Parte 2: Sueño

-Winry… ¿Puedes escucharme?- dijo a lo lejos, una voz.

La joven de rubios cabellos se encontraba totalmente dormida. Sin embargo, pudo escuchar claramente aquella misteriosa voz que la llamó por su nombre.

Extrañada, abrió los ojos lentamente.

Para su sorpresa, su habitación había desaparecido. Ante su mirada se vislumbraba un hermoso prado, que hasta entonces le era desconocido.

-Donde… ¿donde estoy?- dijo ella, totalmente confundida.

- Estas dormida Winry, esto es un sueño…tu sueño…-respondió la voz, que ahora se escuchaba mas cerca. Era una voz suave, gentil, como la de una madre.

-¿Un sueño? – dijo la joven, que no salía de su asombro.

A su alrededor, podía ver un hermoso paisaje. Bellas colinas, verdes campos, numerosas flores la rodeaban. La suave brisa rozaba sus mejillas y el canto de las aves deleitaba sus oídos.

El ambiente era realmente acogedor, pacífico.

Decidida a encontrar al dueño de aquella melodiosa voz, la joven de ojos azules se puso de pie, y comenzó a caminar.

Con cada paso que daba, los latidos de su corazón parecían incrementar su fuerza.

Aquel bello lugar, aunque no lo comprendía totalmente, le parecía familiar.

- He estado aquí antes…puedo sentirlo…- dijo la joven para sí, mientras caminaba sintiendo el fresco gras bajo sus pies descalzos.

Inesperadamente, aquella tierna voz se escuchó nuevamente.

- Claro que sí. Conoces muy bien este lugar.- dijo la voz.

De pronto la joven se detuvo.

A lo lejos, divisó cierta colina con un bello y gran árbol.

Inmediatamente, sus ojos se abrieron de par en par. Aquella colina…le era mucho más que familiar…

-Esto es…mi hogar…es Rizenbul…-dijo la joven, que no salía de su asombro.

- Te dije que conocías muy bien este lugar, mi querida Winry.- dijo la voz.

Ahora más que nunca, la joven de rubios cabellos se encontraba totalmente confundida.

Aunque no lograba comprender lo que ocurría, se dispuso a dirigirse hacia la colina.

Fue entonces cuando de pronto, los gritos de unos niños irrumpieron en el lugar.

-¡Vamos! ¡Corran! ¡Tenemos que llegar!- dijo uno de ellos.

-¡Pero estamos corriendo! ¡Espéranos hermano!- dijo otro.

-Ya no puedo mas…ya no…estoy cansada…-dijo una niña.

Su corazón dio un vuelco.

No podía comprender nada de lo que estaba sucediendo. ¿De quien era aquella suave y tierna voz? ¿Quienes eran aquellos niños? ¿Por qué estaba a las afueras de Rizenbul, tierra que la vio crecer, a ella y los Elric? ¿Que significaba todo aquello?

De pronto los vio.

Eran tres niños pequeños, dos niños y una niña. Los tres corrían apresuradamente hacia aquella colina que había despertado recuerdos en el corazón de la joven.

-¡Al! ¡Vamos! ¡Ya no nos falta mucho!- dijo uno de los niños.

-Espera hermano, Winry esta cansada, ya no puede correr más. Descansemos un momento.- dijo el otro niño.

-¡¡Vamos Winry!! ¡Debemos llegar a tiempo!- dijo aquel niño, eufórico.

-Ya….no…pue…do…mas…- dijo la niña, totalmente agotada.

El niño la miró algo molesto.

- Esta bien, descansemos. ¡Pero solo un minuto!- dijo.

Los tres pequeños se sentaron sobre el fresco pasto por unos momentos.

No había pasado ni un minuto cuando el más pequeño de los tres empezó a jalar de ambos brazos a la niña para levantarla. Esta se rehusaba.
Por ultimo, entre ambos niños la levantaron y colocaron a la espalda del más pequeño, el cual la llevo así a lo largo del camino hacia la colina.

-Winry…-dijo la suave voz.

La joven no podía responder. Sus labios estaban totalmente inmóviles.

De pronto, lagrimas empezaron a recorrer su bello y suave rostro.

-No llores Winry…acércateles.- dijo la voz una vez mas.

Sin saber como, la joven se dirigió a la colina.

Paso a paso, podía sentir como la brisa suave y fresca recorría su cuerpo, produciéndole una única y agradable sensación.

Lentamente, se detuvo tras aquel gran árbol.

Los tres niños yacían recostados al pie del árbol, totalmente exhaustos. El más pequeño de ellos, sin embargo, sonreía con gran satisfacción.

-¿Qué es lo que nos querías mostrar, hermano?- dijo el niño más alto.

-Ya lo verás, ya lo verán.- dijo el mas pequeño, manteniendo aquella sonrisa.

-Estoy cansada, tengo hambre y quiero ir a casa. Ya va a anochecer y será mas difícil regresar.- replicó la niña.

El pequeño, mirándola con enfado, dijo: ¡Deja de quejarte Winry! Solo espera y verás- concluyó.

La joven seguía tras el árbol. Aun no podía creer lo que estaba viendo.

En voz baja, como si hablara a su corazón, dijo: Somos nosotros…Edo…Al…yo…como es posible…-

-Es tu sueño Winry…en los sueños, no hay nada imposible.- dijo aquella
voz nuevamente.

De pronto, la joven sintió como una mano se posó suavemente en su hombro.

No entendía porqué, pero no sentía miedo. Sabía que de haber ocurrido lo mismo en otras circunstancias, habría pegado un grito. Sin embargo, aquella delicada mano le daba tanta paz…tanta serenidad…

Decidida, se dio media vuelta.

Poco a poco, la imagen de una bella mujer, de ojos claros, cabellos castaños y sonrisa apacible se presentaba frente a ella.

La joven calló de rodillas al suelo.

-Tri…¿Trisha?...¿eres tú?- musitó la joven, totalmente absorta.

-Hola Winry…me alegra mucho volver a verte.- dijo la mujer.

Continuará n.n