CHARLAS CON TERRY GRANDCHESTER
LA ELECCIÓN DE PAPELES
Por Fénix y Lee.
Sirenas de la Atlántida de Terry.
Para preparar un espectáculo teatral se requiere de mucho talento, gran sentido de responsabilidad, saber trabajar en equipo y tener un gigantesco compromiso con la vocación actoral.
Terry lo sabe porque lo ha vivido en carne propia. Conoce las delicias que el éxito trae consigo y también ha experimentado el amargo sabor que deja una mala temporada; cosa a la que no le dan mucha importancia muchos de los actores jóvenes que sienten que en sus manos está el futuro del arte dramático y que convertirse en leyenda es fácil.
- La elección de papeles es distinta a lo largo de la carrera de un actor. En un principio no se puede aspirar a tener el papel que se desea, necesitas crear una, digámoslo así, reputación actoral.- Phillip Bligh escuchaba atento lo que Terruce Grandchester decía. Apenas podía creer que estaba sentado frente a él, departiendo en un café, escuchando sus experiencias actorales a petición suya. Lo había abordado al término del último ensayo, venciendo el nerviosismo que cualquier actor novel siente ante otro experimentado y de gran trayectoria. Parecía tan afable, tan distinto a como normalmente se comportaba, que apenas podía creer su suerte.
- Cuando llegué a este país tuve la suerte de encontrar trabajo y escuela en el mismo lugar. Mientras estudiaba me ganaba pequeños papeles en las obras que la compañía ponía en escena.
- Supongo que eso significó un gran beneficio para usted – acotó Phillip aún nervioso por la imponente presencia de Terry.
- Sí. Fui muy afortunado al poder al mismo tiempo, estudiar y ganarme unas monedas para vivir. – El joven actor se sintió impactado ante esa frase. Siempre había visto a Terry como el gran primer actor, le costaba trabajo visualizarlo en una situación así de precaria.
- Debió ser muy duro. Pero, dígame algo, ¿cuál de todas las etapas de su carrera ha sido la más difícil?
- La que vivo ahora – respondió Terry sin dudar un solo instante.
- ¿Puedo preguntar por qué?
- Es simple. A estas alturas ya he ganado reputación de actor de primer nivel. Me llegan ofertas para trabajar en muchos proyectos, no sólo de teatro. Es muy fácil perder la perspectiva y elegir trabajos que no son lo que deseas sólo por la fama y el éxito económico que te pueden dar. – Terry hizo una pausa para tomar un trago de café, volteó hacia el ventanal que daba a la calle llena de transeúntes y prosiguió su charla. – Primero luchas por un papel, después te llegan por montones, y como todo es un ciclo, al final vuelves a luchar por no salir de escena. Vienen actores más jóvenes, llenos de ilusión y fuerza, justo como tú, Phillip. Tal vez no tengan experiencia pero nadie la tuvo al principio. Será cuestión de tiempo para que a ellos los elijan por encima de mí y de mi nombre de actor de primer nivel.
- Pero para que eso suceda falta mucho.
- Así es, afortunadamente para mí todavía quedan muchos buenos papeles que puedo elegir.
- ¿Ha pensado en lo que hará cuando deje de actuar?
- Sí, aun antes de que termine mi carrera actoral, me gustaría enseñar a otros a actuar… sería un legado. También me gustaría crear piezas de teatro para que otros las interpreten, sería como completar el círculo. – mientras Terry habla por primera vez de sus sueños profesionales, Phillip lo escucha sin perder detalle de sus palabras y sus gestos, como intentando absorber cual esponja, todo lo que pueda salir del hombre frente a él - Yo le he dado voz a las creaciones que otros pusieron por escrito cientos de años antes de que yo figurara sobre la faz de la tierra. Me gustaría dejar algo que despertara la pasión y emotividad que recibí del legado de aquellos a quienes he admirado y amado a través de los años.
-¡Que interesante! –expresó el jovencito dándose cuenta del abanico que representaban opciones que nunca antes había imaginado - Y además de convertirse en escritor, ¿existe algo más que le gustaría hacer?
-Sí, también me gustaría dirigir. Alguna vez pensé en producir, pero de todas, esa es la opción que menos me interesa.
- ¿Y el cine? ¿Nunca ha pensado en hacer cine?
- No. El cine nunca ha entrado en mis planes.
-¿Por qué? –cuestionó el chico con un gesto de sorpresa, pues no esperaba una respuesta como esa de un actor que bien podría figurar en el firmamento Hollywoodense con tanto o más éxito que en Broadway. Terry sonrió de lado, no era la primera vez que su respuesta causaba sorpresa en quienes le escuchaban. Antes de que el joven Phillip sacara conclusiones distantes a la verdad, Terry le habló desde su perspectiva.
-No es porque lo considere poco digno, si es lo que estás pensando – hizo una pequeña pausa para tomar otro sorbo de café -, simplemente no me gusta porque no reta del mismo modo que lo hace el teatro y siento que es demasiado impersonal actuar para una cámara. Cuando se hace cine siempre hay oportunidad de corregir; cuando lo haces en teatro tienes que ser muy astuto para ocultar tus errores del ojo del público, tienes que saber cómo arreglarlos antes de que sea un desastre. En el cine existe el "corte" que detiene el tiempo y hace que todo parezca perfecto. Eso, desde mi personal punto de vista, le resta méritos al trabajo actoral.
-Nunca lo había visto de ese modo.
- Ahora bien, -continuó Terry - hay muchos actores que trabajan en cine y son extraordinarios y la prueba de ello es que también brillan en el teatro. Desafortunadamente en este país el cine está secuestrado por la comercialidad; es más importante hacer un proyecto taquillero y que gane galardones que hacer algo que transmita le esencia del arte actoral. La intención de la literatura es transmitir conocimiento humanista, filosófico, ético y la actuación es la representación de los valores que se pretenden transmitir de la literatura. Lamentablemente, a la mayoría de la gente eso no le interesa, sólo quieren sentarse frente a una pantalla a ver algo que ya esté digerido, algo para matar el tiempo. Sé que sueno presuntuoso al negarme a hacer cine, muchos mejores que yo lo han hecho, pero no es eso lo que me gusta de la actuación, Phillip, no tiene el mismo sentido para mí, por eso prefiero dejarlo de lado.
- Sí. Lo más importante es hacer aquello que te gusta de verdad, no traicionar tus convicciones personales – apuntó el muchacho atreviéndose a dar su opinión personal sobre los temas que Terry acababa de tocar.
- ¿Sabes, Phillip? No suelo hablar mucho, pero tú me recuerdas mucho a mí mismo cuando tenía tu edad. Ahora mismo debes tener ¿diecisiete… dieciocho? – El rostro del joven se iluminó ante el comentario de Terruce.
- Dieciocho, señor. – Respondió en medio de una amplia y satisfecha sonrisa.
- Yo tenía dieciocho cuando logré mi primer protagónico – dijo dejando que la melancolía se filtrara en sus palabras. – No es fácil alcanzar el éxito siendo tan joven. La fama y el dinero pueden hacerte perder el piso. – El tono de Terry era de consejo. Le parecía que el chico tenía talento, estaba seguro de que en muy poco tiempo su carrera despuntaría, y era sincero al tomarse el tiempo de aconsejarle para que no cometiera los errores en los que tan fácilmente puede caer un actor inexperto inmerso en el frenesí de la fama y el dinero.
- ¿A usted le sucedió? – Preguntó evidenciando un genuino interés.
- No niego que cuando comencé a hacerme de cierta fama, ésta me gustó. – Terry abrió su cajetilla de cigarros y encendió uno, tas exhalar la primera bocanada, sonrió con cierta malicia al recuerdo de otros tiempos - Digamos que es como una droga, te hace sentir que todo lo puedes. Pero… claro, todo se acaba cuando el teatro se queda solo. Pasaron muchos años y muchas cosas para que me diera cuenta de que la fama es efímera. Hoy te aman y mañana ni siquiera recuerdan que existes. Como persona necesitas ser extremadamente inteligente a nivel emocional para darle su justa dimensión a las cosas y no dejarte llevar por un estado de ánimo. – Terry guardó silencio por un momento. Acababa de darse cuenta de que estaba yendo demasiado lejos en sus revelaciones personales con Phillip, se acercaba peligrosamente a temas demasiado íntimos. Dio un largo trago a su taza de café y miró fijamente al chico. Vio su mirada expectante, su rostro ávido de consejos y pensó: "¿De qué sirven las experiencias si no me ayudan a crecer a mí mismo y a los demás? ¿Vale la pena quedarme callado y dejar que mis vivencias se pierdan sin dejar un legado por miedo a sentirme expuesto?" Se sorprendió respondiéndose que no. "Si Robert no me hubiera aconsejado y guiado en esa etapa de mi vida, es muy probable que no fuera lo que soy ahora. Acabo de decir que quiero enseñar, dejar un legado para las futuras generaciones de actores… ¿por qué no empezar ahora mismo?"
- ¿Alguna vez se volvió excéntrico o caprichoso a causa de su fama? – Preguntó Phillip ajeno a los pensamientos de Terry.
- Sí – respondió sin titubeos, decidido a no guardarse nada que pudiera servirle al chico en un futuro. – Después de recuperarme de un período de alcoholismo no fue fácil recuperar mi trabajo como muchos pudieran pensarlo - Phillip se sorprendió ante tal aseveración, no porque no hubiera escuchado alguna vez los cotilleos sobre la debacle que Terry sufriera en los inicios de su carrera en medio de aquella tan llevada y traída relación tormentosa con Susanna Marlowe, sino porque era el mismo Terruce Grandchester, tan hermético para sus cuestiones personales, el que hablaba del asunto. - Recuerdo que luché mucho por limpiar mi nombre del ridículo en el que lo había puesto, pero el dolor de la lucha me llevó al otro extremo. Cuando recuperé todo lo que yo creía que me pertenecía, me llené de orgullo mal entendido. Sabía que había salido del lodo y que de la nada había vuelto a hacer un nombre… no sólo una, sino dos veces. Todo me pareció poca cosa y sentí que lo merecía todo. Dada la mala experiencia que tuve, y que esta fue pública, me cuidé muy bien de no dar de qué hablar a la prensa, acudí a todos y cada uno de mis compromisos de trabajo, nunca volví a llegar ebrio a ningún lado a pesar de que en muchas ocasiones ganas no me faltaron. En fin, mi reputación estaba "limpia" y me había convertido en una fuente de ingresos nada despreciable para quien me contratara, así que de "rogar" por un papel pasé a "demandar" lo que deseara. A mí se me pagaba, muchas veces, más salario que al resto de mis compañeros, aun a mis coestelares, mi camerino estaba lleno de cosas que no necesitaba pero que siempre demandaba. Y bueno, qué decir de la forma en la que traté a mis compañeros de trabajo. Mi ambición me llevó a adquirir una cuadrilla bastante cara de caballos pura sangre. Fue como vivir mi adolescencia de nuevo, pero con autosuficiencia. No tenía que darle cuentas a mi padre porque me valía por mí mismo. Digamos que esas fueron mis excentricidades.
- No me parecen tan graves – dijo Phillip pensando en las de otros actores que las llevaban a extremos mucho mayores.
- No son cosas graves cuando ves que hay gente que tiene otras que se pueden clasificar como pecaminosas, pero cuando miro atrás y veo que tuve miles de cosas que no necesitaba y que no me dieron lo que realmente podía hacerme mejor persona, me siento estúpido.
- Entiendo…
- Así que mucho cuidado jovencito, con dejarse llevar por el espejismo de la fama y el dinero. El verdadero éxito está en hacer lo que amas y en no traicionar tus convicciones. Si tienes esto en mente siempre no tendrás que pagar las altísimas facturas que esos vicios te cobran llegado el momento – y viendo su reloj agregó – Ahora debo irme porque apenas estoy a tiempo para vestuario y maquillaje.
- Le agradezco tanto sus consejos… - dijo Phillip con sinceridad.
- Gracias a ti por hacerme recordar estas cosas – respondió Terry sacando su billetera y depositando el pago del consumo de ambos sobre la mesa. – Aunque no lo creas, me viene bien hacerlo de vez en cuando. Te veo en escena.
- Si – murmuró Phillip viendo a Terry alejarse hacia la puerta de la cafetería y pensando: "Algún día quiero ser como él."
