Damas, y caballeros… ¡he vuelto! Y con un capitulo imperdible. Después de mi desaparición, he logrado volver.

Lean este super capitulo, y dejen lindos o insultantes reviews!

Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella

Mierda de Resaca.

Catorce letras, siete vocales, siete consonantes, tres palabras, una oración, un solo sufrimiento monumental.

Odiaba ir a las fiestas, era completamente aburrido para mi punto de vista, nunca las disfrutaba y era tiempo perdido en el que podría estar haciendo cualquier cosa mejor, como por ejemplo dormir. Odiaba tener que pasar por el castigo abrumador que era para mí tener que dejar que mi hermana querida me arreglara para esa puñetera salida. Odiaba que la gente me viese vestida con la ropa con la que Alice me obligaba a ir. Odiaba tomar, pero tomaba pues era una tentación, y yo soy una humana muy débil, lo reconozco. Odiaba amanecer con resaca, era un calvario para mi vida, y una jodida mierda.

Y si odiaba todo eso… ¿Por qué carajo había ido a ese club? Debilidad. Esa era la razón. Lo tenía muy claro.

Bueno, esa y la queridísima hermanita que tenia.

Realmente no tenía ganas, ni fuerzas, para abrir mis ojos (sabia que el dolor de cabeza seria al cuadrado de lo que sentía ahora), pero debía hacerlo. Necesitaba el puto calmante antes de empezar a gritar como loca por esta mierda de dolor de cabeza.

Sabía que tenía que cambiar ese humor negro, y esas ganas de insultar a todo lo que se me cruzase por el camino, pero ese era el resultado de la jodida resaca que tenía. No podía dejar de insultar… ¡incluso en mis pensamientos!

Me levante rápidamente, queriendo sacarme la resaca de golpe. Mala idea. Todo me daba vueltas, como una calesita. Me recosté rápidamente, igual que como me había levantado. Había sentido un peso extraño a la altura de mis caderas, pero lo mejor será restarle importancia, con esta resaca no se que es real y que es ficticio. Estiré un brazo, que quedo colgando fuera de la cama, y luego el otro. Y me doy cuenta que algo duro choco contra mi brazo izquierdo.

Noto algo… algo que se mueve. Si, se mueve. Justo al lado mío, en mi cama. Carajo. No, no. Definitivamente no recuerdo haberme comprado un gato en los últimos días, y no tengo ninguna clase de perro, ni otro animal peludo y vivo (yo era un peligro para mi vida, ni hablar sobre cuidar de la vida de otro). Eso solo tiene un maldito significado.

¡Oh, Mierda!

Me congele de repente, y tomando valor de quien sabe dónde (recordando que soy una chica bastante… cobarde para esta clase de situaciones, aunque nunca me haya ocurrido nada semejante), empecé a palpar la superficie al lado mío, para descubrir cuál era el objeto. Y descubrí un pecho. No, no un pecho en sentido de mujer, ¡Dios me libre! Me refiero a un pecho de hombre. Oh. Dios. Mío.

`Tranquila, Bella.´ me dije. Tal vez y estoy imaginando cosas. Inspira, expira. No. Definitivamente no estoy imaginando un brazo en mi cadera, que era ese peso `ficticio´ que había notado antes. Ese brazo existe. Ese hueco en el lado izquierdo del colchón, existe. Esos pectorales que estoy tocando con mi brazo izquierdo, existen. Ese latido armonizado, y esa respiración rítmica en mi oído, existen.

No quiero abrir los ojos. Realmente no quiero.

Tengo terror, bueno, tal vez exagero, pero tengo miedo, y eso si es verdad.

Con velocidad dirijo mi brazo derecho hacia mis piernas, y al tocar tela sobre ellas, suspire tranquila. Estaba vestida, lo cual resultaba un completo alivio. Aunque no negaba que eso era raro. Pero bueno. Aunque no dejaba de ser raro. Necesito averiguar qué diantres ha pasado anoche. ¡Oh, vamos! Si no tuve relaciones anoche, eso significa que… Un minuto. ¿Qué significa? ¿Y porque estoy vestida, en la cama, con un hombre? Lo de hombre lo entendía, no me agrada, pero era pasable, lo que no comprendía del asunto, era porque estaba vestida. Eso significaba que no habíamos hecho nada, ¿entonces porque estaba acostada en la cama con él? Como sea. Resultaba un consuelo. Pues cada vez que alguien sumaba mujer borracha + hombre borracho + una cama, daba por resultado: relaciones. Parecía que esta era la excepción. Mejor, pues yo no iba por la vida acostándome con extraños. No era mi estilo.

Me concentre nuevamente en el tema principal.

Recuerda, Bella, recuerda. ¿Qué paso anoche? Hice memoria, forcé a mi memoria a que me diese algún resultado, pero todo lo que recordaba eran imágenes borrosas que no comprendía. No podía enfocarme. Empezaron a aparecerme imágenes más nítidas, pero no tenían mucho sentido que digamos. Estaban sueltas y no las comprendía del todo. Todo lo que recordaba era ese club al que me arrastraba Alice, la barra del club, a mi misma sentándome ahí, el barman, un chico que no dejaba de hablar, yo tomando, un dios griego salvándome de que me hagan quien sabe que, yo tomando, yo tomando, los dos tomando, un volvo… ¡eso es!

¡Él dueño del volvo!

Un minuto…

¿Quién carajo era el dueño del volvo?

Intente recordar, y como un flash, un dios griego conduciendo mientras tomaba mi mano se me vino a la cabeza.

Eso significaba que el salvador de mi persona, que después se había emborrachado con migo, y con el que había mantenido una especie de conversación rara, era el mismo con el que había estado en el volvo, lo que significaba…

Abrí los ojos con rapidez. Mala idea. Veía todo borroso, como si hubiese un metro de agua entre mi visión y la realidad. Parpadee con rapidez, y cuando finalmente pude enfocar mi vista, lo vi.

A mi izquierda, tomando con su mano derecha mi cadera, durmiendo con una tranquilidad increíble, con su cuerpo boca abajo, con su cara dirigida a mí, con una sonrisa en el rostro, estaba el mismo chico del Volvo, el mismo salvador, y el mismo acompañante de bebidas. Y me di cuenta que tenía una muy mala memoria, y que anoche no había llegado a ver su belleza ni de cerca con lo que veía ahora. Era como si hubiese estado ciega toda la noche anterior, y hoy pude apreciarlo con mayor calma.

Era hermoso.

En todo el sentido de la palabra.

Su pelo broncíneo, completamente desordenado y brilloso (que me daba unas ganas enormes de tocárselo, acariciárselo y desordenárselo). Sus facciones eran duras, pero al mismo tiempo delicadas. Su rostro mostraba tal paz, y parecía esculpido a mano, completamente perfecto, sin un solo desperfecto. Tenía una boca ni muy fina ni muy gruesa. Apenas una notable barba (supongo que creció en el transcurso de ayer en la mañana a hoy). Una piel pálida, casi como la mía. Y tanta quietud portaba su rostro, que lo hacía aun más parecido a la estatua de un dios griego, de esos típicos de los museos.

Era un sueño de hombre, un completo dios.

Y ahora no me parecía un alivio lo de no haberme acostado con él. Si hubiésemos tenido relaciones, estaría completamente tranquila y feliz. ¡Era un sueño de hombre! ¿Quién se quejaría de acostarse con él?

Me sonroje furiosamente, sentí como toda la sangre del cuerpo se agolpaba en mis mejillas con sorprendente rapidez.

¿Desde cuándo yo, Isabella Marie Swan, piensa de esa manera?

Inspire para tranquilizarme. A todo esto, con tanta locura por este hombre, no vi lo malo de la situación. ¿Qué diantres hacia yo, en la casa de un extraño, en el cuarto de un extraño, aun mas: en la cama de un extraño, vestida y con una terriblemente fuerte resaca? La respuesta era simple: no tenía la más mínima idea.

Lo voltee nuevamente a ver, y las preguntas abandonaron mi cabeza. En este mismo instante me importa un carajo todas esas preguntas sin respuestas. Ahora lo importante es que estaba junto a un sueño de hombre, que probablemente fuese una ilusión. ¡Eso es! Capaz y el es solo otro de mis vividos sueños. Aunque nunca hubo uno tan vivido como este, era probable. Asique dirigí mi maño izquierda al rostro de el hombre junto a mí, con suma lentitud, temiendo que en un rápido movimiento, la ilusión desapareciera. Y en el camino de mi mano a su rostro me surgió una revelación.

Yo necesitaba sentir la suavidad del rostro de él. No para saber si era real o no (mi inconsciente estaba más que seguro de que era real), sino porque esa piel se me antojaba absurdamente suave, y absurdamente atrayente. Como si fuera un imán.

Estire aun más la mano izquierda, preparada para sentir la suave piel de él, cuando algo llamo mi atención.

Ese algo brillaba a la luz del sol que entraba por la ventana, y estaba en mi dedo anular.

E hice lo que cualquier persona con el más mínimo sentido común haría: grite.

Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella Edward&Bella

Lamento la demora, pues yo ya tengo escrito hasta el capitulo 7, entonces, ¿Por qué no actualice? Porque lo tengo escrito a mano, y había perdido todas las hojas que tenia que estaban abrochadas, y no las encontraba, hasta que apareció… ¡en casa de mi abuela! ¿Qué hacían ahí?, ni idea. Pero las encontré cuando estuve ahí para el 31 de diciembre, y actualice apenas pude, es decir: ahora

Pásense por mis otras historias, una la acabo de subir, y se llama "Seduciendo a Edward Cullen" pasenseee!

Me iré de viaje el 7 de enero, y vuelvo el 15, (me voy de campamento con el ruca) asique no voy a poder actualizar esos días, por lo que les dejo tres opciones:

1º: que suba el capitulo que sigue el miércoles, pero debería empezar a pasarlo ya.

2º: que deje el capitulo escrito, se lo pase a una amiga mía, y que ella lo suba el sábado que viene.

3º: que si me dejan 20 reviews, suba el capitulo que siga el miércoles, y le deje a mi amiga para que suba ella el sábado o domingo.

Ustedes opinen, y yo hago lo que digan.

No se vale dejar mas de 3 reviews cada uno, y también lo que no tienen cuenta pueden dejar.

Un beso graaande.

Atte

Sakuritta Uchiha.

Denle al botocito verde!