Hola, Aerilis aqui. Como siempre quisiera recordar que mi co - editora es Natytorankusu, asi que muchisimas gracias a ella, lean su historia, es buenisima en verdad, es una escritora que vale la pena leer. No he tenido muchos reviews, espero que no sea por que no les gusto, aun asi seguire actualzando lo mas que pueda, asi que espero de corazon que los lectores no sean pocos. Gracias
"Caminando en la Oscuridad"
Capitulo 2: Sentencia de muerte, firmo con tu sangre.
Inmediatamente salio al encuentro de los asesinos de su querida madre. Dando pequeños pasos con los ojos abiertos, decidido a hacerlos sufrir como nunca. Mirando a su alrededor se fijaba bien en la destrucción de aquellos asesinos en los alrededores de lo que era su casa, el terrible villano responsable de aquella ruina pronto iba a desaparecer, pensaba Trunks, pero no presentía que desaparecería junto con la bondad en aquel joven guerrero que alguna vez defendió al planeta y cuido de los otros.
Quien pudiera verlo en la tranquilidad de sus pasos desde cualquier parte, pensaría que en realidad es un condenado a muerte que camina lentamente al precipicio del infierno, a quemarse con gusto en las llamas de la sangre y muerte que derramaría en su conciencia por la roca pesada que arrojaría en su alma desde ahora y para siempre. Por donde Mirai Trunks pasaba, podía ver a su madre, hermosa, vestida de blanco, en cada roca, en cada ruina de cada edificio. Sus ojos solo la seguían, cual niño sigue a su invisible ángel de la guarda hacia donde deben ir. Aun su mente se debatía si era prudente seguir los consejos malsanos de aquel fantasma, pero era su deber acabar con la amenaza de su mundo inmediatamente, aunque en realidad seguía aquel punzamiento en su cabeza que le gritaba a vivas voces la malvada palabra en todo significado: venganza. Cual seria mayor venganza que matarlos con todo el peso de su odio, pero…
"debes acabar con ellos" decía Mirai Bulma entre susurros a su hijo mientras el seguía caminando.
"eso haré madre, los matare para vengar tu muerte"
"amado hijo, si en realidad deseas vengar mi muerte, debes hacer mas que eso……"
"lo – lo siento madre, no me detendré a hacerlos sufrir. Si lo hago tal vez…."
"nada pasara Trunks, te lo aseguro. El mundo tendrá un mensaje: nadie más puede atreverse a ser malvado, a maltratar, o a decir mentiras siquiera. El mundo debe ser puro y limpio, tal como tu y yo queríamos….. Mira…. Ve, hazme sentir orgullosa"
Su madre se quedo de pie mientras el seguía caminando, no tardo mucho en sentir los millares de explosiones y aun mas fuerte los gritos de las personas que los androides #17 y #18, mutilaban, quemaban….. Torturaban.
Aquel fue su llamada, su grito para una decisión definitiva. Haría sentir a su madre, sin lugar a dudas, orgullosa como nunca. Pudo sentir nuevamente todos aquellos pensamientos pasando como haces de luz en su mente, todas aquellas imágenes de tortura y sangre saliendo de la cabeza y cuerpo de aquellos mellizos asesinos, elementos que podía utilizar para mutilarlos y desmembrarlos tan lentamente que casi podía sentir el ardor en su cuerpo del homicidio tan excitante que pronto iba a cometer. El sentimiento que vino a continuación fue tan aterrador como apasionante; lo hizo sentir tan vivo, sintió como lentamente ardían sus venas como aquellas veces cuando derroto a Freezer y su padre, cuando salvaba a las personas y veía su rostro; solo que esta vez era por la fría sensación de hacer sufrir a los malvados con las mas terribles torturas siendo esta una antesala del verdadero sufrimiento que les espera en el abismo.
Sintiendo sus sentidos agudizarse, pudo ver una pequeña daga ensangrentada a su lado, aludiendo haber sido utilizada antes por algún desafortunado que tuvo la mala suerte de haberse encontrado con aquellos destructores. Su mente asesina fantaseo lentamente como podría ser ese su principal instrumento de limpieza mientras lo tomaba lentamente del suelo, ya que su espada astillada no serviría de mucho en realidad. Limpiándola un poco dirigió su mirada hacia su objetivo, vigilando sus alrededores analizando cual seria la mejor manera de llevarlos hacia un lugar privado con la menor ventilación, y sobre todo, con la menor circulación de personas posibles para llevar a cabo su labor.
Mirando la daga lentamente, pudo ver su reflejo y el de su madre diciéndole al oído hacia donde deberían ir con sus victimas si no querían ser descubiertos. Le parecía inverosímil pensar en algún momento si era alguna alucinación, ya en su mente estaba establecido que su madre había renacido para acompañarlo hasta que el muriera en aquella digna labor de limpiar la tierra para gente digna. Decidió no perder más tiempo, el salvador del mundo no podía perder más tiempo.
Lentamente, se acerco hacia #18, aquella androide que había despertado en el los mas terribles deseos de muerte y alguna que otra vez de deseo sexual. Podía unir y desahogar ambos impulsos en aquella quemazón de sus dedos que le pedían, le rogaban desnudarla y torturarla hasta la muerte. La rubia estaba muy ocupada lanzando haces de poder hacia las ruinas donde se podían ver a ciertas personas con sus ojos llenos de miedo y de suplicas hacia el hombre que estaba detrás a punto de terminar con la masacre, #18 estaba muy entretenida viendo lentamente el caos que ocasionaba. Repentinamente pudo sentir el acero filoso del final sobre su espalda, y una calida mano amorosa y deseosa de tenerla cerca la atrajo hacia si tapándole la boca con tal fuerza que su hermano gemelo nunca pudo sentir los gritos desesperados de dolor del trauma en su espalda por la daga que Trunks le acababa de enterrar. A punto del desmayo #18 trataba de gritar o de defenderse, pero ese no era el mismo Trunks que había enfrentado meses atrás, este era otro, mas fuerte, mas sanguinario, mas furioso que antes. Supo que estaba perdida cuando sintió un adorable ssshhhhh en su oído, pidiéndole, rogándole, ordenándole que se callara por órdenes de su captor. Eso fue lo último que pudo oír antes de perder el conocimiento.
#17 sintió que algo estaba mal, su hermana no estaba dando alaridos de alegría absoluta con la destrucción causada. Decidió voltear mientras daba un haz de poder hacia un pequeño hueco, pudo ver sangre derramada en el suelo, pero no vio a su hermana. Se molesto un poco al sentir como una mano apretaba fuertemente la suya impidiendo que continuara asesinando personas. Pensó que era su hermana jugándole una broma pesada, pero se llevo una sorpresa cuando pudo ver a Mirai Trunks segundos antes de ser noqueado por un rápido movimiento de su mano.
Despertando en una sala oscura y terriblemente iluminada por la mesa en la que estaba apoyada la mujer, #18 abrió sus ojos aletargada de su sueño inducido por la herida que Mirai Trunks le propino, atada de manos y pies en posición anatómica sin posibilidad de moverse ni defenderse. Atada en sus cuatro extremidades de cuerdas finas y cortantes en sus delgadas muñecas y tobillos, sintió que le faltaban las fuerzas habituales que tenia, dada la hemorragia que todavía tenia en la parte posterior de su cuerpo.
Estaba en ropa interior, con instrumentos a sus lados. Tratando de desatarse haciendo fuerza con sus manos, llamo la atención de su captor. Mirando hacia atrás se deleitaba en su victima mientras se colocaba guantes de látex por el asco provocado de su sangre brotando.
#18 solo podía ver el techo iluminado por aquel bombillo rojo, pero en su campo visual apareció el muchacho de cabello lila con su mirada de hielo y sus ojos sin parpadear. Parecía otra persona, no era el mismo muchacho apasionado que peleaba contra ella con tantas ganas de ganarle, con tanto empuje para ser mejor y salvar al mundo. Este hombre extraño tenía sed de sangre, de su sangre. Además de eso, su rostro estaba sin expresión alguna, cual marioneta manejado por hilos invisibles desde cualquier parte; se notaba perturbado pero sereno, furioso pero feliz, vivo y excitado pero muerto y frío. Si, eso era. Expedia el terrible frío de la muerte. Por primera vez desde que abrió sus ojos, pudo ver una mirada que le causo terror, el contacto con sus ojos inexpresivos era tan claro como el agua.
"donde esta #17, que has hecho con el?" dijo entre sollozos desesperados mirando a su alrededor y dándose cuenta de que estaban totalmente encerrados.
"será el próximo, después de que acabe contigo"
Su declaración fue tajante, ya en su mente asesina, por naturaleza, comenzaban a pasar posibles imágenes de su futuro más próximo. Pero su instinto pudo más que su miedo.
"que piensas hacerme?" ya con sus ojos abiertos y desbordantes de lagrimas de terror. El, mirando su daga recién adquirida y desinfectada, se deleitaba en su cortante filo y en su agujeante punto. Puso sus manos a ambos lados de la muchacha acercándole peligrosamente a su oído, casi seductoramente.
"quiero hacerte sentir exactamente lo que tu hiciste sentir a mi madre y a todas las personas que mataste sin piedad"
#18 escucho una pequeña risa, una leve carcajada en su oído. Rápidamente Mirai Trunks tomo su daga y cortó los tirantes de su sostén, quitándolo del todo con un solo esfuerzo, esto sin tocar su piel, solo usando su instrumento. Sus formas quedaron al descubierto, sintiendo el calor que un hombre normal sentiría al ver a una mujer hermosa desnuda frente a el. Por un momento deseo tocarla y disfrutarla antes de matarla, pero de inmediato salio su madre en su oído para recriminarlo.
"como te atreves a sentir algo tan puro por alguien que esta manchada? Debes matarla oíste??"
Cerró sus ojos e inclino su cabeza en señal de reverencia. Así que se revistió de su mejor control de sus instintos sexuales y en vez desato el ser irracional preparando a Mirai Trunks en toda su esencia. Comenzó a caminar a su alrededor, observándola con cuidado, cada temblor, cada suspiro, cada sollozo era música para el.
"Antes de empezar quiero saber algo…. Cual fue la mano que utilizaste para matar a mi madre, o mejor aun, cual fue la mano aquella que dominaba tu esfuerzo de matar…. Voy a adivinar mejor."
Acercándose a su mano derecha, tomo sus dedos y comenzó a acariciarlos con la yema de sus dedos, como un hombre que contempla suavemente la mano de su amada. Lentamente se acerco a su dedo índice.
"recuerdo este dedo #18, fue con este dedo que alguna vez apuntaste a tantas personas y le atravesaste sus pechos. Bueno, es hora de pagar por eso"
Tomo un bisturí cercano y comenzó a cercenarle su uña tan cuidadosamente posible, sintiendo a su vez sus gritos de dolor desgarrándole por todo su cuerpo.
"no mas por favor, prometo que nunca volveré a matar a nadie mas, lo juro... pero por favor, no lo hagas..."
"solo es una uña, es un pequeño recuerdo que deseo para mi, este es un acontecimiento que quiero atesorar para siempre…. Pero no te preocupes, lo haré mas lentamente para que lo disfrutes tanto como yo"
Comenzó a enterrarle aun mas fuerte la hoja para sentir su doloroso temblor, cuando finalmente avanzaba para rodear la uña pudo ver el rastro de sangre que caía hacia la mesa, hambriento sintió su boca hacerse agua al ver su sufrimiento. Una vez rodeada la uña, asegurando que hubiera cortado en los lugares precisos, con la misma hoja comenzó a levantarla viendo en su esfuerzo las microheridas provocadas salpicando su ropa. Casi al instante sintió el mas alto grito de dolor oído en su vida, solo comparable al grito de sus pesadillas cuando despertaba repentinamente en las noches en las ocasiones que su mente jugaba con su estabilidad emocional preparándolo para este momento. Se sintió satisfecho con la labor realizada, pero sabia que estaba incompleto. Debía terminar lo empezado.
Con su daga, enterrándola lentamente en la muñeca del androide, comenzó a subir por su brazo dejando abierta la extremidad. La carne viva desbordaba abundante sangre brillante y roja.
Mirai Trunks sentía convulsiones de placer en su cuerpo, la sangre lo hacia sentir vivo. Sintió sus ojos abrirse, sus manos temblar de emoción, por su abdomen subir la descarga de adrenalina hasta su corazón y finalmente inundar su cerebro de emociones sin fin. Aunque fue cuidadoso al cortar de la misma manera sus otras 3 extremidades, no pudo evitar temblar de la emoción, cual niño pequeño que juega con su nuevo juguete, fue rápido pero siempre se detuvo para oír con su agudizado oído los gritos de dolor de la muchacha, los cuales se hacían cada vez menos fuertes a medida de que avanzaba en su heridas.
Quería terminar con algo su proceso, algo con lo que supiera que, con aquel movimiento finalizaría aquel refinado proceso de tortura para su primera victima. La miro fijamente, con ternura inclusive cual madre esta a punto de darle un beso amoroso de buenas noches antes de dormir. #18 trataba de negarse, trato de protestar, inclusive de suplicar por su vida todo con la comunicación de sus ojos hacia un ser que de humano solo tendría la carne. La apatía de Trunks lo decía todo para ella, esto era la inevitable consecuencia de sus actos.
El muchacho tomo lentamente el cuchillo, apuntando con sus dos manos al pecho de la muchacha. Mirándola fijamente, dio un leve brillo en sus ojos, casi de piedad, de arrepentimiento de la triple muerte que cometería en contados segundos. Supo ahí la victima que, aunque muriera, el Trunks, amable y misericordioso volvería, algún día. Pero por desgracia no viviría para verlo.
Aun se veían cuando las manos de Trunks enterraron el cortante lenta pero fuertemente en su pecho, cortando y traspasando sus huesos hasta partir en dos la mesa en la que estaba acostada la moribunda. No pudo evitar estremecerse elevando su cabeza un poco hacia el, tratando de grabar en sus últimos momentos la imagen de su asesino. Su sangre borboteaba por ambos lados, hasta caer en la mesa y luego en el suelo, saliendo con más fuerza cuando su corazón daba sus últimos latidos de esfuerzo para vivir. No pudo más. Simplemente sus ojos casi borrosos de la hemorragia pudieron ver el techo rojo, rojo como su sangre, rojo como la sentencia de muerte firmada por ella misma con la sangre de sus otras victimas. Ya no era ella, lo ultimo que pudo sentir era como su respiración se cortaba lentamente, como su mente daba pequeñas chispas de lucidez solo para decirle que aquella seria su ultima información procesada. Inconciente quedo cuando convulsionaba un poco, su cuerpo en un último intento de seguir.
Cayó el cadáver a la mesa después de luchar, tocando ya la sangre las botas de Trunks en el suelo. El hombre se quedo inmóvil frente a su primera victima, parecía el mismo un cadáver.
Trunks, en medio de su locura pudo comprender que aquello solo era el fin del principio. Mirando todavía los ojos abiertos de #18, entendió que su ser había muerto junto con la rubia, ahora aquel era otra persona, muy distinta a la que Mirai Bulma había criado, ahora, este era un hombre nuevo, Trunks con 23 años, por fin había nacido a la nueva realidad que la Bulma sedienta de sangre le había enseñado hace pocas horas. El salvador de la humanidad finalmente había establecido su modus operandi de limpieza junto con su cómplice invisible.
