo le hizo un gesto con la mano. La señora se retiró pero entonces el muchacho salió al jardín y encaró al portero nipón.
- ¿Qué quieres?.- cuestionó Leo, con cara de pocos amigos.
- Hablar con Lily.- respondió Genzo, sin inmutarse.
- ¿Para qué? ¿No te bastó con lo que la hiciste sufrir?.- replicó Leo, enojado.- Le rompiste el corazón a mi hermana, brother. Y lo que más rabia me da es que no me lo vi venir...
- No fue mi intención.- se defendió Genzo.- No sabía que ella me estaba escuchando. Es más, soy un idiota, lo reconozco. Jamás debí decir lo que dije, nunca lo he sentido en realidad...
- ¿Y si no lo sientes, por qué lo dijiste?.- insistió Leonardo.
- Porque estaba bajo mucha presión.- suspiró Genzo.- Me cansé de que mis amigos estuvieran cuestionándome a cada rato...
- En otras circunstancias, te comprendería.- suspiró Leo.- Pero Lily es mi hermana y la quiero mucho. No voy a dejar que nadie la lastime, así que si mientes, créeme que te arrepentirás de haber nacido. Pero por otro lado, si dices la verdad...
- Sabes que digo la verdad.- acotó Genzo.- Me conoces poco, pero nos llevamos bien y sabes que soy diferente... Por favor, déjame hablar con Lily, no estaría aquí si ella no me importara...
- Eso es cierto.- admitió Leo.- ¿Pero qué te pretendes con ella?
- La quiero.- confesó Genzo.- No te lo voy a negar... Por eso te pido que me dejes hablar con ella...
Leonardo caló a Genzo con la mirada por un largo rato. Después, suspiró.
- Su ventana es la que tiene la luz encendida.- dijo Leo.- Puedes llegar a ella escalando el árbol. Solo tienes una oportunidad, pero si ella te corre, te echaré a nuestro perro.
- Gracias.- sonrió Genzo.- Fue verdad cuando dije que me agradabas como cuñado...
- Yo también lo dije en serio.- gruñó Leonardo.- Espero no arrepentirme...
Genzo no esperó más tiempo y comenzó a trepar el árbol. Leonardo entró entonces a la casa y apagó las luces del jardín para evitar que alguien descubriera a Genzo y lo delatara. El japonés llegó entonces al pequeño balconcito que tenía el cuarto de Lily y entonces sacó su celular y llamó a la mexicana.
Lily se encontraba leyendo cuando sonó su teléfono y se dio cuenta de que se trataba de Genzo. Ella no contestó, era tan orgullosa que aunque se muriera de ganas de responderle, no iba a dejársela tan fácil al portero, así que dejó que las primeras dos llamadas se desviaran al buzón de voz. Al fin, después de la tercera llamada, Lily contestó el teléfono.
- Hola.- dijo ella, simplemente.
- Lily, tenemos que hablar.- dijo Genzo.
- ¿Sobre qué?
- Sobre lo que dije en el entrenamiento, el otro día.- suspiró Genzo.- Nada de lo que dije aquella vez fue cierto...
- Pues a mí me sonó muy convincente.- replicó Lily.
- Mira, me comporté como un idiota.- musitó Genzo.- Un idiota engreído. Siempre he sido así, nunca me ha gustado exteriorizar mis sentimientos y prefiero decir una sarta de estupideces a reconocer lo que siento. Mira, el Genzo que conociste en Año Nuevo se parece más al estúpido que dijo que no eres importante para mí...
- ¿Por qué habría de creerte?.- cuestionó Lily.
- Porque sino, no estaría afuera de tu ventana, esperando a que me des una oportunidad.- en ese momento, Genzo tocó el vidrio de la ventana.
Lily apagó el celular y volteó sorprendida hacia el pequeño balcón. Genzo estaba ahí, sonriéndole levemente.
- ¿Qué haces aquí?.- ella abrió la ventana.
- Hablar contigo.- respondió Genzo.- Perdóname.
- Te perdono.- suspiró Lily.- Ahora, por favor, déjame sola.
- No me crees, ¿cierto?... .- murmuró Genzo, decaído.
- Da lo mismo.- Lily se encogió de hombros.- Te perdono. ¿Es eso lo que quieres, no? que tu conciencia se quede tranquila. Ahora, por favor, déjame sola, tengo mucho que estudiar.
Lily cerró la ventana y se sentó nuevamente en la silla de su escritorio, dándole la espalda al portero. Genzo suspiró, iba nuevamente a insistir pero entonces se abrió la ventana del cuarto contiguo y Leonardo asomó la cabeza por ella.
- Lo siento, amigo.- dijo el mexicano.- Pero te lo advertí... Tienes cinco minutos antes de que suelte al perro. Y mira que no ha comido carne en tres días...
Genzo suspiró, derrotado. Se iría por esa vez, pero no se daría por vencido... Él regresó a su casa, cabizbajo, sin saber qué más hacer. Había sido sincero con Lily, pero ella estaba tan dolida que no le creyó, y no la culpaba de eso, pero entonces Genzo no sabía qué más hacer para que ella le diera otra oportunidad... ¿Tendría acaso que darse por vencido y reconocer que, pro primera vez, había sido vencido?
Genzo llegó a su mansión y, para su sorpresa, encontró ahí a su padre, el cual lo estaba esperando en la enorme y lujosa sala.
- ¿Papá?.- se sorprendió Genzo.- ¿Qué haces aquí?
- Vine a ver tu partido.- respondió Akira Wakabayashi.- ¿De dónde vienes tan tarde?
- De por ahí.- suspiró Genzo.- ¿Qué más da?
- ¿Qué pasó?.- Akira se puso serio.- Tú no eres así...
- No sé que me pasa, papá.- Genzo se sentó en el sillón y se llevó las manos a la cabeza.- Nunca me había pasado esto antes...
- Es por una chica, ¿cierto?.- aventuró Akira.
- ¿Cómo supiste?.- Genzo se volvió a sorprender.
- Cuando un hombre está decaído y no quiere decir por qué, es por una mujer.- rió el señor Wakabayashi.- ¿Cuál es el problema con ella, hijo?
- El problema soy yo.- suspiró Genzo.- Dije cosas sin sentido, cosas que no son ciertas y pues la lastimé. Dije que ella no es importante para mí, cuando en realidad no hago más que pensar en ella a cada instante...
- Y ahora ella no quiere saber nada de ti... .- completó Akira.
- Exactamente.- Genzo bufó.- Y es que me dejé llevar... Todo por no querer reconocer lo que siento. Habrá una obra musical en la escuela y estoy convocado para presentar una segunda prueba y ganar el papel principal, pero nadie en la escuela lo entiende, mucho menos mis amigos.
- Es que tú eres futbolista, no cantante.- observó Akira.
- Eso lo sé perfectamente, y mejor que nadie.- replicó Genzo.- ¿Pero qué es tan malo que por una vez quiera ser las dos cosas?
- Tú puedes ser todo lo que quieras ser y lo sabes, Genzo.- dijo Akira Wakabayashi.- Me sorprende que hayas dejado que alguien más te dijera que no puedes serlo. Tú no eres así, Genzo.
- Lo sé, pero no volveré a dejar que eso ocurra.- dijo el muchacho.- Lo que no sé, es como hacer que Lily me perdone...
- Así que se llama Lily.- Akira sonrió.- Lindo nombre. ¿Es linda?
- La chica más hermosa que he visto.- reconoció Genzo.
- Bueno, pues entonces, si quieres que ella te perdone, tienes que darle algo que le demuestre que realmente estás arrepentido...
Una idea comenzó a formarse en la mente de Genzo. Era una idea loca, descabellada, pero por lo mismo, podría funcionar...
A la mañana siguiente, todo parecía normal en la escuela. La hora de deportes llegó y Lily estaba preparándose para jugar volleyball cuando un grupo de jovencitas comenzaron a reunirse y a cuchichear. Lily se dio cuenta de que todas señalaban hacia las gradas y entonces ella vio a Genzo parado en ellas, con un micrófono en la mano.
I can't take my eyes off of you… .- comenzó a cantar Genzo.
Obvio era que todas se quedaron con la boca abierta, sobre todo, Lily, quien no entendía lo que el portero estaba haciendo. Karl, Kaltz y demás compañeros del Hamburgo estaban también ahí, y parecían no entender lo que su amigo estaba haciendo. De pronto, la banda de música de la escuela apareció y comenzó a entonar una melodía para acompañar la voz de Genzo.
And let me love you, baby let me love you… .- a Genzo parecía no importarle el ponerse en ridículo.
La banda de música seguía tocando, y la mayoría de los presentes comenzaron a aplaudir al portero, pero él solo tenía ojos para una sola persona... Genzo bajó unos cuantos escalones, sin dejar de mirar a Lily, y le lanzó una perfumada rosa blanca, la cual ella atrapó entre cuchicheos de enojo de las demás chicas…
Genzo no dejaba de mirar a Lily, esperando que esa patética manera de declararse le ayudara a que ella lo perdonara… Realmente, a él no se le ocurrió otra cosa mejor…
En ese momento, se acercaron al lugar varias personas de otros grados, atraídos por el escándalo. Marie Schneider y Jean Lacaste iban entre ellos, y no podían creer lo que sus ojos veían.
- ¿Está cantando?.- musitó Marie, incrédula.
- Sí… Y me parece que le canta a Lily… .- respondió Jean.- Parece ser que tu rival no se ha dado por vencida…
Marie apretó los puños, sin poder creer que de verdad Genzo estuviera poniéndose e ridículo enfrente de todos por culpa de esa mexicana que nada más había llegado a la escuela a trastornarlo todo… Genzo terminó la canción en medio de un nutrido aplauso general. Lily no pudo evitar aplaudir con los demás.
Entonces, él tomó el micrófono y miró fijamente a Lily.
- No se me ocurrió una mejor manera de decir "lo siento" y de darte a entender que eres lo más importante para mí.- dijo Genzo.- Y que quiero que seas mi compañera en la segunda prueba de la obra de la escuela…
Todos contuvieron el aliento, y Marie exhaló un gemido. Lily no pudo hacer menos que sonreír…
Notas:
- No, definitivamente no me imagino a Genzo cantando algo así, pero para este capítulo me basé en la película "Diez cosas que odio de ti" y pensé que si el protagonista es peor que Genzo en cuanto a carácter, pues el portero bien podría hacer el ridículo al menos una vez XD.
