Disclaimer: Nada de esto me pertenece, todo es de la súper Stephanie Meyer. Yo solo tomo prestados los personajes para hacer una locura que paso por mi linda cabecita.
Summary: Te has casado borracha, con un tipo que no conoces, que no se puede divorciar por un documento que firmo con 12 años que dice que no se divorciara. Tú no querías ni pensar en matrimonio, y ahora estabas casada. Definitivamente: La vida era una mierda.
Una joven que aparentaba unos 21 años de edad, se despertó sobresaltada. Se encontraba durmiendo pacíficamente en su departamento, hasta ese instante. Miro a todos lados de su cuarto, buscando la razón que la había despertado, con confusión. No recordaba porque, o que era lo que la había despertado, pero ignorando lo que sea que haya pasado decidió olvidarlo y volver a dormir. Probablemente habría sido un gato, el viento, o alguna estupidez por el estilo. Era tarde, y no tenía ganas de levantarse a averiguar la causa. Apoyó la cabeza en la almohada y cerró los ojos, rogando internamente que Morfeo se la llevase pronto. Era viernes, probablemente ya sábado debido a la hora, y lo único que deseaba era descansar un poco. No alcanzo a tener cerrados los ojos treinta segundo seguidos que el timbre resonó por toda la casa con increíble insistencia, haciendo parecer que los dioses estaban confabulados contra ella. De la sorpresa que se llevó la joven por este hecho, causó que del susto y el salto que pegó, se cayera de la cama causando un ruido sordo.
Soltó un gemido de dolor. El timbre había parado.
-¡mierda!- exclamo ella, sobando su cola con la intención de hacer que el dolor producido pasase con rapidez. Probablemente eso dejase un buen moretón a la mañana siguiente.
Muy metida estaba en la intención de no sentir más el dolor, que olvidó por completo la razón por la que estaba en el piso, y lo que probablemente la había despertado. Pero el timbre sonó nuevamente, recordándole la causa y advirtiéndole silenciosamente, que si no iba a atender se quedaría sin timbre, sin tímpanos y probablemente sin casa, pues sus vecinos la echarían de la cuadra, por no decir del barrio.
Se levanto enfadada y con rapidez del piso, pero con cuidado; no quería caerse nuevamente. Ya que por muy enojada que ella estuviese, no debía olvidar su torpeza innata y el cuidado que debía tener en cada paso que daba. Ya parada, y furiosa con el/la maltito/a que estuviese jodiendo a esas horas de la noche, se dispuso a ir a decirle unas cuantas verdades. Salió rápidamente de la habitación, lista para morder "al estúpido insensible que le vino a joder la vida a quién sabe qué horas de la noche", por lo que iba prácticamente corriendo, pero freno de golpe para bajar las escaleras. Estaba enojada, furiosa, rabiosa, pero no era tonta: si ella de día, lucida y calmada, era capaz de tropezarse en una superficie plana, probablemente con sus propios pies, no quería imaginarse de noche, apurada y con enojo, bajando las escaleras. Era prácticamente un suicido. No le apetecía visitar el hospital a las tantas horas de la noche por una caída de escalera.
Ya con los pies puestos en tierra firme y lisa y en su comedor, el enojo volvió. Volteó la vista hacia el reloj que estaba colocado en la pared. Mala idea. Un gemido de desesperación se hizo paso en su boca… ¡eran las 00:35 de la noche! Definitivamente: iba a asesinar al "¡estúpido insensible que le vino a joder la vida a las 00:30 de la noche, y que no dejaba de tocar el horripilante y molesto timbre!". Acá iba a correr mucha sangre.
Quito el seguro de la puerta lo más rápido que daban sus manos, pero claro, siendo ella, se demoró treinta largos segundos. Cuando finalmente terminó su pelea con el seguro, abrió velozmente la puerta, lista para saltarle encima del "tocador de timbres desesperado", y lo que vio la dejo helada. Justo enfrente de ella, se encontraba su queridísima mejor amiga, dirigiendo nuevamente su dedo índice al botoncito del timbre, para volver a tocarlo con pasión. Ella había sido la que había tocado el timbre como si la vida se le fuese en ello. Ella había sido la que la saco de su pacifico sueño a las tantas horas de la madrugada. Ella era la "¡estúpida insensible que le vino a joder la vida a las 00:30 de la noche, y que no dejaba de tocar el horripilante y molesto timbre!". Bueno, había que reconocerlo… era obvio que era ella. ¿Cómo no se le había pasado por la cabeza la idea? ¿Quién más la jodería a las 00:35 de la noche? Nadie.
Mientras tanto, el novio de su gran amiga (léase el sarcasmo) intentaba en vano, hacerla recapacitar y que dejase de tocar el timbre. Él sabía de sobra, al igual que la chica que tocaba el timbre, que la dueña de la casa odiaba que la sacasen de la cama, y cuando sucedía era mejor estar lo más lejos posible. Es más, ellos sabían del humor que portaba la joven al ser sacada violentamente de la cama, y él amaba demasiado a su insistente e hiperactiva novia para verla morir a manos de la castaña. Además, no quería quedar viudo antes del matrimonio. Y era cierto, quedaría viudo, porque la joven que fue sacada de su tranquilo y pacifico lecho estaba con un humor de perros, pero con una idea clara: a su mejor amiga, iba a matarla lenta y dolorosamente.
-¡Marie Alice!- exclamo con furia la castaña, cuando finalmente pudo reaccionar.
-¡Bells!- dijo la duendecilla, no tomando en cuenta el tono de la otra- ¿Cómo estás?
-¡Te voy a matar, duende del demonio!- dijo, ignorando completamente la pregunta de la otra, y preparándose mental y físicamente para saltarle encima.
-Yo también te quiero- ironizo Alice, rodando los ojos. `Cuando quiere, Bella puede llegar a ser muy exagerada´, pensó para sus adentros. Y sin decir ni agregar nada más se metió dentro del hogar, sin pedir permiso.
-Claro, pasa- dijo con sarcasmo. Jasper solo las miraba, con una mueca divertida. Finalmente rodo los ojos, acostumbrado a las discusiones de esas dos. Se podían querer mucho, pero discutían por tontería siempre, como si les encantara- ¿vas a entrar, o te quedarás fuera?- él, como toda respuesta, pasó a la casa.
Cuando ambos estuvieron dentro se dirigieron a los sillones del comedor, donde estaba la otra sentada tranquilamente.
Bella tomo la palabra.
-¿Se puede saber que carajo te trae por aquí, a esta hora, Alice?- dijo, yendo directamente al grano. No era de las que les gustase dar vueltas, y mucho menos a esta hora, después de haber sido levantada de su dulce sueño de forma tan… desconsiderada.
-¿no puede una chica, simplemente visitar a su dulce y cándida hermanita menor, sin razón alguna que la traiga?-preguntó con inocencia fingida. Exacto: Alice era la hermana mayor de Bella, aunque mas que la mayor parecía la menor, pues mientras ella media unos cortos 1,55 m, Bella media 1,63. Además, la madura de las dos era Bella. Pero eso no quitaba que Alice allá nacido antes.
-una hermana común y corriente, sí. Pero vos, no. Mucho menos a las doce de la noche. Allie… ¿ha pasado algo grave que deba saber?- consultó con un poco de temor.
-¿qué? ¡No!... pero… ¿adivina qué? Te traigo una súper noticia. ¿Quieres saberla?- pregunto con alegría, y una gran sonrisa en la cara.
-No. Pero como de todos modos me lo vas a decir quiera o no… solo suéltalo.- dijo con miedo. Las ideas de su hermana le inspiraban cierto temor… casi siempre terminaban con Bella en problemas.
-¡Iremos a un club que se inauguro la semana pasada!- dijo, prácticamente saltando de la emoción en su asiento.
Ya se temía que seria algo malo.
Lo mejor, seria esquivarla y hacerse la tonta… capaz y funcionaba… ¿verdad? Asique, en práctica el plan A.
-¡que bueno Alice!- exclamó con una sonrisa en el rostro. Esas tres palabras dejaron a Jasper y a Alice con los ojos abiertos de par en par. No se lo esperaban. Creían que seria complicado convencer a Bella para acudir al club, pero Alice casi siempre la convencía. Y parecía que ahora no iban a ser necesarios sus dotes de gatito de Shrek.- ¡Mucha suerte! Después me cuentan que tal es… yo vuelvo a mi mullida y calentita cama.
-Bella, tú te vienes con nosotros- dijo decidida Alice.
No, no funciono hacerse la tonta. Pondría en práctica el plan B.
-pero Alice- dijo poniendo vos triste- No quiero hacer mal tercio, y no tengo un novio con quien ir… ¿tu en verdad quieres que tu hermanita menor pase mal la velada?- dijo con voz ahogada y cargada de aflicción.
-mi idea es encontrarte una pareja esta noche, asique tú te vienes con migo, y solucionamos tu problema. ¿A que es un súper plan?
Ok, el plan B fracaso. Asique era hora de su carta súper secreta: el plan C.
-¡no pienso ir!- dijo caprichosamente. Tal vez y funcionaría.
-¡si iras!- exclamó su hermana.
-¡no iré!
-¡Isabella Marie Swan, irás!
-¡no!
-¡sí!
-¡no!
-¡sí!
Jasper miraba la escena con calma, acostumbrado a las discusiones de esas dos, que eran típicas. Esas hermanas siempre eran lo mismo, siempre iguales. Lo que Alice tenia de insistente, Bella lo tenia de terca. Por lo que siempre que discutían era lo mismo. Una pelea larga y estresante para el que la viese, pero causaba un poco de risa (aunque a él ya no tanto, pues para Jasper era cotidiano). Aunque al final, la mayoría de veces ganaba Alice, pues era más hiperactiva, y su hermana nunca le podía negar nada a sus ojitos de Shrek, o a su enojo, que era bastante temible.
-¡NO!
-¡HE DICHO QUE SI, Y ES SI!- el grito que pego a la duende asusto a la menor, que decidió darse por vencida.
-ok, Alice. Pero deja de gritar. Y que te quede claro que voy en contra de mi voluntad, y con disgusto.- dijo resentida.
-si, como sea… ¡vamos a cambiarte!
-¿cambiarme? ¿Y vos?- consultó, y en ese momento noto que su hermana estaba vestida como para salir. Una remera de un rosa viejo oscuro, un top negro debajo de esta, y unas leggins del mismo color del top, sin contar con los tacos que traía puesto (.).
Alice rodó los ojos.
-es obvio que ya estoy lista… anda vamos arriba a buscar algo en ese armario pasado de moda- dijo Alice con pesar.
-¡pero si tú has elegido casi toda la ropa que tengo arriba!- dijo abriendo los ojos, sorprendida.
-si, pero no actualizas tu ropero desde hace una semana, cariño… ¡La moda es tan cambiante! Todos los días tienes que poner algo nuevo en tu armario.
-Alice, estás total y completamente loca.
Y diciendo esto, se dejo arrastrar por su hermana al segundo piso, mientras Jasper se quedaba en el sillón viendo tele.
25 minutos después bajaban Alice y Bella. La ultima venia con suave maquillaje y su pelo lleno de bucles.
-no es por sonar idiota, ni nada por el estilo… pero quiero hacerles una pregunta, y que no se rían.- ambos asintieron viendo a Bella, interrogándola con la mirada- ¿no es un muy tarde para ir a un club?- preguntó con un suave sonrojo en su mejillas, sentí que la pregunta era tonta, pero realmente se lo preguntaba. – es que siempre entramos a eso de las 23:00, y son la 1:15
-nop, porque este club abre a las doce de la noche, asique no es tan tarde. Ahora si… ¡vamos!- dijo con su típica hiperactividad.
POV Bella
Por el amor de Dios, tengo la sensación de llevar en esta barra más de cuatro horas, pero mi reloj del celular lo sigue negando, diciéndome que son las 2:30, y que no llevo aquí mucho mas de una hora. Para colmo de males, se me había acercado un chico. Un tal Tom, Tim o Timmy, no recuerdo muy bien. El problema es que hace unos cuarenta minutos se sentó a mi lado, ¡y no deja de cotorrear! Porque este chico, más que hablar, cotorrea. En un principio creí que si lo ignoraba se iría… ¡pero no funciono! Realmente intente olvidar que tenía a un tipo insoportable a mi lado, pero no funciono. Y como chica inteligente, creí que si tomaba un par de tragos (los suficientes para no escuchar su voz) sería una buena idea. El tema fue, que pedí una margarita, pero seguía escuchando la voz de Thomas, que seguía hablando sin tregua alguna. Pedí otra Margarita, pero igual que antes, seguía escuchando al loro al lado mío, ¿que hablaba de la enfermedad de su abuela? Ugh… que horror. Asique pase a algo más pesado: Caipiriña (1). Cuando la pedí, Timothy me miro con sorpresa. Cuando me lo trajeron, lo empecé a tomar tranquilamente, pero el chico este… ¿Ted? Seguía hablando, y ese no era el problema, sino que yo lo seguía escuchando. Pedí otro más, pero ya me estaba mareando. No sé cuantos tome en total, pero Travis me estaba hablado y mirando fijamente, esperando una respuesta y no escuche lo que dijo.
-¿Qué?- pregunte. Me sentía como una tonta, pero sinceramente no lo había escuchado (bueno, en ningún momento lo había escuchado, pero capaz y ahora me pregunto si me molestaba si él se iba, y realmente, no me importaba en lo absoluto)
-dije que si estas lista para irnos- me repitió Telemaco (2), no pidan mucho, se me estaban acabando los nombres conocidos, pero este existe.
Ok, tal vez el alcohol me ha hecho demasiado mal… pero, ¿ir con él? Ni a la esquina. No estoy tan borracha para ir con él, y ni que estuviese necesitada de relaciones, no por lo menos con él. Estaba bastante cómoda siendo yo y solo yo en mi vida.
-¿con vos?- le pregunté como si ahora el idiota fuera él- Con vos no voy ni a la esquina.
-no te hagas la dura, preciosa- dijo Teodorico, este nombre si era gracioso.
-no me digas preciosa, imbécil.
-vámonos, te he dicho.-me dijo con rabia, parecía que se estaba impacientando. Me prepare para gritarle, pegarle una trompada (3) en la nariz, como me había enseñado un amigo, y escaparme de este club, pero una voz de terciopelo evito que armase una escena.
-si la dama ha dicho que no, es no. ¿Te queda claro, O te lo tengo que hacer entender de un modo más… brusco?- le pregunto a Terry, quien iba a decir algo, seguramente negándose a irse, pero se retracto enseguida al notar la altura que tenía el chico de pelo broncíneo, que era quien había interrumpido nuestra amena conversación (léase el sarcasmo en mis palabras), Theodore (o como carajo se llamase) cerró la boca, asintió, y se perdió de vista.
-Muchas gracias- dije. Realmente se lo agradecía, de todo corazón. Hubiese sido vergonzoso luchar con el chico, sobretodo porque dudo que hubiese pasado inadvertido, y no quería ni armar una escena, ni ser el centro de atención.
-No fue nada.- me respondió.- ¿te molesta si me siento?- negué con la cabeza, por lo que el tomo asiento. Él le pidió al Barman un Daiquiri (4).
Yo me empecé a sentir mareada, y el revoltijo de mi panza se hizo más notorio. Necesito ir urgente al baño.
- ¿me disculpas un momento?- le pregunte, más que nada por pura cortesía, no es como si estuviésemos juntos en una cita, pero le debía por lo menos un poco de educación. El asintió, y yo me dirigí al baño lo más rápido posible, intentando que no parezca que corría.
Ya en el baño, que estaba increíblemente vacio para ser un club, me moje la cara con agua fría, y tome un poco de agua. Que al minuto logro que el revoltijo de mi estomago pasara, y que este un poco mas lucida.
Me dirigí de nuevo al asiento, y a pocos segundos de que me haya sentado, el Barman trajo el Daiquiri del joven.
Después de entregárselo, el Braman me preguntó si quería algo.
-sí, quiero el séptimo regimiento (5)- dije, el Barman asintió y se retiro.
POV Tercera Persona
Después de que ella pidió el trago, y el Barman se hubiese ido, ella noto que el chico que estaba a su lado la miraba con sorpresa. Lo miro, esperando a que hablase.
-¿no es muy fuerte?
-no creo que sea la gran cosa.- dijo ella, quitándole hierro al asunto- ¿a que tú no te atreves a tomarte un Séptimo Regimiento?
El sonrió orgullosamente, y le pidió al Barman si a él también le podían traer el mismo trago que a la joven. El barman asintió, y se lo trajo. El se lo tomo como si fuera agua, ante los ojos curiosos de la castaña. Cuando hubo terminado, la miro a ella, con una sonrisa torcida, que ella se quedo viendo sin poder decir nada. Cuando hubo recobrado el habla, decidió cortar el silencio.
-wow… parece que si- dijo Bella, sonriendo, y un poco estupefacta. Cuando ella se estaba llevando su propio trago a la boca, una mano interrumpió el trayecto.- ¿Qué?- le pregunto, con irritación y confusión. ¿Ahora que podría querer?
-¿Hacemos un Fondo Blanco (5)?- Le pregunto el joven a Bella, con intenciones de competir. Se le había ocurrido recién, pero no deseaba que ella tuviese que tomar más que uno de esos, porque eran demasiados potentes.
-De Acuerdo- acepto la joven, con una sonrisa en la cara. El chico llamo al Barman y le pidió nuevamente un Séptimo Regimiento. Por la mente del joven, no pasaba más nada que la idea de que esa bebida era tal vez demasiado fuerte. El había tomado solo un trago, y ya se sentía un poco mareado, como si hubiese tomad una botella entera en una sola copa. No era como si ya estuviese borracho, sino que se estaba empezando a emborrachar.
Cuando finalmente le trajeron el trago, el joven lo agarro, y dirigió su vista a su compañera de bebidas.
-¿te parece si hacemos un brindis?- Ofreció la tentativa ella. Él se fijo en los grandes y profundos ojos chocolates de la joven, ojos que eran las puertas al alma de esa criatura celestial, según él. Esa mirada parecía decir tantas cosas, y él quería poder descifrar una por una.
-Brindemos- acepto él, volviendo a la tierra- Empezare yo. Yo brindo por vos, por tu sonrisa y tus ojos.- no pudo evitar decir eso, tal vez el alcohol estaba haciendo más efectos de los que él pensaba, o tal vez la vergüenza se había ido al carajo con solo pensar en esta chica, pero sea lo que sea, hizo que hablase de más.
Pero ella no noto eso, solo le quedo en la cabeza la parte que el dijo `tu sonrisa' y en ese momento, notó que estaba sonriendo, se dio cuenta que tenía una sonrisa tonta en la cara desde que lo vio, y se reprochó mentalmente. La sonrisa de idiota no se la podrían quitar ni con golpes, parecía estar tatuada en su rostro, y la vergüenza izo acto de presencia en su rostro, con un lindo y gracioso sonrojo.
-Yo brindo por los chicos de pelo broncíneo y ojos verdes, expertos salvadores de chicas en problemas, con alcohol en la sangre.- él solo sonrió, y Finalizado la gratitud de Bella, ambos chocaron las copas, las elevaron unos diez centímetros más, y las dirigieron al mismo tiempo a sus bocas, para hacer el fondo blanco. La ganadora fue ella.
Seis horas después, con muchos tragos de por medio, y una conversación interesante y amena, que seguramente ninguno recordaría al después de dormir, ambos chicos estaban borrachos en el auto de él, que resulto ser un Volvo plateado. Alice se había ido a las cinco de la mañana (y ya eran las 8:45hs) al ver a su hermana charlando con alguien que le daba la espalda. No quiso ni acercarse a saludarla, le mandaría un mensaje de texto y listo. No deseaba interrumpirla, porque según Alice, lo peor que pudiese pasar era que se acotasen, y definitivamente eso no era nada malo, porque el cuerpo del chico se veía bastante bien de espaldas, así que de frente debía ser aun mejor.
Pero ellos no estaban haciendo nada extraño en el auto de él. Todo lo que hacían era que mientras él manejaba, ella miraba por la ventana, sonriendo extensamente.
El Volvo freno en frente de un gran edificio, que estaba lleno de oficinas. Se bajaron (él se apresuro y le abrió la puerta a ella, por más que estuviese completamente borracho no dejaría de lado sus modales) y se dirigieron dentro del edificio, donde en recepción pidieron un juez. Sí, un juez. Cuando a ellos se acerco una mujer de más de cuarenta años, ambos sonrieron y se tomaron de las manos, siguiendo a la mujer a donde ella los llevaba. Ella se sentó tras su escritorio, observando fijamente a los jóvenes que estaban sentados frente a ella.
-¿Qué es lo que desean?- les preguntó cordialmente. Ambos chicos se miraron a los ojos, para luego fijar su vista en la jueza.
-queremos casarnos- dijeron con una convicción increíble. Ella los miro asombrada, no creyendo lo que escuchaba.
Agito su cabeza rápidamente, estaba apurada, seguramente ellos buscaban un turno.
-¿Cuándo desean casarse?- consulto.
-Hoy- contesto Bella.
-Ahora- aclaro específicamente el chico, que se había presentado durante el transcurso de la noche como Edward Cullen (a ella le sonaba el apellido, pero no recordaba porque)
En un principio se negó, alegando que necesitaban sacar un turno, y que olían a alcohol. Edward se excuso diciendo que habían estado festejando su próximo matrimonio, pero que no estaban borrachos, solo tenían el olor de alcohol. La mujer no estaba segura con la excusa, pero se termino rindiendo, estaba apurada, tenía que ir a casar a una pareja a su casa y se estaba retrasando.
-De acuerdo, lo casare. ¿Pero quiénes serán los testigos?- les cuestiono.
Ambos internamente se golpearon la frente con la palma de la mano… los testigos. Los habían olvidado por completo.
-lo lamento mucho, pero se atraso su avión, si quiere los esperamos aquí, tardaran como máximo una hora.- mintió perfectamente bien (para su completo asombro). No le había pasado por desapercibido que la mujer miraba cada dos por tres el reloj, debía estar apurada.
-Espérenlos, yo me debo ir, asique que los case otro juez, ¿les parece?- ofreció la mujer. Verdaderamente esta apurada.
-¿no nos puede casar usted ahora, sin testigos, por favor?- la mirada deslumbrante que le dirigió Edward a la señora, logro su cometió: accedió a casarlos sin testigos.
-Sí. Bien, veamos.- imprimió un documento que siempre tenía a mano en la computadora detrás de ella, poniendo los nombres de ambos jóvenes en el papel. –Edward Anthony Cullen- dijo dirigiéndose al joven- ¿Aceptas por esposa a Isabella Marie Swan?
-Sí, acepto.- dijo él con una sonrisa torcida.
-de acuerdo. Isabella Swan, ¿aceptas por esposo a Edward Cullen?- Dijo dirigiéndose a la joven.
-Sí, acepto.
-De acuerdo. Firmen por favor, tú aquí- dijo a Edward, mostrándole una línea de punto que el relleno con su Nombre, apellido y Firma- Y tu aquí- dijo mostrándole una línea de puntos igual a la anterior que la joven completo. –Bien, a partir de este momento, son el Señor y La señora Cullen.
SI! He vuelto! Vieron que actualice raaaaapido?? Una semana!! =) este capítulo me gusta mucho, personalmente, pero los que siguen son mejores, esta es una especie de introducción a todo el lio.
Además… es larguísimo!! 4.200 palabras, 9 hojas de Word!
Es tan raro pensar en ellos borrachos! Jajaja. Sé que tal vez parecen demasiado lucido, pero que estén lucido no significa que estén cuerdos… =)
Los vestuarios de las chicas están en mi Perfil…
1) Caipiriña= es un cóctel de Brasil consistente de cachaza, lima, azúcar y hielo. (Bebida alcohólica) En mi profile hay un enlace a la foto de este trago.
2) Telémaco= Es un nombre existente en serio.
3) Trompada= Golpe, puñetazo, piña.
4) Daiquiri= Ron, limón, azúcar y licor y frutas a elección: frutillas, duraznos, ananá. (foto en mi perfil)
5) Fondo Blanco: Es una competencia que trata de ver quién es el que más rápido puede tomar un trago determinado.
Prometo solemnemente actualizar el sábado o domingo que viene, si ustedes me dejan muuuuuuchos reviews… sino… nos veremos cuando termine las clases xP
Ahora paso a agradecer:
Bella Cullen; Bella Masen Potter; Belll29; RoXa CuLlEn HaLe; miraura; Luz Cullen Chiba; karin Cullen; Rose Hale; Luckythebest.
¡gracias!
Muchísimas gracias!
Adelanto del próximo capítulo:
Tenía un anillo. Un anillo. Esto era malo, muy malo, ya que el anillo no era un anillo cualquiera, era una… una… alianza de casamiento. En su cabeza hizo eco una y otra vez la palabra casamiento. Solo con pensarla un escalofrió recorría su columna vertebral, y tembló ante la sola idea de estar… estar… casada. Y en su cabeza, esa palabra era una palabrota.
-¡oh, mierda!
Los amo, mis lectores queridos!
Besos!
Atte.
Sakuritta Uchiha
Abrazos al estilo Emmett!
