hola a todos, Aerilis hablando. Les agradezco la aceptacion de la historia ya que la considero casi mi opera primma, tambien agradezco la ayuda de mi co - editora y de todas aquellas personas que han escrito acerca de como les ha parecido la historia hasta ahora... bueno, ahora, lean y disfruten.


Mirai Trunks miraba aterrado la escena que se desarrollaba, tratando de no sobresaltarse en exceso…. Sabía que había cometido un error fatal, imperceptible para el ojo humano común, pero error al fin y al cabo.

Los policías miraban la escena acordonando la zona evitando un tumulto o escándalo mayor, mientras que poco a poco llegaban los forenses y detectives encargados de este caso. El muchacho de cabello lila pudo observar como llegaba un auto negro de donde salían tres personas vestidas a su vez de color oscuro, comenzando a discutir sobre la victima y su homicida.

"otra vez el tipo no es verdad?" decía el hombre mas alto, moreno y con cierta madurez que lo hacia sobresalir de los demás.

"si jefe" dijo la voz de un joven que lo seguía de cerca cual lacayo "es el mismo patrón circular, ha dejado los despojos en los mismos sitios característicos, cual si fuera….."

"basura" dijo con cierto desprecio por el asesino "…. Los trata como basura….. Son seres humanos maldita sea, no puede tratarlos así"

Trunks pudo sentir la ofensa como si la estuviera recibiendo directamente, entre cerrando los ojos miraba fijamente a su agresor. Quien era el para juzgarlo, tal vez el tendría pecados peores que aquellos que le imputa a aquel justiciero sanguinario… seria cuestión de investigarlo, pero nadie, absolutamente nadie puede tener autoridad moral para juzgarlo, y el que lo hiciera lo pagaría. Dando media vuelta en sus talones trato de irse disimulando frente a su madre, sentada detrás de el, su disgusto y malestar causado por aquel hombre que se atrevía a juzgarlo.

"hijo, no te sientas mal por lo que acaba de pasar, el hombre no sabe lo que dice, pero pronto lo entenderá….."

"pero por que me juzga tan duramente?... nadie comprende lo que hago….. Será que lo que hago esta…… mal?" dijo Trunks con lagrimas en los ojos. Bulma apoyándolo en su hombro traslucido trato de calmarlo.

"escúchame hijo, nunca pienses que la justicia esta mal; a muchos se les ha juzgado de tontos, locos o ingenuos al emplear sus herramientas contra el mal. Jamás te vuelvas a juzgar así oíste Trunks?... Mi ángel de la justicia?"

Se enorgulleció sobremanera al escuchar aquel adjetivo dado por la única persona que lo comprendía en el mundo, mirándola con los ojos llenos de amor y comprensión. Su madre le limpio las lágrimas con sus pulgares. Tratando de respirar muy hondo ocultando sus sentimientos, trato de salir de aquel callejón, pero su paso se vio interrumpido por otros pasos aprisa, un olor agradable, un taconeo y sombra perteneciente a una mujer. El muchacho se sorprendió, en especial por la impresión tan arrolladora y tan inmediata que dio la mujer sobre el mismo. La seguía con la mirada, expectante de cualquier movimiento.

La mujer, alta, delgada, voluptuosa en evidencia por las marcas de sus formas femeninas en el vestido negro. No pudo ver su rostro, pero su una abundante cabellera rojiza cayendo libremente sobre su espalda. El joven lacayo del jefe de policía la vio llegar, dirigiéndose a ella cual niño ve a su madre le dice:

"llegas tarde"

La mujer no detiene su paso veloz, mirándolo lo saluda. El joven se detiene a un lado para mirarla pasar.

Trunks mira al joven de unos 18 años y cabello negro en peinado similar al del saiya, negando con la cabeza mirando hacia el suelo para luego mirarla a ella con decepción. Acercándose con sigilo, el joven asesino mira expectante todos los movimientos de la pelirroja, haciendo una mueca de rabia por no poder mirarla a la cara estando siempre a espaldas de su ángulo visual.

"hola jefe" dice la muchacha mirando la bolsa negra semiabierta

"señora Lockhart, que orgullo que nos acompañe ahora." Dice el jefe de la policía con algo de molestia, tratando de disimular cierto sobresaltamiento al verla llegar. La mujer lo mira sin cambiar su expresión.

"Marie, tienes algo que decir acerca del sujeto?" dice la pelirroja hacia la rubia que acompaña al jefe sigilosamente. Una rubia despampanante con traje negro a su vez, la mira con enojo, quedándose muda mas sin embargo por no tener respuesta. El jefe de policía la observa de reojo, y rebate a la mujer pelirroja.

"pues tu que eres tan brillante Katrina, dime: que sabes del sujeto? Acaso sigue el patrón homicida?..."

La mujer lo mira desafiante a los ojos, ojos azul destellante que dan respuesta e intimidan a su paso, miran a su oponente en batalla dándole un golpe contundente.

"pues claro que si" dice mirando el cadáver expuesto cual despojo de rata "era un imbecil: un estupido alcohólico que golpeaba a su mujer, recuerdo que la policía recientemente la salvo de morir a golpes, y ese patrón se ha repetido desde hace mucho tiempo, desde el año pasado que la supuesta paz ha regresado. Además ha estado involucrado en riñas callejeras y hace algunos años en intentos de homicidio, claro, en estado de ebriedad."

"como sabes todo eso, si eres forense?" dice la rubia irritada por saber aquella mujer todo lo que ella debería saber.

"pues hay una cosa llamada archivo de la policía Marie" dice el jovencito al lado de Katrina "algo que tu SI deberías saber siendo la recién nombrada fiscal de distrito"

"apenas termine mis estudios, solo se lo básico, discúlpame por aprender"

"Steven…" dice Katrina, recriminando al muchacho.

"disculpa" responde el niño. El jefe de policía da un suspiro

"ustedes dos irán hacia donde estan los demás recogiendo pistas, Katrina y yo nos quedaremos analizando al occiso" dice señalando los alrededores donde se encuentran los demás miembros del escuadrón. Steven Y Marie se van, quedando el jefe y la forense inclinados hacia el cuerpo. El jefe mira a su oficial mirando a su vez con mórbido detenimiento los alrededores del cuerpo.

"debemos esperar a que los demás recojan las pistas necesarias"

"Para que?" dice la mujer "todas las pistas estan aquí"

"pero Lockhart, es físicamente imposible que el asesino este no haya dejado alguna pista alrededor"

"usted lo dijo jefe" dice Katrina sin dejar de mirar el cadáver "es físicamente imposible que no haya dejado pistas, pero por desgracia este hombre rebate lo imposible. La evidencia dejada en los anteriores seis meses lo comprueba.

Mirai Trunks, quien seguía escuchando todo desde cierta distancia, se sorprendió por el agudo comentario, sorprendido por la inteligencia de la mujer, intrigado por la concerniente explicación, y asustado por la posible pieza del rompecabezas que aquella mujer podría descubrir.

"pero que dices?" pregunta el jefe con algo de desconfianza "acaso dices que el sujeto salta de encima de los muros y deja el cadáver así, para luego volver a saltar por sobre las azoteas?"

El jefe soltó una pequeña risa de burla frente a la explicación de su forense. Le parecía estar escuchando una leyenda urbana o un cuento de hadas nocturno, la frase oída era imposible de creer para cualquier ser humano, y totalmente inverosímil para un policía. La mujer lo mira ofendida, es claro para ella que sus habilidades y conjeturas para su jefe son inferiores que cualquier hipótesis planteada por su despampanante nueva fiscal, o por su joven aprendiz de policía. Estaba en clara desventaja desde el principio cuando la contrato, suponía de que se trataba su rivalidad y desaprobación frente a todo lo que decía, pero prefería demostrar lo que decía.

Katrina se puso los guantes de látex, quitando con cuidado el cordón que ataba la bolsa negra con los despojos mortales. Cuando la bolsa quedo abierta, ambos adultos se separaron del cadáver con terror. Lo dejado allí era podía ser bien cualquier cosa menos restos humanos. Katrina y el jefe lo miraban con horror. Para ambos adultos era la primera vez que veían la obra del homicida en persona, pero habían tenido la oportunidad de mirar su arte en fotografías y en relatos de los policías desafortunados que encontraban las bolsas abandonadas. El jefe Eliott Birken se asqueo hasta la medula de su sopor, le provocaba nauseas físicamente, pero mas que eso, le provocaba asco espiritual ver la perversa matanza de aquel sujeto que bien parecía un fantasma, alguien bajo sus narices o, peor aun, la persona mas astuta y maligna que haya aparecido en la ciudad, mas aun que los androides. Recordando viejas escenas de un pasado que aborrecía, se volteo del cadáver mareado tapando su boca con su mano y un pañuelo.

Pero de una manera morbosa, su compañera se inclinaba sobre el cadáver del alcohólico mirándolo con detalle, de arriba abajo. Aun con los ojos entrecerrados incrédulos de lo que captaban.

Trunks la miraba cuidadosamente, casi con obsesionada fascinación por la joven de espaldas. Ansioso por lo que iba a decir, temblaba de emoción, sus manos frías pero sus ojos inyectados en sangre, cual artista emocionado viendo su primera exposición, y mas aun, casi eufórico por la reacción dada, era justo lo que buscaba, era justo lo que quería.

"este hombre……." Murmuraba. El jefe se volteo para mirarla aun con asco. "este hombre mata por razones……" se separaba sorprendida de lo visto, al parecer, mas de lo que esperaba. "Este hombre mata por pasión, mata como si fuera su oficio, más aun, mata como si fuera……. Como si fuera su vocación, su llamado a este mundo."

El jefe la mira incrédulo, llamando la atención de su rubia asistente y nueva fiscal.

"que? Acaso sabes leer la mente del asesino este? Como deduces semejante barbaridad?" dice en tono de regaño. La mujer sonríe por su falta de observación, dispuesta a informarle con detalles su descubrimiento. Se coloca sus anteojos y sacando un lápiz, comenzó a señalar el mapa psíquico del asesino. El hombre del cabello lila, agudizo a su vez sus sentidos del oído y la vista, se preparo para el pequeño y rápido análisis de sus razones para matar, creyendo en su mente que si la oía, tal vez se entendería mejor a si mismo, cual paciente de cualquier psicólogo.

"para empezar miremos estas heridas en sus brazos y piernas, miren estos cortes. Son casi perfectos. Habría que mirarlos al microscopio, pero creo que la persona que lo hizo, fue de tal manera que disfruto haciendo esto."

La rubia niega con la cabeza, sin entender totalmente. La pelirroja mira la negación de la fiscal, suspirando con frustración, trata de hacerle entender.

"mira, sin importar que fuera un carnicero, cirujano plástico o ama de casa, la persona que mato a este hombre disfruto de cada corte, se preocupo de hacerlo lentamente para disfrutar de cada sangrado, salpicadura, fractura, sin mencionar…." Fue aquí que comenzó a perturbarse un poco, lo que proseguía era demasiado escalofriante para tan siquiera imaginárselo, pero era su trabajo. Titubeo un poco al tratar de hablar de nuevo "… sin mencionar que se preocupo de parar un poco la tortura para oírlo gritar de dolor, y tal vez, suplicar por su vida."

"no crees que exageras un poco con tus afirmaciones Katrina?" decía el jefe con miedo.

"pues no lo creo, la evidencia habla por si sola: mire esto." Señalando con el lápiz el pliegue entre el brazo y el antebrazo, sobresalía el exceso de tejido saliendo de la herida, mas horizontal y menos vertical que el resto del corte del brazo "lo ve? La herida en este tramo del corte diferente, significando que el asesino este no paro su tortura, pero dejo de avanzar, por que? Por que tal vez le agrada que supliquen, aun mas, creo que le encanta que confiesen sus… pecados"

Trunks abría sus ojos desmesuradamente, era como si esta mujer tomara su psique y pudiera leerla cual libro abierto. Como sabia todo esto? Acaso lo había estado siguiendo? Era imposible, era demasiado cuidadoso con eso, estaba seguro por ese lado. Una voz murmuro en su oído tranquilizándolo un poco.

"no te preocupes hijo, un verdadero artista deja parte de si en su obra. Siéntete orgulloso de ser admirado"

Su madre tenía razón, estaba siendo admirado por su inigualable obra. Debía quedarse a mirar mas reacciones.

"las heridas" prosiguió la medica "continúan desde el deltoides hasta casi las falanges medias de las manos, de la misma manera en las piernas. Además, termina su proceso de una manera casi poética: de un tajo atravesando el cuerpo de su victima."

"oye, como sabes todo eso: cronológicamente donde empieza y donde termina cada corte?"

"pues por los hematomas: entre mas oscuro este mas viejo es, y como la herida del pecho esta enrojecida, supongo que con esta fue con la que acabo con el sujeto."

El jefe, rabioso de aquel descrédito, soltó un gruñido de molestia profunda. Le había ganado aquella jovencita! El, quien debería saberlo todo, muchísimas cosas de una básica escena del crimen, quedaba corto ante semejante explicación. No podía negarlo, la mujer aquella era brillante.

De igual manera pensó Mirai Trunks.

"Dios mío!" exclamo Katrina al notar algo. Nuevamente en su escondite, Trunks palideció. Mirando la mano del occiso cuidadosamente, pudo observar algo clásico y notable por cualquier forense. "el maldito siempre se lleva su recuerdo….."

"de que hablas?" dice el jefe.

"mira" toma lentamente la mano del cadáver con extremo cuidado "le falta la uña del índice… como siempre"

"muy bien lista niña" dice Marie en tono desafiante "que dice aquello entonces?"

"pues dice que se siente tan orgulloso de lo que hace, que toma aquello como un regalo……." Se detiene ladeando un poco la cabeza "…. O tal vez también……. Esa es la mano con la que golpeaba a su esposa, alguna vez intento matar…… inclusive, con la que tomaba……. Ese hombre…….. Ese hombre se debe creer un justiciero, alguien que es correcto tomar justicia por su mano….. Ese maldito cree que hace lo correcto…… y tal vez, si lo pudiera ver, lo entendería, hasta lo alentaría, y haría lo mismo"

Mas cercano a su realidad no podía ser, fue como si leyera dentro de su mente directamente. De repente, sintió algo en su interior, algo que lo hizo sentir atraído hacia la mujer que lo conocía sin haberlo visto. Su carácter fuerte pero a la vez dócil a los mandatos, alguien tan brillante siempre queriendo ser opacada por los mas débiles, alguien que, sin importar que fuera bella por fuera, era admirada y deseada por aquellos que veían mas allá.

Sintió que sus ojos se llenaban de lagrimas al recordar a su madre, no a aquella Bulma cómplice de sus asesinatos y quien cual general le ordenaba donde ir, y que hacer y que decir; sino a aquella, quien en sus ratos de mayor ebriedad de poder y de venganza lo calmaba con palabras dulces, aquella quien fuera su educadora y modelo en su vida, había tomado el reto de criarlo solo, había logrado que tuviera metas, objetivos en la vida, aquella que hacia que sus días y tardes tuviera sentido, aquella que, si hubiera vivido hasta la vejez, la hubiera cuidado hasta el final de sus días tranquilos, no de la manera tan abrupta en la que termino. Sintió su cuerpo quebrarse en zozobra al recordarla sangrienta aquella tarde en la que regreso del mundo que había ayudado a salvar. Allí, en ese callejón, comenzó a llorar, algo que no había hecho en 6 meses. Pero por que lloraba como un niño en ausencia de su madre, aun sabiendo que ella estaba tan viva a su lado? Apareciendo cuando el más lo necesitaba, susurrándole lo que debía hacer. Pero aquella parte, la amorosa Bulma, la correcta y amable, la fuerte y poco violenta Bulma si había muerto, reemplazándola aquella mujer con su mismo aliento, perfume y tono de voz, pero con aquel carácter diabólico que hacia sentir que estaba en presencia de alguna autoridad, sin saber todavía si era de los mandos celestiales o de los llameantes infiernos. Se sentó en el suelo frío y sucio sin poder contenerlo, aun con las manos en los ojos tratando de contener el llanto inútilmente, llorando el duelo de la muerte de una parte importante de su madre. Siguió así unos minutos, hasta que, después de meditarlo y limpiarse las lágrimas y contener las que seguían respirando muy hondo, se dio cuenta de que aquella mujer era, en cierto modo, igual a su madre en muchos sentidos, en especial en el sentido de que lo conocía. Tratando de calmarse, inspecciono adentro de si, dándose cuenta de que no sentía ese tipo de fascinación por nadie, esa atracción hacia alguien, lejos de conocerlo, lo aborrecía, hasta le podía temer…. Pero eso la hacia aun mas fascinante, mas intrigante. Ninguna de esas mujeres que lo seguían y que lo admiraban provocaban en el la mas mínima reacción, ni siquiera la simpática y tímida Cecyl. Pero aquella, al verla en cada movimiento, con sus sentidos agudos mirando alrededor del callejón sucio, observando cuidadosamente los alrededores…. No era una mujer como las demás, pero por la manera en que lo percibía; no lo admiraba, pero sabía su actuar; no deseaba un beso suyo, deseaba ver su rostro entre las rejas de una cárcel; y por supuesto, no deseaba verlo y derretirse con su mirada, deseaba ver su mirada asesina y, tal vez, matarlo ella misma.

Es esa misma repulsión, aquel mismo miedo, aquella indagación enferma pero obligatoria por su posición, ella la perseguidora y este el perseguido, pero aquella admiración por sus motivos y por su manera pulcra de asesinar, eran la combinación perfecta para esa atracción morbosa y prohibida que acababa de surgir.

Seria todo perfecto si tal vez ella no fuera tan brillante, y tan malditamente meticulosa para detallar incluso lo imperceptible.

"un momento" dice la pelirroja antes de mover el cadáver. Estaban haciendo lo necesario para meterlo en la bolsa negra, pero…. La mujer mira sus manos, su mano derecha en especial. Tenia entre las uñas algo de color amarillo, parecido a la resina que dejaba la madera al rasparla. Su imaginación comenzó a viajar hacia una posible escena del crimen, en donde el sujeto, siendo fuertemente sujetado por su verdugo, trata de pelear contra la muerte, y en su afán, le deja el mejor regalo a la forense.

La mujer sonríe, y saca un pequeño pedazo de papel blanco junto con una lima para sacar residuos de las uñas. El hombre mitad humano no puede observar bien lo que esta pasando, hasta que oye algo que lo hace perder rápidamente la calma.

"el maldito no es tan perfecto después de todo"

Que acaba de decir? Es cierto lo que esta oyendo? El temible error, la pasión del terror dejado en la victima lo hizo dejar que el alcohólico este raspara las columnas de madera de donde fue llevado como ultimo paisaje antes de ver la muerte. Su madre tenia razón, siempre tenia razón, maldición! Como pudo haberse dejado llevar por la pasión del momento. Era un estupido!! Varias veces se dijo a si mismo que sus impulsos no lo llevarían a un buen sitio.

Sintió su ki crecer claramente, por la ira que sentía y expresaba apretando sus ojos. La mujer pelirroja se estremeció como un sabueso habiendo olfateado el objeto que buscaba….. Comenzó a mirar hacia todos lados, arriba, abajo, las esquinas menos iluminadas…… lo sabia, estaba aquí.

Trunks comenzó a frustrarse y desesperarse un poco. Acaso esta mujer también sentía su ki? Inaudito!! Era solo una mujer, sin gran preparación física, se veía incluso débil y fácilmente manejable por alguien con mayor complexión muscular. El niño aterrorizado susurraba en su subconsciente que era mejor irse de aquel lugar cuanto antes, antes de que descubrieran que alguien estuvo en ese lugar mirando morbosamente la escena del crimen. Pero el niño en su mente yacía muerto en el suelo de su subconsciente, y en vez de eso se alzaba victorioso el hombre sin alma ni conciencia que le decía cada vez mas resuelto a realizar su santa voluntad.

Mátala antes de que sea tarde.

Suavizo su ki lentamente, volvió a sus ojos esa expresión activada solo en los momentos en que su instinto tomaba todo el control de sus acciones; ojos contraídos dejando ver sus azulados ojos, parpados entrecerrados visualizando su próxima victima, músculos trabajando a toda potencia preparándose para una descarga mas de energía……..

La mujer se acercaba a algunos policías, dos pasos mas, acercándose mas hacia ese pequeño callejón en donde Trunks se escondía de ella. Antes de que pudiera ver su rostro claramente, se escondió en la oscuridad. Un paso mas y la raptaría, estaría tan cerca de ella que casi podría sentir el palpitar de las arterias que muy pronto desangraría…… pero se detuvo.

Katrina sentía el peligro, podía sentir que tal vez, si se movía un poco mas, podría incluso perder la vida, pero sin perder la compostura se sacudió la cabeza diciéndose a si misma que era producto de su imaginación, el cadáver visto y suposiciones falsas. Pero Trunks sintiendo su cercanía se sintió atraído a tocarla, besarla inclusive; olvidando el instinto asesino, se dio cuenta que sus instintos de hombre eran igual de fuertes que el homicida. A punto de dar aquel paso decisivo, el corazón de la mujer palpitaba rápidamente, su vientre comenzó a convulsionar y sus piernas a flaquear. Tal vez sus suposiciones se equivocarían, pero su instinto no. Como reflejo final volteo entre sus talones para tratar de caminar rápidamente hacia el lado opuesto, pero paralizada por la fuerza del pánico, no podía caminar, ni moverse. Sintió sus ojos aguarse del terror cuando sintió la cercanía del aliento de una persona en su cabello, acercándose tan lentamente que seria seductor en otras circunstancias. Quería gritar, llorar, atraparlo tal vez…….

Obligándose a si misma a voltear y encararlo dio un giro de 180º sobre el eje de su cuerpo. No había nada ni nadie, solo la oscuridad de un callejón pequeño. Se sintió tentada a mirar entre la oscuridad tratando de identificar la silueta del perverso. Pero…..

"señora Lockhart….."

Katrina volteo sobresaltada dando un pequeño suspiro de pánico. Era un policía.

"se encuentra bien señora?"Dijo el hombre tomándola por el hombro. Su piel blanca brillaba sudorosamente, sus ojos aun estaban abiertos al extremo, y sus fibras nerviosas trabajaban al máximo reflejándose estas últimas en el temblor de su cuerpo. Aunque no diría la verdad, un verdadero policía no se molestaría en decir la pregunta siquiera viendo la reacción de la forense.

"s – si! Estoy bien…" mintió en efecto "no – no encontraron evidencia verdad?"

"no señora, estamos listos para irnos, el jefe ya dio la orden……"

Ella, como la nueva forense daría la orden de salida, pero la dio fue el jefe de policía. Sus ojos al ver al insolente hombre, hizo que reemplazara el miedo por desprecio. Desprecio absoluto por su género. Como siempre, un hombre no puede quedar inferior ante una mujer, siempre debe dar ordenes, siempre debe quedar al mando, siempre debe quedar arriba, y siempre la mujer debe quedar como un objeto sexual y/o como aquella que acata ordenes, tal cual como aquella mujer rubia que para obtener un poco de respeto se vendía cual mercancía…. La odiaba, y odiaba a ese hombre…… a todos de hecho.

Pero una vez mas, no pudo imponerse, caminando en retirada junto a los policías derrotada otra vez por un solo hombre. Que vergüenza!

Pero nadie se dio cuenta de que dejaron a un testigo en la oscuridad, que mas que observar su cuadro macabro de arte homicida, obtuvo algo más. Una obsesión nueva crecía en su ya retorcida mente mientras trataba de retener el olor maravilloso y lleno de pánico de la mujer que, sin verlo a la cara, sabia mas de si mismo que el mismo.

Enamorado? Obsesionado? Acaso ella seria su ídolo? Seria su obra final en esta vida llena de muerte y emociones malsanas? Solo el tiempo lo dirá.