Pareja: BryanXTala

Género: Romance -Shounen ai-.

Disclamer: Beyblade ni ninguno de sus personajes me pertenecen, todos son de Aoki Takao.

Dedicatoria: Como ya dije, esto es para una persona muy especial. Se lo dedico con todo mi corazón.

Gracias por los revs a:

Bojik Ivanov, Lady Ivanov, Hio Ivanov, H.Fanel.K, GabZ

Bajo Cero

Por Addanight

A todos nos gustaría pensar que cuando se encuentra el amor, todo se vuelve maravilloso, sin embargo esa no es la realidad.

A veces quisiéramos creer que la presencia del ser querido hará perfectos cada uno de nuestros días, pero dicha idea también carece de fundamento.

No hay relaciones perfectas, sólo personas dispuestas a aferrarse al ser amado a pesar de los problemas…

Capítulo 7: Dulce Desastre (Parte III)

Treinta y cinco. Los árticos orbes se dilataron exageradamente en cuanto sus ojos se posaron en las manecillas de su reloj. No podía ser cierto. Esto tenía que ser una broma se dijo el joven pelirrojo. Pero al mirar hacia la pared comprobó lo que tanto temía: eran las siete treinta y cinco y él aún no estaba listo. La histeria no tardó en apoderarse del pobre chico que, de pronto, sintió el terrible impulso de correr en círculos mientras gritaba. Obviamente no lo hizo. Yuriy Ivanov, no podía permitirse que su imagen se quebrara de ese modo. Y hablando de imagen, él era un desastre. Definitivamente, alguna fuerza superior le detestaba con toda su alma.

El chico había comenzado su día muy temprano, sintiendo una inmensa felicidad por todo su ser. Estaba emocionado. Muy emocionado. Su añorada cita había llegado al fin. Los días anteriores le habían parecido eternos. Y había dedicado la gran mayoría a soñar despierto. Lo cual no fue muy buena idea ya que, mientras Yura fantaseaba durante la cena, con su cara de enamorado, Hiwatari, exasperado al ver que el otro le ignoraba, le había lanzado el salero. Y ahora tenía una hermosísima marca morada en su perfecta y preciosa mejilla.

"Esto es tu culpa Hiwatari. En cuanto salgas de tu habitación te haré tiritas. No podrás quedarte ahí dentro por siempre." Gritó el chico dejando que su voz se extendiera por toda la casa.

Y él que quería lucir perfecto para Bryan. Pero claro que Kai había tenido que arruinarlo. De momento, su mejilla solo había presentado un ligero tono rojizo, por lo que procedió a colocarle hielo. Pero al despertar al día siguiente, había pegado el grito al cielo. Su primer impulso fue asesinar a Hiwatari, pero como no quería problemas con la policía, se tuvo que conformar con darle la paliza de su vida. Está de más decir que el ruso cojearía por algunas semanas.

Por tal motivo, no le había quedado más motivo que seguir la sugerencia del kot y usar maquillaje. Tenía que lucir excelente. Y por supuesto que lo hacía con esos bellísimos pantalones gris oxford y su camisa azul eléctrico. Se colocó sus hermosas botas negras y una chaqueta del mismo color antes de mirarse al espejo. Estaba excelso. Pero, ¿sería suficiente como para causar el efecto deseado? Ojalá que sí.

Claro que su apariencia no importaría mucho si el maldito de Kuznetzov no llegaba. Después de todo y hasta donde él sabía, el pelilavanda no era psíquico, así que no, definitivamente no había forma de que supiera lo delicioso que se veía si no llegaba. Su fría mirada se empeñó en calcinar el reloj que le indicaba que otros cinco minutos habían pasado y su dichosa cita no había llegado.

La ira llevaba varios minutos burbujeando en su interior. De modo que cuando el timbre, finalmente, sonó, el ojiazul no sabía si estar feliz o terriblemente exasperado. Pero con un demonio, había esperado esto durante días y no iba a permitir que nadie se lo arruinara. Ni siquiera el idiota de Kuznetzov. Así que echándose una mirada rápida al espejo, y luego de comprobar que aún lucía como la más exquisita representación del pecado, Yuriy se acercó a la puerta y la abrió.

Había muchas cosas de las que Bryan Kuznetzov estaba orgulloso en su vida. Después de todo, tenía un cuerpo maravilloso, Falborg y él tenían una técnica envidiable con el Beyblade, las fans se mataban por conseguir que les dirigiera una mirada y por supuesto, tenía un novio estupendo.

Pero quien le abrió aquella puerta no fue su bellísimo y maravilloso novio. ¡Por supuesto que no! Quien le abrió fue un condenadamente sexy chico de ensueño. Por supuesto que las revistas le habían dado el premio a la celebridad más deseada por cinco años consecutivos, pero Bryan jamás había sido más conciente de cuanta razón tenían hasta aquel momento. Si por él fuera, la cena podía darse por olvidada, porque él necesitaba tocar lo que estaba frente a él o sencillamente se moriría de deseo.

Fue una inmensa sorpresa para el halcón el ver que sus pensamientos fueron rotos por unos deliciosos y fríos labios. El dueño de Wolborg no perdió tiempo en morder los labios del chico hasta que la sangre empezó a brotar de ellos. Y por supuesto que el ex líder de los Demolition Boys no iba a dejar pasar la oportunidad de lamer la herida con una maestría que, en muchos países, seguro era ideal. Aquella ágil lengua le acarició con una velocidad y entrega que el pobre chico se sintió mareado. Pero tan rápido como empezó, a la misma velocidad terminó todo.

"Kuznetzov. Un placer ver que finalmente me honras con tu presencia." Escuchó decir aquellos labios en ruso.

"Yo…" Trató de decir el chico, pero de algún modo, su cerebro parecía no desear cooperar.

"¿Buscando excusas Kuznetzov? Ya deberías saber que no puedes mentirle a tu capitán de equipo. Así que vámonos de una vez." Anunció Yuriy siendo seguido de cerca por el ojilavanda.

El chico de orbes azules no supo exactamente lo que había sucedido, pero una cosa era segura. Tala Ivanov estaba de regreso y venía para quedarse y poner su maldita relación en orden. La lujuria con la que los ojos del otro le devoraban, le dijo que su actitud era bien recibida. De algún modo, las cosas parecían empezar a mejorar. Quizá aún había esperanza para ellos.

Notas de la Autora:

Mil gracias.

Cuídense.

Addanight