Capítulo 10. Más que amor.

Maire Schneider se paseaba de un lado a otro del salón del grupo A del segundo grado. Ella estaba más que enojada, preocupada. Y sí, un poco celosa... Genzo Wakabayashi se había arriesgado a hacer el ridículo frente a toda la escuela nada más para demostrarles a todos que le había un soberano cacahuate lo que todos pensaban y que se iba a presentar a la segunda prueba, al lado de Lily Del Valle. Y más que nada, la canción que el portero nipón había cantado confesaba demasiadas cosas...

- Ya, no te ganas nada con ponerte así.- le dijo Jean Lacoste.- De todas maneras, desde un inicio quedó muy claro que Wakabayashi estaba interesado en esa niña.

- ¡Pero yo juego fútbol!.- exclamó Marie.- Hago lo que a Genzo le gusta, ¿por qué no se fija en mí?

- Porque quizás lo que él quiere es una niña dulce y tierna.- comentó Jean.- Cosa que ya no eres...

- Ya deja de decir estupideces.- Marie estaba cada vez más enojada.- Ya después me ocuparé de eso. Por ahora, lo que más urge es la segunda prueba...

- Eso sí.- suspiró Jean.- Wakabayashi canta bien, aunque aun no hemos escuchado cantar a la chica Del Valle. Quizás no vocalicen bien juntos.

- Pues más les vale.- gruñó Marie.- Nosotros hemos de ganarnos esos puestos. ¡Nadie me va a quitar el estelar de una obra musical!

- Ni a mí tampoco.- replicó Jean.- Eso, nunca.

Marie y Jean no se sentían atraídos el uno por la otra. Simplemente, tenían una misma obsesión y un sueño en común y por eso estaban unidos. Se llevaban bien, se apreciaban como amigos, pero eran demasiado parecidos como para que pudieran ser algo más que eso. Sin embargo, Genzo durante mucho tiempo tuvo dudas de Jean, más que nada porque el japonés no estaba seguro de lo que sentía por Marie y usaba al francés como pretexto...

- Bueno, pues a ensayar.- dijo Marie.- No tenemos tiempo qué perder.

- Ya lo creo.- asintió Jean.

Los dos comenzaron a calentar sus gargantas. Mientras tanto, a varios metros de ahí, Genzo y Lily platicaban largo y tendido en compañía de Elieth.

- Lamentamos haber descuidado los ensayos.- se disculparon ambos.- Nos vimos envueltos en algunos líos que casi nos obligan a separarnos...

- Menos mal que se dieron cuenta a tiempo.- suspiró Elieth.- Aun tenemos algunos días para ensayar, pero ya no podemos perder más tiempo. La audición será el jueves.

- Y nos quedará tiempo para presentar nuestras respectivas competencias.- observó Genzo.

- La final del torneo de fútbol y las olimpiadas son el viernes.- aclaró Lily.

- Pues bien, todo arreglado.- Elieth se puso de pie, ya que estaba sentada en una de las jardineras de la escuela.- Debo irme. Los espero a la salida de clases. ¡Sin falta!

- ¡Sí, señora!.- exclamaron Genzo y Lily, al unísono.

Los tres echaron a reír y entonces la francesa se marchó. Genzo sonrió levemente.

- ¿Sabías que ella le gusta a Schneider?.- comentó él, como quien no quiere la cosa.

- ¿En serio?.- Lily se sorprendió.- No sabía... Elieth me comentó que le gustaba alguien, pero no pensé que fuera él...

- Pues para que veas.- rió Genzo.

- Vaya, me pregunto qué dirá Señorita Soy La Más Bella de que su hermano ande con la compositora de la obra.- comentó Lily, pensativa.

- No seas tan dura con Marie, no es tan mala.- la defendió Genzo.- Solo que a últimas fechas se le subieron un poco los humos, pero es difícil que no te pase eso cuando, bueno...

- ¿Eres el más popular de la escuela?.- complementó Lily.

- Más o menos.- Genzo parecía algo avergonzado.

- Yo nunca he sabido lo que es eso, siempre he sido más bien la "nerd".- Lily se encogió de hombros.- Y bueno, no me importa realmente, estoy a gusto con lo que soy, aunque por algunos momentos me gustaría no ser una cerebrito...

- Y por eso quieres participar en la obra, ¿cierto?.- dijo Genzo.

- Más o menos.- Lily suspiró.- Y lo lamento, no quise hablar mal ni burlarme de tu novia...

- Ya te dije que Marie no es mi novia, nunca lo fue.- replicó Genzo.- Ya te había dicho también que en algún momento me gustó, pero...

- ¿Pero?

- No sé, había algo. Cada vez que quería pedirle que saliera conmigo había algo que me detenía y siempre encontraba algún pretexto para no pedírselo.- suspiró Genzo.- Pero ahora que en realidad me gusta otra chica, comprendo que si no se lo pedí a Marie fue porque ella no me gustaba tanto como yo creía... Al menos, no me gusta como me gusta ella...

- ¿Quién es?.- quiso saber Lily, sintiéndose algo celosa.

- Ah, vamos.- Genzo rió a carcajadas y después miró a Lily fijamente a los ojos.- ¿Realmente no sabes quién es la chica que me gusta de verdad?

Lily se puso más roja que granada, y antes de poder decir nada, Genzo la besó con ternura en la boca y la abrazó con fuerza.

- Si con eso no sabes quién es la muchacha que me gusta, tendré que pensar en llevarle serenata.- murmuró Genzo, al separarse de Lily.- Nos veremos al finalizar las clases.

Lily solo pudo sonreír como idiota, al tiempo que Genzo se marchaba. Ella suspiró, feliz, pero entonces Leonardo llegó a sentarse junto a ella.

- Ay, hermanita.- musitó Leo.- ¿Estás segura de lo que haces?

- No estoy haciendo nada.- se defendió Lily, sin mirarlo a la cara.- Solo presentaré la segunda prueba...

- Te besó.- Leonardo puso cara de "hello con tu hello".- ¿Eso es no hacer nada?

- Ya, me ofreció una disculpa muy original.- lo defendió Lily.

- Sí, lo sé, y sé también que es un buen muchacho, pero no quiero que te vuelva a lastimar.- gruñó Leonardo.

- No lo hará.- replicó Lily.- Perdona, debo ir a buscar a Marlene...

- Sí, claro...

Leonardo no estaba convencido a pesar de todo. Él había visto a Lily llorar por culpa de Genzo y como buen hermano mayor que era, eso no lo podía permitir. Sin embargo, el japonés había hecho alguna cosa loca y ridícula, de ésas que Lily no podía dejar pasar, y se había ganado el perdón de la mexicana, pero Genzo aun no recuperaba la simpatía de Leonardo... Sin embargo, Genzo estaba muy conciente de eso... A la hora del almuerzo, Leo se sorprendió de ver a Genzo esperándolo a la entrada de la cafetería.

- ¿Qué quieres?.- preguntó el mexicano, con cara de pocos amigos.

- Hablar contigo.- respondió Genzo, sin rodeos.- No quiero que haya malentendidos entre nosotros.

- El malentendido era con mi hermana, no conmigo.- replicó Leo.- Y ya te dije, y te lo repito: Le haces daño, y la pagarás.

- Lo sé.- asintió Genzo, muy serio.- Por eso estoy aquí. Quiero a tu hermana en serio. No juego con ella, no es algo pasajero. Lily me gusta de verdad y pienso pedirle que salga conmigo después de la segunda obra. No te lo diría si no fuera cierto.

Leonardo miró a Genzo por largo tiempo. El portero se veía serio y parecía estar diciendo la verdad, sin embargo, ya en una ocasión se había confiado y Lily había salido lastimada. No podía permitir que sucediera una segunda vez...

- ¿Qué te hago, si la lastimas?.- amenazó Leo.

- Me partes la cara, y ni siquiera meteré las manos.- respondió Genzo, sin parpadear.

- Eso sería algo leve.- replicó Leonardo.- Pero podría empezar por eso.

Genzo sonrió levemente, y Leo le respondió el gesto.

- Vámonos de aquí, o el "mar de hormonas" te comerá vivo.- dijo Leo, echando a andar por los pasillos.- Preparé más sándwiches con chile.

- Es mejor que nada.- rió Genzo.

Las cosas parecieron tomar un rumbo más o menos tranquilo. La mayoría de los estudiantes habían aceptado como un hecho el que Genzo Wakabayashi y Lily Del Valle estuvieran juntos, y todos esperaban con curiosidad la segunda prueba, para ver qué podría ofrecer esta pareja contra los clásicos Marie Schneider y Jean Lacoste. Elieth Shanks se estaba esforzando al máximo con la canción del segundo acto que Genzo y Lily cantarían, y practicaba con ellos en sus ratos libres, al terminar las clases e incluso un par de noches, después de cenar. Los jóvenes realmente tenían voces maravillosas, cosa que en realidad nadie había tenido la oportunidad de descubrir, pero para eso estaba Elieth, para darles forma a esos dos "diamantes en bruto". Mientras tanto, el equipo Hamburgo y el Club de Ciencias habían aceptado que sus dos estrellas podían dedicarse a ser cantantes y al mismo tiempo esforzarse al máximo en sus respectivas competencias. De hecho, ambos clubes comenzaron a reunirse para darse ánimos mutuamente, cosa que Kaltz aprovechó para acercarse un poco más a Marlene...

- Hola, chicas.- saludó Genzo, en un breve receso que el equipo tuvo en sus entrenamientos, el cual aprovecharon para ir a apoyar al Club de Ciencias.- ¿Ya están listas para gobernar al mundo?

- Más o menos.- suspiró Lily.- Estamos algo cansadas...

- Y que lo digan, no hemos parado en toda la mañana... .- suspiró Marlene.- No puedo alcanzarle el ritmo a esta chica.

- Sé lo que es eso.- rió Kaltz.- Por eso, les trajimos algo...

Schneider y otro muchacho del equipo llevaron un pastel decorado con el lema: "Vamos, Club de Ciencias".

- Yo lo hice.- sonrió Karl.

- O sea, que sabrá horrible.- rió Genzo.

- A caballo regalado, no se le mira el colmillo.- replicó Lily.

Todos rieron y comieron juntos el pastel, que a pesar de los pronósticos de Genzo, estaba delicioso. Claro, el Club de Ciencias no se quiso quedar atrás y llamó a los muchachos del Hamburgo al pizarrón en donde tenían sus ecuaciones matemáticas.

- Tenemos algo para ustedes.- sonrió Lily.

- ¿Qué cosa?.- quiso saber Genzo.

- ¡Tarán!.- Marlene señaló un monito futbolero, de ésos que dibujan los niños con bolitas y palitos y que estaba resaltado con marcador verde.

- Qué lindo... .- bufó Kaltz.

Lily y Marlene se echaron a reír y le dieron la vuelta al pizarrón, dejando al descubierto un cartelón que decía "¡VAMOS HAMBURGO!". Genzo, Kaltz y Schneider sonrieron ampliamente. Así pues, parecía algo raro, pero todos comenzaban a llevarse bien juntos, y eso sorprendía a más de uno, aunque la más sorprendida fue quizás la profesora Green, ya que tanto los deportistas como los científicos hicieron una porra al club de teatro al final de una clase de literatura inglesa.

- Lo que se ve por estos días.- rió la profesora, agradecida en el fondo.

Una tarde, Marie iba caminando por los pasillos con Jean cuando los dos escucharon dos voces que no parecían de este mundo (ya, que exagerados). Ambos se quedaron parados a medio pasillo, escuchando cómo Lily y Genzo cantaban juntos y de una manera armoniosa la canción que Elieth había compuesto especialmente para ellos...

- Wow, cantan bien.- comentó Jean, preocupado.

- Marie frunció el entrecejo, sin dejarse derrotar.

- Aun podemos hacer algo.- dijo ella, decidida.

- ¿Qué cosa?.- preguntó Jean.- Ya no queda mucho por hacer...

- La segunda prueba será el jueves, y el partido final y las olimpiadas, el viernes.- replicó Marie.- Qué lástima que las dos cosas no pueden ser el mismo día...

- Tienes una mente malévola.- Jean sonrió.- Eso, lo podemos arreglar...

Rato más tarde, Elieth estaba charlando con uno de los tramoyistas del teatro cuando Marie y Jean llegaron como bólidos y se dirigieron a la profesora Green. Elieth se disculpó con su compañero y se acercó para escuchar más... Marie decía cosas como "arruinarán la obra", "son inexpertos", "les preocupa más sus respectivas competencias" y cosas similares. Elieth supo entonces que la alemana y el francés estaban hablando de Lily y Genzo. La profesora Green se resistía al principio, pero después, al ver la insistencia de Marie y de Jean, decidió hacerles caso...

- Está bien.- anunció la profesora Green.- Tomaré cartas en el asunto...

Claro está que Lily y Genzo se quedaron de piedra cuando vieron el anuncio de que la segunda obra se pospondría para el viernes, a la misma hora que era la final del torneo de sóccer y las olimpiadas del conocimiento.

- Tiene que ser una broma.- murmuró Lily.

- No puede ser posible.- murmuró Genzo.

- Fue esa profesora Green.- gruñó Kaltz.

- Sin duda.- suspiró Marlene.

- No, no fue ella.- replicó Elieth, en esos momentos.- Marie y Jean convencieron a la profesora de cambiar la segunda obra, dando el pretexto de que Lily y Genzo la quieren arruinar...

- ¿Cómo pudo haber Marie hecho eso?.- exclamó Schneider.- No puedo creerlo... ¡MI hermana ha llegado demasiado lejos!

- Yo los escuché, así que es cierto.- suspiró Elieth.

- Hablaré con ella.- ofreció Karl.

- No, eso empeorará las cosas.- negó Elieth.- Miren, podemos hacer algo, pero tendremos que trabajar en equipo...

Lily, Genzo, Marlene, Kaltz y Schneider se acercaron a Elieth para escuchar su plan... Quizás Marie y Jean pensaron que habían ganado, pero no sería así...

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

(A partir de ahora, contaré primero lo que pasó con Marie y Jean, aunque los sucesos se dieron al mismo tiempo).

Y llegó el viernes. Marie estaba preparada, ella se llevaría el papel de Titania y Jean ganaría el de Oberón. No había manera de fallar, Genzo y Lily no podrían presentarse a tiempo a la audición y perderían al instante... Por "default", como dirían en el fútbol... La alemana estaba feliz, nadie podría derrotarla, y Lily Del Valle se arrepentiría de haber querido trastornarle el mundo; en cuanto Marie ganara el papel de la obra, haría de todo para reconquistar a Genzo y sacarlo del embrujo que la mexicana le lanzó...

- Soy la mejor.- canturreó Marie, feliz.

Alguien tocó a la puerta de su camerino en ese instante. Marie ya estaba maquillada y peinada, aun le faltaba vestirse pero como pensó que se trataba de Jean, no dudó en abrir la puerta. Sin embargo, frente a ella estaba parada la última persona en quien ella pensó ver: Leonardo Del Valle.

- ¿Qué haces aquí?.- se sorprendió Marie.- Tu hermana no ha llegado.

- Ni va a llegar ahora, porque le tendiste una trampa.- replicó Leonardo.- Solo vengo a decirte que no te vas a salir con la tuya.

- ¿Ah, sí? ¿Y como lo vas a impedir?.- lo retó Marie.

- Yo no voy a hacer nada, simplemente dejaré que mi hermana te derrote a su manera.- replicó Leonardo.- Solo vengo a decirte que ni se te ocurra volver a hacerle algo así, porque no me tentaré el corazón en esa ocasión para no darte tu merecido.

- ¿Es eso una amenaza?.- gritó Marie.- Y si lo es... ¿Por qué rayos no me detienes ahora?

- Porque eres una chica, y una muy linda, por cierto.- respondió Leonardo, muy serio.- Y porque debo dejar que mi hermana pelee sus batallas sola.

Leonardo se dio la vuelta, dejando a Marie atónita. Le había causado cierta conmoción el que él dijera que era linda...

- ¡Ella me quitó a Genzo!.- Marie no supo que más decir.

- No, Lily no te quitó a Genzo, más bien, él nunca fue tuyo.- replicó Leonardo.- Tú estabas demasiado ocupada en ser lo que creíste que a Genzo le podía gustar que te olvidaste de ser tú misma. Por eso es que él se fijó en mi hermana, porque ella se negó a ser lo que no era, se dedicó a ser ella misma, nada más. Tú deberías hacer lo mismo. Más que nada, porque creo que la verdadera Marie Schneider sería mucho más interesante de conocer.

Marie se quedó atónita, una vez más. ¿Realmente Leonardo le estaba hablando en serio? Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para ponerse a pensar en eso, ya que Jean llegó por ella para llevarla a la audición… Ellos serían los primeros, y quizás los únicos…

- Muy bien, Schneider, Lacoste, muéstrenos por qué estamos aquí.- dijo la profesora Green.

Ambos se miraron y suspiraron. Marie se dio cuenta de que, sorprendentemente, Leonardo estaba observándolos, muy seguramente para seguir burlándose de ella, por lo que decidió no hacerle caso… Una música movida comenzó a escucharse a través de las bocinas de un reproductor de CD´s y Marie y Jean entraron en acción. La profesora Green se movía al ritmo de la canción. Leonardo reconoció que la pareja bailaba bien.

- Pierdo toda la razón… .- cantó la pareja a dueto.

Elieth, por su parte, no dejaba de mirar el reloj. Esperaba que el plan funcionara como lo habían planeado… Marie no podía dejar de pensar en lo que Leonardo le había dicho acerca de ser ella misma… ¿Acaso tendría el muchacho la razón?

Pierdo toda la razón…

Notas:

- Bueno, según yo, solo queda un capítulo… ¿O eran dos?