¡Ya regresé! Perdonen la tardanza, tuve problemas con la inspiración, pero ahora sí ¡Aquí les traigo el cuarto capítulo de "Los Alquimistas"

Por cierto, para aquellos que querían que saliera Al¡¡Pues aquí lo tienen!! Dedicado a aquellos que me han dejado sus reviews, y por favor¡Sígan dejandome reviews!

Disclaimer: Fullmetal Alchemist, no me pertenece, es de Hiromu Arakawa.

En fín, aquí les dejo el capi ¡Disfrútenlo!


Capitulo 4

La nueva escuela y la historia de Hughes

El colegio internado "Colinas de la Rivera" no era como Winry Rockbell se había imaginado. Ella pensaba que sería un sitio horrible y aburrido con una muralla de acero de seis metros; pero no pudo estar más equivocada. Cuando llegó, lo primero que vio fue un bello patio con una fuente (congelada) en su centro y con mesas de concreto, con sus respectivas sillas, dispersas por un lindo césped, que en aquel momento se encontraba cubierto de nieve, además de un enorme árbol de navidad. Alrededor del patio, se levantaban dos edificios pintados de beige, uno frente al otro.

El primero era de forma rectangular, aproximadamente de diez pisos, con ventanas de vidrio sin rejas, y un portón también de vidrio; parecía un edificio de departamentos. El otro edificio también era rectangular pero con la diferencia de que tenía un gran reloj en el centro de la pared externa. Pero lo que más le gustó a la chica fue que, del otro lado del patio, entre los dos edificios, se veía una cerca de madera con un portón, y un letrero cubierto de nieve que decía "AREA DEPORTIVA: piscinas y gimnasio"


Otra vez se encontraba desempacando sus cosas en la litera, en la cama de abajo, como siempre. Sus compañeros de habitación lo miraban con fastidio, obviamente, por tener que compartir la habitación con él. La ventana mostraba el cielo nublado de aquella mañana, y a los estudiantes que entraban al edificio muy emocionados por reunirse con sus amigos una vez más.

Entre tantas personas que estaban siendo vigiladas por sus dorados ojos desde la ventana, se escurrió una de larga cabellera rubia, que llamó la atención del muchacho por los escasos dos segundos que la vio. A su mente llegó el recuerdo de la muchacha que había conocido la noche anterior… ¿Cómo era que se llamaba?... ¡Ah, sí! Winry Rockbell. Edward no podía evitar que aquella chica le produjera una especie de nostalgia, pues le recordaba mucho a la de su madre, Trisha.


Desde el techo de aquel instituto, una figura masculina observa en silencio a todos los estudiantes que van entrando alegremente a sus habitaciones. Buscaba con la mirada a dos personas, específicamente, y pronto vio resultados. Uno de los primeros chicos que vio entrar coincidía exactamente con la foto que había visto de él, 1.60 m. de estatura (NA: no sé la estatura de Ed, pero me imagino algo como eso), de cabello rubio recogido en una trenza, ojos dorados. Un rato después, vio una chica de larga cabellera rubia, recogida en una cola alta; de ojos azules, 1.65 m. de estatura (NA: repito, no se la verdadera estatura, pero imagino algo así). Sonrió complacido, los había encontrado.

-Tío, te prometo que no te decepcionaré, o dejo de llamarme Alphonse Elric… – murmuró aquella persona, poniéndose de pie.

Era un muchacho de al menos 17 años, alto, de cabello rubio oscuro y hermosos ojos grises (NA¡Al es taaaaannnn lindo! n//n…. discúlpenme por estas tonterías que pongo, pero me gusta ponerlas xD Ok, ya no molesto más y les dejo seguir leyendo), vestía ropa negra (como la que Ed lleva en el animé, y que Al usa en la película) y una capa gris para protegerse del frío. El muchacho dio una sonora palmada y saltó del techo, desapareciendo.


Winry estaba maravillada al ver la habitación que le correspondía. Consistía en dos literas, un pequeño armario y un escritorio de madera, y una ventana muy grande con vista al patio y al paisaje nevado que se extendía más allá de los terrenos de la escuela. Estaba decorada con un estilo muy simple, el suelo alfombrado era de color rosa y las paredes eran color blanco, con varios cuadros que representaban distintos paisajes de varias partes del mundo. Winry apenas terminaba de detallar todo lo anterior cuando tres chicas entraron a la habitación entre risas, pero que callaron cuando la vieron.

-Parece que eres nuestra nueva compañera de habitación – dijo una de ellas con una sonrisa – Bienvenida, mi nombre es Scieska – la chica tenía el cabello castaño y ojos verdes, y usaba unos anteojos cuadrados (NA: Ok, ya sé que todos saben cómo es ella, pero como escritora ya tengo la costumbre de describir a los personajes)

-Mi nombre es Maria Ross, pero llámame Mary – dijo otra de ellas sonriendo (NA: no me maten, en este fic la teniente Ross es una estudiante de secundaria, no puedo ponerla tan seria como en el animé), tenía el cabello negro y corto, ojos negros y un pequeño lunar en la mejilla izquierda.

-Y yo soy Rose Thomas, es un placer conocerte – dijo la última chica, que tenía los ojos color violeta, con el cabello castaño, y los dos mechones frontales en color rosa.

-Mucho gusto, mi nombre es Winry Rockbell. – saludó la muchacha, adoptando una simpática sonrisa.

-Al escuchar su nombre, las tres chicas dejaron de sonreír, para adoptar expresiones muy serias.

-Scieska, cierra la puerta, por favor – dijo Mary (NA: xD) luego que la muchacha cerrara la puerta, continuó – ¿En serio eres la hija de los Rockbell¿Los que asesinaron en Ciudad Central? (NA: por cierto, en este fic, Winry no es de Reesembul, sino de Central, ok?)

-Sí… - respondió la muchacha, entristeciendo su semblante.

-Sabes, no deberías decirle tu nombre a nadie fuera de la escuela – comentó Rose, con seriedad – Corren muchos rumores acerca de la muerte de tus padres, porque nadie cree que sea coincidencia.

-¿No? – preguntó Winry, muy sorprendida.

-Por supuesto que no, sobre todo, porque los que les dispararon no robaron nada. – respondió Mary (NA: xD aún me causa gracia el nombre) – Por eso, no puedes decir tu nombre a nadie fuera de la escuela ¿entendido?

-Eh… Está bien, de acuerdo. – respondió la rubia, preocupada, por el hecho de que ella ya le había dicho su nombre a otra persona, cierto chico que conoció la noche anterior.

Las demás chicas relajaron sus semblantes y sonrieron una vez más. Ya más calmada la situación, le explicaron a Winry las cosas de las que debía ponerse al corriente, cómo funcionaba la escuela y una que otra regla. Pero, al parecer, dejaron para el final lo más importante.

-Winry, una cosa más, - decía Mary (NA: jeje… xD todavía me causa gracia, gomenasai, pero nunca pensé que un nombre para la teniente Ross pudiera ser "Mary" jeje) – Todos los años, cuando los estudiantes regresan de Navidad, se hace una fiesta informal en el gimnasio, acompañado de un concurso de karaoke. La fiesta es esta noche, y ese concurso en la oportunidad de una persona para sobresalir entre las demás, en el caso de que cante bien, pero si su voz no es tan buena, podría ser el centro de las burlas hasta el próximo año; debido a que los resultados del concurso se mantienen publicados en la cartelera de anuncios durante todo el año escolar.

El tono de ultratumba que usaba Mary (NA: jeje… ok, mejor ya dejo de molestar, gomenasai, sigan leyendo) le dejaba claro que ese concurso de karaoke era algo bastante importante en aquella escuela.


Ed se hallaba recostado en su cama, pensando, pero no pensaba en nada en específico, así que más bien, divagaba.

-Oye, darketo… - dijo despectivamente uno de sus compañeros de habitación, llamado Zolf Kimbly (NA: si alguien no se acuerda, me refiero a aquel loco fanático de las explosiones que en el animé le decían "Alquimista Carmesí")

-¿Qué quieres, imbécil? – dijo Edward, agresivamente.

-¿Tampoco irás a la fiesta este año? – preguntó Kimbly con aire burlón – Si sigues así nunca vas a conseguirte una chica.

-¿Qué te importa lo que yo haga?

-Vaya, vaya, Elric, ni siquiera la Navidad te quita lo amargado. Pero, en fin, a un satánico como tú, ni Navidad, ni Año Nuevo ni su cumpleaños podrá cambiarlo…

-Y un idiota como tú nunca entenderá el significado de la frase "No soy satánico", ni "Que te importa" ni "Déjame en paz". Ve a fastidiar a otro o a jugar con tus fuegos artificiales.

-Como digas, señor darketo, pero si te decides a tener una vida y vas a la fiesta, no te acerques a mis chicas¿Entendiste, tonto?

-Ya te dije que lo que yo haga o deje de hacer no te interesa.

Con una mirada de disgusto, Kimbly agarró una toalla y se metió al baño. Edward seguía con la mirada perdida en las barras metálicas que sostenían el colchón de arriba de la litera, sumido en sus pensamientos. "Me pregunto cuánto tiempo más tendré que seguir aguantando todo esto" pensaba el rubio.


Los últimos rayos del sol se perdían en las nevadas calles de Reesembul, mientras una persona con un abrigo gris avanzaba corriendo, al parecer con mucha prisa, se trataba de Alphonse Elric. El muchacho cruzó en un callejón y se detuvo frente a una destartalada puerta de madera de un bar. Tras comprobar que era la dirección correcta, abrió la puerta y entró.

El olor a alcohol y cigarrillos llegó de inmediato a la nariz del joven, quien hizo un esfuerzo por disimular el desagrado que le producía estar en ese lugar. Alphonse buscó con la mirada cierta persona, hasta que lo encontró sentado en una mesa en un rincón del fondo. Con una débil sonrisa, se dirigió hasta él.

-¡Al¡Cuánto has crecido! – saludó sonriendo un hombre de lentes y barba, rubio, su cabello recogido en una colita. Tenía una expresión cansada, tenía ojeras, como si no hubiera podido dormir, y estaba fumando.

-Me alegra verte de nuevo, tío Hoenheim, - saludó Alphonse - ¿Por qué me llamaste?

-Verás, debo darte más detalles… en la carta no podía explicarlo todo bien…

-¿Qué sucede, tío?

-Verás, estoy preocupado por Edward. Tengo miedo que algo malo pueda pasarle después… después de…

-Tío, siento que hay algo que aún no me has dicho. Hasta ahora sólo sé que quieres que vigile a mi primo y a Rockbell ya que tengo conocimientos avanzados de alquimia, pero, no me has dicho la razón ni el por qué de esa incógnita.

-Tienes razón, hay muchas cosas que aún no te he dicho, por eso…

-Por eso me llamó a mí. – interrumpió un hombre que acababa de llegar, vistiendo un abrigo azul oscuro con un traje negro debajo. – Es un placer conocerte, Alphonse, mi nombre es Maes Hughes, soy un buen amigo de tu tío.

-Mucho gusto, señor Hughes. – saludó Alphonse, estrechando la mano de aquel hombre.

-Al, - dijo Hoenheim – yo llamé a Maes para que me ayudara a explicarte todas esas cosas que aún no te he dicho.

-Verás, – inició Hughes – supongo que habrás oído hablar de una banda de criminales llamados "Los Alquimistas".

-Sí, señor. – respondió Al – Son bandidos que poseen conocimientos muy avanzados sobre la alquimia, pero no ha habido noticias de ellos desde hace dieciséis años. La policía da por sentado que se disolvieron o que han muerto, a pesar de nunca haberse encontrado sus cuerpos. Pero, señor ¿Qué tienen ellos que ver en esto?

-Justamente, a eso quería llegar, Alphonse. – dijo Hughes – Yo pertenezco a una división especial del ejército encargada de seguirle la pista y mantener bajo control aquellos criminales sueltos bajo fianza y colaborar rastrear aquellos que aún no han sido capturados. – explicaba mientras le enseñaba al sorprendido muchacho un carnét de identidad que afirmaba lo que acababa de decir – Me han encargado en especial el caso de esos alquimistas desde hace dieciséis años, justamente, desde que desaparecieron sin dejar rastro. Sin embargo, no estoy solo, tengo un compañero asignado a esta misión como espía, para infiltrarse entre los criminales. Tu tío Hoenheim.

-¿En serio, tío?

-Así es. – respondió el hombre, muy serio – Pero últimamente he estado involucrado con esos criminales, más de lo que debería.

-Durante estos años, Hoenheim ha estado colaborando con mi división, aunque nunca hemos podido encontrar y capturar a esos criminales, podemos hacernos una idea de sus movimientos. Pero todo se complicó aún más cuando fueron asesinados los señores Rockbell.

-¿Los de Central? – preguntó Alphonse, bastante interesado con la explicación de Hughes.

-Exactamente. – respondió el oficial.

-Aquella noche… – decía Hoenheim – Averigüé que la banda de criminales donde espiaba había sido la causante de la muerte de los Rockbell. Fue en una reunión de todo el grupo en un almacén abandonado cerca del puerto. La líder de los alquimistas, una mujer muy extraña que se hace llamar Lujuria, hablaba de un plan que llevaba dieciséis años ejecutándose comenzaría a dar resultados. Estaba tan impactado que al salir de la reunión me fui inmediatamente al bar más cercano que había…

Mientras su amigo le explicaba al muchacho lo que había sucedido, Maes Hughes vio entrar al bar un par de personas muy extrañas, un hombre y una mujer, cubiertos hasta la cabeza con capas negras. Esas personas se sentaron en la barra y comenzaron a conversar entre ellos, además de pedir sus bebidas. Hughes no les prestó atención, y siguió al pendiente del relato de Hoenheim.

-… Llegué a casa cerca de las tres de la mañana y tuve una fuerte discusión con Ed. El pobre, se quedó despierto esperándome, pero obviamente estaba enojado, y me hechó en cara que… - los ojos de hombre se humedecieron – que Trisha, mi amada Trisha, detestaba que anduviera hasta tarde en la calle, pensando que yo estaba con otras mujeres, pero yo… yo sólo estaba siguiendo la pista de los alquimistas… Entonces, le dije que quería que viniera a Reesembul, a pesar que faltaba una semana para que comenzaran las clases, pero estaba tan enojado… A la mañana siguiente reflexioné y me sentí muy arrepentido, pero ya no había marcha atrás. Le dejé en la mesa de la cocina un sobre con dinero y me fui a trabajar. A media mañana sonó mi celular… no sabes el terror que sentí cuando escuché la voz de Lujuria al teléfono.

Flash Back:

-Buenos días ¿Quién habla?

-Así que te has levantado temprano, Elric. ¿Dónde estas?

-¿Yo? Estoy en Central, como siempre ¿Qué sucede?

-Alguien de apellido Elric subió en un tren a Reesembul esta mañana. Sabes que nadie que tenga relación con nosotros debe salir de la ciudad a menos que yo lo autorice. ¿Quién iba en ese tren?

-¡Ah! Seguramente era mi hijo, que va al colegio en Reesembul como todos los años.

-Mantendré vigilado a tu hijo, después de todo, sí tiene relación con nosotros, pues tú eres su padre. No te atrevas a contradecirme.

-Yo… De acuerdo.

-Muy bien, hasta luego, Elric. – dijo la mujer antes de colgar el teléfono.

Fin del Flash Back.

-Estaba muy asustado, pero todo empeoró cuando uno de los hombres que estaba encargado de vigilar a Ed también descubrió que la hija de los Rockbell también estaba en Reesembul. Al parecer, el hombre le dijo a Lujuria que la chica era novia de mi hijo, y no sé hasta qué grado eso sea verdad, pero anoche encontré una nota en mi buzón, que decía "Tu hijo nos será de utilidad para conseguir a Rockbell". Pero tengo miedo que no sólo quieran utilizarlo, quizás hasta quieran matarlo, pues Lujuria y los demás miembros son excesivamente sanguinarios.

-Además, – interrumpió Hughes – ¿Quién sabe que podrían hacerle a la hija de los Rockbell si llegan hasta ella?

-Al, por eso te llamé esta mañana y te envié las fotos de Rockbell y de Ed. Necesitamos que uses tus conocimientos de la alquimia para que vigiles a esos chicos y evites en lo más que puedas que alguno de "Los alquimistas" les ponga un dedo encima. – terminó de explicar Hoenheim - ¿Qué dices?

Al principio, Alphonse no tenía palabras para responder. Le tomó un rato asimilar la situación y darse cuenta del peligro que corría si aceptaba. Pero eso no era problema para Al, quien luego de unos minutos en suspenso, asintió enérgicamente

-¡Por supuesto¡Cuenten con migo! De hecho, comenzaré ahora mismo. – dijo mientras desabrochaba una parte de su abrigo, dejando ver un traje de pantalón negro y una camisa blanca, arremangada hasta los codos – Esta noche me colaré en una fiesta. Hasta luego, señor Hughes; hasta luego, tío Hoenheim.

Dicho esto, se levantó de su asiento y salió del bar, dejando a su tío y a Hughes con una cara así: o.oU


Esto es todo del cuarto capítulo de "Los Alquimistas", espero que les haya gustado y por favor, déjenme muchos reviews!!!

Me despido, Matta-ne!!