Código 04: "Sala de Recuerdos - Primera Parte"

La sala de reuniones estaba repleta mientras el general hacía orden para comenzar la reunión … Fío observaba a Kurapika en las sombras… él se había levantado de su asiento para darle espacio a Killua con su familia, quizás era todo un ardid para poder mirar la sala con más detenimiento… así mientras se cambiaban de asientos, Kurapika detuvo su vista en la puerta… tan solo una milésima de segundo nada notorio… su cuerpo se tensó… la había visto… ambas miradas se encontraron .

:::Flash back:::

La lluvia seguía sin detenerse… hacía dos meses que Fío había salido del hospital, luego de la última pelea con el Genei Ryodan donde casi pierde la vida junto con su maestra y compañera 'la Madre Galaxia', pero gracias al cielo no había sido así... Kurapika con sus amigos la habían ayudado a saldar las cuentas pendientes con el pasado… era como si la vida le diera una segunda oportunidad.

De esta manera volvió a su trabajo en la mansión Nostrade de manera normal, se integró a sus labores habituales como si nada hubiese ocurrido, Kurapika jamás hizo mención al asunto del pasado de la muchacha (1) Sin embargo, se notaba en su mirada que algo había cambiado… algo¿paz?, de hecho la mansión Nostrade estaba impregnada de un aire casi familiar… eran como una familia donde Gon y Killua eran los hijos revoltosos, Leorio, el hermano mayor con mucho trabajo universitario, Senritsu una madre cariñosa y comprensiva para todos. En fin, Kurapika siempre se mantenía al margen leyendo un libro o haciendo como si no escuchara cuando Gon se ponía a repartir los roles de la familia parchada que habían formado, claro no todo era entretención, Gon y Killua habían sido contratados como Hunters especiales, debían hacer de detectives privados para encontrar la habilidad perdida de Neon y Leorio, pues Leorio estaba de visita 'permanente', la mansión le quedaba a un paso de la facultad de medicina. Fío estaba cambiada también, su rostro estaba más iluminado, si bien casi nunca sonreía irradiaba tranquilidad, ya no cargaba con el gran peso que antes hacía que su mirada se perdiese en la oscuridad, en su lugar sus ojos negros irradiaban una extraña luz…

El jardín de la mansión era enorme, pero dado que la reducción de personal de aseo iba en ascenso, el jardín estaba hecho un desastre Fío y Killua solían conversar, mientras caminaban por el jardín en sus horas libres, a veces se les unía Gon. Fue en una de esas ocasiones que éste le hizo notar lo mal cuidada que estaba la mansión, desde que el señor Nostrade dejara de ocuparse de ella, por estar como un loco buscando la solución para sus problemas financieros.

-"Este lugar seria mucho más grato… con árboles o algo… hay muchas estatuas aquí"- dijo Gon mientras señalaba la maleza que repletaba una pileta con un ángel en el medio.

-"Es verdad" – respondió el peliblanco – "aunque…mira quién habla… el más grande destructor del entorno¿Qué haríamos para entrenar Gon?.. ¿De qué nos servirían más plantas si se morirían por la potencia de tus golpes en el suelo cuando practicas???

-"Pues podemos practicar en otro lado".

Fío tocaba el piso… movió la tierra un par de veces antes de ponerse de pie.

-"No creo que sea mala idea"- dijo para sí.

- "Qué cosa" respondieron ambos chicos.

-"Lo que acaban de proponer"- y diciendo eso dio media vuelta caminando hacia la mansión.

Al día siguiente una gran cantidad de rosas blancas cubrían la parte trasera de la mansión, extrañamente este hecho supuestamente superfluo hizo que los ánimos en la mansión mejoraran aun más; la servidumbre que quedaba en la casa, se relajó un poco más y empezó a hacer mejor su trabajo, (pues todos estaban con temor de perder sus empleos, dadas las condiciones financieras del jefe) tácitamente todos cuidaban el jardín de rosas blancas, a las que luego en días posteriores se sumaron flores de otros tipos. Nadie decía nada, pero se sabía que todos habían aportado a mejorar el jardín, de la misma manera a pesar de estar con la mitad de personal en servicio, en menos de un mes la mansión se volvió a ver como en sus mejores tiempos.

Los turnos en la mansión eran cada vez más largos, sin embargo siempre se hacían en pareja; como antes, ella seguía siendo la compañera de Kurapika para los efectos de combate, ambos se entendían a las mil maravillas cuando se enfrentaban a antisociales… eran el equipo perfecto… lo más irrisorio del asunto es que no lo planificaban… era como si cada uno leyera los pensamientos del otro. Kurapika había logrado mejorar una nueva técnica con la cadena, pero la practicaba en absoluta soledad. Al parecer no deseaba que nadie lo viera en esta práctica, tenía que ver en algo con el control de la ira.

Fío, cuando le tocaba turno de noche, paseaba por los pasillos, a veces lo oía practicar en el salón de música. Habían salido a misiones juntos pero nunca lo había visto usar dicha técnica de la que hablaban algunos, pues era un secreto a voces… pero de algo estaba cien por ciento segura, Kurapika era mucho más fuerte ahora. En estos últimos cuatro meses practicaba sin descanso, incluso se diría que había crecido unos centímetros, su espalda era más ancha y aunque sus ropajes eran sueltos, se marcaba cada vez más la musculatura recientemente adquirida. Luego de las prácticas se le veía más renovado, alguna vez Fío llegó a pensar en que él deseaba decirle algo y le hablaría sobre el tema, pero esa idea era borrada rápidamente pues Kurapika sólo le informaba sobre una nueva misión a la que deberían ir, o lo urgente de algún asunto relacionado con el trabajo.

Kurapika estaba más tranquilo, cada vez mejor. Los ataques del nen opresor (de Pakunoda, Ubogin y Feitan) eran menos recurrentes y más cortos, pero extrañamente no se había acercado a Fío, si bien era muy cortés con ella, casi solícito, algo lo detenía a pedirle que lo ayudara, algo lo detenía cada vez que intentaba hablarle, era como si él mismo se impusiese esa barrera. Fío atribuía esto a desconfianza, cosa que encontraba bastante normal dado lo que Kurapika sabía sobre su pasado (2) aunque en el fondo de su corazón le apenaba el hecho, no deseaba manchar esta época tan llena de dicha, pues por primera vez en su vida se sentía parte de algo, se sentía valorada y querida, se sentía parte de una familia.

Fue así que un día se acercó a Kurapika en el despacho del señor Nostrade, Él siempre atento la saludó y la invitó a sentarse, mientras le hablaba de cosas de rutina de la mansión… Era extraño, Kurapika era una persona que no hablaba con nadie, pero era capaz de hablar con gran fluidez de las cosas de rutina, y así lograr esquivar las conversaciones de otros asuntos que no deseaba tocar. Era hábil, y cada vez que veía a Fío indecisa pues deseaba tocar 'el tema de su pasado o de la curación de Él' el rubio le respondía, adivinando el tema a tratar, con una suave sonrisa "No te preocupes está todo bien¿o no?", cosa que obligaba a la muchacha a responder un atropellado "", dando él por terminada la conversación, o cerrando el tema para empezar una vez más a hablar de las cosas de rutina.

-"Supongo entonces que los asuntos de la subasta de una de las casas de campo están en orden?"- volvió a introducir un nuevo tema de rutina.

-"Kurapika"- dijo la muchacha – "venía a agradecerte por el jardín y las rosas…"

Kurapika abrió los ojos a manera de asombro por un segundo, luego, volvió a su rostro relajado, mientras sus ojos destellaban un brillo diferente.

-"¿Qué te hace pensar que fui yo el que puso las rosas?"

-"No dije que las pusieras tú, sino que las mandaste a poner… por la sugerencia que te hice, de arreglar el entorno por la moral de las pocas personas que trabajan aquí."

-"De hecho pensé que habías sido tú quien había puesto las rosas"- dijo el rubio mientras enarcaba una ceja."

-"Sí claro… yo y toda mi tropa de jardineros" – respondió Fío sarcástica -"sólo un ejército podría plantar esa cantidad de flores en una noche"- agregó con una media sonrisa.

-"Podrías haber sido tú con Killua y mucha determinación por ejemplo"- dijo Kurapika devolviendo el tono sarcástico.

-"O tú con Senritsu y mucha determinación" – dijo Fío sin quedarse atrás.

-"De todas maneras pienso que le estás dando las gracias a la persona equivocada, Fío"- dijo Kurapika mientras se paraba del asiento y comenzaba a caminar por la habitación terminando al lado de la ventana, desde la que se podía apreciar, a través de los visillos, parte del gigantesco jardín de rosas.

Kurapika quedo de espaldas a ella y cambiando drásticamente el tono de voz, respondió.

-"No quiero arruinar sus sueños románticos señorita Fío, pero no me gustan las rosas… y menos a granel como están aquí afuera. No sé quién habrá sido el príncipe de cuentos que escuchó tu suplica, pero déjame decirte que no fui yo."- Todo atisbo de sonrisa se había borrado de su voz, en su lugar estaba la voz fría y distante que usara antaño… El no deseaba seguir con el tema. Por alguna razón que Fío no entendía estaba molesto, y quería herirla de la manera que él conocía: siendo cortés pero ofensivo (¿cómo se puede eso???). Kurapika el rey de las palabras, el diplomático, estaba molesto por algo que tenía que ver con Fío y con esas rosas, la muchacha intentaba cuadrar pensamientos, de pronto todo dejó de ser importante, el jardín de rosas, hablar sobre su pasado, el Genei Ryodan… todo paso a segundo plano… algo había molestado a Kurapika, algo que por supuesto no admitiría.

Fío sin darse cuenta se había parado del asiento y había caminado hacia el rubio. Deseaba mirarlo a la cara, no estaba molesta, quizás la movía la curiosidad u otra cosa que no podía explicar en ese momento. Cuando estuvo a su lado lo miró con detenimiento, por alguna extraña razón su vista se posó en las manos del muchacho, el corazón casi le dio un vuelco al notar los numerosos rasguños en las manos de Kurapika, y sin darse cuenta tomó las manos de él entre las suyas.

Kurapika no se movía, estaba estático, con la mandíbula apretada, mirando con detención cómo la muchacha acariciaba los rasguños con total cuidado y ternura.

¿Cuánto tiempo estuvieron así?... es un misterio… Ella acariciando sus manos y él estático analizando cada uno de los movimientos de la joven mujer. Cuando ella llevó una de las manos del rubio a su boca, éste no resistió más, se movió rodeándola con uno de sus brazos mientras con la otra mano acariciaba el rostro de la joven, el primer beso fue suave y sumamente corto, el rubio apartó la cabeza para mirarla a los ojos, la mirada intensa del joven hizo presagiar que lo que vendría no sería como la vez anterior, él estaba desafiándola a que usara el control (poder nen de Fío) sobre él, le estaba dando la oportunidad de huir o de cambiar de opinión, Fío respondió apoyando su cabeza en el pecho de muchacho, él tomo la barbilla de la joven y la obligó a mirarlo, ella entreabrió los labios para decir algo, que quedó en un suspiro pues los labios de él no permitieron ninguna duda más… recorrieron su boca con esmero, luego las caricias se incrementaron, el abrazo se hizo más fuerte, casi posesivo Kurapika la besaba con suavidad y firmeza, los besos se volvían más profundos. Fío no supo cómo, pero en algún momento sintió que estaba recostada sobre el que suponía era el escritorio… el corazón casi se le salía del pecho, latía de una manera que creía imposible cuando Kurapika comenzó a besar su cuello y sus manos le acariciaron los pechos sobre la blusa. Fío emitió un suave sonido mientras revolvía con sus manos los rubios cabellos de Kurapika, él volvió a besarla en los labios, mientras con cuidado bajaba el cierre de la ajustada chaqueta. Cuando las manos de él tocaron la piel de la muchacha, ella sin dejar de abrazarlo le comenzó a acariciar la parte baja de la espalda, él tómo esto como una aprobación y prosiguió su recorrido, en un segundo los labios de él recorrían posesivamente los pechos de la joven… un gemido lo desconcertó por un instante… para luego regresar a la boca de la joven, ella con lentitud logró apartar la parte superior del traje de Kurapika mientras acariciaba su pecho con las manos. Con un brazo la acariciaba mientras una de sus manos bajaban por las caderas de la muchacha, y cuidando de no aplastarla, la atrajo hacia él… la sensación del contacto físico de los dos cuerpos, hizo que el recorrido fuese mucho más apasionado... ambos tiritaban, lo que hizo que el rubio recuperara el control por un momento.

-"¿Estás bien?"- le susurró al oído, mientras sus ojos la miraban con deseo contenido.

-" sí … por supuesto,"- le susurró de vuelta -" no te preocupes, has sido sumamente tierno, no me podría pasar nada malo contigo."- Inmediatamente deseó no haber dicho esto último 'contigo'.

Notó un pequeño dejo de molestia en el rostro de Kurapika.

-"¿Por qué?... ¿te recordé a alguien acaso?"

Fío no comprendía qué estaba pasando, rememoró la sensación de abandono luego de la primera vez que se habían besado, no quería estar así otra vez… quería estar con él, que la abrazara otra vez, quería ser parte de él como alguna vez lo fue de su… hermano.

¡SU HERMANO!!!

De pronto lo entendió todo. Kurapika temía que ella lo comparara con su hermano… que lo viera como su hermano resucitado o algo así.

Ella acarició el rostro del rubio, con ternura tomó un poco de aire y le dijo.

– "No, no me recuerdas a nadie, sólo a ti mismo… ahora dime una cosa¿tú plantaste las rosas?"

-"Sí" – respondió él sin cambiar su expresión – "Era todo un plan maquiavélico para tenerte sobre mi escritorio en esta posición comprometedora"– repuso con una voz algo más divertida mientras miraba los pechos de la mujer con total descaro. Cuando ella fue conciente de su desnudez, un pequeño rubor cubrió sus mejillas.

-¡SEÑOR!!! - alguien gritaba afuera del despacho.

El rostro de ambos se tiño de rojo.

Kurapika se incorporó rápidamente y en un segundo estaba vestido y arreglado, sólo lo agitado de la respiración lo delataba.

Fío intentó integrarse pero al ver que Kurapika la tranquilizaba y le hacía señas de que iba a salir de la habitación para que se pudiera vestir tranquila, ella se calmó. Kurapika salió del despacho cuidando que la puerta no se abriera mucho, cuando la cerró tras de sí, Fío se vistió con presteza, estaba atontada y ahora un nuevo dilema daba vueltas en su cabeza, Kurapika competía mentalmente con su propio hermano, un hermano que ya no existía mas que en recuerdos y aunque ella tenia claro que quería a Kurapika por ser quien era no porque le recordara a su hermano, al parecer él no lo tenía claro.

De todas maneras era algo que sólo el tiempo y la confianza entre ambos podría solucionar, además habían muchos puntos que debían solucionar, comenzando por una recapitulación de los pasados de ambos para poder ayudar a curar el problema de nen opresor de Kurapika.

Fin del flash back:::

La reunión comenzó. Kurapika se sentó dando la espalda a la puerta de salida, pero nunca antes uno había estado tan conciente de la presencia del otro. Sin embargo, una tercera mirada… los espiaba… Casi burlándose de su buena fortuna, por ser un espectador tan bien posicionado para la obra de teatro que era su venganza… Kuroro se reía para si.

CONTINUARA…

(1)Y (2) (Referencias a precuela de este fic … "Blood eyes" )

El ángel de la oscuridad. uff ahora me demore un poquitin mas en actualizar … pero es porque Mary lover me esta ayudando con la ortografía ;) sobre Kurapika y Fío … de a poco se irán enterando que fue lo que paso para que estén como están.

Alisse. espero te siga gustando la historia ;)

Murencita. Todavía falta recién esta empezando la reunión (jajajajajaja) espero que la escena romanticona te haya gustado ya que hace rato que me venias hablando sobre emparejar a estos dos…

Mary lover Editora jajajajajaa gracias por dejar tu comentario me gustan los comentarios largos son entretenidos de leer pues vienen cargados de emociones y buenas ideas para seguir escribiendo… sobre Kuroro … ya tengo planeadas algunas cosas , que no se seran de tu agrado pero la historia lo pide.:) saludos y muchas gracias por las correciones "horrográficas".

Fulldomination. Siiiiiiiiiii Kurapika rulz ¡¡¡¡ me gustan las personas y los personajes inteligentes…. Espero que Kurapika me siga quedando como debe ser … si no me avisan