Parte 4: Madre

La pequeña sonreía, mientras mantenía los ojos cerrados. Podía sentir cierto nerviosismo por parte de Ed, pero eso no importaba; más que nada en ese momento, deseaba abrazarlo.

Las mejillas del pequeño Edward mantenían su color rojizo, mientras que notaba cierto sudor en sus manos.

Lentamente, Winry separó sus brazos del cuerpo de su amigo, quien permanecía quieto.

El pequeño, de rubios cabellos y ojos ambarinos, se encontraba mas confundido que nunca. No sabía porqué Winry había actuado de esa forma, ni si algo que el hubiera hecho tendría que ver con lo ocurrido…solo sabía que cada vez era más difícil comprender a aquella pequeña que al igual que Al, estaba siempre a su lado.

De pronto, sintió unos suaves y tibios labios que reposaron en su mejilla por algunos segundos.

Winry lo había besado.

El pequeño dio un brinco.

Había estado tan distraído pensando en aquel abrazo que su mejor amiga le había dado, que no se había percatado en lo absoluto de que esta se disponía a besarlo.

Atónito y totalmente incapaz de pronunciar palabra miró nuevamente a su amiga, quien lo miraba fijamente.

-Ed… ¡Te quiero!- dijo la pequeña, sonriendo tiernamente.

El pequeño seguía sin reaccionar. Si antes había estado sorprendido, ahora estaba totalmente aturdido. ¿Qué estaba pasando?

Ed…Ed!- gritó la pequeña.

Edward volvió en sí.

¡Ya debemos irnos! La abuelita Pinako y la tía Trisha deben estar preocupadas.- dijo Winry, mientras intentaba despertar al pequeño Alphonse que permanecía dormido.

Winry…que ocurre…déjame dormir…- dijo Alphonse, somnoliento.

Sin olvidar lo que acababa de suceder, el pequeño Ed se dispuso a ayudarla. Tomando a Alphonse de ambos brazos, lograron que el más pequeño de los Elric se pusiese de pie.

Una vez despierto, los tres pequeños se tomaron de las manos, y presurosos, emprendieron el camino de regreso a su hogar.

Por otro lado la joven Winry, quién se mantuvo atenta al actuar de los pequeños, siguió contemplándolos hasta que su imagen se perdiera en medio de la oscuridad de la noche.

Sus ojos estaban cubiertos de lágrimas.

Ante su mirada, aquel preciado recuerdo de cuando niños había sido revivido.

Aquella colina; al igual que aquella hermosa luna, habían sido testigos de una de las expresiones de amor más tiernas, inocentes y sobretodo, sinceras.

Aquel tierno abrazo, aquel cálido beso…recuerdos que nadie, excepto el joven de cabellos dorados y la jovencita de ojos azules conservaban en sus corazones.

¿Recuerdas muy bien aquel día, verdad?- dijo Trisha con ternura.

Winry se volvió a verla.

Mirándola fijamente a los ojos, buscaba encontrar en aquella dulce mirada el porqué de lo que esta sucediendo…en la amable mirada de aquella hermosa mujer de castaños cabellos.

A pesar de la ansiedad en su corazón, dijo:

No comprendo totalmente lo que esta ocurriendo…sin embargo, quiero darte las gracias Trisha.-

La mujer la miró sorprendida.

Gracias…por permitirme revivir uno de los momentos más hermosos de mi vida…si es que no fue el más hermoso…muchas gracias. – concluyo la joven, con ojos brillosos.

Con aquella suave y dulce voz, la madre de los Elric respondió:

Si hay alguien que debe dar las gracias, esa soy yo pequeña.-

La joven de mirada transparente y bello rostro permanecía sin comprender lo que estaba sucediendo.

Antes que ésta pudiera responder, la mujer tomo su mano gentilmente. Fue entonces, que una fuerte luz nubló los ojos de la joven.

De pronto, aquel bello prado donde se encontraban hacia unos instantes…había desaparecido.

Miró a su alrededor.

Para su sorpresa, sin explicación alguna, había regresado a su habitación. Aparentemente, la mujer de cabellos castaños no se encontraba más a su lado.

¿He…despertado?- dijo en voz baja, casi incrédula.

Permaneció en aquel estado de confusión por algunos minutos.

De pronto, la puerta de la habitación se abrió.

Ante sus ojos, pudo ver como una jovencita entro rápidamente al cuarto, cerrando la puerta tras ella.

Con lágrimas deslizándose por sus mejillas, la jovencita tomó sus ropas de dormir y procedió a cambiarse. Una vez cambiada, destapó las sabanas de su cama y entró en ella.

Mientras lloraba, podía escuchársele repetir los nombres de dos jóvenes. Dos jóvenes que, probablemente, eran muy preciados para ella.

Los ojos de Winry se abrieron de par en par.

Aquella escena que se vislumbraba ante ella…era imposible de olvidar.

Soy yo…esta misma noche…antes de que recuerde todo aquello…-dijo, con voz temblorosa.

No podía creer lo que sus ojos veían.

Frente a ella se encontraba la vívida imagen del dolor que ocultaba su corazón. Ella misma, frágil, herida…sin esperanza.

Ed…donde estás…yo…yo te amo Ed…- repetía la jovencita, esta vez sollozando con mas fuerza.

El cuerpo de Winry permaneció estático ante tan dolorosa escena.

El temor abordaba su corazón nuevamente.

¿Por qué se veía a sí misma, sufriendo en gran manera durante aquella fría noche? ¿Es que aquella hermosa mujer de mirada apacible lo deseaba? ¿Cuál era la razón por la cual afirmó que era ella quien debía dar las gracias? ¿Dónde se encontraba ahora?

Era tal la angustia en el corazón de aquella jovencita, que se quedó dormida.

Por qué…estoy viendo esto…que significa…-dijo Winry, con la mirada hacia el suelo mientras que cerraba fuertemente ambos puños, en señal de impotencia.

De pronto, la tierna voz se escuchó nuevamente:

Debo darte las gracias…por ser la única y verdadera esperanza para mis hijos.-

La joven dio media vuelta.

Frente a ella, la imagen de Trisha Elric apareció nuevamente.

Winry se quedó sin aliento.

¿Qué significaban las palabras de Trisha? ¿Cómo podía ser la única esperanza de los hermanos si, aquella misma noche, entre lágrimas y lamentos era ella quien empezaba a perder la fe?

Winry, siéntate…por favor. – dijo la mujer.

Winry, quien permanecía con la mirada perdida, se sentó al borde de la cama.

Como te he dicho anteriormente, hacía mucho tiempo que deseaba volver a verte pues hay algo muy importante que debo decirte. Y el momento de hacerlo por fin ha llegado.- dijo Trisha, mientras la miraba fijamente.

Volviendo nuevamente en sí, la joven de mirada transparente dirigió su mirada a los hermosos ojos de la mujer, quien mostraba un semblante mas serio.

- Conozco tu sufrimiento, y créeme que comprendo totalmente tu sentir. – dijo Trisha, colocando sus manos sobre las de la joven, buscando tranquilizarla. – Durante varios años, sufrí en silencio, esperando el regreso de aquel único hombre que amé en toda mi vida – concluyó la mujer.

Winry la miró conmovida.

Era verdad. Si alguien era capaz de comprender el dolor que sentía, aquella era Trisha Elric.

Durante años esperó el regreso de su amor, escondiendo su tristeza bajo aquella tierna sonrisa ante sus dos amados hijos y ante todo aquel que la conociese.

Nunca nadie la vio llorar. Siempre serena, alegre y gentil.

Así permaneció…hasta el día de su muerte.

También conozco tus verdaderos sentimientos. Se muy bien cuan importantes son Edward y Alphonse en tu vida, y todo lo que has hecho por ellos. Sinceramente, lamento todo lo que has tenido que sufrir a causa de su partida…es por eso que estoy aquí.- dijo la mujer, tomando las manos de la joven con mas fuerza.

Winry la miró consternada.

Ellos…volverán Winry.- dijo Trisha, sin quitar la mirada de aquellos hermosos ojos azules de la joven, la cual la miraba atónita. – No te digo esto con el propósito de aliviar tu dolor momentáneamente. Ellos volverán…mucho más pronto de lo que te imaginas.- concluyó.