Hola gente!! Por fin!! Ya vengo a poner nuevo capítulo!!! XD Mañana entro a la escuela Buuuuuuuuu!!!! Así que será más difícil que venga a actualizar ¬¬ Pero no importa porque me escaparé y vendré a escondidas a poner nuevo capítulo jejejeje En fin... Respondo reviews otra vez! XD
Darleen: Mi fiel lectora!! Mil gracias por dejar reviews en esta historia y por querer tanto a Murtagh como yo!!!! jajajaajaja Esperamos Death Sentence!! jajaajaja
Anonymous: jajajajaa ya dije lo de Nasuada XD jajajajaaja En fin... yo también espero que hubiera mas historias aqui!!
Ale: Ahorita se responderán tus dudas!! jeje Que bueno que cada día más personas lean mi fic y que me dejen review... Porque luego lo lean pero no me reviewean jajajaja saco! palabrita...
En fin! Los dejo con el capi!!!!
Murtagh adoptó una posición de batalla con las piernas separadas y ligeramente doblas. Tomó con las dos manos a Zar'roc e hizo frente a los dos misteriosos extraños que estaban en el umbral de la puerta de su habitación.
Las dos formas avanzaron hacia el lentamente y un rayo de luna que entraba por la ventana de la habitación dejó ver unas figuras con capa. De las capas de ambos sobresalía un pico como de ave y un olor a carne podrida llenó la oscura habitación.
Murtagh dudó unos segundos y murmuró "Los Ra'zac".
Bajó el arma un momento, pero no la guardia. Murtagh estaba seguro de que no lo atacarían sin razón aparente, ya que se podía decir que estaban del mismo lado en cuanto a lealtades se refería.
Tanto el joven como los dos Ra'zac se quedaron quietos mirándose mutuamente por un rato. Entonces uno de ellos se lanzó hacia Murtagh soltando un chillido agudo y una estocada hacia el costado izquierdo de Murtagh, quien gracias a sus nuevas habilidades logró esquivarlo con un paso ágil hacia atrás.
-¡Estoy de su lado, estúpidos!-, gritó Murtagh con frustración mientras paraba otro golpe con la espada.
Al ver que ninguno de sus dos contrincantes cedía decidió ponerse a la defensiva.
Empuñó su espada con la mano derecha y la hizo dar una vuelta alrededor de su mano, para demostrar lo hábil que era. Dio un paso hacia adelante y lanzó un golpe al cuello de uno de sus atacantes, quien dio un brinco hacia atrás. El otro avanzó hacia adelante con una espada corta en mano y se la lanzó a Murtagh al hombre izquierdo, acertando.
Murtagh gritó de dolor al sentir la espada sumergirse en su piel. Tocó con la mano derecha la herida y sintió como la sangre caliente emanaba de ella. Sin tiempo para curarse, asestó una estocada hacia el cuello de uno de los Ra'zac, fallando por poco. Se dio la vuelta para encarar al otro y con una rapidez anormal le enterró la espada directo en el centro del corazón. La criatura lanzó un chillido agudo y estremecedor y cayó hacia atrás.
Murtagh sacó la espada de pecho de su atacante y dio media vuelta. Tuvo una encarnizada pelea con el otro. Ambos eran hábiles. Pero ahora nadie podía igualar a Murtagh.
El jinete se agachó para esquivar una estocada y se levantó rápidamente cortando con un corte limpio la cabeza de su atacante.
El cuerpo decapitado del Ra'zac cayó con un golpe seco y toda la habitación se llenó de un hedor a muerte y el lustroso piso de madera se impregnó de la sustancia oscura y espesa que era sangre de Ra'zac. El jinete trazó una floritura con su espada describiendo un rápido círculo lateral. Ese movimiento ya era su sello.
Murtagh se quedó agitado respirando con fuerza y boqueando para recuperar la calma. La sangre del hombro le goteaba de los dedos y manchaba todo su brazo. Puso la palma de su mano derecha sobre su hombro ensangrentado y murmuró las palabras que Galbatorix le había enseñado para curar cualquier herida, sin importar que tan grande o complicada fuera.
En cuestión de segundos la herida cerró sin dejar cicatriz y dejando la piel como si nunca le hubieran herido con la espada.
Murtagh suspiró y se dejó caer en su cama, manchando de sangre las sábanas. Cerró los ojos unos momentos, mientras asimilaba lo que acababa de pasar.
¡Acababa de matar a los vasallos del rey! Tendría que dar mas explicaciones de las debidas. Se sentó en la cama y puso su cabeza entre sus manos, echando su pelo hacia atrás.
Se levantó y se quitó la camisa poco a poco. Toda la manda izquierda estaba llena de sangre. Se secó la sangre de la piel con una tela húmeda y reemplazó su camisa por una limpia. Tomó las pocas cosas que había llevado con él y el paquete que tenía que llevarle al rey. La tomó con una de sus grandes manos y la soltó al sentir que vibraba.
Murtagh sintió curiosidad y levantó el paquete. Lo desenvolvió poco a poco y dejó al descubierto una roca extrañamente plana de color rojo brillante. En ella estaba escrito algo con letras doradas.
Entre el río y el lago,
entre el bosque y la llanura,
donde el amanecer llega al inicio
y el ocaso llega al último.
Sólo los mas necesitados encontrarán
lo que perdieron y quieren recuperar.
Pero no serán ambiciosos,
pues la ambición puede ser su final.
Murtagh observó la piedra con duda y alzó una ceja. Nunca había escuchado nada parecido. ¿Para qué querría el rey eso¿Qué era lo que había perdido y quería recuperar? Las dudas golpeaban la mente de Murtagh y lo dejaron pensando un largo rato mientras le daba vueltas a eso.
En cuanto el primer rayo de sol entró en la habitación, Murtagh tomó sus pertenencias y dejó unas monedas en la cama. Salió de la habitación lo más rápido que pudo y atravesó la posada.
Salió al aire espeso que tenía Dras-Leona y llamó a Espina para que se encontrara con él en la salida.
-¿Por qué tanta prisa?,-preguntó al ver la urgencia con que su jinete le pedía encontrarse con él.
-Luego te explico,-contestó con misterio.
Murtagh llegó a la puerta que apenas empezaban a abrir los soldados. Hicieron una leve inclinación cuando Murtagh pasó y atravesó la puerta.
Espina ya estaba esperando afuera cuando Murtagh salió. Rápidamente subió sobre su lomo y alzaron el vuelo. Mientras tanto, Murtagh ponía al corriente a Espina de lo que acababa de pasar en la posada. De los Ra'zac y del extraño encargo del rey.
-Vamos a Helgrind,-dijo Murtagh después de un tiempo de vuelo.
-¿A qué?,-preguntó el dragón con extrañeza.
-Necesito ver algo,-respondió Murtagh. Una idea acababa de cruzar por su cabeza.
-¿Qué?,-siguió preguntando el dragón con insistencia.
-Ellos sabían que teníamos la piedra. Sabían que estábamos de su lado. ¿Qué otra cosa querrían sino la piedra?,-empezó deduciendo Murtagh calculador.-Pero¿para qué? Ya se la íbamos a llevar al rey... A menos que estén al servicio de alguien más,-pensó con astucia.
-Bien pensado,-coincidió Espina.- Pero¿de verdad crees que tengan algo en Helgrind?
-¿Por qué no? Tal vez ahí descubramos a quien más le deben lealtad. Aunque me sorprende que el rey no se haya dado cuenta desde antes.
-Que no te lo haya dicho, no significa que no se haya dado cuenta.
-Aún así. Tenemos que investigar eso.
Siguieron volando hasta que a lo lejos divisaron la montaña negra de Helgrind.
-Murtagh,-dijo Espina con sorpresa.-Eragon y Saphira están aquí. Vienen con otro hombre. No puedo decirte quién es. Es mayor que el jinete. No creo que nos hayan detectado todavía.
-Tenemos que ver que traman. Síguelos, pero no tan cerca.
Espina alzó el vuelo hasta estar sobre la montaña. Dio vueltas alrededor de ella mientras veían abajo de ellos a Saphira con Eragon y un hombre bastante parecido a él. Murtagh dedujo que sería su primo. Los observaron dar vueltas alrededor de la montaña y en cierto punto, la dragona dio la vuelta.
Murtagh los observó con interés y vio con sorpresa como emprendían el vuelo directo a la parte más alta de la montaña, donde todo parecía sólido.
"Se van a estrellar los muy idiotas", pensó Murtagh. Para su sopresa, atravesaron la piedra como si no hubiera roca sólida ahí.
-Tengo que saber para qué vieneron. ¡Thverr stenr un atra eka hórna!,-dijo y Murtagh oyó claramente la voz de Eragon.
-Los Ra'zac no están aquí. No deben de estar muy lejos.
-Mejor. ¿Dónde podrán tener a Katrina?,-añadió la voz de Roran.
-No lo sé. Hay varias puertas aquí. En alguna debe de estar.
"Vienen a rescatar a alguien", dedujo.
-Vamos Espina. Tenemos que entrar lo más pronto ahí. Vamos a entrar. Pero antes... ¡Eyddr eyreya onr!.
-¿Y eso fue para...?
-No escucharán cuando nos acerquemos,-respondió Murtagh con frialdad.
Descendieron lentamente hacia donde habían visto que desaparecieron Eragon y Saphira en la roca. Dentro de la montaña, Murtagh vio un reflejo azul. Eran las escamas de Saphira. "Es una ilusión", le dijo a Espina sorprendido.
Entraron rápidamente en la montaña y Espina lanzó a Saphira a un lado mientras Murtagh le daba un golpe en la nuca a Eragon con la empuñadura de su espada. Mientras Eragon caía al suelo inconsciente, Murtagh se dio la vuelta justo a tiempo para esquivar a Roran quien ya blandía su martillo.
-¡Letta!-, gritó Murtagh y Roran quedó inmovilizado.
-Murtagh, necesito un poco de ayuda aquí,-lo contactó Espina.
El jinete se dio la vuelta y vio como su dragón estaba sobre Saphira, quien lanzó un gruñido en su dirección.
-¡Rïsa!,-murmuró.
La dragona quedó suspendida en el aire, tal y como había quedado en los Llanos Ardientes.
Murtagh soltó una carcajada y recorrió con la mirada toda la guarida.
-De verdad que sería tan fácil llevarlos a Urû'baen...-dijo Murtagh con una sonrisa cruel en sus labios.
Se dio la vuelta mientras detrás de él Saphira lanzaba gruñidos y Espina se agachaba junto a la roca, mirándola divertido.
Murtagh recorrió con expresión inescrutable las puertas dentro de Helgrind. Avanzó despacio y deteniéndose cada vez que había una puerta y dando una rápia mirada dentro de ella.
Las primeras puertas no guardaban nada interesante para él. En varias vio varios cadáveres de algun desafortunado hombre.
Justo un poco antes de llegar al final de la caverna, se encontraba una puerta diferente a las demás. Era más alta y no había manera de ver lo que había dentro de ella. Murtagh tomó el pomo de la puerta y no se abrió.
-¡Thrysta!,-murmuró y la puerta cedio.
Entró a una habitación donde había varios estantes con libros en los que estaban las fechas en que varios barcos salían y su llegada al puerto de destino. Al fondo se encontraba una mesa en la que estaban varios papeles amontonados sin orden alguno. Murtagh buscó algo que le pudiera dar alguna pista de por qué los Ra'zac lo habían atacado.
En un pergamino pequeño estaba escrito con una letra que parecía hecha con prisa:
JINETE
Llega a Dras-Leona dos días después
Sale al otro día
Tiene la piedra
Murtagh releyó la nota varias veces sin encontrar pregunta a su respuesta. No había escrito para qué querían la piedra los Ra'zac, pero sabían cuándo iba a llegar a Dras-Leona. Su descubrimiento sólo lo dejó con más preguntas.
Salió de la habitación y regresó con Espina. Quien miraba con curiosidad a Roran, quien no paraba de echar maldiciones y llamar a Eragon, quien seguía inconsciente.
-Tranquilo,-dijo Murtagh con cinismo y agachándose a la altura de él.-No les vamos a hacer nada. Por el momento ustedes no importan.
-¡Traidor y cobarde!,-dijo Roran escupiendo a los pies de Murtagh.- En una batalla limpia no podrías siquiera igualar a Eragon-.
-Como sea,-respondió Murtagh lanzándole una mirada fría.
Subió a Espina y le dirigió una última mirada a Saphira. El dragón alzó el vuelo hacia el este con dirección a Urû'baen, deshaciendo los hechizos que tenían Roran y Espina.
En cuanto Roran se pudo mover salió corriendo hacia Eragon y se arrodilló junto a él. Lo comenzó a zarandear hasta que éste regresó en sí.
-¿Qué pasó?,-preguntó Eragon llevándose una mano hacia la nuca, donde había recibido el golpe.
-Tu querido hermano nos hizo una visita,-respondió Roran con frialdad.
-¿Murtagh¿Qué hizo¿Qué quería¿Cómo es que seguimos vivos siquiera?,-preguntó con insistencia.
-¡No lo sé! Te golpeó con la empuñadura de su espada, se fue hacia una puerta y al poco rato regresó. Luego se fue con su dragón.
- Que raro,-murmuró Eragon.
-Y que lo digas,-coincidió Roran.-¿Dónde podrá estar Katrina?
-Ni idea. Tendremos que buscar en todas las puertas.
Roran se levantó rápidamente y le tendió la mano a Eragon para ayudarlo a pararse.
Cada uno tomó un lado de la cueva y fueron revisando lo que había dentro de ellos.
Tanto Eragon como Roran sentían su corazón latir con más fuerza cuando encontraban algún cadáver en alguna celda.
Siguieron hasta el final de la cueva hasta que Eragon soltó un grito:
-¡Roran! Aquí está. Y está con...,- Eragon dudó un segundo.- ¡Oh no! Sloan está aquí.
Roran volteó y corrió hacia donde estaba Eragon y se quedó parado en el umbral de la puerta.
Justo frente a él estaba Katrina apoyada en la pared con la cabeza inerte sobre sus hombros y su largo cabello cubriéndole la cara.
Junto a ella estaba Sloan tirado sobre la fría piedra con un tono grisaceo en la piel.
Roran se acercó lentamente hacia Katrina y levantó con cuidado su cabeza. Besó su frente y la tomó un brazos con una facilidad asombrosa. Lentamente se dirigió hacia la puerta con un extraño brillo en la mirada dejando atrás a Eragon.
El joven jinete trató de sentir la fuerza de Sloan pero fue en vano. Había muerto.
Eragon fue tras su primo y lo alcanzó.
-¿Está muerto?,-preguntó Roran sin expresión alguna en la cara.
-Sí,-respondió Eragon con cuidado. No sabía como iba a reaccionar su primo.
-Bien... ¿Cómo llevaremos a Katrina?
-Saphira nos puede llevar a los 3. Pero tenemos que para cada cierta distancia.
-Está bien,- contestó con la misma expresión en su semblante.
-Es un milagro que siga viva,-añadió Saphira en la mente de Eragon.-Es una prueba de que todo irá mejorando, pequeño.
-Espero que así sea,-coincidó.
Eragon subió al lomo de Saphira y Roran subió a Katrina. Eragon la sujetó para que Roran pudiera acomodarse. Cuando estuvo listo, el joven hizo recostarse a Katrina sobre su pecho y alzaron el vuelo.
Cuando salieron de Helgrind, Roran sintió como Katrina se movía, abrió los ojos lentamente y le susurró:
-Sabía que vendrías por mí.
-Nunca te dejaría,-respondió Roran dándole un suave beso en la mejilla.
Delante de ellos, Eragon sonrió.
Uyyyy!! Ya la dejé de suspenso... Para que cara...o es esa piedra?? Para que la quiere el rey?' Para que la querian los Ra'zac!!!???
A Eragon lo tenía que poner aqui a fuerza!! jajajaajaja Como protagonista de El Legado se merecía aunque fuera medio capítulo aqui no? Aunque el tipo se la haya pasado inconsciente la mitad jajajajaaja En fin... Espero que les haya gustado y si les gustó recoméndenselo a sus amigos y si no les gustó, recoméndenselo a sus enemigos XD jajajajaja Pero dejen review!!! jejej Me despido que ya me andan apurando para irme a dormir para mañana ir a la escuela!!! Buuuuuuuuuuuuuu!!!!!!
Besos!!
