Aquí les traigo el tercer capítulo de "Los Alquimistas" es el más largo que he escrito hasta ahora, así que ¡Disfrútenlo!
Muchas gracias a las personas que me enviaron reviews por los capítulos anteriores, espero que sigan dandome su opinión sobre este capi y en el resto!
Capítulo 3
Unidos por la nieve.
Winry Rockbell se hallaba sentada en el suelo de su habitación, iluminada únicamente por los últimos rayos de sol que conseguían entrar por la ventana. La chica había estado tratando de empacar durante toda una semana, pero únicamente conseguía una maleta color rosa abierta y vacía sobre su cama. Se le hacía imposible empacar sin pensar en nada, pues los recuerdos de sus padres, sus amigos, su escuela actual, su abuela, su mansión… ¿Cómo abandonar algo que te ha acompañado toda la vida con tanta facilidad? Pero ya era éste el último día que tenía para empacar, ya que al día siguiente se marcharía a Reesembul, se instalaría en la escuela, y empezaría una nueva vida… vaya que sonaba difícil para ella.
Edward Elric llevaba una semana completa en Reesembul. Se hospedaba en una posada en el centro del pueblo, donde, igual que muchas otras posadas, había muchos estudiantes de su escuela, que también llegaban a ese sitio antes del comienzo de clases. Había olvidado el agradable frío que hacía allí en aquella época del año, pues en la enorme y calurosa ciudad donde pasaba las vacaciones con su padre era imposible que cayera un miserable copo de nieve.
En Reesembul, era fácil pasarla bien, tanto si se era una persona extrovertida y rodeada de amigos, como si se era solitario, como en el caso de Edward. El chico solía pasar los días caminando por el pueblo, de vez en cuando tomaba un chocolate caliente, a veces entraba a la sala de videojuegos para pasar el rato, pero era más común verlo sentado en el parque recordando.
Él recordaba las añorables vacaciones que pasaba con su mamá antes que ésta muriese. Su padre nunca iba con ellos, decía que tenía cosas más importantes que hacer. Por eso, su madre lo llevaba de paseo a Reesembul cada vez que podía. Solían jugar en el parque y tomar chocolate caliente en un acogedor local, donde siempre los atendía una pareja de ancianos. Años después, después de la muerte de la madre de Ed, él volvió a Reesembul para comenzar las clases, pero el local había sido clausurado, al parecer, porque la pareja de ancianos no pudo pagar los impuestos. Quizás esa era una de las razones por las que se irritaba cuando escuchaba a alguien hablar sobre impuestos, en fin, él no lo sabía.
¡Vaya enorme sorpresa que se llevó Winry Rockbell cuando vio copos blancos y fríos caer por la ventan del tren! La chica no había visto un copo de nieve en su vida, pues en la ciudad donde vivía hacía tanto calor que nunca nevaba. El problema era que el tren se retrasaría, pues la nieve había tapado las vías y tendrían que retirarla para poder continuar el viaje. Seguramente llegarían pasadas las ocho de la noche, pero eso no le importaba a Winry, por ella estaba bien esperar, siempre podía ver esos fascinantes copos de nieve.
Edward ya no sabía a dónde más dirigirse, ya había visitado todos los sitios que conocía en Reesembul, y ya era las ocho de la noche con treinta minutos, por lo que muchos locales ya habían cerrado. A esta hora, el frío solía intensificarse, pero eso a él no le importaba.
No le apetecía regresar a la posada, donde seguramente había muchos de sus compañeros de clase que lo miraban de mala manera, por el hecho de ser un "antisocial", un "buscapleitos" y además un "satánico", como lo calificaban ellos. Edward aceptaba ser algo cerrado respecto a sus relaciones con las demás personas, pero pensaba que sería más fácil comunicarse con la gente si no lo miraran tan mal; además, Ed estaba seguro que no tenía nada de satánico, pero obviamente, nadie jamás lo entendería. ¿Qué tiene el color negro que asusta a todo el mundo?
Mientras divagaba, simplemente se dejó llevar por sus pies hacia donde la nieve se perdía, a donde fuera, cualquier lugar estaría bien para caminar antes de cansarse y tener que regresar a la posada inevitablemente. No se perdería, sabía ubicarse en la calle.
Winry nunca había siquiera imaginado el tipo de frío que se siente cuando cae nieve (NA: ni yo, aquí donde vivo siempre hace calor ó.ò), pero lo cierto era que sus jeans y la camiseta rosa con mensaje color negro "My acttitude's cute" (xD) no cubría mucho del frío. Ella comenzó a caminar por un camino iluminado que seguramente conducía al pueblo, hasta que, por caprichos del destino (NA: o por caprichos míos ¬¬), se dañaron las luces y la chica quedó en completa oscuridad y como si fuera poco, estaba a punto de congelarse. Pero decidió seguir andando en línea recta.
Edward se sorprendió un poco cuando se dañaron las luces, pero daba igual, recordaba a la perfección el camino que había recorrido, además, reconocía que tenía buena memoria. Aún no quería regresar a la posada, así que pensó que no habría problema en seguir caminando un poco más. De alguna manera, le gustaba la nieve, le traía recuerdos de su madre. A menudo llegaba a pensar que la nieve se parecía a su madre (NA: Voy a cambiar el peinado de la mamá de Ed, sólo porque lo amerita la trama de la historia).
El muchacho podía recordar la piel de su madre, clara, suave, frágil. Su cabello castaño le recordaba el color de la taza de chocolate caliente que compartían a menudo. No había manera de describir sus ojos azules. Podrían parecerse quizás al azul del cielo en las mañanas de invierno, o podía parecerse al invierno en sí. Incluso podía recordar, que cuando ella se ponía su abrigo azul, se recogía el cabello en una cola alta, bien sujeta a su cabeza para evitar que se soltara. A veces dejaba un mechón suelto junto a su cara¿Por qué? Porque en una ocasión, Hoenheim Elric le había dicho que se veía bonita de esa forma.
Una vez más de entre las incontables veces en su vida, Edward apretó el puño derecho y aguantó un nudo en la garganta. Ella había sufrido tanto… ¡Y todo por culpa de ese bastardo!
El joven iba tan sumergido en sus pensamientos, que sólo se dio cuenta de la presencia de otra persona cerca de él cuando ya era muy tarde. ¿Cómo relatarlo adecuadamente? Bueno… pues, digamos que por estar de distraído se llevó un trancazo… (NA: aclaro una cosa, no se tropezó con nadie) Recibiendo el impacto de una llave inglesa, ( NA: apuesto que ya la extrañaban xD)
-¡Oye! – reclamó el chico tirado en el frío suelo sobándose la lastimada cabeza – ¿Quién está ahí y por qué me golpeó?
-Ups… ¡Pero si eres sólo un niño! – exclamó una muchacha rubia que lo miraba apenada. Por si no lo han adivinado todavía, se trataba de Winry Rockbell.
-¿Sólo un niño¡¿SÓLO UN NIÑO?! – decía enojado el "niñito" (NA: jajajaja…. No me hagan caso, comí mucha azúcar) - ¡¿A quién le dices insecto que para verlo hay que usar una lupa¡Tengo 16 años y medio!
-Oh… lo lamento mucho, disculpa n.n' – se disculpó ella, pero al instante puso una expresión amenazante - ¡Y TÚ NO TIENES DERECHO A GRITARME¡Ademas, tú fuiste quien no se fijaba por donde ibas!
-¡Y tú eres la que andabas sola en medio de la nieve!
-¡Tú también estabas solo, tonto!
-¡Pero yo si llevo abrigo puesto!... – y luego, mirando con más detenimiento a la chica, aflojó su expresión y dijo con preocupación – Oye… por cierto¿Por qué no traes abrigo si está nevando?
-Es que… bueno, yo no me esperaba que nevara.
-Pero si lleva una semana nevando… espera un segundo¿no me dirás que llegaste hace poco, cierto?
-En realidad, así es. – afirmó ella un poco apenada – me dirigía al pueblo, pero no sé a quién se le ocurrió apagar la iluminación del camino y ahora me perdí.
Edward no sólo había notado que la chica no tenía abrigo, sino que también temblaba, y tenía la mirada baja, notablemente algo apenada, y ese peinado. El chico recordó algo que realmente, no quería recordar.
Flash Back:
Un pequeño niño rubio se levanta a mitad de la noche; había tenido una pesadilla. Se dirigía a la habitación de sus padres, a preguntarles si podía dormir con ellos por esa noche. Pero, justo cuando estaba frente a la puerta de la habitación del matrimonio, el niño escuchó lo más terrible que había escuchado: un llanto femenino, lleno de dolor.
Un segundo, dos segundos, el llanto continuaba… hasta que…
-¡Cállate la boca, mujer estúpida!
En el aire se escuchó un golpe, que le heló la sangre al pequeño Edward. El niño abrió la puerta silenciosa y suavemente, sólo unos centímetros, para ver qué sucedía adentro de la habitación.
Su madre, tirada en el suelo, con la mirada baja, expresión dolorosamente apenada, temblando. Traía aún el cabello recogido en su cola alta y aquel mechón junto a su cara. De pie, junto a ella, estaba Hoenheim, el padre de Edward, con una expresión de ira en el rostro y con la mano alzada.
Fin del Flash Back
Y allí estaba, una chica, temblaba, con la mirada apenada y baja, con aquella cola alta y el mechón junto a su rostro… ¿Por qué se parecía tanto a ella¿Por qué no lo había notado antes de gritarle¿Por qué se sentía tan miserable?
Winry Rockbell se sentía apenada por haber golpeado aquel muchacho. Pero… se sonrojó mucho cuando el chico se quitó el abrigo gris y se lo puso a ella.
-¿Eh? … - la chica no tenía la menor idea de cómo reaccionar.
-Tranquila, yo estoy bien sin abrigo – (cosa que era total y exclusivamente mentira xD) – Además, me lo devolverás cuando nos veamos de nuevo y no haga frío. – Entonces, se dio la vuelta y comenzó a regresar por donde venía – Sígueme, te guiaré hasta el pueblo.
-Eh… sí… - respondió la muchacha, algo insegura, aunque lo siguió de todos modos.
Una sombra pasa frente a una ventana y observa el interior de una habitación, vacía. Cajones vacíos, un armario vacío.
-Vaya niña lista, se fue. – susurró la persona que portaba aquella sombra.
Minutos de incómodo silencio transcurrieron mientras el muchacho guiaba a Winry a través del camino nevado. Al chico no le molestaba estar en silencio, siempre había estado así, por lo que se podría decir que estaba acostumbrado al silencio. Pero ese no era el caso de la muchacha, quién se decidió a hablar primero.
-Umm… disculpa, se me olvidó preguntarte… ¿Quién eres¿Cómo te llamas? – preguntó ella, pues era lo primero que se le ocurrió (NA: y también fue lo primero que se le ocurrió a esta autora, que se le está acabando la imaginación TT – TT)
-Mi nombre es Edward Elric – respondió el muchacho, reprendiéndose mentalmente por no haberse presentado antes – ¿y el tuyo?
-Winry Rockbell. – dijo ella sin pensarlo dos veces, pero luego creyó que no era bueno ir diciendo su nombre por ahí, pues se estaba escondiendo. Pero parecía que el chico tenía buenas intenciones.
-Rockbell… - repitió Edward, a quien, por alguna razón, se le hacía conocido.
-¿Sucede algo con mi apellido? – preguntó Winry, extrañada por el comportamiento del chico.
-No, nada, sólo me pareció haberlo escuchado en alguna parte. – respondió Edward.
Para Winry, la respuesta del muchacho tenía sentido. Ella tenía una familia rica, era normal que se escuchara de ellos fuera de la ciudad donde vivían. A pesar de eso, Edward relacionaba en apellido "Rockbell" con algo oscuro… pero ¿Por qué¿Dónde lo había escuchado?
Siguieron caminando hasta que llegaron a un punto donde ya había iluminación, pero seguían en medio de la nada (NA: … no tengo nada que decir ahora -.-). Sin embargo, unos minutos después empezaron a aparecer casas y locales (aunque cerrados), momento en que Winry comprendió que ya estaban en el pueblo, pero, había algo que la inquietaba…
-Eh… disculpa, Edward, - dijo ella un poco tímida…
-¿Sí? – preguntó el muchacho volteando a mirarla.
-De casualidad¿Sabes dónde queda la posada "Paraíso de Invierno"? n.n' – preguntó Winry – Es que yo nunca había venido a Reesembul.
-Eh… - "¿Esta niña habla en serio? Me pregunto que habría hecho si yo no me hubiera tropezado con ella… o, mejor dicho, si ella no me hubiera golpeado -.-'…" Pensaba Edward – Queda pasando la próxima esquina a la derecha, ven, te la mostraré.
-Eh… por supuesto n.n' – "Si ya me dijo dónde queda¿Por qué me la quiere mostrar? O ¿Creerá que soy una tonta y por eso no entendería una dirección ò.ó?" pensaba ella.
-Lujuria, la chica no está en la mansión y su habitación está vacía – dijo un hombre gordo y bajito, con una mirada blanca y vacía, y su cabeza era calva.
-¿No sabes donde pueda estar?
-No… Pero¿Puedo comerme a la anciana?
-Aún no, Gula. Deberás esperar un poco.
-Qué lástima…
Edward acompañó a Winry hasta la puerta de la posada, sin saber exactamente la razón.
-Fue un placer conocerte, Edward – dijo Winry como despedida – Espero que nos volvamos a ver algún día.
-Seguro. – respondió el muchacho – Hasta luego – y diciendo esto, se dio la vuelta y se marchó hacia la posada.
Una persona cubierta con un abrigo negro observa a un muchacho despedirse de la hija de los Rockbell y perderse entre las calles de Reesembul. Luego, esa persona se dirige a uno de esos teléfonos públicos y comienza a marcar.
-Hola, Tucker - dice una voz de mujer a través del teléfono - ¿Está ahí?
-Sí, señorita Lujuria, tal como sugirió Elric.
-Muy bien, y, dime¿viste a alguien más con el chico?
-Sí, creo que era su novia, rubia, ojos azules.
-Esa es una buena noticia. Buen trabajo.
-Pero, dígame¿Qué pasará con nuestro trato?
-Oh… Cierto, lo había olvidado… muy bien, tu pequeña hija estará a salvo, sabes, me he encariñado mucho con ella el día de hoy…
-¡¿Qué le has hecho a Nina?!
-Nada. Pero, sabes, no te conviene levantarme la voz, especialmente, después de que ya no me eres de utilidad…
-¿Qué¡Ahhhh!
El aire se partió con aquel grito. En medio de la nieve, una cabina de teléfono rota, y un hombre, muerto, en un charco de sangre.
Winry Rockbell se deja caer, muy cansada, sobre la cama de su habitación en la posada, con una enorme sonrisa en el rostro, pensando… "El día de hoy no me fue tan mal después de todo…" Mientras se quita los jean y la camiseta y se pone su pijama; luego se mete a la cama y se cubre con las sábanas hasta el cuello. Está a punto de dormir, y una vocecita suena en su cabeza "Edward Elric"
Hasta aquí llega el tercer capítulo, espero que les haya gustado, y también espero ver sus reviews con sus opiniones ¡No saben lo felíz que me siento cada vez que veo un nuevo review!!! Prometo actualizar pronto, Bye!!
